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139 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
8
Clásico infantil
Divertida y entrañable comedia, un clásico ya del cine "para niños" (es un decir, porque la puede disfrutar cualquiera), y que creo que fue el primer largometraje realizado íntegramente por ordenador. Una historia con bastantes valores moralizantes (es Disney), una progresión narrativa modélica (la manera de presentar a todos los personajes, cómo van evolucionando y demás) e incluso un final bastante emocionante.

Es interesante que al principio rechace mostrar las caras de los adultos, lo que se explica pensando que posiblemente no quisieran hacer algo ridículo (no es lo mismo modelar un juguete que una persona), pero también que en el fondo los adultos son irrelevantes, no tienen ninguna importancia en esta película. De hecho, uno de los grandes aciertos de Pixar ha sido basar siempre sus películas en personajes que no se pudiesen hacer sin ordenador o dibujos, con lo que consiguen por un lado tener personajes originales (juguetes, insectos, peces, monstruos, superhéroes de cómic, coches...) y por otro no se exponen a una posible comparación con los modelos reales (las personas). Y efectivamente, las películas de animación que en vez de parodiar la realidad han querido suplirla completamente (como Final fantasy o The polar express) han sido fracasos considerables. Muy buenos los personajes casi antagónicos pero al final complementarios de Woody y Buzz, y brillantes algunas de las bromas "específicas para juguetes", como por ejemplo la misión de reconocimiento de los soldaditos verdes o el juego que le sacan al señor Potato con lo de que se le caigan las facciones de su cara.

En fin, la mejor película de Pixar en dura pugna con Buscando a Nemo (que es soberbia, pero vino 8 años después). La mejor de una productora que ya de por sí ha tenido una media de calidad estratosférica en sus siete producciones, y no digamos ya en comparación a las de sus rivales.
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62 de 65 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Estos juguetes dan mucho juego
Creo recordar que ésta fue la primera película íntegramente hecha por ordenador. Disney dejó totalmente de lado por primera vez en su historia la técnica tradicional de los dibujos animados hechos a mano, para sustituirla enteramente por la tecnología informática. Hasta entonces, algunas películas anteriores a Toy Story habían comenzado a incluir imágenes creadas por ordenador, pero conservando la base de los dibujos artesanales.
El resultado fue demoledor y soprendente.
No sólo se creó una película técnicamente casi perfecta, sino dotada de un guión extraordinariamente ágil y vivo y creando unos personajes tan naturales y cercanos que casi parece que son reales.
Se mezcla un sentido del humor que no para de hacernos reír con una acción imparable y, desde luego, con mensajes que nos enseñan valores como la amistad, el compañerismo, no juzgar a la ligera y no dejarse llevar por las simples apariencias.
¿Cuántas veces, cuando de niños jugábamos con nuestros juguetes, nos imaginábamos que cobraban vida? De hecho, ese juguete que era tan especial para nosotros, que ocupaba un lugar predominante en nuestro corazón (hasta que uno nuevo lo desplazaba) realmente parecía estar vivo. Yo creo que esta película realiza ese sueño. ¿Quién no ha tenido su juguete favorito y lo convirtió en su mejor amigo?
Ideal para que todos los públicos la disfruten (también los niños grandes) porque está dirigida a todos y no pasa de moda.
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42 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
¡Eres mi ayudante favorito!
"Toy Story" es la película que proyectó al éxito al, con diferencia, mejor estudio de animación 3D de la actualidad: Pixar. Y además, lo considero el segundo mejor estudio de animación concebido, siendo el primero el Estudio Ghibli.

"Toy Story" es una divertida e imaginativa aventura protagonizada por juguetes infantiles con vida propia y profunda personalidad. La historia radica en la relación de dos protagonistas: Woody, un muñeco de vaquero y juguete predilecto de su dueño, y Buzz, un muñeco de guardián espacial de moda que amenaza el puesto del otro. Ambos personajes interactuarán y nos presentarán un simpático cuento en el que la envidia se torna a profunda amistad. Esta película ha originado el estilo clásico de Pixar: casi todas sus posteriores películas suelen estar protagonizadas por parejas.

Toy Story es una película apta para menores, pero ello no la convierte ni de lejos en una película infantil o no apta para adultos en absoluto. Es una película buena, imaginativa y disfrutable que obtuvo y mereció una crítica soberbia en su salida y un enorme éxito de taquilla. Y no sólo eso: es la película que a muchos nos introdujo en la animación 3D en una infancia temprana y nos invitó a seguir los pasos de un grupo de artistas que no han conocido rivales conceptuales.
La verdad es que "Toy Story 2" me pareció una secuela estupenda, con nuevos temas que ofrecer y gran evolución, pero innecesaria. De todas formas, pienso ir a ver "Toy Story 3" con un cohete en la espalda.

