64 Críticas de los usuarios

Basada en el relato autobiográfico del pintor y escritor irlandés Cristy Brown. Realizada con un presupuesto muy bajo, fue producida por Noel Pearson, que en su debut obtuvo el David de Donatello. La película ganó 2 Oscar (actor principal y actriz secundaria), 16 premios más y 12 nominaciones.

La acción tiene lugar en Dublín entre 1932 y 1972. Narra la historia de un paralítico cerebral, décimo hijo de una familia de 22 hermanos. Con tenacidad y el apoyo de la madre (Brenda Fricker), consigue afrontar su discapacidad: escribe y pinta con el pie izquierdo y consigue hablar no sin con dificultad. Se muestra la lucha del muchacho contra sus limitaciones gracias a una inteligencia poco común en los afectados de PC y a sus enormes deseos de comunicarse. La suya es una lucha de superación y rebeldía (se enfada con frecuencia) contra la indiferencia, la lástima y la compasión. Cuenta para ello con su fuerza moral y la ayuda de la madre, dotada de una fina lucidez natural, que mantiene al niño inmerso en el grupo de vecinos de edad similar, con los que comparte juegos, fiestas, travesuras, riñas y algarabías. El muchacho es fuerte y tenaz, pero no está libre de debilidades: cuando se enamora de Eileen Cole (Fiona Shaw), la médico que le atiende, y ésta no le corresponde, él se siente muy deprimido e intenta el suicido, pero pronto se repone y busca otro amor. La película muestra la pobreza de las famílias irlandesas obreras, la miseria de sus hogares poblados de hijos, el azote del paro y la ausencia de ayudas institucionales. Hay que fomentar la cultura de la integración: "todas las personas tienen derecho a participar en la vida social (ocio, diversión, educación, cultura y trabajo) en la medida de sus posibilidades". La no discriminación es un deber cívico y ético que incumbe a todos. Las palabras tullido, anormal, deficiente, inválido, impedido, imposibilitado, minusválido y similares deben ser abolidas por incorrectas, manifiestamente injustas y anacrónicas.

La música se basa en un cuarteto de cuerdas, flautas, piano y harpa. Con melodías cálidas, trata de expresar los sentimientos del muchacho. La fotografía desarrolla una narración visual que subraya las incidencias de la acción con detalles emocionantes. El guión, realizado por el director y un ayudante, traza una descripción convincente del protagonista y de sus allegados. Los diálogos están construídos con sentido de la brevedad y la precisión. Las interpretaciones del protagonista y de la madre son extraordinarias. La dirección construye un relato absorbente, equilibrado y contundente, que invita a la reflexión.

Película multipremiada, bien interpretada, narrada con brillantez, constituye un potente alegato a favor de la dignidad e integración social de las personas con discapacidad.

Se suele decir que un papel de un discapacitado ofrece a un actor una espléndida oportunidad de desarrollar sus recursos interpretativos. Si bien, es un arma de doble filo, ya que en muchos casos la sobreactuación o la mala elección del actor echa por tierra la teoría, pero este no es el caso. Daniel Day-Lewis está asombrosamente creíble en el papel de un paralítico cerebral (Oscar incluído), que decide que para el su enfermedad simplemente será un pequeño obstáculo en su devenir, y luchará con todas sus fuerzas para conseguir una vida digna, que colme sus aspiraciones, lo que incluso implicará salir adelante dentro de una numerosa y pobre familia del Dublín obrero.
Dotado de gran emotividad y arraigo social, el film presentó a todo Hollywood, no solo a su joven actor, sino al siempre comprometido director del film: Jim Sheridan.

