9 Críticas de los usuarios

Sencilla y discretísima película que ha pasado sín pena ni gloria por nuestras pantallas, y que me ha dejado buen sabor de boca. La verdad es que teniendo el trío de actrices que tiene, cualquier trabajo puede llegar a ser interesante por muy mediocre que pueda parecer en un principio. Yo no sabría con cuál de las tres quedarme, en serio. La película se ve que es el debut de su director y de su guionista, pero a mí me pareció tierna, realista y muy bien interpretada. Jessica Lange es maravillosa, cada vez es más complicado poder disfrutar de su presencia en las pantallas, la industria cinematográfica debería entender que están dejando escapar a una pedazo de actriz por el simple hecho de haber rebasado la barrera de los 50 años. Aquí está como en ella es habitual, perfecta. La entrañable Kathy Bates es magnífica, la naturalidad con la que actúa esta mujer es increíble, está divertida y tierna, y la perfecta Joan Allen, quién parece incapaz de dar una mala actuación, quizás sea la que me ha gustado más, siempre me ha encantado, aunque pueda dar una imagen de mujer fría. Parece ser que el guionista se inspiró en su abuela, su tía y una amiga cercana para crear a estos tres personajes femeninos. Merece al menos un visionado. Los paisajes son espectaculares.

Desgraciadamente el guión de esta película y su dirección es bastante floja.
La premisa de la que parte toda la historia y alguna de sus situaciones son tan increíble, o están tan mal planteadas, que de manera consciente decides pasarlas por alto para seguir viendo la película. ¿Y por qué seguir viéndola? Pues por tres grandes y evidentes razones: Jessica Lange, Kathy Bates y Joan Allen, tres inmensas actrices que en algunos momentos logran hacer de este despropósito algo brillante y maravilloso, aunque solo sean unos minutos. Por esos minutos y por verlas a ellas en cada plano y en cada segundo a una de las tres, o a las tres a la vez, ya vale la pena visionar esta película.

Es una pena decirlo, pero es absolutamente olvidable. Tengo que decir a su favor que a pesar de estar repleta de situaciones muy manidas no me he aburrido viéndola, pero debo reconocer que cuando una película está bien interpretada, por muy malo que sea todo lo que la envuelve siempre quedo fascinado por los actores y eso ayuda mucho a no aburrirse.

El principal atractivo de la película son las excelentes actuaciones de estas tres actrices ya consumadas en su profesión, Jessica Lange (seis nominaciones al Oscar, dos ganados), Kathy Bates (tres nominaciones al Oscar, uno ganado) y Joan Allen (tres nominaciones al Oscar).

La película es un viaje por carretera (por todo el gran oeste americano), recorriendo un largo camino hacia Santa Bárbara, California en un Bonneville de 1966 que lleva a estas bellas damas a los mejores paisajes naturales: las montañas, el desolado desierto, las tranquilas playas, las salinas blancas como la arena y el río navegado en un hermoso bote.

Es un aprender de la vida, conocerse a si mismo, aclararse la mente. Además llama la atención los hermosos destinos que albergan los mejores momentos de la película, donde la amistad y el amor son las piedras fundamentales de un camino hacia la felicidad.

Una historia de amor que dura toda una vida, un viaje y unos bellos paisajes enmarcan una película que se deja ver con emoción, a pesar de que el final es muy previsible. Evidentemente no es «Amour» de Haneke, ni «Dejad paso al mañana» de McCarey, pero aguanta con dignidad. Quizás con un mejor guión y un final menos descriptivo hubiera ganado algunos puntos más.

