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70 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
8
El monstruo
Cuarto largometraje de James Whale. El guión, de John L. Balderstone (adaptación) y de Francis E. Faragoh, Garret Ford y Robert Morley, adapta la obra teatral "Frankenstein: An Adventure in The Macabre" (1927), de Peggy Webling, basada en la novela "Frankenstein: or, The Modern Prometheus" (1818), de Mary Shelley. Se rueda en Universal Studios (Universal City, CA). Producido por Carl Laemmle Jr., se estrena el 21-XI-1931 (EEUU).

La acción tiene lugar en el cantón alemán de Suiza, en 1930-31. El doctor Henry Von Frankenstein (Clive) se recluye con sus ayudantes en una torre aislada para trabajar en la creación artificial de la vida. En base a partes de diversos cadáveres humanos construye un nuevo cuerpo, que expone a los rayos de una tormenta para que le den la vida.

El film suma los géneros de terror, drama y ciencia ficción. Forma parte de la serie de películas de terror que produce la Universal durante la década de los años 30, como "Drácula" (Browning, 1931), "La momia" (Freund, 1932), "El hombre invisible" (Whale, 1933) y otras. Da lugar a una eminente secuela, "La novia de Frankenstein" (Whale, 1935).

La figura central de la cinta viene dada por el mostruo (Karloff), caracterizado con singular maestría por el maquillador Jack Pierce, con la colaboración de J. Whale, que lo viste de harapos de talla inferior a la apropiada. Por error es portador del cerebro del cadáver de un criminal, por lo que se le atribuyen tendencias homicidas, que los hechos parecen no confirmar: mata por error (Mary) o por lo que entiende como defensa propia (Fritz). Es un ser inexperto, de aspecto extraño, que provoca rechazo y burlas. La ausencia de afecto y comprensión que le acompaña despierta en él sentimientos de frustración, que condicionan su conducta. En poco tiempo se convierte en uno de los monstruos más famosos y perdurables del cine. La figura del doctor Frankenstein incorpora elementos tomados de los mitos de Prometeo y de Fausto.

La película se sirve de escenarios turbadores y de una decoración siniestra. Respira una atmósfera tenebrosa y lúgubre. Añade trazos de humor (barón, Fritz...). Plantea cuestiones sobre la libertad, la responsabilidad y la culpa; la importancia de los factores biológicos en la conducta humana; las limitaciones de la ciencia; la lucha del hombre contra la muerte y otros. Frankenstein es el antiguo nombre de una pequeña población de Silesia (Polonia).

La música, de Bernhard Kaun y Giuseppe Bacce (no acreditados), aporta una partitura breve (6 cortes), vanguardista y orquestal, que apoya y da sentido a la acción. Destaca el corte "The Bird Of The Monster". La fotografía, de Arthur Edeson y Paul Ivano, en B/N, se inspira en la estética expresionista del cine alemán, con abundantes encuadres laterales, inferiores y superiores, proyección de sombras y creación de ambientes opresivos y oscuros. Incorpora un breve montaje en paralelo y una soberbia secuencia de un incendio en la noche.
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81 de 95 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Sobre dioses y monstruos.
A James Whale nunca le interesaron especialmente las películas de terror, pero tuvo en cierta forma mala suerte. Su trabajo abarcó esencialmente la década de los años 30, con la Gran Depresión en pleno apogeo y donde el cine se convirtió en un pasatiempo donde ahogar las penas de los desafortunados ciudadanos. Aquellos años fueron tiempos de transición entre el cine mudo y el cine clásico y había que cumplir con los designios de las grandes productoras si querías trabajar, y Whale un hombre fiel a la Universal sacrificó sus melodramas y musicales por hacer lo que se le pedía que era llevar monstruos a la gran pantalla.

Y lo hizo muy bien, tanto que incluso diría que de todas las películas de terror de la época, tiene probablemente el mejor díptico con Frankenstein.

