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24 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
9
Más allá de la civilización
Se ha dicho muchas veces, incluso lo afirma el propio Caetano, que “Un oso rojo” es un western. Esto resulta un poco extraño en principio, pero por muchas razones es una descripción acertada.
El héroe tiene la marca. Un pasado turbio y un presente del que no puede escapar aunque quiera, precisamente condicionado por su trajín de delincuencia.
Su postura antisistémica es ya avanzada, amargamente encuentra que “hacer el bien” no necesariamente es atenerse a las leyes. Pese a este descubrimiento, no se siente aún más allá del bien y del mal, en todo caso entiende que debe pagar sus deudas. El devenir lo va a posicionar donde no hubiera querido, pero donde “debe” hacerlo.
Entiendo que esta descripción del personaje principal, “El Oso” (Julio Chávez), coincide con la que una y otra vez encontramos en los westerns. Al igual que en este género, en “Un oso rojo” lo bárbaro del entorno impone al protagonista un cierto destino, pero la diferencia entre un ejemplo prototípico de western y el film de Caetano es el origen de la barbarie. Mientras en el primer caso ésta deviene de la civilización que aún no llega, de las leyes aún no escritas, en “Un oso rojo” es producto de la decadencia y la impunidad, es producto de que la civilización ya hizo su trabajo. Esto inevitablemente da un toque de crítica social a la película; pues el ambiente en que se desarrolla es bastante “realista”, más allá de que la anécdota pueda necesitar de su sentido artístico para ser verosímil (lográndolo totalmente).
La narración está sublimada, puesta a la altura de un fin en si mismo. La música es excelente, no por que pueda ser del agrado del espectador medio del film, sino por su adaptación al entorno, acompañando conceptual y rítmicamente la edición.
Muy buen producto de un cine latinoamericano que avanza en la construcción de una mirada propia y crítica de la sociedad en que se enmarca, pero abandonando la sobrecarga de “realismo mágico” de otras etapas, muy válida y hasta necesaria en su momento, pero que se ciñe como una sombra sobre las expresiones artísticas de esta parte del mundo.
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26 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
La única verdad es la realidad
Película subversiva como pocas, sería imposible realizarla en los Estados Unidos o cualquier otro país "civilizado"; los personajes son exactos; el casting idem; la música no es la que me gusta a mí, es la que les gusta a los personajes de la trama; el final totalmente inmoral de acuerdo a los cánones dictados por la censura o autocensura de los EEUU y países semejantes. Me gustó y la recomiendo calurosamente, me imagino a los pequeñoburgueses escandalizados al final de la película.
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17 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Condenado a la soledad
Notable trabajo de Adrián Caetano al llevar otra historia en torno a la vida de un expresidiario que trata de reintegrarse a la sociedad y reivindicarse con su hija, a quien dejó de ver después de su ingreso a prisión y la ruptura con su mujer. Con pocos personajes y diferentes planteamientos de una crisis opresiva, Caetano y su personaje central “El Oso” nos presenta una Argentina olvidada y gris, que acentúa el desencanto de la sociedad que pide ayuda ú oportunidades para un estilo de vida mejor.

Este episodio en la vida del Oso no se permite el sentimentalismo fácil y a través de su visión vemos la apatía, la deshonestidad o angustia quienes interactúan con él, todo propiciado por la necesidad. El trabajo de los actores aunado a la dirección permiten un resultado loable, destacando la interpretación de Julio Chávez como un tipo osco, rudo, observador, inteligente y de metas fijas, condenado a la soledad por sus errores.

