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44 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
8
Espléndido y punzante guión (7.7)
Espléndido y punzante guión que caricaturiza, no sin elegancia, a los distantes estamentos sociales de una sociedad como la inglesa, que tanto tiende hacia el elitismo aristocrático. En él habrá lugar para el pobre que, ya sea por venganza o arribismo, aprovecha la más mínima oportunidad y cualquier medio posible, moral o no, para internarse entre la nobleza; para la joven seductora materialista en busca de marido con futuro económico prometedor; para la mujer mojigata de fuertes convicciones morales que se engaña a sí misma apartando la mirada de las incómodas verdades con las que ha de enfrentarse; para el noble que no duda en proteger su coto privado de caza de los hambrientos plebeyos mediante cepos y escopetas (!); y, cómo no, uno muy destacado para la injusta ley del derecho de los pares a ser juzgados en la Cámara de los Lores por sus propios compañeros –el mismo año del estreno fue derogada–.

Louis, el protagonista, mediante una narración en off perfectamente integrada, nos irá confesando mediante un flashback continuo la verdadera historia que aconteció. La tacañería de los estudios Ealing les llevaba a tirar más de creatividad y talento que de presupuesto, por lo que, por fortuna, nos permitirá disfrutar de una estructuración inteligentísima y de dos actores estupendos: Denis Price, que interpreta a Louis, y un Alec Guinness treintañero que interpreta, con toda la comicidad y versatilidad del mundo, a los ocho aristócratas secundarios que le preceden en la sucesión al título vitalicio y hereditario del Ducado de Chalfont: Ethelred D'Ascoyne, el actual Duque, que vive en su mansión y caza intrusos; el reverendo Lord Henry, gangoso al más puro estilo británico –el favorito del propio Guinness, y el mío también–; Lord Ascoyne D'Ascoyne, el banquero que llega a aceptar como discípulo al propio Louis; Ascoyne D'Ascoyne Jr., hijo del banquero obsesionado con la... "fotografía"; Henry D'Ascoyne Jr., hijo del reverendo, pero un seductor con aires de superioridad; el Almirante Lord Horatio D'Ascoyne, que se vuelve loco en plena travesía; el General Rufus D'Ascoyne, que sufre narcolepsia, salvo cuando está contando sus aburridas anécdotas a los novatos; y a Lady Agatha D'Ascoyne, ¡la mujer de la familia!
Otros secundarios como el verdugo o los celadores también son muy interesantes.

Como curiosidad más destacada, mencionaré que el reaccionario Código Hays estadounidense hizo que la película original se proyectara en América con un final alternativo (en el SPOILER explico lo que aparece en él). Dicho final, que no conservaron los estudios Ealing y que procede de los archivos no abiertos al público del Museo de Arte Moderno de New York, se incluye como extra en el DVD correspondiente de la colección Criterion que salió en febrero (creo) del 2006.
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101 de 110 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Humor negro inglés
Realizada por Robert Hamer, es la obra más emblemática de las comedias de humor inglés producidas por los Ealing Studios. El guión, del realizador con la colaboración de John Dighton, adapta la novela negra "Israel Rank" (1907), de Roy Horniman. Rodada intgramente en estudio, con un presupuesto modesto, fue producida por Michael Balcon ("39 escalones", 1935). Se estrena el 21-VI-1949 en Londres.

Narra la alucinante historia de Louis D'Ascoyne Mazzini (Dennis Price), que con cínica ambición, deseos de venganza y ausencia de escrúpulos, trata de ascender en la escala social. Narrado por el protagonista, el relato desborda ingenio e inteligencia. Como comedia negra de humor suma unos diálogos admirables y composiciones visuales deliciosamente irónicas. Mantiene a lo largo del metraje un fresco y elegante tono satírico que sostiene sin pausa y con sorpresas la sonrisa en el ánimo del espectador. En paralelo a la historia explícita y directa, desarrolla una sugerente lectura entre líneas por medio de la cual critica el culto a las falsas apariencias, la indolencia de la aristocracia, el sinsentido de los privilegios sociales, el oportunismo, la hipocresía, el militarismo y la pena de muerte.

