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71 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
8
CUANTA MÁS VERDAD SE DIGA, MÁS DAÑO HARÁ
Increíble lo de Michael Mann: toma un hecho real que podría convertirse en carne de Discovery Channel y te filma una digna sucesaora de "Todos los hombres del presidente".

Porque la película en cuestión es BUENA. Russell Crowe nunca ha estado mejor, el estilo visual es impresionante, el drama es intenso, hay diálogos magníficos y Michael Mann tiene algo que decir. Y por si fuera poco, "El dilema" trata a los espectadores como gente inteligente.

Impecable. Es la única palabra que se me ocurre para definirla.
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61 de 69 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
La libertad de prensa
Esta película tiene dos partes claramente diferenciadas. La primera: la del informante, antiguo trabajador de una empresa tabacalera de la cual es despedido; esa empresa utilizó una sustancia química para aumentar la adicción al tabaco, y el informante decide denunciarla. La segunda: la del informador, periodista del programa "60 segundos" que pretende hacer llegar al público la estafa de la compañía tabacalera.

Las dos etapas están descritas con una impecable fuerza, lucidez y tensión en el magnífico guión de uno de los nombres a los que hay que seguir la pista en este campo: Eric Roth, autor de los también excelentes libretos de "Munich" y "El buen pastor". Su guión traza la historia con diálogos excelentes, mostrando atención al detalle, a la sugerencia. Sin duda, es el pilar de la película, hasta el punto de que sobrevive al tratamiento algo farragoso de la dirección Mann, mostrando la suficiente claridad.

La primera parte reside en el dilema del informante, del acoso que recibe por parte de amenazas de muerte, el deber respecto a su familia, el miedo. La segunda en la libertad de prensa, en el dueño de ella que no es otro que el dinero, convirtiendo al periodismo en un mero negocio. Tras tormentos, miedos, presiones se recibe la información, y una vez poseída los directivos de la cadena se la pasan por el forro.

Las interpretaciones son, sin excepciones, excelentes. Al Pacino y Russell Crowe a la cabeza de un reparto, en el que de los secundarios brilla un soberbio Christopher Plummer. Los actores utilizan sus inmejorablemente descritos personajes y los convierten en veraces, les añaden fuerza, hacen creaciones impresionantes. La dirección de Mann, aunque implique cierta confusión y gratuidad, encierra dosis mayores de fuerza narrativa, entretenimiento.

Lo único que no me termina de gustar es la estafa sobre la cual se sustenta la película. El tabaco mata, en el plazo que sea, así que cuando alguien se fuma un cigarrillo sabe las consecuencias que hay. La empresa tabacalera de esta película añade una sustancia que aumenta tanto la adicción como el daño. Es un caso con gran importancia, de acuerdo, pero que no me lo pongan como “el mayor de la historia de los EE.UU.”. Cuando el público que fuma de de esa marca reciba esta información, lo único que hará es cambiarse a otra, el daño será menor, pero será daño al fin y al cabo. Creo que el caso le resta cierta fuerza al film. Pero por lo demás, es un film excelente, hecho con convicción y conocimiento de causa.
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70 de 98 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Larga pero engancha
Muy bien realizada, la trama te engancha en cuanto Russel Crowe se encuentra con el maginífico Pacino. Momentos de tensión que te contagian y grandes momentos de Russell. La pega que le veo a la pelicula es que echan demasiado de tomas con cámara en mano, hay momentos que parece que te vas a marear del uso excesivo que hacen.

Después de ver esta película, te das cuenta de la pantomima de los oscars, ya que a Crowe, le dieron uno por Gladiator (cuando realmente no fué una actuación como para ganarse la estatuilla), y aquí, en el mejor papel de su vida no se lo dan.

