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63 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
7
Basada en 5.000.000 de historias reales
"No sos vos, soy yo" o lo que es lo mismo; "no eres tú, soy yo"; es una frase tan vieja como habitual en el día a día de la especie humana. Hoy le toca al amigo, mañana al vecino y pasado te toca a ti. Y Taratuto sin duda sabe de qué está hablando. No creo que me equivoque mucho al insinuar que el director argentino rellenara la historia con sentimientos propios. Porque sólo quien pasa por allí sabe que se es capaz de amar y odiar a una sola persona al mismo tiempo. Formidable el perfil de Diego Peretti. Meter en la misma frase un "la quiero" y un "hija de puta". Reconocer sin ningún tipo de pudor que se metería su orgullo por el culo y perdonaría... pedir a gritos una pócima que le de fuerzas para levantarse de la cama y comenzar un nuevo día.

El que más y el que meno sabe a qué se refiere Taratudo cuando lleva a Peretti al borde de la más estúpida de las locuras. Y que decir de los amigos; extraordinario el perfil de la pareja que va de más a menos; huyendo de la miseria. Certeras las chicas con las que el herido intentar olvidar... los personajes que rodean a nuestro protagonista fabulosos absolutamente todos.

Esto, directamente, es cine bien hecho. Hacer comedia de un drama y hacerlo tan bien, no es fácil. Y el argentino lo clavó.

Si últimamente oíste un "No sos vos, soy yo", tienes que ver la película; te cargará las pilas. Si ya hace tiempo que lo oíste, te será curioso de recordar. Y si nunca lo has oído... no te la pierdas; porque nadie está a salvo.
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70 de 77 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
La ruptura a la argentina y en el diván
En el ranking de las tres frases más jodidas que puede decirte el amor de tu vida están las que siguen:

- "Tenemos que hablar".
- "Eres como un hermano/a para mí"
- "Sí, me lo he follado".

La última de las tres se la dice la novia del protagonista al ídem por móvil con el consiguiente jamacuco del tipo. Lo siguiente, te lo sabes de memoria: largo periplo de angustia y soledad, morbosos deseos de muerte, lenta escalada hacia la luz y por fin, de pronto, un día, algo ocurre y la rueda empieza a girar de nuevo. La vida se abre camino y blablabla.

La película no está mal en su autoconsciente pequeñez y resulta fácil sentir empatía por el proceso post-rupturil de Diego Peretti, que vulnera a su personaje con una vocecilla quejumbrosa y una buena dosis subterránea de humor ácido. A destacar por supuesto las breves intervenciones del psiquiatra, que como bien se sabe, es un puntal imprescindible en la vida amorosa de todo argentino de película que se desprecie.