La música, de Ernest Irving, se basa en una partitura original, que realza la sátira y la farsa que envuelven la acción. Añade un fragmento de "Il mio tesoro intanto", de "Don Giovanni", de Mozart, y varios valses vieneses. La fotografía, en B/N, de Douglas Slocombe ("Viento en las velas", 1965; "El león en invierno", 1968), rueda con frecuencia a cámara fija, hace uso preferente de planos medios, evita primeros planos (salvo una rápida toma hacia el final del rostro del verdugo) y mueve la cámara en giros y desplazamientos laterales suaves. Las imágenes incorporan numerosos elementos excéntricos e irónicos (pluma del banquero, cepos cazapersonas, sueño con ronquidos del celador).

El guión, escrito con notable habilidad, crea situaciones cómicas basadas en contradicciones (abstemios que invitan a beber), incongruencias (asesino en serie que siente aversión por los deportes de caza y sangre), el rigorismo de las cotumbres de los aristócratas (exclusión de la familia por contraer matrimonio con un plebeyo), cruce de situaciones incompatibles (amores simultáneos con dos mujeres), privilegios absurdos (ser juzgado por la Cámara de los Lores), hechos patéticos (el poema del verdugo), etc.

La interpretación de Alec Guiness (8 papeles) le da fama internacional y lo eleva a la categoría de estrella de primer nivel. Dennis Price (2 papeles) cumple meritoriamente. Buenas interpretaciones las de Valerie Hobson (la seria Edith) y Joan Greenwood (la frívola Sibella).

Film entretenido y memorable, de visión obligada para cinéfilos. Magnífico final ambiguo.
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79 de 85 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Las memorias de Mr. Mazzini
Maravillosa comedia negra englobada en el ciclo de posguerra (1947-1955) que los estudios Ealing realizaron para la posteridad, antes de la llegada del free cinema inglés. En dicho periodo encontramos también otras joyas como Whisky Galore!, Oro en barras o El quinteto de la muerte.

Aspectos destacables de esta divertidísima película:
- Un lenguaje exquisito y barroco que conviene no perderse en versión original
- Un protagonista carismático (Price) que planea sistemáticamente cada asesinato de forma distinta y hace que nos encariñemos con él, bajo esa aparente flema inglesa
- Una arpía con acento de paleta (Greenwood) que nos hace odiarla y amarla a partes iguales por su capacidad de engaño y chantaje a todo el que le rodea
- Un humor con mucha mala baba que se mofa descaradamente de toda la pompa, hipocresía y aburrimiento que rodea a la "high society"
- Un camaleónico Guiness que confirma ser uno de los grandes actores de la historia: increíble su capacidad de interpretar a 8 personajes distintos, cada uno con su respectivo porte, gesticulación y acento. Impresionante
- Un final magnífico y ambiguo

En resumen, una joyita que invita a acercarse a uno de los periodos más fértiles que ha dado el cine inglés, de visión obligada para todo cinéfilo.
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41 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Pues vale, ocho pongo
1.- Malicioso humor british, lleno de cinismo y buenos modales.

2.- Para ver con malévola y silenciosa media sonrisa.

3.- Nunca un verdugo amó tanto su trabajo.

4.- El conde de Montecristo, un afionadillo.

5.- Voz en off en primera persona, ubicuidad en tercera.

6.- Alec Guinness, de record ídem.

7.- La bigamia es un gran invento.