Recomiendo la pelicula.
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40 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Película quincenal
Me refiero a quincenal a que prácticamente la he visto cada quince días desde que la vi en los cines Luna, que ya no existen. Es lo grande de estas películas que no le pasará como al cine de la conocida plaza madrileña. Cine de altura, donde el periodismo, la política y la humanidad se dan la mano con una valentía en forma de música y fotografía impactante. También impactante es el papel que se marca Russell Crowe, lejos de los convencionalismos por los que hoy le conocemos. Aquí se transforma y es ese personaje sólo ante el peligro, que sólo grita cuando tiene que gritar y en donde sus silencios traspasan la pantalla con un ardor que no recuerdo en ninguna otra de sus actuaciones. Cuando la estrenaron siempre tuve la impresión de que alguna mano negra procuró que fuera con poca promoción y con pocas copias. Ahora pienso que tenía razón. Si eres periodista, yo casi lo soy, es bueno si no imprescindible su visionado cada cierto tiempo. Para no perder el norte. Para no perderte una gran película sin desperdicio.
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31 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Para fumarse cajetilla y media viéndola.
A los americanos les encanta las historias de hombres corrientes de la calle que ponen en jaque a grandes corporaciones, destapando una verdad que permanecía “oculta”. En aquellos años era una moda, en el 98 recuerdo “Acción civil”, un año después “El dilema” y en el 2000 “Erin Brockovich”. No me entusiasma ninguna.

Todas ellas pecan de la ingenuidad típicamente yankee y de mezclar y confundir lo que es la justicia con la creación de un héroe. Como suelen ser además películas aburridas, no tienen más remedio que dramatizarlas hasta extremos absurdos. En “El dilema” Michael Mann se encarga de que aquello parezca un complot para un golpe de estado más que de una entrevista a un antiguo empleado de una tabacalera.

Otro grave problema es la derivación de toda la trama, hasta un punto que Russell Crowe se le va ninguneando, y va cobrando más y mayor fuerza Al Pacino y sus asuntos en la CBS hasta convertirse en el argumento central de la película. Se nota por tanto demasiado todo el ensalzamiento de héroe del productor de “60 minutos” Lowell Bergman, que era amigo de Michael Mann y que colaboró muy directamente en el proyecto, reservándose la gloria.

Tampoco me agrada el moralismo de la cinta, para ser una película que aborde el tema del tabaco, no sale nadie fumado un cigarro en dos horas y media, ni en un bar, ni en la calle, ni siquiera un figurante. Eso de creerte éticamente hasta lo que vendes se llama religión. Más cinismo hubiera sido mejor.

Y no se preocupen mucho por el señor Jeffrey Wigand y su familia, desde hace años se dedica a peregrinar por el mundo dando conferencias y cobrando un ojo de la cara por tenerle en la mesa contando que el tabaco es muy malo. ¿Cuántos de estos conocemos?