Taratuto redondea una película sobre lo de dejar y ser dejado bastante realista: lo suficiente como para no recomendarla si se está de bajón sentimental. En caso contrario, es visible.
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28 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Crónica de un fracaso anunciado
Qué condenadamente jodidas pueden ser las relaciones. Lo realmente malo es que tenemos la manía de ilusionarnos, de empezar a pensar en mañana. El ser humano tiene la estúpida obsesión de creer que, en cuanto alguien le ofrece unas migajas, ya sus manos van a pasear unidas por los oleajes del tiempo durante toda la eternidad. Se hacen planes, se construye un nido, se reorganiza el chip para que todo gire en torno a esa cuerda frágil que junta dos vidas.
Levantarse acompañado por la mañana, irse a trabajar, regresar a casa con la seguridad de que alguien nos espera, de que cenaremos juntos, haremos el amor y planificaremos qué hacer el próximo fin de semana, antes de quedarnos dormidos con los cuerpos tocándose.
Y un día ese nido fabricado con ladrillos de cariño y dedicación (y mucho de temeraria esperanza ilusoria), se hace polvo de un soplo. Los "te quiero", los "te amo" que hace unas horas parecían tan genuinos, algo que señalaba el orden correcto de las cosas, ahora parecen una mentira, palabras hueras, falsas. Uno se queda con cara de bobo preguntándose cómo es posible que hace nada fuésemos amados en un nido que ahora no está, porque de la noche a la mañana ella lo ha abandonado y ha convertido todas las palabras de amor, las caricias y los planes en humo. Cómo es posible que ayer ella declarara que te quería y te extrañaba, y que hoy se esté acostando con otro y te diga entre lágrimas culpables que no va a volver contigo.
Qué loca vida ésta, qué incomprensible, y qué torpes somos, qué lentos para adaptarnos a los cambios. El mundo no gira al ritmo que queremos, gira para sí mismo y nos equivocamos al llegar a engañarnos creyendo que alguna vez se mueve para nuestro interés. Qué ilusos. Las revueltas del caos no tienen miramientos, no avisan, no aguardan a que uno haya resguardado los muebles antes de que se desate la tormenta.
La lotería catastrófica nos ha tocado y al principio nos quedamos alelados, con una reacción de estupor, de parálisis. La piel comienza a doler allá donde ella ya no acariciará más, los ojos duelen mirando los objetos que ella no cogerá, los labios se entumecen por los besos perdidos y por las frases que no pronunciarán, y los oídos pitan añorando la voz que no sonará ahí al lado.
Llega el atasco, la inacción, detenidos donde estaba el nido ya vacío, sin determinarse a dar un paso porque cualquier movimiento se hace un mundo. Nos convertimos en entendidos acerca del rango completo de emociones que abarcan todos los sentimientos negativos, agoreros y rencorosos. Depresión, tristeza, angustia, obsesión, desánimo, ira, impotencia... Quizás lo que cuesta más soportar es no saber el porqué de tanto sinsentido. No poder obtener una explicación racional y lógica. Tan pánfilos somos que tiramos de cualquier hilo que nos dé un motivo comprensible, una razón que detenga el arbitrario vaivén de lo absurdo. Pero es como andar en una pesadilla. No hay caminos, no hay asideros, ninguna referencia estable.
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23 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Mirar lo que parece un drama con una sabia sonrisa...
En esta opera prima de Juan Taruto la historia es todo un drama, pero el guión le da un delicioso clima de comedia que el director saca adelante con altas dosis de ironía, agilidad y, por supuesto, humor.

Presentar el terrible conflicto del protagonista con una sonrisa es el gran mérito de este trabajo. Un reto difícil que es resuelto con gran habilidad.

Con un estilo sin mayores pretensiones, Taratuto entre risas y sonrisas nos hace también reflexionar un poco sobre esos conflictos de pareja que tal vez habría que ver desde una óptica no tan dramática, tal y como lo propone el tratamiento que la película hace de esta historia.
El reparto está muy bien (los admiradores de Les Luthiers podrán ver a Marcos Mundstock en el papel de psicoanalista) y Diego Peretti hace una divertida composición del personaje principal.

En el aspecto técnico, merecen destacarse una fotografía y una música siempre al servicio de una historia ágil y divertida.

Después de ver tanto chiste fácilón y tanto humor de trazo grueso, películas como ésta son un soplo de aire fresco. No estamos, desde ya, ante una obra maestra, pero cómo se agradecería poder disfrutar de más títulos como "No sos vos, soy yo".
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16 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Tragicomedia
De las pocas películas, que yo recuerde, cuyo tema principal sea el amor-desamor, que me haya gustado, tal vez por el tono tragicómico que derrocha, o por lo entrañable del protagonista o por todo en general.

Una muestra mas de la calidad del cine Argentino.
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17 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
El mal de la compañía
De una manera simpática el problema existencial de estar solo, pasa de lo estandarizado a lo inusual, con una comedia ligera y dinámica. Buena terapia para reír un poco, recordar y porque no reflexionar sobre la capacidad de encontrarnos solos, y sin seguir el pensamiento que rigen a la mayoría. El protagonista de esta cinta es un dependiente de su relación, pero la vida color de rosa se vuelve gris cuando su esposa, decide apartarlo de su vida.

