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14 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
8
NO NECESITÓ NI UNA SOLA MISA PARA EVANGELIZAR Y REVITALIZAR LA FE DE LA GENTE
Notable película del género RELIGIOSO, que siempre ha existido también dentro del séptimo arte y que incomprensiblemente aún sigo sin ver en las clasificaciones de géneros cinematográficos en Filmaffinity.

El argumento es atractivo y original; lástima que la fotografía, los paisajes y el colorido no alcancen el mismo nivel; sin embargo, el contenido en sí de lo que se quiere contar es bastante relevante, tanto que incluso podría convertir a más de un ateo en crisis; "es difícil ser siempre lo que se espera de nosotros".

También contiene mensajes muy interesantes de debatir. Por ejemplo hay una idea muy a considerar, que reivindica el DERECHO DE LEGÍTIMA DEFENSA, pronunciada por la enfermera (Gene Tierney), enamorada del "presbítero" (Humphrey Bogart), cuando un guerrillero se acerca con sus tropas a la parroquia y ella y otras mujeres temen ser violadas: "No podemos quedar inermes a merced de quien ignora lo que es compasión". Comparto esta filosofía aunque esté equivocado o no sea tenida en cuenta por los militantes del NO A LA GUERRA EN TODA CIRCUNSTANCIA. El "cura" protagonista, la hará suya precisamente con "mucha mano izquierda".

Y sobre todo lo mejor en esencia de este film, es la gran agudeza teológica del guionista Alfred Hayes, mostrando de forma muy sutil algunas de las características de lo que es llamado "la mano izquierda de Dios", por ejemplo: que para levantar la fe de la gente cuando prácticamente está en extinción NO SON NECESARIAS LAS MISAS NI LOS SACRAMENTOS sino algo más serio: LA CALIDAD HUMANA, LA EMPATÍA DEL EVANGELIZADOR CON LA PERSONAS Y SUS PROBLEMAS.

En resumen, película notable, no por sus envoltorio técnico sino por el contenido teológico-religioso de la historia que cuenta, que sin duda es bastante extraordinaria y toca las fibras sensibles de los seres humanos que aún tienen en cosideración el concepto DIOS, ya avivado ya adormecido.

Fej Delvahe
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31 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
UNA PELÍCULA DE AVENTURAS CON MENSAJE
Comulgo, nunca mejor dicho, con la idea de que existe el religioso como género propio y diferenciado del resto. Películas como Las sandalias del pescador, Los diez mandamientos ó La historia mas grande jamás contada se encuadrarían mejor en la categoría de films religiosos antes que en el género Drama (subgénero: Religión, eso si).

No obstante, discrepo en catalogar La mano izquierda de Dios como película religiosa. Es absolutamente cierto que el mensaje último y profundo de la cinta es aquella máxima de que Dios escribe derecho aun con los renglones torcidos. Pero este mensaje también puede asumirse desde conceptos no tanto religiosos como humanos. La generosidad y el amor al prójimo pueden ser entendidos desde planos religiosos pero también desde perspectivas mas terrenales. Para mi, La mano izquierda de Dios es una película de aventuras con mensaje, donde encontramos a un Bogart aparentemente distinto al que estamos acostumbrados a ver pero que, fijándose bien, mantiene su habitual equilibrio entre malicia y humanidad y donde echamos algo de menos esa sensualidad de Gene Tierney aunque disfrutemos de su belleza de siempre.

