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162 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
8
La conciencia de Woody
Cada vez que alguien dice que Woody se ha quedado sin ideas, muere un niño en el mundo. Pueden gustarte más o gustarte menos sus películas. Pero ¿Quedarse sin ideas? Si le salen las ideas por las orejas a este hombre. Sufre sobresosis de ideas. Está enganchado a las ideas como lo estaba Alan a las aspirinas en 'Sueños de un seductor'.
El mundo sufre desde hace años una extraña afición por aniquilar la individualidad. Las películas pasan por la cartelera y yo a veces me pregunto a la salida del cine si no me habrán engañado y solamente le hubieran cambiado el nombre. Nos cuentan la misma historia envuelta en diferentes envoltorios. (A veces incluso no le cambian ni el envoltorio). Nos venden comedias donde no existe la risa y sagas vampíricas que parecen comedias. Adaptaciones notables, decentes y mediocres. Remakes de clásicos. Segundas, terceras y cuartas partes sin saber ni como ni por qué. Sufrimos la invasión de superheroes que no saben leer comics. Y el 3D amenaza la existencia del cine. Con este panorama, inmersos en una profunda crisis de ideas, decir que este tipo se ha quedado sin ideas, es una blasfemia.

¿Esta película una guía turística? Que manera más superficial de definiarla...
Woody hace una crítica mordaz sobre el mundo de la fama en la historia de Benigni, y para ello lo hace a través del humor surrealista que vimos en sus primeras comedias como La última noche de Boris Grushenko o El dormilón. A su vez, le hace un homenaje al cine italiano tragicomico de los 60, con Fellini a la cabeza, con la pareja provinciana y sus dos historias. Reflexiona sobre la muerte, pero esta vez asociandola a la jubilación. Puro Allen.

Pero si una historia destaca por encima de resto es, sin duda la de Alec Baldwin, Page y Eisenberg. Y es que la conciencia de Baldwin es Woody al 100%.

No, no es la mejor película de Woody. Pero si vamos a entrar en comparaciones en cada película que haga como de costumbre, nos estamos negando la posibilidad de disfrutar de ella. En resumen, otra gran película más para su filmografía. Y en unos meses la próxima. Mientras tanto... el cine reza para que de la cita anual con el genio neoyorkino continue. Porque ... ¿Qué haríamos sin Woody Allen?
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177 de 199 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Roma para todos
La última película de Woody Allen consiste en cuatro relatos independientes entre sí, situados en el marco de una encantadora Roma para turistas, es decir con el glamour de sus lugares clave, su música más popular y un espíritu ligeramente más zumbón y extrovertido.

En contraste con “Medianoche en París”, que se remitía esencialmente a la edad de oro que encerraba el pasado de la ciudad, en “A Roma con amor”, la mirada se sitúa en el presente de historias cotidianas, más prosaicas y banales, que pudieran ser entrevistas por un policía de tránsito o un curioso vecino que -situado en las alturas de algún edificio- espiara desde su ventana a los personajes que se mueven por los lugares emblemáticos de esta ciudad cosmopolita. Fugaces presentadores que Allen usa precisamente para abrir y clausurar las cuatro historias sin conexión entre sí, protagonizadas por un elenco desbordante de estrellas internacionales como Penélope Cruz, Alec Baldwin, Roberto Benigni, Ellen Page, Jesse Eisenberg y hasta el mismo Woody que encuentra un papel a su medida.

Desde los acordes iniciales con la voz de Domenico Modugno y las imágenes de la Fontana di Trevi se indica que la mesa está servida para que un público amplio pueda disfrutar de una comicidad ingenua con gestos histriónicos y enredos múltiples que no excluyen a los habituales chistes neoyorquinos con observaciones filosóficas y acotaciones sobre el arte, la fama o los amores malogrados.

Con mayor liviandad y espíritu lúdico, los temas y las obsesiones de un Allen más descomprimido siguen en su eje conocido: la infidelidad, la fragilidad del amor, el temor a la vejez y a la muerte. Pero entre chistes intelectuales junto a escenas de farsa se construye una comedia coral con un espíritu más latino que sajón.