En el transcurso de la película, notaremos posibles soluciones a dicho problema, con un tono chusco se vera el fastidio de amigos y familiares del protagonista, por una situación que ellos consideran caduca; la adquisición de un compañero incontrolable; un encuentro ocasional destinado al fracaso; el desempleo que lo aqueja; entre otras cosas.

El tiempo como buen antídoto de todos los males, ubicará al obsesivo en el lugar correcto e indicado para encontrar las respuestas a su “difícil” situación.

En México las críticas por parte del espectador hacia el cine hispano americano, no siempre es muy aliciente por lo fatídico de sus temáticas, fomentando desconfianza y pocas salas para su exhibición. Este es un buen ejemplo para romper con el estereotipo que impera en el pensamiento de un público acostumbrado a etiquetar.
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12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Gozosa comedia, tierna y humana, de trazos tragicómicos
Primer largo de Juan Taratuto, también coguionista y coproductor de la obra. Previamente había trabajado como guionista, operador de cámara y realizador de anuncios y videoclips. Se rodó en Argentina con un presupuesto muy modesto. Fue nominada a la mejor ópera prima por la Asociación de Críticos de Cine de Argentina. Fue producida por Hernán Musaluppi, Juan Taratuto y Antón Reixa. Se estrenó el 20-X-2004.

La acción tiene lugar en Buenos Aires en 2002/03, a lo largo de casi dos años. Narra la historia de Javier (Diego Paretti), cirujano y en horas libres disc-jockey, de unos 35 años, que lleva 2 años de vida en pareja con María (Soledad Villamil), de unos 30 años, inmadura e idealista. Deciden casarse e ir a Miami (EEUU) en busca de mejores oportunidades. María sale antes para preparar el terreno, mientras Javier desmonta la casa. Cuando María por teléfono le dice que se ha enamorado de Jorge, un amigo de su padre, y que considera rotas las relaciones con él, Javier cae en una depresión que le lleva a la consulta de un psiquiatra. Tras muchos meses, conoce casualmente a Julia (Cecilia Dopazo), encuentra un nuevo trabajo y alquila un apartamento.

La película glosa que la ruptura sentimental de una pareja, incluso en los casos de mayor enamoramiento, no constituye una incidencia grave e insuperable. La vida de una persona integra muchas cosas además de la pareja, por lo que su pérdida no implica el hundimiento del mundo del que se queda solo. Una relación sana de pareja no se basa en la necesidad, sino en el placer. En los casos de ruptura lo que no se ha de hacer es obsesionarse con ella, como Javier. Hay que aprovechar todo lo bueno que a uno le queda en la vida. El humor se basa en situaciones tragicómicas, la imagen y el rostro de Javier, sus distracciones (incisión con el bisturí en un enfermo antes de ser anestesiado), precipitaciones y torpezas. Los personajes de la obra son entrañables e inspiran una simpatía que hace que el espectador se identifique con ellos.

La música incluye una partitura original, a cargo de una orquesta de guitarra, bajo, batería, cello y teclados. A ella se añaden canciones tan gratas como "Sea" de Jorge Drexler, "Te extraño" de Diego Frankel, "Un mundo difícil" de Tonino Maratone, "Crímenes perfectos" de Andrés Calamaro, y otras. La fotografía usa colores atenuados y tamizados, alegres y luminosos, salvo en la clínica, donde se combinan blancos, negros y grises. Resalta la comicidad de la expresión corporal de Javier. El guión desarrolla un relato realista, con unos diálogos chispeantes y ocurrentes. Las interpretaciones de Villamil y Dopazo traspiran simpatía y naturalidad. Paretti, en el centro de la acción, realiza un papel excelente. La dirección construye una obra reflexiva, exenta de pretensiones, destinada a hacer que el público disfrute.