La película es una buena muestra de un cine que, independientemente de donde lo encuadremos, derrocha profesionalidad por los cuatros costados. E.G.Marshall y muy especialmente Agnes Moorehead contribuyen con su buen trabajo a que la película acabe dejando un sabor de boca muy gratificante.
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21 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Una muy interesante sorpresa
Después de ver varias veces los clásicos de Bogart, he seguido viendo otras películas no tan conocidas de él con resultado dispar. En esa búsqueda, "La mano izquierda de Dios" ha sido una muy entretenida sorpresa. En primer lugar, quiero destacar que son pocas las películas de Bogie en color y esta es una de ellas. Para suerte mía, el original que adquirí en Bs.As. de la colección "Solo para coleccionistas" tiene muy buen color y calidad. En segundo lugar, como ya lo hice en otra crítica, deseo destacar la profesionalidad de Bogart quien entrega una muy convincente interpretación de un papel para nada fácil. Los restantes protagonistas me han parecido muy correctos destacando la sobria belleza y sensualidad de Gene Tierney y las buenas interpretaciones de Lee J. Cobb, Agnes Moorehead y sobre todo de E.G.Marshall. Obviamente los decorados cartón piedra delatan un bajo presupuesto pero engrandecen la tarea de un correcto Dmytryk y de los actores por el dirigidos. Me gustó también el guión y la banda sonora. Quiero disentir respetuosamente con Fej Delvahe cuando dice lo siguiente: "para levantar la fe de la gente cuando prácticamente está en extinción NO SON NECESARIAS LAS MISAS NI LOS SACRAMENTOS sino algo más serio: LA CALIDAD HUMANA, LA EMPATÍA DEL EVANGELIZADOR CON LA PERSONAS Y SUS PROBLEMAS." Si bien la calidad humana y la empatía del evangelizador son muy necesarias, no debemos olvidar que la fé católica se fundamenta en la persona de Cristo y los sacramentos y la misa fueron instituídos por el mismo Señor Jesús. Por lo tanto, una fé católica que se quedara únicamente en la calidad humana y la empatía, sería solamente un "humanismo" pero no la religión católica que Cristo nos dejó, no sería verdadera fé. Precisamente la fé es creer en Jesús y en los misterios sagrados que el nos enseñó en la escritura. Obviamente que Jesús puede obrar el bien aún a través de una persona que está cometiendo un sacrilegio: Como se decía en otra crítica: "Dios escribe derecho en renglones torcidos". Precisamente para que seamos humildes y entendamos que todo el bien que podamos hacer sólo a El se lo debemos y no a nuestra gran o poca capacidad.
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12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
El hábito hace al monje.
Impresionante película la protagonizada por Bogart dando vida a un ex aviador que por diversas razones acaba haciéndose pasar por sacerdote. Ambientada en la China posterior a la II Guerra Mundial, Bogart interpreta a la perfección su rol poco tiempo antes de que el cáncer acabara con su vida.

A lo largo de la cinta, Humphrey nos deleita con un incesante cambio de registros en su papel: tan pronto es el comedido sacerdote como cambia al más despiadado jefe de una partida de peligrosos bandoleros.

La réplica se la da la bella y sensual Gene Tierney que se debate en un mar de dudas cuando se da cuenta de que se ha enamorado de un hombre que por su condición de "sacerdote" está condenado por sus votos, o quizá no. Con todo, el duelo interpretativo entre los dos enriquece más si cabe la película.

Se da la circunstancia que la Tierney, cuando rodó "La mano izquierda de Dios" acababa hacía poco tiempo de haber salido de una institución mental, lo cual creó dudas en los productores sobre el concurso de la actriz en dicha película.

La película, apoyada en una cuidada fotografía y en unos secundarios de lujo, se beneficia precisamente de uno de ellos (Lee J. Cobb), que mantiene también un bonito duelo interpretativo con Bogart. Merece destacar la caracterización del propio Cobb, irreconocible como líder chino de los bandoleros.

En definitiva película de visión obligada para los amantes del buen cine, o de los incondicionales de Bogart, alejado en esta ocasión de los papeles como ganster o hombre duro de sus múltiples películas de cine negro.
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7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
El falso sacerdote
En la China de mediados del siglo XX, un falso sacerdote se oculta de sus perseguidores en una pequeña misión católica.