8.- Es peligroso ser desmemoriado con las memorias.
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42 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
8 papeles para Sir Alec, es de Guiness.
Una de las mejores comedias negras de la historia. Elegante sátira sobre la alta sociedad británica. Con el poco presupuesto que contaba saben sacarle provecho para transportarnos a ese mundo de snobs, trepas y demás personajes amorales de los que no se salva ni el protagonista. No llega a ser un film de carcajadas sino más bien de alguna que otra sonrisa. El guión es tan simple como extraordinario, con ese final tan ambigüo y dado a múltiples interpretaciones. Los actores están en estado de gracia empezando por Denis Price interpretando al amoral protagonista, un asesino que detesta las cacerías, siguiendo por la bella Joan Greenwood que se mete en la piel de la trepa Sibella y acabando por el gran Sir Alec Guiness que interpreta a las ocho víctimas de un modo insuperable. Si algún pero hay que ponerle a la película sería que no ha sabido soportar el paso del tiempo y ha envejecido bastante. Terminaré dando las gracias a la productora Ealing por las grandes comedias que nos han dejado.
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30 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Ocho pasos para alcanzar el Nirvana.
"Ocho sentencias de muerte" es la película que mejor muestra como el cine europeo podia competir con el Hollywood clásico. Es una película deliciosa, perversamente divertida y el regocijo de todo anarquista. Jamás había visto un ataque al orden establecido de tal calibre y tan divertido. Tal vez sólo en las comedias de los hermanos Marx.
No es una película con la que estalles a carcajadas cada dos por tres. Es de las que al terminar, te deja totalmente extasiado. El irónico final te transporta a un oasis de felicidad al ser consciente de lo que has visto como los grandes clásicos que se marcan a sangre y fuego en la memoria.
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18 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Ocho sentencias de muerte
Una joya del cine inglés, una película rebosante de ironía y posiblemente la mejor comedia negra jamás realizada.
Esta obra maestra producida por la Ealing, que después produciría otras grandes películas como Oro en barras o El quinteto de la muerte, parodia como ninguna otra la jerarquía y diferencia de clases de la sociedad británica, con un estilo similar al de las historias de Oscar Wilde.
El humor que desprende esta película se consigue principalmente a través de una inolvidable galería de personajes, interpretados por Alec Guinness, que caricaturiza de manera excepcional a los distintos estamentos sociales, particularmente conseguidos están el reverendo y el fotógrafo aficionados a la bebida. Y por supuesto, excepcional también, el protagonista, interpretado por Vincent Price que da vida al cínico, educado, inalterable asesino en serie, que lleva a cabo su venganza con la máxima naturalidad.
Los diálogos, así como la narración del protagonista, constituyen un magnífico guión lleno de la ironía y la malicia que caracterizan al humor inglés.
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21 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
"Mis principios no me permiten tomar parte en deportes sangrientos"
Qué auténtica maravilla disfrutar de vez en cuando de una de estas "viejas" comedias negras de los estudios británicos Ealing; han pasado casi seis décadas de su realización y no ha perdido ni un ápice de su frescura: la trama es de lo más pintoresca, un heredero "segundón", Louis Mazzini, de una de las familias de más rancio abolengo, los D`Ascoyne, decide, impulsado por la venganza y el recuerdo de su madre ninguneada cepillarse a los que le preceden en la línea sucesoria, para llegar a ser Duque en lugar del Duque.
Esto tampoco daría para mucho si no hubiera un talento desbordante que se inicia en el guión que adapta la novela de Roy Horniman, a cargo de Robert Hamer (que también dirige) y John Dighton, quienes mezclan adecuadamente elementos del thriller, crítica social (tira con honda sobre el férreo tradicionalismo de las clases altas inglesas, la nobleza, el clero, etc.), y el humor negro (pero no oscurillo y vulgar, sino finísimo). Sobre esta base cabe destacar las estupendas interpretaciones de Dennis Price, como el narrador y protagonista (lástima que en los 50 cayera en una crisis debido al alcohol y su homosexualidad) y, sobre todo, los ocho papeles que borda Alec Guinnes, recién salido del Fagin que interpretó en la genial versión de Oliver Twist firmada por David Lean. No menos inspirados están los secundarios, especialmente Valerie Hobson y Joan Greenwood, que encarnan a Edith y Sibella, las dos mujeres en la vida de Louis.
La peli, aparte del elevadísimo tono general, cuenta con un buen puñado de perlas como la que titula mi crítica, lo que la convierte en una de esas obras imprescindibles que deberían ser vistas con devoción por cualquier aficionado al cine.
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15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
¿El te?, con cicuta por favor
Contrariamente a lo que pudiera parecer, Kind hearts and coronets no es una comedia negra, sino un ejercicio de demolición controlada de lo British, un poco a lo Berlanga con la españa negra pero sin censura de por medio. Es cierto que hay una serie de escenas de puro slapstick y un tono ágil propio de la comedia, pero lo cierto es que más que carcajadas lo que provoca es una media sonrisa y maldiciones de infinita admiración ante lo perfecto del guión y la mala baba que impregna todo. La vendetta de un aristócrata por cuna que ha sido despojado de sus derechos de sangre es una excusa para abofetear el núcleo duro de las instituciones inglesas, sin compasión y con una flema y una elegancia (paradójicamente) que solo los ingleses pueden conseguir. El trabajo de Robert Hamer es soberbio a la hora de ejecutar las pérfidas intenciones del guionista, pero las actuaciones de Denis Price y de Alec Guiness son sencillamente estratosféricas: el primero compone un personaje antológico en cuanto estilo y falta de escrúpulos (casi confirma que la nobleza puede hacer lo que le plazca), y el segundo se atreve con ocho caractéres y es capaz de dotar a cada uno de ellos de personalidad; estamos hablando de Sir Alec Guiness, amigos. En definitiva, auténtica joya que merece ser muchísimo más publicitada y que supone un auténtico placer, sobre todo si se ve en versión original (yo no lo hice y me arrepiento).
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12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
¡¡Un aplauso para el polifacético!!
Genial. Creo que hay muchos motivos por los que se puede recomendar esta película: Por lo anecdotico de Alec Guinness haciendo varios papeles, por lo bien que hace todos y cada uno de ellos, porque la historia es algo cruel pero está contada con un humor muy ingenioso, por lo bien hecha que está, y lo bien que te lo pasas viéndola.