Más allá de las interpretaciones y del virtuosismo del montaje, ambos apartados muy notables, “El dilema” es una película que de nuevo merece ese participio pasado tan habitual en esta página: Sobrevalorada.
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53 de 87 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
El hombre que sabía demasiado....
Una dirección notable, unas actuaciones de primer nivel, un guión espectacular, una fotografía impecable hacen de "El informante" (traducción en Chile) una de las mejores cintas de los noventa.
La película se centra en un hecho real, pero no por eso deja de ser interesante y sin duda que Michael Mann tomó el cabo que quedaba suelto de la realidad y lo arregló en esta película.
El poder de la información es muy valioso en nuestros días, pero que pasa ¿cuando esa información no puede ser divulgada porque las leyes te lo prohiben a pesar de que esa verdad es demasiado importante para mucha gente?. Esta es la premisa de la película, seguir tus ideales, tus valores o guardar un secreto confidencial.
El clima de suspenso creado por el director es notable, atrapante, lo que hace que el espectador esté en una constante tensión, sin saber que pasará para los protagonistas.
Crítica importante a los medios de comunicación, al llamado "cuarto poder" y tambien a las grandes empresas que se creen con la facultad de decirnos lo que tenemos que consumir, lo que tenemos que fumar, lo que tenemos que ver o leer, y en definitiva lo que tenemos que pensar.
Michael Mann, Al Pacino Y Russel Crowe nos mostrarán lo que en realidad es....la verdad aunque duela.
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19 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Sorprendente cine estadounidense!!!
Un largometraje peculiar que no solemos encontrar en las filas del cine americano que tiene una fama de cierta superficialidad y comercialidad, pero Mann demuestra su habilidad técnica en la película: me parece impecable, aunque haya algunos errores en el guión, la película ha sido llevado a cabo perfectamente. Y no logro entender la nota media que los demás usuarios le han puesto al largo, casi me parece un insulto. No me dirán que la recien estrenada "King Kong" es mejor que "The Insider"... incomprensible!!!
Una película muy recomendado y obligatoria para cualquier cinéfilo - claro, esto no es nada para aquellos a los que no les gusta el cine agudo y crítico, porque aquí Mann no repara en gastos y cita nombres de tabacaleras y asociados - un auténtico logro dentro del cine americano ejerciendo una crítica muy objetiva. Excelente!!!
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19 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Excelente
Excelente película con actuaciones impresionantes, discusiones y parlamentos que son llevados de manera magistral por Michael Mann y desarrollados por un siempre impecable Al Pacino y la excelente actuación de Russell Crowe. Obra Maestra.
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15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Apasionante
Thriller apasionante del maestro del género, Michael Mann, con un argumento intrigante y unas actuaciones de Pacino y Russel Crowe geniales. La angustia que se siente y que te atrapa durante toda la película no está provocada tanto por artificios del guión o del suspense propio del genero, sino por lo terrible y brutal que resulta pensar que todo lo que acontece es tan real como la vida misma: manipulación periodística, sobornos y chantajes a nivel empresarial, y un hombre al que le destrozan la vida porque sabe un secreto que de ser revelado puede generar un gran escándalo entre la opinión publica.

Una película tremenda, brutal y tremendamente angustiante a ratos, pero necesaria.
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12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Consecuencia de un negocio rentable
A destacar el guión, el cual debo reconocer no me convenció al comenzar, donde se presentan las capacidades de Pacino en su trabajo. Pero son pasados unos minutos de película cuando realmente comienza el argumento.

Se nos presenta un Russell Crowe que deslumbra en un papel en el que no le veía tan excepcional como lo está en "Una mente maravillosa". Al Pacino no está mal, estamos hablando de un monstruo del cine, pero lo de hacer de periodista no le va mucho en mi opinión.

La trama, junto con Crowe, es lo mejor del film, muy bien contada y con momentos dramáticos donde dilemas e intrigas empresariales se muestran con realismo ante el espectador. Todo ello rodado con una cámara a veces demasiado temblorosa en la que algunos repararan.

Muy recomendable.
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8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
GENTE CORRIENTE SOMETIDA A UNA PRESIÓN POCO CORRIENTE.
Pues sí, pese a sus buenas razones para verla, existe en ella un cierto tratamiento largo y tedioso que desdibuja el resto.

Me parece una buena película, en eso coincido con la mayoría, aunque pienso que la manera en que se ha gestionado la historia para entregarla al espectador, no ha sido la mejor.

Sin desvelar ni hacer spoiler puedo afirmar, que nos encontramos con ciertos tramos oscuros, enemigos ocultos, y amenazas que se revelan importantes, para en pocos minutos disolverse con escasa coherencia.

Russell Crowe no se merecía el Oscar, y no se lo dieron. Al Pacino correcto y a la vez poco participativo. Considero que no debía creer mucho en lo que allí se contaba, porque lo encontré desaprovechado, o quizá poco implicado.
La valoraré con un 5, pero lo alcanza con cierta dificultad.
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10 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Dramática lucha en la inmensidad del sistema
Apenas unas pocas palabras le bastan a Michael Mann para dar vigor e impulso a su narración: "la nicotina crea adicción". Una frase que escupe Jeffrey Wigand, antiguo directivo de Brown & Williamson, durante la grabación del programa 60 Minutos de la cadena CBS, producido por Lowell Bergman. ¿Dónde está el problema? Pues que "los siete enanitos", es decir los siete jefazos de las grandes tabacaleras, andan con la mosca detrás de la oreja, en especial los de la susodicha compañía, sabedores de que afirmaron, bajo juramento constitucional, todo lo contrario. "No, qué va. La nicotina no crea adicción".

