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32 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
5
Una historia de la RDA
La última película de Christian Petzold (“Jerichow“, 2008) comienza ofreciéndonos una sugerente exploración de la hermética personalidad de su protagonista, Bárbara (Nina Hoss), una doctora “castigada” por el régimen socialista de la República Democrática de Alemania a ser trasladada de Berlín a un hospital menor sito en una apartada zona rural. Una reprimenda estatal debido a la intención de marcharse a la Alemania Federal, que la susodicha manifiesta solicitando el permiso de rigor a su país. Todos los esfuerzos de la distante y enigmática protagonista parecen centrarse en una evidente planificación de fuga de la RDA, pese a que la cinta no muestre demasiado detalle acerca de lo citado y prefiera limitarse a reflejarlo en dos forzadas e intrascendentes escenas de no poca duración, que buscan generar misterio en el espectador.

En lo que se refiere a la parte que nos muestra la progresiva pero lenta evolución del personaje de Bárbara nos adentramos en un terreno que además de interesar, fascina por la sólida interpretación de Nina Hoss (“La masai blanca“, 2006), en muchos momentos sexy incluso sin buscarlo, pues su arisco rol contrasta con un atractivo generalizado de su personaje que precisamente capta la atención de André (Ronald Zehrfeld), aquí su compañero y jefe en el hospital, a la par que un tipo visiblemente fascinado por la presencia de Bárbara, a la que trata de acceder, sin prisa pero sin pausa, con gestos amables. Pero poco a poco esta buena baza que tan grata sensación causaba en sus inicios se va difuminando entre varias historias alternativas que surgen, o mejor dicho se insertan con cucharilla, por el camino. Incluso una de ellas pretende ser la que guíe el argumento central, llegando a despistarnos, pues la trama sobre la que todo debería girar es la concerniente a los personajes de Bárbara y André, desde la perspectiva de la evolución de su áspera relación entre ambos, algo que lamentablemente se abandona en favor de otras situaciones.

Son momentos carentes de interés pero ricos en minutos inmerecidos, como el de un personaje que sale de repente y de Dios sabe dónde, que tiene alguna clase de relación con Bárbara y que pretende protagonizar una historia intensa y emocionante según se vislumbra en su envoltorio, pero que se queda en una serie de escenas que no me importan y cuya existencia no logro llegar a comprender. Igual sucede con Mario (Jannik Schümann), otro personaje sacado del cajón de las sorpresas, un paciente acompañado de un rastro de exagerado dramatismo que ni siquiera comienzo a creerme, considerando que la presencia de esta historia inútil no sirve para absolutamente nada: ni para reforzar los matices de los personajes centrales, ni para dar fundamento a la trama. Bueno, para algo sirve: para aburrir y extender un metraje que debiera haberse recortado pese a no ser ésta una película de gran duración (105 min). Puntos que podrían haber ofrecido mucho, como un reflejo más detallado de la opresión socialista en la RDA y el agente interpretado por Rainer Bock (un inquietante personaje con pinta de poder haber dado mucho), se desperdician incomprensiblemente.

Resumiendo: una cinta que arranca bien y ofrece buenas sensaciones pero que se equivoca en la elección de los temas que verdaderamente importan, relegando la historia de André y Bárbara a casi un segundo plano ensombrecido por vacuas subtramas que terminan apoderándose de una desproporcionada cantidad de minutos, para lo poco que aportan. Otra de esas películas que veo removiéndome en la silla, fruto de la incomodidad del momento, y durante las que termino jugando a las batallas de rugidos de tripas con la compañera de al lado (gané yo con un enfurecido sprint final). No estamos ante una mala cinta, puede que incluso sea de interesante visionado, especialmente para los amantes de pequeñas y escondidas historias que se adentran en la psicología de un determinado personaje y los motivos que lo llevan a mostrar esa actitud. Una pena que no hayan sabido centrarse en la historia más importante, la exploración psicológica de la protagonista y el desarrollo de la relación con su compañero médico, y en su lugar hayan querido vender humo desde torpes e innecesarias subtramas. Cuesta mucho soportar el aburridísimo tramo final.
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27 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Huir del silencio
Que aún hoy en día sigan haciéndose películas sobre las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial es remarcable. Pero más trascendente aún es que, conforme los años pasan, la intensidad de ese momento histórico perdure y se haga más palpable aún en la pantalla que cuando la época se sentía más cercana. El director Christian Petzold aplaca los sentimentalismos fáciles de las películas históricas para plasmar una historia de amor sin música, sin caricias, sin sonrisas, pero con la fuerza inconmensurable del silencio de los pensamientos.

