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6 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
6
La fragilidad de B.
Cuarto largometraje del realizador Louis Malle (1932-1995). El guión es original de Jean-Paul Rappeneau (“Zazie en el metro”, 1960), Jean Ferry y Louis Malle. Se rueda en escenarios naturales de Ginebra (Suiza), Paris y Spoleto (Umbría, Italia) y en los platós de Franstudio (Saint-Maurice, Val-de-Marne, Francia). Producido por Christine Gouze-Rénal y Jacques Bar (no acreditado) para Compagnia Cinematografica Montoro (CCM), Compagnie Internationale de Productions Cinématographiques (CIPRA) y Progéfi, se estrena el 31-I-1962 (Francia).

La acción dramática tiene lugar en Ginebra, Paris y Spoleto, a lo largo de varios meses de 1960/61. Jill (Bardot), de 18 años, es una muchacha alegre, moderna, de espíritu libre, guapa y simpática, que vive con su madre en Ginebra hasta que decide trasladarse a Paris para aprender baile en una academia especializada. Conoce a un fotógrafo que la invita a trabajar como modelo. Su imagen atractiva y fotogénica le abre las puertas del cine, donde alcanza la fama. Sus mejores amigas son Cecile (Hirt) y Carla (Kübler). Sus amistades masculinas son Dick (Sanders), Gricha (Rezzori), Alain (Roblot) y Fabio Rinaldi (Mastroianni). No todas sus amistades se comportan con ella de modo leal y sincero.

El film suma drama, drama psicológico, biografía, documental y romance. Malle, de 29 años, soltero, económicamente bien situado, siente fascinación por Bardot, 2 años más joven que él, convertida en mito erótico europeo. Concibe rodar sobre ella una cinta de carácter documental, contenido biográfico y un cierto desarrollo dramático de ficción. Su objetivo es exaltar la imagen y la figura de la actriz y dedicarle un apasionado homenaje personal. Muestra cómo la ve el público, cómo la ven los amigos que la rodean, cómo la ve Fabio Rinaldi (“alter ego” de Malle en este caso) y cómo cree que es ella en realidad. Admirada y adulada por muchos, en torno de ella se mueven comportamientos anclados en la codicia, el egoísmo, la hipocresía y la envidia, que tienden a situarla en una soledad dorada y opresiva. En algunos casos saltan los insultos contra ella (escena del ascensor). A los ojos de Malle, deliberadamente subjetivos, por encima de todo brilla la inocencia, la ingenuidad, la bondad y la espléndida belleza de la muchacha.

La narración, apoyada en la voz en off de un narrador (Jean-Claude Brialy en la versión original), presta especial atención a la presión de los “paparazzi” sobre la muchacha, a la que siguen, persiguen y acosan sin cesar, porque cualquier hecho, gesto o mueca de ella tiene interés informativo para la prensa rosa. La imposibilidad de llevar una vida privada autónoma crea problemas de estrés, relación, angustia y depresión, que ha de afrontar la propia interesada. Los amigos no se hacen cargo de la situación, no la comprenden y se ven desbordados. Algunos, como Alain, se comportan traicioneramente por razones fútiles o niñerías.

(Sigue en el “spoiler” sin desvelar partes del argumento)
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12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Malle decribe nuestro presente, Bardot lo sufre y nosotros con ella
No creo que sea una película redonda, hay partes en que se hace un poco pesada, pero no puedo dejar de reconocer un aire fresco y audaz a lo largo un film que si bien se hizo hace 35 años, es de una actualidad que impacta.

El estilo de Malle que mezcla realismo con docudrama, está aquí muy bien reflejado, la película consigue ahogarnos e incomodarnos casi tanto como a la protagonista, y Mastroianni da muy bien en el papel.

Abro un apartado para hablar de Brigitte Bardot, guapísima, sensual y muy bien en su personaje, su cuerpo es un icono en el que se han regodeado hasta los mas sesudos directores (Godard sin ir mas lejos) que no han podido evitar recorrer con sus cámaras el atractivo de su figura aun cuando no viniera a cuento. Espléndida actriz capaz de enamorar a cualquiera y que siempre nos muestra ese lado fragil y vulnerable que nos pone tan tontos a los hombres. En todas sus películas sus compañeros de reparto (muchos actores de gran entidad) quedan minimizados y eclipsados ante este esplendor rubio.

Que maravilla es retirarse en plenitud de carrera y de edad, Bardot, como Garbo, nunca envejecerá ante nosotros (La otra alternativa es la de Marilyn Monroe o James Dean, pero en su caso el modo de lograr esta eterna juventud es demasiado expeditivo).

Le iba a dar un 5, ya que aunque original, pese a su poca duración se hace un pelín pesada, ya que es demasiado exahustiva en las partes costumbristas, y poco clara al mostrar los roles de los personajes que rodean a los dos protagonistas, sin embargo, la escena final es de tal fuerza que ahí se gana un puntito.


PD: Estaría bien que los ejecutivos de A3 o T5 vieran esta película, ya que si bien la entidad de los protagonistas de la misma es mucho mayor que la de los famosos actualmente acosados, el retrato del periodismo de paparazzi resulta muy exacto, por su patetismo, simplicidad mental y falta de escrúpulos.
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11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Decepción.
Aburrimiento es poco. Esperaba que una película con Louis Malle a la cabeza y con Brigitte Bardot y Marcello Mastroianni en el reparto sería como mínimo buena pero el film apenas engancha y solo en los minutos finales levanta el vuelo, brevemente, antes de caer en el ridículo.

