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385 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
7
Hooper hace un buen musical, Carol Reed o Stanley Donen habrían hecho el mejor musical de la historia.
"¡Pero si no hablan!, vaya coñazo, vámonos". Eso debió pensar la pareja que bajaba la escalera transcurridos apenas 35 minutos de película.

Es inevitable que en algún momento las dos horas y media de película se hagan un poco pesadas. Que la narración de la historia sea cantada tiene sus puntos débiles que luego comentaré, pero primero quiero hablar de otros factores que hacen que ese sea un problema menor.

Por encima de todo, el reparto. El rodaje tuvo que ser duro, se les ha exprimido al máximo desde luego. Supongo que como medio mundo, Tom Hooper vió la ceremonia de los Oscars de 2009. Aquella que Hugh Jackman y Anne Hathaway presentaron como si un musical se tratara. Ambos estuvieron magníficos e hicieron de una tradicional gala sosa (sin Billy Cristal no era lo mismo francamente) todo un show. Aquel 23 de Febrero presentaron sus credenciales para que alguien les diera la oportunidad para hacer un musical. Y casi 4 años después así ha ocurrido.

Ella, en su pequeño papel, se come la cámara. Su breve escena en primer plano llorando y cantando transmite y emociona más que otras actrices en toda su carrera. Su voz es notable pero nos gana como se mete en su papel, parece que vive el sufrimiento en sus propias carnes y lo traspasa al espectador.

Cuando veo en la tele a las guapas de turno del panorama español “actuando” y luego veo esto, me hierve la sangre. Que se llamen como quieran, modelos, presentadoras pero la palabra actriz que ni la nombren.

Hablemos de Hugh Jackman. Me atrevería a decir que hace el papel de su vida. Nunca le vi tan bien. No sólo su voz raya a buen nivel sino que al igual que Anne transmite con el rostro y los ojos emociones a borbotones.

Pero es que son todos, Russel Crowe enorme también. Este se adapta todo, le da lo mismo gladiador, policía, matemático esquizofrénico, boxeador en pleno crack del 29, Robin Hood, agente de la CIA con 25 kilos de sobrepeso, lo que sea, es capaz de todo. Es de esos actores que con su mera presencia en pantalla tiene medio trabajo hecho. Su versatilidad pone el resto, esta vez con una grave voz es más que suficiente.

Y asi podia seguir y no parar... desde los simpáticos Sacha Baron Coen y Helena Bonham Carter, pasando por el encantador y valiente niño rubio “Gavroche” (protagonista de dos momentazos del film) o las dos preciosidades que dan vida a Colette. Perdón, Cosette jajaja.

Sin duda, una película en la que el trabajo interpretativo roza la excelencia, sólo por eso ya merece la pena que sea visionada.

Sin embargo el trabajo de dirección tiene fallos que lastran más de lo deseado lo expuesto anteriormente.

Son comprensibles (y necesarios) los primeros planos al cantar, es la manera más directa de llegar al espectador, pero Hooper abusa en exceso del zoom de la cámara. En varias ocasiones la cámara se mueve demasiado y sigue la acción demasiado cerca. Esto exige al espectador un gran trabajo de concentración, acabas agobiado del movimiento de la camara. ¿Alguna vez han visto una película en 2ª o 3ª fila?. Pues la sensación que produce a la vista es parecida.

No es nada fácil seguir una película totalmente cantada durante 2 horas y media. El espectador tiene que estar leyendo y viendo a los protagonistas casi al mismo tiempo. Al espectador eso le cansa. Hooper tenía que haber relajado la vista del espectador con planos lejanos o panorámicos. En las batallas creo que hubiera sido mucho mejor alejar la camara o hacer algun "travelling" para seguir la acción con mas amplitud. Con tantos personajes en pantalla los planos cercanos empañan el seguimiento. Y no es necesario zarandear tanto la cámara, en algun planos la camara fija habría dado mas rendimiento. Un gran musical tiene que tener un buen repertorio de planos y en este sentido Los Miserable está limitado.

Volvamos a que sea totalmente cantada. Entiendo que a mucha gente le disguste pero Hooper no quiere hacer el típico musical de cine, quiere ofrecer un espectáculo en directo y a pesar de que cuesta un poco acostumbrarse el resultado final es satisfactorio. Dicho esto no se puede negar que los diálogos hubieran estado bien para que una vez más el espectador tenga tiempo a descansar la mente y seguir en plenitud el desarrollo de la película.

Es precisamente el problema de la cámara el que acentua la dificultad de la narración cantada y viceversa. O metes más diálogo o grabas mejor, pero de esta manera el que hace todo el trabajo sucio eres tu.

No hubiera estado de más algun pequeño baile. Es dificil hacerlo sin que la historia pierda seriedad pero teniendo a la pareja Sacha/Helena era una buena oportunidad. No me importa la verdad, aunque insisto en que estos detalles facilitan la atención del espectador.


Estos fallos no pueden con la grata sensación que deja el film. Son muchos los momentos en los que la música y las voces te meten de lleno en la historia. La sensación de ver algo “en vivo” esta muchas veces presente y se vive una experiencia diferente.

Hooper opta por hacerlo como lo ha hecho y no me parece mal, esto no es Moulin Rouge o Chicago, busca otra cosa, la que no encontró la pareja que abandonó el cine. Es lo que tiene ir a ver una pelicula porque sale Lobezno y "el de Gladiator". A 9€ la entrada hay que saber lo que uno va a ver. Si no pasa lo que pasa...


En definitiva, salí bastante contento del cine. La historia, la música y el reparto hacen de "Los Miserables" una buena película, pero podía haber sido un musical más fácil y gozoso con otro director porque lo tenía todo.

Si lo hubiera hecho Carol Reed con los espectaculares planos y puesta en escena de "Oliver" o Stanley Donen con su impecable factura artística, posiblemente estaríamos hablando del musical más completo y épico de la historia.
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190 de 222 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
I Dreamed a Dream
Vaya por delante que no soy una gran admiradora del cine musical. A pesar de que en los últimos años el género consiguió modernizarse un poco con películas como Chicago o Moulin Rouge, la mayoría de los musicales estrenados en los últimos años no dejan de ser una serie de coreografías más o menos llamativas al servicio de historias planas (véase Burlesque, Mamma Mia o Hairspray) y eso por no hablar de las clásicas películas con las que cada año nos aterrorizan en navidades, (como Mary Poppins o Sonrisas y Lágrimas)

Los Miserables es algo muy distinto a todo lo que hayamos podido ver antes.
Aquí las canciones no están al servicio de la coreografía, sino de los sentimientos y de la historia. Desde el minuto uno, los primeros planos del (colosal) Hugh Jackman, mientras que narra su vida, despejan todas las dudas o prejuicios con los que podíamos haber entrado en la sala. Y es precisamente en este sentido, que la película roza (sino alcanza) la perfección: el reparto es insuperable desde el primero al último, pero con mención especial al citado Hugh Jackman y a una espléndida Anne Hathaway, que logra ponernos los pelos de punta con la versión de “I Dreamed a Dream”: 5 minutos de auténtico cine condensado en un solo plano.