Una vez más el cine argentino tiene logros indiscutibles, esta cinta representa el poder que se tiene de hacer trabajos destacables.
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12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Chávez: un oso paradójico
Al cabo de ver esta obra inigualable, los argentinos, nos quedamos con una cierta mueca híbrida con sabor a aceptación, pues es la más pura realidad que se vive en el Gran Buenos Aires de hoy, otro poco de desazón, pues presumo que la mayoría de mis compatriotas preferiría que estos sucesos, aunque ficticios, basados estrictamente en el sórdido ambiente de delincuencia y corrupción policial, no se dieran en nuestro querido país, sumados a una extraña sensación de inseguridad generalizada y por qué no algo de desilusión o agotamiento mental que estalla en muchos ciudadanos que ven que la realidad, en lugar de mejorar, camina hacia atrás, como si muchos anduvieran por la vida "jugados" (en el peor de los sentidos que este vocablo puede ofrecer).
Y jugado ciertamente estaba Rubén (Julio Chávez), por momentos querible, pese a su carácter violento que le había posibilitado matar a un policía en el pasado, en un enfrentamiento y posteriormente la orgía de balas y sangre que despliega en el apocalipsis final (algo exagerado quizá, al mejor estilo Bruce "Duro de matar" Willis). Querible, porque desnuda lo único puro que mantiene durante todo el transcurso de la cinta, que es el amor incondicional por su mujer y su hija.
¿Es la historia de una hombre bien intencionado pero errado en sus métodos y técnicas que lo marginan de la vida en sociedad? Probablemente. La actuación de Chávez: Insuperable. Villamil y Machín lo secundan muy bien. Un Enrique Liporace acorde a su personaje, un tipo que vive y deja vivir y un René Lavand (el maldito turco) que sorprende a más de uno. Muy buena.
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20 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Saber hacer cine no es lo mismo que tener presupuesto (7.7)
No sólo es un fiel reflejo de la baja sociedad argentina, sino de la de cualquier país del mundo. No nos explican con demasiado detalle qué llevó a ese padre de familia a cometer esos crímenes, pero no hace falta, uno se lo imagina cuando le ve hablar con el Turco.

Cinematográficamente hablando tiene una buena fotografía, unos muy buenos actores y un buen guión. Es una de esas películas en las que en algunos momentos el interés baja, pero el acierto es que justo en ellos hay un pequeño giro o golpe "sorpresa", con lo que rápidamente tus sentidos se ponen alerta de nuevo.
La música seleccionada a veces no es todo lo buena que uno desearía, pero se lo terminas perdonando.
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22 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
La deuda interminable
Casi siempre la vida no da segundas oportunidades.
El volver a empezar, a veces, no es más que una simple frase hecha.
Sólo se puede atinar a mejorar lo ya hecho.
“Un oso rojo” muestra como los pasos dados son huellas profundas de borrar. Cómo el mundo es desencantado, cómo los cuentos de hadas y príncipes no existen. Tan sólo existen cuentos de la selva, en donde sobrevive el más apto.
Un hombre elige mal. Lo paga. Pero la vida no mantiene el equilibrio. La cuenta no vuelve a cero. Y el aire de deuda sobrevuela. Siempre uno está debiendo. Y a veces, es uno mismo el principal acreedor.
Es la historia de un hombre que vuelve a pagar algo, que sabe que nunca podrá saldar su deuda, pero que no huye, sino que quiere acercar y torcer su destino.
Enorme actuación de Julio Chávez.
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7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Un tipo duro del Gran Buenos Aires
Recomendable película de Caetano, que se eleva bastante por encima de otras películas suyas como Pizza, birra, faso ó Bolivia, y que nos muestra de forma realista la marginalidad del conurbano bonaerense.

Excelente papel de Julio Chávez. Comunica aún con sus silencios o sus miradas. Impecable actuación, y de lo mejor que he visto en películas de mi país. Enrique Liporace también destaca.

Como un hecho anecdótico y felíz, la presencia de René Lavand (el inventor de la lentidigitación) que muestra una pizca de su arte con unas monedas.
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7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Excelente western urbano argentino
Hace años, tuve la ocasión de visionar este thriller en La Plata (Buenos Aires), en la época de su estreno. Por otras vías he vuelto a visionarlo de nuevo. En su momento me pareció una película genial, muy buena, un thriller tipo western urbano asilvestrado, políticamente incorrecto y del que salí encantadísimo. Y la verdad es que no sé si la han proyectado en nuestras pantallas.

En la película, un personaje apodado Oso (Julio Chávez) acaba de salir de la cárcel tras siete años en prisión, condenado por homicidio y atraco a mano armada. Se trata de un individuo peligroso, divorciado y con una hijita.

Es una película tipo thriller-drama dirigido con gran maestría por Adrián Caetano, que sabe imprimirle ritmo y sazón a un relato que en sus manos se hace emocionante y mantiene la atención de manera expectante. El guión del propio Caetano junto a Graciela Esperanza está perfectamente construido y trabado, con un tempo sostenido y una tensión in crescendo, sin que se sepa cómo acabará una historia que tiene todos los ingredientes para llegar a una conclusión sangrienta. Buena la música de Diego Grimblat y magnífica la fotografía de J. Guillermo Behnisch.

