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53 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
9
¿Tiene algo en contra de los jóvenes? Sí, que amo a los viejos
Decir que esta película es maravillosa sería quedarse corto. Lo confieso: Me he emocionado con ella, las lágrimas han aflorado a mi rostro tras contemplar una visión tan lúcida y bella de la vejez. Y sin duda alguna el mérito principal es de sus intérpretes. Dos merecidísimos Oscars a dos de los más grandes que ha habido en este oficio. Un precioso homenaje a sus carreras haciendo lo que mejor saben hacer: actuar magistralmente. Henry Fonda me ha recordado a mi abuelo, un hombre que ha sido un cascarrabias toda la vida pero que a pesar de ello ha querido a sus hijos y siempre ha tenido un corazón bondadoso. Katharine Hepburn fue y será la actriz con la mirada más bella que el cine ha dado (Ver Adivina quién viene esta noche y esta película para comprobarlo). Una mujer con una belleza interior desbordante, paciente, comprensiva... Y profundamente enamorada de ese hombre. Una frase preciosa que resume lo que el amor es dice: "Sabes, Norman, eres el hombre más encantador de la tierra. Pero yo soy la única que lo sabe". Pero también hay que destacar la labor de Doug McKeon (el pequeño Billy), que desmiente la teoría del amigo Santi, en la que toda película con niño intérprete junto a un adulto es repulsiva. Una lástima que la mayoría tengamos que crecer
para comprender lo que los ancianos muchas veces tratan de decirnos, a veces con la mirada, a veces con las palabras. Y para complementar a unas estupendas interpretaciones, Mark Rydell entremezcla con criterio imágenes preciosistas del bello "estanque dorado". Sin duda alguna, me encantaría morir tranquilamente rodeado de tanta belleza. Además, el director consigue no caer en la sensiblería y deja que el guión fluya tranquilamente como las notas que el bello piano (un steiner, quizá) hacer sonar a lo largo de toda la película. Y si por si esto fuera poco, para los recolectores de beldades, sale una Jane Fonda estupenda antes de enfundarse en mallas elásticas y grabar videos de fitness. Una de esas películas que te hace amar el cine. Obra maestra.
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71 de 76 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
La senectud más luminosa del mundo
No creo que haya nadie que viese esta película sin desear una ancianidad como la de Henry Fonda y Katharine Hepburn. Entregados a un amor crepuscular tan sólido como la tierra, esta pareja de hermosos ancianos sólo se deja perturbar por la visita de una hija que tiene muchas cuentas pendientes que ajustar con su padre. La irrupción de la vitalidad, la juventud y sobre todo, la rabia de esta mujer provoca el efecto de una piedra lanzada sobre el remanso quieto de un estanque. Pero todo ha de seguir su curso, el agua y la vida...y ante la inminencia de la muerte, toda cuestión es baladí, porque hay perdones que no pueden esperar tanto tiempo a ser otorgados. Las aguas vuelven a cerrarse sobre la piedra y las ondas concéntricas que ésta ha provocado desaparecen. Nada que nos sorprenda: lo contrario sería inadecuado.

No voy a halagar las labores interpretativas de Fonda y Hepburn: me limitaré a decir que en "El estanque dorado" no son los actores, son los personajes. Desprenden buen humor, sabiduría, cariño, también una suave nostalgia por aquello que se fue y nunca podrá retornar. Lo desprenden ellos, como seres humanos y no como actores. Pocas veces en pantalla se da el privilegio de observar un regalo tan auténtico, tan íntimo ofrecido sin tapujos a un público desconocido e invisible.

Y a pesar de la perturbación que supone el tira y afloja entre generaciones, lo cierto es que todo en esta película es tan idílico, bello, agradable y luminoso que no se puede evitar del todo un puntito cínico que pugna por salir y cuestionar tanta perfección.