Christy Brown nació en el seno de una humilde y numerosísima familia irlandesa católica, y desde que exhaló su primer aliento y se supo que algo no marchaba bien en él, ya contó con el apoyo tenaz de su madre y de sus hermanos. También con el de su padre, algo más escéptico, pero esperanzado al fin y al cabo. Y se topó con las etiquetas que muchos se adelantan a colgar sobre la frente de los niños que nacen con discapacidades. Tuvo que oír cómo lo tachaban de deficiente, de retrasado mental, de tullido y de incapaz. Los mismos médicos que lo ayudaron a nacer le diagnosticaron que con toda seguridad nunca sería mucho más que un ser en estado vegetativo, cuyo cerebro no se desarrollaría.
Pero está demostrado que la tenacidad puede más que todas las cegueras y que todas las etiquetas.
Su familia creía en él. Y no hay mejor motor para el crecimiento personal que la fe, la de ti mismo y la que los demás vuelcan en ti.
Christy hizo ver a todos que no sólo no era un deficiente mental, sino que sus capacidades intelectuales y artísticas destacaban. Allá donde otros que no tienen tanta necesidad de superarse se quedan en la medianía, Christy observó con fijeza, absorbió, peleó y forjó en sí mismo a un escritor, un poeta y un pintor que acabaría adquiriendo fama y siendo el orgullo de su modesta familia.
El paso de niño que luchaba para comunicarse, a hombre que iba perfeccionando sus habilidades y su sensibilidad, no estuvo exento de fuertes conflictos, retrocesos y desilusiones. Su primer amor fallido hacia la doctora que le enseñó a hablar mejor, sus devaneos con el alcohol... Y su madre, su padre y sus hermanos a su lado, dándole la mano en el difícil recorrido. Gracias a ellos, él pudo levantarse en los momentos más negros.
Ella le enseñó a no rendirse, porque ella no se rendía jamás.
Sheridan nos introduce en el pellejo de un Christy Brown magistralmente encarnado por Daniel Day-Lewis en el mejor rol de su carrera, y en el hogar pobre pero digno de una familia dublinesa que supo hacer frente a las adversidades y mirar al frente con amor y esperanza.
Porque la esperanza nunca es demasiada.

Viendo que el señor Day-Lewis está de moda últimamente me animé a ver esta película por la que obtuvo su primera y, de momento, única estatuilla dorada.
La verdad es que iba con bastantes expectativas, sobre todo viendo las altas valoraciones y los trabajos de Lewis. Si bien en el apartado interpretativo he quedado más que satisfecho con una interpretación que se merece todos los halagos posibles (tambien tengo que destacar el papel de la madre, papel por el que Brenda Fricker se llevó el Oscar), la historia me ha dejado bastante frío. La película no tiene fuerza, no me toca la fibra sensible. Hay ciertos momentos que deberían resultar más dramáticos, los conflictos familiares son muy suaves, no veo el drama y el sufrimiento que debería haber en una familia de clase baja con un chico con parálisis cerebral a su cargo. Pretende transmitir la soledad, la incomunicación, la frustración del protagonista, cosa que consigue en ciertos momentos pero que se diluye en otros.
Por otra parte si bien peca de fría o falta de garra, tambien hay que reconocerle a la película el mérito de no caer en la sensiblería, hecho muy común en los biopics de este tipo con historia de superación por el medio.
Estamos ante una película más que correcta pero que no aporta nada novedoso, y que es más relevante por el papel de Day-Lewis que por la película en sí misma.

Basada en el relato autobiográfico del pintor y escritor paralítico irlandés Cristy Brown. Realizada con un presupuesto muy bajo, por el genial director Jim Sheridan (en el nombre del padre, Boxer, etc) fue producida por Noel Pearson, que en su debut obtuvo el David de Donatello. La película ganó 2 Oscar (actor principal y actriz secundaria), 16 premios más y 12 nominaciones. Ese año la ganadora a mejor película fue paseando a Miss Daisy, y al mejor director Oliver Stone, en el primer apartado a juicio y parecer mi preferencia decae en mi pie izquierdo, en el segundo apartado a mejor Director la competencia es dura, pero cuando uno tiene el placer de visionar la película de Sheridan, que el haga sus propias conclusiones, pero si me decantaría por galardonas también a Jim Sheridan, que con menos medios, realiza una gran película.
Empezando a comentar el ámbito cinematográfico, primeramente mencionar unas actuaciones impresionantes y fantásticas, (que obtuvierno sendas recompensas), ya que en esta película el trabajo de actores es fundamental, pero la puesta en escena, los flashback, que nos narran las vicisitudes del protagonista, situación familiar de pobreza, familia numerosa, condiciones infrahumanas de calidad de vida, etc. Y a pesar de la gran enfermedad que padece, como lucha se enfrenta, y logra triunfar, en una sociedad que margina al deficiente (como es llamado en la película), la narración es perfecta, no se limita ni se centra en sacar a relucir la compasión hacia el protagonista (interpretado por Daniel Day-Lewis), sino en la lucha por vivir, el amor que su familia le ofrece, en especial su madre (interpretada por Brenda Fricker), aunque gran parte de la película es en ambientes cerrados, incluso clautofóbicos por la dimensión y gran número de personas que habitan en ella, se puede apreciar en todo momento una tensión, no por su intriga, sino por las situaciones tan reales, que nos transmiten esa energía interior, esa vitalidad, esa fuerza inagotable por afrontar la vida, una relación familiar plagada de ternura y amor hacia su hijo, hermanos,pero a mi juicio lo primordial de la película,es ese mensaje que el director nos cuenta a través de un paralítico y su familia, "la lucha por la supervivencia y una vida digna" y esa amenidad para contar es lo que te atrae y atrapa para visionar dicho film. Muy recomendable