Película escrita en clave de comedia cómica, con acertados toques tragicómicos, inspirada en Woody Allen y en "El enfermo imaginario", de Molière.
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10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
Insoportable.
Otra película que prometía mucho y que tuve que acabar a regañadientes, la ponían de maravilla, hablaban de ella como una joya....

El protagonista es una especie de Woody Allen que tiene problemas de pareja o algo así, es el típico argentino que todos sabemos que es psicoanalista etc..

Me pareció una película aburridísima, una tontería tanto es así que le puse la nota que no suelo poner nunca. El protagonista pierde a la mujer de su vida y se desmorona y empieza un carrusel de acontecimientos que prometen hacer gracia y que no la encuentro por ninguna parte

Muy mala.
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12 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
No sos vos, soy yo.
Me ha encantado. Todos los que hemos vivido una ruptura desde el lado del abandonado hemos sido Javi, y le entendemos. Pienso que es difícil hacer una película realista de esta temática sin caer en tópicos absurdos o romanticismos Disney ajenos a la realidad -y que, por cierto, hacen bastante daño a quien se halla en un trance semejante-. En esta película no hay reconquistas a base de flores y mariachis, no hay bombones, ni poesías, ni reconciliaciones bajo fuegos artificiales. Lo único que hay es lo que nos queda a todos después de ser abandonados: dolor en estado puro, soledad, angustia, desubicación, locura, desasosiego.

Asistimos así al duro proceso de reconstrucción de Javi, después de quedar reducido a escombros tras la marcha de su mujer. Lo dramático de la situación queda perfectamente equilibrado con un sentido del humor inteligente y eficaz que nos permite un visionado de la película ameno y relajado, sin angustia, con perspectiva.

Contemplar su duelo con una sonrisa de empatía, me hizo recordar el mío con una sonrisa semejante, relativizarlo, empequeñecerlo y observarlo como un proceso natural y necesario para crecer, madurar y aprender. Me ayudó, por tanto, a quitar dramatismo a ese episodio de mi vida, a restarle gravedad y a comenzar a verlo con sentido del humor.