Aún así, es una grandísima película. Sobre un tipo de amor que a lo mejor estamos olvidando que existe. Porque cuando somos muy jóvenes pensamos que esto será más o menos como un paseo por las nubes, más tarde nos conformamos con los vaivenes del deseo, peligro pero cuando el sol de la vida va declinando sólo queremos contemplar la cara de la eternidad de la mano de alguien al que amemos, en un lugar que se parezca siquiera un poquito al estanque dorado.
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41 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Un lugar muy similar al paraíso
Nunca se me olvidará la primera vez que vi esta película: yo era una niña y la dieron por la televisión. Conmovió mi alma hasta las raíces y disfruté muchísimo.
He vuelto a verla a los 30 años y continúa conservando la frescura.
Henry Fonda y Katharine Hepburn están soberbios. Él es un anciano adorable, bromista y cascarrabias que siente angustia ante la pérdida de su vigor y de sus facultades, y ella es una anciana llena de energía y optimismo, en contraste con su gruñón y generalmente pesimista esposo. La relación entre ellos se muestra con gran ternura, ambos destilan esa complicidad y esa dependencia mutua de dos personas que se aman y han convivido durante muchos años. Ella comprende los temores de su esposo y lo sobrelleva con humor, y él todavía mira a su esposa con la misma adoración con la que probablemente la miró desde el primer momento. Como todos los años, van a pasar sus vacaciones a "El Estanque Dorado", un lugar paradisíaco en medio de la naturaleza agreste.
Se plantean dilemas como:
-El miedo a las debilidades y a la vulnerabilidad de la vejez.
-Los problemas intergeneracionales. El protagonista y su única hija, la cual vive lejos, mantienen una relación tensa, marcada por las disensiones. Cuando ésta acude a visitar a sus padres, acompañada de su novio y del hijo adolescente de éste, comienzan a salir a la luz los conflictos que llevan rumiando desde hace mucho tiempo. Por otro lado, el anciano matrimonio no empieza con buen pie con el chico que ha llegado para quedarse un mes en su casa, al cual la perspectiva de estar tanto tiempo en compañía de dos ancianos en un lugar perdido no lo seduce demasiado. Todo esto dará lugar a un montón de situaciones divertidas, tensas, amargas y tiernas. Las vidas de todos van a cambiar y van a aprender muchas cosas unos de otros.
-La fotografía y la banda sonora son muy hermosas. Inolvidables las imágenes del estanque y los paisajes. Todo se muestra con un ritmo reposado, reflejando el estilo de vida tranquilo que prima en "El Estanque Dorado".
A mí me evoca esas tardes de mi infancia en el campo, el intenso olor a vegetación del agua de la laguna que solíamos visitar, con las orillas semiocultas por murallas de juncos y espadañas, los patos nadando, el croar de las ranas, el estimulante olor de los eucaliptos... En fin, me he puesto un poco bucólica, pero es que para mí esta película conserva el olor, los sonidos y las sensaciones de los lugares paradisíacos de mi niñez.
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29 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
UNA MARAVILLOSA PELÍCULA, ALGO EJEMPLAR.
Es encantadora, tranquila, sencilla, humana, realista..y podría seguir líneas y líneas laureando una película que jamás pasará de moda, pues mantiene los valores fundamentales que siempre permaneceran. Ver a Henry Fonda en su última película interpretando el más difícil todavía como queriendonos decir "señores esta es la última pero el espectáculo no ha hecho más que empezar" es digno de una estrella del cine. Claro, esto no acaba aquí, pues ahora unimos a Katherine Hepburn deslumbrando a cualquier cámara como queriendo decir: "Yo brillo con luz propia, la edad me hace un gran favor, no me importa donde esté la cámara, sé donde tengo que estar". Esa mezcla de actores y una fotografíad, un entorno antológico, producen una reacción química que ocasiona una especie de cosquilleo interno propio de una obra maestra. Esta crítica empieza a ser cursi, lo se. Pero cuando uno quiere decir que un film es poesía y ciertos actores son dioses a los que se les recuerda como tales, no se puede hacer de otra manera menos engalanada.
Gracias a esta película mucha gente descubrirá como la vida es genial a cualquier edad y que los achaques, las manías y las arrugas no son más que las muescas que la veteranía hace en cada uno de nuestros equipajes de vuelta . Es un gran ejemplo de lucidez cinematográfica en una época gloriosa para la industria. Jane Fonda está genial en un corto pero fructífero papel. Por favor, antes de verla, prepárense para volver a verla en los mejores momentos de sus vidas.
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27 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
La belleza de la vida.
Lo mejor de la vida es que te provoca sensaciones.

