44 Críticas de los usuarios

Antes de empezar a leer esto, hazte una pregunta: ¿Te cae bien y te hace gracia Jack Black? Si la respuesta es que si, entonces no leas la crítica, y ve a ver la película, porque haga lo que haga, vas a disfrutar de lo lindo de ochenta minutos de Jack Black en estado puro, haciendo lo que le da la gana, lo que él cree que es gracioso y perpetrando uno de los peores expolios intelectuales que jamás se haya hecho con una obra literaria. Si por el contrario, eres de los que cree que Black es un actor espantoso, que siempre hace las mismas gracias, que resulta penoso, ridículo, sin gracia…entonces sigue leyendo, porque he sentido verdaderas arcadas con esta infame versión del clásico de Jonathan Swift: resulta que Gulliver ahora es un insoportable macarra que reparte el correo en una editorial y está secretamente enamorado de una bella y simpatiquísima editora. Para intentar conquistarla, acepta el encargo de hacer un libro de viajes sobre el Triángulo de las Bermudas, y sin saberlo, su barco va a parar a Lilliput, donde se encontrará con un mundo de diminutas dimensiones donde él es el gigante. Desde el principio a fin la vocación de la película es meter con calzador y bastante poca fortuna los toques actuales de comedia gruesa al texto del siglo XVII, y lo que se consigue es un espantoso rebozado plagado de chistes sin gracia –¡¡¡metiendo incluso a un Transformer en la historia!!!-. Tal es el nivel de estupidez del guión, que ni siquiera la historia de amor entre el protagonista y la chica de turno anima la historia, que desde un principio alcanza niveles de grosería pocas veces visto en la historia del cine. (SIGUE EN SPOILER)

Cójase un material conocido por todos y de fuerte calado en la cultura popular, despójelo de cualquier elemento que pueda tener un mínimo de sustancia y quédese con la idea entre manos, límpiela con numerosos efectos especiales, añádase un actor cuyo nombre pueda quedar bien por encima del título, agítelo un poco, y sírvase con mucha publicidad acompañado de un poco de 3D. Listo. Ya tenemos película. Y es que salvando las distancias, hacer una película viene a ser como cocinar, especialmente en una industria que demanda receta para todo. Claro es que, tanto a la hora de cocinar como a la hora de hacer una película, el resultado puede ser de lo más dispar.

Pero lo que sí es cierto es que la intención es un factor determinante en cualquier guiso o producción que se precie, así como el talento del que se dispone o la voluntad por concretar un resultado que vaya más allá del puramente alimenticio y pueda incurrir en algo parecido al placer. Y si somos justos con esta nueva, moderna y muy libre versión de 'Los viajes de Gulliver', hay que reconocerle que la voluntad consigue que las intenciones se hagan realidad con tanta eficacia que logra dar forma con suma profesionalidad a un relato anodino, simple y estúpido. O según algunos cánones actuales, lo que viene a ser una cinta tan sumamente infantil que más bien parece un cuento de terror para adultos.

'Los viajes de Gulliver', la novela de Jonathan Swift, está considerada como un clásico de la literatura universal prácticamente desde su primera publicación, allá por 1726. 'Los viajes de Gulliver', versión 2010, se olvida con tanta rapidez que el AVE entre Madrid y Valencia parece el Canfranero, legendaria línea ferroviaria que recorre los 187,7 kilómetros existentes a través de sus raíles entre Zaragoza y el municipio del Valle del Aragón de Canfranc, un aporte a esta crítica totalmente intrascendente que no pinta absolutamente nada, pero que resultaría bastante más interesante de desarrollar que seguir opinando sobre la nueva película protagonizada por un Jack Black en piloto automático. Eso sí, a parte del título y de que el doble del citado Black sea bastante más alto que el resto de sus compañeros de reparto, todo un prodigio visual al que cabe reconocerle el mérito en virtud de unos más que notables efectos especiales, poco más tiene que ver esta cinta tanto con la historia original del capitán Lemuel Gulliver como con una producción digerible para cualquiera que haya superado la EGB.

Y fue lo que hice a los cuarenta minutos de película, me levanté y me fuí. De esos cuarenta minutos poco puedo decir, pero leyendo las demás críticas creo que no solo no me perdí nada sino que me libré de un cabreo mayor y muchos bostezos.
Lo que vi fue aburrido, y me quedo corto, los chistes no hacen gracia, ni Jason Segel que en la serie Cómo conocí a vuestra madre está bastante bien, aquí fracasa estrepitosamente, Jack Black no da más de sí, en fin, que siento no haber leído antes las críticas y me hubiese ahorrado dinero y cuarenta minutos de sopor.