Los relatos nunca resultan aburridos con sus variados momentos de humor optimista y cinematografía consistente. Aunque sus resultados no satisfacen por completo, tampoco caen en el ridículo ni decepcionan, ya que -ante todo- hay un estilo intacto que se traduce en una película agradable. En la coyuntura entre el viejo y el nuevo cine, Allen se sostiene como uno de los últimos de la vieja escuela, alternativa a la industria que sólo produce tanques con efectos especiales o comedias que no le llegan ni al principio de los talones.
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81 de 98 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Allen haciendo comedias de verano: imperfecta y desternillante a partes iguales
Escribo esta reseña con la pregunta de mis colegas resonando en mi cabeza: ¿oye, tú que eres fan de Allen, nos recomiendas la película? Y la respuesta es sí, a condición de que no se espere una obra maestra.
Seamos serios, el director, en su ruta turística por Europa, ya anda por los senderos del cansancio. Si acaso el film se salva es por momentos sencillamente geniales en medio de una simplicidad que bordea en la tontería.

Allen nos cuenta cuatro historias apenas cohesionadas. Su nivel es muy desigual.
1. La historia de Alec Baldwin, maduro arquitecto, que revisita sus memorias de juventud. Esta historia tiene un guiño para aquellos, bergmanianos, que hayan visto "Fresas salvajes". Lo mejor de esta historia, la melancolía que conceden tanto Baldwin como Eisenberg, con fondo del "Arrivederci Roma".

2. La segunda historia nace del estereotipo: chica americana conoce a chico italiano llamado Micolangelo (sic.). Por supuesto, este arranque ha de leerse como un autocomplaciente regodeo de Allen en el tópico. Aviso, no lo tomen en serio. Gracias a Dios, la historia levanta el vuelo cuando los padres de la chica y del chico se conocen. Woody Allen, padre de la chica, hace de director musical de vanguardia ya retirado. Para aquellos que como yo gustan de los guiños musicales, las bromas no dejarán indiferente. Otros se quedarán con cara de signo de interrogante. Pues bien, Allen descubre en su consuegro un talento musical envidiable, con una voz de tenor privilegiada. Su único problema es que sólo puede cantar en la ducha. ¡No les digo más, pero prepárense para algunas de las más hilarantes escenas del director en muchos años!

Luego tenemos otras dos historias más bien flojas.

3. La historia de Roberto Begnini, modesto don nadie, que se convierte azarosamente en celebridad de la noche a la mañana. Lo absurdo de las situaciones funciona por un tiempo, pero pronto se hace cansino. Su pseudo-moraleja final es más bien endeble.

4. Milly y su novio forman una pareja de recién casados. La decisión de la chica de ir a la peluquería poco antes de la aparición de los tíos del chico (cuya visita promete un futuro ambicioso para ambos), poco hace prever la cadena de malentendidos que se suceden, con Penélope Cruz como protagonista por un lado y con el personaje de un actor famoso por el otro. La historia es completamente banal e inconsistente. Para aquellos aficionados al sainete, o a las historias a lo José Luis Moreno, igual les parece bien, a mí me pareció una bobada absoluta.

En fin, nos hallamos con dos historias más o menos consistentes, una algo foja y otra patética. Del lado bueno, puedo decir que me reí en un cine, lo cual viene siendo infrecuente en mí en los últimos tiempos. Buena comedia de verano, pues.
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60 de 74 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Me da que a Roma no le ha gustado tu declaración..
Alguna vez tenía que ser, alguna vez tendría que suspender una película de Allen y llegó el día. El listón de París quedó alto y repetir la marca en Roma habría sido una machada. Hostión, no un hostión grande pero hostión en definitiva.

De verdad que no encuentro el sentido ni la gracia (salvo dos escenas contadas) a ninguna de estas cuatro historias que giran en torno al deseo de ser famoso (con una clara crítica 'por debajo' del Director) y la eterna búsqueda del amor. La de Benigni, que nos habla sobre la fama repentina, directamente es para mear y no echar gota. La de la joven pareja que llega a Roma desde una ciudad de provincias es esperpéntica de inicio a fin. Es en ésta historia donde aparece Penélope, con un look sexy-chabacano-ramero muy acertado pero en un papel que no da para casi nada. Sin embargo es aquí donde ha saltado la sorpresa, la aparición de una joven actriz italiana, Alessandra Mastronardi de la que es imposible no enamorarse. Luego tenemos la trama de Baldwin, Page y el insufrible Eisenberg. Digo insufrible porque este tipo es insufrible, habla muy deprisa, no cambia el careto de panoli que tiene ni aunque lo maten y claro, al lado de la siempre imponente presencia de Alec Baldwin y la siempre interesante Ellen Page, su interpretación queda a la altura del betún. Me dejo para el final la historia de Allen y su fijación con ese cantante de ópera que inesperadamente encuentra en Roma, sin lugar a dudas la única con un guión solvente, coherente y a la altura de las grandes historias del bajito.

