7 Críticas de los usuarios

Últimamente el cine oriental parece haberse hecho un hueco en la cultura occidental gracias a cintas como las laureadas Old boy, In the mood for love o Ichi the killer, sin embargo este tipo de cine, lleva llegando con cuentagotas a nuestro país desde hace ya tiempo e, incluso, obteniendo colaboraciones de lo más suculentas, como es el caso del film que nos ocupa.

Este, trata con un notable trazo dos desconsoladoras historias de amor, la primera sobre un hombre enfermo de leucemia y enamorado de una bella mujer a punto de contraer matrimonio, y la segunda de una muchacha que recuerda con nostalgia los maravillosos días que pasó con un chico, con el cual perdió la conexión sin quererlo.

Con este relato, el director consigue emprender una labor loable, logrando que la historia se torne sensual y conmovedora por momentos, y mostrando un dramatismo contenido que bien le viene a la cinta, pues le da un aire bastante adecuado a este film. Además, el realizador juega muy bien con los recursos, encajando una banda sonora excelente en cada una de las particulares piezas y secuencias como si de encajarlas en una partitura se tratara, cuidando la fotografía al milímetro y otorgando bellos matices a su obra. Mención especial también para algunos diálogos, que llegan a rozar un estilo verdaderamente poético y estimulante.

Todo este gran despliegue artístico, acompañado por el siempre solvente Jeremy Irons, que aquí vuelve a cumplir como suele hacer casi siempre, una actriz que desconocía hasta día de hoy: Gong Li, que realiza un buen papel y Maggie Cheung que está genial, y que volvería a demostrar su gran nivel años después participando en la soberbia In the mood for love, conforman una película muy sugestiva.

Para todos aquellos a los que les agraden las historias con un sabor distinto y aunque quizá en algún momento recurra a momentos un tanto típicos, este trabajo es más que interesante si se tiene en cuenta lo difícil que es lograr una cinta mínimamente decente a día de hoy en este más que mánido terreno, y seguro que La caja china será una obra totalmente de su agrado convenciendo incluso a los más exigentes.

Una de las pocas películas que se han intentado acercar al embrollo hongkonés, aquí ubicada temporalmente en concreto en la época que fue desde los últimos meses en que fuera colonia británica hasta unos meses después de pasar a ser dependencia china.
Así pues, estamos ante un film arriesgado que requiere mucho tacto y oficio y del que Wang ("Smoke") sale relativamente airoso.
La película establece un paralelismo entre la complejidad del embrollo hongkonés con la relación amorosa del extranjero acoplado (Irons), de origen británico, y la hermosa china habitante de allí pues trabaja como prostituta de lujo (Li). Se chocan así el drama político con el conflicto amoroso, dando Wang más importancia al segundo y dejando al primero por detrás como creo debe ser, para lograr que el film sea, en este caso, más atractivo y hasta coherente y eficaz. Todo en un tono enigmático, con un estilo ambicioso, de especial cadencia, envolvente, que hacen de "La caja china" un film muy interesante y de suficiente sugerencia como para prestarle atención.

Las cajas chinas suelen tener un resorte oculto que solo el dueño conoce. Un pequeño escondite donde se guarda una llave secreta, un tesoro. La caja china tiene un laberinto interno y por mucho que quien robe la caja al propietario la mire por todos los lados, no dará con el resorte mágico. Hong Kong es una inmensa caja china y se diría que hay también infinitos resortes posibles para acceder a infinitos escondites y secretos. Pero quizá ésta sea una caja de esas que no pueden abrirse, cuyo departamento secreto sea imposible de encontrar. Por eso, porque no es únicamente uno. Lo más probable es que no se encuentre nunca el centro del laberinto. ¿Estamos perdidos en un laberinto sin centro alguno, sin escondite alguno, sin secreto alguno? En eso consiste el enigma. No sabemos si lo que hay detrás es oro molido o una ráfaga de viento. Mucho o poco. Todo o nada.

Lo que me hizo comprar este DVD fue el título, en la película mejicana "La dictadura perfecta " nombraban ya "la caja china" con otro sentido, sin embargo me gustó mucho la interpretación que le da Sergio Roiz de Cantabria en su crítica de esta cinta de Wayne Wang.

