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28 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
7
Edipo, hijo de Layo
Realizado y escrito por Pier Paolo Pasolini, el film se basa en las tragedias "Edipo rey" y "Edipo en Colona", de Sófocles, escritas en el s V AdC, y en experiencias personales. Se rueda entre abril y julio de 1967, en Bolonia, Marruecos y la Toscana y en los estudios Dino de Laurentis (Roma). Nominado al León de oro de Venecia, gana dos Nardo d'Argento. Se estrena el 7-IX-1967 (Italia).

La acción comienza el año 20 en Tebas (Grecia) y termina en las afueras de Tebas en torno al año 65. La película contiene elementos de análisis autobiográfico, que se concentran en la primera mitad del film. Temeroso de padecer el síndrome de Edipo, Pasolini decide enfrentarse a él con la realización de la obra. La película sitúa al espectador ante una realidad inquietante para provocar en él reacciones de rechazo: la vida es una experiencia dramática y trágica, en la que la frustración y el dolor proliferan y se imponen; la vida es caprichosa y azarosa con los seres humanos, a los que trata como si fueran juguetes del destino; la vida se presenta revestida de una tupida apariencia de fatalismo, engañosa y falsa, que mueve a las personas a renunciar a la gestión de su futuro. El oráculo de Apolo no dice la verdad, el destino no está predeterminado, la fatalidad no es imperativa. A Edipo le falta información sobre sus orígenes y por ello se equivoca. No conoce su pasado y no lo investiga. Ante indicaciones inciertas, huye atemorizado y sin pensar. La parábola del joven Edipo sugiere la necesidad de buscar la verdad y abandonar los mitos fatalistas. Los seres humanos pueden y deben gobernar su destino. La parábola del anciano Edipo ciego sugiere que la ceguera de espíritu del joven Edipo era más terrible. Pasolini retoma el tema en obras posteriores y lo lleva a niveles de paroxismo en "Salò".

La narración mezcla ficción y recuerdos personales, en una hilación de secuencias que traslada los hechos de los años 20 en Tebas a los últimos de la IIGM en Bolonia (donde nace en 1922). Hace evidente la distorsión cronológica con indicaciones ostentosas (bandera italiana monárquica colgada en un balcón). Los sucesos de los años 20 a 40, los sitúa en Grecia (Corinto y Tebas) y los de los años 60 los traslada a 1965/67 en Bolonia. La manupación temporal es un recurso que el autor utiliza en otras obras. En este caso le permiten reforzar el sentido autobiográfico, recordar al espectador que asiste a un relato de ficción, despertar en él sospechas de ser objeto de manipulación, moverle a no aceptar el mito e incentivarle a buscar la verdad.

La música incorpora fanfarrias, un fragmento del "Cuarteto de disonancias", de Mozart y canciones del folklore de Rumanía, Japón y Marruecos. La fotografía hace uso de una cámara inquieta y observadora, que realiza barridos del paisaje, encuadra perspectivas amplias y profundas y usa con preferencia colores terrosos. El guión, de diálogos escasos, pone en boca de Tiresias afirmaciones sobre la fuerza y la eficacia del saber.
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34 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
EL PRINCIPIO DE UNA GRAN AMISTAD
Pasolini es uno de los directores imprescindibles si se pretende conocer siquiera minimamente el cine europeo del siglo XX. Pero es difícil acercarse al cine de Pasolini sin saber algo de su propia vida, de su niñez, de sus relaciones familiares y sexuales, de su filiación política e incluso de las circunstancias en que se produjo su propia muerte.

En Edipo Rey trata el tema del síndrome ó complejo de Edipo, tema que, por lo que he podido leer en artículos dedicados al director italiano, le preocupaba en la misma medida que lo “padecía”. Y lo trata desde una perspectiva intemporal donde mezcla ficción con realidad (no olvidemos que el punto de partida es una obra de Sófocles) y donde , también por lo leído, hace continuos guiños al espectador, guiños que eran claramente entendidos por los espectadores coetáneos y preferiblemente paisanos. Para los de hoy, alejados en el tiempo y, como en mi caso, en el espacio, si no nos lo cuentan no nos enteramos.

Es por ello que, en general, el cine de Pasolini es especialmente difícil. No obstante Edipo Rey es una película que puede seguirse, en sus líneas básicas y fundamentales, sin mayores dificultades por el espectador del 2007 encontrando en ella auténticos valores cinematográficos. Por ejemplo me interesaron y mucho las localizaciones donde se desarrolla la acción, las canciones y lamentos que parecen provenir de allende los siglos. Me interesa como pinta Pasolini la “realeza”, tan solo un peldaño por encima de la miseria más absoluta. Y sobre todo me interesa el tratamiento de fondo del film que no es tanto el amor innatural por la madre sino la predeterminación y la inexorabilidad del destino.