¡¡Muy recomendable!!
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10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Una sentencia de gran cine
Para un plebeyo como yo, poco acostumbrado a transitar fuera de mi tiniebla, he de decir que no acabo de asistir precisamente a lo que en tiempos actuales se designaría como película máxima candidata a obtener el razzie del año. Es más, incluso me atrevería a aseverar sin temor, que es posible que no les falte cordura a aquellos desvergonzados que proclaman a los cuatro vientos el hecho de que este largometraje debería, con justicia, coronarse como la cota más alta de la comedia negra europea en toda su historia. Las ya sobradamente mencionadas caracterizaciones del tan admirado maestro Sir Alec Guinness, que aquí se encuentra con la perplejidad, consigue seducirla sin apenas esfuerzo, para terminar mostrándonosla vestido con ocho distintas indumentarias de su enorme ropero, transfiriendo de esta manera la alucinante sensación de sorpresa a nuestros mortales rostros, si a esto unimos la interpretación exquisita de otro extraordinario Denis Price en el papel de fino brazo ejecutor de los múltiples y agraciados asesinatos que nos regala el guión y huelga decir, aunque de mal gusto sería obviarlo, que las dos actrices de la historia pasean y brincan por la pantalla, con una suavidad en el talante y una agudeza al proferir música en diálogos con sus tenues gargantas, sin hacer otra cosa que elevar todavía más el conjunto y por supuesto sin poder dejar de mencionar la elegante y maravillosa voz narradora que va desgranándonos la historia, no resta otra alternativa que inclinarse con máximo respeto ante la pantalla donde se esté asistiendo a tal proyección para, de alguna manera, poder agradecer al mundo y a los estudios Ealing en concreto, el acto de dicha creación.

(Reverencia)
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7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Guines muere ocho veces
"El tiempo galopa hacia el cadalso
porque aunque quiere ir muy lentamente
llegará demasiado pronto".
OCHO SENTENCIAS DE MUERTE (Kind Hearts and Coronets, título de un verso del poema "Lady Clara Vere de Vere",escrito en 1832 por ALFRED LORD TENNYSON), 1949. Adaptación libre de "Memorias de un asesino. Israel rank" de ROY HORNIMAN (1868-1930, Southsea, Portsmouth, Reino Unido).
Según el propio Hamer, esta película fue el baremo de toda su producción. Su irónico ingenio sale a relucir en ésta su única comedia negra para la Ealing.
Argumento, inteligente e hilarante. (El intrigante comienzo y el ambiguo final de esta deliciosa cinta de sofisticado cinismo, son soberbios).
Inolvidables actuaciones de Price y del camaleónico Guinness ("actor de los mil rostros"). Magnífico Miles Malleson.
Los diálogos son brillantes, atrevidos y hasta mordaces.
En resumen, estamos ante una comedia negra, mezcla de suspense y drama victoriano, de un humor inglés superlativo que ironiza soberbiamente a la rígida sociedad británica, con un final anfibológico y muy ingenioso.