Es algo que nunca me llegaré a explicar...

Increíble historia de superación, llena de fuerza, que hace sentirte dentro de la piel de Christy Brown, entre otras cosas, gracias a una de las mejores actuaciones de la historia, por parte de uno de los mejores actores que nos ha dado el cine.

El papel de deficiente, es un papel muy complicado para un actor, ya que o no es creíble y se cae en la mueca fácil, o te encumbra como actor, y en este caso, Daniel Day-Lewis lo borda en esta magnífica actuación, clara merecedora del Oscar que obtuvo.

La película es buena, pero no lo sería tanto sin la buena mano de Sheridan y el siempre grande Day-Lewis.

Son muchas las personas que debido a una discapacidad física, psíquica, sensorial e intelectual o mental son apartadas de la sociedad. Actualmente seguimos sin ser conscientes de las consecuencias al no integrar a una persona tanto social como laboralmente. Por suerte, personas con una voluntad de hierro como Christy Brown lograron demostrar que cualquiera puede luchar y conseguir sus metas.

La historia que veremos nos contará las vivencias del propio Christy Brown desde su infancia hasta su época de adulto de manera cronológica explicadas en un libro autobiográfico que él mismo escribió. Un hombre que sufre una parálisis cerebral atetoide y que solo le permitía mover de forma coordinada el pie izquierdo.

Daniel Day-Lewis será el encargado de dar vida a Christy Brown en su etapa de madurez, de la que se destaca su fuerte y rebelde carácter, su gran habilidad para pintar y su adicción al alcohol llevándolo a convertir en un adicto. Excelente interpretación que le sirvió para ganar su primer Oscar, siendo dirigido por Jim Sheridan, con quien más adelante realizaría tales películas como: En el nombre del padre o The Boxer. Hugh O'Conor será el encargado de representar la etapa adolescente de Brown realizando una más que notable actuación, caracterizando y metiéndose en profundidad en el personaje. Brenda Fricker será quien dé vida a la madre de Brown, una mujer que dará todo y más por que su hijo pueda realizar una vida normal frente a la negación principal del padre que lo daba por un perdido y lo consideraba un retrasado mental.

Elmer Bernstein, creador de piezas musicales tan famosas como las que hizo para Matar a un ruiseñor o Los siete magníficos, realiza para Mi pie izquierdo unos temas melodramáticos que van muy a juego sobre todo con las escenas en las que Christy y su madre están juntos.

El entorno donde se desenvuelve la acción está perfectamente plasmado, mostrándonos a una familia que vivía casi en la miseria en un barrio obrero de Dublín, en el que como en todas las familias habían discusiones, problemas con los hijos, con el trabajo y en donde la figura paterna era la autoridad suprema sobre toda la familia.

Lo verdaderamente curioso de la película, es ver que hasta que nuestro protagonista no realiza un “acto de fe” importante y significativo delante de los miembros de la familia, Christy no será tomado en consideración ya que siempre han pensado que nunca entendía nada, cosa que no tiene nada que ver debido a que su parálisis no afectaba a su capacidad intelectual. En esos momentos se aprecia la ignorancia de los padres al no saber concretamente qué tipo de discapacidad tenía su hijo.