Humphrey Bogart en uno de sus últimos papeles, dentro de un film menor dirigido por Edward Dmytryk, cuya historia incluye un amor imposible entre el protagonista y una enfermera encarnada por Gene Tierney. Agradable, salvo en forzados aspectos sentimentales.



- "Me enamoré de un sacerdote."
- "Mientras un hombre que no lo era se enamoraba de usted."
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7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Se podía haber sacado más partido
La historia que nos presenta esta película es interesante, pero no alcanza alta calificación cinematográfica como consecuencia de un guión un tanto superficial que ahonda poco en los personajes y las situaciones. Merecía para todo ello un poco más de metraje, pues me parece excesivamente corta para lo que se podría haber sacado de este film. Hay materia más que suficiente para trazar un guión mucho más conseguido y con un desarrollo más amplio en todos los sentidos de lo que se nos narra. La interpretación de Humphrey Bogart me parece correcta, asi como la dirección de Edward Dmytryk , pero no se puede sacar más de donde no hay guión suficiente. Gene Tierney tiene un papel poco definido en su pasado y acusa también la falta de lo mismo citado anteriormente.
Una de las principales secuencias de esta producción y protagonizada por Lee J.Cobb se nos presenta en versión original en inglés y con subtitulos en castellano en el DVD que se está comercializando en la actualidad (Año 2010), y supongo que estará ocasionado por el deterioro sonoro del doblaje original al castellano correspondiente a su estreno es España hace ya muchos años. En otras películas esta circunstancia se ha solucionado con un nuevo doblaje actual en las secuencias afectadas, bien por deterioro de la banda de sonido en castellano o por supresiones de imágenes de la censura de entonces.
Esta película pertenece al grupo de las primeras que filmó la FOX en su nuevo sistema panorámico CINEMASCOPE y que tanto impacto causó e inexplicablemente ahora se está comercializando en formato panorámico 1'85 con lo cual existen continuas mutilaciones laterales de imágenes dando lugar a encuadres disparatados y que personalmente creía ya superado este defecto muchas veces denunciado a través de los medios de comunicación. Se dá la circunstancia que tanto al principio de la película con los créditos como al final de la misma se ha respetado el formato original CINEMASCOPE para dar cabida a la imagen completa, ya que en la otra forma como se nos ofrece toda la película no se podrian ver al completo ni los créditos ni la secuencia final con el sello de la productora. Es un film un poco fallido tanto en su filmación en el año 1.955 como en su presentación comercial actual.