"Qué feliz con una de ellas hubiese sido
de no tener que haber elegido".
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7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Intriga y Humor,combinación perfecta
Que Alec Guinness es un genio es algo indiscutible, supongo. Para los que se quedaron estupefactos con los 4 papeles de Peter Sellers en Teléfono Rojo o Dr Strangelove que se preparen para los 7 u 8 que se mete entre pecho y espalda sir Alec Guinness sin pestañear lo más mínimo. Que mantiene el suspense hasta el final y el desenlace es propio de Hitchcock (del mejor Hitchcock, se entiende) es algo que haría salivar de emoción hasta al perro de Paulov. INDISPENSABLE.
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6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Sólo tengo elogios para esta película
A veces es más fácil escribir de una película cuando nos parece mala, las palabras salen y salen cuando se trata de rajar sin contemplaciones. Para el caso de "Ocho sentencias de muerte" y el caso de la venganza del encarcelado Denis Price sólo tengo palabras que tienen que ver con elogios y alabanzas, porque la historia me ha convencido desde el primer minuto, en los momentos en el que el arrestado tiene que afrontar su propia sentencia de muerte. El relato empieza con un inmenso flashback desde un presidio en el que Denis Price se queja de que su carcelero no le deja escribir su confesión como quiere, el verdugo habla en relación a la rareza de ajusticiar a un miembro de la nobleza y ante una manera de hablar de forma tan educada y exquisita que simplemente me he rendido. Ese humor negro que a muchos le repele a mí me ha atrapado. Entiendo que haya quien no pueda percibir este tipo de humor, yo me siento afortunado por haber podido y creo que si se consigue no hay otra salida que disfrutarlo en este caso concreto porque la película es ingenio puro. A mí el cinismo que destila me ha encantado.

Curiosamente Alec Guiness da vida a multitud de personajes, todos ellos asesinados, y es por ello que el mérito que tiene sea tan reconocido y yo mismo no puedo hacer otra cosa que hablar en esa dirección. Hay quien prefiere al personaje del reverendo, al banquero o a su hijo fotógrafo... Todos son el obstáculo para que el vengativo Price se haga con el ducado, todo rebozado con inteligencia y situaciones con ese negro humor que hay que saber apreciar.

