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160 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
6
Me sobró el final pavoroso.
Aunque esté narrada como un cuento, y algunos planos o efectos de cámara nos recuerden a veces a Amelie, esta película no se parece en nada a aquella tierna historia que acababa bien. Actuaciones excelentes, interesante fotografía, extraña banda sonora y un argumento simplista en su complicación, que nos libera todo tipo de sentimientos hasta que llega un final (sino gore, sí de lo más terrorífico que he visto nunca) fuera de lugar y que, en mi caso al menos, te deja la sangre helada.
Muy recomendable, pero sólo si se dejan de ver los minutos finales. De otro modo, ni hablar.

En el spoiler cuento el monstruoso final, por si acaso alguien no lo pilló (como, por ejemplo, quien hizo la sinopsis que aparece en esta página).
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252 de 355 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Magia
A veces asusta darse cuenta de lo real que puede ser la fantasía y al mismo tiempo toda la fantasía que le falta a la realidad.
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172 de 214 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
"...tú estás aprendiendo a ser un tirano y yo un flan."
Ya la he visto cuatro veces y tras cuatro violentas y apasionadas discusiones conmigo misma he llegado a un acuerdo definitivo: es la película más romántica que he visto. Punto en boca. Puede que el amor no sea esto, pero la visceralidad que propone se acerca horrores a la definición más ajustada de lo que es el auténtico románticismo.
Ambos personajes son perfectamente coherentes consigo mismos, lo cual es de agradecer aunque sólo sea por el contraste con cualquier otra obra del género. Porque, por ejemplo, yo veo El paciente inglés y sí que me quedo a cuadros con tanta volubilidad y ambivalencia en los personajes. Aquí está bien claro lo que son y lo que desean los dos protagonistas. Su autismo con respecto al resto del mundo, su ceguera moral y, repito, al fin y al cabo, su hiperdesarrollado sentido de lo romántico.
Los actores están muy bien, tanto los adultos y atractivísimos Guillaume Canet y Marion Cotillard, como los pequeños, en especial la niña que pronuncia mi chiste favorito de toda la película, cuando su amigo le enseña el pene y ella mirándolo con perplejidad exclama contrariada: "¿Y por eso ganais más los hombres que las mujeres?".

Me apasiona esta película. No tengo nada en su contra. El final es de lo más adecuado. Están como un par de chotas, claro que sí, ¡menos mal!

Por último, aunque reconozco cierta semejanza en la realización artística y los efectos y demás con Amelie, por lo demás no se me parecen en absoluto. Aparte de que cuentan dos historias completamente distintas y ajenas. Y Amelie es una excéntrica pero no tiene ninguna enfermedad mental, estos dos, por el contrario...
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113 de 139 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Los amantes de Teruel...
Aun no me creo (para bien y para mal) lo que acabo de ver en esta película, especialmente el final, que se merece mención de honor ya no por ser el mejor o el peor...dejémoslo en que es el final que te deja más a cuadros de toda la historia del cine.

Las principales pegas que se le pueden poner a esta película son las típicas escenas francesas en las que pasan cosas raras que no vienen a cuento con viajes psicotrópicos al mundo del LSD. Por lo demás todo muy bien, alguna escena demasiado cliché pero bueno, puede pasar.

El argumento principal bastante original y curioso, dos amigos que se proponen retos de continuo para ver quien es más valiente y que acaban por hacerse más bien putadas de niveles insospechados en una relación amor/odio.

Y después está el final... que simplemente, no hay palabras para describirlo. Hay que ver la película entera para poder quedarse completamente anonadado con esa resolución. A algunos les gustará, otros lo odiaran, o simplemente te asombrará. ("Acaba así la película si te atreves" parece que se dijera a sí mismo el guionista).

Como mínimo se merece verla (a parte de porque en sí la película está bastante bien) por ver el final más flipante de la historia.
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100 de 132 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Dura como el cemento
Oda a la eternidad soñada plasmada en un micro-universo con piel de cordero y corazón de demonio. Una espiral de locura que exagera lo que todos hemos hecho para conquistar pero que poetiza de manera magistral el dolor inherente en un final sencillamente bestial.