Hay que hablar también de la interpretación, cargada de tintes dramáticos y sentimientos que se exageran tal vez de forma teatral, pero que se acoplan de forma casi perfecta con la visión de Pasolini de esa sociedad marcada por los oráculos de los dioses y las calamidades consecuentes. Y además la presencia de Silvana Mangano y de Alida Valli son un valor no desdeñable y siempre de agradecer.

Recuerdo que hace años las películas de Pasolini se proyectaban más en salas de arte y ensayo que en otro tipo de salas más comerciales. Por ello, sin darme cuenta se generó en mi un cierto rechazo hacia la “dificultad” de su cine. Gracias a Edipo Rey he roto un poco esa especie de “miedo” y seguro que será "el principio de una gran amistad”...
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23 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Yo(casta).
El prólogo y epílogo se sitúan en el siglo XX. Pasolini quiso trazar una repercusión directa del mito al incluir el elemento autobiográfico (esos insertos contemporáneos tienen que ver con el director) como forma de confesión psicoanalítica. Estas partes, además, introducen la primera pista de la actualización de los mitos clásicos a los pilares de la cultura occidental.

La adaptación de la tragedia clásica emplea un mecanismo de distancia para con el espectador mediante el rechazo de la reconstrucción histórica realista, prefiriendo Pasolini algo así como una interpretación introspectiva y atemporal. Esa irrealidad se manifiesta a través de sucesivos hallazgos:

- La ubicación de la acción en una especie de “Tigris y Éufrates” indeterminado (pese a los cartelones avisándonos de que por aquí, allá o acullá se va a Tebas). Un eclecticismo magrebí, sumerio, egipcio, etc., que quizás indague en un lugar más representativo de la psique, la culpa y la metáfora ahistoricista, y no tanto una reconstrucción fidedigna.

-El vestuario genera una ilusión de irrealidad casi totémica que encaja con la atmósfera onírica o inconsciente. Cascos y espadas como tallas funerarias de tribus africanas con un contenido, de nuevo, más simbólico que histórico.

-La película incorpora un arco temporal más dilatado que la historia original (vemos sucederse situaciones que en Sófocles se expresan mediante la palabra o el recuerdo). Alegoría del flujo del tiempo y la aridez desértica como elemento latente del “ego” que va más allá de la tragedia clásica para centrarse en el dolor del mito como, casi, pecado original allende las fechas.

-La separación con respecto a una narración lineal clásica aparece también desde el elemento formal: los carteles “mudos” sustitutivos de las estrofas y antístrofas de la obra sofocloidea; puesta en escena y fotografía (technicolor, gran angular…) que evocan un despojo que afecta a la continuidad de lo percibido por el espectador: luchas a contraluz, ruptura de la transición entre planos que muestran lugares distintos al ser montados, o alternancia de la perspectiva subjetiva con la que no lo es, etc. "El tiempo de lo sagrado en Pasolini" de Fernando González es una muy interesante obra que profundiza en estos aspectos.