Los viajes de Gulliver ha intentado hacer disfrutar a los aficionados del cine de humor y fantasía. Bien, pues Rob Letterman, en su intento de fascinar al público, ha fallado estrepitosamente. La película, aparentemente, al ver su trailer, te esperas mucho, piensas que te va a fascinar y vas a reírte sin parar. Equivocada suposición. Es una de las peores peliculas de todo el año, y sin exagerar. El famoso Jack Black, a ratos hace disfrutar, pero a mi parecer, es una de sus peores actuaciones. Se esperaba mas de él. La película no tiene suficiente argumento, no tiene suficientes escenas como para considerarla ni tan siquiera una película. Yo fui al cine a verla, y solo con el principio ya estaba totalmente distraído. Sinceramente esta película, no gustará, tal vez a niños y niñas, pero a un verdadero fan del buen cine, le decepcionará y se irá del cine como si no hubiera hecho, ni visto nada. No desperdiciéis el dinero.

Utilizando como reclamo al actor Jack Black, los estudios vuelven a la carga con la historia basada en las aventuras de Gulliver, novela de Jonathan Swift.
El clásico de Swift sirvió con anterioridad de inspiración para numerosos guiones llevados a la gran pantalla, pareciendome esta nueva versión, la mas floja y sosa de sus predecesoras.

La cinta está demasiado cargada de chistes huecos y gags demasiado infantiles, indicados para un público muy joven que se dejen llevar ahora en tiempo de navidades para acudir al cine con sus padres, y poder "apreciar" la extravagancia y sobredosis de histrionismos en Black cómo es ya frecuente en sus actuaciones.

A destacar: poquito, quizas el personaje de Horacio
En su contra: su "apoteósico" final marcado por un bailecito entre Black y todos sus lilliputienses

Habrá quien piense, yo mismamente, que “Los viajes de Gulliver”, aunque no sea una obra maestra literaria, sí es una notable, vanguardista y visionaria novela de aventuras (recordemos que se escribió casi trescientos años) que coloca a su autor Jonathan Swift a la altura de Julio Verne en materia de imaginación. Y hay, por otra parte, gente con dinero que piensa que la obra y su autor son unos mediocres obsoletos que necesitan ajustes y actualizaciones… y gastan ese dinero en plasmarlo en forma una película. Para estas situaciones, cuando hablamos de violar clásicos universales, suele ser necesario recurrir a gente con pocos escrúpulos culturales sin miedo a ser etiquetados como iconoclastas (¿a que no nos imaginamos a Fernando Fernán Gómez o Lawrence Olivier zurrándose cuescos o diciendo “oye, tronco, venga, paso de tu culo” en adaptaciones de Cervantes o Shakespeare?) por lo que las elecciones de Jack Black , Jason Seagal y Rob Lettermen eran más que prevsibles.

La versión de Jack Black de “Los viajes de Gulliver” no es tan soez como nos podríamos imaginar a poco que revisemos la trayectoria del colega. Por increíble que parezca, no han recurrido a mostrarnos liliputienses volando disparados cuando Black eructa ni pitufos muertos por asfixia cuando se rufa un cuesco. Lo más escatológico es que apaga un fuego meando y hace una lluvia dorada a medio Liliput, o sea casi como un anuncio de Lancome en la escala Black, Pero tampoco es plan de alabar a toda esta tropa por el hecho de NO ser desagradables. La película olvida el espíritu aventurero de la obra original (que se reduce a un par de peleas) y tan solo aspira a una comedia infantil donde los niños se rían de las patosidades de un gigante torpe en una especie de ciudad de los minijuegos. Todo lo que se aleje de ahí, es el humor de brocha gorda al que pueden aspirar Black y un desmotivado Seagal (toda la película con cara de aburrimiento y de querer volver a “Cómo conocí a vuestra madre”). En el otro extremo, son dignas de mención Emily Blunt y Amanda Peet, viendo como se toman en serio papeles claramente menores y por debajo de sus posibilidades.

Típica película de Black. No es un truño, pero es una mala adaptación y una mala película. Hay adaptaciones mejores (aunque ninguna tan buena como el libro) y películas mejores (casi cualquiera en la que podais pensar). No era necesario tanto preámbulo licencioso para justificar que Black llegue a Liliput, ni tanta licencia en la historia para meter con calzador un par de gags sobre la historia de la humanidad reinventada a la manera Black (en realidad lo único salvable), ni tanto enrevesar el desarrollo para mostrar a Black disfrazado de niña o Black con pañales (el campo del humor en el que Black se siente más cómodo). En realidad, la película en sí misma es completamente innecesaria.