Si bien es evidente que el material con el que cuenta Tom Hooper es indiscutible (Los Miserables lleva más de 25 años paseándose por los teatros de medio mundo) queda patente que el director no solo comprende el mensaje que Victor Hugo quería transmitir con esta obra, sino que respeta de manera increíble el original y deja claro que no solo bebe de influencias teatrales: el espíritu de David Lean sobrevuela bastantes partes de la película y es inevitable ver influencias de Doctor Zhivago en varias partes de la historia, especialmente en la segunda parte del film, donde empezamos a ver el alzamiento del pueblo contra los represores.


En definitiva, Los Miserables es, una historia de superación, de redención y de amor en el sentido mas amplio de la palabra, que logra abordar con gran acierto temas universales: porque todos hemos sido en algún momento de nuestra vida como Jean Valjean, como Fantine, como Eponine e incluso como Javert.

Una película del todo recomendable que es difícil que deje insatisfecho, y un gran despliegue musical al servicio de la historia donde todo logra destacar (actores, vestuario, ambientación…) pero nada ensombrece ni nos aparta por un momento del mensaje principal de la película:

Aquel que quiera cambiar el mundo, primero debe ser capaz de cambiarse a si mismo.
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197 de 256 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Sentimiento por encima de técnicas y pedantes
No voy a entrar en si Hooper es buen o mal director, porque debe ser muy complicado hacer una mala película cuando la historia la ha escrito Victor Hugo y la música Claude Michel Schönberg.

Pero voy a contar algo que quizás resuma su valoración mucho mejor que las pedanteces que tenemos que leer en sus críticas más feroces (algunas en la propia página de presentación de la película en filmaffinity son, no sólo falsas, sino de mal gusto).

Nosotros fuimos a verla con mi madre, una mujer de 84 años que no sabe inglés y lee muy despacito, por lo que se enteraría sólo de los subtítulos cortos o a trozos. Yo ya había leído que casi no hablaban entre canciones por lo que tenía mucho miedo de que mi madre no disfrutara 2 horas y media de película, con poco diálogo para hilar las escenas y canciones en inglés que tendría que entender en gran medida por las imágenes.

Así se lo conté antes de llevarla al cine, diciéndola además que a pesar de todo la historia era maravillosa y que confiaba en que la fuerza visual del cine sirviera para narrar la historia. Ella me dijo que confiaba en mí y que quería verla.

Fuimos y de vez en cuando la miraba por el rabillo del ojo para comprobar que estaba ensimismada en la película, aproveché algún momento entre canciones para susurrarla saltos bruscos de guión (como cuando el alcalde acude al juicio del inocente) y me aislaba del cine y del mundo igual que ella cuando arrancaban las canciones. Cuando terminó la película mi madre estaba en la butaca de al lado secándose las lágrimas y antes de que pudiera preguntarla me miró con una enorme sonrisa y me dijo "Gracias, muchas gracias".

Ahora los cretinos poneros a hablar de los movimientos de cámara, del exceso de primeros planos, de las técnicas vocales o de las pocas coreografías; que nunca podréis empañarme las sensaciones que me despertó y el espléndido sabor de boca de ver a mi madre disfrutar así.
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164 de 211 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
El poder de la BONDAD
Victor Hugo, Claude-Michel Schönberg y el alto nivel de un reparto en verdadera estado de gracia, hacen de esta película un auténtico placer en todos los sentidos que el cine te pueda ofrecer.

Las letras de este musical (porque diálogos no hay apenas) son sencillamente sublimes. Te metes en la historia de golpea los pocos minutos. En el mismo momento en el que el personaje de un brillante Hugh Jackman, recibe una lección que cambia su vida. Un acto de amor, de bondad... Desde ese momento sufres la transformación del personaje como si de tu vida se tratara. Básicamente por una razón: CONMUEVE. Conmueve ver gente que tiene unos principios que creiamos perdidos. Conmueve el valor de la amistad, del amor en el sentido más amplio de la palabra y el desamor más desgarrador. Conmueve lo QUE dicen y COMO lo dicen. Conmueve ver personajes desarmados por la bondad, jovenes ilusionados luchando por algo común y que se muestran infranqueables ante todo y todos, al grito de "Red"...."Black". Un grito que emociona y se te mete hasta las entrañas. Escenas inolvidables teñidas de color rojo que se funden con tu corazón, dejandote una sensación de eternidad.

El cine consiste en contar historias y hacerlo bien. Yo hacía tiempo que no sentía TANTO en un cine, hacía tiempo que no me EMOCIONABAN de esta manera. Y cuando el cine consigue eso, la ausencia de coreografías no te percatas hasta que llegas a tu casa y lo lees en alguna crítica, y te dices a ti mismo: ¿A mi que más me dan las coreografías cuando de lo que se trata en esto del cine es de contar historias?
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109 de 117 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
¡Cocacola para todos!
Es negra, hace ruido cuando la viertes, raspa la garganta y tiene un sabor extraño, pero da igual, nos han echo para que la amemos, la tenemos que amar para no ser raro... Bien, los miserables bien podría ser la cocacola del cine. El timo de la estampita, un caramelo sabor a TEDIO absoluto...

¿En que me baso para contradecir lo que tantísimas personas piensan?

Bien, debo empezar diciendo que no he visto el musical de los miserables, aunque si me he leído la obra de Victor Hugo, y la música me ha parecido esplendida, a la par que el vestuario y algunos tramos (como el dúo Bonham Carter/Baron cohen, y el tramo inicial con un soberbio Jackman, e inesperadamente el breve papel de Anne Hathaway... Me quito el sombrero ante ella, cosa que pensé que no haría nunca), pero quitando esto, el film es el tostón mas grande que he visto en mi vida.

Los primeros planos de los personajes de la obra llegan a enfadar hasta el punto de que en dos o tres ocasiones logramos ver la Francia del siglo diecinueve, el resto son primerisimos planos (en algunos momentos llegue a temer que la película acabase dentro del estomago de Russell Crowe) que solo me hacen pensar que 1: Tom hooper es un cobarde, 2: Tom hooper es un mal director o 3: las dos primeras juntas. No se trabajan las coreografías, no se trabaja la expresión corporal... Este tío se piensa que con poner colirio en los ojos de sus actores y plantando la cámara a 4 centímetros de sus caras va a conseguir emocionarnos, cuando consigue todo lo contrario.

A lo largo del interminable metraje, en la sala solo se escuchaban risillas y se veían las lucecitas de los móviles mirando la hora cada veinte minutos.

No dudo que algún fan incondicional de la obra le haya sabido sacar jugo al film, porque indudablemente se le puede sacar jugo, pero para el resto que solo íbamos a ver un buen musical nos hemos encontrado con el mas absoluto tedio, con un aburrimiento infinito y una sensación de no entender que ha echo que esta película tenga mas puntuación que, por ejemplo, un desgarrador y crudo musical (con menos elementos dramáticos, pero bien explotados, ¡es que manda huevos!) como "Bailar en la oscuridad". Increíble, de verdad.

En fin, no pretendo convencer a nadie, porque por lo visto mi visión es de lo mas antisocial, solo deciros que, porque no, vayáis a verla y veáis por vosotros mismos a lo que me refiero.


Lo mejor: La música, el vestuario y algunas interpretaciones puntuales.

