46 Críticas de los usuarios

En muchas ocasiones al cine de Hollywood se le echa en cara sus continuas películas para adolescentes sin ningún interés por un cine más serio y complejo, pues bien "Trece días" es un ejemplo de esto último y desgraciadamente fue un fracaso de taquilla, y es que el público en general no pretende alardes intelectuloides cuando entra en una sala de cine.
El director australiano Roger Donaldson hace sin lugar a dudas su mejor trabajo, aunque es verdad que su curriculum está lleno de fiascos y de películas supercomerciales de fácil digestión y para estómagos poco exigentes. Sin embargo en "Trece días" nada de eso ocurre. Basada en hechos reales y con magnífico guión de David Self, y producida e interpretada entre otros por Kevin Costner que aprendió de Oliver Stone lo que es el cine político-ficción-documental en "JFK", nos brindan un trabajo portentoso. La película tiene unos diálogos brillantísimos, un ritmo in crecendo continuo y una inteligencia en la presentación de los problemas y situaciones que se presentan que hace que el espectador se sienta parte de la película. Eso sí, es una película que hace falta, por que no decirlo, un mínimo de bagaje cultural de historia y un conocimiento de la política cuando menos más que básico para poder seguirla, si no se tiene lo normal es que uno se aburra al no poder seguir su ritmo frenético.
Los actores están estupendos, en especial Bruce Greenwood como JFK.
En definitiva una de las mejores películas sobre temas políticos de los últimos años, mucho mejor que “Alí”, “Hoffa” o “Nixon” y al mismo nivel de “JFK” de Stone.
Lástima que Donaldson desaproveche el talento en otras películas a veces tan malas demostrando que puede ofrecer mucho más de si, aunque me parece que el propio Costner está detrás de bastantes escenas. De todas formas este es el ejemplo que cuando les digan a los productores norteamericanos que hagan películas más serias y no solo de juego playstation pueden decir ¿Y para qué? Y tienen mucha razón.
Como curiosidad Kevin Costner estuvo en Cuba presentando la película con Fidel Castro y lo interesante es que encima le gustó.
Película de género y de culto para amantes de estos temas, el resto abstenerse.

Aunque hoy en día el cine comercial le haya ganado la batalla al cine de contenido más denso de vez en cuando a alguien en hollywood se le enciende una bombillita y ¡voilá! surgen peliculones como este, que no vi en el cine por estúpidos prejuicos pero que merece la pena y mucho. Es un filme de tintes históricos pero no se engañen resulta más que interesante y tiene una intensidad maravillosa.

Trece días es ante todo una película seria. Con ligero tufillo partidista, sí, pero dado lo que hay sembrado por el campo, sería injusto no calificarla de bastante aséptica.

Lamentablemente, en su día pasó sin pena ni gloria por las pantallas de cine, pero es una película más que aceptable en su género, con un gran guión adaptado, destacadas interpretaciones (Bruce Greenwood) y una trama muy equilibrada que pese a su larga duración, consigue mantener al espectador en el hilo de la historia.

Desde luego, estamos ante una fantástica película político-social, de semi-ficción, con excelentes momentos. Imprescindible para los amantes de la política contemporánea en el cine.

Básicamente si a uno le gusta la serie "El Ala Oeste de la Casa Blanca", pues le va a gustar esta película. Tiene ritmo, tensión, todo está narrado desde un solo punto de vista, pero no de forma particularmente maniquea (no llega a dividir el mundo en buenos y malos). Pero la película consta básicamente de reuniones, charlas, ruedas de prensa, etc, trufadas con algunas (pocas) escenas de militares corriendo para aquí y para allá. Es todo muy realista (no confundir con real), con lo que nadie espere espías tipo James Bond o misteriosos complots. Solo gente normal con poca información tratando de llevar un país adelante, de la mejor forma que pueden, metidos en una situación que puede llevar a una guerra nuclear. Es una buena película, pero es de un estilo muy claro, si no te gusta ese estilo pues seguramente te aburra, si te gusta, pues a por ella.