Christy Brown sufre una parálisis cerebral atetoide. Sus principales características son movimientos incontrolados de piernas y brazos, rigidez y flexibilidad constante de los músculos, y con dificultades a la hora de hablar.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento por falta de espacio)

Mi pie izquierdo es una película realmente bien tratada y bien actuada, para los que conocemos este caso de de igual manera podemos ver ciertos paralelismos en la película y la vida real, la película habla claramente sobre el trato real de los discapacitados en la sociedad actual.
La primera cosa importante que diferencia es la minusvalía psíquica y la discapacidad física, a veces suele estar unido y a veces no pues nuestro protagonista, siente y padece, se emociona y llora y es consciente del mundo que le rodea no como muchos de lo que piensan los de su entorno.
La película muestra claramente una realidad, la integración de los discapacitados en la sociedad y la realidad social-familiar de estas personas.
En el aspecto familiar vemos la diferencia entre el padre y la madre, un padre que acepta la discapacidad de su hijo pero considerándolo como una desgracia pues cree que éste ni siente ni padece hasta que observa que su hijo es un artista con un gran corazón, con un talento sin igual.
La madre, como bien dice, siempre entendió a su hijo, aunque no hablase, la madre es un reflejo de la humanidad y bondad que por naturaleza éstas llevan consigo.
El ambiente familiar es una claro ejemplo de la realidad de las familias con discapacitados, en algunos casos la persona discapacitada es el que romperá a la familia y en otros el que hará que esta familia esté más unida que nunca, así observamos unos valores familiares que van por encima de todo, que ni el hambre, ni las críticas ni otras tantas cosas podrán romperla porque tienen un persona que las une.
El otro aspecto a tocar es la integración social del discapacitado, el cual estamos acostumbrados de alejarlo de nosotros desde el lado social, laboral y amoroso, se siente como una especia de repugnancia hacia estas personas, olvidándonos de que son PERSONAS.
Estos discapacitados, como bien se muestra en la película, tiene un potencial, pierden por un lado y ganan por otro, quieren vivir, amar y sentir sin que nadie sienta compasión por ellos, no quieren ayuda extra, no quieren que les hagan nada que ellos, en sus limitaciones no puedan hacer, aman y se enamoran y eso se muestra en la película.
En absoluto, estos dos aspectos de la película son extraños y ajenos a la realidad, las personas que tenemos este caso en casa sabemos muy bien la realidad social y familiar que esto supone y en absoluto es ninguna carga, a veces es un regalo de dios.
La película a su vez muestra otro aspecto importantísimo, las metas de la vida, es la lucha de una persona por querer demostrar al mundo que vive y todo lo que ello supone, una persona que lucha por vivir y esa será su mayor meta y su éxito está asegurado porque lucha por ello; pinta, escribe e intenta hablar, y lo consigue porque cree en ello y los de su entorno también.
(Continúo abajo).

Con los años uno domina técnicas para brujulearse en la vida; y con ellas también la capacidad para cuestiones mucho más prosaicas como descubrir de ante mano si una película te va a gustar, o no.
Eso me ha pasado con MI PIE IZQUIERDO. Hasta hace unos días la pasaba por alto, no me interesaba, pero una recomendación me decidió a revisarla.
Desgraciadamente mi intuición no me engañó. A los pocos minutos ya sabía lo que iba a ofrecerme, pero aguanté deseando enfrentarme a algo que me conmoviera. Lamentablemente no fue así. No entiendo esa necesidad de ofrecer imágenes una tras otra encaminadas a compadecernos del pobrecito discapacitado que desarrolla una técnica con la que ¡Oh mi Dios! Sorprende al mundo al pintar “magníficas obras” con su pie izquierdo.
Mi padre todos los años compra tarjetas de felicitación navideñas de autores que con su propio y anónimo pie, hacen un trabajo similar y encomiable. Aunque tal vez no se gasten tan mala leche y una ira desatada, desentrañando lo que al parecer es la historia real de un desalmado y discapacitado tirano, rodeado de comparsas desdibujados que giran alrededor del autócrata del pie.
El único personaje admirable y coherente en el relato es la madre. Ella tal vez si mereciera la atención de un proyecto cinematográfico.

"Mi pie izquierdo" incurre en el mismo fallo que "Las cenizas de Ángela", por otro lado, bastante similares en cuanto al planteamiento, ambientación e historia: que cuando el niño crece la historia se desinfla por completo. La culpa no es de Daniel Day-Lewis, que está espléndido, sino de que la historia acaba cayendo en la simple narración de sucesos en la vida de un tipo. Es verdad que Jim Sheridan se enfrenta al muy difícil género biográfico por lo que, en parte, se encuentra atado de pies y manos, pero aun así no consigue dar un significado que valga la pena a la vida del protagonista.