Yo pertenezco al grupo que considera algo mejor la segunda parte que la primera, “El Doctor Frankenstein” es buena, pero tiene el hándicap de estar algo encorsetada en una adaptación literaria, a la que decide respetar en ciertos momentos y en otros no. El gran mérito corresponde con el estilo fulgurante y moderno de Whale. Mientras cuando ves “Drácula” o “La momia” aun siendo buenas parecen de los años 20, ésta que comento parece de los 40. Su ritmo narrativo y la capacidad de movilidad de cámara y un montaje muy avanzado son incomparables para su época.

Además tuvimos la fortuna de que Bela Lugosi decidiera rechazar el papel y este cayó en manos de Boris Karloff, sencillamente colosal.

Probablemente James Whale podía haber estado a la altura de Mankiewicz o Douglas Sirk, el destino quiso que fuera recordado por otro tipo de películas muy distintas a las que hicieron importantes a los dos citados, sin embargo con el paso de los años muchos de nosotros nos alegramos de ello, porque su obra seguirá estando en el corazón de millones de adultos, que crecimos de niños con sus películas y jamás olvidaremos.

Nota: 7,2.
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42 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Los años no perdonan
En general estoy bastante de acuerdo con lo que ha comentado Enoc777.
Obviamente hay cosas indelebles en “Frankenstein”, como la caracterización misma del personaje encarnado por Boris Karloff o la mítica escena del lago, y con esto no digo nada nuevo, pero por lo demás me parece que estamos ante un claro ejemplo de clásico mayúsculo al que no han sentado bien los años. Si permanece en nuestro imaginario cual mano incorrupta de santo es más por la imperecedera fuerza del mito (el literario del personaje de Mary Sheeley y el cinematográfico del personaje de Boris Karloff) que otra cosa.
El guión apenas guarda semejanza con la historia original ni aprovecha siquiera mínimamente los dilemas morales en que ésta hurgaba. Si al menos todo ello sirviera para cuajar una buena historia, la cosa tendría justificación, pero no es el caso.
En fin, para echar el rato se deja ver, pero no es el oro del moro.
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35 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Magistral lección de dirección e interpretación
Corría el año 1931 en los estudios de la universal pictures. Pocos meses antes había concluido el rodaje de la primera gran obra clásica del género de terror, Drácula, dirigida por Tod Browning. Drácula sería la antesala a una serie de obras llevadas a cabo por la Universal entre los años 30 y 40: películas que ya forman parte de la historia del celuloide: El doctor Frankenstein, la Novia de Frankenstein, el hombre invisible, la Momia, el Cuervo. Uno de los principales encargados de llevar a cabo esta amplia lista de producciones sería el inglés James Whale, un director iniciado en el teatro durante los años 20. Fue entonces, al llegar a Estados Unidos, cuando Whale recibió una oferta para dirigir el doctor Frankenstein. Como no podía ser de otra manera, Whale aceptó y fue a partir de ese momento cuando se inició la búsqueda del actor protagonista de la película, En un principio se barajaron varios nombres de actores conocidos, pero finalmente fue el director inglés el que prácticamente por pura causalidad se topó con Boris Karloff, un actor que había perdido su anonimato escasamente un año atrás al protagonizar El código penal (Howard Hawks). En apenas medio año el doctor Frankenstein se encontró listo para su estreno, cosechando un gran éxito en taquilla.

El doctor Frankenstein se inspira en la novela de Mary Shelley. El doctor Frankenstein osa jugar con la vida y la muerte, creando un monstruo humano...