Querido Woody, mal que me pese, esta vez te tengo que clavar un karma negativo. Te ha salido una película precipitada de cojones, muy desatinada, con una fotografía de Roma tres o cuatro peldaños por debajo de la de París y con una preocupante falta de chispa. Es hora de volver a New York, amigo.
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51 de 71 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Me gusta este Woody.
A estas alturas Woody no teme nada. Año a año da una película como mínimo digna de estrenarse en todo el mundo, y escrita cada una por él, muchas de ellas y casi todas con las situaciones más extravagantes y los personajes más bizarros que se puedan imaginar y logra anclarlos a nuestra cotidianidad que nos podemos creer que lo que vemos pueda pasarle a nuestro neurótico vecino. En los últimos años, ha demostrado que maneja como ninguno la narración cinematográfica, maneja todos los códigos y formas de forma tan natural que la historia es una entera delicia en su forma de mostrarla.

"A Roma con Amor" no es una obra maestra, pero es lo mejor que veo del año hasta ahora, y es, como mínimo, un prodigio en todos sus sentidos: la hermosa fotografía, que rectifica a Woody como el tipo que más ha sabido convertir a las ciudades en paraíso de ensueño, e insisto en que para mí no hay como otro como él que filme de forma más romántica los momentos románticos, como las cenas a la luz de una vela.

Pero si hay algo que elogiar de esta película, es el guión. Tiene las situaciones más graciosas y surrealistas que he visto de Woody en muchísimo tiempo, y las que mejor se insertan en la diégesis. No hay otro como Woody para partir magisterio: un hombre se vuelve famoso de la noche a la mañana, sin razón alguna. Ya de por sí muchísimos guionistas tratarían de buscar una situación rebuscada que justifique esto, pero Woody Allen es directo, con pocos elementos logra crear historias increíbles, enredos divertidos y que parecen rebuscados pero que son tan naturales (indecible el de la habitación de hotel). El cantor de Opera en la ducha es desde ahora mi gag favorito de Woody.

Es cierto que no llega a la satisfacción de Medianoche en París, y que muchos se han decepcionado, quizá por que los críticos y los adeptos del director siguen esperando que vuelve su lado fatalista y cínico que mantenía hasta Match Point y que volvió con la mediocre Vicky..., pero ese Woody ya no está. Hasta "Si la cosa funciona" es una película espiritualmente gratificante. Esta es una comedia que divierte, se deja admirar sin presumir, y deja con una buena sensación en el cuerpo que dura. Me hace sentir bien. Que más puedo pedir de una película; no siempre quiero que una peli me deje destrozado y pesimista sobre el mundo y la humanidad, como Match Point, Crimen y castigo, Desmontando a Harry.

A veces prefiero lo dulce sobre lo ácido.
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40 de 59 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
A Roma con Woody Allen.
Como viene siendo habitual desde hace bastante tiempo, Woody Allen no puede fallar con si cita anual con el cine, una por año, ni más, ni menos. Un trabajo nuevo cada 12 meses, así lo decidió hace tiempo y así sigue siendo. A lo que su filmografía respecta, su última cinta, a la espera del estreno de Blue Jasmine, A Roma con amor es una comedia por episodios con la capital italiana de fondo. Fue abandonar su querida Gran Manzana y no parar de hacer turismo por la vieja Europa. Tras visitar Londres, Barcelona y París le tocó el turno a la ciudad del amor. Amor, infidelidades y fama son los ingredientes de la última cinta del veterano director.

Penélope Cruz, Alec Baldwin, Roberto Benigni, Jesse Eisenberg, Ellen Page y el propio Woody Allen, son algunos de los protagonistas de las cuatros historias que el cineasta neoyorquino muestra en pantalla. Un conjunto que tiene como resultado una cinta extraña e irregular, una bajada de nivel en su filmografía. Las cuatro historias que nos narra nada tienen que ver entre sí, esto no es Babel, Traffic o Crash, aquí nada va a concurrir en el mismo punto al final. Los sucesos van desde la fama inesperada vivida por Benigni, hasta el encuentro de una pareja con sus futuros consuegros. Pasando por terceras personas que aparecen en medio de una relación, o prostitutas que se hacen pasar por mujeres por temas de negocio. Todo ello de manera intercalada.