Preciosa sorpresa. Aun me explico como puede hacerse aun películas tan originales.
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88 de 119 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
El cuento del tirano y el flan
Pues vaya, y yo que pensaba que estaba viendo una película de segunda. Casi nula repercusión internacional, poco conocida y taquillas discretas. Qué grande (e injusto) es el cine a veces.
Qué grande es el guión, dramático y comediesco a partes iguales, secundados por unos actores con una química sin igual y una puesta en escena maravillosa.
La historia es novedosa, pero es que el desarrollo es simplemente tremendo, con una dosis de mala leche impresionante y sin caer en sensiblerías te llega al alma durante todo el desarrollo. Emana sensaciones que pocas consiguen.
Directamente a pasado a ser una de mis películas preferidas, no cabe mirar los posibles errores que pueda tener cuándo te llega como lo ha hecho conmigo. Simplemente bestial.

PD: Ni efecto post-Amélie ni ostias fritas, tiene la suficiente personalidad para convertirse en una obra única. La adaptación de recursos fílmicos es normal en el cine, pero este director le imprime algo muy suyo para convertir la película en una experiencia grandiosa.
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66 de 84 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
The Game Of Love
Dicen que a veces el amor es un juego. Dicen que nos volvemos como niños. También se presupone que son los niños los que juegan solamente.
Pues creo que todo esto es mentira.
El amor no es un juego. El amor es el tablero sobre el que dos personas lanzan sus dados con el objetivo de que sus fichan coincidan al final de la partida, es decir, el amor sería el lugar donde "jugar".
No nos volvemos como niños, ni siquiera adolescentes, cada uno es como es, y el amor no reconvierte a nadie, simplemente le recuerda como es y le hace ser fiel a sí mismo.
También es mentira que sólo los niños jueguen o puedan jugar, pues en verdad es uno cuando se hace mayor cuando empieza a jugar "con estrategia".

¿A qué vienen todas estas chorradas? Pues no lo sé exactamente. Será San Valentín y el recuerdo de esta película que me dejan inundado de sensaciones extrañas y pensamientos abstractos con toques mágicos y adornos coloridos.
Una película donde ves que el amor no es "comieron perdices forever" sino que implica algo más, engloba tanto lo bueno como lo malo, el tiempo no se detiene pero tampoco las situaciones.
Por ello, considero erronea la percepción de que uno quiere más a una persona por el simple hecho de no discutir nunca o estar siempre juntos, es más, para mí tiene más valor quien a pesar de estar alejados o a pesar de las discursiones sigues a su lado, le apoyas aún cuando esa decisión no es de tu agrado, besas su mano, arrodillas tu alma y arrancas sin tapujos tu corazón de entusiasmo cada vez que la ves de nuevo despertar entre tus brazos.
Y es que el amor no es plato de un día, sino festín de toda una vida repartido a cachitos que has de degustar con el amargo sudor del día a día. Y ese día a día vívelo como si fuera el último, pues sólo así lo apreciarás como debes. Esto, sobretodo, aparte de su fotografía, música, actuaciones y magia, el representar este hecho de forma tan acertada y simbólica me ha encantado.

Así que no privo a nadie de regalar lo que guste en San Valentín, pero no olviden quererse los 364 días restantes, pues el Amor no vale 50€ ni se compra en el Corte Inglés.
Y por ello yo regalo esta crítica a quien con su inocencia y delicadeza ha sabido regalarme durante todos estos días su ternura, sus caricias, su alegría y su corazón.
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54 de 65 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Mejor bajo una buena capa de cemento
Me entra cierta satisfacción cuando la película que voy a ver no llega a la hora y media de duración, porque eso implica que hay pocas posibilidades de aburrirse. Felices me las prometía al ver discurrir ante mis ojos un montaje ágil y argucias visuales propias de Jean Pierre Jeunet o Michel Gondry. Nada más lejos de la realidad. A los cinco minutos ya demostraba a las claras su carácter de empalagoso e interminable anuncio dispuesto a camelarse al espectador con cualquier golpe de efecto a cada cual más tramposo.