Técnicamente, Frankenstein resulta excelente: decorados góticos, con interiores de gran altura, entre los que destaca el laboratorio del doctor en el que el monstruo es creado, la maquinaria utilizada se siguió empleando. La iluminación fantástica, sombras y juegos de luces de gran merito, en el castillo, concretamente en la escena en la que el monstruo se despierta y ve la luz por primera vez. Encuadres prodigiosos sobre el monstruo… Whale dirige con una veteranía insólita. Como detalle decir que el Doctor Frankenstein contiene algunas escenas bastante macabras, pero sin las cuales no sería la gran obra que es hoy en día; tomemos como ejemplo la escena en la que Frankenstein lanza a la niña al lago; brutal e inocente en igual medida. La escena de la niña fue censurada en numerosos países para su estreno, algo que a Whale no le agradó en exceso. El reparto encabezado por Boris Karloff, el actor que logró convertirse en un mito, gracias a su interpretación en esta película. Para muchos todavía hoy en día sigue siendo la mejor interpretación de un monstruo en la gran pantalla. Secundarios de la talla de: Colin Clive o Mae Clarke. La música de David Brockman acompaña a la película de manera muy acertada, acentuando su ritmo en momentos clave como es el de la persecución del monstruo.

En conclusión James Whale consigue inmortalizar a Boris Karloff y logra un hito en el cine clásico de terror, El doctor Frankenstein alcanza los límites del terror, la brutalidad y la inocencia en su justa medida.
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30 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
…y Dios creó al Monstruo
Buena película, sin contar con el hecho de que llevó al cine a uno de los personajes clave del terror, perenne en la imaginería colectiva, y el que catapultara a uno de los “monstruos” del género, Boris Karloff.

Frankenstein dio vida al monstruo. Sólo el espectador es capaz de identificarse con la creación de un ambicioso y egoísta doctor. El monstruo no pidió vivir pero se encontró con la vida y solamente pudo comenzar a comprenderla cuando se tuvo que enfrentar con la muerte. Lo perverso de su nacimiento hace de la desgraciada criatura un ser condenado, comprendido únicamente por los inocentes y los desvalidos. Llega a apreciar un atisbo de frágil belleza y calidez justo en el momento en que sus torpes dedos lo destruyen. Qué enorme escena la de la niña en el lago.

El monstruo de Frankenstein representa al villano incomprendido por su entorno, por su padre y creador ...*. Quizás todos nos hemos sentido en ocasiones como este romántico ser al que, para colmo, se le conoce erróneamente por el nombre de su padre.

La película es, como se anuncia en su comienzo, una película sobre la vida y la muerte, pero también sobre la existencia, Dios y los enigmas del hombre.

Es evidente que como película de terror ha envejecido, pero la sutileza de James Whale mantiene una sorprendente juventud que nos enterrará a nosotros y a muchas consideradas obras maestras. Y nuestro Frankenstein particular, por suerte o por desgracia, no vendrá a resucitarnos.
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22 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Obra de masas disfrazada de Clásico
No puedo entender como una adaptación tan mediocre (por no decir pésima) de la maravillosa obra de Mary Shelley puede ser considerada un clásico. A menos que se esté considerando no tanto la película sino la gran campaña mediática y de distribución de que goza el filme, que a fuerza de repetir que es una gran obra maestra parece que termina siéndolo. Un guión que utiliza pobremente un fantástico argumento, utilizando lo más superficial y eludiendo el contenido y profundidad de la obra en la que se inspira. Nada sobre la psicología del monstruo, nada sobre la historia del creador y su criatura, nada sobre el dilema moral y existencial de ambos... En cuanto actuaciones me parecen bastante mediocres comparadas con obras de esa misma época de países como Japón, Alemania, Argentina, México, Francia o la Unión Soviética. Errores de edición como el de que un molino originalmente de piedra termine siendo de madera al final (evidentemente para poderlo quemar). Escenarios reciclados en varias tomas, y un final de lo más soso... Bueno, en general una pieza más bien de masas. Fácil de entender y de ver pero sin contenido ni propuesta. Su único punto fuerte es la potente imagen de la criatura creada por el Dr. Frankenstein... pero poco más.
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24 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
El tiempo no le ha perdonado (6.7)
¿Pero vosotros os escucháis? Que si la de Boris Karloff es la mejor interpretación de un monstruo en la historia del cine, que si patatín, que si patatán. Evidentemente hay que ser muy friki para autoconvencerse de eso cuando lo único que hace el actor, salvo en los 20 segundos en que ve la luz por primera vez a través de una claraboya y en la escena de la niña, es gruñir, poner caras ridículas y estrangular. Es infinitamente mejor la interpretación del monstruo que hizo De Niro en el 94, incluso Karloff tiene una muchísimo mejor en "El ladrón de cadáveres" (su cochero sí es un "monstruo" realmente inquietante).
El director tampoco está demasiado bien, pues no aprovecha a ninguno de los actores. Hay fallos de raccord que demuestran mucho descuido (véase el esqueleto en la escena del robo del cerebro).