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22 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Edipo y el Pasolini más político
Pier Paolo Pasolini es uno de los personajes más fascinantes del siglo XX, tanto por su febril actividad creativa como por su permanente compromiso político. Pasolini fue un Leonardo o un Rafael del siglo XX, un intelectual y un artista (en el sentido que tenían hace ya muchos años esos términos) capaz de tocar todos los campos del saber y del arte (poesía, novela, teatro, ensayo, cine, pintura) con una maestría que muchos ni tan siquiera aspiran a alcanzar, pero al mismo tiempo con una modestia y una sinceridad muy alejada del habitual narcisismo, megalomanía y estupidez de los “creadores” contemporáneos. Pasolini era ante todo un humanista, pero un humanista que sabía que la cultura humanística había desaparecido o estaba en trance de desaparecer, que la barbarie se ha instalado entre nosotros y que la cultura no es una inocente damisela sino una prostituta vendida al mejor postor, al capitalismo y a la sociedad de la abundancia mercantil.
Puede que Edipo re no sea una de las películas más destacadas de la filmografía de Pasolini. No es el neorrealismo crudo de Accattone o Mamma Roma, ni tiene la visión idealista y colorista de la Trilogía de la vida, ni la poesía crítica e hiperpolitizada de Porcile o Teorema, ni tampoco alcanza el nivel apocalíptico, polémico y pesimista de Saló. Decir que Edipo Re es una película de transición es una obviedad, porque todas las películas de Pasolini fueron eso, películas de transición, todas ellas son una búsqueda constante y, en gran medida desesperada, de un lenguaje que sea algo más que cinematográfico, que enganche con la vida y con el proyecto de mejorarla. En ese sentido, todo su cine es un cine extremadamente personal, íntimo, pero puede que Edipo re sea su película más íntima, y no sólo por su contenido claramente autobiográfico (reconocido por el propio Pasolini), sino sobre todo por cómo logra a partir de un mito clásico llevar a cabo una crítica del mundo contemporáneo de una forma que sólo Pasolini puede hacer, con sutileza, con una forma de narrar que lo dice y no lo dice todo, que nos deja la libertad para buscar la verdad por nuestra cuenta.
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17 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Edipo, el hijo del caos.
La reflexión acerca de ésta tragedia nos debe conducir a preguntarnos hacia quién está escrita. El público que la recibió por primera vez (el pueblo griego) era tan fuerte que soportaba la crudeza y el dolor de la historia. Es toda la tragedia un espectáculo, una ventana en donde asomarnos a la máxima tempestad sin que nos toque ni una gota; siendo esto mismo un ejercicio educativo en donde podemos aprender que la vida muchas veces nos conduce por caminos azarosos.
Es mucha la sabiduría que puede esconder una película inspirada en una tragedia griega, pero tal y como la enfoca el intelecto de Pasolini, nos conduce a pensar en la vida como aprendizaje y realización de nuestro personaje asignado por los dioses. Finalmente acabamos donde empezamos, sólo que habiendo cometido infinidad de errores, con un recuerdo de lo ocurrido y con un sentimiento de acabamiento de lo hecho que produce cierta melancolía sin rencores y sin juicios morales.
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12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Edipo como documental antropológico
Como casi siempre en Pasolini, estamos ante una película arrebatadora y poética, una nueva versión del mito universal -e intemporal- de Edipo enfocada casi como un documental antropológico (en ese aspecto me recuerda a Apocalypto de Mel Gibson), que enamora por sus inusuales sonidos, su música, y sus maravillosos y exóticos escenarios naturales, llenos de variopintos tipos humanos que transmiten verdad. Para mí que aquellos remotos tiempos debieron ser más parecidos a como los describe Passolini que al lujo de cartón piedra (y ahora delirio digital) con que nos los suele mostrar Hollywood.
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9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
EDIPO REY
Si bien es cierto que el cine de Pasolini no es de mi preferencia, debo reconocer que fue un director valiente y casado con su estilo al llevar a la pantalla grande una obra de Sófocles.
Tal vez los bizarros y harapientos personajes de su película nos lleven a reconocer el miedo que él llevaba dentro al negarse a aceptar el llamado complejo de Edipo. Algo que en los últimos años se ha desvirtuado en gran parte porque las teorías Freudianas parecen palidecer y parecer obsoletas.
De cualquier manera el árido escenario de “Edipo Rey” de Pasolini, parece instalarnos en la soledad de un hombre que rompía tabúes dentro del celuloide.
Espero que Pasolini, haya por fin podido escapar de las pesadillas que le perseguían. Yo mientras tanto disfrutare de la obra de teatro del mismo nombre que la película de Pier Paolo. Obra teatral que estoy viendo y de la que admiro la profundidad de los personajes, así como Pasolini nos envió en un viaje a las profundidades del alma atormentada.
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7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
La trágica desgracia de ser rey.
Vagamente inspirado en la clásica tragedia de Sófocles, Pasolini personaliza magistralmente la fascinante historia de Edipo: desde que fue salvado de la muerte, fue vaticinado que sería rey, pero el oráculo también predijo que mataría a su padre y se casaría con su madre; ella finalmente se suicidaría y él se arrancaría los ojos.
Salvando su prólogo y epílogo (en verdad desafortunados) dónde el autor busca contemporaneizar el mito de Edipo, estamos ante una obra maestra total y absoluta, embriagadora en su puesta en escena y realización, conmovedoramente trágica, de tenaz y perfecto cromatismo, de caracter ensoñador y dónde la atracción que siempre sintió Pasolini hacia el mundo oriental (recuérdese la sobrevalorada "Trilogía de la vida") alcanza cotas de comunión del artista con la filosofía de allá ciertamente supremas (la música está escogida por Pasolini y es música folclórica rumana).
Es tal la esplendorosa magnitud de esta obra que no ya se solapan la tragedia teatral pura con el contexto cinematográfico virginal y naturalista, sino que hay en "Edipo" una expresividad y un espíritu trágico tan fuertes como los alcanzados por Welles en sus adaptaciones de tragedias shakesperianas. Con una fascinante presencia de la gloriosa Silvana Mangano es, en fin, una reflexión lucidísima y originalísima sobre la desgraciada fortuna de ser rey (buen y refinado ejemplo de la ideología comunista de su autor) y sobre las torturas psicológicas que este Edipo sufre por desear a su madre antes y después de saberlo (el complejo de Edipo freudiano, la ambivalencia y el irrefrenable deseo, al fin y al cabo).
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7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Mil veces antes leído.
Es una típica tragedia griega que por cultura general y conocimiento de la vieja Grecia merece ser leído y visto (en mi humilde opinión, mejor leído únicamente).
La historia de Edipo es un caso curioso, cómo el destino puede vencer, y cómo, Edipo, vencido, es superado por el mundo. Una vez he leído y visto la historia, me pregunto hasta qué punto estamos condicionados por el destino (la vida, Dios, llámalo como quieras), lo impotentes que somos contra él y como siempre resultará ganador en esta carrera llamada vida.
Sin dejar lugar a dudas, la película deja mucho que desear, además de los añadidos del director, que a cada cual, más curioso que el anterior. A diferencia del libro (u obra de teatro), la película no la vives tanto como el libro, ya que no te deja esa sensación de intriga, esas ganas de querer que siga la historia, de que venga la siguiente escena.
En cambio el libro, una vez lo has terminado, te deja esa cuestión en la cabeza de "¿Y ahora qué pasará?", de querer y necesitar más, y de preguntarte "¿Estaré yo también condicionada por mi destino?".
Después de leer y ver tal obra maestra, no me queda otra cosa que decir que somos marionetas, de está obra que terminará una muramos.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
El poder de los que profetizan en Edipo Rey
El director italiano Pier Paolo Pasolini elaboró su versión de la clásica tragedia griega en 1967, probablemente la versión más lograda de la historia de Edipo, Layo y Yocasta en la historia del cine. ¿Qué es lo que puede comunicar hoy una historia antigua?