Lo peor: Los agotadores primeros planos durante los también agotadores 150 minutos de metraje. Una pena...
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172 de 266 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Hola soy COCO, y voy a enseñaros las diferencias entre un LIBRO, un MUSICAL y una PELÍCULA
Sin ofender, eh, que escribo esto porque veo a gente más perdida que las bragas de Fantine…

Vamos a ver, voy a ponerme en plan COCO viendo que aquí se está valorando la PELÍCULA en función de lo que guste o no el MUSICAL o el LIBRO.

Veamos, soy COCO… y aquí tengo tres objetos diferentes:

—Un LIBRO. En nuestro caso… la obra maestra de Victor Hugo.

—Un MUSICAL. En nuestro caso… el inmortal de Claude-Michel Schönberg y Alain Boublil, uno de los más importantes de nuestro tiempo.

—Una PELÍCULA. En nuestro caso… la que ha dirigido Tom Hooper y con la que quiere llenar una bañera de Oscars.


Repito, soy COCO y voy a revelaros una VERDAD: los tres objetos son… ¡DIFERENTES! Sí, son DIFERENTES. Un LIBRO no es una PELÍCULA, ni una PELÍCULA un MUSICAL… aunque podamos jugar con cualquier variación entre los mismos. Un LIBRO puede ser una PELÍCULA o un MUSICAL, un MUSICAL puede ser un LIBRO o una PELÍCULA y una PELÍCULA puede ser un LIBRO o un MUSICAL… Pero aunque puedan serlo, porque todo es adaptable, son DIFERENTES. Sí, DIFERENTES. Sí, son DIFERENTES.

Entiendo perfectamente que a los seguidores del MUSICAL ese arsenal de sentimientos y revivir las canciones que tanto aman en una pantalla grande con sonido de CINE… les pongan los pelos de punta y salgan en el séptimo cielo cuando acabe la PELÍCULA. Pero precisamente no entienden a aquellos que quisímos que Tom Hooper hiciera una PELÍCULA. Musical sí, pero una PELÍCULA al fin y al cabo. Si le quitas el audio a “Los miserables” queda una sucesión de planos anodinos, sin fuerza y repetitivos. La dirección del director de “El discurso del rey” es una de las más pobres y mediocres que recuerdo. Sí, es cierto que quiere estar en esos palpitantes primeros planos con los sentimientos a flor de piel y viva voz (en todo su amplio sentido) de sus grandes actores… pero repetir lo mismo una y otra vez acaba cansando y fatigando a aquellos que queríamos ver una PELÍCULA. Repito, PELÍCULA.

Entiendo también que si a uno le gusta mucho una canción aunque vea que el videoclip es un rollo-monumental le seguirá gustando la canción e incluso cogerá cariño al videoclip. Y ya que hablo de videoclips diré que a Anne Hathaway le van a dar un Oscar por plagiar el ‘Nothing Compares 2 U’ de Sinead O’ Connor. Sí, es un plagio… por muy bien que lo haga Anne Hathaway. Las cosas claras por muy espeso que sea su rapado. Vean el mítico clip de John Maybury de hace 22 años y luego me cuentan… Por no decir que en la PELÍCULA al final sólo le faltaba el logo IKEA… y aquello de ‘Bienvenido a la República Independiente de tu Casa...’.

A aquellos que les guste ese carrusel repetitivo de planos con las canciones que aman, las batallas de cristofreaks y perroflautas y torpes clímax musicales en un montaje puramente teatral, perfecto. Es vuestro MUSICAL filmado con una cámara de cine. Pero si os gusta como PELÍCULA dentro del género musical con sus nulas coreografías, repetición y nulidad de recursos cinematográficos y nula majestuosidad en los planos generales e incluso cierta pedantería estilística… tenéis que admitir las críticas de los que sí queríamos verlo adaptado de otra manera. Y lo dice alguien para el que “Los paraguas de Cherburgo” (100% cantado) es uno de sus musicales, como PELÍCULA dentro del género, favoritos.

Pero personalmente lo que no he podido soportar es descubrir una de las mayores y terribles visiones para despedir nuestro apocalíptico 2012: en el cielo no crece el pelo… aunque al parecer te lo compensan con un Oscar… cantado, claro.
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135 de 218 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
BRILLANTE PUESTA EN ESCENA PARA EL AMO DE LA FUNCIÓN, JACKMAN
No soy un gran aficionado al género musical, que considero vulgarmente explotado en la última década para fines puramente comerciales, dejando a un lado cualquier atisbo de pericia artística. Burlesque, Nine, Mamma Mia o Across the Universe son una buena muestra de ello. Sin embargo, también han surgido raros especímenes que dignificaban el género basándose en un respeto firme al mismo. Sweeney Tood, Hairspray o Rent pertenecen a este último grupo. El género musical es complejo, difícil de tratar pero a la vez, con la ventaja añadida de que suele contar con un gran número de aficionados fieles a lo largo y ancho del planeta. Recordemos que el musical conforma, junto con el western y el thriller/cine negro (mis dos géneros favoritos, por cierto), el trío de géneros puros de la historia cinematográfica. Es decir, los tres son poseedores de un tipo de cine que engloba a todos los tipos de cine que existen. El musical (así como el western y el thriller) es una perfecta sartén donde cocinar la comedia, la crítica social, la lucha de clases, el bien y el mal, el amor, la venganza y un largo etcétera. Como bien dice el maestro Scorsese, fueron los primeros géneros que conquistaron el corazón del público ya que, desde su insultante sencillez formal, se podían verter en ellos corrosivas y subliminales críticas a la sociedad y realizar diagnósticos detallados de la condición humana, para bien o para mal. Los Miserables, de la mano del ganador del Óscar por The King,s Speech, Tom Hooper, no iba a ser menos y aprovecha inteligentemente el jugoso material del que dispone para tratar temas como la religión, la ética, la justicia, la pena de muerte y un pormenorizado tratamiento sobre la dualidad típica entre el bien y el mal. Los fans de la novela pueden estar tranquilos porque no se ha perdido nada en el camino a la adaptación. Los temas de Víctor Hugo no solo sobreviven el cambio de medio, formato y género, sino que se beneficia de una extensa ampliación de los mismos, provocado por el gran altavoz para los sentimientos que es la música. El guión de William Nicholson es extremadamente cuidadoso en el trato de la obra original, tratando en todo momento de no resultar obvio ni condescendiente, esforzándose por mantener el mensaje subversivo de la trama, preocupándose más por no restar que por sumar. Y es que poco más se le puede sumar a una de las grandes obras literarias de todos los tiempos que no sea una correcta y eficaz traslación de la misma sin difuminar su argumento. Pero lo que realmente va a determinar si Los Miserables es un éxito o un fracaso no es su fidelidad a la novela original, ni siquiera con la obra de teatro que alcanza cada año cifras mareantes de espectadores, sino la habilidad como cantantes de sus intérpretes y su apartado visual, que es lo que se ve a simple vista. Y he de decir que el film no es que cumpla con creces en estos dos casos, sino que roza la perfección. Empecemos analizando el fantástico reparto.


