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21 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
6
La fiesta
La vida de excesos que llevaban en la disco Studio 54 no es eterna. Y el elitismo que ahí se vivía, era solo un espejismo, en un mundo en el que la droga, el sexo y el codearse con la farándula eran efímeros.
Steve Rubell (Mike Myers) el dueño del lugar, ofrecía un lugar para las fugas de la realidad, que muchos jóvenes querían vivir. Un sueño embriagador, es Studio 54.

Gran actuación de Mike Myers dándole al personaje lo necesario para hacer creíble un personaje sumergido en “la fiesta” y embriagado en el ambiente retro de Studio 54.
Película de agradable ambiente nostálgico.
Sentidos embotados en la bendita juventud.
Sensualidad en la noche Neoyorquina.
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26 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Si pudieras leer mi mente.
Tal vez no sea de las mejores que se han hecho sobre la fiebre discotequera de los ochenta, pero solo por disfrutar de su banda sonora, que machacó las pistas de baile el último año del pasado siglo, merece la pena verse.
Recomendable para fanáticos de la música disco de paladares poco exigentes, servirá como retrospectiva de una etapa alegre y desenfadada.
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15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
54: The Director's Cut, a new Masterpiece is born
Escribí mi crítica a propósito de 54 el 27 de marzo de 2007 (ventajas del cajón desastre que es internet). Hoy me decido a eliminarla (pese que estaba bien valorada por mis compañeros usuarios, y la conservo en el apartado de Spoilers) tras haber podido ver, por fin, la verdadera película que había detrás del 54 del 98, un film que, a pesar de sus errores, siempre encontré entusiasta en su hedonismo, en la transparencia de sus interpretaciones, y en las zonas oscuras de un guión, que por fin ahora, más de 15 años después, ha salido a la luz con 54: TDC, que da verdadero sentido al concepto de "el montaje del director".

¿Por qué dedicarle dos críticas escritas de la misma mano a una película? Fácil respuesta: son películas completamente distintas. Amputada en el 98 por el aventurado salto hacia lo “inmoral”, el montaje de aquella cinta se alteró, eliminando casi 40min de metraje, rodando 30min nuevos, añadiendo la voz en off de su protagonista, y promoviendo a una Neve Campbell post Scream de cameo a interés amoroso de Phillippe y cabeza de cartel, y por último alterando el orden y sentido de la mayoría de sus escenas. Lo que en el 54 del 98 quería ser una fábula moral sobre el éxito, el exceso, el ascenso, la caída y la redención (aunque finalmente quedaba más en una estética y forzadamente melancólica anécdota); es ahora la desprejuiciada historia de amor de un menage à trois, a la vez que un retrato sin concesiones de un lugar, un momento, y sus gentes. Comparando ambas cintas, sólo el personaje de Steve Rubell (pletórico, antes y ahora, Mike Myers) conserva su esencia; todos los demás cambian absoluta y afortunadamente, convirtiéndose ellos ahora en unos seres arribistas, solitarios, obsesionados con el éxito hasta límites tan terribles como reconocibles. Las acciones de todos ellos van por derroteros nihilistas, disfrazadas de un hedonismo salvaje, de dar la espalda al tempus fugit, de convertir el cuerpo en un mapa de la noche antes del alba, criaturas nocturnas, como diría Hopper.

Y esa trasformación de los caracteres de personajes da lugar a unas interpretaciones, ahora sí, soberbias en su valentía, en el arrojo, en la sinceridad, en la falta absoluta de pudor y de falso estatus de estrella juvenil. Por eso es fascinante observar como Ryan Phillippe, ahora con la mejor interpretación de su carrera, encara a un joven tan simple como oscuro, tan plegado a sus propios deseos que es capaz de traicionar incluso al verdadero amor. Por eso el personaje plano que antes era Breckin Meyer, es ahora un conmovedor hombre enamorado incluso de sus propios conflictos. Por eso la luz que ya irradiaba Salma Hayek, ahora tiene sentido como alegoría de la escasa pureza de los recovecos del 54. Por eso, Neve Campbell renuncia a la mayor parte de su storyline y de sus escenas de aquella película de hace 15 años, para transmitir la triste y solitaria idea del éxito a cualquier precio y de la mediocridad de muchas supuestas celebrities. Y por el camino, además, ganamos en grandes secundarios como Sela Ward (que con una pincelada define a toda una clase de cuervos con forma de millonarios), Michael York o Ellen Albertini, que ya conmovía en la primera versión, y ahora directamente duele, porque no es la víctima de un guión tramposo, si no un peón mas del juego cruel de todos los demás personajes.