Un hurra por una obra maestra incondicional, una excelente obra de cine y una película de recuerdo perfecto.
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32 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Toy Story (1995)
La animación en los años 90 estaba viviendo una nueva edad de oro gracias a Disney y a películas como 'El rey león', éxito de crítica y taquilla. Pero un animador llamado John Lasseter, que trabajó en sus estudios y posteriormente en la Industrial Light & Magic de George Lucas, quiso demostrar a todos que la animación por ordenador era el futuro.

En 1986 había fundado Pixar y nueve años después estrenó el primer largometraje animado de la historia hecho íntegramente por ordenador. El resultado fue asombroso y demoledor: 'Toy Story' entremezcla de manera formidable los elementos del cine de animación con los del de imagen real.

Técnicamente casi perfecta y dotada de un guión portentosamente ágil, su dinámica puesta en escena está repleta de personajes tan naturales que se asemejan increíblemente a la realidad. Pixar había hecho historia revolucionando este arte, como ya hiciera Disney décadas atrás.

Habían pasado 81 años desde que Gertie, el dinosaurio hambriento, se comiera un árbol. Eran unos dibujos en blanco y negro, dibujados con lápiz, que convirtieron a la animación en una forma de arte popular en todo el mundo. Una industria que sigue creciendo porque su poder imaginativo, como diría el mismísimo Buzz Lightyear, llega “hasta el infinito y más allá”.
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27 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Ojalá hubiera tenido estos juguetes de chico
Yo de chico no era de los que solían pedir juguetes. Un año, cuando tenía 8 años ( si mal no recuerdo ), mi lista de navidad era: una máquina de escribir, dos paquetes de 500 folios, lápices y gomas de borrar, cómics de Mortadelo y Filemón, otros cómics de Superlópez,...¡ Ningún juguete ! Si hubieran existido estos juguetes en su día, los hubiera pedido del tirón.

El guión es excelente, una obra maestra y totalmente original. Me encantó esta película cuando la vi y además es la primera que se hizo larga a ordenador y los efectos para la época eran impresionantes. Enseña los valores de la amistad y te ries como ves a juguetes moverse ( los tradicionales militares verdes, el típico cochecito de bomberos, el cerdito hucha de toda la vida, el señor Patata de Playschool, el dinosaurio sacado de la película de dibujos de Rex,... ). El doblaje español fue excelente, me imagino que también el americano con Tom Hanks y Tim Allen.

Para no repetirme, pues acabo diciendo que mi nota es de 8'00. ¡ Viva Pixar, siempre me sorprende !
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22 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
La revolución PIXAR
El primer gran paso de un verdadero monstruo que no sólo arrasa taquillas y críticas, también escribe la historia del cine. Pixar. Genios. Y ésta su película/saga más emblemática.

Historia, personajes, música, situaciones y por supuesto, una prodigiosa y totalmente innovadora forma de animación que cambiaría la forma en que vemos el cine para siempre. Ésta película trasciendo lo clásico y se corona como una auténtica revolución cinematográfica que se siente hasta nuestros días.

Clásica, original, única. Nada que envidiar a las viejas películas del señor Walt Disney, y hoy sólo comparable con las demás obras maestras del estudio.
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15 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Toy Story (primera parte) - ¡Brindemos por la infancia recuperada!
Qué curioso resulta volver a ver estas obras que me marcaron tan profundamente cuando era un crío. Claro que hay un riesgo, ¿cómo me van a gustar ahora las mismas cosas que adoraba a mis siete años? Sin embargo, también cabe la posibilidad de reencontrar algo único, descubrir una cualidad de la que no era consciente en aquellos tiempos y que a pesar de eso contribuía, de alguna manera, a hacer que una película se sintiera más cercana, más cálida y más memorable que otras tantas que iba olvidando a medida que veía.

Esto me ha pasado con "Toy Story". Una obra que ya merece un puesto de honor en la historia de la animación, por ser la primera animada íntegramente por ordenador y la carta de presentación de uno de los estudios más exitosos de los últimos años, un trabajo técnicamente espectacular para la época. Pero eso a mí no me importaba. Cuando era pequeño, las novedades técnicas, la fluidez, lo visualmente impactante era relativo; no tenía un criterio para distinguir si una película se veía mejor que otra. Sí podía, sin embargo, ser consciente de que una de ellas me había llegado más, que en alguna me había divertido, emocionado y puesto en la piel de los personajes más que en otra.