El final me parece espectacular y creo que el mensaje que de él se desprende debería ser interiorizado por todos nosotros. No es rencor, ni odio, ni venganza. No es deseo de castigo, ni soberbia. Es evolución, crecimiento, dignidad. Es todo un canto a la superación personal.
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6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Me cago en el amor
La ópera prima del argentino Juan Taratuto, co-escrita con Cecilia Dopazo (que interpreta a Julia), es una historia universal, de ésas que todo el mundo ha sufrido (o que al menos debería sufrir para completarse como persona), la típica cabronada en la que la novia te deja, ya sea porque ella sea un "bicho" o porque tú te lo merezcas (para mí más probable, los tíos siempre hacemos méritos para que nos abandonen por una u otra causa). Javier, un inspiradísimo Diego Peretti, es el "dejado" de turno", un treintaañero al que, de repente, María, su prometida, le manda a freír espárragos, lo que hace que el pobre tipo pase por el habitual vía crucis que espera a cualquiera que se encuentre en tal situación: angustia por el amor perdido, odio hacia la ex-pareja, tristeza por la falta de lo que a uno estaba acostumbrado, hasta llegar a esa última fase, el olvido, el "ya no pienso más en vos", ese cerrar página que siempre suele ir asociado a una nueva historia romántica, porque ya se sabe que un clavo saca a otro clavo, y que los humanos somos tan bobos que no sabemos disfrutar de nuestra independencia.
La peli es muy divertida, con unos "picos" absolutamente hilarantes (la escena de los perros, la de Diego discutiendo con el contestador de uno de sus ligues "coyunturales", las consultas con el psicoanalista -Marcos Mundstock, de Les Luthiers, para remarcar que nos hallamos ante una comedia inteligente- , etc.
Además, la trama está perlada de temas de cantantes sudamericanos muy conocidos, como Jorge Drexler, Calamaro o Tonino Carotone, que contribuyen a hacer el visionado de la peli una experiencia de lo más agradable.
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7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Es cierto: soy yo
No sos vos, soy yo el individuo que vio esta película y le pareció mala.
No sos vos, soy yo quién la vio bajo muchas y buenas recomendaciones.
No sos vos, soy yo el sujeto que tuvo el valor de verla entera.
No sos vos, soy yo la persona que cuando la vio estaba sobrio.
No sos vos, soy yo el hombre que en las partes de comedia resoplaba.
No sos vos, soy yo el gachó que en las partes dramáticas ponía los ojos en blanco por el esperpento.
No sos vos, soy yo el tipo al que toda la película le pareció un compendio de exageraciones ridículas.
No sos vos, soy yo aquel que si no le puso un uno al film, fue por Marcoss Mundstock y por el perro.
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21 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
El psicoanálisis del amor.
Fresca comedia de Taratuto en torno al universal tema del amor, que entra y sale de la vida de uno, de la manera más imprevisible, provocando en muchos casos situaciones de un surrealismo cómico, que tan bien se plasma en el film, que en ciertos matices incluso recuerda al cine del gran Woody Allen.
Película dotada con un joven reparto, desconocido fuera de Argentina, que sin embargo sabe ganarse a la perfección la complicidad del espectador, que inmediatemente se identifica con algún estereotipo de personaje del film.
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5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Pasártelo bien
Uno puede ir al cine para entretenerse, sonreír, escuchar diálogos inteligentes, ver buena fotografía y color, apreciar una historia bien contada, identificarse con sus protagonistas.
En "No sos vos, soy yo" todo esto ocurre, por lo que estamos en presencia de una buena película.

El cine argentino no nos ofrece la grandiosidad de Hollywood (ni falta que nos hace), pero sí películas simples, donde el diálogo, la afectividad y el contenido vuelan alto. Películas que pueden pelear con grandes superproducciones desde otro lugar, la inteligencia, sin pretensiones de alcanzar el Oscar.

Estoy de acuerdo con otros críticos en cuanto a que lo más difícil y logrado ha sido presentar en tono de comedia un hecho trágico.

Felicitaciones entonces al Director, que ha sabido contar su historia. A los actores, todos lo han hecho muy bien.

Diego Peretti sigue demostrando su capacidad para los personajes de hombre común. Habla sin hablar.

También quiero destacar a Marcos Mundstock (un Les Luthiers!), que ha sido bien elegido para su papel de psicoanalista.
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5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Sobre yo y el amor
Película entretenida, divertida y que da mucho para hablar sobre el "yo", el amor y cuando organizas la vida en torno a una persona y esta persona te falla. Bien dirigida, el protagonista hace un gran personaje, que a veces recuerda a Woody Allen, incluso va a un psicoanalista. La música es bonita, la mayoría de las canciones son interpretadas por Jorge Drexler.
En la vida hay personas que han tenido suerte en el amor, ya por ellas mismas o porque la persona que han conocido en su vida no les ha fallado, a veces su existencia es feliz, aunque monótona, y otras es divertida, de todo hay en esta vida. El protagonista está profundamente enamorado de su pareja, y su compañera parece que también, aunque al encontrar a otra persona que le cambia la vida abandone a su marido. El abandonado, al principio de su drama, no entiende por qué le han dejado cuando todo marchaba bien. Quiere saber el por qué de esta situación, y además intenta recuperar a su amada. Al principio según él pasa por una situación de dolor, luego de angustía y luego poco intenta rehacer su vida.
El título de la película es muy significativo, en esta pareja al principio parece que no saben vivir uno sin el otro, pero al cabo del tiempo el protagonista masculino después de innumerables tropiezos, consigue reencontrarse consigo mismo y, al mismo tiempo, con el sexo contrario.
En fin, una película bien hecha, divertida y al mismo muy ilustrativa sobre la psicología de las personas.
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4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
La película con la que más me he identificado nunca
Normalmente, cuando veo una película, ya sea de amor, de acción, comedia, o lo que quiera que fuese, jamás he sentido que en esa historia yo podría ser perfectamente el protagonista. Si sentí otras veces que eso pudo pasarme a mi, o podrá pasarme, pero jamás sentí que lo que estaban contando se pareciera tanto a lo que yo pasé una vez.