Bárbara vive en la Alemania del Este en los años 80. Es pediatra. Está enamorada de un joven que vive del otro lado del muro. Ha solicitado su salida para irse con él. El castigo: trasladarse a trabajar en un hospital de provincias. Allí, la soledad es lo único que suena más fuerte en su cabeza que los planes para escapar. El silencio lo inunda todo, hasta que conoce a un compañero de trabajo. Será entonces cuando los sentimientos retumben aún más fuerte dentro de ella y sólo el silencio pueda acallarlos. Tendrá que decidir si huir con su pasado o afrontar el presente.

Haciendo así testigo al espectador de una vida introvertida y encarcelada en la supervivencia política y burocrática, la actriz protagonista Nina Hoss (Anonyma – Una mujer en Berlín) carga con el peso de una realidad atormentada mientras convence a todos de que nada importaba, de que nada existía. La opacidad del personaje se vislumbra en escasas ocasiones, con plena libertad para que cada uno la interprete y la sienta a su parecer. Un genial ejercicio de interpretación, enmarcado en una fotografía menos pálida y triste de lo habitual, lo que da ciertos permisos para disfrutarla más.

Toda la cinta se basa en diálogos, la música sólo se permite en dos ocasiones y los sonidos ambiente reflejan frialdad, cotidianidad y un argumento sin carencias, fuerte y autónomo que no necesitaba de adornos. Una experiencia sobre la confianza, el miedo, el amor, las decisiones y la bondad: esas cualidades tan humanas y tan necesarias como conocer a Bárbara.
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15 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
En todas partes cuecen habas
Si Christian Petzold no hubiera cargado tanto las tintas, o al menos hubiera utilizado otros recursos menos estereotipados, en la supuesta maldad intríseca de los totalitarismos socialistas; no tanto en el desarrollo total si no en momentos puntuales: registros, encarnizamiento de los agentes, vecinos chivatos, campos de trabajo.... su película me hubiera resultado más creíble.
En "La vida de los otros", referente obligado, se puede entender el celo de los vigilantes del régimen, al tratarse de personas con capacidad intelectual e influencia para socavar los cimientos del "atroz sistema", nada que ver con nuestro maravilloso mundo de libertades; pero en "Bárbara" no me creo ese montón de recursos al servicio de la posible disidencia de una médico con un novio del "otro lado", aunque sea una supuesta fuga de talentos (a nuestros gobernantes actuales no les importa en absoluto, por eso gozamos de una vida envidiable).

A pesar de mi perorata anterior, yo no quemo la película que no deja de tener otros interesantes acompañamientos a los que me sumo, el personaje del médico rural, por ejemplo.
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17 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Puro sentimiento.
Película sobria (tan austera como la historia que cuenta), tanto a nivel visual como al del propio núcleo de la misma, que se sustenta con solidez en el tratamiento de unos personajes moviéndose en un contexto, no por caduco menos interesante, en el que los sentimientos son el motor de una rebeldía íntima que los transforma, como humanos perfectamente identificables.

Elaborada con la precisión de un tiralíneas y con cronómetro en mano es un trabajo, no sólo artesanalmente digno, sino potente, capaz de desnudar ante el espectador un proceso sentimental con una sencillez psicológica digna de elogio, evitando trampas barrocas y exponiendo la (de esta forma) inevitable profundidad de un naturalismo simple.

Técnica, argumental e interpretativamente correcta, resulta un trabajo intimista de corte clásico al que, como con los buenos trajes (o los buenos platos), no hay nada que objetar.

En resumen: recomendable.
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10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Vigilancia
El alemán Christian Petzold refleja en su sexta película la desconfianza surgida entre los ciudadanos que. padecen un régimen totalitario. Admirablemente interpretada por Nina Hoss y Ronald Zehrfeld, en “Barbara” la suspicacia planea entre opresivas y omnipresentes miradas de confidentes apostados en cada esquina. Buenas personas que fueron captadas en momentos de debilidad, ya para siempre instrumentos para la perpetuación de la tiranía.