José Antonio ZG
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8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Menos mal que a Lee J. Cobb le gustan los dados.
Grandes actores para una película cuyo guion flojea bastante, nos presentan a un piloto americano, cuyo avión se estrella en las montañas de la China de 1947. Este país, sumergido en plena guerra civil, es gobernado por distintas facciones de guerrilleros. Nuestro protagonista cae "prisionero" de una de estas facciones, pero le cogen cariño y en seguida le hacen capitán.Éste, que quiere escapar de allí, se disfraza de sacerdote y se larga a una misión, donde es confundido por el sacerdote que esperaban y allí, en menos que canta un gallo, se gana la admiración y respeto, tanto del poblado chino como del equipo médico y su enfermera de la que se enamorará.
Película de vertiente católica ( Humphrey Bogart representa al ateo que servirá de instrumento a Dios), tiene un guion un tanto pueril e incluso infantil, aunque lleno de buenas intenciones, en el que todo se resuelve sin ningún conflicto y de manera poco menos que milagrosa.
Aún y todo, estas aventuras exóticas siempre tienen su aquel, pero a nada que se lo hubieran currado un poco más con la historia, les podría haber salido más redonda.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Cuando se tiene mano izquierda
Una cosa curiosa de ese personaje que se disfraza de sacerdote para sobrevivir es no solamente que a veces parece olvidarse de que no es realmente sacerdote, sino que hace que lo olvide el espectador mismo (al menos este que ahora escribe). Bogart podía hacer esto y mucho más. Como sentarse al piano y cantar una canción con un grupo de niños chinos. Y resulta que Bogart no canta nada mal. Su arte brilla tanto, haciendo lo que sea, que al final uno se olvida de que en realidad la película no funciona muy bien, que todo es un poco descabellado y forzado. Da igual, que también sale Lee J. Cobb disfrazado de chino malo, pero comprensivo: en su caso es el actor quien se ha disfrazado, no el personaje, pero lo olvidas de la mano de su arrebatador talento, aunque solo sea en un par de escenas que comparte magníficamente con Bogart. Y así el remilgado personaje de Gene Tierney, o la resabiada que compone Agnes Moorehead. Y cualquiera que pase por allí, en algún rincón de plano. Todos están en su sitio, y la mayoría brillando con su estilo. Claro que es una marca mayor de la casa, de Dmytryk, un gran director de actores, entre otras cosas grandes. Incluso consigue colar sus blandos ideologemas religiosos, que lo hace tan bien, con tanta soltura y buen oficio, que uno lo acepta sin rechistar. No hay escena, encuadre, movimiento de cámara, retrato de un espacio, uso del color, medida de tiempo o enlace de situaciones que no fluya, que no funcione agradablemente.
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5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
El título subraya de que va la historia y la intriga.
Es una película de aventuras, pero no de acción, sino por los conflictos que trata. Para aumentar su atractivo, mezcla hábilmente asuntos religiosos, amorosos, localizaciones exóticas, guerra amenazante y sociedades poco conocidas como la China.
En el que toca a religión, aprovecha el asunto de si el hábito hace al monje, al estilo “Jesús de Montreal” o “El general Della Rovere” También se apoya en la dicotomía religión y ciencia (posiciones contrapuestas del sacerdote y del médico ante dilemas importantes)
No busca la provocación, ni el melodrama, ya que la situación del protagonista es en si misma una aventura extrema y llena de riesgos.

Es en el año 1947, cuando terminada la guerra mundial, China se ve envuelta en otra guerra, en este caso civil, involucrando a poderosos “Warlords”, de la que Mao saldría vencedor.
Es en la remota región de Sinkiang, donde precisamente – dato histórico- el obispo en esa época era un sacerdote vizcaíno.

En esa región tan apartada, y en ese tiempo se encuentra, y no por su voluntad, el personaje a quien Bogart da vida, cuyas circunstancias le convierten en un juguete del destino, enfrentándose como puede, a varias tomas de decisiones vitales. Quiere marcharse, escapar, huir, pero no resulta nada fácil. Necesitaría de la Providencia, y toda su fuerza de voluntad para conseguir llegar a alguna ciudad portuaria, todas ellas muy lejanas geograficamente.
Y se le presenta la ocasión de hacerse pasar por un sacerdote católico, el Padre OShea

Su situación personal al borde del abismo, no está para cometer ni el mas mínimo error. Y por eso Bogart da a su personaje una característica de cínico desencantado, sin ilusión o vanas esperanzas, siendo al mismo tiempo un hombre que no gusta de indignidades, aunque a veces hay que convivir con ellas o lo que es peor verse obligado a compartirlas; pero sabe comportarse con “autorictas” y de ahí la admiración que provoca en los chinos, ya sean fieles católicos o no, y atraiga a con tanta intensidad a la joven enfermera viuda.

Bogart extraordinario. Y esta afirmación, va a Misa, tanto como la acertadisima e irónica frase que en cierto momento sale de sus labios “Has hecho muy mal en burlarte de la Trinidad”
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
“Los cuerpos prestan poca atención a los cerebros”
“The Left Hand of God” (La Mano Izquierda de Dios, 1951), fue la séptima novela que publicara el estadounidense, William Edmund Barrett, escritor que luego sería mejor conocido por “Lilies of the Field” (1962), una obra llevada también al cine por el director, Ralph Nelson.

