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18 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
4
¿Depresión? Nos estamos equivocando... es Borderline
Sobre todo quiero apuntar algo que parece pasar desapercibido en las críticas y reseñas a esta película pero que sin embargo es necesario para su enfoque: el tema que se está tratando en "Prozac Nation" no es la depresión, sino más bien una de las múltiples caras que tiene el llamado Trastorno Límite de Personalidad (o Personalidad Borderline).

La joven Lizzy (Christina Ricci) lo que sufre es de ese trastorno Borderline aunque en ningún momento de la película se alude directamente a él: puede verse más claro hacia el final, cuando la misma joven hace referencia a una personalidad que no comprende pero que es la suya. La depresión es sólo uno de los muchos elementos de este trastorno, como lo son también los cortes, la ira irreprimible, las relaciones afectivas intensas pero inestables, los pensamientos de suicidio y el sentimiento de vacío interior. Como bien se expone en la película, los que padecen Personalidad Límite sufren todo (hasta la más insignificante anécdota) de una manera tan intensa que los desborda, o bien en otros momentos no sienten absolutamente nada cuando deberían sentirlo.

Esta confusión aparece muy bien tratada en la película, así como la inadaptación social que sufren los que llevan consigo esta enfermedad y el daño que hacen al entorno y a sí mismos sin poder evitarlo.

Como manual que muestra un caso de Trastorno de Personalidad Límite, la película merecería un 9.

Como producto cinematográfico en sí, no le puedo dar más de un 4. Todo gira en torno a la enfermedad de la protagonista y su sufrimiento, sin tener en cuenta que por momentos la trama se vuelve pesada y aburrida; el resto de personajes (a excepción de la protagonista y su madre) son tratados de forma esquemática, casi son estereotipos, o se sostienen por la simple función de dejar al descubierto la enfermedad de Lizzy. Salvo alguna que otra frase digna en el guión, el resto es un cúmulo de tópicos ya vistos en otras películas con el mismo tema (Inocencia interrumpida, por ejemplo). Y para ver cine de trastornos psiquiátricos, me quedo con "Alguien voló sobre el nido del cuco", desde luego.
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44 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
FÁCIL CATARSIS
Con insistente apoyo del relato en off, "Prozac Nation" presenta el proceso patológico de una joven que, al iniciar estudios en Harvard, manifiesta síntomas de desequilibrio mental, en parte por la repercusión de los conflictos familiares, en parte por el abuso de drogas, y en parte por razones de orden más complejo.

El relato renuncia a profundizar analíticamente en la dolencia y se vuelca en su expresión enfática y acumulativa: se suceden los roces con las compañeras, la pérdida de concentración, los excesos con tóxicos, los ataques de furia, el descontrol sexual, el insomnio, las frustraciones amorosas, la percepción distorsionada de la realidad...
Pero la protagonista, que se va viendo superada por los calamitosos acontecimientos, se comporta más bien como quien en realidad padece una severa disgregación de la personalidad. Y, sin embargo, en el film se alude siempre a ello como 'depresión'.

Esta falta de coherencia en la definición del conflicto central, la dramática enfermedad de la chica, pesa con signo decepcionante en el balance de la película.

Junto a la intensiva expresión del caos emocional y vital de la estudiante, descrito a veces con un tremendismo de sección de 'Sucesos', que busca en el espectador una fácil catarsis, habría convenido más lucidez intelectual en el guión, un enfoque más amplio y comprensivo del serio problema abordado.