Si hay alguien que salga reforzado en esta producción británica, ese es sin duda Hugh Jackman. El protagonista de The Prestige está más que curtido en el teatro musical con obras como Beauty and the Beast, Oklahoma o Sunset Boulevard, conquistando el reconocimiento de críticos y público, a la vez que agasaja premios por doquier. Es por ello que el australiano se transforma en un auténtico animal cuando su vida depende de su voz y no es que de lo mejor de si mismo, es que se merienda a cualquiera que se encuentre cerca suyo, se llame Russell Crowe (uno de mis actores preferidos, infravalorado injustamente), Anne Hathaway o Amanda Seyfried. Jackman da una lección interpretativa histórica basándose en una entonación y pronunciación perfecta, un grandioso derroche de carisma y una contención casi mística. De hecho, su no presencia condiciona bastante la película, ya que esperamos ansiosos una nueva aparición y una nueva oportunidad para dejarnos boquiabiertos (no sé si doblarán esta película o no, pero verla doblada merece la pena de muerte). Absolutamente impresionante y desgarrador en las piezas Valjean,s Soliloquy, Valjean,s Confession y Who Am I?. No anda muy lejos en merecimiento de elogios Anne Hathaway, la cual se somete a un salto emocional sin red tan profundo que nos permite contemplar hasta el último recoveco de su atormentada alma. Su versión del I Dreamed a Dream ya es historia del séptimo arte, gracias a ella sin duda, pero sin olvidar el acierto formal de Hooper, que le permite partir de cero y llegar a cien con la elaboración de un plano corto mantenido durante sus dolorosos y trágicos cinco minutos de duración. El tercero en discordia es el brioso Crowe, a quien se le nota al principio algo desubicado y sufridor, pero que eleva su rendimiento con el paso de los minutos de manera mastodóntica para acabar a un nivel altísimo, un auténtico clímax interpretativo. En el caso del ganador del Óscar por Gladiator (Ridley Scott, 2000), su presencia y mirada imponen más que su voz, es lógico, no solo por no ser un experto en la materia (a pesar de haber participado en el musical Grease hace treinta años y haber sido vocalista y guitarrista de la banda de rock 30 Odd Foot Of Grunts) sino porque su imponente planta es una declaración de intenciones difícil de superar con cualquier otro elemento. Para el recuerdo, su magnífico y crepuscular Javert,s Soliloquy. Mención aparte merecen los divertidísimos Sacha Baron Cohen y Helena Bonham Carter, erigiéndose como una muy necesaria pareja cómica entre tanto drama, mostrando una gran compenetración y haciendo de su química un valor seguro. Sus apariciones musicales no tienen desperdicio y ambos asumen con naturalidad su secundario papel deshinibidor de la trama principal. Sin duda alguna, los personajes menos interesantes y cuya trama ralentiza el ritmo interno del film, son los encarnados por Amanda Seyfried, Eddie Reydmayne y Samantha Barks.

Sigo en spoiler sin ser spoiler
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64 de 86 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
"Para ganar un Oscar al mejor actor hay que llorar y sufrir y gritar mucho" (Billy Wilder y Billy Bob Thornton)*
(...)

Mientras los historiadores tienden al consenso en lo que respecta a las fechas bisagra de las primeras épocas, el paso de la Edad Contemporánea a la Edad Confusa sigue siendo objeto de discusiones. En el campo del Sine (antes llamado Cine), varios fueron los motivos que impulsaron este giro de 180º en la calidad el arte, que pasó de ser generalmente notable a hundirse en el subsuelo del subfango. La Edad Confusa, a pesar de lo prolífico de su producción, se caracteriza por una uniformidad tendente a la monomanía. Así pues, las carteleras de los sines ven cómo semana tras semana obras con las mismas carencias/defectos comparten espacio, siendo sustituidas por otras con similares fallos/penurias. Ante lo desolador del panorama, los críticos profesionales se ven obligados a esconder la cualidad sustancial de su época, multiplicando por 2, 3 y hasta 4 las notas de las películas a fin de fingir ante el público vivir en un mundo mejor. Un ejemplo de esto es la película "Los miserables", adaptación de una novela perteneciente a la Edad Contemporánea, que en su salto a los nuevos tiempos, pierde cualquier atisbo de profundidad, solidez y emoción para convertirse en un digno miembro de la la nueva era. Su director, premiado con uno de los Ostras de la Academia (antes denominados Oscars), se ve ante una cruzada: cómo alguien que no es un gran director puede resolver la responsabilidad de sacar adelante una obra de primera fila. La respuesta a esta disyuntiva es la habitual: simplificar el problema del cine desatendiendo los aspectos en los que no se da la talla y enfatizando otros hasta el paroxismo para conseguir la impresión de "grandeza" demandada. El resultado es así no un tour-de-force, sino un batiburrillo de primeros planos que no dialogan bien entre sí, henchidos por rostros sobreactuados (no es bueno el actor que llora sino el que hace llorar, y a pesar de que algunos de los presentes tienen calidad, están pésimamente dirigidos), llevado a cabo del principio al final sin la mínima sensibilidad, con un nulo sentido de la dosificación y donde las canciones pierden su razón de ser por haber sido hurtadas de su posición en la estructura estética, los cimientos, de la obra. Y para concluir el desdoblamiento de este arrogante historiador, me permitiré decir que este no es el nivel para una película de la primera división del cine mundial. Sea de la edad que sea.



*Los dos lo dijeron en sendas entrevistas.
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61 de 83 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
¿Para qué trabajar coreografías pudiendo abusar del primerísimo plano?
Eso debió pensar el señor Hooper (al que paso a considerar el director más sobrevalorado de la década sin ningún tipo de discusión) cuando se enfrentó a la primera toma con tropecientos actores en escena y travellings imposibles. "Buah menuda liada", "si me van a pagar lo mismo", "esto no hay Cristo que lo dirija", "...total nadie va a notar la diferencia".

Inaudito. No tengo palabras después de asistir a más de dos horas de primeros planos de gente llorando o mirando hacia el infinito con cara de desgracia supina. Le falta al respeto al libro, al musical e incluso a la colección de muñecos articulados si la hubiese, vaya. ¿El guión adaptado? Pues no sé que te diga, la acción va en dosis de treinta segundos (o menos) entre monólogo y monólogo de los protagonistas. ¿Los actores? Solo puedo pronunciarme en base a sus músculos faciales (flaco favor el que le han hecho a Russell Crowe, que como todos sabemos siempre tiene el ceño fruncido, esté sufriendo una lucha interior o cagando en el baño). ¿El vestuario? Muy currados los sombreros...

Solo cuando el señor Hooper abre la cámara de una p*ta vez y vemos la miseria de París, una barricada revolucionaria o una sucia posada llena de truhanes (único número musical de verdad el de Borat y Bohan-Carter), podemos sentir la magia del cine y la emoción de una novela genial. Pero eso no suma ni un cuarto de hora de metraje.

Y por último, como dicen otras críticas, lo de los subtítulos es para darles de comer aparte. Es una adaptación del guión adaptado, y aún encima los colocan donde y como les da la gana. No sé quién es el responsable, pero hay piratas en el eMule que subtitulan mejor... así nos va.
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74 de 117 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Hugh, Russell, Anne, Eddie, no es culpa vuestra
La cosa tenía todos los ingredientes para convertirse en una gran película: presupuesto hollywoodiense, un buen puñado de estrellas, director oscarizado y una banda sonora inolvidable que lleva decenios interpretándose sin descanso en Broadway y el West End.

¿Qué podía salir mal?

Pues la película no funciona, porque se basa en una premisa errónea: que algo que funciona muy bien como musical funcionará muy bien en la gran pantalla. Y no. Porque carece por completo de empatía.