Basada en los hechos reales que sacudieron al mundo en el otoño de 1.962, nos hallamos ante una película necesaria, un ejercicio de Historia hecho Cine, que nos muestra los entresijos de la alta política americana del periodo Kennedy. Maniquea, en el sentido de que las simpatías de todo el equipo están claramente decantadas hacia el nucleo del gabinete presidencial, la cinta es un empeño personal de Costner, que nos regala una de sus mejores interpretaciones, pero que queda voluntariamente relegado ante la fuerza y la convicción que Greenwood aporta al personaje de JFK.

¿Se desarrollaron así los acontecimientos en el Despacho Oval durante los trece días que duró la crisis de los misiles de Cuba? Probablemente no, al menos de forma literal, aunque quizá sí en espíritu, y seguramente fue allí donde Kennedy cavó su propia tumba, al oponerse de forma tajante al Estado Mayor del ejército. En cualquier caso, y en lo que nos ocupa, la verosimilitud, la fe y la sinceridad con la que está hecha esta película nos atrapa y nos arrastra a su terreno sin que opongamos mucha resistencia, subyugados por un excelente guión y unos actores entregados y en estado de gracia.

Muy recomendable.

A menudo se achaca a algunas películas un excesivo tono documental para ilustrar hechos acontecidos en la realidad. En esta ocasión ocurre todo lo contrario. El momento en el que más cerca ha estado el planeta de una hecatombe nuclear, que sepamos, hubiese requerido de más documentación, más material de archivo y de una estética más próxima a la obra grave y densa que a esta especie de telefilme de lucimiento para algunos actores. Por otro lado, el guión parece concebido para glorificar la figura de los Kennedy, que han pasado sorprendentemente a la historia como grandes estadistas, cuando su labor, sobre todo en política exterior, no resiste ni el análisis más benévolo. Son uno de los mejores ejemplos que ilustran aquel dicho de “más vale caer en gracia que ser gracioso”. La película se hace demasiado larga y en ningún momento es capaz de transmitir la angustiosa situación que vivió el mundo en aquellos interminables –como la película- trece días.

Comencé a ver la película sin demasiada ilusión y sin información previa. Los films de política americana no me suelen gustar, por maniqueos y patrioteros; por ser, en muchas ocasiones, demasiado "americanos", poco críticos y autocomplacientes. Pero éste no lo es, aunque ensalza el buen sentido, la prudencia, valentía y fuertes convicciones de los Kennedy, que pudieron costarles posteriormente la vida.

A los pocos minutos me vi atrapado por una trama real (recuerdo la crisis, aunque sólo tenía 12 años por aquel entonces), con un suspense muy medido, lo que en un film político es, cuando menos, raro, y por una tensión que no decae en ningún momento. Apoyado en unos diálogos sin desperdicio, que dejan claros la ambición política, el gran esfuerzo en tiempo y dedicación, las luchas internas entre distintos mandos por sus diversas formas de afrontar un mismo problema, las difíciles decisiones a tomar y la enorme responsabilidad que recae en políticos, que solo son hombres. Poco corrientes, pero hombres.

Se hace hincapié en la amistad, lealtad y valentía de los hermanos John F. y Robert Kennedy, y en su ayudante y amigo Ken O'Donnell, auténtico triunvirato que hubo de soportar grandes presiones en una situación en extremo delicada, en la que un error resultaba, literalmente, desastroso, con terribles consecuencias.

Un buen casting hace que los políticos estén representados por actores que guardan un gran parecido físico con ellos. Robert Kennedy y Lindon B. Johnson lo clavan y ello refuerza la sensación de estar contemplando, más que una película, un documental donde les vemos en su salsa, cansados, excitados, estresados, sin dormir y sometidos a todo tipo de tensiones e incertidumbres.

Se dejan caer frases de rechazo a los Kennedy que nos hacen pensar que muchos de los que tenían poder no los querían al mando del país más poderoso del mundo por, dicen, católicos débiles y en exceso prudentes.

Quizá la mejor película sobre política internacional que he tenido el gran placer de ver.

La recomiendo sin reservas.

"Las guerras van a terminar el día en que las consecuencias de las mismas les lleguen a las personas que las declaran".