El trabajo de Christina Ricci es muy voluntarioso. Aunque no siempre acierte, su concienzudo empeño interpretativo aporta dignidad a la película.
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24 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Sin paños calientes
Tal vez no sea una gran película, le falte dramatismo o simplemente no tenga nada extraordinario que contar (nadie dice que la depresión sea necesariamente consecuencia de situaciones vitales extremas), sin embargo a mi me parece una buena película. Sirve como testimonio de una persona que sabe lo que es la depresión y que trata el tema sin dramatismo ni exageración y sobretodo sin echar balones fuera.
Pone de manifiesto el egoismo intrínseco de aquellos que se sienten "muertos por dentro" y que a su pesar son incapaces de pensar en sus amigos y familiares dejando que su dolor los ahoge y les sirva como coartada. No se si es la definitiva pero desde luego sabe de lo que habla.
Esta muy bien interpretada y Christina Ricci esta muy guapa.
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15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
primero gradualmente y luego de repente
A veces necesitamos sacar lo que llevamos dentro de alguna manera: escribiendo, cantando, hablando, pintando, cosiendo, corriendo, ... pero hay momentos en los que eso que te gusta tanto, eso que te libera; eres incapaz de hacerlo. Entonces, al dolor que te producen todas esas miserias encerradas en tu interior se le suma el hecho de no ser capaz de echarlas fuera, entonces ese dolor que sientes es lo único que quieres compartir con los que te rodean y ellos, al no tener culpa de nada, no entienden, no se ponen en tu lugar (realmente todos tenemos demasiado con nuestros propios miedos como para intentar compartir y luchar contra los ajenos). Entonces te sientes sola y sin posibilidades de exteriorizarlo. No es la mejor de las combinaciones desde luego.
Pero empiezas a luchar -quizás nunca dejaste de hacerlo- por recuperar con lo que disfrutas, por entenderte y hacerte entender y con el tiempo, despacito como las hormigas, todo se va tranquilizando (por decirlo de alguna manera)
A veces no es tan fácil el camino, a veces necesitamos ayudarnos de pequeñas trampas a nuestra mente para darle un descanso a nuestra cabeza y primero gradualmente y luego de repente la vida vuelve a tus manos.
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9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
La depresión, Aristóteles y el Deus Ex Machina
Si Aristóteles levantará la cabeza y viera la película “Prozac Nation” seguro que haría una crítica diciendo que esta historia es un ejemplo de lo que jamás debe hacer un buen narrador. En su “Poética” (siglo IV adC) Aristóteles afirma que uno de los mayores errores que puede cometer un contador de historias es utilizar el “Deus Ex Machina”. Y, sin duda, el guión de Prozac Nation peca de este grave defecto. ¿En qué consiste el Deus Ex Machina aristotélico?

Para Aristóteles una buena obra debe tener tres actos: planteamiento, nudo y desenlace. En el planteamiento nos encontramos con un protagonista que se ve enfrentado a un problema que debe resolver. La vida normal del personaje se ve sacudida por un hecho traumático que exige una solución. En principio, el protagonista no sabe como enfrentarse a lo que se le ha venido encima. Durante el segundo acto el héroe intentará encontrar remedios que le saquen de su situación. Es normal que, al principio, las soluciones sean equivocadas; pero estas tentativas fallidas hacen que el conocimiento del problema aumente. Es en el tercer acto, cuando el protagonista, por fin, llega al clímax, es decir, termina por comprender su situación y así, puede resolver su conflicto. La catarsis es el acto por medio del cual el héroe se libera de sus pensamientos equivocados y elimina todos sus sentimientos enfermizos. Así es como, finalmente, puede salir airoso de la situación problemática. En resumen: un buen narrador nos enseña cómo debemos enfrentarnos, con inteligencia, a los problemas de la existencia.

Aristóteles critica duramente a los autores que terminan sus historias haciendo que, en el tercer acto, aparezca un elemento externo que resuelve la situación al protagonista. Es decir, de repente, un “Dios de fuera de toda la maquina argumental” aparece y, milagrosamente, salva al personaje principal. En este caso, la obra dramática pierde por completo su significado ya que el protagonista no aprende nada de los demás, ni de sí mismo. La próxima vez que deba enfrentarse a un problema similar se encontrará con que sigue sin saber como resolverlo; tal y como empezó al principio de la obra. El Deus Ex Machina hace que una narración carezca de enseñanzas para el público; además de ser un fraude, ya que el autor nos ha hecho prestar atención durante toda la obra para, al final, no plantear ninguna respuesta coherente al problema planteado en el primer acto.
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8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Gradualmente y luego de repente.
No es ni mucho menos una película intensa ni dramática. Y no lo es, porque se trata de una autobiografía. Es sin más, el testimonio de una persona que atravesó una época difícil en su vida y que tuvo el valor de compartirlo con quien quisiera leerlo.
Me ha gustado porque es real y hace sentir cierta empatía por la protagonista porque todos en algún momento hemos estado en mayor o menor medida deprimidos. Pero lo que realmente me gusta es cómo describe lo que se siente cuando por motivos, te inicias en un tratamiento psiquiátrico. Creo que esta película sólo llegará a aquellas personas que hayan pasado por una situación similar.
En pocas palabras todo se resume en "gradualmente y luego de repente".
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4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Película ... pasable.
Si bien el tema es muy interesante, no fue del todo bien explayado. Dura 99 minutos, pero no está bien empleado el tiempo de la película. Las cosas suceden muy rápido (o al menos más rapido de lo que deberían suceder).