Esta es la premisa de la que parte esta película. Un David contra Goliat que no tiene desperdicio. La ardua y dolorosa batalla, tanto psicológica como legal, emprendida por nuestro protagonista nos tiene cautivados. Quedamos así hipnotizados frente a la calamitosa existencia de un tipo que desayunará paranoia, comerá presión y cenará sospechas. El bienestar se reduce de este modo hasta niveles mínimos, viviendo en un estado de terror permanente que acaba por dinamitar todo atisbo de normalidad en la vida personal de uno mismo. La tranquilidad de la conciencia se enfrenta a la intranquilidad de la guillotina, y en medio aparece la voz incitadora de ese tipo que anda entre mercader y juez, el periodista.

El punto fuerte del film reside en la historia que nos cuenta y, sobre todo, en cómo nos la cuenta. Michael Mann elabora junto con Eric Roth un guión poderoso, tan inteligente como preciso, consiguiendo atrapar al espectador en una densa nebulosa, donde el agobio y la asfixia del protagonista se dan de la mano con la incredulidad de presenciar cuán inocuos son los arrebatos cívicos en contra de los puntos oscuros del sistema, especialmente a través de la excepcional radiografía aquí brindada acerca del mundo televisivo y la mercantilización del periodismo, aspirante a cuarto poder.

Sin duda que ayuda tener en el frente de batalla a gente como Russell Crowe y Al Pacino, dos grandes actores que aquí acometen una lucha de titanes, un recital interpretativo que sirve para dar viveza, empuje y dramatismo a una historia que así lo requería. El apartado técnico es deslumbrante, destacando el oficio de Mann y la clase de Dante Spinotti. Una puesta en escena elegante, melancólica y sombría, vehículo idóneo para contar una historia tan dolorosa como necesaria.
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6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Esperaba más
Una película más que correcta de Michael Mann pero un tanto sobrevalorada. Tiene un regusto a novela de John Grisham que me es bastante familiar, un argumento muy atractivo (más que en el negocio de las tabacaleras, la trama se fundamente en el poder de los medios de comunicación) y una pareja protagonista que lo borda, sobre todo destacaría a Russell Crowe, en uno de sus mejores trabajos, por encima de Al Pacino. A pesar de ello, me esperaba de tensión en un thriller que, si bien no está mal dirigido, tiene falta de intensidad en algunos momentos. De la primera hora de metraje quitaría del plumazo buena parte, así como del trayecto final. Sin lugar a dudas el clímax se mantiene en la parte central de la trama, a partir de entonces se desinfla hasta llegar a un final al que le falta algo. Es, por tanto, una buena película que podría haber llegado a ser mucho más.
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13 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Michael Mann en estado puro
La mejor película de Michael Mann junto a Heat. "El dilema" es una obra maestra con un guión lleno de intriga y drama. Recomendable para los amantes del periodismo. Crowe mereció el oscar por esta película y no por "Gladiator". Pacino en su línea, muy bien.
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6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Ética
Hoy en día quedan ya muy pocos héroes. Héroes en el sentido de gente que pasa miedo, un miedo terrible, y a cuyo alrededor todo se va derrumbando mientras las tenazas aprietan más y más. Pero que a pesar de todo eso, se mantienen en pie y mantienen en pie sus integridades, sus luchas y sus valores. Gente como Lowell Bergman o Jeffrey Wigand. Admiro a gente como ellos (y más aún a Bergman, puesto que muchas veces pienso que mi vocación es la periodística), supervivientes natos en un mundo implacable en el que términos como honestidad, honradez y lealtad nunca han estado tan devaluados. En "El dilema", Michael Mann, aparte de contarnos una trama inequívocamente periodística, en un tono casi de thriller; diserta acerca de estos valores, y de cómo el mundo moderno, las empresas (tabacaleras, de comunicación o cualesquiera que sean) y las personas que las dirigen, lo ahogan todo y a todos, por el hecho de mantener su infinito y omnipotente poder. En determinados momentos, y a medida en que vamos viendo cómo la presión (de Bergman con sus jefes y compañeros para poder emitir la entrevista y divulgar el escándalo; y de Wigand con su familia y con los chantajes que le va haciendo su antigua empresa) aumenta poco a poco, la película casi va adoptando tintes terroríficos hasta llegar a un supuesto clímax (Wigand en la habitación del hotel, mientras Bergman intenta contactar con él por teléfono). La película nos muestra con una lucidez, una sabiduría y una veracidad asombrosas de qué pasta están hechas las grandes empresas (tabacaleras en este caso), y de cómo "atan" incluso a sus más altos directivos, aparte de los oscuros tejemanejes y mentiras para con los consumidores. Pero no solo, puesto que si a través del personaje de Wigand (Russell Crowe, tremendo, inmenso) vemos el turbio mundo de las grandes empresas en general, y de las tabacaleras en particular; con Bergman (perfecto, sobrio e intenso Pacino, como siempre) asistimos al día a día de un prestigioso periodista, de sus tensiones con sus compañeros y con sus informantes. A la rutina de un buen periodista, en suma. Un periodista que debe ser ejemplo para todos aquellos que comienzan en la profesión, y que muestra cómo, a pesar de tener a los jefes en contra y de rayar el despido, Bergman juega todas sus cartas para proteger a su informante, y de no malvender el buen nombre de su profesión. En definitiva, pura y dura (más que nunca) ética. Ética como la que demuestra Wigand cuando, a pesar de lo que está sufriendo su familia (su esposa incluso le abandona con sus hijas) y a pesar del calvario personal y profesional, sigue fiel a sus principios, a sus deseos de denunciar las oscuras manipulaciones y mentiras de su ex-empresa todopoderosa.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Una buena película, un mensaje peligroso.
Una gran película de Michael Mann. Certera, tensa, extensa, impecable en su desarrollo e intachable en su estética. Una banda sonora memorable. Y un duelo interpretativo de díficil resolución; no se sabe si es mejor Pacino o Crowe. Personalmente me quedo con el segundo, que para mí es un actor mucho más versátil. Pacino en el fondo siempre hace lo mismo: se mueve todo el rato de un lado para otro haciendo muchos aspavientos y de aquesta pose igual te hace de mafioso que de policía que de periodista, como en este caso.