Por Nicolás Bianchi

El neorrealismo italiano surgió luego de la caída del gobierno fascista que lideraba Benito Mussolini, como respuesta estética y artística al cine musical, rimbombante y presuntuoso de aquellos años. La Italia de la post guerra estaba atravesada por la destrucción, la muerte y la pobreza. Los directores Roberto Rossellini, Luchino Visconti y Vittorio de Sica fueron los primeros y más destacados exponentes de una tendencia que buscaba reflejar los conflictos sociales con crudeza. En el plano narrativo las emociones de los personajes pasaron a primar por sobre otros elementos de la trama, por ello es común encontrar primeros planos de rostros ajados por el dolor, la tristeza o la angustia. También se hizo frecuente la utilización de “personas comunes” en vez de actores para varios roles, lo que marcó una vocación prácticamente documental.

A fines de los años 50 comenzaron a producirse otro tipo de relatos a los que se denominó post neorrealistas o, mejor, surrealistas. Federico Fellini es uno de los exponentes más importantes, por ejemplo. Las historias ya no necesariamente tenían que tener un componente trágico tan exacerbado sino que podían investigar otras formas narrativas, más lúdicas, algunas vinculadas con el absurdo.

El director italiano Pier Paolo Pasolini combina en su obra elementos de ambas tendencias, lo que se puede apreciar en su versión de Edipo Re (1967), basado en la tragedia clásica escrita por el dramaturgo griego Sófocles en el siglo V a.C.. Como la obra original tiene unos 2400 años y la película es fiel a ella en su estructura fundamental, la noción de spoiler en el comentario de la película queda un tanto difuminada.

La obra de Pasolini comienza y termina en el presente, mientras que el desarrollo de la historia sucede en la Antigüedad, entre Tebas, Corinto y los caminos de la Grecia mítica. Edipo nace hijo de un soldado italiano, en lo que parecen ser los momentos previos al fascismo en el Reino de Italia. La profecía, que dice que ese niño le quitará el amor de su mujer, se le anuncia a su padre de manera divina, se puede colegir, ya que en pantalla se muestra a través de un texto en una placa. Pasolini prácticamente va a prescindir de los diálogos en su narración, que por momentos parece regirse por las normas del cine mudo. Lo que más se escucha de sus personajes son gritos, gruñidos, risotadas o llanto, depende de la situación. Las actuaciones tienen mucho de expresión teatral, son arquetípicas. La banda de sonido de la película parece experimental, con muy poca melodía, son sonidos rítmicos que marcan la procesión de Edipo por los polvorientos caminos de su derrotero.