La historia del matrimonio americano que viaja a Italia para conocer a su yerno y a los padres de este es buena, con momentos brillantes en el personaje de Allen. La de la pareja del pueblo que se traslada a la ciudad, y donde el marido se va con una prostituta, que acude a su habitación por error, a una comida de negocios también lo es, pero desaprovecha totalmente el juego del papel de Penélope Cruz, que podía haber llegado a ser delirante y tremendo si el director se lo hubiera propuesto. La tercera historia, la de la pareja joven que mete a la amiga en su casa, para prácticamente romper la relación, es predecible y carente de sorpresas. Da igual la presencia de un Alec Baldwin que nada pinta en la historia, da igual que esos jóvenes sean una buena Ellen Page y un justito Jesse Eisenberg, la verdad que da igual si no hay ni un ápice del cine de Woody. En cuanto a la cuarta historia, la de Roberto Benigni, debería haberse eliminado del metraje, a lo Terrence Malick, el director podía haberse ahorrado los minutos de una historia sin pies ni cabeza. Un hombre que de la noche a la mañana es famoso en todo Italia, que es perseguido día y noche por los paparazzi, y todo ello para contarnos una vida sin gracia ni interés. Pura vergüenza ajena, la comicidad del actor italiano queda aquí totalmente desvirtuada y retratada. El resultado final, es una serie de historias en tono de comedia, incoherentes y absurdas. Una película regular carente de ingenio o gracia.

Tras la elegancia mostrada en Midnight in Paris, y el retorno a los Oscar con la nominación a mejor película, parecía que el viejo Woody volvería a la senda de los éxitos académicos, pero nada de eso, más bien todo lo contrario. A Roma con Amor se queda en la mera banalidad de un cineasta genial que cuenta con grandes obras maestras entre sus películas. A estas alturas puede que nadie busque sorprenderse con el cine de Woody Allen, pero hay un mínimo exigible para cada director, y aquí no se cumple. El film resulta aburrido en mucha parte del metraje, siendo predecible y poco sorprendente. Y es que, a excepción de alguna pincelada de ingenio, no hay nada del cine de Allen. Ni siquiera Roma sirve como postal de fondo.

A Roma con Amor queda muy lejos de éxitos cercanos, como Midnight in Paris o Match Point, siendo la película menos brillante de Woody Allen de la última década. Para él por lo visto una película al año no le hace daño. Pero a veces es mejor dejar de lado records y marcas del tipo “llevo haciendo una película anual desde…”; a veces es mejor tomarse un respiro entre rodaje y rodaje, sentarse, darle unas vacaciones a la cabeza y volver cuando las pilas estén bien cargadas y la inspiración sea mejor.

Se podría decir que esto es Vacaciones en Roma; mejor dicho, las vacaciones que Woody Allen se tomó a costa de una película hecha con poco esfuerzo y sin mucho amor. Siempre nos quedará París.

Más y mejores críticas en la revista digital ojocritico.nom
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22 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
A Roma con Woody
Como ya nos tiene acostumbrados cada año, Woody Allen vuelve a dirigir una película, esta vez situada en Roma. Lo mejor de todo es que el director nos sigue sorprendiendo como ya lo hizo con "Midnight in Paris" o "Match Point", y es que no importa que se trate de una comedia o un drama, pues siempre nos vamos a encontrar con un largometraje de gran calidad y con un guión original que nos hará pasar un buen rato.

Puede que "A Roma con amor" no sea recordada como una de las mejores películas de este director, pero no por ello deja de ser un trabajo de gran ingenio. Lo cierto es que hay momentos que son verdaderamente geniales y que pueden compararse con grandes títulos como "Scoop".