Lo que me ha provocado dolor de cabeza no ha sido su desarrollo previsible, su recargada estética, su hueca originalidad o su intento constante de engañarme con cualquier truco facilón, sino esa insufrible pareja de mamelucos y el irritante juego que se traen entre manos.
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63 de 86 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Entre vivir y soñar
Toda una vida para decir "Te quiero". Ochenta años para empezar una historia de amor. Y todo por culpa de un juego. O quizá gracias a un juego. Sophie y Julien han diseñado las reglas. Y serán, de por vida, los árbitros... y, a menudo, las víctimas. “¿Te atreves?” “Me atrevo”. Se atreven a todo, desde lo mejor a lo peor. Ridiculizan los tabúes, se saltan las prohibiciones, se enfrentan a la autoridad, ríen, se hacen daño. Son capaces de todo... excepto de reconocer que se quieren. Y cada vez que contestan “Me atrevo” están diciendo “Te quiero más que a mi vida”."¡Me atrevo!".
Navegando por la red me encontré una imagen que me enamoró. Dos niños, un beso, y entre ellos, una caja, una historia.
Fuera convencionalismos, estamos ante el cine francés más imaginativo, que sabe a Jeunet desde los créditos de inicio. Pero esta vez no es Amélie la jovencita que nos hace reír y llorar, sino chiquillos -que bien podrían haber sido vecinos de la propia Amélie- que no llegan nunca a crecer. Juegan, juegan, y no pueden parar. Es el amor más infantil, más divertido, sincero, amable... y cruel. Un juego que llega demasiado lejos y que al igual que crea, acaba destruyéndolos.
Yan Samuell se apunta el estilo visual colorista, pero no necesariamente de color de rosa. Una musiquita dulzona de Philippe Rombi, para recordarnos que ante todo estamos en una película de ver abrazados y no soltarse hasta el final. Y dos actores, Guillaume Canet y Marion Cotillard (toma Oscar), porque si no, esto podría haber acabado en telefilme de final convencional.
Te puede pasar de todo. Que tu vida se detenga en una fría sala de hospital. Desaparecer del mundo escondiéndote tras los faldones del mantel de una mesa. Subirse a un coche para proclamar a los cuatro vientos tu amor... Si tu corazón no se estremeció en la escena del restaurante, revísalo. Está muy frío.
Ante todo , triunfa el amor. Es una visión exagerada, incluso falsa. Una confusión entre el amor y la amistad. De los errores cometidos, cuando ya es demasiado tarde. De todo lo que somos capaces de hacer por las personas a las que amamos, y todo el daño que podemos llegar a hacer, cuando creemos que no amamos. El amor hay que vivirlo. Hay que arriesgarse. Luchar por conservar el amor, o bien rendirse honestamente cuando no tiene remedio. La cobardía es la peor salida. Los que hayan visto la película me entenderán.
"¿De modo que ser adulto era esto? Tener un velocímetro que marca de 0 a 210, pero no ir nunca a mas de 60." Quiéreme si te atreves es una historia de amor original, que nos podría haber pasado a cualquiera. Pero no, ¿verdad? Nosotros maduramos, caemos en la monotonía. Pero ellos son originales hasta el final. A veces los por qués no importan. La alegría de vivir está en el aquí y el ahora.
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36 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
El juego de los idiotas:
Películas como esta son la causa (o la consecuencia) de la decadencia occidental y de la corriente de subnormalidad (cada vez más común) de la clase media aburguesada moderna que presume de altruismo y de valores neo-románticos cuando en realidad representa una involución atroz en todos los aspectos. Los protagonistas son dos modernillos gilipollas y egoístas obsesionados con obtener la complejidad a toda costa a la par que asesinan la autenticidad de sentimientos y los valores sociales/humanos más básicos. El resultado es una soberana memez que increíblemente crea adeptos y clones como truños, encandilándolos durante los primeros minutos con ese tufillo dramático de presunta originalidad en el que se nos presenta a una mamá que va a morir mientras el niño repelente que quería volar camina junto a la melindrosa de su amiga por mundos oníricos de caucho rezumando paranoias de relleno mal heredadas de la tita Amélie. (Inspirar; Espirar). Después, los crios crecen, y entonces sobreviene el horror, EL HORROR. La cosa prosigue con un argumento magníficamente estúpido e irritante que genera cero simpatía y cero empatía e invita al sufrido espectador a querer asesinar con sus propias manos al par de papanatas que con total impunidad se pasea por la pantalla haciendo el imbécil para, al final, regalarnos una colosal gansada que sólo ha podido parir una mente de majestuosidad mentecata falsamente distinguida, autocomplaciente y sin ningún tipo de remordimiento. La película incluye monólogo “QuieroSerComoTrainspotting” y sucesivas versiones de La Vie en Rose a cual más infame. ¡Oh modernillos!