No se cómo, pero aparecí en un multicentro abarrotado. Dentro, ya en la sala de cine, a oscuras, comprobé que estaba viendo Gulliver... buen me dije: me recordará mi infancia, abre tu mente y disfruta.
Hacía mucho tiempo que no buscaba mil excusas para salir de la sala, pero gracias a dios las encontré. Se me hizo eterna.
Que película tan mala, por Dios. Burda, sin sentido del humor, con la moralina típica americana, falsa, sinsentido, absurda, mal enfocada, aburrida, pesada y así podría seguir durante toda la noche, pero ya no tengo más ganas.
Mi consejo: no se gasten dinero ni tiempo en ir a verla.

Esta película tiene dos puntos de vista diferentes. Depende de lo que busque cada uno puede ser pasable o mala.

_La película será pasable si el espectador lo que busca es entretenimiento y un par de risas en una hora y media.

_Si lo que el espectador busca es una película basada a la perfección en la obra de Jonathan Swift, publicada en 1726, no solo saldrá muy decepcionado, estará incluso enfadado al ver como se han saltado a la torera el argumento de la obra.

Esta película no busca basarse en la obra de Jonathan Swift con gran fidelidad y exactitud. Al contrario, ya que para empezar la trama se desarrolla en el siglo XXI cuando la del libro se desarrolla en el siglo XVIII. Tres siglos de diferencia. Y respecto a los mundos retratados en el libro, aquí solo se visualizan dos: el de Lilliput (que aparece en casi todo el film) y muy por encima (no llegara a los 7 minutos de visualización) el mundo de los gigantes. Eso es todo. No hay más. No busquen más mundos como el de los caballos sabios porque no los hay.
La película busca desde un principio entretener al público y crear un par de carcajadas para que cuando salgan de la sala sientan que han pasado un rato entretenido. Eso es lo que quiere la película, crear entretenimiento. Nada más.
Desde mi punto de vista este objetivo lo cumple. No es un film de 5 estrellas, pero entretiene y te hace pasar un rato agradable, además de sacarte un par de risas. Yo cuando fui a ver la película estaba con esta mentalidad, que no iba ser una adaptación de la obra sino una película de entretenimiento.
Por ello los amantes del libro no vayan a ver la película ya que les decepcionará. Y los que busquen entretenerse una hora y media esta película cumple su función. Pero solo eso, entretiene, nada más.

La verdad es que esta película, sin llegar al nivel de mito, ni mucho menos… me ha sorprendido gratamente, como suele decirse.
La cogí el otro día de la biblioteca, sin demasiado interés, estoy intentando ver mucha película en versión original y necesito para empezar algunas que no tengan mucha “chicha”, así que suelo decantarme por las películas para niños.
Como decía, no separaba gran cosa ¿y cual ha sido mi sorpresa cuando me he dado cuenta de que me estaba riendo a carcajada limpia?!
Los detalles están muy cuidados, la historia aunque no es original es una versión con un montón de guiños a la década actual, y aunque pronto quedaran obsoletos ahí seguirán para que podamos compartirlos en un futuro con nuestros hijos.
Hay muchos detalles que aunque podrían pecar de frikis creo que a más de uno nos encantaran.
El papel de Gulliver parece adaptado para Jack Black, un tío sin complejos que lo borda. La película está muy bien hilada y el desenlace no la desmerece.
La banda sonora es muy buena… y en fin, aunque igual no son los ingredientes que debería tener una película para recomendarla, creo que puede ser para pasar un buen rato en familia en una aburrida tarde de domingo.
Si os apetecen unas risas, no dejéis de verla.

Creo que hasta los niños se aburrirían con esta película. Quien vaya a ver esta pelicula va a tirar el dinero. Cuando se marcan el bailecico del final me dieron ganas de salir corriendo del cine y arrancarme los ojos. Lo único bueno que tiene es la banda sonora de Kiss y Guns and roses. Fueron los dos únicos momentos de alivio en toda la tortura.

Si van al cine a verla no esperen una obra de arte, ni tan si siquiera una película interesante. Entretiene al espectador de forma pasable durante casi noventa minutos y cuando esté saliendo por la puerta del cine ya se le habrá olvidado.

El mundo de fantasía está mal montado y resulta ampliamente escaso. La historia de amor es ridícula y el 3D a penas ha sido explotado. Recomendable para llevar a sus hijos una tarde de sábado pero nada más.

"Los viajes de Gulliver" es una novela de Jonathan Swift, publicada en 1726. La obra se considera un clásico de la literatura universal y aunque parezca escrita para los niños, sus destinatarios son los adultos y la sociedad que han construido, a los que critica con mucha gracia e ironía.