Lo cierto es que ésta fue una de mis favoritas. Siempre pude conectar con todos los personajes; me reía con todos los juguetes, como Mr Potato o el dinosaurio, y odiaba al niñato cabrón de Syd cuando se cargaba un pobre soldadito con su repelencia más absoluta. Pero entre todos ellos destacaban dos. Uno era un vaquero rastrero, envidioso y cobarde, capaz de tender trampas terribles y mentir descaradamente para salvar el pellejo; el otro, un juguete que nunca se creyó como tal, un capitán espacial lleno de soberbia e ingenuidad que no se dignaba a escuchar la voz de la razón. Buzz y Woody no eran, desde luego, dos modelos de comportamiento. Más bien, eran personajes cargados de fallos, muy lejos de los clásicos héroes infantiles con un sinfín de virtudes y ni un solo defecto.

Y a pesar de eso, lograron encarnar una de las mejores y más hermosas fábulas sobre la amistad que se han dado en la animación, dos personajes que dejaron atrás sus diferencias, su envidia y su orgullo herido y aprendieron a tolerarse, a respetarse y a colaborar frente a un enemigo común. No tengo ni idea de en cuántas ocasiones me han hablado de la amistad eterna, de la superación y de todas esas moralejas que inundaban las películas que veía de niño, sin embargo, muy pocas han tenido el impacto de ésta. Aún hoy me sorprendo sintiendo una empatía tremenda por ellos, hasta el punto de tener que repetirme en mi cabeza que no son más que juguetes; pero si por algo destaca Pixar y demostró no sólo aquí sino en su legado posterior, es por su capacidad para dar un toque de humanidad único a su obra, gracias a excelentes guiones y caracterizaciones con los suficientes matices como para hacer la moraleja de siempre más creíble y lícita que nunca.
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11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
El juguete que no pudo volar.
¿Cómo describir en un título lo que siente una persona por una de las películas más importantes de su pasado, presente y futuro? Pues supongo que dejando aparcada la idea de repetir el recital de valoraciones técnicas del filme que todos conocen. Ni siquiera es necesario valorar la enorme importancia del largometraje en el campo de la animación. Así es, prácticamente todo el mundo conoce esta saga. Si hago esta crítica es para expresar lo que yo percibo en ella. Y puede que me equivoque en mis deducciones o mis emociones, pero ahí va mi "yo" vs "Toy Story". Aviso, contiene spoilers.

Los juguetes fueron creados desde sus inicios para entretener, acompañar y enseñar a los niños en su infancia. Estamos en 1995 y grandes empresas los crean para una sociedad consumista donde la esperanza de vida de un juguete es increíblemente corta. Los niños pierden la inocencia, la imaginación y el simple deseo de soñar con aventuras a una cada vez más temprana edad. La vida de nuestros protagonistas es dura, y su función, caduca. No obstante, quiero recalcar algo: en efecto, tienen vida. Y por ello, conviven entre ellos con el único y total objetivo de hacer feliz a ese niño que un día iba a crecer. Saben que su final llegará un día, pero lo aceptan. Esa es su función y cometido. Ellos aman a Andy.

Ahora bien... ¿qué ocurriría sin un muñeco de acción espacial creyera ser realmente el personaje que interpreta para el niño? Primeramente, Buzz entra en conflicto con Woody, el favorito de Andy desde siempre. El amor de un niño es muy preciado y el vaquero no iba a permitir que un lunático astronauta se lo robara. Ambos caen en el egoísmo, en el miedo a la realidad, al desengaño y, finalmente, a que su existencia carezca totalmente de significado. Este hecho los lleva irrevocablemente a verse envueltos en una situación donde ambos deben luchar por volver al lugar al que pertenecen. Su relación es tan irritante como intensa, y finalmente se ven en una casa donde su dueño es un crío hostil sin compasión por ellos. Woody intenta hacer entrar en razón a Buzz, desesperado por volver a su casa y no acabar destrozado. Pero éste se halla totalmente convencido de que sus habilidades especiales lograrán hacerles escapar. Y así fue, hasta que gracias a un reflejo de su identidad en una pantalla de televisión le hizo abrir los ojos. No puede aceptar su condición real. Es demasiado dolorosa. El guardián espacial quiere volar pero cae en el profundo fondo de su existencia. Sus alas son de plástico. Woody está atrapado. Buzz va a morir. Y puede que Andy no vuelva a verlos jamás. Y aquí, señores, es donde viene la escena que dio por primera vez a Pixar la etiqueta de "amos y señores del cine mundial".