El argumento supongo que ya lo sabéis. Basado en hechos reales, es la historia de un periodista y su fuente, un científico que saca a la luz el uso por parte de las tabacaleras de sustancias fuertemente adictivas muy peligrosas para la salud cuyo principal objetivo es acelerar el proceso de dependencia al tabaco. La tabacaleras quedan como el culo y este señor como un héroe que, tras una ardua lucha consigo mismo, resuelve su dilema y revela al mundo el gran secreto.

Mi problema es que yo en este contencioso voy con las tabacaleras. A ver, no es que considere que son unas hermanitas de la caridad, ni mucho menos; pero el tabaco es un negocio y estos tíos hacen lo que pueden, y sobre todo, "lo que les dejan" para rentabilizar al máximo su negocio. Y ahí está el quid de la cuestión, en ese "lo que les dejan". Porque queda claro que lo hacen porque hay alguien que les deja hacerlo.

Yo eso es lo que no entiendo. Cómo, tras salir a la luz el uso de esas sustancias peligrosísimas en un producto de consumo masivo, los gobiernos siguen permitiendo su venta tan ricamente. Pones un negocio de hostelería o de venta de alimentos y tienes un día sí y otro no a los inspectores ahí para comprobar que no te has saltado la menor norma de higiene en el trabajo, pero llegan éstos, le meten veneno a mansalva a su producto... y ahí no entra ni un inspector, tú. Ya le pueden meter matarratas, que como es un negociazo vía impuestos, les dejan que vendan legalmente y sin el menor obstáculo la mierda que les dé la gana. Y los malos de la película son las tabacaleras? O por lo menos, son los únicos malos?