Admiro a Mark Christopher por pasarse la mayor parte de su carrera, y por ende, de su vida, queriendo contar su historia, amando a sus personajes, luchando por su visión. Antes de poder rodar el largo, ya había mostrado el 54 en un par de cortos. Después de la mutilación de su película (de la que él, por declaraciones de la época, salió como un caballero), ha estado una década y media luchando para que su verdadera visión viera la vida. Y ahora lo ha hecho, y hemos ganado en todo. El 54 ahora por fin es un personaje más y no una simple evocación. En 54: TDC, la discoteca es un monstro tan voraz como fascinante, que se traga vidas y energías a la vez que las sublima. En el fascinante uso de la música y el sonido (ahora en todo momento se oyen los bajos de la eléctrica música disco, ya no sólo una lista de éxitos muy bien seleccionada), y de la luz (las escenas en el interior del 54 han sido ahora oscurecidas, y por momentos la película es una experiencia sensorial, un viaje por los claroscuros de una fiesta que no acaba –y el clímax, antes inexistente, es ahora opresivo, narcótico, frenético, rodado de forma magistral-).

Y una de las cosas más memorables de este renovado 54 es su montaje. Pienso que estas dos películas deberían estudiarse en las escuelas de cine para descubrir la imperativa importancia del montaje. No sólo el mensaje de la película ha cambiado, también su trama principal, su ideología, su forma. Hay escenas que siguen siendo exactamente iguales que en el 98, pero significan algo completamente opuesto, por la simple incursión de una mirada que antes no estaba, de una canción que antes sonaba en otro lugar, por el sitio en el que están entre otras escenas. Y el 54 del 2015 es una película tan valiente como el New Queer Cinema que surgió en los 90 (Jarman, Aaraki, Clark, Korine), pues presenta a sus personajes con esa misma sexualidad ambigua, retrata sus excesos sin juzgarlos, no existen héroes redimidos, ni víctimas, ni villanos de tebeo. Es gente que vive el momento en el que se encuentra, y la cámara y el guión lo retrata de forma fiel a la realidad, pero elevándolo a su vez a una categoría poética.