Ciertamente el director se ve obligado a ir mostrando la evolución del poeta y pintor Christy Brown mediante distintos episodios. Por eso mismo decae la película porque dichos sucesos, pese al intento de dotarlos de cierta trascendencia, no acaban significando gran cosa. Sí, el esfuerzo de Christy por salir adelante pero ni el modo, ni la forma, ni el tono hacen que la narración explote el dramatismo del personaje principal. De tal modo la cerca de hora y media del final se desenvuelve de un modo correcto pero con falta de intensidad, escasa profundidad y una temática no muy atrayente.

Todo lo dicho se ve más claramente cuando se compara con la soberbia primera media hora del filme. Cuando Christy es niño, "Mi pie izquierdo" si consigue transmitir todo aquello que el resto del metraje no consigue. La emotividad es tal que te pasas todo el rato con los ojos humedecidos. Quizás porque lo que vemos es auténtico, sale desde dentro y significa un mundo. El primer capítulo del libro, "Mother" es magnífico porque es todo un homenaje a su madre. En ella toda la rabia, todo el amor, toda la constancia que se van acumulando en sus páginas por parte de Christy sale a borbotones en una secuencia sublime. Y todo ello con sólo una tiza.

Recorrido biográfico del talentoso Christy Brown, escritor y pintor nacido en Dublín (Irlanda) y tristemente aquejado por una parálisis cerebral. El triunfo de la perseverancia y la fe de Brown y sus familiares contribuyeron sin duda al renacer mental de este, a pesar de su terrible padecimiento.

Brillante biopic, de la mano de uno de los directores y guionistas irlandeses mas prolíficos y exitosos de los últimos tiempos. Jim Sheridan toma el libro autobiográfico “My left foot” y lo conjuga en este agridulce film que relata los primeros años de vida de su excéntrico autor.

De manera fiel, se retrata la vida del artista irlandés, una historia no exenta de momentos divertidos, que no solo sirven para hacer mas “liviano” el film, sino para recrear sin lamentos ni sollozos fáciles o de escasa profundidad (como se suele hacer en la mayoría de cintas que repasen la vida de intelectuales o famosos) las peripecias de este fascinante personaje interpretado también de forma fascinante por Daniel Day-Lewis.

No en vano la cinta tuvo un reconocimiento a Brenda Fricker y a Daniel Day-Lewis por sus memorables encarnaciones, aunque esta no es la única prueba de la grandeza de un film perfectamente ejecutado por donde se le mire.

Pierluigi Puccini

Dramática y sobrecogedora película que narra la historia de Kristie Brown, un discapacitado que solo puede mover su pie izquierdo. Una película casi perfecta, con una historia maravillosamente narrada, con un reparto sobresaliente (sobre todo un increible Daniel Day-Lewis que se llevó el oscar por su interpretación) y una dirección impecable.
Gran ejemplo de voluntad y de lucha contra una sociedad que es injusta con los discapacitados, y que, al menos en aquellos tiempos, da muy pocas posibilidades.
Obra maestra.

Dos geniales interpretaciones, Daniel Day-Lewis y Brenda Fricker, pero echo a faltar un tercer Oscar, uno para el pie izquierdo. Porque ¿puede alguien negar la genial actuación de ese pie izquierdo? Y voy mas lejos, propongo un Oscar para todos esos pies izquierdos o derechos y para todas esas bocas que nos dejan obras de mayor o menor belleza pero que siempre son un ejemplo de superación y de supervivencia ante tan terrible enfermedad.
Un argumento real como la vida misma y una interpretación de Day-Lewis, estudiada, trabajada, creíble y sobre todo repetuosa con los afectados de este mal, hacen, que el cine, a través de esta película, sea un elemento clave para conocer y comprender la problemática de la parálisis cerebral dentro de la sociedad en que vivimos.
En este contexto, dirección, música y fotografía, aún siendo excelentes, no dejan de ser tan solo un medio para encauzar la fuerza de la historia.
Eso si, mención especial para Brenda Fricker. Representar a la madre de un discapacitado no es fácil ni mucho menos. Pero ella lo consigue. Lo borda.