Hay un par de cosas que quiero anotar antes de acabar. Primero, es imprescindible que el asesino en serie caiga bien, de otra manera no sería posible nunca que llegáramos a hacer nuestra su causa, a entenderla, aunque se trate de alguien que se dedica a matar. Creo que es imprescindible para que la película entre bien y creo que Robert Hammer lo consigue. Lo segundo que quiero destacar es que subyace una crítica al sistema aristocrático de la que me hago cómplice, un mensaje acusador sobre una manera de entender la sociedad a base de privilegios, de vividores, de los que están arriba y miran abajo al resto. Nuestro protagonista pretende escalar de abajo arriba por los medios que él considera oportunos, su reto es un acto de justicia.
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9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
LOUIS D´ASCONEY MAZZINI, DECIMO DUQUE DE CHALFONT (MEMORIAS)
Tanto el director Robert Hamer como el protagonista Dennis Price malograron con sus desafortunadas vidas personales sus innegables talentos artísticos, pero nos dejaron para su recuerdo esta pequeña joya impagable de humor negro, muy "british" en los preludios de tantas y tan buenas producciones británicas posteriores a cuya industria cinematográfica le costó arrancar y siempre fue con retraso y a remolque de otros paises en las primeras décadas del séptimo arte.
Los estudios Ealing, que reclaman ser los más antiguos del mundo, bajo la batuta Michael Balcon que supo confiar en Hitchcock en sus inicios, produjo en la posguerra comedias satíricas y nos dejó media docena de grandes títulos como "El quinteto de la muerte" (Alexander Mackendrik / 1955) y la que nos ocupa entre otras.
En ambas se añade el placer de contar con el posteriormente investido Sir, Alec Guinnes al que en esta comedia le ofrecieron interpretar cuatro papeles diferentes y tanto le gustó la propuesta que pidió que fueran ocho. Su composición de los ocho personajes es un hito en su larga carrera y un ejemplo para actores. Guinnes estuvo a punto de morir al igual que uno de sus personajes, el almirante, cuando es engullido por las aguas y se negó a montar en el globo en su personaje femenino. Fue doblado y efectivamente el globo perdió el rumbo y acabó en un río.
Anécdotas aparte la película está rodada con admirable precisión y tanto"savor fair" como el personaje principal, con una excelente fotografía del Douglas Slocombe fallecido este año. Destaca la sensualidad considerada atrevida para la época de Joan Greenwood, actriz habitual de los estudios Ealing, la ácida critica social y la ambigua moral con un final que en algunos países se consideró inaceptable.
Todo el reparto está fantástico consiguiendo Hamer las atmósferas idóneas en cada situación gracias al notable trabajo de producción, dirección artística y vestuario.
Lo dicho una joyita.
czjc.blogspot.com
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6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Brillante y sofisticada comedia negra.
En 1949, bajo el auspicio de esa extraordinaria productora británica que fue la Ealing, Robert Hamer adapta muy libremente, junto a John Dighton, la novela eduardiana “Israel Rank”, de Roy Horniman. Pieza clave dentro del humor negro británico, este film ilustra como un joven sin escrúpulos eliminará a ocho parientes (todos ellos interpretados por un genial Alec Guinness) que se interponen entre él y la herencia familiar. Planteado como si de un ballet se tratara, cada una de las muertes es un prodigio de ingenio, observada con una mirada tan lúcida como irónica.

La película de Hamer, que toca temas tan dispares como las diferencias sociales, las falsas apariencias, la infidelidad, la pena de muerte y el mundo de los trepas, desborda ingenio en cada una de sus secuencias, éstas están llenas de diálogos frescos y atrevidos, capaz de engancharnos desde un primer momento para ver las maliciosas hazañas de su protagonista en su ansiado ascenso al trono aristocrático. Hamer disecciona a través de tal empresa criminal, irónica y estimulante, a una serie de elegantes e instruidos personajes capaces de comportarse vilmente con tal de salirse con la suya. Lo hace desde una posición aparentemente observadora, sin juicios, convirtiendo así la historia en una comedia, alta comedia, dotada de sofisticado cinismo, cargada de ironía dramática, reconociéndose en su retórica una feroz sátira social.

Interpretaciones excepcionales de personajes mentirosos e hipócritas, que asesinan, chantajean, que abusan de su poder, ya sea económico, intelectual o físico, pero siempre desde la exquisitez y el buen gusto, desde una esmerada educación, pantalla y escudo a la vez de sus más bajos instintos, a los que el espectador contemplará irremediablemente bajo una sonrisa. Excepcional Dennis Price, con su mirada distante cargada de una intensa frialdad rayana en lo despectivo, pero nunca deshumanizado ni falto de ingenio, siempre divertido en las reflexiones en off que acompañan las imágenes. En el momento de su estreno lo más publicitado fue la actuación de Alec Guinness, éste se encargaría de representar ocho papeles, todos los miembros de la familia D’Ascoyne en un show total en el que demuestra toda su increíble sobriedad cómica. Joan Greenwood brilla también en su papel de la perversa amante de Louis, el único personaje a su altura diabólica, capaz de detentar una aparente inocencia cargada de picardía y maldad elemental.

Una brillantísima y sofisticada comedia negra. Una película ingeniosa, mordaz, provocadora, un clásico profundamente moderno, deudor del cine de Lubitsch. Simplemente, deliciosa.
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6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
CONOCER EL DESENLACE
Galante, desenfadada, con envidiable sentido del ritmo y aprovechando al máximo las dotes interpretativas de los protagonistas y su vis cómica, la película que dirige R. Hamer tiene cualidades para erigirse en paradigma del buen gusto.