El reparto, haciendo gala a la tradición de buenos actores argentinos es de excelencia, bien elegidos (gran casting), que hacen una labor de alto nivel, sobre todo Julio Chávez, que interpreta con solvencia y credibilidad a Oso, sujeto obligado a sobrevivir en circunstancias difíciles y en un entorno hostil. Soledad Villamil es una actriz de gran belleza que juega muy bien sus bazas de ex esposa del protagonista; secundan la niña Agostina Lage (OK); el pobre ludópata y nuevo esposo –correcto- Luis Machín; René Lavand estupendo en su rol del peligroso Turco; Enrique Liporacce con calidad en su papel de Güemes, el patrón remisero; y así y en perfecto coro Daniel Valenzuela, Freddy y Ernesto Villegas.

La incorrección moral y el carácter subversivo de esta cinta la habrían hecho imposible para el cine hollywoodiense u otras industrias convencionales de los denominados países civilizados. Lo digo porque tiene un final inmoral, pues el ex presidiario, asesino de policías, ladrón y hombre violento se sale con la suya. Se queda con dinero robado y otras… Recuerda en este aspecto a La huida de Sam Peckinpah, 1972, con Steve McQueen y Ali McGraw; ambos protagonistas lograban también escapar con el botín a México con la ayuda de un buen samaritano que ve recompensada su acción.

Sin embargo, como digo, a los bien-pensantes no les gusta que el ladrón escape, y menos con el dinero. Sin embargo, he de confesar que a mí me encanta que los ladrones de las películas, sobre todo de Bancos, escapen. Aún recuerdo mi decepción, entre otros, cuando en la genial peli de Kubrick de 1956, Atraco perfecto, resulta que la cosa sale mal a ultimísima hora. No lo puedo evitar. Por eso, entre otras, me gustó esta peli y me gustó La huida, de la que un día haré algunos comentarios en estas páginas; es algo que me debo y que debo a un film de excelencia.

En la película, la descripción del Oso coincide con la que una y otra vez encontramos en los westerns: “gatillo fácil”, pre-civilización montuna, etc.

No obsta lo que digo para que el protagonista se haga por momentos querible, pese a su carácter impetuoso que le había llevado a matar a un policía en el pasado y pese a la orgía de balas y sangre del apocalipsis final. Querible, porque pone en valor lo único puro que mantiene durante todo el transcurso de la cinta, que es el amor incondicional por su mujer y su hija.

En resolución, un excelente producto del cine argentino, cine este que en cada film da un paso hacia una mirada propia y crítica de la sociedad en que se enmarca. Una vez más el cine argentino alcanza un logro indiscutible. Esta cinta representa un ejemplo más de la capacidad que la cinematografía austral tiene de hacer trabajos destacables.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
El himno nacional.
115/19(25/05/18) Más que interesante thriller dramático argentino dirigido y escrito (guionizado junto a Graziela Speranza, basándose en una historia de Romina Lanfranchini) por el uruguayo Israel Adrián Caetano en su tercer largometraje, film con claras influencias al género oeste, marcado esto los escenarios urbanos polvorientos, los autos que ejercen de caballos, los bares de salones típicos, con un protagonista anti-héroe, hierático que huele a los de los spagueti western. Relato incisivo con ribetes de redención, de amargura latente, de crítica social, de emociones contenidas, ello en una realización adusta, árida, cortante, donde la violencia estalla de modo cuasi-hiperbólico, con un desarrollo revestido de nihilismo y cinismo, contado con un ritmo fluido, consiguiendo atraparte en sus sugerentes redes, con buenos momentos de intensidad, con escenas de tensión violenta, y con una dirección de actores sensacional, destacando un Julio Chávez maravilloso con su pose de duro que deja entrever grietas de humanidad en su trato con el trío familiar. En su debe, entre otras cosas, que su argumento huele muy visto, un tipo que sale de la cárcel e intenta rehacer su vida truncada y a la vez se ve metido en “ultimo” atraco no es precisamente el descubrimiento de la pólvora.