De acuerdo, hay que ser un poco complacientes con una historia que cambia permanentemente de tono, ironizando -a veces sin gracia ninguna- sobre algo tan dramático como la muerte. También hay que pasar por alto que prácticamente calca a "Thelma & Louise", en cuanto unas mujeres (en este caso no dos, sino tres y casi las abuelas de Susan Sarandon y Geena Davis) y a la búsqueda de la libertad montadas en un descapotable, cruzando Estados Unidos -por cierto, algo recurrente en la cultura norteamericana... ¿por qué buscarán su propia identidad yendo por carreteras desérticas en meido de ninguna parte? ¿recuerdos de los pioneros?-. Pero si logramos ser transigentes con estos dos puntos, nos encontramos con una idea bonita, entrañable y emotiva: la de una viuda que lleva las cenizas de su marido donde siempre ha querido estar, y acompañada de sus dos mejores amigas. La capacidad de sorpresa del film prácticamente merma a cada secuencia, y los tópicos se van sucediendo -no toda la gente es tan mala, hay que desprenderse de los prejuicios morales y religiosos...- a lo largo de todo el guión, lastrando bastante las excelentes interpretaciones de las tres egregias protagonistas -cada una en su estilo, y conservando (verbigracia de los liftings y el botox en el caso de Jessica Lange) con todo su encanto y belleza original. Probablemente por todo esto, "El viaje de nuestra vida" (infame traducción del título original "Bonneville", que hace referencia al modelo de Pontiac del 1970 descapotable, con que las tres mujeres emprenden dicho viaje) haya tardado casi dos años en estrenarse en nuestro país, y lo haga casi de tapadillo en la época estival, cuando más flojean las novedades y las taquillas son menos exigentes. No obstante, esta mediocre cinta (aunque también deberíamos tener en cuenta que es el voluntarioso primer trabajo del director y del guionista de este film...)tiene algunos momentos interesantes, sustentados la mayoría de las veces por los espectaculares paisajes del Las Vegas, El Gran Cañón o Salt Lake y por supuesto por la calidad y el registro de Jessica Lange, Joan Allen y sobre todo una Cathy Bates que en todo momento resulta arrebatadora con su particular personalidad.

Esta película no es más que eso, al guionista se le ocurrió que se podía hacer una película en base a una tinaja, un descapotable y tres buenas amigas, todo ello envuelto en bonitos paisajes y muchos kilometros. Las cosas que pasan durante el viaje es el resto del guión, nada sorprendente desde luego.

PD: si véis la peli sabréis a qué me refiero con la tinaja

El título en castellano, mal. La osadía para con la historia, también mal. Todo lo demás, bastante bien. No es ni el viaje de sus vidas ni será la película de la tuya, pero es un auténtico placer ver a tres de las mejores actrices de América interactuar entre ellas y recorrer lugares espléndidos.

Ellas son el noventa por ciento de la película, en eso estamos de acuerdo, ya que el argumento cumple sin más y el guión no es nada del otro mundo. Jessica Lange, esa bomba de fuego, Kathy Bates, ese manso de naturalidad y Joan Allen, esa adorable estirada. Todas están estupendas, pero esta última roza la brillantez.

"Bonneville" es apta para aquellos que tengan un poco de manga ancha, que no sean pejigueros y que sepan apreciar tres hermosas margaritas atrapadas en un pequeño y algo descuidado jardín.

Amable road movie, que se deja ver sin llegar a emocionar, que nos cuenta el viaje que emprenden tres maduras mujeres desde Utah a Santa Barbara (California), para depositar las cenizas del difunto marido de una de ellas, en la que su principal atractivo es el excelente reparto femenino con el que cuenta y los bellamente fotografiados paisajes por los que transcurre la acción (con su preceptiva parada en Las Vegas a su paso por Nevada, aquí con Tom Skerritt en plan maduro Romeo), que por lo demás resulta pelín premiosa, más que nada debido al poco juego que dan las peripecias vitales de estas tres buenas mujeres y a un guion que peca de bastante soso y no saca partido al tema de las cenizas del difunto.
Como película para televisión, tiene un pase.

Entretenida película que parte de un guión bastante tonto para desarrollar una road movie protagonizada por tres grandes actrices que son su gran baza. Probablemente Lange, Bates y Allen accedieron a tomar parte en "Bonneville" por una promesa de trabajo fácil y divertido en bellos parajes. Eso mismo ofrece el film: un guión mediocre (algunas escenas dan vergüenza ajena) unido a bellas imágenes de la América profunda y a tres personajes cuyas cercanía y nostalgia ayudan a olvidar los tópicos y la falta de sentido de la historia.