Los deseos personales, el altruismo y la necesaria prudencia se entremezclan en una trama que muestra un gran respeto por la inteligencia del espectador y mantiene el delicado equilibrio entre anécdota intrigante e inquietudes íntimas.

Una gran película repleta de citas literarias, que transmite y entretiene.
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10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
ROTUNDA Y REDONDA
El lenguaje de las miradas, de los gestos, de los silencios... La elocuencia de BÁRBARA traspasa la pantalla y te obliga a mirarla, entendiendo sus por qués.

No existe concesión en su hora y media larga. Tampoco existe un tiempo preciso donde se explique lo que estás viendo. Sería necesario en otras circunstancias, pero aquí tu formas parte de la trama y te llegan tanto su tragedia como su conflicto, enarcando un entorno y la vida que asume.

Cine de calidad, para tiempos convulsos.

UN 8
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8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
El viento
Las películas que incorporan el viento como elemento expresivo suelen ganar para sí un intangible que el espectador siente en sus vísceras como algo agreste, bello, físico, opresivo y a la vez liberador. Una especie de realismo poético, de gran ambiguedad por lo que tiene de inquietante y de puro al mismo tiempo. Además es cinematográficamente muy potente. Si yo hiciera películas, haría viento.

Tras este inciso excesivamente íntimo, aplaudo esta película cuya banda sonora es el viento y cuyo conductor eléctrico es una joven doctora alemana llamada Bárbara. Es un tema tan atractivo como la imagen del viento en los árboles, el de un personaje que traiciona sus propósitos. Si el vehículo para ello es una actriz llamada Nina Hoss, el gozo puede ser mayúsculo.

Nina Hoss, la distante e inexpresiva Nina Hoss, puede llegar a aburrirnos con sus pedaleos eternos, pero para que eso no ocurra, nos regala estratégicas sonrisas que la hinchan de humanidad y nos dan migas de pan para el optimismo, para un gozo más intenso gracias a la escasez. En la hermosura del campo, habitan seres grises cuya única luz es la que ellos mismos son capaces de generar. Nada más les alimenta. La única esperanza pues, reside en su interior, en lo que pueden dar de sí en un entorno que no por bello, deja de ser asfixiante.

¿Es posible vivir en el Empordà si odias el viento? ¿Es posible vivir en Lleida si odias la niebla? ¿Es posible vivir en Sevilla si no soportas el calor? El viento, la niebla, el calor, pueden ser asfixiantes, pero solo para aquellos cuyo único tema de conversación es el tiempo que hace. Son otros los factores que deberían condicionarnos. Doy brochazos para no tener que escudarme en el spoiler. A groso modo, metafóricamente, de eso va esta película. Y logra su propósito con considerable intensidad, logra retratar la asfixia, soportada con estoicismo, y el aliento, que llega con la misma fuerza que las olas de un mar enbravecido. Un buen guión, una actriz estupenda en su capacidad de comunicación, y por supuesto el viento incesante, son las claves con las que Christian Petsold consigue sobradamente su objetivo, a pesar de una dirección que a la hora de narrar, en algunos momentos (solo en algunos) peca de escueta y en otros de excesiva. Por lo general se compone una buena sinfonía, con un buen equilibrio entre el realismo y la dramatización, un tono de lo más germánico.