Es un relato de perdedores en un mundo que los asfixia, intentan emerger en medio de delitos, juego, traiciones, violencia, venganzas, y sobre todo sacrificios (Como dice un personaje "A veces lo mejor que puedes hacer por los que amas es alejarte de ellos"). Film con claro sabor a crítica contra la situación del momento de Argentina, para ello Caetano se sirve de mostrar una capital gaucha de extrarradio (el barrio de san Justino), sucia, mugrienta, sudorosa, de edificios cochambrosos, los suburbios donde se hacinan los marginados que se buscan la vida como pueden, que se emborrachan, son ludópatas, se las ven con prestamistas, familias que viven con lo mínimo, y ahí es donde el caldo de la criminalidad ante la desesperación germina. Esto potenciado con el hábil montaje, primero con el entrelazado entre un cumpleaños y un robo, y en el rush final con otra edición alegórica donde se mezcla una ceremonia de izado de bandera argentina con el himno sonando punteado esto por un atraco salvaje con muertos, ello en una turbadora miscelánea entre estado-civilización frente violencia-darwinismo, y todavía esto más atomizado cuando el protagonista (El Oso Rojo) ofrece un dinero a otro personaje y este responde que no lo quiere por ser robado, el Oso responde “Todo el dinero es robado”, declaración grandiosamente nihilista. Sintiendo que Caetano nos quiere decir que el idealismo de la Nación Argentina es una farsa (la corrupción del país y su consiguiente crisis económica) frente a la forma en que la gente debe salir adelante siguiendo sus propios e individualistas códigos.

Caetano dirige con pulso firme, sabiendo colocarnos en este deprimente entorno argentino, con gente bebiendo mate, la muisca cumbia que suena, el acento marcadamente porteño. Sobre todo el realizador dota de carisma a la figura de Oso, componiendo un retrato de personalidad adusto, hierático, críptico en su proceder, tras salir de prisión pretende recomponer piezas de su vida rota, para ello intenta restablecer su relación con su hija de 8 años (Alicia interpretada por Agostina Lage), a la que dejo de ver con un año, lo hace en encuentros que transpiran frescura, emoción, pero sin caer en sensiblerías, ello revestido con cierto halo de misticismo por el guión cuando los cuentos que Lina lee a su hija tiene que ver con un gran animal, además Alicia (hija del Oso) tiene encima de su cama un dibujo a carboncillo de un niño cogido de la mano de un gran Oso Rojo, ello infundiendo un aura de personaje sobre-humano al padre; Asimismo Oso denota querer volver con su ex (Lina Bernardi encarnada por una hermosa Soledad Villamil), quedando como zenit ese abrazo estremecedor (en la habitación de él de la pensión donde duerme) al borde del salto a la siguiente base, transpirando emociones latentes; Y está se singular relación con el ahora esposo de su ex (Sergio actuado por Luis Machín), primero expectante, luego con resquemor por ser un pobre hombre (un perdedor), en esto me recuerda Oso al José Coronado de “La vida mancha” (2003) de Enrique Urbizu, y su relación con la familia de su hermano.

Taras: Además de lo trillado de su punto de arranque ya mencionado, está el modo poco verosímil de la acción, parece sacada de una cinta hiperbólica en su emisión de violencia manufacturada para impactar, no me creo estas secuencias demasiado aparatosas, colmo es como Oso se carga (sin sentido alguno, pues tiene más balas) a dos enemigos suyos de un solo disparo, pero es que estamos en film de la Marvel?

Julio Chávez como el protagonista Oso está sensacional, irradia carisma, carácter, ser taciturno que habla lo justo y necesario, su mirada penetra, dice mucho de su mundo interior convulso, su pose de tipo duro es de las que asustan, un anti-héroe formidable sabiendo dejar entrever tras su coraza, rendijas de humanidad en el comportamiento con su ex, la hija y el nuevo esposo de la que fue su mujer, excelente; Soledad Villamil actriz de gran beldad, demuestra personalidad en sus ententes con Oso, se impone con fuerza, pero dejando a la luz fragilidad, estupenda; Luis Machín como Sergio, el nuevo esposo de Lina, está notable exponiendo a un perdedor, su gestualidad, sus andares, su habla, todo denota ser un “loser”; Agostina Lage como la hija de Osos, Alicia, cumple bien en su delicado rol;… (sigue en spoiler)
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
La vida después de la cárcel
Muy buena historia de nuestro país donde se muestra la vida en una zona cadenciada y los problemas que se les presentan a los protagonistas.
El oso protagonizado en forma excelente por Julio Chávez. El es un hombre rudo, golpeado por la vida que lo llevo a delinquir. Le cuesta mucho ser aceptado nuevamente por la sociedad. Es duro salir de la cárcel y reinsertarse en la sociedad. La marca de ser un ex preso no es fácil de sacarse. Él ama sobre todo a su hija y su mujer, y a su manera lucha por ellas. Por otro lado su ex mujer que trabaja para poder sobrevivir con una hija con dificultades de aprendizaje y un "marido" apostador y borracho. Este último es interpretado en buena forma por Luis Machín.
La historia tiene un final un tanto inverosímil que le quita fuerza a la película.