“Los miserables” es un drama. Un dramón. El libro de Victor Hugo te conmueve: hace que sufras cuando los personajes sufren, que rías cuando ellos ríen. El cine tiene, a priori, más recursos que la literatura para lograr este nivel de compenetración con el espectador, sobre todo si cuenta con unos buenos actores como estos. Pero ay, si los actores se tiran toda la película cantando… pues, además de demostrarnos que efectivamente saben cantar, lo único que consiguen transmitir es artificiosidad. Y cuando un drama falla en transmitir las emociones que tiene que transmitir…

La dirección no ayuda porque desperdicia demasiados minutos en mostrarnos primerísimos planos de gente llorando, a ver si así se nos pega algo. Se confía en la música para llevar toda la carga dramática. ¿Para qué quiero ver a la Hathaway llenando de lágrimas toda la pantalla mientras canta el “I dreamed a dream”? ¿Por qué no mostrarme, por ejemplo, imágenes de ese pasado tan feliz del que habla para que pueda entender mejor las miserias del presente? Y la historia de Marius y Cosette, tan bonita en el libro, aquí se convierte en una tonta sucesión de clichés que no hay quien se los trague.

En definitiva: un 6 porque el conjunto no deja de ser grandioso y entretenido, pero a la película le falta el alma.

Ah, y el genio que ha escrito los subtítulos en castellano se merece el Oscar. Menuda traducción, macho.
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68 de 107 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Maravillosa, aunque podría ser apoteósica
Si adaptar un musical al cine es tremendamente difícil, adaptar uno como "Los Miserables" es tarea casi imposible. Es por esto que, aunque a uno le llegue a emocionar, y mucho, la película, se da cuenta de que podría haber sido muchísimo mejor. Quizá mejor no sea la palabra, sino más grande. Y es que creo que eso le pasa a esta versión de Tom Hooper, sobre el que me despacharé a gusto próximamente, que te emociona, te asombra, es una película maravillosa, pero eso no es suficiente para un musical de esta categoría. Tiene que ser grande, mastodóntica, apoteósica, y no lo es. Y todo esto se debe a la labor de Tom Hooper, el hermano gemelo de Bernd Schuster, y a una decisión: grabar la música en directo, la mejor y la peor decisión de todas al mismo tiempo.

Hooper es un director que mima a los actores y su dirección se fundamenta en el trabajo de estos. Por ello, ha decidido grabar las canciones según iban rodando, sin playback ni nada. Eso hace que, junto con sus primerísimos primeros planos, los intérpretes se luzcan en los temas musicales. Ahí es cuando uno se da cuenta de que está viendo algo que nunca ha visto antes en ningún musical, y lo descubre cuando ve ese impresionante plano secuencia de 3 minutos de Anne Hathaway cantando el "I dreamed a dream", lo mejor que he visto en cine en muchísimo tiempo. No se puede despreciar la labor de Hugh Jackman, que a más de uno sorprenderá verle cantar así de bien tras hacer de Lobezno. Y Crowe... bueno, no lo hace mal, pero uno puede comprobar como todos los actores que saben cantar, Anne Hathaway, Hugh Jackman, Eddy Redmaine o Samantha Barks (lástima que sea la que mejor canta y desaprovechen tanto su hermoso personaje), tienen todos los números musicales con largos planos secuencia, menos Russell Crowe. Al menos los tiene así de gordos por atreverse a cantar en un musical como este.

Sin embargo, el hecho de centrarse en los actores también es lo peor que le podía pasar al filme, debido a que deja de lado el desarrollo de la historia, el fondo, de tal forma que el sentimiento de las historias paralelas a la de Valjean se pierde. La historia de los estudiantes no tiene la fuerza suficiente y la historia de amor es completamente insulsa y acortada, de forma que parece que todo es relleno y el ritmo baja a eso de la mitad del metraje. Es más, Hooper se centra tanto en que sus actores se luzcan que no sólo estas historias pierden fuerza, sino que no logra enlazar correctamente las distintas escenas, con lo que "Los Miserables" se convierte en una serie de set pieces, una detrás de otra de forma abrupta, cuya única explicación de que estén ahí es porque la obra de teatro lo dice así. Vamos, que parecen más distintos números musicales sueltos que una historia enlazada, dando la sensación de que todo está acelerado. Un fallo muy grande del director, el cual no comprendo por qué ganó el Oscar hace dos años (me cogí tal cabreo que rompí mi tradición ancestral de ver en el cine todas las ganadoras al Oscar a la mejor película con "El discurso del rey").

En resumen, "Los Miserables" es una grandísima película, pero salvada por la historia, la fabulosa música y las impresionantes interpretaciones, ya que Hooper no es capaz de impregnar a la película de la fuerza y la espectacularidad que ha hecho tan grande a este musical. No es el espectáculo total que se esperaba de ella y eso decepciona.

PD: Los subtítulos fatal: se han limitado a usar el libreto del musical en castellano en lugar de traducir las frases de la canción. Si sabes un poco de inglés, te das cuenta de que lo que te pone no se corresponde con lo que están cantando y corres el riesgo de desconectar. Es un método más rápido y más barato. Ahora sé de dónde han sacado el dinero de tan agresiva campaña de promoción...
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34 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Miserable soy.
Miserable soy cuando vago por la vida.
Miserable soy cuando no me conozco.
Miserable soy cuando me siento superior a los demás.
Miserable soy cuando niego el perdón.
Miserable soy cuando no persigo lo que amo.
Miserable soy cuando me aprovecho del prójimo.
Miserable soy cuando no lucho por mis valores.
Miserable soy cuando me muestro indiferente ante la necesidad ajena.
Miserable soy cuando le doy la espalda a la virtud.
Miserable soy cuando me antepongo al resto.
Miserable soy cuando no me entrego hasta la extenuación.
Miserable soy cuando permito la injusticia.
Miserable soy cuando no intento superarme.
Miserable soy cuando apuñalo la dignidad humana.
Miserable soy cuando no aprovecho la oportunidad de hacer el bien.
Los miserables somos los humanos, todos y cada uno de nosotros tenemos algo que, de alguna manera, nos hace miserables.
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29 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
¿Para qué esperar?
Normalmente cuando veo una película, suelo esperar un margen de un día para escribir su crítica, para no ser una víctima de la novedad y el impulso reaccionario de tenerla muy reciente, esperar a que la mente se enfríe, pero ... no voy, no puedo hacerlo con esta gloriosa adaptación del musical "Les Miserables"

No me las voy a dar de cínico, ni de listo: Nunca he sido muy de musicales, pocos me han gustado, y sobre los miserables, tan solo conocía que existía y punto, nunca he sabido ni he tenido interés por la historia ni nada, y en general nunca he sido de musicales, el llamativo reparto y buena publicidad son los que captaron mi atención para ver esta cinta y ... bendita publicidad.

Voy a decir primero lo ÚNICO que me parece mal de esta cinta y es la duración, osea, a veces una película larga se hace corta, el director sabe como manejar y organizar para que vaya sobre ruedas y no pese, y a mi a veces se me ha hecho un poco cansina y larga ... pero nada más, esa es la única pega que le pongo.