A favor: Al contrario de lo que esperaba, el final no es inconcluso y es algo inesperado.
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6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Una nación que destroza.
Interesante película que trata sobre la depresión de Elizabeth (Christina Ricci) una joven estudiante cuyo sueño es llegar a ser una genial escritora. A partir de eso, descubriremos a ciertos personajes (familiares y amigos) que se pasan por la vida de Elizabeth. Principalmente, se centra en como le afectó la separación de sus padres (su madre sobreprotectora y su padre que pasaba de ella).
El film no deja claro lo que quiere mostrar, si el efecto de la depresión, la dificultad de la pubertad y la responsabilidad o una crítica hacia el exceso de consumo de pastillas en EEUU.
Aunque eso sí el punto débil del film son los personajes. Ricci está solvente como Elizabeth, Anne Heche apenas aparece unos 15 minutos como la psicóloga que trata a Elizabeth, Michelle Williams está decente como Ruby la compañera de Ricci y Jason Biggs está decente como el novio de Ricci.
Jonathan Rhys-Meyers aparece sólo al principio como el primer rollete de la Ricci pero su personaje también es bastante superficial. Jessica Lange está excelente como la madre de Ricci aunque al final ambos personajes sufren un exceso de diálogo.
Es bastante rápida de ver y es bastante solvente y divertida aunque algo tópica se hace corta la verdad.
El peor personaje sin duda alguna es el de Jason Biggs, es un personaje excesivamente superficial y no tiene mucho que hacer aunque la escena en la que Ricci visita su casa es excelente.
Es una película muy interesante.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Espero que sean de venta libre
Prozac Nation, en su afán por revelar hasta el mínimo detalle los tormentos psicológicos de la protagonista, termina casi convirtiéndose en una peli explotation. Esas viejas obras de los 70 y 80 que usaban un planteo para exponer ciertos conflictos con fines didácticos, al borde de lo pedagógico. No digo que Ricci no le haya puesto ganas, o que la peli no refleje un drama serio, que lo es. El problema es, en principio, una resolución de tufillo comercial sumado a una mirada muy particular que tiene la peli de abordar a la protagonista.

Me explico: todos podemos llegar a sufrir con ella, pero pareciera que en su toma de distancia la dirección haya elegido ponerse el traje de un psiquiatra que describe un caso clínico mediante un conejillo de indias. Las acciones de Ricci son de manual psiquiátrico, y no solo las de ella. Hay una proclividad alarmante (eso sí, coherente con una frase genérica al estilo "todos los ciudadanos están desequilibrados, Nation Prozac") por construir personajes mediante un abc terapeútico. Entonces la obra fluctúa entre el drama visceral y el retrato académico de todo tipo de perfiles psicológicos, desde la madre hasta el noviecito de turno.

No digo que esté mal, pero si hay que resaltar un interés por revelar información de cátedra más que de exponer los sufrimientos de personajes que, desequilibrados o no, siguen siendo humanos muy cercanos a nosotros. Es esa cercanía la que no percibo en Prozac Nation, independientemente de las identificaciones que se generen de acuerdo al caso clínico especificado.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Una decepción inmediata
Prozac Nation es un querer y no poder, una tentativa frustrada de realizar un certero retrato de un “descenso a los infiernos” con la superficialidad a la que obligan metraje y planteamiento y la profundidad que ha de resultar imprescindible en una cinta de drogadicción, decepción y fracaso. Casi coetánea a Requiem por un sueño (Darren Arofonosky, 2000), comparte con ésta algunos recursos visuales que significan la única tentativa seria de aportar un medio novedoso para reflejar esa degradación que sólo entrevemos en la rutina pesada de cambios de humor repentinos, experimentaciones sexuales de escaso voltaje y la sempiterna angustia facial de Jessica Lange, quizá lo más reseñable del elenco junto a una más que sorprendente Michele Williams.