Muy graciosa, que es lo que se exige a una buena comedia
Permanente tensión narrativa, que es lo que se pide al buen cine negro.
Y, además, posee ingenio, originalidad, riqueza de matices, brillantez descriptiva y un argumento de gran interés.
Es lo que requiere una buena película que combine la comedia y el cine negro.

Y todo ello a pesar de que incluye largos párrafos de narrador y que en los primeros minutos se informa al espectador el desenlace.
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5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Meet The D'Ascoynes
Ocho sentencias de muerte va más allá de su condición de comedia negra, proponiendo una auténtica subversión de la estructura social británica y su anquilosado sistema de castas. A finales del siglo XIX, un dependiente de comercio se dispone a matar a los parientes que le preceden en la herencia de un título nobiliario, del que se considera injustamente desposeído. La puesta en escena, elegante y puntillosa, merece ser elogiada, así como el ácido e incisivo guion y la interpretación de Dennis Price, que no desmerece en absoluto del tour de force transformista de Alec Guinnes interpretando a ocho personajes.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Película redonda
De principio a fin, es una auténtica gozada la visualización de este film calificado como comedia negra.
La interpretación del protagonista como un ser vengativo, con sentido del humor y una clase excepcional y la de diferentes miembros de la familia interpretados todos por sir Alec Guiness, nombre que ya lo dice todo.
La historia no puede ser más interesante y suculenta para los amantes del cine de misterios y asesinatos y además está narrada con técnica, maestría y un ritmo excelente.
Es de las mejores películas que se han hecho sobre el tema, merece un puesto de honor y ser considerada obra maestra.
Que la disfruten!!!
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Mis principios no me permiten los deportes sangrientos.
Una deliciosa y auténtica joya británica es esta pequeña película de bajo presupuesto pero de inmenso talento producida por los estudios Ealing, que ejemplifica de manera sublime todo lo que entendemos por humor inglés.
Rodada como un largo flash back, nos cuenta la historia de un despechado y resentido descendiente de la familia D'Ascoin y D'Ascoin, pertenecientes a una larga dinastía de la nobleza, que repudiaron a su madre por casarse con un plebeyo, condenándoles así a una vida de pobreza y lo que es peor, obligando así a nuestro protagonista ( un legítimo, aunque improbable heredero de un gran ducado), a tener que trabajar " que horror", con el sudor de su frente.
Nuestro snob protagonista no podrá tolerar eso e ideará una terrible venganza. Deshacerse de los ocho parientes que le preceden en el derecho al ducado y que se habían atrevido a despreciarle. La venganza sería así, completa.
Magnificamente narrada con la voz en off del protagonista, la cinta tiene unos diálogos increíbles, irónicos y elegantes, que satirizan constantemente esa arrogancia y flema tan característica de la nobleza británica, proporcionándonos un humor inteligente que no va a promover la carcajada ( como parecen esperar algunos), sino que nos va a alegrar la mente, con la perfecta caricaturización y crítica fina pero punzante, hecha con esa elegancia y buenas maneras que, por lo menos en mi caso, despiertan una gran admiración.
Y es que, nadie ha dominado el arte de la burla sin perder los modales como los británicos. Esto es precisamente lo que saben hacer bien y esta película es un gran ejemplo de ello. Por ello aviso. Esta es una película no sólo para ver, sino para escuchar atentamente sin perderse una linea, pues toda la crítica social está contenida en ella.
Mención aparte merece por supuesto Alec Guinness, que interpreta a los ocho parientes a deshechar por nuestro asesino. Un gran ejemplo de interpretación que caracteriza de manera notable a ocho personas de personalidades y edades e incluso sexo muy diferentes, dotándolos de carácter y carisma muy personales.
Por supuesto también los secundarios están muy bien y la ambientación ( dentro de su pequeño presupuesto), muy apañada.
Pero aparte de la sorpresa de ver los personajes de Alec Guinnes, yo lo que quiero destacar en esta película es el relato. Todo el relato que el asesino hace de sí mismo, que merece estar en una novela más que en el cine y que por ello es posible que los aficionados a un cine más visual no sepan apreciar pues casi todos los increíbles gags, están contenidos en la narración.
Un gran cine para escuchar, que eso también es cine, en mi opinión.
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4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
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