54: TDC probablemente adquirirá categoría de culto con el paso de las años, por sus valores cinematográficos y metacinematográficos. Su historia, delante y detrás de la imagen, tiene el mismo poder de atracción que su objeto de estudio. Pero ante todo, la película es una muy buena película, un conmovedor retrato de una época, y un apasionado romance sin prejuicios, defendido desde la libertad, desde la sinceridad de las pasiones y las heridas (visibles e invisibles) del exceso.
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9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Studio 54
Salma Hayek; siempre la he seguido a través de de su paso por Hollywood y si bien no es una excelente actriz, es una mujer bella que se ha hecho costumbre aparecer en varias películas al lado de los galanes de moda. Y quiero decir que ella es el atractivo principal por el cual yo vi esta película. Es como una de mis musas, además es mi “paisana”. Salmita es una de mis fantasías…. Cuestión de gustos.
La película es entretenida, si me gusto, pero no será de las mas recordadas.
Posdata: el gran comediante Mike Myers también aparece y vale la pena su actuación
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15 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Se acabó la fiesta
Se celebra la existencia de la discoteca de moda de finales de los 70, el momento cumbre de la música disco. Es una especie de homenaje al dueño de esa discoteca: Steve Rubell, que triunfó gracias a su originalidad y sentido del negocio; él era el que elegía quien entraba en función de sus gustos y caprichos.
Lo mejor es la recreación del ambiente; consigue contar el vértigo fiestero, la trivial depravación, el hedonismo propio de la época; el hecho de que todo el que fuera alguien en el mundo del espectáculo tenía que estar ahí.
Lo más flojo es la dramatización, la rudimentaria creación de personajes y la inevitable moralina.
La historia muere de indefinición; comienza con fuerza y brillantez pero poco a poco se va apagando, enredando en una trama aburrida y banal, enfangando en tópicos sentimentales que no llevan a ninguna parte; como si no hubieran sabido elegir entre apostar por la reivindicación del placer, la fiesta y la amoralidad o, por el contrario, hacer la típica película con el típico guion en el que el héroe pasa una serie de dificultades, comete errores, los supera, aprende grandes valores y, de paso, se enamora. Se mezclan las dos opciones; como si el director no se hubiera atrevido (o no le hubieran dejado) a hacer algo más valiente y arriesgado y, por ello, hubiese metido los enredos amorosos y las moralejas, pensando que así sería más comercial y rentable.
El resultado es un entretenimiento aceptable, en el que no se cargan las tintas (no cae en tragedias innecesarias ni en excesos sensibleros), banal, llevadero, que se lía un poco y se pierde en explicaciones y tonterías, pero que es rescatable como recuperación de una época memorable y definitivamente perdida.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
el mundo de la noche y el torso de Ryan Phillipe
54 es una película con un guión interesante y entretenido, que refleja el fascinante mundo de la noche pero sin olvidarse de ese lado oscuro y duro que tiene y que nadie quiere ver. R. Phillipe sin parecerme mal actor (tampoco bueno), hace que te medio creas la película, y de paso te enseña su cuerpo serrano, que para much@s será lo mejor de ésta, ya que está francamente increible el chaval. Música fantástica, chicos y chicas guapa y decorados que emboban conforman una película que bien te puede tener entretenido una tarde.
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6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
"If you could read my mind..."
Llevaba tiempo encaprichada con esta película y por fín conseguí verla ayer. No es un bodrio pero sí es cierto que me esperaba más y me ha decepcionado un poco. Parece mentira, pero lo mejor de la cinta, con diferencia, es el actor Mike Myers, demostrando que es un buen actor cuando le da la gana, y que es igual de capaz de interpretar un papel serio (como es este caso), que de encarnar a personajes disparatados como en la saga de "Austin Powers". El guapo Ryan Phillippe me parece un actor con un gran potencial, me ha gustado su actuación, me ha parecido convincente y realmente el chico puede presumir de aparecer especialmente atractivo en este film. Neve Campbell está aburrida y sín chispa ninguna. Su relación con el personaje de Phillippe es poco creíble y está mal desarrollada, totalmente desperdiciada. Me da la impresión que esta actriz se ha estancado en su carrera cinematográfica. Salma Hayek vuelve a lucir palmito y vuelve a ser la chica latina típica. Está totalmente encasillada esta actriz y aquí su actuación no me ha gustado, sobreactuada y poco natural. Sela Ward, quién aparece muy poco, en cambio me ha encantado, es una actriz que suele gustarme, aunque no se prodiga mucho últimamente. La ambientación es buenísima y la banda sonora no está nada mal, siendo la canción que da título a mi crítica, mi preferida.
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5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
¡Todo el mundo a fo... bailar!
Seguramente, al que no haya vivido en Nueva York y no haya conocido la época de máximo esplendor del Studio 54 (como yo, todo sea dicho), la película de Mark Christopher se la traerá floja y es que el realizador retrata la despendolada vida nocturna de un local donde el dinero y los excesos se daban cita gracias a cuatro vividores con pasta, que se dejaban la moral en el guardarropa y se dedicaban, puertas adentro, a hacer lo que les daba la gana; hasta que alguien puso fin a todo aquello y cerró las puertas para siempre. Como no te guste la música de aquella época o te resulte curiosa la interpretación 'dramática' de Mike Myers, la película perfectamente te podrá parecer más intrascendente de lo que ya es.