La dirección de Malle aquí no es ni la sombra de lo que fue en otras películas suyas como en "Adiós, muchachos", un montaje rápido, a veces sin sentido, que acorta el camino en una narración bastante floja. La historia prometía, una hermosa joven abandona su idílico hogar para ganarse la vida en París, allí la descubre un fotógrafo que la catupulta a la fama y se convierte en una actriz deseada y perseguida.

"Vida privada", como indica su título, narra las peripecia de una actriz acosada por sus admiradores, que se ve obligada a pedir ayuda al antiguo amante de su madre, un director de teatro, del que estuvo enamorado. La historia se deshace, los personajes no tienen carisma, incluso irritan con su actitudes.

No hay química ente los protagonistas. Mastroianni pasa sin pena ni gloria por la pantalla, no hay ni rastro de aquel vividor intrépido de "La dolce vita" (1960) ni de aquel galán de "Ocho y medio, de Fellini" (1963). B.Bardot deslumbra con su belleza, pero no con sus gestos ni con sus actos. Nada que ver con la extraordinaria joven que enamora en la pantalla en "Le mepris" (1963). Una película decepcionante e incomprensible, visto el plantel de artistas que formaron la producción.
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9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
La respuesta francesa a La dolce vita
Dos años después de La dolce vita de Fellini, el francés Louis Malle ahondó en los albores y entresijos de una práctica periodística tan reprobable como la del paparazzismo. Brigitte Bardot da vida a una famosa modelo publicitaria cuya vida se desmorona ante el cruel acoso de la prensa rosa. Marcello Mastroianni, aquí en un papel mucho menos lucido que de costumbre, tratará de protegerla inútilmente. Aunque se trata de un veraz documento sobre el lado más pútrido de los medios de comunicación, Una vida privada presenta un desarrollo narrativo algo descompensado: a un inicio al que le cuesta captar el interés, le sigue un nudo demasiado trabado e inerte, para culminar con un final excesivamente trágico en comparación con el tono general el filme.
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3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Al servicio de BB.
Una peculiar visión de la privacidad en una época muy temprana, 1962. Abordaba un tema controvertido y problemáticos, que siempre ha tenido vigencia y pujanza pero que ahora más que nunca es de una actualidad impresionante. La cinta, que tiene algo de película al servicio de BB en plena madurez (¿artística?), puede leerse como un a historia autobiográfica de la protagonista. Una mujer arrollada por la fama y la popularidad, atropellada por el cine y sus exigencias, que no logró sacudirse esa fama, ese "San Benito" de mujer al servicio de los hombres a los que vuelve locos. Algunos aspectos de la película recuerdan incluso aspectos escabrosos de su vida, como el intento de suicidio no siempre bien explicado, lo cual recrudecía el morbo de la cinta. La verdad es que de todas las películas que he visto suyas ninguna me ha dejado verdaderamente impresionado. No la recuerdo con una gran actuación en ninguna de ellas, con variedad de registros, con personalidad, con la necesaria intensidad. No creo es una gran actriz. Para ser una actriz que rodó 47 películas (desde 1957 a 1973, muy poco años si se ve en comparación con las grandes carreras de las mejores actrices), no es recordada en el mundo del cine más allá de su personalidad de sexy girl. Eso sí, era guapísima, toda ella un canon de belleza en sí mismo. Una belleza, por así decirlo, europea del sur, algo "rellenita" con la cara redonda, facciones muy suave, piel muy clara y un pelo rubio que probablemente no era del todo suyo.
Marcello Mastroianni es un actor capaz de narrar cualquier cosa. Siempre me ha recordado a Paco Rabal. Un hombre racial, dramático, apasionado, con la energía del hombre capaz de sí mismo. Aunque le veo más fino, y también con más registros interpretativos. Un actor más cuajado, más señero, más solemne, más canónico y ortodoxo. Pero ambos se me parecen
El mensaje de la película está bien traído, pero como me ocurre con todo lo de Malle, incluso con lo más célebre, no me acaba de llenar. Sólo me ha parecido una maravilla Ascensor para el cadalso (1958). Lacombe Lucien (1974) me parece una provocación necesaria en una sociedad excesivamente orgullosa de sí misma por su resistencia al terror nazi. Algo tiene también Atlantic City (1980), pero no es, al menos para mi, la maravilla que algunos críticos dicen que es. La recuerdo más bonita de lo que es, y la he visto varias veces.
El papel de la prensa queda como unos zorros, fatal, como una pirañas sedientas de su ración de carroña diaria. No se comprende bien cuál es la relación entre la soledad que pretende la bailarina, esa privacidad que busca denodadamente con el nuevo amor que surge. No parece el terreno más abonado para que florezca una pasión romántica. Eso no lo resuelve bien el director.
La música es notable, acompaña bastante bien y no se inmiscuye demasiado en la trama.
Por momentos la película busca un estilismo estético que no consigue, mucho menos con las escenas de interiores, incapaces de proyectarnos hacia esa soledad que rodea a la protagonista.
Una película más, no especialmente notable. Quizá en su momento tuvo predicamento, pero no ha envejecido bien.
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4
Mal, malle
Es una pena que Malle filmara esto, tiene muy poco del buen cine que solía hacer. Una serie de cuadros muy superficiales, pensando que, en aquella época, la sola presencia de la Bardot bastaba. Pero ella, que nunca ha sido una gran actriz, aquí está peor que en otras películas.
Tampoco Marcelo Mastroianni está a la altura.
Dicen que es una especie de “La dolce vita”. Ya quisiera y eso que “La dolce…” no es ni mucho menos lo mejor de Fellini.
Aquí la historia tarda en arrancar y cuando lo hace no suscita mucho interés.
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