Bien pensado, y aunque sea una peliculilla absurda y hortera, esta menudamierda puede tomarse como una ilustración de lo que uno tiene que evitar en un mundo donde el número de mindundis pancistas crece exponencialmente.

He aquí un juego para el flamantillo egoísta de singularidad artificial e indecente:

“Pon el muñón de tu mano derecha sobre tu hombro izquierdo e intenta morderte la oreja derecha mientras cantas La Vie en Rose de Edith Piaf versión techno”.

¿Capaz o incapaz?
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52 de 73 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
El juego del amor.
El amor es un juego, a veces ganamos y otras perdemos. Mientras jugamos nos divertimos, pero tambien podemos herir o salir heridos. Esta película me descolocó un poco, sinceramente, no sabría decir si va de amor o de desamor, si es tediosa o puro romanticismo.

Llevo dos días pensando en esa pareja de locos enamorados capaces de todo el uno por el otro. Esta película tiene algo especial y no sé decir qué es. Desde luego, el comportamiento de ambos tampoco es tan exagerado... si me pongo a pensar, conozco a más de una pareja que se han querido como locos y sin embargo, por orgullo, se han herido profundamente. Esto no es una hipérbole, este tipo de relaciones tan tormentosas exiten en la vida real. Lo que me asombra es lo maravillosamente plasmada que está en la pantalla.

Hay varios motivos por los que creo que se ha de ver esta película:
- Es original, cosa ya bastante difícil hoy día.
- Es absorbente, fluida, dinámica, arrebatadora. Conmoverá a unos, cabreará a otros, desde luego, esta película deja alguna sensación en el espectador.
- Muestra la complejidad de las relaciones humanas, toca todos los extremos, la línea entre el bien y el mal está difuminada cuando se trata de amor. Es exquisita en el tema que aborda.
- Deja patente lo difícil que resulta decir esas dos frases: "te quiero" y "lo siento".

Cosas con las que no estoy de acuerdo:
- Que se compare con Amelie. No tienen nada que ver ni la trama, ni la puesta en escena, ni el desarrollo, ni mucho menos el desenlace.
- Que el final estropea la película... pss, puede ser, según los ojos con que se mire. A mi me pareció una locura más entre ellos. Desde luego a los protagonistas no les pega eso de "vivieron felices y comieron perdices". Es un final típico de ellos.

Cosas que no me gustaron:
- Los momentos esos en plan "alucinación" cuando los protas son aun niños. Considero que sobran.
- Algunas incoherencias del guión (mirar spoiler).

Lo mejor:
- Los besos que no se dieron y que ambos deseaban...

En resumidas cuentas, una gran película que no dejará indiferente al espectador... Jamás vi semejante pareja de locos de amor... véanla y opinen...

Capaces o incapaces????
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34 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Los que se putean, ¿se desean?
Frikada francesa muy gorda que pasa a engrosar el microgénero de la comedia romántica grotesca inaugurado por la pesada de la Amelia Poulain y perpetuado por otras cosillas similares.

Un hombre y una mujer, profundamente enamorados desde la infancia, están tan tocados del ala que en lugar de declararse el uno al otro como es costumbre en las sociedades civilizadas, se pasan toda su vida retándose a un juego extremo, "¿Capaz o incapaz?", en el que se desafían a realizar barrabasadas cada vez más bestias. La calidad y cantidad de los retos aumenta a lo largo del metraje, llegando a un punto esquizoide e incluso sádico que me entusiasma sobremanera, pero el propio planteamiento de base de la película obliga a la reiteración y pasa lo que pasa. Que aburre.