Cierras los ojos por la calle y cruza a tu lado el aroma que llevaba aquel maravilloso sevillano - hoy mi marido- un día por la noche cuando tonteando en un banco al lado de la Catedral, surgío el primer beso.

Cruzas la esquina y huele a la colonia que impregnaba el cuerpo de mi hermana en tantas y tantas noches sin dormir hablando y riendo y viendo películas frikis hasta las tantas.

Pero sigues caminando y suena una canción, esa que sonó aquel día que parecía que la discoteca se caía de gente pero yo sólo veía sus ojos y oía sus besos.

Y comiendo un bollito en tu camino recuerdas las pocas veces que mamá te lo llevó después del colegio para que merendara, cogida de su mano camino a casa.

Esas sensaciones son las que perduran, las que convencen, las que te hacen vivir más y mejor.

La primera sensación que he tenido cuando he puesto el cursor para escribir la primera palabra ha sido un enorme escalofrío y una carne de gallina que ha comenzado por mis brazos, para auparse impúdica hasta mi espalda... y creo que esa es la mejor crítica que se puede hacer de esta obra de arte.

Carne de gallina provocada por un amor de verdad, con arrugas que antaño fueron la más bonita y tersa de las pieles; con problemas de memoria cuando antes sabían hasta el más mínimo detalle de su andadura juntos; con caricias temblorosas pero igual de firmes que cuando se acariciaron por primera vez.

Con escalofríos ante los problemas generacionales y su resolución; porque la vida es sólo eso:vida, y no siempre la vemos delante de nuestros ojos, cruda y sencillamente maravillosa como nos muestra la película.

Yo creo que he visto esta película mil millones de veces y cada una he agotado varios paquetes de pañuelitos de papel con lágrimas y más lágrimas; y me he despertado con los ojos, a la mañana siguiente hinchados de la llorera, recordando los colimbos. Y creo que es por su belleza, porque miro a mi abuela alebrestada y serena y deseo con todas mis fuerzas que hubiera tenido la oportunidad de envejecer junto a su "Norman" y que juntos hubieran recordado el camino para coger las mejores fresas para un pastel; porque veo a mis padres y reconozco a los protagonistas con veinte años menos pero el mismo brillo en los ojos; porque me veo a mi misma y sé que llegaré a decir a mi marido, cuando nadie nos entienda salvo nosotros mismos, que es el hombre más encantador de la tierra, pero que soy yo la única que lo sabe.

Abro y cierro la crítica con la misma sensación: ójala que nunca me abandone ni el cosquilleo ni la carne de gallina.
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19 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Si no te gusta eres un monstruo
Cómo Tantra dice, tan emotivamente (y es que hablamos de la película emotiva por definición), yo también adoro a los viejos.

Pero además, odio a los adolescentes, aunque aquí y ahora, pasados los años, el nieto imberbe de Fonda y Hepburn, comparta más valores con Espinete que con cualquier quinceañero fuera de madre de los que pululan por ahí persiguiendo tangas.

Adoro a los viejos porque ojalá todos lleguemos a vivir, una de dos: o la sensación que sufre Fonda ante el espejo, no derrotado sino reflexivo y dando válvula de escape a su negra ironía o, el optimismo desbordado de la Hepburn, que por Dios juro que es la que se lanza en plancha al estanque con sus setentaytantos y con cuya convicción y alegría, vive de hecho, unos 20 años más que el inolvidable Henry.