El guión es sencillo pero entretenido. La dirección artística, estupenda, logra crear un ambiente gótico de pesadilla. Me gustaron bastante las escenas de la niña (en el lago y cuando su padre la lleva en brazos por un pueblo en fiestas), la de la claraboya, y la parte final, con un molino que seguro habrá marcado la niñez de Tim Burton, como deduzco por el homenaje que le hizo en "Sleepy Hollow".

También hay que tener en cuenta la época, pero lo cierto es que hay películas de entonces que han envejecido muchísimo mejor.
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39 de 60 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
En la cumbre del genero
Tal vez ya no de miedo hay que admitirlo y posiblemente te preguntes ¿como pudo esto asustar a alguien?, pero El doctor Frankenstein todavía sigue fascinándonos y el que ya no de miedo no se significa que haya envejecido mal, ni mucho menos, de echo hoy en dia sigue siendo la mejor película del genero terrorífico.

Aunque se piensa en el monstruo como en el malo en realidad todas sus muertes son justificadas o accidentales, un elemento no demasiado reflejado en esta película pero si en su secuela ''La novia de Frankenstein'' (también dirigida por Whale) es la desesperación del monstruo por conseguir un amigo, un compañero que no hulla de el, cosa que nunca consigue, lo cual llega a darte pena.
Bela Lugonsi ya había triunfado e otra joya de la Universal ''Drácula'' (1931, de Tod Browning) y por ello se pensó en el para el papel, pero lo rechazo (aunque si quiso el papel de Clive), entonces James Whale conoció al por entonces desconocido Boris Karloff, quien ya había trabajado en 85 (quizás más) películas mudas y sonoras con pequeños papeles (salvo en la película ''Código criminal'' (1931, de Howard Hawks). Cabe a destacar la grandiosa interpretación de Edward Van Sloan (quien también aparecía en ''Drácula'') como profesor Waldman. Además de la legendaria escena del molino en el film también aparece una famosa introducción en la que nos advierten de lo que vamos a ver en la película, este famoso prologo es homenajeado constante mente en medios como la televisión.
Jack Pierce el genio maquillador de la Universal logra en esta película realizar probablemente su mayor obra aunque en realidad no se sabe si el maquillaje fue idea de Whale o de Pierce, de todas formas se convirtió en uno de más famosos del cine.
Karloff volvió a interpretar al monstruo en dos ocasiones más: ''La novia de Frankenstein'' (1935) y ''La sombra de de Frankenstein'' (1939), Posteriormente fue sustituido por Lon Chaney Jr. En ''El fantasma de Frankenstein'' (1943), por Bela Lugosi en ''Frankestein y el hombre lobo'' y por Glenn Strage en ''La cíngara y los monstruos'' (1944) y ''La mansión de Drácula'' (1945), este ultimo después remitiría en la comedia ''Abbott y Costello contra los fantasmas'' (1948). En 1997 Karloff y el monstruo tuvieron el honor de compartir un sello oficial con la cara que aparece en la portada.
Innegablemente esta es la obra maestra de Karloff, la obra maestra de Whale, la obra maestra de Pierce y la obra maestra de la Universal.