Y luego está "la pobre víctima", el fumador. Porque no olvidemos que todo este asunto tenía como finalidad última el terminar culpando a las tabacaleras de los cánceres que su producto provoca. Todo el mundo sabe a estas alturas que el tabaco es una droga fuertemente adictiva, que lleva sustancias peligrosísimas y supercancerígenas destinadas a que la nicotina llegue antes al pulmón y lo machaque con más brío. Y la gente sigue fumando igual. Desde cuándo nadie se ha echado para atrás al consumir una droga porque conozca los peligros que puede correr.

No, mire usted. Yo he sido fumadora un montón de años y un buen día me harté de ser esclava de un cacho de mierda liado en papel y lo dejé. Y jamás he echado la culpa a nadie de mi vicio; fui adicta porque me dio la gana y dejé de serlo cuando me dio la gana. Yo soy la única responsable de las consecuencias que mi adicción tuviera o pudiera tener en el futuro sobre mi salud, y abomino de todo intento de culpar a nadie más de lo que yo he hecho, porque he querido y cuando he querido.

Y por eso esta película, por muy impecable que cinematográficamente pueda ser, que lo es, me parece falsaria, deshonesta y tramposa. Lanza un mensaje peligrosísimo al espectador: no te preocupes, no es culpa tuya que fumes tres cajetillas al día de esa porquería que te metes en el cuerpo; la culpa es de los hijosdeputa que te han creado la adicción en contra de tu voluntad. Tú no sabías, tú no querías, tú eres un buen chico. Y un cuerno! Puede que ese mensaje valga en una sociedad infantiloide como la norteamericana, pero conmigo no cuela
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12 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Larga, pesada, "infumable".
La película aborda unos temas no tan originales como otros críticos afirman. Un hombre solo que sabe algo y se enfrenta al sistema ayudado por el periodista revolucionario (de esos que en la realidad casi ni existen). El desarrollo de la película es lentísimo 150 minutos se hacen demasiado para las pocas y predecibles cosas que ocurren.
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10 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Los Principios se Tambalean
El dilema es la obra maestra oficial de Michael Mann, debido a los prejuicios que siguen unidos al cine de acción, ya que en conjunto, su carrera se muestra apasionante, incluyendo ese tríptico magistral que componen Heat, Collateral y Corrupción en Miami. Con estas, comparte en esta obra, que deja en parte la acción a un lado para mostrar un drama de crítica social e institucional, además de los recurridos recursos visuales del director, la descripción de dos hombres al límite de lo moral y al límite de la propia cordura, en un universo dominado por la testosterona de traje, por hombres grises de oscuras ambiciones obligados a asumir y a enfrentarse a las circunstancias y al propio sistema en el que están inversos y del que son en parte reponsables.

Pero si en aquellas cintas el arma de destrucción era la clásica pistola, en esta es el humo, la nicotina, por lo que la destrucción de la que estos son partícipes afecta a toda una sociedad como una onda espansiva. Pero además de la industria tabacalera esta cinta habla sobre el periodismo como arma de manipulación y/o de liberación de un pueblo que en parte sigue siendo tan manipulable como en tiempos anteriores. Pero El Dilema habla además de la verdad, de su importancia y de las cruzadas que son necesarias para alcanzarla. En este caso son esas dos personas, que si bien muchas veces pueden considerarse no inmorales sino amorales, son capaces de arriesgarlo todo con tal de conseguir y difundir esa verdad.

El acierto de El Dilema es lo que cuenta, pero desde luego también como lo cuenta. Sin venderse al sistema Mann imprime una personalidad propia a cada fotograma de forma que hace atractiva la historia para el gran público, con su inevitable uso de las panorámicas circulares, los planos secuencia, las imágenes quemadas y digitales.