Sigue abajo por falta de espacio.
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9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
MI clásico
Como ya digo por otra crítica, sólo tengo 20 años, 20 cortos años, en los que he intentado ver cuantas películas he podido, teniendo en cuenta que la mayoría de los grandes clásicos del cine se hicieron antes de que yo fuera siquiera un proyecto (diría más, antes de que mis padres fueran siquiera un proyecto).
Por eso, este es mi clásico. Hoy la he visto por enésima vez (ya he perdido la cuenta, desde que la vi en el cine por primera vez con 6 años, los mismo que el pequeño Andy...) y os puedo asegurar, amigos míos, que no será la última (porque es que, el verano pasado la vi otra vez).

Qué os puedo decir de una película que me sabía de memoria, con diálogos, escenas, movimientos, gritos, risas, llantos, besos...Cada detalle, cada minúsculo pixel. TODO. Me la sabía entera de memoria.
¿Y, por qué? Pues no lo sé. Es fantástica. Se nota que era la primera película de Pixar, aún quedaban muchas cosas por depurar, pero aún así...Si la evalúo desde los ojos del niño de seis años que la vio por primera vez, diré que es sublime para los críos: tiene acción, es entretenida, divertida, original (recuerdo que, cada noche al acostarme, dormía con los ojos entrecerrados por si mis juguetes despertaban mientras), la música acompaña en todo momento, tiene sus momentos de tensión y suspense...
Pero es que, si la evalúo desde mis actuales ojos, este tío hecho y derecho de 20 años os dirá lo mismo, pues ahora soy capaz de comprender la grandiosidad de esta película, los movimientos de los personajes, la animación, los valores que representa, el valor, la amistad, el compañerismo...Sus momentos más...no lacrimógenos, pero sí más sensibles...

Yo diría, que es mi clásico porque es la primera película de la que me acuerdo y tiene un gran valor sentimental para mí. Podéis llamarme lo que queráis, no me importa, en serio, creo que cualquier persona con un mínimo gusto cinematográfico y un mínimo de sensibilidad sabe apreciar esta película.

Dedicada a todos aquellos que también puedan considerar esta película como SU clásico.
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11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Y Pixar despegó buscando el infinito.
Primer largometraje de Pixar, primera película animada hecha integramente por ordenador... y también una gran película familiar.

Al igual que Disney en su primer largometraje animado, Pixar se bautizó con aguas de gran calidad haciendo una película precursora que no solo destaca en su innovación técnica tan lograda, sino que destaca en su conjunto a la hora de hacer cine familiar (ofreciendo una historia sobre la imaginación infantil y la amistad con reflexiones, humor y madurez virando un poco de lo habitual en este "género" al darle más importancia al desarrollo de los personajes que al desarrollo de la trama de aventuras).

Esta historia de peripecias y camaradería en la que los juguetes de la habitación de un niño cobran vida cuando nadie les ve (y viven sus propias aventuras, conflictos y diversiones) es inmersiva no solo gracias a la estética de sus personajes, sino también gracias a su construcción en el guión (sus comportamientos, sus sentimientos y su sentido del humor) y sus divertidas situaciones de enredos. Su trama de aventuras es algo clásica y predecible conforme avanza, pero tiene unos buenísimos puntazos de humor entre juguetes y curiosas situaciones a espaldas de los humanos. El guión explota la ingenuidad y la bondad de estos juguetes dando lugar a un humor y un cariño muy bien transmitido por todos ellos (inolvidable el señor Patata, el dinosaurio Rex o esos aliens).

Pero lo que más destaca en "Toy Story" (aparte de las graciosas personalidades de sus secundarios) son sus dos protagonistas (Woody: ese juguete viejo y realista, ese vaquero carismático, seguro y más maduro que su amo. Y Buzz: ese juguete nuevo e ingenuo, ese idealista astronauta que se cree capaz de surcar el universo, ese fortachón fuera de la realidad pero entrañable por su inocencia y nobleza) y la transformación de ambos con su forjada amistad tras celos y rivalidad.