No recuerdo quién fue la personalidad que acuñó la precedente frase, ni si es así como fue exactamente expresada. Pero la idea que trasmite es una verdad como un templo, y la posibilidad - relativamente nueva en la historia de la humanidad - de una guerra nuclear, finalmente trajo a la realidad dicha situación.

Ya no son solamente soldados anónimos los que mueren en batallas en parajes lejanos y exóticos mientras los burócratas que las dirigen contemplan todo desde sus cómodos sillones en sus casas de gobierno.

Durante los años de máxima tensión de la Guerra Fría, estaba claro: si explota la bomba, explota en casa. Esta revelación en la otrora frívola mente de los políticos, reflejada en la escena en que el personaje de Kevin Costner (asesor de Kennedy) contempla a su hijo temiendo perderlo, o en la de la empleada de la embajada de U.R.R.S. que llora temiendo morir, es una de las temáticas subyacentes en esta buena película llamada "13 Días". La puja entre los pocos "hombres sensatos" en los estados que quieren evitar la catástrofe, y las siempre presentes "aguilas" militares reaccionarias, que ven en "atacar primero" la única solución a un conflicto, es otra.

Algunos hechos "basados en una historia real" resultan mejores thrillers que los de los mejores guionístas, y la crisis de los misiles cubanos, daba tema como pocos otros. Una cuidada dirección de actores, buenas caracterizaciones y desempeño actoral hacen de este, un film recomendable.

Con un ritmo ágil, sin perderse en largas diatribas sobre la bondad de un bando y la maldad de otros, como pasa en algunas películas de este género, "Trece días" es una película con tono documental (narrado sólo desde el lado norteamericano) sobre la difícil crisis de los misiles de Cuba en 1962. El que busque otra cosa que no sea el desarrollo de la crisis y los avatares de unos y otros por salir airosos, que busque otra cosa. "Trece días" vuelve a presentar la beligerancia de las altas esferas militares de los EE. UU., tema que sigue estando de actualidad.

Notable película de intriga en la que se narra desde un muy buen punto de vista histórico como la Crisis de los misiles en Cuba de 1962 estuvo a punto de cambiar la historia y el mundo que hubo tras ella y que llega hasta el que ahora mismo conocemos. El film muestra muy bien como la administración de John Fitzgerald Kennedy llevó la crisis como la máxima de las prioridades, y que intentó por todo los medios que no se llegara a la guerra que estuvo a punto de producirse. La película también muestra el compromiso soviético por llegar al entendimiento y no producir la guerra que, la verdad sea dicha, a ninguna de las dos partes les interesaba, el mundo había aprendido de la Segunda Guerra Mundial y nadie quería volver a pasar algo igual o similar, aunque si es bien cierto que algunos sectores de los dos bandos reclamaban el conflicto. Por suerte se acabó imponiendo la cordura. Echo en falta en la película, aunque sea un poco, como se coordinó todo desde el lado soviético, ya que la película se convierte entonces en una especie de propaganda americana. No obstante la película narra muy bien los hechos, es lo mejor de la película junto con el papel de Bruce Greenwood, Kevin Costner y Steven Culp. También cabe destacar el buen reflejo que se hace de la personalidad de JFK, católico confeso y defensor de la paz, una pena que se lo llevaran por delante.

A pesar de las formas, la técnica empleada, la música, etc. no nos encontramos ante una típica película comercial surgida entre guionistas que crean filmes por doquier sin tener en cuenta su calidad o su contenido. En esta, aunque conserva ciertos tintes patrióticos, apelando al mecanismo de propaganda surgido en la guerra fría que colocaba a los norteamericanos como "salvadores de la libertad", la trama de la película tiene una gran consistencia histórica y refleja las disputas entre los altos mandos de la Casa Blanca y el Pentágono. Es la continua lucha entre militares y políticos progresistas.

La actuación de Bruce Greenwood es digna de admiración. Aunque la narración se hace durante ciertas partes algo lenta, su constante tensión hace que el espectador no pueda dejar de prestar atención a la pantalla, y se sumerja de lleno en los problemas.