Con la que no me quedo es con la actitud de Jane Fonda. No me refiero a su interpretación, emotiva otra vez; de las que humedecen el lacrimal como siempre consiguen los de esta estirpe (con los Fonda, lloras), sino a lo perdida y acomplejada que se siente; incapaz de mostrar afecto y paralizada en lugar de exclamar, de una buena vez y a los cuatro vientos algo que no podrá escuchar su padre cuando ya esté bajo tierra.

Algo, además, que sí ocurrió en la vida real. No se llevaron bien nunca. Ni Peter, ni Jane profesaban cariño a Henry. Pero esa es otra historia.

MoraLeja: qué arrogancia entre los 30 y los 60...
MoraVieja: hacedlo a tiempo. Decidlo a tiempo. La “T” con la “E,” la “Q” con la “U”...
MoraDJay: la adolescencia es una enfermedad que se pavonea transitoriamente.

No hace falta que os déis fraternalmente la paz.
Pero sí, que os emocionéis con esta película.
De lo contrario seréis monstruos.
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22 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
UN VERANO DORADO.
Sé que mi crítica no se entenderá, y la mayoría pensará que intento ensuciarla. Prometo que no es así, incluso he llegado a dudar si escribirla o no. Porque, de verdad que entiendo a quien le ha dado un 9, un 10, o cualquier nota elevada, porque están en lo cierto. Y ahora, si quien lee mi crítica, me permite contar, sin juzgarme ni juzgarla, al final quizá consiga hacerme entender.

Me parece una bonita historia, hermosa, emocionalmente profunda, con personajes entrañables con una evidente carga que empatiza desde el minuto uno con el espectador. Todo eso lo he encontrado, no falta, ni sobra, pero cinematográficamente hablando, habría que pulir su guión. Adolece de una cierta superficialidad al no mostrar la evolución de los personajes; ciertas escenas se alejan de la complejidad que tal vez la historia hubiera necesitado y otras, entran con calzador, donde el zapato aprieta. El niño Billy, se integra sin proceso previo, en la vida de aquellos ancianos a los que no respeta. El mismo personaje, interpretado por Jane Fonda, que desea recuperar a su padre; lo consigue en los últimos minutos de manera poco creíble y precipitada.

Fue creada como una adorable y dorada película, que consiguiese tocarnos el corazón. Ningún crítico profesional, en el momento de su estreno, la desmenuzó, para ofrecer una crítica que fuese más allá de la alabanza.
H. Fonda premiado con un Oscar en 1.981, estando ya muy enfermo, moriría el 12 de agosto del verano siguiente . Otro premio para K. Hepburm, merecido Oscar, como colofón a toda una carrera, en su último papel como protagonista.
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15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
¡Esto es lo que yo llamo saber envejecer!
Triste es ver a tantos ancianos que parecen rendidos ante la vida. Ya no ofrecen otra cosa que un gran fardo de inutilidad, de pesadumbre y/o resentimiento. Renuncian a pensar con optimismo, a perdonar, a aprender algo nuevo, y sobre todo, renuncian a amar la vida, ¡esta maravillosa vida!, que con ansia espera, de cada hombre, un pequeño acto de creación.

¡Cuánto reconforta ver a los viejos de esta película! No podían haber sido otros que Henry Fonda y Katharine Hepburn. El de 76 y ella de 74 años, incansables, dispuestos a morirse en un set o encima de las tablas, pero no por apego al dinero, sino por amor al arte, a su profesión, y a la vida activa.

Ninguno de los dos había tenido una década del 70 muy afortunada en lo referente al cine. Fonda, recorriendo a Europa, se mantuvo en el oficio haciendo filmes de segunda línea y algo de televisión, y Miss Hepburn, hizo algo semejante sin que nada de lo realizado animara las taquillas… pero, cada uno por su lado, seguía vivo y en la jugada.