Una historia de superación verdaderamente conmovedora, aunque sin duda la interpretación de Daniel Day-Lewis es lo mejor, con diferencia. Tampoco desmerece el resto del reparto, sobre todo la madre y el chaval que interpreta al pintor de joven. Sin embargo hay cosas que me chirrían un poco. Aunque la película esté basada en la autobiografía del protagonista y éste pueda tener hasta cierto punto mitificada su infancia y elevada a los altares la figura materna, creo que el director, al seguir esa visión casi idílica de la familia, peca de falta de credibilidad. Es difícil creer que en una familia con tantísimos hermanos, un padre alcohólico, hacinados en una vivienda de proporciones diminutas, teniendo que dormir de cuatro en cuatro y con un chico en estas condiciones, no haya más sombra que un arranque violento de higos a pepinos y sin mayores consecuencias del padre. Se nos da, por tanto, una visión mitificada de esta familia, a través de la mirada del escritor adulto, pero a todas luces alejada de la realidad.

De todas formas, la película está muy bien ambientada y aunque sólo fuera por la maravillosa interpretación del protagonista merece la pena verse. No deja de ser un canto a la superación personal, a la esperanza y a la vida. Igual no estaría de más que de vez en cuando pasaran por las escuelas este tipo de cine edificante capaz de mostrar hasta dónde se puede llegar cuando realmente se quiere, por encima de todas las barreras.

Una película biográfica, destaca la maravillosa y espectacular actuación de Daniel Day Lewis, de las mejores sin duda. Encarna a Christy Brown, un hombre con una mente prodigiosa, en un cuerpo con parálisis cerebral. Un drama donde Daniel puede exprimir todas sus facultades como actor y aportar mucho a esta película, que gracias a su actuación gana mucho.

Lo mejor de MI PIE IZQUIERDO es evidentemente la actuación de Daniel Day-Lewis encarnando al pintor y escritor irlandés Christy Brown, aquejado de parálisis cerebral; el título del filme remite, precisamente, a la única extremidad del cuerpo de Brown que le fue realmente útil por permitirle expresarse artísticamente; el resto estaba afectado por triplejia. Dicha actuación le valió a Day-Lewis el Oscar 1989 al Mejor Actor, que recibió, dicho sea de paso, con un público aplaudiendo de pie. Ahora, toda una película no puede evidentemente ser juzgada en virtud al desempeño de uno de sus protagonista, y sin embargo en el caso de MI PIE IZQUIERDO habría, a priori, muy poco que recriminarle: está de veras muy bien hecha. El problema es la fidelidad a los hechos reales, que a esta altura y tratándose de Hollywood debería inspirar una saludable desconfianza, pero que muchos espectadores insisten en tragarse como si de un remedio recetado por su médico de cabecera se tratara, con los ojos cerrados prácticamente. También en este caso es complicado ser específico, porque lo reprochable en la película no es tanto lo que muestra, como lo que sugiere al final.

Tuve el privilegio de trabajar con los llamados 'discapacitados físicos' por varios años, y durante esta experiencia maravillosa, pude llegar a una clara y definitiva conclusión: No existe más que una discapacidad, la de la mente. Se puede ser discapacitado con ambos brazos o sin ellos; con la vista abierta o con los ojos apagados; con las dos piernas activas o sentado en una silla de ruedas... pero quien pueda pensar, aprender, percibir, crear, adaptarse, resolver problemas y emocionarse, no tiene ninguna discapacidad realmente importante. Tiene limitaciones físicas omisibles. ¿Y quién no las tiene? Todo el mundo sabe hacer cosas con su cuerpo que otros no saben hacer. Por ejemplo, yo sé utilizar mis manos para escribir y para acariciar, pero no sé usarlas para tocar una guitarra o para pintar un cuadro. Aquel sabe levantar una pelota con sus pies durante varios minutos... y a mí me resulta imposible hacerlo... y ni te compares con los animales porque, entonces, vas a saber lo “discapacitados” que estamos.

<<MI PIE IZQUIERDO>>, es la historia de un personaje valeroso, talentoso y admirable: Christy Brown, un irlandés de empuje y de dignidad invencible; un hombre que vio los obstáculos como una oportunidad y asumió sus limitaciones como un reto a vencer. Nació en Dublín y los médicos le diagnosticaron una enfermedad muy “elegante” (como suelen llamarse ahora): Parálisis Cerebral Ateloide que, en castellano del pueblo es simplemente, Inmovilidad Permanente del Cuerpo.