Eso si, la película no es nada del otro mundo, pero no veas como se vendió su banda sonora.
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5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Pudo ser más con otro Shane
De entrada tengo que decir que el gran lunar de este filme es la actuación de Ryan Phillipe. En principio está bien, cuando interpreta a un muchacho de casa, con una familia convencional y una forma de ser convencional. Digamos que ahí el papel es creíble, como ajustado al joven. Pero después, cuando la aventura del estudio 54, la gran discoteca, comienza, es como si nada hubiera pasado: Ryan Phillipe sigue siendo el mismo Shane. Esto por supuesto hace caer la película, que, hay que decirlo, es buena, agradable, entretenida.
La salvan la música disco, el ambiente de las discotecas, las actuaciones de Mike Myers y Sela Ward, el testimonio de una época liberal en la que todos debían probar lo que había por probar.
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3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Una mirada nostálgica al pasado
No todo fue bueno en las noches de los 70/80, pero su influencia en la actualidad es innegable. Por ello esta película es recomendable para todo el que quiera entender la historia de las discotecas y las noches de fiesta y desenfreno. También para quien le guste de por sí todo eso, en la actualidad, y sobre todo de aquella época.

La historia en sí de los personajes es más bien flojita (es de agradecer que tampoco enreden mucho con ella), pero cuando se liga a la que fue la discoteca más famosa del mundo, el Studio 54, es interesante, incluso hace querer vivir en aquella época y tener la oportunidad de vivir desde dentro lo que fue aquello y bailar musica disco sin parar rodeado de la gente más desinhibida y con ganas de juerga posible. Sin tanto desenfreno de drogas, eso sí.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Más que Studio 54, Studio 69
Un ingenuo y guapo joven de la periferia desfavorecida de Nueva York sueña con frecuentar la discoteca más vanguardista del mundo y codearse con una exuberante famosa de mismo origen humilde. De manera que el muchacho comienza por cambiar su look, y su suerte cambia la noche que le dejan entrar en el 54. Este es el comienzo de una historia bien narrada, entretenida y bienintencionada. Tenemos el aliciente añadido del acompañamiento de música dsco de calidad, que si bien no es de mi gusto personal, va perfectamente a tono con la historia.


LO MEJOR: Sin desdeñar el trabajo del resto del reparto, Mike Myers está fabuloso. Tiene tanto carisma que por muchas cabronadas que haga, nunca dejará de caer simpático.

LO PEOR: La moraleja de que no hay nadie con malos sentimientos, ni siquiera los personajes que actúan descaradamente exclusivamente en beneficio propio. El film se muestra demasiado amable con los excesos y los trapicheos que se narran sobre la famosa discoteca 54.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Dejen sus problemas afuera...
54 es una película que no engaña, y por ello no se entienden las malas críticas que recibió. No es posible saber qué esperaban crítica y público al enfrentarse a esta película, salvo una crónica de la noche, el desenfreno de toda clase y la peculiar intrahistoria del famosísimo club Studio 54 de Nueva York. Y éso es lo que es. Una entretenida y muy correcta visión de la nightlife neoyorquina de finales de los 70 y principios de los 80, vista a través de los ojos de Shane O'Shea, el protagonista. Además, Mark Christopher hace gala de una considerable sabiduría narrativa, yendo directo al grano y sin perder tiempo. en tres o cuatro breves escenas nos presenta a su personaje principal y lo lleva al 54, y lo que sigue es una secuencia absolutamente brillante que, gracias a la música, la fotografía y los ojos de Ryan Phillippe, llevan al espectador dentro del mundo salvaje del club, sintiendo la misma mezcla de fascinación, rebeldía transgresora e incluso miedo que Shane.
Cierto es que la película tampoco es nada del otro jueves, que es más tópica que nada y que si la historia de la discoteca no entra a la primera no hay manera de soportarla. Además, las andanzas sentimentales de Shane (con los personajes de unas jovencísimas y simpáticas Salma Hayek y Neve Campbell, entre otras) podrían no haber estado, pues son un añadido facilón que paga el peaje de lo convencional y ralentiza el buen ritmo del conjunto general. Pero se le puede perdonar, cuando Christopher se marca ese final tan sorprendentemente emotivo y mágico y saca tanto, tantísimo partido a Mike Myers en uno de sus escasísimos roles dramáticos.