En cuanto a Cristina Ricci, decepcionante una vez más por el abuso de una expresión lela de la que abusa durante todo el metraje con independencia de que su personaje se encuentre sumido en la más angustiante de las depresiones o en el momento álgido de su incipiente carrera literaria. La inexpresión llevada al grado sumo no parece una solución acertada ni aceptable.

Parafraseando al propio guión de la película, la decepción llega de repente y luego poco a poco. La irrealidad del principio, que impide al espectador alejarse de la sensación de ficción como una chicharra insidiosa, parece atenuarse en un fragmento acertado que sucede al esplendor de la protagonista, pero pronto pasar a ser una sensación engañosa. Basta asistir al poco convincente papel de Anne Heche -limitada quizá por un guión insuficiente- o a la resolución acelerada de la “trama” para asumir que de la película no es más que una tentativa fallida de la que recordar cómo desaprovechar un material jugoso y lleno de matices convertido, por mor de una casting desacertado, un guión mal planteado y las prisas de la comercialidad, en una película intrascendente de la que recordar tan sólo el cameo del incombustible Lou Reed.
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4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Entender el infierno de las enfermedades mentales
Prozac Nation, me ha ayudado a entender parte de un proceso por el cual he ido pasando yo misma. pero hasta no verlo en el espejo no me he podido reflejar y verlo.
Aunque yo creo que la protagonista no solo tiene un depresión.. sino más un trastorno de personalidad y de los obsesivos.
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1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Difícil de abordar y no es muy impresionante.
El principal defecto, para mi, es la falta de cohesión. A veces parece que hay como episodios sueltos, no del todo relacionados y te preguntas cuánto tiempo ha pasado exactamente en los últimos veinte minutos de metraje. Para lo complicado que es el tema a tratar a uno tampoco la queda la sensación de que la película explique mucho o se detenga en tratar de dar un contexto racional a lo que va sucediendo, por lo que resulta realmente complicado de penetrar en ella. No hay continuidad, ni desarrollo pautado, ni en realidad, escenas. La gran mayoría de ellas cortas, no soy muy fan de que una película se componga de apenas cuatro o cinco secuencias, como por ejemplo pasa en 'Pozos de Ambición', pero si me cuesta sacar a relucir algo destacable de alguna será por algo. Como defectos más identificables, por ejemplo, lo desaprovechados que están los encuentros con la psicóloga (Anne Heche), la banda sonora, repulsiva y persistente, y el tono general, que le da a la película una apariencia apagada, gris y fría. ¿Que qué esperaba de una película que trata acerca de la depresión y del abuso de fármacos?, preguntaréis. Pues no sabría muy bien que contestar, a decir verdad tampoco he leído el libro y no puedo dar una opinión más versada. Quizás solo concluir que me gustan las películas con una mayor enjundia narrativa, y con protagonistas, que por muy mala situación que atraviesan, con los que pueda empatizar y poder entender mejor. Porque tampoco se determina la razón concreta por qué Christina Ricci adopta esa actitud, si se trata estrictamente de dificultades sociales en la adolescencia, cosa que la crea un grave complejo, o si hablamos de un trastorno más difícil de identificar.
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1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Planeta Prozac
Prozac nation, desde que me percaté de su existencia hace años, fue siempre una película que captó portentosamente mi atención. Desde su título sugerente, su reparto (incluyendo al mismísimo Lou Reed), su premisa prometedora de alto nivel dramático me hicieron tenerla en especial consideración dentro de la eternamente creciente lista de espera, propia de cualquier aficionado al cine. Sin embargo, mala valoración generalizada me empujó a mantener su postergación por varios años. Hasta ayer.