La vida es más sencilla de lo que parece, se reduce a saber cuales son aquellas cuatro cosas contadas que nos importan verdaderamente. Llegar a averiguarlo es lo realmente difícil. A veces, es necesario asfixiarse en el viento para saberlo.
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6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Le falta el latido...
Vista esta tarde en la Seminci. No discuto el objetivo final de la película, no discuto la cantidad de pasos que da para conseguirlo (realmente la historia se hace muy aburrida en determinados momentos), no discuto la revindicación histórica de su contenido, ni siquiera las buenas interpretaciones. Discuto dos cosas. El final copiado de Casablanca, que a estas alturas de la historia del cine creo que hay que criticar, y el "latido" de la película. Ni hace pensar demasiado, ni impacta, ni hace sentir lo más mínimo, y un ritmo lento, pesado, aburrido que duerme cualquier ánimo de interés que llevas por verla. Una gran decepción. No todo vale en cine independiente. El cine independiente o te llama la curiosidad, o te impacta, o te hace sentir, o te engancha, o te enseña. Barbara, consigue matar todo esto poco a poco, a fuego lento, para intentar dar una bocanada de aire con un final "ya visto".
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15 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Larga vida al minimalismo
Nina Hoss no me canso de verla. Yo cambio '100 tanques' por films como este, como con simples y cotidianas cosas hacen una película intensa, intima, en un sencillo escenario, una historia como tantas que habrá por allí, ésta Barbara, es una alemana más que hay que agregar a nuestra lista de cine íntimo, plasmado en un escenario interesante por lo histórico – político, apenas rozándolo pero con los condimentos justos para meternos ya sea en esa dura época de transición como en la vida diaria de este personaje.
No quiero dejar de lado la actriz maravillosa que es Hoss, ya me había dejado devastada la cruel y ensañada ‘Anonyma’, otra joya alemana de una inhumana excelencia.
Una mujer que con su actitud lo dice todo, muestra su fuerza, su dolor, su protección (esta la mayor parte del film cruzada de brazos), solo verla atravesar ese ventoso pueblo en la bicicleta con su pollera y su atuendo tan magro y femenino y sin embargo no cede a sus convicciones, hacen él film.
La historia, si, es una más, el punto es lo bien llevada que esta, como digo, son de esos film que te hacen entrar en trance y no quieres que terminen aunque solo veas al protagonista deambular por el pueblo en bicicleta, aunque no escuches una sola palabra, porque no la necesitas, porque la fuerza de las imágenes son tales que te transportan a un lugar ficticio (pero que sí existió) del cual no quieres salir.
Ese pueblo que aún muestra indicios de que fue bonito y colorido, y hoy esta tan triste y vacío, sin embargo la fuerza de esos 2 personajes, los doctores, te prometen un futuro no sé si de salvación pero al menos de que no van a quedar solo en el intento.
Tal vez lo que le reprocharía es que el momento de quiebre del personaje central es bastante obvio o tal vez me lo resulte a mí ya que repito estos banquetes como les llamo, los consumo casi a diario y ya me los conozco de memoria aunque nunca me cansaré de ver este cine que ya de arranque sabes que solo puede ser inteligente, hipnótico, placentero, una historia en la que entras y ya no quieres volver, o al menos no vuelvo yo.
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5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Belleza, reflexión y excelencia
Los que hemos vivido y visto ya una importante porción de vida e Historia nos aplicamos el dicho del latino Publio Terencio Africano en su comedia Heauton Timoroumenos (“El enemigo de sí mismo”) cuando escribió: "Homo sum; nihil humani a mealienum puto" , que viene a querer decir: “Hombre soy, nada de lo humano me es ajeno”. Pero para quienes no saben o no han vivido y visitado sitios y lugares, este film es junto con otros como “Bye bye Lenin” o “La vida de los otros”, indispensable para conocer el horror de las dictaduras comunistas, y más concretamente lo que ocurrió en la vecina ex – República Federal Alemana.

La historia se desarrolla en Alemania Oriental en verano de 1978. Bárbara es una médico represaliada por el régimen comunista presidido en aquel entonces por el siniestro Erich Honecker, a quien mandan a un hospital de provincias. Su estancia allí es una auténtica tortura, pues se ve sometida a constantes inspecciones, cacheos y otras vejaciones; pero acabará adaptándose gracias a la ayuda del jefe del hospital, un hombre bueno y vocacional de la medicina con quien logra establecer una buena vinculación. La trama y el desenlace hablan de los altos valores humanos de los principales protagonistas de la obra.

Cristian Petzold dirige magistralmente este film que no en vano le valió el Oso de Plata al mejor director en el festival de cine de Berlín 2012. Fotografía, guión y músicas de enorme calidad. Y la excepcional interpretación de una actriz que yo, lamentablemente desconocía: Nina Hoss, quien junto a Ronald Zehrfeld bordan el cuadro interpretativo junto a otros secundarios igualmente buenos. Pero la Hoss hace un papel de excelencia con su expresividad, su gran belleza y su tempo interpretativo que la colocan, para mi modo de ver, al lado de otras actrices europeas clásicas de mi época como Liv Ullman o Ingrid Bergman, por mencionar sólo dos.