Otras películas de interés: "Drácula" (1931), "La momia" (1932), "El hombre invisible" (1933), ''El lobo humano'' (1935), ''El hombre lobo'' (1941), ''El fantasma de la opera''(1943) y ''La mujer y el monstruo'' (1954).

ver también las secuelas mencionadas en la crítica.
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14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
ICONO
Formar parte del bestiario de la humanidad de la casi todo del siglo XX, y lo que llevamos del XXI, representa un aval que esta película puede exhibir con mucho orgullo.

Por más que controversias acerca de si ha envejecido bien o mal o de si los recursos utilizados bla bla bla, merece volver a ser vista transcurridos ochenta años desde su estreno.

Se lo tiene ganado.
Exigirle más será exagerado e injusto.
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11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Muchas veces se mira hacia adelante cuando se debería mirar hacia adentro
Un hombre humilde entra en la tienda de un pueblo, y mientras espera que el dependiente le despache su pedido, un joven de mal talante entra, y sin mediar palabra, le ensucia su humilde, pero limpia camisa, palmoteándole la espalda con la mano untada de chocolate. En seguida, le arrebata la billetera que lleva en el bolsillo trasero de su pantalón y gritándole: "¡Imbécil!", el muchacho emprende la huida. En un santiamén, el campesino ve un cuchillo sobre el mostrador, lo toma por el mango, y corriendo hasta la puerta, se lo lanza al joven que apenas está cruzando la calle… atinándole en plena espalda. Dos señoras, que cruzan en ese instante y ven caer al muchacho, gritan horrorizadas y la gente acude de inmediato. El campesino está estupefacto por lo sucedido, y los hombres, sin mediar palabra, comienzan a apedrearlo y la emprenden pronto a golpes hasta que lo tiran en medio de la calle... y allí acaban con su vida.

¿Quién es el "monstruo" en esta escena? Cabe preguntarse. ¿Es el chico que hizo las veces de agresor circunstancial? ¿Es el campesino que vio pintada la ocasión de cobrárselas sin tener el hálito de sensatez que le permitiera medir los riesgos? ¿O es la turba rabiosa que, sin juicio previo, se toma la justicia por sus propias manos? Es fácil dictar sentencia... y no es siquiera cosa de leyes. Basta escuchar a nuestro corazón y decir contra quién sentimos rabia y por quién sentimos compasión.

<<FRANKENSTEIN>>, es una lúcida película en este sentido. Lo que nos cuenta, no está muy lejos de la realidad que, como hemos ilustrado, ha sucedido no una, sino muchas veces a lo largo de la gris historia humana. Mary Shelley, autora del libro en 1818, y, James Whale, con su efectiva –que no rigurosa– versión cinematográfica, ponen en cuestión los vicios del poder, las contradicciones humanas y las funestas consecuencias que conlleva el querer convertirse en dios, una desquiciada aventura de la que venimos oyendo desde tiempos muy remotos… pero no desde Prometeo –como ha pretendido la misma autora-, pues, a lo que éste aspiraba era a que los dioses dieran su fuego a los hombres para que pudieran calentarse; y su acto fue de sacrificio, no de megalomanía y prepotencia como la que padece, Henry Frankenstein.

Otrora y ahora, sigue resultando sesgada y materialista, la conclusión científica de determinar como causa de la inclinación humana hacia la criminalidad, una variación morfológica en el cerebro o una simple diferencia genética. Si así fuese, todos los criminales serían inocentes de hecho, y las carencias afectivas, económicas y morales, perderían todo su peso como génesis de la inclinación delictiva.

En su técnica, Whale se emparenta con los expresionistas alemanes que tan valiosos aportes habían hecho al cine, logrando una ambientación gótica con excelentes exteriores y la más efectiva iluminación; y estamos así, ante un filme merecedor del lugar que tiene en la historia del séptimo arte, por su esmerada elaboración y por su profundo significado.