En principio, la novela de Barrett fue adaptada para cine por el celebrado escritor William Faulkner, pero, al proponerle su guion al director, Howard Hawks -con quien ya había trabajado obteniendo muy buenos resultados en otras ocasiones- éste se sintió desencantado con el cuento y no se animó a rodarlo. La, Twentieth Century Fox, adquirió luego una nueva adaptación efectuada por Alfred Hayes (“Teresa”, “Clash by Night”, “Human Desire”…) y la encargó al director, Edward Dmytryk, quien se esmeró por llevar a buen puerto una historia que sigue conservando esa posición ideológica a la que nunca renunció definitivamente.

La aventura comienza con la llegada del nuevo sacerdote católico que estaban esperando en una pequeña misión china. Identificado como, el padre O’Shea, el hombre despierta enseguida la inconformidad del médico de la provincia, el Dr. David Sigman, quien considera intromisoria la llegada de los curas a la cultura China, y su propósito es acabar con la misión para lo cual cuenta con el respaldo de su esposa Beryl, una mujer liberal de mente bastante amplia.

Por otra parte, el nuevo misionero atraerá con su presencia a la enfermera de la región, Anne Scott, la cual tratará de evitarlo porque no resiste su varonil presencia, extraña en un sacerdote… y mientras trata de adaptarse a un ambiente para el que no parece muy bien preparado como sacerdote, va dando pruebas de solidaridad, de hondo respeto por la cultura y por el pueblo chino, y esto le va mereciendo un aprecio que comienza a sorprender.

Escéptico desde muy temprana edad, Dmytryk, se afirma en mostrar “lo milagroso” como puros hechos del azar y como tal lo admitirá el misionero de a bordo… pero nos deja, a los creyentes, ese vuelo de imaginación que nos permite pensar que alguna fuerza superior bien pudo intervenir porque, definitivamente, Dios cree y valora más a un ateo generoso e íntegro, que a un creyente mezquino y oportunista. Más que necesitar que creamos en Él, el Padre necesita que creamos en nosotros mismos y que hagamos ejercicios prácticos y honestos de servicio a la humanidad.

Curioso ver a un actor como, Humphrey Bogart, quien tantísimas veces hiciera de bandido -y en menores ocasiones de tipo bueno-, haciendo ahora de misionero con sotana… pero, esto converge con su personaje quien tiene algunos matices que vale la pena conocer. Gene Tierney, es la enfermera -sin confianza en sus percepciones- que resulta más intuitiva de lo que logra comprender; y la pareja que conforman, E.G. Marshall (el Dr. Sigman) y Agnes Moorehead (su esposa), son de aquellos seres prácticos que terminan creyendo más en la acciones que en la condición profesional del ser humano.

A, <<LA MANO IZQUIERDA DE DIOS>>, le falta un poco de consistencia en al menos un par de acciones y algo de definición en los hechos históricos en que se mueve la trama, pero, desde el punto de vista humano cumple a cabalidad en su demostración de que más que un certificado o un título, lo indispensable en ciertas profesiones, es la buena voluntad y el ejercicio eficaz de la labor que alguien asume… y preocupa lo que dijera, Beryl: “Los cuerpos prestan poca atención a los cerebros”.

Título para Latinoamérica: DEL DESTINO NADIE HUYE
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Otra vez en el avispero chino
Después de "El albergue de la sexta felicidad" (1958) el visionado de esta "La mano izquierda de Dios" se convierte en un déjà vu parcial. Otra vez hemos llegado al avispero chino, años cuarenta en vez de treinta y un sacerdote católico en vez de una misionera protestante. Claro, que si se piensa algo más el argumento, sí difiere. En cualquier caso nos encontramos con la adaptación de la novela homónima de William Edmund Barrett, publicada en 1951. Y aquí hay un pequeño error que no sé si responde al libro o a la película. Que para 1947, cuando se ambienta, el país debería estar mucho más polarizado en la guerra civil entre nacionalistas y comunistas. La situación que se describe aquí parece más propia de la era de los señores de la guerra, de 1916 a 1928, donde el poder central se fragmentó dando lugar a la aparición de jefes, caudillos y bandidos que gobernaban como les daba la gana cada uno en su territorio. Un caos.