Sin embargo, para cuando ya te estás acostumbrando al ritmo pim-pam-pum, ahora te reto yo a tí y tú me retas a mí y empiezas a deslizarte plácidamente en los dominios de ese gran amigo del cine que es Morfeo, te pegan un corte de órdago con el final: un final que según el índice de simpatía que se tenga en estos momentos, se puede considerar de lo más coherente o en cambio, de un bizarro acojonante (yo me decanto por lo segundo).

Por lo demás, puro realismo mágico a la gala: ángulos retorcidos, planos grotescos, giros de cámara asesinos, paranoias caleidoscópicas y colores raros. Nada de lo que no pueda disfrutar en el coffeeshop de la esquina sin necesidad de devanarme tanto los sesos. En fin...
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44 de 64 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Todo por un "te quiero"
Me pareció una película genial. Puedes pensar que están los dos como cabras (que lo están) y puedes pensar que no hay quien se la crea. Pero es que Sophie y Julien crean un mundo propio, del que puedes formar parte o no. Y de eso depende que te guste la película. A mí me encanta.

Me encanta por muchas razones: por lo original de la historia, porque la relación cómico destructiva de los personajes es única, porque Canet y Cotillard tienen una química que desborda la pantalla (que vuelvan a hacer otra peli juntos, ya!), porque me gusta "La vie en rose", porque creo que el final no podría ser más adecuado, porque ni las ensoñaciones infantiles -que no aportan nada francamente- me molestan, porque me sorprendió, porque me reí un montón, porque hay diálogos que se te quedan en la memoria para siempre (el tirano y el flan, qué grande), porque pocas veces he visto a un crío comerse la pantalla de esa manera, porque no trata al espectador como si fuera imbécil, porque no me identifico para nada con los protagonistas... porque es CINE que te hace soñar.

Es una vuelta de tuerca tremendamente retorcida a la comedia romántica. La descubrí por casualidad y siempre que se la recomiendo a algún colega, triunfa.
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29 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Con todos ustedes, Francia
Como cada país, que posee ciertas cualidades adheridas a su cine desde inmemorables tiempos, u otras que se van adhiriendo con el paso del mismo, Francia posee las suyas, entre el intento de otorgar originalidad y variedad a su cine, sobretodo en el género dramático y de comedia, sobresale una característica que, en mi opinión, siempre ha tenido bastante que ver con el cine francés: La magia.
Y ahí reside uno de los principales valores de este film. La magia de la infancia, donde cualquier juego o norma sirve para distraer la mente, olvidar los pequeños problemas e, incluso, unir a dos personas. La magia de los mundos creados a partir de la nada, esos mundos que se extienden mucho más allá de lo inimaginable. La magia de dos amantes, con indecisiones, pruebas y obstáculos que deben superar. La magia de no caer en el olvido jamás, de separar a dos almas gemelas y volverlas a uni... perdón... ¿he dicho magia? No, no, eso terminó ya hace tiempo... Y es que, tras un primer tramo acertadísimo, brillante y cautivador, parece que las ideas que barajaba quien escribió tan bella historia, terminaron en un saco roto.
A partir de cierto momento, la narración se torna dispersa, los momentos más forzados que tiernos y la poca complicidad que llega a despertar una historia que, más que agridulce, se torna insípida y cargante con el paso de los minutos, empañan ligeramente el desenlace.

Cierto es que el montaje ayuda mucho al espectador a verse inmerso en el fabuloso mundo de los protagonistas, en el cual a partir de un sencillo juego se elabora una agradable y refrescante historia sobre la amistad y los diversos valores que pueden llegar a surgir entre una pareja.
Sin embargo, el guión se le termina yendo de las manos al señor Samuell que, aun y contando con unas intenciones geniales, acaba dotando de una frialdad y una aspereza demasiado patentes a los personajes y situaciones, que parecen moverse más alrededor de una simple premisa que del relato en sí, haciendo que el resultado concluya siendo hastiante y no pueda ser apreciado en su totalidad, debido al desmoronamiento final de la cinta.