Y es que por sobre todos los otros elementos que constituyen el atractivo Prozac Nation, emerge preponderante su tópico que crece en contingencia año a año, tanto en EEUU como cualquier país émulo o aspiracional en cuanto a la exigencia desarrollista para con sus sociedades, en donde el siempre voraz deseo de alta optimización del rendimiento recae especialmente en el sistema de educación superior. Los suicidios, a veces de forma epidémica, lo que se conoce como 'suicidio contagioso' o efecto werther, en los campus de Estados Unidos son ocurrencias de cada año, y en ese mismo país, según un estudio nacional realizado expertos de la Universidad de Pittsburgh de 1994 a 2006 (cinco años después del estreno de la película) aumentó de un 7% a un 23% la cantidad de estudiantes consumiendo medicación psiquiátrica. Hoy la cifra a todas luces debe ser mayor, y eso es extrapolable a muchos otros países. El estar dentro de una universidad, especialmente una esclavizada al prestigio de la excelencia, acarrea usualmente la vivencia de crisis identitarias que hacen, y así fue en mi caso, lacerante y atingente la pregunta fundamental de la película: ¿hasta qué punto se puede valorar la extremación del rendimiento si en su reverso se revela un sujeto prosternado a su propio aniquilamiento?

Lo que podría constituir el aspecto más controversial de Prozac Nation está lejos de ser la puesta en escena de la autodestrucción física y mental de su protagonista, cristalizado en los usuales tropos de abuso de sustancias y erosión de la afectividad, sino su propuesta de llevar su delicado tópico hacia una instancia de consumo más bien 'pop', ligera. Pero yo creo que eso, hasta cierto punto, constituye el inicio y el tope más bien de una incipiente valentía (y virtud) y el principal error está precisamente el no llevar su original atrevimiento a la exploración de lleno en el tema que le compete y le da su razón de ser, que como hemos sugerido, el contexto actual la justifica, y necesita, plenamente. Su error no es tratar un tema sensible de forma controversial, es el no haber asumido en toda su extensión que ese era en efecto el espíritu que la animaba.

Fuera de los persistentes errores en el raccord, reveladores quizá de un espíritu escurridizo de corrección estilísitca, se aprecia una propuesta, a ratos, sensorial en la aproximación formal de Prozac Nation, como en la inclusión de elementos como el dolly in zoom out. Buscar reflejar la vivencia desde la esfera sensorial es del todo pertinente para diseccionar a un personaje, y a la narrativa que gira en torno a ella, que se gatilla dramáticamente desde la sensación específica que genera el habitar un espacio con las características de Harvard. El error viene desde su problema de raíz, es decir, merma su propia búsqueda al delegar su motivo dramático real de trasfondo (no vemos salas de clases, profesores, tiempos agitados de desplazamiento en los salones, pasillos, escaleras, cúmulo de tareas apilándose monstruosamente, rodeando el espacio vital; todo lo que se podría esperar del suplicio en cuestión) como dato, y deja toda la representación del aniquilamiento del sujeto en un estrado genérico. Si no supiéramos, muchas veces por el recurso de la voz en off, o de los diálogos, que efectivamente todo transcurre en- y por- un espacio universitario, la tensión dramática y su dosificación visual bien podría ser causado por cualquier otro motivo o circunstancia. Y es más, la dimensión del trauma familiar debió haber ocupado la posición de trasfondo, en vez de disputar el corazón narrativo de la película, a pesar de los buenos momentos que se logran cada tanto. La sobredramatización de las interpretaciones, y el forzamiento de situaciones azarosas, buscan suplir la exploración que queda abandonada en un medio camino. Cuando quizá la intensidad dramática más fidedigna a su tema vendría del silencio, del tiempo muerto en el que la angustia crepita hasta clamar el despropósito absoluto y ensordecer la innata necesidad de creer en la vida.

Todo parece indicar que tal como yo, y mi generación, un gran influjo de personas seguirán siendo acarreadas a transitar por el mundo de la educación superior, con sus eventuales cualidades, ventajosas y perjudiciales. También las circunstancias citadas al principio nos llevan a esperar que la pregunta que anima la existencia de Prozac Nation, y de esta reseña, seguirá ocupando un lugar cada vez más gravitante, por lo que es justo seguir poniendo atención a aquellas películas, que como ésta, están intentando llevar ese difícil cuestionamiento (por más blandas, tentativas o tímidas que puedan ser sus respuestas) a la palestra de una sociedad que vive presa de las mistificaciones del esfuerzo, el éxito y el fracaso.
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5
Con olor a telefilme
Ni siquiera parece una película de verdad. En serio, más bien es un almibarado y poco convincente telefilme que he visto ahora en DVD y que no ha cumplido mis expectativas.