Quizás fuera esta constancia, la que les depararía otra nueva y gran oportunidad en 1981, cuando son convocados para trabajar, por primera vez juntos, en la película de Mark Rydell “EN EL ESTANQUE DORADO”. ¡Y vaya acierto! Vitales, divertidos, sensibles, aventureros, osados y encantadores, logran un filme edificante que exulta los encantos que puede brindarnos la vejez, sólo con desprendemos de las falsas emociones que estancan y oxidan la existencia.

Norman Thayer Jr. (Fonda) es el viejo mordaz, con resquemores con su hija Chelsea –episodio que semejaba la relación de Henry y Jane en la vida real- pero que aquí se da porque anhelaba un hijo varón. Ethel (Hepburn) es la paciente y equilibrada esposa quien, a sabiendas de que, con serias afecciones del corazón, su esposo celebrará su cumpleaños 80, decide pasar con él los mejores días en aquella casa junto al lago en Nueva Inglaterra. Bill, el nuevo prometido de Chelsea, y sobre todo su inconforme y rebelde hijo Billy, serán ocasión para ejercitar valores quizás adormecidos, y pronto, algo muy importante se renovará en quienes comparten aquel encantador verano.

Magníficos diálogos, una atractiva fotografía, una evocadora ambientación y unos emotivos temas musicales, redundan en un grato filme, que haría merecedor a papá Fonda de su primer premio Oscar y a la Hepburn la subirían a la cumbre con el cuarto.

Título para Latinoamérica: “LOS AÑOS DORADOS”
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11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Lección de vida (8'5).
Mark Rydell un director no muy conocido, consigue hacer de ésta a parte de su mejor película, un muy buen relato a la vida cuando uno cree que está en sus últimos suspiros, destila veteranía, humildad, costumbres, sosiego, clase. Henry Fonda al que ya John Ford contestó en una entrevista que el cine para el era ver a Henry Fonda andar, aquí hace un grandísimo papel que le valió el oscar pese a su elevada edad, cosa que me parece mericidisima pero debería de ser su segundo o tercero por lo menos, igual pasó con Katharine Hepburn, encantadora como siempre, la que nunca perdió su sonrisa tambien le valió otro oscar, y Jane Fonda de reparto, acertada, tambien mencionar al papel del chaval Doug McKeon, y el Dabney Coleman. El guión, fantástico, y la banda sonora igual.

Es recomendable para todos los públicos, estaría muy bien que las personas, los abuelos, viesen esta película y reflexionaran sobre su vida, integrarse en las nuevas generaciones, lo que son y lo que fueron, pero lo más importante es no perder el autoestima, el amor, la alegría. las ganas por seguir viviendo...