¿El problema de "Toy Story"? Que las comparaciones son odiosas si provienen de la propia Pixar que se ha ido superando a sí misma a lo largo de los años dando lugar a obras superiores. ("Toy Story" es un clásico, sí. Es una gran película de animación inolvidable para niños y adultos. Fue un original acierto bien hecho... pero no me parece superior a obras maestras mucho más maduras como "Wall.E" o "Monstruos S.A."). Otro de sus problemas es que se nota un 3D algo rústico en algunos planos de paisajes o carreteras. También hay cierta dejadez en el desarrollo de la trama de acción (a veces de ritmo lento) costando que avance.

Pero "Toy Story" es un amigo viejo que no queda abandonado en el baúl, sino que se comparte con los nuevos amigos (y Pixar sigue utilizando muchas de las virtudes de su ópera prima: personajes que prevalecen por encima de la trama de acción, humor perspicaz o cortos musicales). "Toy Story" nos dejó unos personajes inolvidables, un par de canciones memorables y una de las frases más recordadas de la historia del cine entre otras cosas.

Lo peor: ...
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8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
POR QUE AMO A TOY STORY
No me es posible dejar de lado mi costado más pasional, ése que nos hace amar u odiar cualquier cosa, y hacer una crítica objetiva de esta película. Sin duda a todos nos pasa a veces. De algunas películas podemos hablar de las actuaciones, la fotografía y otros rubros técnicos porque somos imparciales. A otras las odiamos u amamos. Tal vez EL SEÑOR DE LOS ANILLOS de Jackson tuviera algunos méritos, no sé, pero la odié de entrada por lo que me parecía una falta de respeto a uno de mis libros preferidos, y no fui ni soy capaz de ver nada más, y aunque lo viera, no me interesaría. Por supuesto, a Jackson, por tal crimen, le desearía lo peor; si bien, si prometiera no reincidir, lo soltaría previo paso por una sesión de azotes y por la silla eléctrica. En el fondo, tengo un corazón de oro...

En el otro extremo están las películas que amo. Pueden tener defectos, pero no los veo o no me interesan, como puede no interesarnos que haya mujeres más hermosas que esa esposa nuestra que nos ha acompañado en las buenas y en las malas y ha criado a nuestros hijos. Y una de esas películas es la que nos ocupa.

Amo a Toy Story porque un poco me veo a mí mismo en la piel de Andy. Recuerdo, cuando en mi niñez, las dudas que tenía sobre lo que ocurría en mi cuarto una vez yo lo abandonaba. Estaba seguro de que mis juguetes cobraban vida a mis espaldas, que conversaban entre sí, que trazaban planes. Esas dudas se incrementaban multiplicadas hasta el infinito cuando ocasionalmente extraviaba un juguete. Para mí, era ni más ni menos que el fin del mundo. No me importaba que prometieran comprarme uno igual o mejor. Quería el que había perdido. Era irremplazable. Y cuando ya llegaba a la conclusión de que no había caso, de que tendría que resignarme, el juguete aparecía en el lugar menos pensado, un sitio en el que había revisado no menos de veinte veces. Por supuesto, era absurdo imaginar que había buscado mal. Sólo cabía una explicación posible: el juguete había ido de paseo por ahí. Ahora estaba de regreso.

Lo que trato de decir es que TOY STORY me lleva de vuelta a algunos de los momentos más felices de mi vida, y en estas condiciones me es imposible ser imparcial. Amo esta película porque me recuerda que mis juguetes fueron mis amigos cuando no tenía otros. Amo esta película porque me devuelve toda la magia de mi niñez. Intento, juro que intento acallar ese amor; pero no me sale. El sentimiento se ha puesto de pie, ha tomado el micrófono y tomado la palabra arrollando por el camino al raciocinio. Mejor lo dejo hablar. Con ese bravucón es mejor no meterse.

Para quienes compartan sentimientos similares, allí va mi deseo de que este comentario sea para ellos como una bandera tras la cual marchar. Vayamos hacia la magia. Vayamos hacia nuestra infancia: está mucho más cerca de lo que imaginamos.
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7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Hay un amigo en mí
En 1995 Pixar revolucionó el mundo de la animación con el primer largometraje de dibujos animados confeccionado por completo por ordenador. Hacía ya diez años desde que este instrumento se utilizara por primera vez; fue en la producción de Spielberg, El secreto de la Pirámide. ¿Por qué nombro esta película? Por dos cuestiones: ser la primera referencia existente del uso del ordenador y por contar con John Lasseter en el apartado de efectos visuales.

Lasseter aportó toda su experiencia adquirida desde que en 1979 llevó a cabo su primer corto (Lady and de Lamp) en Toy Story, una maravillosa cinta de animación con un logro que superaría al apartado técnico: un guión capaz de entusiasmar a público de todas las edades, máxima que Pixar ha seguido hasta la fecha.