La Ricci se dedica a lo de siempre, a pasearse en pelota picada para que todos veamos lo buena que está y se acabó.

Con un punto de arranque bastante prometedor, el film va decayendo hasta llegar al bostezo absoluto, ya que lo que cuenta, (una chica joven que va a iniciar en Harvard sus estudios universitarios pronto cae en la cruda espiral de sexo y drogas varias), nunca trascende demasiado y se muestra progresivamente mediocre.

A destacar única y exclusivamente a Jessica Lange, en el atormentado papel de posesiva y sufrida madre de la protagonista.
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8 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Una película pasable
El papel que realiza la Ricci está bastante bien. Realmente nos hace creer lo desequilibrada que está la pobre y que sus idas y venidas realmente son muy jodidas, y ciertamente profundas. Pero, aun así, a veces la he visto un poco inexpresiva( pero eso es algo más subjetivo).
Jessica Lange está muy bien en el papel de madre sufridora. No sabría decir quién lo pasa peor si la protagonista o su madre....
Y los actores secundarios, no están muy profundizados, pero me parece bien. La historia gira entorno a Ricci, y los demás sólo sirven para demostrar lo mal que está. Están de apoyo nada más.

PERO.... francamente la película, no vale demasiado. No llega al tedio, pero podrías pararla y largarte tranquilamente a la mitad de la película.
El final, en mi humilde opinión, es un fiasco, pero bueno, si fue así cómo pasó...


Sintetizando: La película me ha dejado bastante indiferente, no me ha llegado a emocionar, pero tampoco he terminado pensando en que había perdido una hora y media de mi vida.
Es más que aceptable. La puntuación le viene como anillo al dedo.
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0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Menudo coñazo!!!
Decir que esta película es lenta, sin gracia, sin ritmo, aburridísima... es quedarse corto. Es uno de los mayores coñazos de la historia del cine. Terriblemente aburrida y depresiva. Tiene un estilo narrativo que te adormece y cansa de una forma brutal. Y es que además la historia no engancha en absoluto de modo que al finalizar la película estás como al principio sin haberte enterado de nada y con la sensación de haber perdido miserablemente el tiempo aburriéndo hasta el infinito...
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7 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Conflictiva, la muchacha...
No quisiera ser insidiosa, pero... estoy esperando el día en que los americanos presenten un caso de enfermedad mental al uso con el cual un espectador normal y corriente pueda identificarse, y no el relamido caso de la chica-hija-de-padres-separados-babyboom-rockero, que ha tenido la suerte de estudiar en Harvad (por una beca, claro), que no se baña, y que folla folla y folla hasta quedar exhausta por culpa de la depresión. Podrían haber profundizado más y no caer tanto en el clisé. Cristina Ricci, la gordita retacona de siempre con cara de Betty Boop, no conecta, y transmite poco, más allá de su propia imagen, también de clisé. Seguro que el libro daba para más. Pobre Elizabeth...
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5 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
Efectivamente, casi coincide con el título: deprimente
A mi eso de que me quieran vender el percal de la pobrecita deprimida, y que además siga el "eslogan" de mal de muchos consuelo de tontos, es que me parece de lo más patético. Muestra descaradamente cómo una fulana que tuvo pequeñas crisis de depresión (según dicen la propia historia de la autora y que transcribió a un libro de éxito) se sobrepone a base de medicación para luego, oh, sorpresa, sacar fuerzas de flaqueza y forrarse a vender su historia a todas luces común y poco grave visto otros casos que llevan a peor término. Por eso no entiendo dónde está la chicha de esta creación y de ese libro que tanto se vendió en el yanqui. No pienso leerlo y me dá que pensar sobre la mierda que llegan a comerse algunos yanquis. La niñita pija, que está bastante bien interpretada por la Ricci (eso no lo dudo, aunque para ello le pagan y ella también es mayorcita para decir que no a guiones que se ve son una mierda de las gordas, vamos, un truño, una mierda como un puño) tiene unos problemas de lo más absurdos, y así toda la historia carece de contenido e interés. Me queda una duda, una peli del 2001, cómo es novedad de videoclub casi a finales del 2006. La culpa es mía por alquilarla. Quedais avisados para no cometer el mismo error.
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6 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
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