Esta pelicula tenía ingredientes para llegar mucho más lejos. ¿Porqué no lo hizo? Pudiera ser por los siguientes apuntes:

- Jeremy Irons sigue una línea de actuación que no es capaz de variar, de enriquecerla con el paso de las escenas, todo lo contrario que le ocurre a Gong Li que va de menos a más.
- Hay una mezcolanza entre la trama de la película, los sucesos históricos que la rodean y una especie de visión documental de la vida de esta ciudad. Wayne Wang no logra armonizar estas tres partes, interrumpiendo el ritmo de la trama con la incursión de las otras dos partes.
- Me da la sensación que se quiere mostrar un ambiente de sordidez del que se intenta sacar dos historias protagonizadas por dos personajes magnificamente contruidos (Vivian interpretada por Gong Li y Jean interpretada por Maggie Cheung) pero que no logran terminar de redondearlas.

Me gustó el rostro atrayente de Gong Li, las canciones en inglés e interpretación de Rubén Blades y la banda sonora.

El protagonista es un elegante natural, vive en un agujero pero ya es algo....un indefinido aventurero inglés...sin posesiones, pero respetado. Con las ideas aparentemente claras, frágil, no flojo, sino sensible, es un duro pero sufre. Ubicado en un mundo que no es el suyo, pero que aprecia, quizás ama. Es presentado como con carácter y al mismo tiempo sin ambiciones, simplemente enamorado de una nativa...amor también sin causa, y sin esperanza.
En el fondo él sería....más que nada un sensor de una realidad, un observador cuyo deseo sería quizás plasmar un mundo, pero no sabe cómo....es un perseguidor, sin haberes, por tanto, al no saber qué persigue...deambula al acecho, como indolente cazador de fortuna. Es elegante, atesora nobleza distante. Lo que persigue nadie sabe qué es, quizás ni él, por ello se dedica simplemente a vivir esa megalópolis, a la espera de dar un golpe que no se acaba de presentar. Busca, eso es seguro, algo auténtico, pero también algo que informe de algo, tiene en cuenta a sus posibles lectores, pero al mismo tiempo no se sabe si les ve sólo como clientes. Aunque.... Parece que ha abandonado la escritura, claro....eso es... le atrae más, lo visual. Su cámara es su impotente espada, que esgrime por todas partes, discretamente, quizás porque antes que nada tiene que aparecer lo buscado.
La tragedia planea sobre la segunda parte, imbuyendo de belleza hiriente y de alma a las calles de Hong-Kong, que es co-protagonista. Una urbe que, al estar en tiempos de cambio de guardia, perderá su ecosistema. Son los momentos en que Gran Bretaña transfiere a China su colonia. La atmósfera del momento es extraña, bien reflejada en el film, de euforia por una parte, y de incertidumbre por otra, ante los cambios que una potencia muy inferior en cuanto a libertades y economía, puede deparar. Hay celebraciones, y en ellas se ve engullido su frustrante amor. Él muere de amor en los brazos de Hong-Kong. Quizás en el fondo lo único que busque plasmar sea la luz que brille en el aire cuando llegue su última mirada.
La música apoya muy bien a los sentimientos, y aún más a la ambientación. La banda sonora llevó un premio internacional.
Las vicisitudes no importan tanto como la atmósfera y el relato, escanciado con sabiduría artística, literaria.
Película idónea para viajar, viajar, a otras culturas, a otros mundos....aconsejo verla en VSO y en buena calidad y pantalla amplia.
Tengo que acabar como no empecé. A pesar de acercarse al año 2000, para mí es una de las películas más ochenteras que he visto, al mezclar la sinestesia cultural con los ocasos.

Cuando hablan de los cuentos de hadas para adultos, del príncipe azul... no se refieren a La Caja China, sin embargo, si algún día encuentro a alguien que me ame a mi como lo hizo jeremy irons a Gong Li, entonces es posible que crea en el Amor.

A pesar de las buenas críticas que recibió me pareció una película bastante aburrida y tópica, pero también tengo que reconocer que el cine de Wayne Wang no es de mis preferidos.
Jeremy Irons, como siempre espléndido, pero el ritmo es cansino y la historia anodina.