La película cuenta, con todo lujo de detalles, como un hombre (Diego Peretti), al romper con la mujer que acaba de casarse, se hunde totalmente y lo pasa fatal viendo como pasa el tiempo y no sabe salir de ahí, viendo como cuando puede volver a rehacer su vida, las ansias por volver a tener lo que tenía le juegan más de una mala pasada.

La escena con el contestador es sencillamente fantástica. La verdad que acabé muy satisfecho de no haber dejado escapar la oportunidad de visionarla. La recomiendo, sobre todo, a cualquiera que lo haya sufrido.
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4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Bienaventurado el que cuida de sus amigos abandonados, porque cuando le abandonen él será cuidado.
Como la vida misma: amores que empiezan, amores que terminan, duelos que hay que pasar, olvidos que tardan en llegar, olvidos que por fin llegan, reinicios a la vida... y otra vez: amores que empiezan...

Juan Taratuto nos cuenta con tono ligero el proceso en esta comedia agridulce que tiene momentos verdaderamente divertidos. El personaje principal resulta tan patético, tras el abandono de su mujer, que es imposible no confraternizar con él. Verdaderamente memorables son sus conversaciones con el psiquiatra. Son tannnn argentinas!!!!!

Tengo que reconocer que me encanta Diego Peretti. Tiene una vis cómica increíble, acentuada por una fisonomía casi de tebeo que le va de perlas al papel. Realmente el peso de la película lo lleva él; a su lado Soledad Villamil es una mera comparsa, y su personaje carece de relevancia. Taratuto bien podía haberlo reducido a una voz; de hecho creo que la presencia física de la esposa sobra. Su personaje queda mucho mejor definido en las conversaciones telefónicas.

En fin, quién no ha hecho de terapeuta alguna vez con un amigo abandonado? Quién no se ha emborrachado con él o ella, o le ha concertado citas a ciegas, o se ha echado a temblar cuando ha visto su número en el móvil? Reconócelo, seguro que tú también lo has hecho, y puede que hasta alguna vez te hayas hecho el loco y no hayas contestado.

Por cierto, Gilbert, qué malo eres. Te han tenido que putear mucho tus amigos abandonados. Pobrecillos, leyendo tu crítica me han dado una penita! Con amigos como tú, quién necesita enemigos? :)
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4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Ser humano en los tiempos que corren
Si esta peli te identifica, no es tanto por la labor fantástica de sus integrantes sino porque ha sabido captar desde aquellas pequeñas cosas un sentir universal de crecimientos, logros y desengaños. No sos vos, soy yo (y dicen que no es pretenciosa) se encaminó por el arduo camino del amor en todos sus procesos evolutivos. El asunto es que parece una historia menor porque no se "atreve" a desprender de su mensaje una perspectiva trascendente, digamos filosófica de aquello que expone. Nada más innecesario, como si encarar el día a día de una persona en medio de una soledad no buscada no fuera un tema mayor. Una frase dice: "no hay asuntos menores o mayores. El resultado final depende de como están encarados".