Los puntos negativos de la película, a mí entender, son:
* La banda sonora que es floja, por no decir mala, solo se salva el Himno Nacional.
* Algunas escenas que parece que las sacaron de un film de Stallone, Norris o alguno similar. Ver abajo.
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5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Osos de la urbe
Sin duda una reflexión del Buenos Aires más "deprimido" al más puro estilo western.
100% aconsejable para su visionado.
Una historia que típica, pero maquillada de tal forma que nos engancha, diálogos muy buenos, fotografía genial, cásting bien realizado y lo mejor de todo: el revival del género, acomodado a las necesidades de esta época, ese lugar.
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5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Un oso rojo es un oso de peluche
El oso rojo al que se invoca en el título es un muñeco de peluche que representa lo frágil de la relación padre e hija. Esta película es ni mas ni menos que la muestra de las vivencias en el conourbano bonaerense. La marginalidad cotidiana que salpica a la Argentina se ve representada fielmente como en pocas películas.
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12 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
ARGENTINA
Las necesidades de la sociedad argentina se ven reflejadas en todo el film sin solución de continuidad.
Los personajes realizan una interpretación muy buena, y la fotografía también es muy buena.
Es una película diferente y por ello interesante.
Bajo mi criterio merece un 7 sobre 10.
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8 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Intentando recuperar tu vida
Oso, el protagonista de esta historia es un hombre que acaba de salir de la cárcel y está dispuesto a hacer todo lo posible por recuperar a su familia , pero siete años es mucho tiempo y ya ha dado tiempo a que su familia le haya olvidado, en especial su hija que apenas se acuerda de el. Película con un interesante guion , una puesta en escena no tan buena pero se sostiene con alguna que otra escena pasable, las interpretaciones no están mal, aunque en algunas fases se hacen un poco monótonas, el semblante del protagonista es exactamente el mismo durante toda la película , se encuentre en la situación que sea, siempre permanece igual, no se si es debido a exigencias del guion que es lo mas lógico, aunque se echa de menos algún cambio en sus acciones, no es lo mismo estar con su hija que matando a siete personas. En líneas generales película interesante, hace pasar un buen rato y eso es de lo que se trata.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Toda la guita es afanada
El comienzo del himno argentino es fabuloso.
Wetern contemporáneo tan eficaz como rotundo. Seco y poderoso como el actor principal de nombre de mítico boxeador, Julio Chávez, inmenso, superlativo, me recordó al Broderick Crawford de "Almas sin conciencia", pétreo, mineral, feroz, contenidamente irascible, un volcán a punto de erupcionar, en cualquier momento vomita lo que lleva dentro, y dejarlo todo hecho un asco, perdido de lava, de destrucción y muerte, la casa sin barrer.
Perfecta en su modestia y sencillez, sin alardes, explicaciones innecesarias, sentimentalismos ni exageraciones, sobria, humildemente.
Es un héroe solitario que viene a expiar su pecado, a lavar su culpa, a cobrar la deuda; un flamenco envenenado que sigue eternamente emponzoñado, atrapado por su pasado, pero que es más fuerte que todos y que quiere salvar a su familia, recuperar el cariño, especialmente de su hija, bien explicada y construida, como todos los personajes, con la madre lo tiene más difícil, aunque ella en el fondo lo quiera, esa escena en la que se suelta el pelo, hay cenizas, donde hubo fuego, en verdad es imposible.
El turco como villano genial, cuánto rampante cinismo, un Jack Palance porteño, y Sergio como el otro, el hombre débil, pero no caen en la gruesa tentación de mostrarle como un miserable con su familia, que ha cubierto su ausencia de aquella mala manera. Casi parece "Raíces profundas" o "La vida mancha".
Hasta tiene guasa, humor soterrado, con esa banda sonora trotona tan simpática y cachonda y un realismo de andar por casa.
Épica marginal y arrabalera; un perdedor irrefutable rodeado de víboras muy malas.
Él no es ningún santo, más bien todo lo contrario, ladrón y asesino confeso, pero tampoco malo del todo; tiene buenos sentimientos, orgullo, honor, y quiere mucho a los suyos, cumple con lo pactado o prometido.
Una película admirable en su pequeñez, querible y achuchable.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Ni la más mínima emoción
Pienso que esta película hubiera ganado mucho de haber sido filmada en clave de thriller, el conflicto dramático de un padre intentando recuperar a su familia no lo hallo de mi interés, le falta emoción, intensidad, diálogos y escenas interesantes. El protagonista es algo inexpresivo y lo único que me gustó un poco es la subtrama criminal, pero ésta termina teniendo poca relevancia. Además la película está mal filmada, no tiene una fotografía nítida y contiene escenas que me resultan molestas, como la del tipo mirando a una mujer mientras comía con su hija en un bar y que esta lo pille mirándola: es una escena que no acabará teniendo ninguna relevancia, y en general no termino por sentir empatía por ningún personaje. Además es algo cursi, el momento en el que el protagonista compra el oso del peluche, la referencia del vendedor a un tambor más grande hizo pensar a todos los espectadores que lo que estaba adquiriendo era una pistola. Eso ya fue un mal augurio.
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1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Sin Salida
Si repites una historia una y otra vez, sin duda es un mérito que te vuelva a gustar. La hemos visto muchas veces, pero la calle siempre atrapa. Julio Chávez, con sólo encender un cigarrillo, hace que sientas lo que él siente. Transmitir sin hablar, la asignatura pendiente del cine moderno.