El protagonista naufragará y primero llegará a una tierra de personas diminutas a su lado, liliputienses (el Reino de Liliput) y más tarde también en alta mar llegará por contra a una tierra de gigantes ante él. Pero lo mejor de la novela es más tarde cuando de nuevo se echa a la mar y llega a una tierra donde los habitantes son caballos sabios que son más humanos que los propios hombres y con quienes habitará, aprenderá su sonidos de comunicación o lenguaje y se hará gran amigo de ellos; hasta tal grado les toma cariño y admiración que a su regreso a Inglaterra Gulliver ya siempre procurará hacerle bien a todos los caballos que encuentra y con los que conversa ante la admiración de la gente que lo cree loco.

Bueno, esta película sólo se atiene a la novela original en la parte de la llegada del protagonista al país de Liliput y en menor grado a la tierra de los gigantes; pero todo con muchas choradas propias de la mentalidad estadounidense y del XXI, olvidando la idea original del siglo XVIII.

No obstante, la película resulta entretenida y es pasable. Seguro que los niños, jóvenes y personas que no conocen la obra original, porque no leen o no pisan un biblioteca ni de casualidad, se divertirán bastante con esta película.

Una película barata sin sentido y sin perspectiva ni con la tecnología de siglo 21 a podido hacer una película buena el nivel de Jack Black cae muy bajo por su actuación barata la comedia sin sentido y muy barata (Ali de Venezuela Maracaibo)

Yo la disfruté. Para pasar un buen rato en familia. Buenos efectos.
Yo la vi con ms hijas y estuvimos atentos y disfrutándola todo el rato.
Para ver sin ninguna espectativa y dejarse llevar. Un placer.

Erase una vez un director de cine llamado Rob Letterman, que un día fue a visitar a su hermano a su preciosa casita de caramelo. Allí, el director comió y comió golosinas, pasteles, chocolatinas, caramelos, y muchos más apetitosos manjares, hasta que tuvo la panza tan llena que no pudo más. Pero para desgracia de nuestro pobre héroe, todo ello debía de bajar, por lo que no tuvo más remedio que ir al baño. Pero, ¡sorpresa!, en esa linda casita de caramelo, ¡el papel higiénico era de chocolate! Por lo que nuestro valiente director, para superar tal desafío, empezó a buscar por el baño algo con lo que poder resolver su pronta necesidad. Y he allí, que nuestro valiente director encontró una novela llamada "Los Viajes de Gulliver". Encontrado el objeto llamado a solucionar sus problemas, nuestro héroe comenzó a arrancar hojas con las cuales vencer al enemigo de su retaguardia. Pero he aquí que como se aburría, entre hoja y hoja arrancada una se la leía, hasta que hubo leídose buena parte del libro, y limpiádose con la otra parte. Y pensó que aquella podría ser una buena película. Pero como pensó que el público se aburriría si la historia se desarrollaba en el S.XVIII, decidió trasladarla al presente. Después contrató a un actor famoso, experimentado caballero en estas lides de las comedias penosas llamado Jack Black, y mientras se fumaba un porro empezó a escribir la trama, los chistes...después lo llevó a una productora de Hollywood, y he aquí que como el productor estaba en pleno viaje espiritual, con la ayuda de su viejo compadre LSD, decidió dar visto bueno a la película de nuestro valiente director.
He aquí el memorable viaje de este truño hasta nuestras pantallas.

Sobra el guión, sobran los guiños a media docena larga de películas, sobra el libro de Swift, sobra el director, sobran los actores, sobra el 3-D, sobra el rock and roll y hasta los Kiss. ¿Queda algo? ¡Sí!, cambiar el título de este..., este..., este...(¡Jo!. Ya no sé ni cómo llamarlo) por "El Club de la Comedia" presenta en exclusiva a Jack Black haciendo lo mismo de siempre. O sea, nada, o una ful de Estambúl, o un truño, o un pestiño.
Para padres sádicos que quieran que sus niños pequeños sean unos ignorantes en la literatura y en el cine. Bonito regalo de Reyes Magos. Anda y que le den. Lástima de dinero tirado a la basura. Película destinada a descerebrados que se hinchan a palomitas

Cuando me enteré del entonces futuro lanzamiento de Los viajes de Gulliver, y vi el reparto, pensé que tendría coñas divertidas y que, al menos, sonreiría. Pues nada. No puedo sonreír porque tengo la boca ocupada vomitando.