En definitiva, es increíble que una persona escriba y dirija una película cada año sin bajar el listón. Si hay alguien capaz de hacer eso, ese es, sin duda, Woody Allen.
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22 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
LA COMMEDIA É FINITA
Esta nueva peli de Woody Allen se compone de, por un lado, un par de buenas ideas, ingeniosas y divertidas (una más que otra), y de, por otro lado, un comistrajo de antiguas ideas presentadas sin garbo, ni ritmo, ni encanto. Y para colmo de males, tenemos que soportar a la ínclita petarda Ellen Page, que no se calla ni aún con la boca llena de spaghetti puttanesca, y más parece un monito titi pigmeo que una seductora mujer de mundo. Eso sí, la Piazza di Spagna sigue estando en su sitio, preciosa, ella, y Woody nos sigue robando el corazón en cuanto asoma la gaita por la pantalla. Ay, ladrón, vaya peli del montón.
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22 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
El ciclo de Woody Allen
El año pasado “Midnight in Paris” se convirtió en uno de los eventos del año. Estrenada en la primera mitad de 2011, la fantasía parisina de Woody Allen cautivó a crítica y audiencia por igual, rompió récords de taquilla para una película del director y fue recordada durante todo el año, hasta coronarse con una nominación al Oscar a la Mejor Película. Para muchos significó el regreso del director, una leyenda del cine norteamericano que había perdido adeptos con su filmografía más reciente. Este año, con “To Rome with Love”, Woody Allen sigue probándose como un errático realizador con más fallas que aciertos, aunque sería necio esperar tanto más de alguien que desde hace veinte años dirige y escribe una película al año y que, para bien y para mal, se ha convertido en el director más prolífico del cine estadounidense.

“To Rome with Love”, la cuadragésimo cuarta película del director, sigue a cuatro relaciones en Roma que cambian al llegar un nuevo elemento. Las cuatro historias, sin embargo, parecen haber sido en algún momento buenas ideas que durante el desarrollo del guión y de la película se quedaron cortas. El relato de una pareja estable de novios norteamericanos viviendo en la capital italiana que se arriesgan a recibir a una nueva inquilina que exuda sexualidad llega a tener indicios de grandeza cuando aparece una cuarta persona en escena, una especie de conciencia colectiva con la que todos interactúan a nivel personal (de lejos lo mejor del filme), pero al final no se sabe qué hacer con la historia y se le termina de manera abrupta.

Un par de recién casados italianos que se mudan de un pueblo a la Ciudad Eterna y que están separados por un día donde encontrarán a alguien más para pasar el tiempo lejos de casa podría haber servido como una plataforma para hablar de la confianza o la necesidad de aventura en una relación, pero termina convertida en un chiste alargado con una prostituta y un actor famoso, y con un final nada satisfactorio, sobre todo después de todo lo que sucede previo a él.

(sigue sin spoiler)

http://filmicas.com
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34 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Si algo es demasiado bueno para ser real, puedes apostar que no lo es
Un problema común a todas las películas de episodios es que es inevitable que la comparación entre historias atenúe la valoración final del todo. Más aún cuando las historias, como en este caso, son muy diferentes entre sí y carecen de un nexo común.

Sin lugar a dudas el fragmento Baldwin/Eisenberg/Page es el más potente y redondo de toda la película. Ya sea por ser el que tiene un mayor sello del director, o bien, debido a que el personaje de Baldwin tiene de largo las mejores frases del guión. Por debajo quedarían las otras tres partes; todas ellas con un cierto aire a la primera etapa del neoyorkino, tanto por estar basadas en una comedia de tipo surreal (los relatos de Benigni y la pareja de recien casados) o por el gag visual que ejerce de Macguffin en el fragmento protagonizado por el propio Allen.

Ahora bien, puede que "A Roma con amor" no tenga esos toques de genialidad de "Midnight in París" o "Match Point" pero tampoco es un producto fallido como fueron en su momento "El sueño de Cassandra" o "Vicky, Cristina, Barcelona". Sin embargo, temo que el bueno de Woody haya proporcionado demasiados argumentos a sus críticos llevando a cabo una comedia extremadamente ligera justo después del que ha resultado ser su mayor éxito de crítica y público de la última decada. Si a ello le añadimos que fue vilmente despedazada por la crítica italiana por tópica; no sería de extrañar que la cinta pasara a considerarse por enésima vez como un "trabajo menor" del director. No obstante, una película "menor" de Woody Allen será siempre una película digna de ver.
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22 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
¿Un homenaje?
Esta película no es un homenaje a Roma, es un bodrio hecho por Woody Allen (ojo creo que ha hecho cosas geniales).
En ella recurre a lugares comunes, a buenos actores que no no se sabe que hacen, a mostrar norteamericanos inteligentes y problematizados, y a mostrar romanos simples, con bajo coeficiente intelectual, y con poca energía y nada se sentido común para sobreponerse a situaciones poco creíbles.
En fin, yo la vi porque pensé encontrar alguna de sus genialidades. Evidentemente no encontré ninguna y si hubiera nacido en Roma lo declararía persona no grata.
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21 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Mala, aburrida, llena de tópicos.
Un tostón de película con unos diálogos pésimos, unos actores que parecen todos copia de la manera de actuar del señor Allen y unas historias mal hilvanadas y sin ningún interés.
Una mala película al estilo de la anterior.
De las que se venden por la marca y no por el contenido.
Al precio de la entrada mas vale no perder tiempo y dinero.
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26 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Yo también canto mejor bajo la lluvia
Se espera siempre una genialidad de Woody Allen, y cuando digo se espera me refiero a la "prensa especializada", no al público en general. Ofrece esta película muchos refrescantes placeres y si bien no es perfecta, ni genial, como muchos pretenden del ya anciano director, nos otorga el benéfico regalo del entretenimiento puro y llano y del privilegio de seguir asistiendo al cine a ver un producto de calidad, algo acostumbrado en los films de Allen. Entre los ya frecuentes paisajes adorables de las calles de Roma -calles empedradas con sus paredes anaranjadas (de un naranja deslustrado, asalmonado) y descascaradas, donde se apoyan verdes enredaderas y donde hay bancos de madera y donde la vida promete, bajo el lente del director, ser más promisoria y donde las cosas son aun posibles- se desarrollan, con cierta desigualdad y con aciertos, las tramas, siempre hilarantes y siempre surrealistas, de las cuatro historias independientes que componen el film.