Resulta interesante por el hecho de haber desafiado a los estereotipos hollywoodienses y crear una película que va más allá de la intención de cosechar ingentes cantidades de dinero.

Para octubre del 1962 el mundo vivió momentos de alta tensión, cuando estuvo tan cerca de la Tercera Guerra Mundial. La Unión Soviética está construyendo una base en la isla de Cuba de armamento nuclear, a 90 millas de los EEUU. Durante trece días, las relaciones entre Washington y Moscú se convierten en una tensa y delirante agonía.

El personaje de asesor de Kevin Costner tiene la intención de poner el espectador en la misma posición en que estuvo el presidente Kennedy, que tuvo que lidiar con asesores que pretendían imponer sus puntos de vista, unos a favor y otros en contra de la negociación pacífica. Aunque el film resulta en ocasiones un poco lento y tedioso, la realidad es que la trama real fue así.

La película tuvo un presupuesto de $80 millones y generó por venta de taquillas la cantidad de $67 millones, además recibió diez nominaciones a diferentes premios y/o festivales de cine, de los cuales ganó tres de ellos.

Con motivo de la muerte del dictador cubano que toda la progresía lamenta y evoca, pero que, por supuesto, ninguno ha padecido ni estaba dispuesto a sufrirlo, sólo a elogiarlo desde la comodidad del sofá y la moqueta, desde la lejanía admirando un régimen marxista que ha condenado a su pueblo al exilio y a la miseria económica, me han dado ganas de volver a revisar y apuntar algunas reflexiones cinéfilas “contaminadas por la vida”, como dice un compañero al que admiro aunque no comulgue con sus ideas, sin ánimo de aburrir al personal con datos enciclopédicos de Wikipedia, que todos pueden consultar. Sin duda, el mejor film de Roger Donaldson, poco valorado como “13 días” que recrea la famosa crisis de los misiles, propiciada por el Comandante Castro al echarse en manos de los soviéticos perpetuándose en el poder y permaneciendo casi 50 años como grano molesto de los yanquis.

Gracias a un espléndido guión, donde no faltan las significativas imágenes de las explosiones atómicas, lleno de tensiones personales y estrategias políticas al borde de la una guerra nuclear, el film supone un cierto prólogo al “JFK” de Oliver Stone. Me refiero concretamente a los halcones del Gabinete de Pentágono que asesoraban al presidente Kennedy, durante la instalación de los misiles soviéticos en Cuba, dejando claro la aversión del estamento militar contra los Kennedy, John (Bruce Greenwood) y Robert (Stiven Culp). Pues el “JFK” de Stone deposita cargas de profundidad a la relación de los poderes fácticos con la familia católica de Massachussets. Prueba de ello es la imagen fordiana en que las dos sombras de los Kennedy reflejadas en el porche de la Casa Blanca, insinúan claramente lo que es de sobra conocido por la historia (spoiler).

Junto a los Kennedy tiene un papel muy relevante, el consejero político Kenny O´Donnell (Kevin Kostner), compañeros de juventud y carrera política que protagoniza dramáticamente el film, mostrándonos la guerra psicológica que se dirime en los despachos, es también la alta política, como una partida de ajedrez en el tablero geográfico del mundo. La villanía en el film, y ahí reside su mérito, que algunos no captan, no está en los soviéticos ni siquiera en Castro, sino en el poder militar deseoso de poner en marcha la maquinaria bélica para reparar los errores cometidos en “Bahía de cochinos”, el frustrado derrocamiento del tirano Fidel, sin pensar en las consecuencias que podrían devenir.

La bondad apunta pues, a los Kennedy y su asesor de confianza, ambos demócratas, católicos practicantes que temían por una catástrofe irreversible. La excelente puesta en escena de Donaldson, con gran pulso narrativo, sus 140 minutos pasan enseguida, reflejado mediante panorámicas bélicas de acción y ataque, planos medios y cortos, donde la tensión es constante en los responsables políticos cercanos al presidente, la presión de la prensa, y la soledad del dirigente a la hora de tomar decisiones de responsabilidad que puede afectar a muchos millones de seres humanos, así como a sus propias familias. Todo ello se completa con imágenes en blanco y negro, cuya función principal es recordar que estamos ante una reconstrucción de la realidad, un fragmento de la Historia, casi un documento por su veracidad. Y es que, el sol debe salir cada mañana y lo que el hombre estropea debe saber recomponerlo y solucionarlo.