Rob Letterman había dirigido hasta ahora dos películas de animación: El espantatiburones y Monstruos contra alienígenas, y ambas me resultaron divertidas. En las dos había dirigido junto a más gente. Visto esto, supongo que el talento lo tenían los otros, porque el tipo hace un desastre descomunal tras las cámaras. Vale que el guión es flojo, superficial, forzado y lleno de clichés, pero es que el tal Letterman se empeña en meter escenas absurdas. No soy nada exigente con las películas de risa, y no valoro fotografía, sonido o banda sonora, ya que entiendo que su fin es hacer reír. Sin embargo, cuando te encuentras con esto, intentas buscar algo que compense el terremoto que es la película... pero aquí tampoco lo encuentras. Los efectos especiales son espantosos, salvando el momento 'Transformers' que tiene cierta gracia y el número musical es patético, metido solo para aprovechar a su protagonista... un poco más.

Voy a descubrir el mundo: Jack Black no es Marlon Brando. Pero bueno, él hace comedia, y para eso tiene aptitudes (siempre y cuando te guste ese tipo de humor). Aquí está bien, pero su estereotipado y patético (no patéticamente gracioso, sino patético a secas) personaje se carga toda posibilidad de provocar la mínima carcajada. Jason Segel me encanta. Lo considero uno de los mejores cómicos de la actualidad, y en Los viajes de Gulliver sigue demostrándome que lo es. El problema, una vez más, es que está enjaulado. Amanda Peet es experta en papeles secundarios, y se mueve bien en ese campo. Es de lo mejorcito gracias a que su personaje no tiene tiempo para caer en el ridículo. El mejor, sin duda, es Chris O'Dowd. La producción de la película falla a tantos niveles que, siendo su personaje ese tipo al que "hay que odiar", acaba convirtiéndose en el único decente y con gracia.

Resumiendo, que es gerundio: a los niños les encantará, ya que no buscan respuestas ni reir con frases. Igual alguien más se siente satisfecho, aunque me costaría entenderlo. Sin las actuaciones de un reparto bueno (el mejor de la producción fue el director de casting), Los viajes de Gulliver sería una de las peores películas jamás proyectadas en las salas de cine.

Esta es una película que posiblemente los que leímos el libro esperábamos: la posibilidad de ver buenos efectos especiales, creíbles y espectaculares, nos hizo adentrarnos en esta locura. A Jack Black le respeto, ha hecho trabajos bien hechos en el pasado, sin embargo acá lo que falla es el guión. No se puede entender que gasten tanto tiempo en escenas insulsas y que donde haya algun momento interesante lo obvien. La actualización de la historia no convence, y el uso de 3d es innecesario. Los efectos especiales apenas son mejores que los de las series de los años 70, como Tierra de Gigantes. No es una película recomendable.

Jack Black es el encargado de producir a la par de protagonizar esta nueva versión del clásico de Jonathan Swift, ambiéntandolo en la época actual y así acercarla un poco más al público infantil.
La nueva versión está muy lejos de anteriores clásicos, los cuales aunque contaban con efectos especiales mucho más rudimentarios, hacían que uno se involucrara más con la historia y con los personajes.
En esta ocasión un joven repartidor de correo de un periódico de Nueva York sueña con el amor de una periodista. Por diversas circunstancias conseguirá un puesto de redactor de viajes, y se lanzará al Triángulo de las Bermudas a hacer un reportaje. Ahí comienza su verdadera aventura llevándole a tierras desconocidas.
Lo más destacable de todo el film son los efectos especiales. Sin lugar a dudas el trabajo es impecable, y en este aspecto no se puede poner ninguna pega.
Con respecto al guión, he de decir que es bastante flojo, e incluso en algunas ocasiones muy infantil. Solo existen algunas escenas que realmente funcionan, y sobre todo el momento en el que Gulliver viaja al país de los Gigantes. Es sin lugar a dudas la mejor parte de la película.
En referencia a la interpretación de Jack Black, debo decir que es más de lo mismo. Demuestra que es un gran cómico, pero sí es cierto que vuelve a hacer el mismo personaje que hemos visto en sus otras intepretaciones. No sorprende mucho.
En fin, película meramente infantil que solamente cuenta con un par de escenas divertidas y de la que se destacaría únicamente el excelente trabajo de efectos especiales. Por lo demás, totalmente olvidadiza.

Estamos ante una especie de peliculilla estrafalaria,en la que el protagonista absoluto es Jack Black y sus muecas mil, de echo se debería llamar Gulliver en Blacklandia.
Me pasé casi toda la peli diciendo: "cómo se pasan" ante un guión absurdo con guiños tontos de otras cintas, que, aunque se supone debería hacer gracia, hace el efecto contrario.
Pérdida de tiempo y dinero.