Reconocimiento a las esmeradas actuaciones de Boris Karloff, Mae Clarke, Colin Clive y John Boles, entre otros.
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9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Lo gótico en el Cine
El Doctor Frankenstein se ha convertido en un mito, sí, pero eso no significa que sea una obra maestra del cine de terror. La época en la que fue concebida la película y el atractivo de la leyenda que surgió a partir del personaje creado con pluma brillante por Mary Shelley han contribuido enormemente a que este hecho tenga lugar.

A mi juicio, y como ya se ha comentado, lo más conseguido del film son los escenarios, cargados de una atmósfera gótica y tenebrosa muy interesante cuyas imágenes más sobresalientes son el torreón del Doctor a modo de laboratorio y el gigantesco molino de las escenas finales. Pero en mi opinión no es una película de terror, pues en ella se mezclan varios géneros en los que incluso tiene cabida la comedia (el papel del barón y de Fritz, el ayudante del doctor). Las interpretaciones son muy irregulares, y sí, está claro, la que despunta es la de Karloff, pero no seamos exagerados y no la encumbremos como la mejor de su carrera, ya que indudablemente tiene otras bastante mejores en alguna película posterior. Karloff interpreta bastante bien sin utilizar el lenguaje, especialmente en los primeros planos, porque la verdad no se ve atisbo de humanidad alguno en su rostro y confieso que en alguno de ellos llega a acojonarme. De todos modos es una interpretación que no puede entenderse de otra manera debido a las características y peculiaridades del papel en sí (la criatura se presenta como un monstruo y punto) que además se ve muy ligado al cine mudo.

Lo cierto es que es una buena película que seguirá presente entre las grandes (por una razón u otra) y de obligado visionado para cualquier persona interesada en el cine de terror clásico.
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15 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Frankenstein (1931) (10.0)
Frankenstein de 1931, uno de los films base del género de terror. Mostrando gran inteligencia en su realización, con escenarios imponentes e impactantes donde el drama de la creación se expone de una manera sobrecogedora. El hombre buscando ser Dios e internarse en sus misterios, esto tan actual ahora con la genética o la robótica. Excelente musicalización y una gran y elaborada actuación de Boris Karloff. Un llamado al hombre para respetar los límites de la naturaleza y apreciar su grandeza.

"¡Peligroso!
Pobre Waldman.
¿Nunca ha querido hacer nada
que fuera peligroso?
¿Dónde estaríamos si nadie intentara
investigar lo desconocido?
¿Nunca ha querido mirar más allá
de las nubes y de las estrellas...
o saber por qué
los árboles brotan...
y qué convierte la oscuridad en luz?
Pero si dices esas cosas,
la gente te llama loco.
Pues si pudiera descubrir
sólo una de estas cosas...
Lo que es la eternidad,
por ejemplo...
me importaría muy poco
que creyeran que estoy loco.
Es joven, amigo mío.
Está ebrio de éxito."
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14 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Monstruosamente alabada.
¿De qué va?:

Por si alguien no la conoce, adaptación del clásico de Mary Shelley en el que un doctor inquieto decide ver qué pasa si va juntando trozos de cadáveres humanos masculinos y cuando tiene el cuerpo completo le pega un calambrazo en los huevos.

Crítica:

Sobrevalorada por la crítica durante años, El Doctor Frankenstein no es una mala película pero dista mucho de ser una obra maestra, es más, tiene pinta de haber sido rodada en su época con miras puramente comerciales, tiene demasiadas concesiones al público, es excesivamente simplista, sobre todo en el retrato de todos los personajes, y nula por completo en la reflexión sobre la vida y la muerte, en el aspecto moral del creador y su obra, en el vínculo que debería existir entre ellos, ya que aquí, cuando empiezan los problemas, todos están de acuerdo en la solución, cargarse al monstruito y punto, incluido el padre de la criatura al que el guión da nula importancia en la parte final del filme.