Ninguna de las cuatro historias son gran cosa en verdad, pero el conjunto, en cambio, sí lo es. La música y la fotografía, y el dulzor del idioma italiano dan calidez a las situaciones casi surrealistas - la de Benigni es un simpático delirio a la vez de ser una admirable parodia del disconformismo y del ego del hombre - por lo que nunca resulta aburrida.
Tiene, además, una cualidad que puede compensar las falencias que pudiera tener el film, y esa cualidad - cada vez más rara - es el "encanto". Cuando veo una película de Woody Allen, por esa hora y media, dos horas de metraje que suelen tener sus trabajos, me olvido del presente y de la realidad y viajo y creo posibles tales delirios y enredos, y romances, y diálogos imposibles en la vida cotidiana, esos diálogos muchas veces ingeniosos y que se suceden con velocidad y creatividad.

Una vez por año espero ansioso lo nuevo de este director, que insiste en hablar del signo de Sagitario, y de la belleza salvaje y elemental, primitiva de las tormentas y las lluvias, y mostrar su predilección por los estrechos callejones, adoquinados y bordeados de paredes rosadas, resplandecientes bajo la luz de un sol dorado y de las relaciones de pareja y la amistad y la fidelidad y la traición y la literatura y la pintura y la música y "los rincones" encantados, escondidos del ruido y la vulgaridad de las grandes ciudades.

Por dos horas he olvidado todo mi presente. Por dos horas estuve en Roma y en esos ciento veinte minutos, creí posibles y hasta necesarios los viajes y los romances y negué su casi segura futilidad y su inexorable- lamentablemente- vacuidad; por dos horas Allen me ha liberado por completo, y esto no es poca cosa, en absoluto.
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21 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Sainete de José Luis Moreno
No sabía yo que entre las referencias de Woody Allen estuviera José Luis Moreno, pero esa es la sensación que me queda tras ver "A Roma con Amor". A estas alturas puede que nadie busque sorprenderse con Woody Allen, pero como mínimo sí pasar un rato entretenido viendo un cine de unas calidades digamos "mínimas". Esta película no tiene ni pies ni cabeza. Unos personajes carentes de interés u originalidad, unos diálogos aburridos, repetitivos, cargados de clichés... una historia que no hay por donde cogerla y que arranca alguna sonrisa aislada y cuya fórmula de broma repetida 100 veces, no aporta más que la idea de que como espectadores o somos tontos o nos están tomando el pelo. A ratos incluso pensé que la culpa la tiene la edad del director, que empieza a hacer "bromas de viejo"... No le pedimos "realismo" a W. Allen, pero la mezcla de bromas de comedieta italiana cutre: la secretaria bombón, la pareja de pueblo que llega a Roma, los turistas norteamericanos viviendo no sé qué clase de historia en el Trastevere, el padre de familia que canta ópera en la ducha... todo resulta incongruente, manido, superficial, frívolo... Mención especial a planos como el de Alessandra Mastronardi mirando a su alrededor en una plaza o a los planos de las comidas en familia o a la secuencia de W. Allen con su mujer en un avión de Alitalia. Feísmo en estado puro a nivel técnico también. Si algo nos hace justificar las películas menos brillantes de W. Allen (y últimamente nos está regalando unas cuantas) es al menos que técnicamente sean "agradables de ver". Ni eso nos ha dejado en esta.