Esta película del admirable director irlandés, Jim Sheridan -con guion escrito por él mismo en compañía de Shane Connaughton, basados en la autobiografía de Christy Brown-, rompe con la innecesaria actitud compasiva frente al "discapacitado" y, muy especialmente, logra tirar por el piso la negativa autocompasión, para dar paso a un ser humano vulnerable, pero con fiereza; necesitado de ayuda, pero decidido a valerse por él mismo; sin ciertos potenciales, pero capaz de demostrar que posee otros dignos de admirar en el mundo entero.

Christy, sufre, pero se sobrepone; conoce el fracaso, pero lo trasciende. Lo que ocurre en su vida es el esfuerzo de salir de la escasez -que te pule y te enseña la realidad que padecen muchos-, hasta dar lugar al autoconocimiento y al triunfo de poder Ser. Su familia es proletaria y católica, y de vez en cuando le toca comer avena al desayuno, el almuerzo y la comida, pero, la valerosa madre que tienen les enseña, con huellas indelebles, que siempre se puede salir avante y que, donde hay amor las carencias apenas se notan.

Como a todo el mundo le ponen en el camino a sus ángeles –sí, también a ti. Abre bien los ojos, aguza los sentidos y un día los sentirás a tu lado-, a Christy le llega un día la doctora, Eileen Cole... y la superación ya está en línea recta.

<<MI PIE IZQUIERDO>>, es un llamado a la valentía, un poema esperanzador que te invita a tener coraza y a que te des cuenta de que, los problemas por lo que tú te amargas, son una nimiedad al lado de los que padecen muchos.

Esto es, cine para aprender a vivir.

Por supuesto, en esta historia lo que más destaca es la genial interpretación que brinda Daniel Day-Lewis en su papel de paralítico que, ya desde la niñez, tiene que superar día a día obstáculos sin fin, con esa increíble fuerza de voluntad que demuestran, en la vida real, tantos héroes anónimos que padecen esas tremendas discapacidades. Pero detrás de estos titanes siempre hay algunas buenas personas, sin cuya ayuda el milagro sería más dificil, incluso imposible: y entra estas una madre paciente hasta la extenuación, estupendamente encarnada por Brenda Fricker, que también se merece matrícula de honor. Los demás actores principales tampoco desentonan, hábilmente dirigidos por Jim Sheridan. Hay tal vez un exceso de dramatismo en algunos pasajes, pero que no dejan de ser creíbles. Buena de verdad.

A pesar de las continuas recomendaciones recibidas para ver la película argumentando su gran calidad, he de decir que, si bien me ha parecido correcta, desde luego no es, ni mucho menos, excepcional.

Es indiscutible que la actuación de Daniel Day-Lewis es impecable. El pobre uso de su motricidad, las miradas, la dificultad al articular las palabras...todo refleja perfectamente la realidad que desgraciadamente viven los enfermos de parálisis cerebral. Aceptando esta gran interpretación como cierta, que viene siendo la tónica general en la exitosa carrera de este actor (uno de mis favoritos por su flexibilidad e implicación en los papeles), creo que la película no es capaz de superar sus propios convencionalismos, con un guión y una estructura narrativa que encajan perfectamente dentro del saco de las clásicas historias de superación personal.

Esta pregunta seguramente a más de uno se le pasaría por la cabeza aquel día en el que este gran artista irlandés levantó victorioso su oscar, cual Christi alzando con su pie izquierdo esa rosa de amor, superación, amistad, valentía e incansancio. Y la respuesta, aunque os sorprenda, es que Daniel es actor y estaba interpretando, por lo que afortunadamente él no tiene parálisis cerebral. Sin duda alguna, la mejor recreación de un personaje tan complejo que he visto en mi vida.

El resto (guión, secundarios, música, fotografía) es agradable y bastante conseguido. Pero seamos sinceros, nada de eso llega ni por asomo al nivel del trabajo de Day-Lewis y por ello yo personalmente creo que si le he otorgado la puntuación de 10 es porque sencillamente todo el mérito le corresponde a Daniel y por su intensa interpretación merece sin lugar a dudas, el puesto de "obra maestra".