Para ello hace falta un guión de calidad, uno que sepa profundizar en los personajes a la vez que cuente una historia interesante. Todo ello se cumple. Con un guión escrito, entre otros, por el propio Lasseter y Joss Whedon (Buffy la Cazavampiros, Serenity), Toy Story nos sumerge en un relato en que los juguetes infantiles cobran vida propia cuando los humanos no están mirando (argumento explotado previamente en películas clásicas). Cada uno de los juguetes representa un personaje entrañable, que tiene su símil en la vida real, entre los que destacaremos a los dos protagonistas: Woody, un vaquero con pose de tipo duro y resuelto que, en el fondo, padece un gran miedo al rechazo y Buzz Lightyear, un héroe fanfarrón muy seguro de sí mismo, que ve su mundo hundido cuando toma conciencia de lo que es en realidad.

La película tiene varios momentos dignos de mención: desde las misiones de los soldaditos comandadas por Woody para saber qué está haciendo Andy (el niño que juega con todos ellos) hasta una frenética persecución por la ciudad, pasando por momentos de terror muy bien conseguidos (referentes al malvado niño que vive en la casa de enfrente) y situaciones cómicas tan frescas como inteligentes.

Con un ritmo narrativo muy ágil, Lasseter nos ofrece situaciones de amistad, perdón, valentía, miedo y celos, que tendrían cabida en una película sólo para adultos, hábilmente tratadas para que los más peques también puedan comprenderlas, todo ello huyendo sabiamente del moralismo barato de Hollywood que tantas veces hemos denostado. Particularmente creo que ésta es la verdadera grandeza del film, por encima incluso de su impresionante factura visual.

Desde aquel momento Pixar se convirtió en referente mundial, compitiendo ferozmente con Dreamworks, lo que devino en un goce para el espectador, dada la gran cantidad de películas de dibujos animados de alta calidad creadas desde entonces.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
La película que llevó a Pixar hasta el infinito y más allá
Un clásico entre los clásicos. Primera película de los grandes de Pixar, y además una de sus mejores películas con gran diferencia. ¿Quien no se ha imaginado de pequeño que sus juguetes tenían vida propia? Gracias a esta película esa imaginación, la nuestra, toma forma y se acaba haciéndose "realidad".

La trama gira alrededor de Andy y sus juguetes, estos hacen todo lo posible para hacer feliz al joven chico. Todo va perfecto hasta que un día le regalan algo totalmente inesperado por parte de todos: un nuevo juguete de lo más moderno (Buzz), que tiene todo tipo cosas (se le abren alas con las que poder volar, tiene un "rayo láser",...) con odas las consecuencias que eso conlleva: dejar de lado a otros juguetes más "clásicos", en este caso el vaquero Woody. Eso hará que Woody y Buzz se odien entre sí, cosa que les llevará a una fantástica aventura en las que pasarán buenos y malos momentos que ayudarán a forjar una enorme y bonita amistad.

Tiene una trama muy elaborada, con unos personajes de lo más carismáticos y verdaderamente únicos. La banda sonora es espectacular, con canciones que te acordarás de ellas durante mucho, mucho tiempo, de las mejores bandas sonoras de Pixar y de la mismísima Disney, ¿quien no se acuerda de la fantástica "Hay un amigo en mi"? En lo referente a la estética, a día de hoy sigue luciendo realmente bien, pese a ser del año 1995 ha envejecido perfectamente. Lógicamente no se ve igual que, por ejemplo, Toy Story 3, pero no es un impedimento para verla ni mucho menos, se ve genial.

Pese a lo pequeño que yo era cuando se estrenó la película, aún recuerdo que cuando llegó la navidad sólo quería una cosa: que me regalaran al héroe espacial Buzz Lightyear y al vaquero Woody. Me levanté por la mañana, fui corriendo a ver los regalos y no me lo podía creer, allí estaban, delante de mí. La ilusión que me llevé creo que os la podéis imaginar, fue y sigue siendo uno de los mejores recuerdos que he tenido en toda mi vida, es algo que no se puede expresar con palabras. Me sentía el niño más feliz del mundo entero. Esto señores, es pura magia.