Y digo yo ¿qué nos pasa con la cosa de ver tanto cine americano teniendo en pantalla –contadas, eso sí- bellezas como “Bárbara”?. Yo creo que se está perdiendo el gusto estético, la capacidad para profundizar o el sentimiento a la hora de ir al cine. Uno sale de este peli pensando muchas cosas, cosas tanto terribles como buenas. El clima asfixiante de las dictaduras comunistas, pero también el buen espíritu de sus personajes principales que se ocupan de sus prójimos hasta casi dar la vida por ellos. Amigos y amigas, jóvenes sobre todo, no os perdáis esta hermosa historia contada con una calidad suprema, en ella podréis ver reflejado el espíritu humano en todas sus facetas y también recordar la Historia para que nunca jamás se vuelva a repetir.

Es sin duda uno de los mejores dramas europeos de este año por su excelente guión y el mensaje que deja a los espectadores.
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5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Fría como la DDR
Barbara es una mujer que vive en Berlín Oriental trabajando como médico. Su novio vive en Berlin Occidental, y ella solicita permiso para trasladarse al otro lado del muro. No solo se lo deniegan, sino que es trasladada a un hospital en una zona rural de la DDR. Allí se siente constantemente vigilada, y empieza a planear la fuga.

Normalmente el tema de las películas no tiene mucha influencia en que me gusten o no, ni en que elija una u otra película para ir a ver. Pero hay excepciones. Esta película he ido a verla porque me gusta el tema. Y tal vez mi subconsciente iba buscando encontrar otra “Vida de los otros”. Error. Esa película ya pasó, y es demasiado buena como para que las demás tengan que soportar la comparación. Pero es inevitable que me embargase un cierto sentimiento de decepción. Me esperaba más. Y cuando vas a ver una película no es bueno esperarse nada.

Tratando de dejar eso al margen y ser lo más objetivo posible, diré que “Barbara” es una película correcta pero carente de alma. No creo que nadie pueda decir que sea una mala película, ni que los actores no estén bien, ni que tenga grandes fallos. Solo tiene uno, pero muy grande: no transmite, no emociona, no llega. Es una faena de aliño, una película de inventario. Llegas, la ves, y te vas igual que viniste. Si, como a mi, te interesa el tema, puedes disfrutar un poco con la recreación de la época, con la austeridad y minimalismo de la sociedad comunista de los años 70, incluso con la insensibilidad hierática de los miembros de la Stasi, pero ya está. Como película en sí misma, me parece sosa, totalmente insustancial. Un aprobado justito.

La historia y la película habrían ido por mejor camino si se hubieran centrado en la relación entre Barbara y el médico, o si se hubiera profundizado más en el plan de fuga y las dificultades por la estrecha vigilancia a la que estaba sometida. Pero se queda a mitad de camino en una cosa y en otra. Las llegadas de su novio, la presencia de la chica que enferma en los campos de trabajo, y el chico que se intenta suicidar están metidos con calzador y no dan juego. Al contrario, distraen, desvían y no están bien tratados ni bien resueltos, según mi modo de verlo.

La protagonista, Nina Hoss, es lo mejor de la película. Tremendamente sexy pese a no ser muy guapa y pese a su rol arisco dentro de la película, hace una interpretación fascinante y sólida. Ya digo, lo mejor con mucho. El resto del reparto está correcto, y creo que alguno incluso desaprovechado, como Rainer Bock, que está bastante bien en su papel de inquietante agente de la Stasi, al que creo que se le podría haber sacado mucho más jugo si la película se hubiera centrado más en ese tema, en lugar de enredarse con situaciones que no interesaban para nada y personajes que no aportaban absolutamente nada a la trama.