Hacía mucho que una película no me llegaba tanto al alma, y las canciones son ... son una maravilla todas ellas, de unas letras preciosas,evidentemente no podemos darle las gracias por ello al director, ya que estas composiciones existen de antes, pero si dárselas a la orquesta y a los fantásticos actores, todos con unas voces magníficas, y muy bien traídas junto con sus actuaciones, pero de entre todo ellos ... he de destacar a uno, más bien a una y esa es ... Anne Hathaway.

Esta mujer hacía películas de calidad mediocre, hasta que llegó super Christopher Nolan con su "La Leyenda Renace" y le brindó a esta actriz la oportunidad de llegar a un nivel superior, ya sea por la publicidad y popularidad que cogió Anne desde entonces o por lo que sea, ha subido un peldaño más en la calidad de películas gracias a Nolan y ahora a vuelto a estar a la altura en esta cinta, ha demostrado que los actores más infravalorados o que se encuentran haciendo cintas de una calidad más baja no es porque sean malos actores o actrices, sino que es porque no han tenido la oportunidad como ella de demostrar lo que pueden llegar a hacer, y por esto especialmente Anne es la que más me ha gustado, además que lo hace muy pero que muy bien, a mí me ha emocionado mucho su papel y su actuación.

Una buena ambientación para una bellisima historia llena de redención, perdón, amor,ahondar más allá de las leyes y la política, en el corazón y en la honra ... tiene muchos matices el argumento de esta historia, y son tan bellos, tan bien expresados a través de las hermosas canciones ... con ver la película comprendes todo eso.

Esta es sin duda, una de las mejores películas del 2012 y posiblemente también, una de las mejores representaciones de musical llevadas a la gran pantalla, una hermosa guinda para el día de Navidad.
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30 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Miserables frente a la incapacidad de Hooper
Lo admito: no he leído el libro, ni he visto el musical o cualquiera de las adaptaciones al cine de este material, tampoco coleccioné los cromos de Panini ni he jugado al videojuego. Vamos, que mi primer acercamiento a "Los miserables" ha sido con esta versión de Tom Hooper, AKA "tuerzo la cámara y le quito el Oscar a David Fincher".

El realizador británico procedente de la televisión tenía la dura tarea de conseguir que el musical original reviviese en la pantalla de cine sin perderse por el camino no ya sólo la calidad musical que (presupongo) tiene éste, convirtiendo una serie de interpretaciones musicales en un trabajo audiovisual que aprovechase las posibilidades que abre el séptimo arte. Tristemente lo que encontramos en pantalla es una larguísima película que, si bien no se hace muy pesada, tiene considerables bajones de ritmo y se percibe más bien como una especie de embrión de lo que alguna vez aspiró a ser. El problema es pues el traslado, el cambio de lenguaje, que evidentemente ha superado a Hooper, que se muestra en la mayoría de los casos incapaz de filmar como es debido.

¿Por qué? Bien, básicamente porque no tiene demasiada imaginación visual, no es capaz de construir coreografías con la cámara, relegandolas a un montaje delirante (de malo), indigno de una película a la que se le presupone cierta categoría. Sus responsables son Chris Dickens y Melanie Oliver, y espero que estén en el paro en el momento en que leáis estas líneas, pero si lo han montado así quiero creer que es porque Hopper se limitó a filmar planos cortos de cada actor para obligar a realizar planos-contraplanos y así intentar que el espectador no se pierda. El problema es que el recurso es tan cansino, y tan pobre, que rompe el ritmo interno de las secuencias de forma radical. Hay dos, tres números musicales bien realizados (el de los Thénardier en la taberna, el de Jackman en la iglesia, alguno de la dupla Marius/Cosette, On My Own...) y otros que casi lo están pero caen en este problema.

Mención al margen merece el "I Dreamed a Dream" que se calca Anne Hathaway, y no porque sea excepcional (como trabajo de acting es maravilloso, ahora, musicalmente no pasa de normalito) sino porque aquí se juntan los aciertos y los fallos de Hooper: éste mantiene el plano "fijo" sobre la cara de la actriz, dejándola que sea ella la que conduzca las emociones. Eventualmente, la cámara se mueve de forma que deja media cabeza de Anne fuera del plano. Bien, esto sucede innumrables veces a lo largo del metraje, eso cuando Hooper no filma los planos torcidos, como intentando demostrar que detrás de la imagen hay un autor. Le sale mal, porque es un exhibicionismo tan primario, y que encaja tan poco con el tono del film, que casi consigue ahogarlo.

¿Razones para ver "Los miserables"? Por supuesto, su 'banda sonora', que en este caso es el 99% del film, un reparto superlativo entregadísimo incluso aunque no sea necesario, del primero (Jackman) al último (Crowe). Sorprende Redmayre, el sosainas que teoricamente enamoraba a Marilyn Monroe en "My Week With Marilyn" y que aquí demuestra no sólo saber interpretar (su canción final, con el primer plano fijo que le mantienen, es impecable, asi como su encuentro con Cosette a puertas de su casa), y el resto mantiene el nivel esperado. ¿Es mala película "Los miserables"? A los niveles en los que Hooper no mete mano (todo lo referente a recreación estética, por ejemplo, la música, etc.) no, no lo es. Es fantástica. Los actores salvan el film del naufragio, que aquí se traduce en una dirección algo torpe y un montaje... que en fin, parece de broma. Es recomendable, pero pudo haber sido obligada.
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25 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Insoportable
Mi primer comentario al acabar la película fue "me parece increíble que pueda gustarle a alguien".

"Los miserables" constituye la transformación de un novelón infinitamente extenso en una opereta ridícula y desesperante que parece no tener fin. No es un musical al uso, sino más bien una ópera de bolsillo para lectoras de la "Superpop" y adultos que se dejen engañar por las estupendas interpretaciones, ignorando que contemplan dos horas y media del papel de regalo más caro del mundo.

La condensación del argumento origina que los personajes se teletransporten de un sitio a otro y sus acciones y sentimientos carezcan de la más mínima lógica. Los personajes se enamoran, se suicidan, cambian de vida y toman decisiones sin ningún rastro de sentido. Se organiza una revolución que busca no se sabe qué por motivos desconocidos, utilizando tácticas kamikazes carentes de cualquier estrategia militar válida. Tom Hooper y William Nicholson se escudan en el comodín del musical para evitar tener que dotar a sus personajes de personalidades coherentes y reacciones explicables mediante la psicología estándar humana. En cambio, arregla estos innumerables agujeros de guión mediante insufribles monólogos, bien interpretados pero soporíferos hasta la extenuación, que funcionan a modo de "voz en off" que justifica el disparate que estamos contemplando.

No me gustan las óperas, quizás porque soy un ser muy poco sentimental, así que me resultaron insufribles los diálogos cantaditos y los apartes excesivamente lacrimógenos en los que los personajes, como ya he dicho, explican a la audiencia por qué están adoptando decisiones tan disparatadas. Aunque no se puede poner una mácula sobre la interpretación de los actores y sus habilidades vocales, su esfuerzo no sirve de nada si está puesto al servicio del melodrama más pasteloso y dulcecito del mundo. Realmente sólo hay dos canciones que puedan ser consideradas como típicamente de musical: la del mesón y la de la revolución; gracias a ellas, y a la pareja cómica formada por Sacha Baron Cohen y Helena Bonham Carter, pude aliviar mi sopor y evitar sufrir un colapso mental.