Lo que aquí sorprende no es la pérdida, ni un eventual hallazgo final. Lo que aquí se demuestra es eso que justamente se elude en este tipo de propuestas: el doloroso trámite del duelo con su consiguiente manotazo de ahogado en búsqueda de un nuevo logro que nos asegure el equilibrio. Peretti pasa por todos los estados reconocibles luego de una tragedia amorosa. Taratuto, en vez de caer en el vicio de generar una típica elipsis "antes/después" para exponer las dos etapas clave del protagonista, decide con una pericia notable y un don de síntesis envidiable desarrollar el proceso de transición entre los dos extremos de la balanza. En No sos vos, soy yo importa el medio de la torta y el como está descrito desde la perspectiva de un hombre tan común que con dos palabras abarca al género humano por excelencia.

El tono de la obra es de una jocosidad depresiva que marca un ritmo perfecto. Se aleja de cualquier realce épico de actitudes nobles hiperbolizadas para trazar perfiles de una naturalidad que da miedo. No sos vos, soy yo no admite odiseas extravagantes. Por el contrario, Peretti es ese Ulises de James Joyce que se cae, se levanta, camina, vuelve a caer para luego levantarse dentro de un contexto mundano que se aleja de los arquetipos universales para finalmente, y paradójicamente, quedar enmarcado dentro de ellos.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Un drama para partirse de risa.
Una película modesta, de la que no te esperas demasiado... pero que poco a poco va dándote más cosas, atrapándote con las tribulaciones de su personaje y, cuando te quieres acordar llega el final y te das cuenta que te lo has pasado fenomenal, disfrutando de un humor muy especial, sí, con cierto punto woodyalleniano.
Un prometedor trabajo de Taratuto, que pese a algunos baches, sabe sacar la historia adelante con el inestimable aporte de unos actores en plena forma.
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5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
¡VIVA, COMO SIEMPRE, LA ARGENTINA¡
Sin duda, una comedia de lo más grande y de lo más argentina. Con ese toque tragicómico que nos muestra verdades de la vida como el desengaño, la apatía, la desilusión, y la lucha, la amistad, el amor...en fin, ingredientes no le faltan hasta película para reir y para reflexionar, para sentir y para pensar. ¡Qué grande, pive es vuestro cine¡ Sos la leche. Gracias, una vez más.
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5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Mundstock hace de Mundstock
Esta cinta de Taraturo logra momentos de verdadera comedia, especiales son aquellas en las que Marcos Mundstock realiza un buen trabajo en el rol de un analista recordándonos sus actuaciones inigualables con los Luthiers.
Hay muchas cosas que recuerdan a las buenas películas argentinas de los ochenta con deliciosos guiones. Eso es lo bueno y lo malo de este largo, para empezar, el personaje principal está lo suficientemente bien construido para mantener la tensión a lo largo del metraje. Otra cosa es su originalidad, desprende un cierto aroma a Woody Allen, unas ciertas maneras de torpe empedernido carne de psicoanalista que resuenan en la memoria.
Soledad Villamil en el papel de su mujer no alcanza una interpretación tan redonda como la oscarizada El Secreto de sus Ojos, 2.009 Campanella, en la de Taraturo existen algunas escenas en las que no está altura. Hay que decir en su descarga que el guión guarda las peores líneas para ella y existen dos o tres escenas que el montador debiera hacer desaparecer.
Se hace largo el film por la previsibilidad que encierra todo el asunto. Los cambios psicológicos a los que se enfrentan los personajes, además de intuidos con demasiada facilidad, no tienen causas suficientes para ser interpretados, algo que hay que manejar muy bien en estructuras narrativas como ésta.
Encuentro, sin embargo, que los secundarios están mejor trazados y hacen mucho más soportable este metraje que, con mejor guión y una pizca de originalidad, hubiera alcanzado mayores cotas.
En el haber del film juega la mejor idea que posee el guión, el hecho de que los paraísos perdidos no existen, y los milagros tampoco; la defensa de la cotidianeidad y de ciertas formas socráticas de búsqueda de la propia naturaleza es lo más aprovechable de la historia.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
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