Una interpretación posible de la elección de Pasolini de situar el comienzo y el fin en el presente, o sea en el siglo XX, es la intención de resaltar lo que hay de atemporal, de valedero para cualquier momento en el relato de Sófocles. El poder de las profecías para modelar el destino de los hombres y llevarlos a la tragedia es uno de esos elementos. La primera profecía lleva a los padres de Edipo, Yocasta y Layo, al abandono de su hijo. La segunda, la que se le revela a Edipo, lo lleva a él a escapar de la que él creía era su familia biológica. Por último, la tercera resulta en que Edipo descubra que ha matado a su padre y que está casado con su madre. Se puede notar, en Pasolini, la intención de señalar al poder y a la religión como los urdidores de esas influencias pervertidoras.

El papel de Edipo fue interpretado por Franco Citti, uno de los actores preferidos por Pasolini. Flaco, desgarbado, moreno y con un rostro muy expresivo, Citti se aleja por completo de los actores hercúleos que por esos años Hollywood elegía para los dramas bíblicos. Silvana Mangano interpretó a Yocasta, caracterizada como una mujer bellísima e intrigante, con el rostro siempre blanquecino, lo que le dio un aspecto inmaculado y virginal.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
imponente, dura, hipnótica, inteligentemente forjada
Concebida en un marco de belleza encarnizada, Edipo Rey es una atinada reinterpretación que retrotrae sin desfigurar ni descontextualizar; es una obra imponente, dura y contundente, hipnótica, inteligentemente forjada; es un lúcido ensayo sobre el dolor, sobre el azar y la imposibilidad; es un viaje que transgrede el tiempo; es un grito terrible y en resumidas cuentas una gran lección cinematográfica que demuestra que Roselini es un artista que habita y crea en su propio límite.
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4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
SÓFOCLES Y PASOLINI
Revisión contemporánea de la clásica tragedia griega de Sófocles y en que narra el destino de Edipo, marcado por las directrices de los oráculos, hijo de los reyes de Tebas, Layo (Luciano Bartoli) y Yocasta (Silvana Mangano). Su padre decide abandonarlo a su suerte tras serle dictada la profecía de que Edipo le arrebatará el reino y acabará casándose con su propia madre. Por eso de niño, es despechado y por circunstancias del destino es acogido por los reyes de Corintio, Pólibo (Ahmed Belhachmi) y Mérope (Aida Valli), hasta que Edipo adulto (Franco Citti) decide resolver las extrañas pesadillas que le atormentan por la noche para descubrir cuál será el final de su camino: conquistar Tebas y casarse con su madre después de asesinar a Layo.

Pier Paolo Pasolini trasladó la introducción de ésta historia a la Italia pre-fascista pare llevar buena parte del metraje del film en localizaciones en Marruecos a parte de la Toscana. Pero destaca el salto atemporal hacia atrás que hace desde el nacimiento de Edipo hasta su caluroso peregrinaje por tierras áridas.

Destacar las notables interpretaciones de Franco Citti (actor fetiche del director italiano y hermano del también cineasta Sergio Citti) y una maternal y bellísima Silvana Mangano que contaba con 38 años de edad para interpretar a la madre y amante del desventurado Edipo, convertido en rey y convertida en esposa por sus propias manos. Esa visión trágica que ofrece el director de “Las Mil y una Noches” (Il Fiore delle Mille e una Notte, 1974) la contrasta con la percepción contemporánea sobre el mito griego en la Italia actual en las secuencias finales de la película.
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2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Edipo Rey
La película me ha parecido distinta a lo que estamos acostumbrados. Creo que ha reflejado bien como se vivía en aquella época, y de haber sido una película actual y no de los sesenta, no habría sido así.

Se aleja mucho del concepto que tenemos de las películas ambientadas en esos años, ya que normalmente nos encontramos con muchos efectos especiales, sangre y acción, y en este caso es todo lo contrario.

Por otra parte creo que eso también perjudica un poco al largometraje, ya que presenta al Oráculo de Delfos y a la Esfinge con aspecto humano. Y sobretodo, es como han representado a esta última una de las cosas que me parecen un error de esta película, ya que ni si quiera tenemos la oportunidad de ver el famoso acertijo, que
es probablemente una de las partes más conocidas del libro.