En resumen, recomiendo este melodrama a quien le encanten los primeros planos interminables de gente sucia llorando y cantando (a la vez), los guiones carentes de lógica, la exaltación histérica de cualquier gilipollez (en la versión extendida se mostrará una elegía de cuarenta minutos de Valjean a un perfecto zurullo depositado en su sucia letrina decimonónica), la teleportación ucrónica y las revoluciones genéricas en las que se muere por no se sabe qué causa. ¡Acabemos con el rey con un grupo de adolescentes para implantar no se sabe qué alternativa que fomente no se sabe qué ideales buenrolleros genéricos!
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66 de 113 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Gracias, Tom Hooper.
Una obra cumbre de la literatura romántica. Uno de los musicales más valorados y exitosos. Como todos sabíamos, el reto que se había propuesto Tom Hooper era de locos. Contentar a todos con una obra así era algo casi imposible, tanto que el miedo estaba en que dicha empresa podría ser demasiado grande para cualquiera. Pues bien, estoy muy satisfecho por decir que Hooper aprueba con nota. Y no solo el director, todos los que han llevado a cabo esta enorme y memorable película.
Para empezar, los actores. Es lo primero que hay que alabar de esta producción. Gracias al modo tan apropiado, a mi parecer, de proceder al utilizar de forma muy destacada el primer plano, el director logra una cercanía extraordinaria con cada uno de los personajes, unos papeles complejos que debían desarrollarse de forma detallada. Pues gracias a Hooper y a los actores, tenemos una colección de personajes inolvidables que calan en el corazón, que logran transmitir cada pensamiento y cada sentimiento en su evolución dentro de la trama a la perfección. Como todo el mundo se ha dado cuenta, Anne Hathaway se lleva el primer premio en esta función. Lo que ha hecho Hathaway es algo muy especial, muy completo y con mucha maestría. La personalidad, dramatismo y sutilidad que logra al actuar en un papel tan breve y a la vez tan intenso es digno no de un Oscar, sino de varios. I Dreamed a Dream ya no es solo una de las mejores canciones del formato musical, sino también una de las mejores escenas de un musical adaptado al cine. Y solo aparece un puñetero primer plano de Hathaway. De aplauso. Hugh Jackman, protagonista absoluto, es un acierto muy evidente. Saborea su papel con muchísima dedicación y esfuerzo, Jackman ES Jean Valjean, un papel sumamente dificil que ha sabido desarrollar muy bien. Aunque en los musicales se suele endulzar todo, me ha sorprendido la crudeza y profundidad con la que se trata a estos dos personajes. A Jean Valjean no se le limpia la suciedad en el Soliloquio y Fantine no aparece cual princesa cautiva en I dreamed a dream. Solo se muestra y se acrecenta el dolor en un primer plano que no deja escapatoria al sentimiento.
Luego tenemos una plantilla de secundarios de lujo. La preciosa y delicada voz de Amanda Seyfried es un dulce y Samantha Barks es muy notable como Eponine. Debo decir que, a pesar de ser una actriz de musicales y en concreto con el mismo papel en Broadway, me ha gustado más el lucimiento vocal de Seyfried y, como interpretación, la de Samantha. De Eddie Redmayne destaco su "Empty Chairs and Empty Tables". Hasta ese momento pensé que su interpretación era solo bastante correcta. Al verle en esa escena y sentir cada palabra que cantaba vi por qué Hooper lo había escogido. Russel Crowe muy correcto y competente. El punto de humor y chispa lo ofrecen Sacha Baron Cohen y Helena Bonham Carter en una actuación muy atractiva que, a pesar de contrastar con el tomo romántico y dramático del resto de la película, enriquece el tono de la obra. Los dos pequeños, la joven Cosette y el revolucionario Gavroche son dos promesas. Geniales.
La partitura está completamente viva. No hay descanso para la música y esto es un verdadero placer. Una de las mejores bandas sonoras de la historia de Broadway que respira con fluidez gracias a una orquesta maravillosa y una interpretación vocal natural y exquisita. Eso sí, la nueva canción "Suddenly" es una cursilada algo innecesaria, aunque no molesta ni desentona. Hooper se nota no solo que es inteligente a la hora de dirigir y elegir al reparto con sus respectivas voces, si no también a la hora de tomar decisiones arriesgadas como la de no grabar las canciones en un estudio y grabarlas en un estudio, lo que puede ser muy complicado al rodar con los actores. El resultado es tan natural dentro de la historia que se le agradece enormemente.
En la adaptación de un libro siempre conlleva problemas con el resumen y el equilibrio de la historia al trasladarla a la pantalla. A ello añadimos el adaptar un musical con un número elevado de canciones y una historia ya bien adaptada a la escena pero con una duración bastante mayor a una película normal. Problemas dificiles de salvar y que no nos quede un producto que mate el espíritu de la obra original pero tampoco sea infumable como película. Hooper opta por ser absolutamente fiel al musical y, además, consigue hilar la trama sin perder el ritmo y éste yendo en aumento sin decaer para nada la atención del espectador en lo que sucede. Si te parece aburrida o larga es probable que no te interese el musical en sí, y por tanto es una tontería que vayas a verla al cine.
Todo esto son ejemplos de las buenas maneras de Hooper al llevar este gran material a los cines. Y es que el material también es magnífico. La historia repleta de acción, drama, denuncia social, romance... y personajes icónicos con los que todos nos sentimos identificados. Temas universales, desde el pasado árduo, el castigo injusto que impone la ley a Jean Valjean y su lucha hasta el amor no correspondido de Eponine, pasando por el romance obstaculizado de Cosette y Marius y así con todos los personajes.
Si esto no era ya suficiente motivo para ver Los Miserables, la ambientación es magnífica, el vestuario, la fotografía y los decorados son fastuosos. Aparte de tantísima canción y sentimiento también destacar unas muy buenas escenas de acción cuando ya ha estallado la Revolución, en el punto álgido de la película.
No es una película ligera, lo cual agradezco, es una obra cinematográfica muy completa, llena de detalles bien tratados y una gran carga dramática. Para mí, Los Miserables ya es uno de los mejores musicales del cine de todos los tiempos, junto a títulos como My Fair Lady, Sonrisas y Lágrimas, Cabaret o Chicago. Y es que hacer un buen musical es muy difícil y el resultado de éste es sorprendente.
Una maravilla.
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24 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Un espanto que ni en Lepanto
Denme un minuto, por favor.










Perdónenme, pero me estaba reponiendo. Acabo de salir de la sala, y aún no sé si he ido al cine o al enésimo casting de Operación Triunfo. Lo digo en serio. ¿Seguro que no era una gala de año nuevo con los concursantes vestidos de época?

¿Cuánto ha costado este despropósito? ¿Tropecientos mil millones de merkels? Pues se los podían haber ahorrado, porque para mostrar todo el rato primeros planos de gargantas haciendo gorgoritos, con el Iphone va que chuta.

Lo demás es ciertamente brillante, porque brilla por su ausencia. Ni puesta en escena, ni coreografía, ni actuaciones, ni nada de nada. No digo que sean malas, sino que sencillamento no hay.

La sensación ha sido como asistir en un teatro en primera fila a una canción interminable. Lo único de lo que me salvé es que al ser virtual me libré de los salivazos, aunque alguna vez me cubrí el rostro por si acaso.