Lo mejor: El principio y el final, dos momentos de gran brillantez en una película no muy brillante en su conjunto, aunque sí correcta. Y las interpretaciones de Mike Myers y Ryan Phillippe (en el caso de este último, no se trata de que merezca un premio ni nada por el estilo, sino de que resulta 100% creíble y es gracias a sus ojos que el espectador se introduce de un salto sin red en el ambiente del 54, como Shane)
Lo peor: El ritmo es algo irregular por la parte sentimental de la historia.... y tampoco es una gran obra maestra, no nos engañemos.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
If you could read my mind saldrías escarmentao
Studio 54 es el caso perfecto de canción que se come viva la película en la que sale. Confieso que desconocía completamente la existencia de esta película, y al Tato le pregunté y a él tampoco le sonaba, así que fíjate tú. Es más, pongo la mano en el fuego por que en las cien veces diarias que ponen el If you could read my mind en Melodía FM los locutores tienen que mirar la chuleta para refrescar el título de la película. Ser un filme poco conocido no tiene por qué restarle valor al mismo, hay muchas joyas ignoradas que merecen ser descubiertas y reivindicadas, pero Studio 54 definitivamente no es una de ellas, y es que es más bien bisutería de los chinos. El protagonista es más soso que el palo de un polo, y su trama de “descubro un mundo nuevo que me gusta y quiero realizarme a través de él aunque sea un tanto sórdido” no tiene ni chicha ni limoná, se limita a lo básico y el guión tiene la inútil habilidad de sortear o de pasar muy por encima los conflictos morales más interesantes (aunque parece ser que en la sala de montaje hubo más tijeras de las que deberían). Y quizás no conecto con su efusiva nostalgia porque más que de discotecas soy de garitos donde sirvan cerveza barata, rock y oscuridad, a lo el Winchester de Zombies party, ¡esa película sí que molaba! Y los zombis daban menos grimilla que Mike Myers.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
La disco donde todos quieren ir
Un gran Mike Myers que es el gran valedor de esta película. Studio 54 una discoteca top, que tiene todo gente famosa, zonas privadas donde se puede hacer de todo, donde una persona normal puede conquistar el mundo o caer en los infiernos. Gente sin escrúpulos que se aprovechan de la inocencia y de las ganas de vivir, mucha gente disfruto, pero mucha se hundió en las tinieblas. La disfruté, la verdad. La recomiendo. Un placer.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Retrato de esa sociedad que mucho envidiamos...
La verdad que me ha interesado bastante esta película, me ha entretenido y me ha hecho ver ciertas cosas de una sociedad que muchas veces envidiamos.

Estudio 54 tiene ese toque de archivo histórico y ese toque de cine ficticio, no se sabe hasta donde está la verdad de este mítico club de Nueva York.

La película entretiene mucho y la verdad que me gustó bastante, a pesar de sus malas críticas.
Hay algo que en especial me gusta mucho, la crítica que se realiza a esas “estrellas” que tienen que recurrir a estas fiestas para hacerse famosos, fiestas que han existido, existen y existirán, desgraciadamente así funciona parte de ese mundo que tanto envidiamos.

Drogas, alcohol y sexo sin control, ese es el mundo que rodeaba a este club que visitaron las estrellas del momento.

Estudio 54 también es una película muy peculiar pues retrata unos años en donde el escapismo y la rebeldía eran el lenguaje de esos días, Estudio 54 retrata a esa represión social en la que un día rompe con todo pero sin ningún tipo de control pero tanta droga tiene muy malas consecuencias…

Quizás no guste a muchos pero me ha interesado e incluso me ha hecho reflexionar sobre ese mundillo que tantas veces envidiamos, esas falsas estrellas televisivas.
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2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Gays, drogas y famosos.
Una vez la película estuvo rodada se le cortaron 45 minutos, la película duraba 1 hora y 45 minutos, y acabaron en la basura las escenas gays que interpretaba Ryan Phillippe. Para rellenar se añadió la relación con Neve Campbell que por lo visto no funcionó tan bien como se esperaban.
Ahora se ha podido ver la versión original sin censurar en el OutFest de Los Angeles y por lo que dicen la versión original está mucho mejor y es mucho más gay.
Esperemos que editen una ‘versión del director’ y que podamos disfrutar, aunque tarde, de esta película. La banda sonora es digna de escuchar.
Studio será el título de esta nueva serie del que de momento tan sólo se rodará un piloto y que además podría estar dirigido por Brian Synger (director de Sospechosos Habituales, Seven o Supermán Returns así como uno de los artífices de House).
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
ANÉCDOTA
Película llena de estereotipos y momentos superfluos en la que los clichés cobran carta de naturaleza y lo superficial asume un papel preponderante.
A pesar de disponer de una buena historia, el largometraje siempre parece esclavo de un guión toscamente urdido y la dirección (a cargo de Mark Christopher) se enreda en una serie de insuficiencias formales: la escasa definición psicológica de los personajes, los saltos en la narración, la desproporción de las situaciones, etc.