Respecto a los actores pienso que, simplemente, actúan de una forma distinta a lo que solemos encontrar. Hay que recordar que el libro original es treatro, y más importante, una tragedia. Teniendo esto en cuenta, es normal que los personajes se vean tan exagerados, ya que (en mi opinión) es una forma del director para acercar un poco más el libro a la película.

Otros detalles de la película, como pueden ser la música, me han desconcertado un poco, ya que todo se sale de nuestro "cine habitual".

En conclusión, creo que puedes llegar a disfrutarla si la ves con una mente abierta y teniendo en cuenta que esta película tiene unos 48 años, aunque hay algunas decisiones que ha tomado el director que no me han parecido buenas.
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2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Pasolini no se queda atrás.
Edipo Rey es una obra que me envolvió en su maravillosa tragedia casi desde el principio, al igual que en la película.
La obra me ha parecido muy interesante y llena de misterios, curiosidades y tragedias para mí, pero la película ha sido mejor aún. Es obvio que para aquellos que, el ambiente y formato antiguo de las películas les resulte desagradable, no les interese. Pero a pesar de ello, merece la pena ver una película de una de las mejores obras literarias griegas (Edipo Rey) por Pasolini.
En mi opinión, no me desagrada ni agrada ver películas de tal calibre, pero reconozco que tanto la obra como la película me fascinó.
La tragedia me cautivó desde el momento en que empezó, puesto que, cada momento que pasaba, me sentía más intrigada sobre cuál sería su final -aunque ya me leyera al obra primero-.
Unas de las escenas que más me llamó la atención fue cuando el mensajero iba llevando a Edipo a la cautividad, a su supuesto final trágico. Ver como Edipo se encontraba de tal manera, fue increíblemente fuerte. Además, Pier Paolo Pasolini, transmitió directa y potencialmente la cobardía del mensajero al no cumplir su trabajo. Por último, también revela la modernidad al trasladar los problemas del hombre actual a un mito clásico : La ceguera final de Edipo , simbolizando la incapacidad del hombre para ver ciertas situaciones en que se encuentra.
Pasolini en cada escena de la película no se queda atrás con Sófocles. Aunque como él, ni en comparación.
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2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Buena película a pesar de su época.
La película me ha parecido interesante, engancha y te incita a estar atento para no perderte nada, ya que a lo largo de la película cualquier momento es crucial a lo largo de ella. El único defecto de la película, si se le puede decir así, es que al ver esta película en la época que la he visto nos puede parecer un poco cutre y mal hecha, acostumbrados a los efectos especiales que hay en el cine en estos momentos. Aún así me parece buena película con una historia bastante entretenida.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
El pobre intento
Después de haber visto la película, he de afirmar que tengo una visión claramente holística, es por ello por lo que quiero centrarme en la historia y eludir sutilmente a lo que respecta tanto como el reparto como la escenografía, pues he de afirmar que ambas me parecen pobres, por la descarada ausencia de inversión en ellas. Con todo ello, afirmo que la carencia de presupuesto ha marcado un gran déficit en la obra.

De todas formas, cabe añadir que podemos citar muchos ejemplos de películas que brillan y tienen su propia esencia, sin tener un gran presupuesto. Quizá el dinero es excusa para justificar la mala dirección de la obra. La película tenía un buen argumento del cual, se podría haber sacado mucho más potencial.

Partiendo de los inicios, es importante recalcar que no eran nada acertadas las escenas relámpago, ya que eran cortas, rápidas, sin apenas diálogos, terminando en asuntos efímeros e innecesarios, evitando lo esencial y trascendental de la trama. El crecimiento del protagonista se ve enfocado con demasía, acentuando el desequilibrio entre lo que es importante y lo que no.

La película es un esperpento del mito griego, tanto que la magia aflora por todos los lados, hasta el punto de que la casa principal aparece y desaparece a su antojo, la podemos ver en una ciudad y mucho más tarde en un arenal desértico.

Lo único que aplaudo del comienzo de este intento de película, es la estética del comienzo, con los hermosos árboles, escenas que prometían una mejor experiencia audiovisual.

Lo único que me queda por decir, es que tras haber analizado atentamente esta reliquia barata cinematográfica, sigo sin lograr entender la película, pues la banda sonora era un velo opaco, no se escuchaban los diálogos y era totalmente incomprensible. Las melodías estaban rotas y se asemejaban a los niños que tocan por primera vez las flautas, sonidos desgarradores que te incitan al suicidio, sicofonías de Cuarto Milenio que carecen de sentido.