No sé cómo será el musical, no me interesa, pero lo de las canciones es de órdago. Ni las distinguía una de otra de lo semejantes que son. Pero descubrí un truco para diferenciarlas: los pescuezos. Salto de pescuezo significaba salto en el cancionero, supongo.

Claro que esta observación mía, muy cierta como todas las que tengo, que para eso son mías, me llevó a valorar inusitadamente un logro de la ¿película?: la ambientación de época. Pero no en la pantalla, sino en mi mente. A diferencia del misericordioso Talibán, yo no estaba con Javert, sino con Charles-Henri Sanson, y al observar cada pescuezo lamentaba no tener una guillotina a mano.
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47 de 77 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
¿Oyes al pueblo cantar?
Yo no conocí la historia de Jean Valjean hasta que hará un año me tropecé por casualidad con el concierto del 25 aniversario.
Desde entonces, me enteré de que iba a haber una adaptación cinematográfica y he querido ver cómo ha resultado ser el resultado final.
Lo primero decir que ES UN MUSICAL, y como tal, los personajes CANTAN. Digo esto por que en la sala de cine se oyen comentarios como "¿otra canción?". Si no quieren un musical, que vean la adaptación de 1998 con Uma Thurman y Liam Neeson, que no está mal.
El reparto lo hace a las 1000 maravillas. Anne Hathaway hace que te enamores de ella. Canta con una emoción que te invita a que llores con ella. Hugh Jackman está en su salsa (se nota que le gusta cantar), aun que para mi personalmente canta peor que Alfie Boe(que hace de Valjean en el concierto del 25 aniversario). Russel Crowe otro que tal. Lo tenía facil pues tiene un grupo de rock...
Amanda vuelve a cantar tras Mamma Mia y lo hace muy bien. Eddie Redmayne fue una gran sorpresa, y lo comprobareis en la canción "Empty chairs and empty tables", vaya pasión!
En cuanto a la dirección, muy directa al espectador con planos secuencia de primeros planos (algunos haciendo que los actores canten directamente al espectador). Vease en la canción "I dreamed a dream" donde toda la canción es un solo plano de la cara de Anne Hathaway.
Histórica y emocionalmente fuerte con escenas que te dejaran con un nudo en la garganta (si no lágrimas en las mejillas). Totalmente recomendada su visionado en cines.
Habrá gente a la que se le haga pesada. Dura 2 horas y media y el 90% de la película son canciones (por que recordad, es un musical).
Lo único que no me gustó del visionado (que no tiene culpa alguna la película) es que las canciones no están bien traducidas en los subtítulos.
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18 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Crítica diseñada para ser cantada. Con música de Bach puede quedar genial.
- Holaaaaa, holaaaaaaaaa, estoy muy solaaaaaaaaaaa!

- Y por qué estás tan soooola. Acaso es porque te moooola??

- No me hables no me hableeees, es que vi "Los miserableeees"

- Pero cuenta, qué pasoooooó. Dime quién te abandonoooó.

- Toda mi familia en pleeeeno, cuando el estómago estuvo lleeeno.

- Y por qué te abandonaaaaaron. Dime por qué se acostaaaaaron.

- Porque estaban aburriiiiidos de escuchar tantos berriiiidos.

- Mas con tan beeellas cancioooones, no me toques los cojoooones.

- El primero se acostooooooó cuando Anne Hathaway aparecióooó.

- Pero qué clase de geeeeeenteee vive con esta demeeeenteee.

- Y el últiiiiiimo aguantooooó hasta que Crowe muriooooooó.

- Vaaaaya familia ignoraaaaante, y del arte poco amaaaaaaante.

- De Hugh Jackman me dijeeeeeeron que parecía un toreeeero.

- No se puede soportaaaaaaar tanta insensibilidaaaaaaaaad.

- Pues de Tom Hooper dijeeeron que se metiera a fontaneero.

- Pero querida señoooora, usted aguantó hasta qué hooooooora.

- Yoooooo las dos horas y meeeeedia, pues mi pundonor me aseedia.

- Pero algo te gustaríiiiiaaaaa. No digas que no, hija míiiiiiiiaaaaa.

- Pues siiiiiiiiiií, me gustó bastaaaaante un jersey que vi de aaaante.

- Pues vaya mierda opinióooon de este gran peliculóoooón.
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22 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Lo siento, yo estoy con Javert
Esta tarde, antes de salir para ver el musical que los oscar de este año van a encumbrar, he repasado la curiosa lista de las películas musicales que la Academia de Hollywood ha ido premiando con los años. Fíjense sólo en las de los años sesenta: West Side Story, My Fair Lady, Sonrisas y lágrimas y Oliver. Muy curioso, porque para dirigir estos proyectos llamaron a Robert Wise, George Cukor y Oliver Reed, directores veteranos, casi jubilados.

Después de unas primeras imágenes a lo nintendo, la personalidad de “Los miserables” va poco a poco presentándose a través de la extrañeza que causa el sonido directo de las interpretaciones vocales. Eso obliga a realizar tomas largas y en primerísimo plano. Puesto que estamos viendo un musical de enorme éxito escénico, uno piensa ¿se trata de una broma? Pero cuando Anne Hathaway entona la melodía estrella, nuevamente en una toma continua al primer plano y nuevamente en sonido directo –por cierto, una hermosa secuencia-, ya no hay la menor duda: “Los Miserables” es esto.

Y hay que dejar a un lado otros recuerdos, otras voces, otros conceptos de espectáculo; “Los miserables” brinda al público la exhibición verista de estrellas de cine con maquillaje de diario e iluminación “Dogma” mostrándonos la sacrificada respiración vocal de Hugh Jackman, las distintas habilidades de fraseo de Eddie Redmayne, el temblor de laringe que proyecta los vibratos de Russell Crowe o el hermoso espectáculo de la tensión crítica en los tendones del cuello de Anne Hathaway. Y si el esfuerzo no tuviera un enorme mérito y no estuviera integrado en una función dramática, la cosa parecería más un especial de Navidad con actores cantando un musical que una película. El problema es otro.

El problema soy yo. En una escena cumbre de la obra seis personajes en seis ubicaciones distintas entremezclan sus melodías en la misma canción, no puedo evitar recordar una escena parecida en “West Side Story”, aquella en la que otros tantos personajes comparten la canción “Tonight”. En otra escena se presenta una nave llena “grissetes” trabajando y entonando al unísono una melodía y se me cruza el recuerdo de la secuencia del orfanato de “Oliver”. Y en otra que recoge el bullicio parisino del barrio bajo pierdo por un instante el hilo pensando en la forma que tuvo George Cukor de escenificar el amanecer de la calle del mercado en “My fair lady”. En cualquiera de esas comparaciones “Los miserables” sale trasquilado. Está claro que Hooper pretende otra cosa, pero me limito a constatar hechos: si hubiese querido construir un musical de verdad, no hubiera tenido talento suficiente.

Así que me confieso seguidor del inspector Javert; habría que ser justo con “Los miserables” y reconocerle sus méritos, pero me importa mucho más la Ley que la Justicia. Con la Ley en la mano –con la que he aprendido, que he respetado y no pienso jamás traicionar porque no me da la gana y porque dejaría de ser yo- “Los Miserables” merece un veredicto de culpabilidad sin remisión posible.
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43 de 72 usuarios han encontrado esta crítica útil
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