El cast es bueno, pero desaprovechado, al igual que el escenario donde tiene lugar... La historia mediocre, repetitiva y decepcionante.
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13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
No tengo más remedio que suspenderla.
Floja, no satisfactoria, poco graciosa, sin nada que destacar...nunca creí que dedicaría estas palabras a una película del maestro Allen. Ninguna de las 4 historias funciona, algunas me resultan directamente repelentes y otras fallidas.
Lo único destacable son los retratos de postal de la bella Roma, el único protagonista que interesa, por lo demás situaciones que no consiguen el efecto cómico deseado, actores repelentes Eissenberg no da la talla como alter ego de Allen y Ellen Page está muy, muy, muy lejos de enamorarnos (compararla con Diane Keaton es prácticamente un sacrilegio).
Esperemos que sea un pequeño traspié y no la señal de que a Allen se le ha acabado la inspiración.
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10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
Bien mascada
Un cartel firmado por Woody Allen era hasta hora suficiente para ir al cine confiando poder pasar un rato ameno, pero con esta película vemos al picaresco director mayor y blandito. Las escenas parecen sacadas de los libros de aprender idiomas del colegio, explicando todo con palabras y dejando cada detalle bien masticado para el espectador. La imagen de Italia sobrepasa tópicos y persiste la manía de grabar una escena en cada monumento de la ciudad ¿Se enteraran algún día de que ya existen los documentales como género de culto para turistas y hambrientos de visitar?

Vamos, que lo mejor de esta hora larga ha sido poder predecir cuándo iba a reír el señor sentado al otro lado de la sala...
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17 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Allen y Fellini
Lo siento en el alma, Woody Allen ha sido uno de mis directores preferidos, pero últimamente no acaba de levantar cabeza. Parece que el anciano realizador judío, vulnerable, adicto al psicoanálisis, neurótico y ladino mago del diálogo irónico y usuario de un humor inteligente y vitriólico que siempre deja encantado al espectador, no acaba de encontrar su pulso habitual, enfangado en películas que parecen de encargo y de carácter "alimenticio". Como dice uno de los personajes al arquitecto-augur encarnado por el pocas veces no satisfactorio Alec Baldwin, "está claro que te has vendido".

Como en "Vicki Cristina Barcelona", en menor medida que "Midnigth in Paris", el recurso postalístico dedicado a una ciudad determinada (donde Allen ha sido agasajado y que, seguramente, correrá con parte de los gastos de producción de la película) hace agua en esta dedicada a Roma con el tópico a toda marcha (empezando por el inicio y el final con el "Volare" como tema musical y el cicerone a la manera felliniana haciendo de maestro de ceremonias) y un guion coral irregular que no complace de ninguna manera.

Woody vuelve a pinchar con esta Roma suya que trata de emular a Fellini y se queda en un pastiche de turista poco exigente, conforme con apuntar escenarios y personajes de lo más tópico (el de Roberto Benigni es de verguenza ajena, lo lamento por un intérprete como ese, cuya comicidad queda desvirtuada por un guión de sonrojo). Incluso el papel que se reserva Allen es de un esquematismo lamentable, apenas si Woody sabe representarse a sí mismo.

Infidelidades sin profundidad, personajes planos que transitan entre aspavientos por la película, enredos de alcoba a la italiana que han perdido el toque "Lubitsch" y la frescura que alguna vez tuvo Allen (ver "Manhattan", "Annie Hall" o "Maridos y mujeres"), desencanto y tristeza crepuscular (visibles en Baldwim, trasunto filosófico de Allen), integran una película olvidable y que hace desear que el otrora genial director cuelgue la batura si no es capaz de hacer algo mejor.

Los guiños contenidos en "Annie Hall" o en "Recuerdos" a los filmes de Fellini no deberían haberse "relacionado" con esta "Roma" que parece una burla involuntaria de anécdotas de la felliniana "El jeque blanco" (la pareja de recién casados que llega a Roma y la fama absurda e instantánea de la viuda que ignora que lo es, aquí evocada por la farsa que protagoniza Benigni). Y si a eso unimos la guasa surrealista del cantante de opera que solo funciona cuando está bajo la ducha, el resultado es un conjunto lamentable. Ojalá alguien le diga a Woody que se siente, pare y reflexione. Destacar a Baldwin y a Ellen Page como unicos actores con cierto tono "Allen", un aprobado raspado a los demás, incluida nuestra Penélope Cruz, totalmente desperdiciada en su papel de prostituta.
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11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
A Roma con sopor
Woody Allen nos ofrece una cinta al año desde hace un tiempo. Las hay buenas, pasables, malas, mediocres, e incluso las hay muy buenas. Por desgracia, este año ha tocado una de las malas. Allen sigue con su periplo por Europa, y después de rodar en Barcelona, Londres y París, ha rodado en Roma la que posiblemente sea una de sus peores cintas.