No es un tipo de cine que me gusta, si hubiera sido por mi nunca hubiera elegido ver una peli como esta. Y eso me demuestra que a veces está bien salirse un poco de lo habitual, porque la verdad es que me ha parecido una buena película, interesante e inteligente, que muestra con acierto un episodio de la historia reciente del mundo que, la verdad, sólo conocía de pasada.

Un tratamiento muy correcto de todos los personajes, lejos del habitual maniqueismo de las películas americanas que tratan de sus grandes ídolos (por supuesto, hablo de Kennedy).

Para mi gusto, le sobra un poco de metraje, pero como la historia está tan bien contada, con el punto justo para intrigarte, se le puede perdonar

Un film que trata de mostrar los entretelones de lo que podría haber sido la decisión más importante de la historia humana. A pesar de las presiones, Kennedy logra resistir. Lo hace con verdadero talento: a pesar de optar por la paz, no parece un débil pacifista.
Los planes para invadir Cuba existían ya hace algunos años; lo que no muestra la película es que los soviéticos, gracias a sus espías, obtuvieron información sobre esos planes y decidieron trasladar esos misiles para defender la isla o disuadir a los belicistas estadounidenses del pentágono. Después de la aplastante derrota norteamericana en Bahía Cochinos, comenzaron los planes de invasión, y a Kennedy no le queda otra que heredar esos planes y ese conflicto; pero como el mismo Castro reconoció, poseía el presidente un talento intelectual innegable. Aferrado a su círculo interno, que se debate entre tantas posibilidades, logra mantener la frialdad que la situación amerita.

La película está bien, tiene su algo de "tensión" y muestra lo cerquita que estuvimos en el mundo de ir a una 3ª guerra mundial.

Keven Costner me parece hace buen papel en esta película, por fin, al igual que los actores que hacen del presidente y su hermano.

Algunas imágenes militares de la película son espectaculares. Consigue mantenerse cierta tensión aunque como ya se sabe el final, pues no es lo mismo.
Te demuestra como era la guerra fría, los intereses que había en aquel momento y todo, es lo malo, lo hace desde un solo lado, el de los norteamericanos. No obstante se deja ver bien.

Aunque se hace un poco larga hacia el final, hay que reconocer que Roger Donaldson realizó un buen trabajo con "Trece días". No es fácil mantener un ritmo narrativo tan correcto en una trama eminentemente política, explicando todos los aspectos de manera comprensible y, sobre todo, la gravedad de la llamada "crisis de los misiles". Problema serio al que tuvo que enfrentarse la Administración Kennedy, no sólo por la posibilidad de desencadenar la Tercera Guerra Mundial al originar un conflicto con la U.R.S.S., sino también porque el por entonces Presidente de E.E.U.U fue mirado con lupa por todo el planeta en cuanto a las decisiones que adoptó.
Puede decirse que "Trece días" realza la figura de Kennedy y del gabinete que le apoyó para superar la situación, encabezado aquí por Kevin Costner en el papel de Kenny O' Donnell, amigo y asesor personal del Presidente. Éste, interpretado por Bruce Greenwood, quizá no se ajusta demasiado en la caracterización, pero sí en sus convicciones pacifistas, las cuales le crearon también tensiones internas con algunos de sus propios militares deseosos de guerra y probablemente lo convertían en "débil" a ojos de sus enemigos. Donaldson no obvia tampoco estos aspectos, ni olvida la importancia del tercer protagonista de la historia: El Fiscal General del Estado, Secretario de Justicia y hermano de John F. Kennedy: Robert. A propósito de él habría que comentar que su parecido físico se asemeja más con el del propio Presidente que con Bobby Kennedy. Por último, a destacar entre los secundarios el rol de Dylan Baker como el Secretario de Defensa Robert McNamara.
En definitiva, una buena película de corte político que sabe sostener el suspense y la intriga que provocaron momentos dramáticos durante esos trece días de octubre de 1962. Momentos que todavía, por desgracia, podrían repetirse con el empeño en armarse de países como Irán o Corea del Norte actualmente.
Mi nota: 7,3