El film se hace más aburrido a medida que avanza y es incapaz de mostrar un verdadero pulso narrativo o de ofrecer algo distinto a la mera anécdota.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Aquellos inocentes trajeados.
Me alegra ver que una crítica ha podido explicar las diferencias entre la versión del director y la versión que Harvey MANOS TIJERAS se encargó de entregar a finales de los noventa.

Me duele mucho decir esto (sobre todo sin ver la versión del director) pero el largo en cuestión apesta a MOJIGATERÍA hollywoodiense.

Se salva un personaje...Mike Myers. Lo dicho sobre él es cierto. No me gusta su humor y nunca me ha parecido gran cosa...pero el tipo está INMENSO.

El resto es la historia de siempre, joven chico de pueblo que busca abrir sus oportunidades, su interés amoroso (el cuál carece de sentido y con una Neve Campbell bellísima pero con un personaje ridículo), chanzas y diálogos sobre sexo que dan a entender que hay una alta orgía planeada pero que queda reducida a la nada (y hace que las actitudes no cuadren), una subtrama de drogas que parece de un episodio de Miami Vice y un final más bien del montón que deja a la mayoría de personajes en un lugar dónde no deberían estar.

Eso y la voz en off.

Y lo triste es que no es una película entretenida. Pierde fuelle, ese triángulo amoroso que parece que va a ocurrir nunca ocurre (lo cuál minimiza el rol de Hayek y de Meyer), todas las relaciones van a bandazos y...muchas cosas más.

Desastre. Pero me gustaría ver el montaje del director. Da la sensación de que este SÍ QUE QUERÍA poner la carne en el asador.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Efímeros sueños de oropel
No se si mi opinión está viciada porque me gusta poco la vida nocturna y las discotecas, aún así me gustó la ambientación pero la película no llegó a resultarme interesante ni entretenida.

Los actores estuvieron bien pero tampoco cautivaron, los que más me gustaron en algunos momentos fueron Salma Hayek y Mike Myers. Aunque creo que el guión tampoco les dejó a muchos de ellos profundizar más en su personaje.

Drogas, sexo fácil, intereses creados regados por algún que otro baile, sentirse fashion. Ah y me olvidaba otro componente "vital": el dinero.
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1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
¡Fiesta, fiesta!
Aunque el hilo conductor sea la historia del protagonista, que quiere ganarse bien la vida y al mismo tiempo estar continuamente de fiesta, esto es una excusa para mostrarnos la vida nocturna de la famosa discoteca neoyorkina.
Sexo, drogas y alcohol, abundaban en un local con varias zonas diferenciadas y al que acudían muchos famosos, como por ejemplo Truman Capote, que aparece de refilón en la película.
La trama de los personajes no es demasiado interesante en ningún momento, siendo la discoteca en sí misma la verdadera protagonista, como entorno de muchas anécdotas de la gente que se movía por ahí.
Ryan Phillippe encaja perfectamente como el guaperas que solo quería pasárselo bien y termina de camarero florero en esta fiesta sin fin.
Neve Campbell aparece muchísimo menos de lo que la promoción del film promete, siendo Salma Hayek más importante en el reparto.
Quizás el actor que mejor esté sea Mike Myers como el dueño del local, con una vis dramática que consigue que nos olvidemos de su famoso Austin Powers.
Una de las mejores bazas de la película es la música que podemos escuchar. Pero tengo que decir que esto no es mérito del film, porque a lo único que se limita es a recopilar canciones, muy buenas algunas, sí, pero que ya existían hace décadas. Hacer una excelente lista de reproducción no debería pesar a la hora de valorar una película, aunque muchas veces se caiga en esa tentación.
Es entretenida sin más. Eso se nota, sobre todo, cuando se ve más de una vez, y nos damos cuenta de que no es mucho más que un bonito envoltorio, pero sin demasiado contenido.
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