Recomendaría esta película a quien me cayera mal.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Qué antigua
Lo que son las modas... En aquellos años cualquier cosa que hiciera Pasolini parecía el summum del arte.
Ese primitivismo, esas músicas étnicas, esos actores que no tenían ni dea...
Vista hoy a tantos años de distancia parece un producto de aficionado, sin interés, algo cansina, retórica...
No digo que Pasolini no hiciera cosas buenas, pero esto no.
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5 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
No la recomendaría.
'Edipo Rey' me ha parecido una película un tanto interesante mas no la recomendaría, y aún menos al público joven. El protagonista no me ha gustado nada, desde mi punto de vista ni de lejos buen actor. En general, la película no ha conseguido captar la esencia de la obra 'Edipo Rey', si bien es cierto que es fiel a la obra en su mayoría, no creo que hayan conseguido retratarla ni mucho menos retratar el 'Oráculo de Delfos'. Y eso sin mencionar los varios despistes por parte del director al poner en algunas escenas al protagonista de bebé con pelo y a la siguiente sin, se ve claramente que son dos bebés diferentes. Si tuviera que definir esta película en una palabra esa palabra sería aburrida.
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3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
¿Edipo Rey?
Haciendo completamente suya la obra, el director italiano Pasolini nos presenta la tragedia griega de Edipo en forma de film, obra teatral originalmente escrita por Sófocles, que nos relata la historia del hijo de los reyes de Tebas en un contexto más cercano a nuestra época. Así, el destino jugará sus cartas de manera implacable y atroz teniendo el papel protagonista y recreándose en cierta forma sobre las desgracias de la vida humana.

La fotografía de la película es pobre, resultado de un presupuesto muy limitado y los inconvenientes propios de la década de los sesenta en cuanto a innovaciones cinematográficas se refiere. Primeros planos desde un ángulo picado, incómodos, con un significado demasiado estudiado que caen en lo mediocre; paisajes áridos y poco atractivos visualmente rodados en Marruecos (Que poco o nada tienen que ver con la Grecia en la que transcurre la obra) y travelling de seguimiento en ciertos puntos que desentonan completamente con el resto de cámaras. Ha querido plasmar un estilo tan particular, que se ha quedado en el intento.

La trama original escrita por Sófocles es atrayente y evocadora, y Pasolini ha añadido su toque particular que personalmente, le ha hecho un flaco favor. La estructura temporal de la película es lineal mientras que la obra original utiliza la técnica "in medias res" (comienzo de la historia en la mitad), punto que añadía un plus de singularidad y provocaba que los hechos fuesen desvelados de manera completamente diferente y a mi parecer, más cautivador. Además, el añadido del cambio de escenario (Marruecos en lugar de Grecia, aun manteniendo las ciudades de Tebas y Corinto) solo incitan a la confusión, sobretodo para aquel que se haya leído primero la obra teatral. Pasolini también usa una doble era: al principio y al final encontramos la época actual, mientras que el desarrollo se lleva a cabo en el período real de la antigua Grecia, sin ningún significado ni relación a simple vista.

Aun así, no podemos olvidar que la historia que se cuenta es francamente buena en sí misma (Aunque no sea suya) y eso hace que sea atractiva independientemente del resto de apartados, a pesar de ser inferior al teatro original.
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2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Complejo de Pasolini.
247/18(19/10/17) Muy sobrevalorada película. El polifacético artista boloñés (actor, periodista, filósofo, novelista, dramaturgo, pintor y figura política, y aquí director y guionista) Pier Paolo Pasolini es un creador complicado, complejo, ascético, extraño, de difícil degustación, no apto a todos los paladares, difícil entrar en su tan alabado cine, y yo soy uno de los que no trago con su modo seco y áspero de filmar, me atendré a esta película, y es que en un principio es una película atractiva y sugerente, con un arranque sugestivo pero a partir de su segundo tercio cae en una teatralidad impostada, en una escenografía cargante en su podredumbre, donde la pobreza de medios se hace patente con unas carencias expositivas que te alejan. Pasolini adaptó el guión libremente de la tragedia griega Edipo Rex y Edipo en Colona escrita por Sófocles en el 428 aC., influenciado por experiencias autobiográficas del realizador, se sentía con el complejo ídem, y quiso hacer la película como modo terapéutico de exorcizar sus demonios internos (los insertos contemporáneos tienen que ver con el boloñés). Aquí Edipo nace época moderna, hijo de soldado y chica de familia acomodada, el padre piensa matarlo por celos, no porque le revelan su hijo lo mataría. Historia que nos habla de la fuerza del destino, sobre el combatir lo previsible, sobre la búsqueda de la verdad, sobre los límites del amor, sobre el incesto.