Ver Un Oso Rojo nunca te empacha. No se hace lenta ni te miente. Es un placer ver una película llena de detalles que te hace pensar lo terrible que es que nadie te quiera oir. Porque el siguiente paso es que no puedas evitar que nada te importe.
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9
Muy buena
Policial muy bien logrado. Con acento en el personaje delincuente que intenta no perder a su hija y choca con la realidad.

La realidad nos marca el camino.

Excelentes los personajes, los escenarios, la historia , el guión, la música, el ritmo. Engancha y da ganas de volver a verla.
Villamil, Chávez, la niña y los actores secundarios geniales.
Lo negativo: algo ingenua.

No se la pierdan.
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8
Western a ritmo de cumbia
Un oso rojo quizás sea el trabajo mas prometedor de Israel Adrián Caetano, por su singular guión, hacer un western moderno relacionado con el mundo bajo en la Argentina, un ex convicto que al salir de la cárcel va imponer lo que para él esta bien y para su familia, al más puro estilo del típico justiciero del lejano oeste.

La película es muy entretenida de principio a fin, Julio Chávez tiene una actuación magistral, sobresaliendo ante todo el reparto, generando un personaje que da temor y respeto, eso transmite al espectador desde un inicio, la dirección nada mal y el guión a mi gusto bien original, brindándonos una de las que seguro estará en el top ten de películas argentinas del siglo XXI.
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6
La historia de un ex convicto
Guion discreto... nada fuera de lo normal, con una muy buena dirección, tremendamente prolija y precisa, me generó una especie de western urbano, notándose el bajo presupuesto logra muchísimo, mostrándonos un conurbano violento y la miseria por la que se pasa de alguna manera en las clases bajas de la sociedad.

Bajo un relato que intenta crear un ambiente de redención y de el querer salir adelante por parte del personaje y querer recomponer la relación con su esposa y su hija a pesar de la persecución de su pasado y el inevitable tinte de meterse en problemas

Un Julio Chávez enorme como siempre, carismático que rápidamente genera empatía con el espectador formulando un personaje que se transforma en lo que se podría llamar un antihéroe, curiosamente no ha sido el único papel similar a este en el que ha actuado.

Las escenas violentas muy bien realizadas, tanto la inicial como la que le da el cierre a la cinta con una especie de elemento que no busca hacerla pasar como real sino mas bien como espectacular, y lo logra y se agradece.

Calificación: 6.9
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