A su favor queda, como en otros truñetes, véase por ejemplo Gilda, todo el tema de los símbolos, esas imágenes que quedan en la retina, los decorados o alguna secuencia mítica. Eso es innegable, pero el conjunto es decepcionante.
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13 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Ser Dios
Es un clásico, y la verdad que verla actualmente es un lujo, puesto que estamos ante una peli más que correcta que sabe combinar el humor y el horror sin caer en la parodia. El doctor es una obra bien pensada y que trata de ser fiel, a duras penas, eso sí, con el libro que inspira esta producción.

El monstruo que genera el doctor frankestein es una influencia directa de la mitología hebrea, cuando siglos antes de que esta idea surgiera en la literatura ya los judíos poseían el mito del Golem, aquel ser de barro que revive gracias a un conjuro mágico. Este ser solo estaba bajo el mando de aquel que haya pronunciado el conjuro. En este caso, la obra no remite especificamente a su predecesora literaria, sino que toma la trama literal y la desarrolla con múltiples libertades, dejando de lado cuestiones metafísicas que atañían al libro.

Objeciones aparte, nos encontramos ante una propuesta correcta y bien lograda, Boris Karloff encarna a un monstruo tan extrañado de su medio como sorprendentemente ágil en sus movimientos.
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8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Impresionante.
Magnífica película de James Whale que capta toda la esencia de la tragedia de Frankenstein.
Un film con perfectas interpretaciones, gran banda sonora, gran ambientación e impactantes escenas de terror (Muy moderadas, tengamos en cuenta que es una película de 1931).
La verdad es que no tengo mucho más que decir, un peliculón y un clásico del cine del terror. Me encanta.
Por mi parte se lleva una nota de 9 sobre 10.
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6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
De dioses y monstruos
La esperaba más contextualizada, más atada a su tiempo; a caballo entre la cita ineludible y el hito obsoleto.

No obstante, el texto de Mary Shelley en que se sustenta la película es bueno, trasciende la mera Literatura de género; y la realización, aunque evidentemente limitada, tiene aires expresionistas que consiguen que imágenes como la del molino en llamas o las del grotesco calabozo (cuya arquitectura deliberadamente retorcida contrasta con las rigurosas proporciones de la casa de Frankenstein) parezcan auténticas pinturas.

No produce terror; al menos, no ese terror hermanado con el disparo cardíaco. Más bien, produce una inquieta angustia, una lastimosa melancolía. Hay un gran cinismo en que un importante avance científico consista en algo tan vil como crear algo parecido a un hombre mediante pedazos muertos de otros hombres. Y, al fin y al cabo, no deja de ser la historia de un Dios ambicioso que se desentiende del Hombre fracasado al que ha creado, y hay en ello implicaciones puramente ontológicas que, en verdad, apuntan a nuestra precaria existencia en el mundo.