Pasolini es uno de los directores más atípicos, no solo del cine italiano, sino de toda la historia del séptimo arte. Cuando rodó su primera película, de corte neorrealista, Accattone (1961), ya era un intelectual muy conocido en su país, donde había destacado fundamentalmente como poeta, pero enseguida se ganó un lugar de privilegio en la cinematografía merced a sus trasposiciones literarias. Deslumbró con El evangelio según San Mateo (1964) y reinterpretó el espíritu de la tragedia clásica en títulos como Edipo rey (1967) y Medea (1969). Logró gran repercusión y reconocimiento con sus versiones de El Decamerón (1971), Los cuentos de Canterbury (1972) y Las mil y una noches (te, 1974), conocidas como la Trilogía de la Vida; y, por último, ofreció una dura crítica al fascismo y al capitalismo en Salò o los 120 días de Sodoma (1975), su película póstuma, estrenada poco después de su asesinato en la playa de Ostia.

Un hijo nace de joven pareja en la Italia de antes de la guerra. El padre a medida el hijo crece siente celos de la atención que la madre le dispensa; Entonces se produce una elipsis temporal y de espacio, saltamos siglos atrás, en medio de un desierto un bebé es abandonado. El niño es rescatado, llamado Edipo por el Rey Polybus (Ahmed Belhachmi) y la Reina Merope (Alida Valli) de Corinto y criado como su propio hijo. Cuando Edipo (Franco Citti) se entera de la profecía que predice matará a su padre y se casará con su madre, él se va de Corinto creyendo que Polybus y Merope son sus verdaderos padres; Tendrá importancia en el relato personajes como Laius (Luciano Bartoli), Rey de Tebas; La reina de Tebas, Jocasta (Silvana Mangano); El profeta Tiresia (Julian Beck); Nagelo (Ninetto Davoli, con el que Pasolini mantuvo una relación amorosa varios años, desde que tenía el actor 15 años), lazarillo de Tiresia.

Pasolini embiste su obra de un halo de ensueño con tintes pesadillescos, con elipsis disfuncionales, con muchos silencios, con mucho plano subjetivo, donde un velo de tono trágico envuelve el relato, ello por su ambientación hosca, donde el dolor interior se nos es traspasado de modo manipulador, porque lo dicta el guión, el fatalismo resulta un tanto infantil en su modo de trasladarnos la obra de Sófocles, pareciendo por momentos una suecada ridícula (ejemplo es la representación del Oráculo de Delfos, debiera ser un lugar suntuoso, son cinco personas debajo de un chaparro, o como Edipo acaba con el terror que atemoriza Tebas, una Esfinge risible), todo muy exagerado y de una intensidad impostada en su sobreactuación.

No es que en conjunto sea desdeñable, y es que se inicia de modo inquietante y atractivo en lo que promete: Vemos a través de una ventana en un segundo piso de la casa de un militar (de Mussolini, en alegoría del padre de Pier Paolo, este fue Carlo, un teniente de Mussolini que se hizo famoso por salvar la vida del Duce cuando el joven Anteo Zamboni atentó contra su vida), en un dormitorio con poca luz, una mujer da a luz a un hijo, en un ágil encadenado de elipsis temporales, vemos cómo el bebé crece hasta conseguir andar solo, mientras vemos sutilmente como el padre comienzan a surgirle celos por la atención que le presta la madre en detrimento de atenderle a él. En una noche de celebración nacional, el niño se levanta de la cama y se dirige hacia la ventana donde observa los fuegos artificiales, y se produce una elipsis; Pasamos a un paisaje árido y desértico, un hombre en harapos, lleva a un bebé desnudo atado a un palo, se detiene en medio de la nada y lo pone en el suelo, levanta la espada que lleva para matar al niño, se arrepiente, y lo deja allí abandonado para que muera; Habiendo algo más de tiempo en el que evolucionan temas en los que se critica de modo subliminal el fascismo, la intolerancia, los dogmas de fe, hablándonos de los celos, de los pensamientos retorcidos, en este tramo en que las incógnitas se deslizan de modo inteligente, con silencios manejados de modo incisivo para expresar sin hablar, pero entonces Edipo comienza su búsqueda de la “verdad”, y la cinta se desboca por senderos excesivos, maniqueos, forzados, el histrionismo lo rebosa todo, dándome igual lo que les pase a los personajes.
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