Allen divide la cinta en cuatro historias que se van intercalando aunque no tengan ningún nexo en común, quedando un resultado desigual. Si bien la historia de Roberto Benigni se aguanta por su buen hacer, y la de Allen no está mal del todo, las historias de Penélope Cruz y la protagonizada por Jesse Eisenberg, Alec Baldwin y Ellen Page no tiene ni el más mínimo interés, y eso a pesar del carisma de Baldwin y del vertiginoso vestido rojo de Pe. Estas dos historias lastran al film por su libreto casposo y lleno de tópicos.

Muchos por aquí dicen que un Allen malo es mejor que el resto de la cartelera, pero yo no estoy de acuerdo. El neoyorquino hace tiempo que viene repitiéndose mucho, y si bien había salido bastante indemne hasta el momento, con esta cinta empieza a dar síntomas preocupantes. Ya no espero que vuelva a hacer otro 'Annie Hall' u otro 'Match Point', pero sí que le pido algo másl. Ahora espero que la mayoría de los críticos se quiten la venda de sus ojos de una vez y sepan criticar a Allen cuando toca.

Lo mejor: Baldwin y el vestido rojo de Pe.
Lo peor: Que seamos testigos de la decadencia que está sufriendo Allen.

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10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
A Roma con amor y con desgaste
Obra menor en la filmografía de Woody Allen, que ya parece muy desgastado aunque lo poco bueno que se pueda destacar de esta película sean sus apariciones. La película hubiese quedado mejor si sólo hubiese actuado él, ya que el resto de historias son muy poco complejas, sin chispa, sin interés y muy inverosímiles. Absurdas pero simples. Si esta película no llevase el sello de Woody estaríamos hablando de un film que pasaría sin pena ni gloria por las pantallas.
Es una pena que un director con tantas buenas películas se enfrasque o cree cintas tan fáciles. Acertó en Londres, fracasó en Barcelona, mejoró notablemente en París y se hundió en Roma. Veremos si vuelve a Manhattan, donde ha rodado obras maestras, o acierta si se va a Viena, Praga o Estambul.
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Yo te banco, Woody
No es una obra maestra y ni siquiera va a pasar a engrosar la lista de los mejores films de Woody Allen, pero hay que reconocer que “A Roma con amor” es una comedia de enredos efectiva, con momentos de buen cine y que además es muy superior a la media de las comedias que se ven por estos días.

En esta entrega anual Woody Allen nos ofrece una cinta que está en sintonía con sus últimas producciones como “Conocerás al hombre de tus sueños” o “Medianoche en Paris”. La trama nos presenta cuatro historias paralelas que nunca se cruzan pero que suceden simultáneamente.

Así tenemos a Leopoldo (Roberto Benigni), un hombre que se vuelve famoso de la noche a la mañana, por otro lado hay un matrimonio de enamorados que llega a Roma y que terminan enredados con una prostituta (Penelope Cruz) y un famoso actor. También desfilan por la película una pareja de jóvenes (Jesse Eisenberg y Greta Gerwig), cuya relación se ve alterada por la aparición de una tercera en discordia (Ellen Page) y un célebre arquitecto (Alec Baldwin). Completan la lista de personajes la pareja conformada por Alison Pill y Flavio Parenti, quienes están a punto de casarse y por esa razón provocan el encuentro entre sus padres (Allen, Judy Davis y el tenor Fabio Armiliato).

Estos personajes y sus relaciones dan pie a los más insólitos encuentros y en medio de todo esto, Allen aprovecha para reflexionar (sátira incluida) y despacharse con algunos de los tópicos que más le agradan como lo inútil y efímero de la fama (ver spoiler), las fantasías personales, el psicoanálisis, la relación entre el artista y el “show business” y el miedo a la muerte. El último ingrediente de este coctel lo aporta la ciudad de Roma, que como en Medianoche en Paris, también se convierte en protagonista.
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