Gracias.
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6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Dando vida en ausencia de Dios
Un gran filme que evoca unos de los mitos de terror más conocidos y usufructuado por el mundo del cine. Con este primer acercamiento a la novela de Mary Shelley, James Whale logra una cinta inquietante desde su atmósfera con una asombrosa fotografía en blanco y negro. Tenemos una modesta pero deslumbrante aparición de Boris Karloff dando vida al monstruo, ese engendro surgido de la obra "creadora" del hombre.
La narración sigue alternativas sencillas pero cautivantes desde las emociones, cinta de gran dinamismo con pasajes donde realmente se nos hace muy difícil creer que esta obra date de 1931.
Si tengo que destacar lo mejor del filme, creo que pasa por su ambientación y su atractivo visual de la mano de una impronta gótica y escalofriante tanto para escenarios interiores (con un laboratorio muy logrado) o paisajes naturales exteriores, y a todo ello debe sumársele la corrección y el carisma de un elenco a la medida de las circunstancias.
"Frankenstein" debe ser considerada una gran obra dentro del género por ser precursora, por sus climas tenebrosos, sus escenarios y por el concepto macabro de ir en contra de la madre naturaleza tratando de dar vida a aquello que ya no la posee.
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9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
¿Quién es el monstruo?.
Mas que de un monstruo es la historia de un niño pequeño, horrible, monstruoso pero un niño al fin y al cabo, al que todo el mundo trata mal y que lo único que hace es defenderse y huir sin saber donde se mete. El "monstruo" realmente te llega a dar pena, y los humanos se nos presentan bastante despreciables como una jauría que quiere destruirlo sin juzgarlo.
A nivel artístico la película es francamente irregular, actores mediocres mezclados con buenos actores, un maquillaje y decorados impactantes unido a escenas de acción muy cutres y un guión un tanto irregular esclavo del libro en el que se basa la historia.
Eso si es historia viva del cine, tiene imágenes que han pasado a la historia y es un producto digno, donde James Whale fue mas allá de lo que le pidieron dotando de alma al monstruo.
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6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
El mecanismo de un reloj:
Interesante puesta en escena de James Whale de la novela Frankennstein escrita por Mary Shelley. La película posee un toque de realismo si la comparamos con el libro.
Hecho que podemos observar en la notable deshumanización del monstruo que en escasos momentos de la película pretende convivir con su creador.
También se puede destacar que la criatura que cobra vida tras ser impactada por un rayo, ciertamente esta desalmada. Cosa que nos lleva a una visión mucho más mecanicista de la película dándonos a suponer la inexistencia de Dios. El Ser Humano se convierte por lo tanto en el supremo creador, capaz construir y destruir a su antojo, solo limitado por lo que pueda ofrecerle la ciencia.
A mi parecer la película no representa de un modo acertado la visión maniquea que parece que quiere ofrecer al espectador. Esto se pierde en el momento en el que el monstruo se le introduce en su cráneo un cerebro anormal, como si de una pieza defectuosa se introdujese en el mecanismo de un reloj, desde ese preciso instante la criatura queda a merced de la biología determinado a obrar erróneamente.
¿Podemos asegurar que con un cerebro brillante ese ser se habría comportado como un asesino?, opino que no o por lo menos no estoy seguro del todo. En todo caso parece más bien que el engendro por el simple hecho de haber nacido contra natura le pesa una especie de maldición, actúa mal incluso cuando no se lo propone es una criatura torpe física y mentalmente, abocada inevitablemente al fracaso. No obstante hay que advertir un leve intento de la criatura por convivir con los humanos, pero ya sabemos todos que los que son diferentes del resto no tienen cabida en las sociedades humanas irremediablemente es excluido del resto y sometido a vejaciones, como cuando el ayudante del Dr. Frankenstein le asusta con una antorcha en llamas,
juegan con él como criatura desalmada que es.
Tras estudiar diversos aspectos de la saga Frankenstein, en este film es donde me perece que más delgada es la línea entre la vida y la muerte, la facilidad con la que crea a la criatura, su ansia por destruirla al cabo de poco tiempo y la relativa poca dramatización de los personajes hace que crear vida sea un juego de niños, como si el hombre estuviese por encima del bien y del mal convirtiendo a nuestro conocido doctor como el moderno prometeo, capaz de retar a Dios.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
El tierno monstruíto.
Si Drácula era un monstruo escondido en la piel de un galán engalanado, el monstruo de Frankenstein es un ser dulce escondido bajo el aspecto de monstruo. Digamos que esta película trata sobre la discriminación y la caza de brujas, sobre populachos vengativos y demás. El monstruo de Frankenstein no es el primero que da la bofetada, es un exiliado del mundo, un fugado, un injustamente condenado. La película tiene un final un tanto forzado y el ritmo para que acontezca también resulta un poco fuera de lugar pero la historia es bella y tiene partes que pertenecen a la memoria colectiva.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
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