No me extiendo. Empieza bien, capta el interés, pero luego se va diluyendo, equivoca el camino y termina por volverse sosa, predecible (el desenlace final a lo “Casablanca” se ve venir con demasiada obviedad) y, según te pille, hasta aburrida. Yo tenía expectativas altas, y quizá me ha influído un poco en mi opinión sobre la película, pero realmente pienso que si yo, que suelo ser bastante receptivo para estas cosas, no logro sentir nada al ver esta película, es que algo falla.
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4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Cuando las circunstancias fuerzan a tomar decisiones importantes
Pues aquí llegamos con otra recomendación de esta web, atentos los que buscan cine comercial...que sigan de largo y cierren la puerta.

Bárbara es la historia de una enfermera que es puesta en libertad y enviada a ejercer su profesión en el hospital de un pequeño pueblo, donde los medios no son los más adecuados y donde su situación la hace refugiarse y encerrarse en si misma, negando de esta manera la posibilidad que la gente que la rodea se acerque a ella. Sin embargo, aparece o más bien abre los ojos y se encuentra allí casi siempre a uno de los doctores, quien desde el primer momento muestra un gran interés por esa rubia que se niega a tener contacto con cualquiera de ellos. Esa forma de actuar tiene una explicación (aunque no se especifique todo lo referente a ello) y poco a poco se irá acercando a la chica.

La historia es lenta, no nos vamos a engañar, pero es la velocidad de crucero que necesita la historia. Conocer el porque está sola, no se comunica y esconde dinero. A medida que avanza nos iremos adentrando más en su mundo y aunque no formemos el puzzle en su totalidad, si nos servirá para conocer esa conducta tan extraña y los acontecimientos posteriores. ¿Habrá un hueco en su corazón para el amor o está ya ocupado? Entre medias también podremos disfrutar de ver poner sus conocimientos médicos en práctica, especialmente en una chica embarazada y en un suicida.

Película muy recomendable a los amantes del cine independiente y de historias sencillas y que te llegan.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Da gusto verlos
Una bonita historia, en la que los tópicos no impiden que los sentimientos humanos, genuinos, invadan la película y le concedan toda la autenticidad que necesita. Eso es debido en buena parte a la personalidad de la actriz protagonista, y también a la del médico del pequeño hospital de pueblo a que es destinada como castigo por querer huir de la República Democrática Alemana, en los tiempos del muro de Berlín y la dictadura del estado socialista. Es también buena la caracterización de los personajes secundarios, y los fieles decorados y el entorno, que reproducen las condiciones de vida de aquella cercana época. Una sencilla y eficaz fotografía y la casi inexistente banda sonora, ayuda a completar la sensación de descarnada austeridad en la existencia en aquel pueblo, sometido al agobiante control del estado, También nos filtra la belleza de una existencia sencilla, en contacto con la naturaleza y con placeres íntimos, ajenos a la dictadura de la sociedad de consumo al otro lado de la frontera.
En resumen, es una película tranquila, solo superficialmente de denuncia política, sí de sentimientos, en la que se disfruta de los dos personajes principales y del entorno en que se mueven. Da gusto verlos.
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2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Tranquilas tardes bálticas
El bello, doliente y expresivo rostro de Nina Hoss sobre un desolado paisaje báltico; eso me queda en los ojos tras visionar esta contenida y sofocante película de Herr Petzold.

Pero hay algo más: un guión preciso y exacto, con la dosis justa de denuncia contenida; unos personajes compresibles y comprensivos; un mensaje final de sacrificio y esperanza.

Te la recomiendo, amigo filmaffinitista, a menos que seas impaciente o distraído.
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2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Pulcra, clásica, brillante. Petzold firma su gran obra
Una película en la que el paisajismo y los personajes que lo componen están capturados con una reposada, indesmayable y férrea inquietud. El viento constante, la sintomática y poco amable presencia de vecinos, el insistente placaje del comisario, la acritud del comportamiento de Barbara, lo precario del piso asignado a ésta, la gelidez de las estancias médicas… Una suma de elementos ambientales muy bien trabada por Petzold en esta obra de admirable resolución emocional. Sin subrayados, dejando que la precisa tensión temporal haga que cualquier decisión que los personajes tomen sea verosímil.