Los intérpretes ponen su granito de arena, en especial un Guillaume Canet que, como de costumbre, está muy atinado, acompañado de la protagonista de la película, Marion Cotillard, con una actuación muy bien desarrollada y trenzada. Una pena que terminen sirviendo de tan poco por el embarullamiento de situaciones inverosímiles que se producen hacía el segundo tramo.
Por aplaudir intentos como este, que no quede, aunque es una verdadera pena haber desperdiciado una tan buena opción de regalar al espectador un pedacito más de la magia de Francia con la que, en ocasiones, ya nos suele obsequiar de vez en cuando Jeunet, entre muchos otros como Klaspich o Annaud.
Fallida, pero merece la pena darle una oportunidad.
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60 de 99 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
Trata de empatizar con ellos si te atreves
Ví esta película recomendada por una de mis mejores amigas, y bueno... Está claro que se puede querer a una persona y no compartir para nada determinados gustos.

Hay películas que ter resultan aburridas, otras te parecen tontas, otras insípidas, otras simple y llanamente malas... Pero debe de tener algún mérito que algunas, como esta, te provoquen un odio tan totalmente absoluto y visceral. ODIO esta película. Y la razón: sus personajes, el trato que guionista y director les dan, y el que reciben a cambio los desdichados secundarios de este perverso cuento relleno de maldad y cubierto de colorines en plan Amelie. Es una señal preocupante cuando te provocan más empatía los secundarios que los dos psicópatas crueles y carentes de compasión que llevan el rol de protagonistas.

Esta película es un ejemplo perfecto de moralidad centrada en el protagonista: mientras algo no le afecte a este, todo está bien, y a los demás que les den. ¿Que un autobus va lleno de niños y sin frenos cuesta abajo, perseguido por el pobre conductor (que si no recuerdo mal encima trataba de ayudar a la niña protagonista), todo ello rodado en tono de comedia? Bueno, qué importa, ¡¡¡que se mueran!!! Lo que importa es que el niño le demostró a la niña lo caballeroso que es.

El padre merece un párrafo aparte. El director, como un niño malcriado y rencoroso al que no le dejan jugar por haber roto el jarrón, pinta al padre como un hombre frío y distante, incapaz de entender a su hijo y comprender su maravilloso mundo de algodón de azúcar y caramelitos y cositas de colorines. Al fin y al cabo, tampoco es tan grave quedarte viudo con un niño de siete años, ¿verdad? Ni que la mejor amiga de este se presente en el funeral y se burle de la ceremonia (¡Qué super gracioso y divertido!). Ni tampoco es para ponerse tan serio porque tu hijo vaya por la vida sin hacer nada. Y desde luego no tiene nada de malo que se case y tenga hijos pero en el fondo se la sude completamente su familia y los deje tirados a las primeras de cambio, ¿no? En un momento dado, el padre invita a casa a esa niña que se burló en el funeral de su mujer porque comprende que sólo así ayudará a su hijo a superar un momento tan duro como la muerte de su madre. ¡Pero ni por un segundo esperes que este ínfimo acto de sacrificio y compasión le sea agradecido al padre, tanto por parte de su hijo como por parte del director de la película! Recuerda: los personajes secundarios son malos y/o tontos, porque no entienden el mundo de fantasía y el juego que los dos protagonistas se traen entre manos, y todo lo que no sea ellos da igual y no importa nada si se ve afectado de cualquier forma por estos.

En fin: con tal de demostrar tu romanticismo y seguir tu jueguecito, no importa cortar el tráfico, engañar en insultar a la gente que te rodea, emplear para una de tus bromas a la víctima de un accidente con el cuerpo totalmente quemado, casarte con una chica que te da lo mismo y usarla como una herramienta más del juego, traer a dos niños al mundo por la misnma razón...

Los diálogos y el tono oscilan entre lo grotesco y sórdido y lo pomposo y cursi, de una forma tan desequilibrada e incongruente que en conjunto la película acaba resultando desagradable, y cualquier intento de pretendida belleza sólo resulta descacharrante y ridículo.