Al ver el cartel de la película no iba yo muy convencido en que iba a ver una buena película sobre un tema que pudo cambiar la historia del mundo de no ser por la intervención de Kennedy y su equipo; y la causa era que en ella aparecía Kevin Costner, debo puntualizar que aunque esto que digo pueda ser una idiotez, muchas veces las personas nos guiamos por los nombres que aparecen en el reparto de las películas y dejamos de verlas por ese mismo hecho (Kevin Costner nunca me ha convencido)... pero me llevé una grata sorpresa al comprobar que hizo uno de sus mejores papeles hasta la fecha como secretario de Estado del presidente Kennedy.

Es una película muy bien ambientada en la época, es algo larga pero no se hace pesada a pesar de que la mayor parte se desarrolla en los interiores de la Casa Blanca, lo cual dice mucho de ella.

A mi modo de ver aunque se trata de un hecho histórico y todo lo que ves sucedió, la película adquiere en ocasiones tintes de "americanada-heróica-patriótica" y más que nada es por la música de acompañamiento que no cesa en todo el transcurso -la música es un tipo a la de la serie de televisión "El equipo A"- que podrían habersela ahorrado.

La mejor forma de resumir esta película, es definir sus intenciones, que sirven además, para alagar el film, pues hay cierta aura de nobleza en él. Lo mejor que se puede decir es que es un film que se aleja de las demás prototípicas producciones con esas grandes pretensiones y con el típico “tufillo patriotero”. Es un tanto inevitable que los EUA salgan como el único país que pueda solventar las cosas, pero no tiene ninguna intención propagandística, sino más bien histórica, y bastante amena, por cierto.

La acción del film acontece poco después del intento de invasión por parte de los EUA en Cuba en la bahía de los Cochinos, hecho que propició la alianza de la URSS con Cuba que provocó la instalación de misiles soviéticos en el país con la mera intención de defensa. Pero como siempre, el egocentrismo de EUA como única potencia capaz de disponer de armamento nuclear, iniciaron un bloqueo a Cuba para evitar así la entrada de armamento nuclear. Esos días de gran intensidad pudieron provocar una gran guerra.

El film se sitúa en esos hechos y hay que admitir que se puede catalogar como una clase de historia de 140 minutos bastante amena y productiva. Uno debe saber que es lo que va a encontrarse en ésta cinta: Montones de escenas de diálogos y de debates de cómo se debe actuar.

Este hecho, también puede llegar a empañar un poco el film, pues pese a que se digiere bastante bien, para algunos puede que les resulte demasiado largo, y es que es bien cierto que su segunda mitad no tiene el mismo empaque, haciendo que su última parte de la trama no se siga del todo bien no por la complejidad de su guión, sino porque puede llegar a hacerse un tanto tediosa y repetitiva, haciendo que el público vaya perdiendo poco a poco el hilo.

Por lo demás, no deja de ser un más que correcto thriller político, respaldado por unas bastante elogiables interpretaciones de todo su destacable reparto.

Trece días intensos que decidieron el futuro del mundo y el de una família, los Kennedy. La invasión de bahía cochinos, el pulso con los comunistas, el enfrentamiento con Castro... hechos que dieron origen a la confabulación de algunos contra el presidente de los Estados Unidos, contra la democracia y contra la libertad de los ciudadanos de un país que proclama a los cuatro vientos que es la tierra de las oportunidades y de la libertad. Cuando algo hay que repetirlo muchas veces, cuando algo hay que gritarlo cada vez más fuerte, es porque de ese algo, fundamentalmente, se carece.

Increíble el parecido físico del actor Bruce Greenwood que encarna a JFK con el mismísimo John F. Kennedy.

Podría tratarse de la precuela de la película de Oliver Stone "JFK, Caso abierto"