Y como en sus otras obras maestras, porque lo son, el reparto es sencillamente perfecto, en el equilibrio y el realismo de sus secundarios y en la fuerza, valentía y entrega total de sus protagonistas. En este caso Al Pacino y Russell Crowe ofrecen uno de los duelos interpretativos más tensos, creibles, dramáticos y perfectos del cine contemporáneo, en una película que sin titubear es una de las obras cumbre de la pasada década y centenario.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
¿¿Es realmente buena o le han dado una vuelta de tuerca de más??
La película me ha parecido atípica. Los actores están muy bien, la dirección es correcta y el guión bastante compacto en sus dos partes.
Y lo de las dos partes es lo que tiene de atípico y más interesante incluso. La trama de la industria del tabaco, el dilema entre lo que como ciudadano Wigan (Crowe) debe moralmente hacer y lo que cómo padre de familia protector debe callar. Muy intenso, realista y dramático. Espionaje, secretos, acoso, mensajes velados. Pero dicha trama liderada por Wigan cuando está en su momento álgido, cuando era todo o nada, cuando las fuerzas del bien y las del mal estaban enfrentadas a tumba abierta pierde fuerza porque queda remplazada por otra: El dilema moral entre lo que el deber periodístico debe mostrar y lo que una empresa mediática debe censurar para sobrevivir a un proceso de venta es lo que prima.
Los que querían destaparlo todo ahora optan por callar, el que era animado por todos se queda solo cuando ya había dado el paso adelante, los que siempre habían tenido una carrera inmaculado en pós de la verdad se decantan por omitir.
Y a todos los entiendes. A Wigan, el hombre recto que no se olvida de que es un padre; a Bergman (Pacino), el probo periodista que no traiciona ni se traiciona; a Mike, que opta por callar porque se ve al final de su carrera, por engañar y luego sentir que ha le han dado de su propia medicina; a los ejecutivos de la empresa, que temen por la supervivencia de compañía (y de sus bonus); a la esposa, vil chupoptera que no quiere renunciar ni a su ritmo de vida ni a la seguridad de sus hijas,... Incluso puedes ponerte en la piel de los del tabaco: venden veneno, lo saben y la ocultan, pero la gente que lo fuma sabe a lo que se exponen. Aunque queda claro que un sólo camino es el correcto.
Una película buena tradicional hubiera seguido solo con uno de los argumentos, en este caso el primero, el del tabaco. La intriga hubiese aumentado centrándose en el juicio, las pruebas, los abogados, las dudas, las estrategias, las presiones.. Pero eso se olvida casi, no sabes cómo termina y el dilema sobre qué hacer entre el bien público y el privado pasa al mundo de la prensa, sobre el poder que tiene de opinión y el poder que pueden ejercer sobre ella.
Creo que está bien el ir más allá y enrevesar más el asunto, ver cuán largos pueden ser los tentáculos del poder y cuándo conviene ser diplomático. La película no se centra en un hilo, sino que se hace grande hasta extenderse entre toda la madeja. ¿Está bien?... La intención es buena aunque tal vez no remata del todo bien. Wigan queda demasiado en un segundo plano, olvidado, y la lucha de Bergman contra el mundo parece demasiado fácil y él demasiado probo y fantástico, en contraste con la cruda y realista lucha de Wigan.
En resumen: buena intención la de hacer correr la trama y ampliarla en lugar de centrala en un solo aspecto, muy ambiciosa; pero tal vez no se debiera haber abandonado la primera tanto para dar paso a la segunda que es algo ñoña.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
¿Realidad o ficción?
En "El Dilema" tiene lugar un intenso duelo interpretativo entre Al Pacino y Russell Crowe, actor por el que no había sentido hasta ahora ningún tipo de afinidad, pero que supera con creces al veterano Pacino. Realmente, en esta película Crowe se metamorfosea y se mete en el personaje de manera sorprendente, llegándote a absorber y a sumergirte de lleno en la película, a pesar de sus 160 minutos de duración (muy bien llevados, la verdad).

El estilo visual es bastante notable y el drama te mantiene en tensión durante todo momento, por no mencionar la calidad de muchos de los diálogos.

Es asombroso como Michael Mann ha seleccionado un tema cotidiano, de la calle, digno de cualquier canal documental y lo ha trasladado al cine, mezclando un cine comercial con un cine de alta calidad, en el que no tienen cabida ni los diálogos absurdos ni la violencia gratuita.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
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