Dicho esto, que no es que sea tan importante, acudimos a una remota misión católica en China de la mano de un sacerdote, el padre James Carmody (Humphrey Bogart). Sin embargo, algo nos escama desde el principio. La idea de que realmente no es un cura sino alguien que se está pasando por él. Esa era mi impresión desde casi el principio (SPOILER). Mientras se aclara la intriga tenemos un poco de debate teológico y religión, algo de romance y unas gotas de aventura. Suficiente para tener el visto bueno pero no para conquistarnos. La película no tiene un guión ambicioso y confieso que se echa en falta mucha más harina, teniendo en cuenta que se trata de un país totalmente roto tras más de treinta años de guerra casi permanente, desde que derrocaran al último emperador, en 1911-1912, hasta la proclamación de la República Popular China en 1949, pasando por la guerra contra el Japón y la Segunda Guerra Mundial (1937-1945).
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Con éxito pero mala crítica
Una película bastante floja, ni el CinemaScope ni a a color, hace que la película gane, supongo que el éxito en taquilla en su día lo influyen justamente lo que he comentado, añadiendo lo exótico del fondo donde transcurre: China. Es algo que a los americanos les gusta, ya que antes no se viajaba tanto y los países lejanos, por casi la imposibilidad de viajar allá, hace que la película tenga ese exotismo que tanto gusta.

Pero la crítica de la época, no la puso muy bien y viéndola ahora lo entiendes, porque hay secuencias que no se aguantan y no son creíbles, a parte de que utilizan el heroísmo barato para realzar la historia, pero desde mi punto de vista, la hace caer aún más.
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3
Jesucristo superstar.
Peliculilla de medio pelo para los fans incansables de Bogart, entre los que me incluyo, que hace un trabajo correcto sin despeniarse, sin altibajos ni aspavientos, sin luces ni sombras, o sea, hubiéramos vivido sin él. El personaje de su compañera de reparto es poco menos que de tonta del bote, mojigata donde las haya, no cuela. Lo mejor sin duda lo aporta el doctor.

En cuanto al mensaje de la peli, me río yo. No me van a convencer ustedes a día de hoy, ni nunca, antes o después, de que el ser humano necesita la fe cristiana, o cualquier otra, para subsistir o resistir los empujes de una vida difícil. Mientras gastemos nuestra fuerza espiritual en semejante estupidez y pérdida de tiempo, dejaremos de crecer en sentido correcto, de aceptar las cosas tal y como son, pasos necesarios para encontrar soluciones y respuestas.

Así pues, este panfleto religioso/espiritual, en el que un hombre se hace pasar por siervo clerical y, a pesar de su falsa dote, logra revitalizar el alma de un pueblo pesimista medio hundido, no convence a mentes abiertas con su racanería vital, su pobre sentido del ser humano y su rancia y obsoleta moralina.

La religión es un lastre y no otra cosa, una mentira tan grande nunca puede ser de ayuda. La fe, tan necesaria para muchos seres humanos, debemos encontrarla en otros lugares, o eso o siempre seremos cromagnones.
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7 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
La niña de los ojos del borracho...
Aceptable y poco memorable drama a mayor gloria de Porcelanas F. C. y de Gene Tierney, la niña de los ojos del borracho.

Su espíritu catolicón, bienintencionado y complaciente, me enarca levemente la ceja derecha, pero vislumbro, o creo vislumbrar, un liviano dardo, con la fuerza de un pedo de pato en cualquier caso.

Ver a Porcelanas F.C. arrastrando una sotana y al puerco de Lee J. Cobb con los ojos achinados y desperdiciando flagrantemente su papel tiene su aquél, no obstante.
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3 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
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