Gracias Pixar por crear una de las mejores sagas de la historia de la animación. Es mucho más que una simple película.
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5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Cuando la envidia se transforma en amistad.
Una gran película infantil, tanto por la asombrosa técnica de gráficos generados por ordenador como por los conceptos que transmiten sus intensas variantes. Tenemos una historia donde se "humanizan" los juguetes a tal forma de disputarse el amor de su dueño. Una idea más que atractiva y aleccionadora para los niños, quienes podrán sacar en limpio que no siempre lo nuevo y reluciente a los ojos es mejor que lo convencional y vetusto. Un relato donde una rivalidad será el punto de partida para el crecimiento de una amistad que se basa en la colaboración y en el trabajo en equipo. Pero no sólo la historia es digna de encomio, sino que la parte técnica es soberbia, donde las animaciones son de gran calidad, las mismas que sorprenderían allá por 1995 tanto al público infantil como a los adultos que supimos ir a ver este filme con el pretexto de acompañar a algún familiar de corta edad. La narración es rica en moralejas y también emotiva y original en las circunstancias del relato, lo cual consigue darle mucha vida y vigor a esta película que hoy día ya es un clásico del género a pesar de ser de la década del noventa. A todo esto debemos agregarle una grandilocuente y enérgica banda sonora de Randy Newman que se erige en el perfecto acompañante para la vertiginosa acción que irradia el guión. En fin, la primera película hecha por completo a través del ordenador, que significara una revolución digital en el género, del cual luego muchos filmes emularían sus características innovadoras.
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5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Esto no es volar, es caer con estilo... ¡Hasta el infinito, y más allá!
Me ha dado un vuelco el corazón cuando dando vueltas por la página he visto esta película, quizás la primera que ví en mi corta vida, pero desde luego es la que más quiero y la que más me ha gustado, cada vez que recuerdo alguna escena de la película siento algo así como meláncolia, un recuerdo lejano que quiero recordar, en fin, esta película me educó y marcó para siempre.
Woody y Buzz Lightyear son los dos mejores personajes de la historia de la animación 3D, Jhon Lasseter (que en paz descanse), hizo la mejor película y a la que espero no ser el único que la recuerde para siempre como parte de uno mismo.
La película es poesía en movimiento. "Hay un amigo en mí" es de esas canciones que no se olvidan jamás, me invade algo como tristeza cada vez que le doy a reproducir, y espero que en el sitio más pérdido del mundo alguien comparta conmigo esa sensación.
Y es que cada personaje pone su miguita de arena para crear ese ambiente perfecto de amistad y compañerismo (sobre todo al final, y, quizá el señor Patata se abstenga un poco al principio, pero al final acaba siendo adorable).
No tengo nada más que decir, porque me tiraría noche y día repitiendo lo que es esta película para mí, me enseñó, por encima de todo, el valor de la amistad.
Así espero ver pronto la 3ª parte de esta saga inmejorable para mí, y no salir defraudado ni mucho menos de la sala de cine.

"Hasta el infinito, y más allá".
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6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Bienvenidos a la era digital
Toy Story tiene el privilegio de ser el primer largo hecho enteramente a ordenador. Además, es una buena película, con un excelente guión y una magnífica ejecución.

Aún hoy, 12 años después de su estreno, es una película que se puede ver por primera vez y emocionar igual que el primer día.

Toy Story fue la puerta de entrada a una nueva era de entretenimiento para mayores y pequeños de la que están en deuda un montón de personajes como Shrek, Nemo, Monstruos, Hormigas, Bichos, Increícbles, Cars.....todas ellas magníficas películas también.

Y supone la puerta de salida a los clásicos dibujos animados, que cumplieron un papel muy importante durante años pero que se han visto superados tanto por la técnica como por la forma de abordar las historias de "dibujos" más allá de Disney.
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4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
La primera obra maestra de Pixar
Ahora que estoy en casa de mis sobrinos estoy volviendo a ver películas de animación transcurridas durante mi infancia y ahora le ha tocado el turno a la primera cinta de Disney y Pixar. Hacía años que no veía esta película imprescindible y he de reconocer que me sigue gustando al igual que la primera vez que la ví. Parece que en el diseño gráfico y aspecto visual no ha envejecido nada mal y sigue manteniendo su poder visual. Esta saga ha marcado mi infancia y no la voy a olvidar nunca. Su maravillosas banda sonora y sus canciones originales son un punto fuerte en esta historia de envidia, amistad y deseo de llegar a ser querido por tu amo (en este caso Andy). La cinta cuenta con una historia bien contada con un buen guión, unos personajes carismáticos y divertidos, muchas aventuras a pesar de su corta duración y un villano que causa terror o al menos me lo causaba de pequeño. Escenas como la aparición de Sid, de los muñecos destrozados y marginados o mismamente el cumpleaños inicial al igual que muchas frases inteligentes con dialogos ingeniosos y escenas graciosas. En fín, una obra maestra que siguen disfrutando los niños de ahora a pesar de tener 17 años de antigüedad pero que sigue conservando la frescura, el humor y las aventuras que todos disfrutamos en los años 90. La recomiendo.
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4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Marcó una época
En 1995, la Pixar decidía revolucionar el mundo de la animación en el cine gracias a ‘Toy Story’, una película que pasaría a los anales de la historia por ser la primera en ser rodada vía digitalización. Pero además de la transgresora puesta en escena, la cinta de John Lasseter suponía una delicia para los espectadores más jóvenes, gracias a esas aventuras de unos compañeros tan fieles como sufridos, nuestros queridos juguetes.