Bárbara consigue al mismo tiempo ser la impenetrable radiografía de una mujer oculta en la aspereza de su gesto y la pegajosa narración del suspense que la habita en el fondo. Un film magnífico.
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2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Asfixia en la RDA
Nina Hoss, musa del director Christian Petzold, recibe un papel increíble para lucirse. Los silencios, las miradas, los gestos son los que nos narran el drama.
La verdad de una médica que sale de prisión para trabajar en un hospital de provincias. Se percibe la RDA decadente, con un desarrollo tecnológico limitado pero con unos profesionales de primera calidad. Dibuja una atmósfera asfixiante entorno a Bárbara donde la falta de libertad le hace odiar el sistema sin ambages. La Stasi acosándola sistemáticamente, la fuga de cerebros, la escasez de medios materiales, los principios morales de los médicos todos estos temas y muchos más. La importancia de la resistencia silenciosa que va tejiendo redes de amistades que generarán en el futuro un cambio que se manifestará sin revolución violenta en 1989.
No se hace una lectura maniquea aunque la animadversión hacia el Este es manifiesta.
Una película necesaria continuadora de La vida de los otros. Estamos con sed de ver películas con temática de la RDA. Good by Lenin cayó en muchos tópicos pero con Bárbara profundizamos con actitudes morales de la resistencia pacifista que aún no se había tocado explícitamente.
Cine con mayúsculas.
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2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Entorno irrespirable
El cineasta alemán logró alzarse con el premio al Mejor Director en la Berlinale.
Una doctora asfixiada por un entorno político irrespirable en la Alemania oriental de los años 80.
Me gustó como nos la presenta, como una mujer callada, de carácter poco afable y poco a poco, nos descubre el origen del dolor que subyuga a la protagonista.
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2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
'Bárbara'
Como he leído en críticas anteriores: 'le falta latido'. Película interesante, entretenida, con buena interpretación y cinematografía que nos cuenta un retazo de historia perdida de una forma personal y paralela. Hay materia prima, pero le falta la profundidad y esa manera de transmitir que tienen películas como 'La vida de los otros.' No es comparable, no están al mismo nivel, y esto lo digo porque más de una crítica apuntaba a que fuesen películas de la misma rama.

De todas formas me parece una película notable y recomendable para todo aquel interesado en una historia más ligada a lo individual y a las circunstancias de las personas que la vivieron, que a los realismos históricos más bien documentativos.
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1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
"No puedes ser feliz aquí"
La película se encuentra ambientada en la Alemania Oriental de finales de los años setentas, la protagonista es Barbara (Nina Hoss) una doctora que es ubicada en un pequeño pueblo para que inicie labores luego de pasar un tiempo presa tras haber solicitado un permiso para abandonar la República Democrática de Alemania.

En dicho lugar comenzará su adaptabilidad al entorno, conoce al doctor André (Ronald Zehrfeld) que de inmediato se interesa por ella, así mismo a dos pacientes vitales para la trama, todo esto siendo constantemente acosada por funcionarios de la Stasi (Seguridad e Inteligencia del Estado).

Paralelamente, Barbara buscará con la ayuda de su novio Jörg (Mark Waschke) un empresario que vive en la Alemania Occidental una forma de salir del país e iniciar una nueva vida, con todo y los peligros que esto conlleva para ambos.

Barbara es un drama de un contenido sumamente fuerte, es un film que ciertamente no es accesible a todos los públicos puesto que su metraje se vuelve muy pesado, igualando claro está, lo que la historia bastante pesimista y opaca cuenta, pero que le resta puntos.

Un trabajo comedido sin duda por parte de Petzold, para un film muy bien realizado, que cuenta con muy buenas actuaciones por parte del elenco, una gran ambientación y una fotografía formidable por parte de Hans Fromm.
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1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Un gran retrato de la opresión comunista
Sin duda, la mejor película sobre la tiranía del Estado tras el telón de acero desde la inolvidable LA VIDA DE LOS OTROS. Una grandísima Nina Hoss nos transporta con su interpretación a lo que debían sentir los habitantes de la antigua RDA ante el tremendo control del Estado comunista sobre todos y cada uno de sus actos. Los espías son a su vez espiados, la gente se vigila entre sí y nadie está libre del ojo que controla tu vida. Muy buena puesta en escena, parece que estamos en aquellos años y en aquel territorio, diálogos e interpretaciones contenidas. En definitiva, una muy buena película
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1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
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