A todos los que le han puesto una nota alta a esta peli y han subrayado lo super "bonita" y super "romántica" que es, me pregunto si os parecería todo tan encantador y maravilloso si todo esto no pasara en la seguridad de la pantalla, sino que una pareja de vuestro entorno se comportara así, o peor aún, si uno de ellos fuera vuestro hijo/a, y os tocara sufrir en vuestras carnes todo lo que les pasa a los que rodean a los protagonistas.
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27 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Que se metan el juego por donde les quepa
Razones para justificar el suspenso que le he puesto:
En primer lugar, Julien y Sophie me caen mal. Se me hacen repelentes a más no poder. De niños todavía tienen un pase, pero ya de adultos son insufribles. Y su jueguecito de "capaz o incapaz" se lo pueden terminar metiendo por el culo. Me daban ganas de coger la puñetera caja y estampársela sobre sus tontas cabezas. Y ese falso aire de sabihondos intelectualoides no se lo cree ni su madre.
En segundo lugar, no me gusta el desarrollo demasiado veloz y embrollado de la trama. Julien narrando la historia a mil por hora y de una forma que me ponía de los nervios. No me gusta cómo se cuentan las cosas. Y además, influirá que el niñato no me caía bien. Lo siento, pero no cuela.
En tercer lugar, he acabado harta del juego. Supongo que los seres humanos solemos ser bastante idiotas, cabezotas y ciegos para admitir las verdades que nos plantan delante de las narices. A menudo metemos la pata hasta el fondo por cuestiones de orgullo y de tozudez, y muchas veces preferiríamos que nos lincharan antes que dar nuestro brazo a torcer. Pero no me parece divertido ver cómo dos niñatos inmaduros se pasan toda su puñetera vida haciendo el tonto a causa de un juego e incluso jugar con los sentimientos y la dignidad de otras personas como si fuesen trastos de usar y tirar. Cierto que eso refleja una triste realidad, porque hay muchas personas que son así o mucho peores. Pero una cosa es conservar nuestro niño interior, y otra cosa es ser un hijoputa caprichoso, mimado, consentido, ególatra y egoísta. Conservar alma de niño no es sinónimo de ser insoportable cuando uno se hace adulto.
En cuanto a lo demás, añadiré que la fotografía es curiosa e imaginativa y que procura centrarse en el punto de vista de los protagonistas y su particular visión del mundo, y la banda sonora está bien. Pero sencillamente, no soporto tanto reto estúpido, ni tantas idioteces, ni aguanto al niñato ni a la niñata.
Me habrían hecho un gran favor si se hubiesen desafiado a limpiar sin guantes ni mascarilla los W.C. de los bares en plena parranda nocturna, o a que les extrajeran unas cuantas muelas sin anestesia, o a meterse en los túneles del metro de París en el exiguo espacio entre la pared y las vías sin despeinarse ni irse accidentalmente de vientre.
Como alguien más comentó ya, esto parece una copia mala de "Amelie", y al igual que esa usuaria, no me creo nada de lo que me ponen delante. Y como historia de amor resulta pesada e irritante hasta el extremo.
Y no tengo más que decir como no sea para seguir poniendo la película vestida de limpio.
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59 de 101 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
¿Capaz o no capaz?
Pues fuí capaz de acceder a visionar esta obra de arte de un desconocidísimo Yann Samuell, un dibujante que acertó al pasarse detrás de la cámara, tras una gran recomendación por parte de una maravillosa y gran cinéfila, amiga mía. De lo que no fuí capaz es de no derramar lágrimas y emociones a raudales gracias a las fabulosas actuaciones de Guillaume Canet y la preciosa Marion Cotillard. Una historia que me conmovió e implicó en todo momento, y que disfruté a cada instante como un niño pequeño.
Un juego de niños tan cruel como el propio amor en muchas ocasiones, tan intenso, deseable y temido como éste. Me cabe destacar también una increíble banda sonora, fundamentada en las diferentes versiones de la "La vie en rose" de Edith Piaf (a destacar la versión del grandioso e inigualable Louis Armstrong).
En resumen, obviamente he de recomendar su visionado a todas aquellas personas que pretendan experienciar intensamente lo mágico y apasionado de una verdadera historia de amor hecha poéticamente un cuento.
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16 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Una joya a la francesa ^^
* Argumento:

Julien y Sophie se hacen amigos en el colegio. Sophie es una niña polaca, que no acaba de ser aceptada del todo por sus compañeros de clase, y un día, casi por casualidad se produce un acercamiendo a Julien. Éste tiene una madre muy enferma, y sin quererlo, inventa un juego con su amiga que le hace escapar un poco de esa tristeza... “¿Capaz o incapaz?”. Empiezan a retarse el uno al otro, se ridiculizan sin ningún problema, rompen tabúes, provocan a los “mayores”... Crean SU juego.
Pero Sophie y Julien se hacen mayores, y los retos también comienzan a complicarse... siguen siendo capaces de todo lo que el otro les propone, y siguen burlando las reglas, saltándose las normas, sólo por seguir el juego que ellos han creado, y han convertido en algo especial.
Al final el ser capaz, significa hacerlo por amor, por todo eso que han vivido juntos desde su infancia, pero al parecer, demostrar el amor no es tan fácil como demostrar esa rebeldía... y los retos comienzan a complicarles la vida, a cambiar todo lo que ha habido siempre entre ellos...
De fondo... una banda sonora de Philippe Rombi: “la vie en rose” en todas las versiones habidas y por haber... (genial) ^^ (Curiosamente, Marion Cotillard ha dado vida a Edith Piaf en una película, por la que se ha llevado el Oscar a mejor actriz este año).


* Mi opinión:

Una conversación cualquiera con una buena amiga sobre cine francés me descubrió esta maravilla de película.
Esta es una de esas cintas diferentes, originales, sorprendentes, emotivas... que acabas con cara de sorpresa, porque de verdad que no deja indiferente a nadie.
Las actuaciones son estupendas, los actores no son los típicos guapos de comedia, sino que ganan su encanto según van pasando los minutos, y nos van regalando situaciones y diálogos geniales.
La historia es original, la película está hecha en esos tonos verdosos que ya vimos en alguna otra (por ejemplo, Amelie), que hacen que sea mucho más bonito.
El guión es impecable, con múltiples frases para el recuerdo, diálogos simpáticos, alegres, divertidos, y a veces dramáticos, y protagonistas de momentos duros.

Película recomendable al 100%, nos dejará pensando en ella un tiempo, y además nos hará pasar un buen rato, y descubrir a dos jóvenes actorazos, y a un gran director-guionista.

Espero vuestras opiniones, a ver si os encanta tanto como a mi ;)
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17 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Tras los pasos de Jeunet y de Luhrmann
Fábula colorista, simpática, entretenida, gamberra, a veces tierna, a veces cruel pero muy vistosa. Su duración (hora y media escasa), la buena música y la espectacularidad de las formas compensan las lagunas argumentales. Con más fondo del que pueda parecer a simple vista es básicamente la historia de dos chiflados, que no se sabe muy bien a que juegan pero que se quieren. Todo contado con mucho ritmo, un humor ácido y acompañado de todas las versiones posibles de "La vie en rose" (excepto la de Thalia, gracias a Dios).
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22 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Atrevete a verla:. .
Muy buena película, que nos muestra “algo” de lo mucho que puede hacer el amor en el cerebro humano, y por lógica, lo que nos provoca hacer, que en este caso es contradictorio: “no aceptar el amor”.

Las relaciones entre amigos hombre-mujer, pueden llegar a ser tan perfectas, que cuando surge el amor, pueden tener miedo de confesarlo y perder lo que se tiene, y a su vez, no atreverse a dejarlo ir; esto es un juego sucio, que empeora, cuando ambas personas juegan a lo mismo.
Un film comedia-romántica que te hace adentrarte en ella, con una bella fotografía y detalles visuales, que hacen resaltarlo aun más como cuento, aparte del modo como se va desarrollando la historia y el uso de un guión sencillo y atractivo.
Con un explosivo final, le da más sabor de lo que ya posee; puedes verlo de dos formas: te puede encantar o lo puedes odiar, puede ser lo mas correcto o lo menos exacto; a mi parecer, vean la película y podrán trabajarlo.
Para no perder la costumbre, las manchas. Sin duda alguna, muy buena trama, pero aun así, hacen falta personajes, que tengan participación y den mas forma a la historia; si con dos incrédulos llenaron la pantalla, un par de ideas no hubieran venido mal.
Aún así, hora y media hecha oro. Un consejo: veanla.
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