Y es que en esta historia… ¡los juguetes cobran vida! Es decir, el sueño de todo niño se hacía realidad, encandilándonos por aquel entonces con los riesgos y aventuras que conllevaban para Woody y nuestros amigos una fiesta de cumpleaños (introducción al film), la salida al mundo exterior y sus peligros (la acción principal, cuando Buzz toma conciencia de lo que es), o la mudanza y la inolvidable carrera final (un grandioso colofón). La piedra angular de la historia no es otra que esa cosa llamada amistad. La amistad como motor de combustión. La amistad incipiente entre Woody y Buzz, desde sus enfrentamientos iniciales hasta su posterior hermanamiento. La amistad pegadiza a la que evocaba el popular estribillo “hay un amigo en mí”. Una amistad plagada de camaradería entre todos los juguetes. Y una amistad trasladada todavía a un escalón por encima, la de los juguetes hacia los niños, y viceversa, inmortalizado ello en una suela grabada con el nombre de Andy.

Woody, Buzz, Mr. Potato, Slinky dog, Rex, el Cerdo o la pastora Betty eran los protagonistas de una historia que ensalzaba a ese mágico mundo en el que todos hemos vivido, el mundo de los juguetes. Una historia que supone una guía de buen comportamiento por parte de los niños hacia los adorables muñequitos, contraponiendo las dos caras de la moneda, a través del bondadoso Andy y del malévolo Sid. En definitiva, maravillosa historia que suponía el inicio de una saga que volaría… ¡hasta el infinito y más allá!
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Hasta el infinito y más allá
Inmortal clásico del cine de animación que sentó un punto de inflexión en las películas de dibujos animados. Toy Story es el antes el después, la causa y la consecuencia, no solo dentro del género, también para la compañía responsable de esta maravillosa y mágica cinta.

Pocos, muy pocos podían anunciar en 1995 que el género de la animación iba a ser tomado tan ens erio en nuestros días. Si bien es ceirto que aún le falta mucho más reconocimiento del que atesora, a día de hoy la animación está en un peldaño muy por encima del que estaba en 1995. No me refiero en ningún momento a las técnicas de animación mejoradas con e paso del tiempo, me refiero al contenido de las películas que la compañía Pixar ha ido desarrollando, y que por desgracia debe tener un límite que aún no ha llegado.

Toy Story es una película muy bonita, que parte de una idea, como tantas otras películas, que a todos se nos ha pasado alguna vez por la cabeza, y que más de uno todavía puede tener. No hace falta ser un niño para preguntarse si los juguetes son relamente trozos de plástico, o si son algo mucho más allá, pero Lasseter juega con esa idea, y la verdad es que lo convierte en algo tan emotivo como bonito.

Entretenida hasta decir basta, tanto para niños como para adultos. A pesar de contar con la trillada estructura de las películas de Disney, que incluyen siempre una crisis existencial a mitad de la película buscando el clímax final más emotivo posible, Toy Story es mucho más que una película de dibujos, al igual que todos sabemos que los juguetes/peluches son mucho más que trozos de plástico y parches de trapo.
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10
Llega Disney Pixar.
Así fue, así es como nació, así aparece Disney Pixar con lo que actualmente es uno de sus mejores trabajos, toda una leyenda de la animación y el icono para películas posteriores, nace Toy Story.
Una entrañable película acompañada de personajes que no olvidaremos jamás, que habla sobre la particular vida de nuestros propios muñecos, cuando están solos y cobran vida.

Después de verla, de pequeño ¿Quién no se ha escondido fuera del cuarto mirando de reojo a esperar que se moviesen?

Con el férreo valor de la amistad como base de la trama, Pixar nos obsequia con la primera y la mejor futura trilogía de animación jamás vista.
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