Simplemente genial.
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10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
VOLVERÉIS A CABALGAR
Mi hermano me dice siempre que EN EL ESTANQUE DORADO le recuerda nuestros veranos en un pueblo de Córdoba de cuyo nombre no voy a acordarme. Allí, en un chalet en medio de ninguna parte en el que unos tíos de mi madre vivían en uso de buen retiro, mi hermano y yo pasamos dos o tres de los mejores veranos de nuestra infancia.
EN EL ESTANQUE DORADO es un canto a la vida y un apremio para perezosos. Los Thayer, una encantadora pareja de ancianos enamorados doblando la última esquina, nos avisan que no hay un minuto que perder, que no hay nada que no tenga su sentido. EN EL ESTANQUE DORADO te anima a coger el teléfono para hablar con aquel compañero al que echas de menos desde los tiempos del colegio o a hacer las paces con tu hermana, que es alguien que estará a tu lado hasta que a ti mismo no te queden esquinas por doblar.
Henry Fonda y Katharine Hepburn brindan al espectador unas interpretaciones de las que ya no quedan, Jane Fonda acomete con solvencia el papel de la hija díscola, Dabney Coleman le mantiene la cara al viejo Fonda en sus diez minutos de gloria mayor, la partitura de Dave Grusin es por completo milagrosa y los colimbos del estanque no cesan en su empeño de hacerte reparar a ti, amigo, que aún estás vivo; en su empeño de hacerte reparar en que aún estás aquí y que te quedan cosas por hacer.
Supongo que todos guardamos el recuerdo de un lugar en donde fuimos absolutamente felices. Posiblemente, como a mi hermano, ver EN EL ESTANQUE DORADO te haga regresar a aquel pueblo de tus tíos más queridos o a aquella casa que tenían tus padres cerca de la playa en la que te hiciste un hombre o te convertiste en una preciosa mujer.
A un tiempo en el que al mirar al cielo no se veía más que el más apacible y engalanado de todos los colores.
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9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Hepburn y Fonda, despedida y cierre.
Una delicia de película, sin duda, con dos interpretaciones indiscutiblemente magistrales. Aunque sólo fuera por ver a estos dos monstruos de la pantalla, Fonda y Hepburn, merecería la pena verla. La fotografía también es una maravilla; a quién no le encantaría pasar sus vacaciones en un lugar como el estanque dorado? Lo que sí ocurre es que envejece mal, mucho peor que sus dos protagonistas. Por ejemplo, hay detalles que en su momento no capté pero que hoy resultan pelín patéticos. Por ejemplo, esa Fonda hija metiendo tripita a lo Obregón, haciendo su posado en bikini... No sé, le pega a ese paisaje idílico como a un santo dos pistolas. Y qué decir del novio? No tiene desperdicio. A mí me dice el novio de mi hija algo tal que "Tenemos una relación psicoemocional muy buena" y me parto el culo de la risa. No sé cómo el abuelo Fonda consigue mantener el tipo sin descojonarse. En fin, como muy forzados ambos dos personajes.

Eso sí, el papel del viejo, genial. Su sarcasmo, su finura, su humor negro... Un verdadero caramelito para culminar una brillantísima carrera. Hepburn también está fantástica pero su papel es menos lucido. De todas formas lo dicho, sólo por verlos a los dos actuar merece la pena ver la péli cuarenta veces. Y mirando el estanque casi que dan ganas de hacerse viejo para poderse retirar a un lugar así.
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9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Inolvidable
Espectacular cinta que capta de forma bárbara la complejidad de las relaciones humanas, los miedos, las reacciones, la juventud, la vejez, las frustraciones y el amor.

Dejando al lado una fotografía que únicamente puede calificarse de soberbia, lo cierto es que las actuaciones de éstos dos grandes del cine (Fonda y Hepburn, con mención especial para ésta última a la que ni la edad ni el Parkinson logran restar un ápice de presencia y fuerza escénica -es lo que tiene ser una actriz como la copa de un pino-) son de por sí suficientes para levantar el bodrio más lamentable. Pero no estamos, tampoco, ante un bodrio, sino ante una historia contada con exquisitez, mimo y respeto, tremendamente conmovedora.

Muchos la califican de burdo telefilm, de dramón televisivo. Semejantes afirmaciones son para echarse las manos a la cabeza. Es cierto que la parte dramática es tan intensa que puede hacer aflorar los prejuicios de algunos pero, solo son eso: prejuicios. Si tú también los tienes, sacúdetelos y disfruta de ésta hermosura de película.

La belleza existe, queridos. Y en éste film se concentra una gran parte de ella.
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8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Un actor y una actriz
Realmente nunca dejo de sorprenderme. En serio, ¿por qué gusta tanto esta película? No lo comprendo. Un melodrama al american way of life con unas relaciones familiares muy vistas y recurrentes y un buen rollismo que raya, si no entra, en lo cursi. Y luego mi querida «Campeón» de Franco Zeffirelli tiene un mísero 6.2 porque, ¡ah!... misterio.

Pues seamos un poquito serios. «En el estanque dorado» juega con la baza de tener a una actriz y a un actor absolutamente clásicos que mantienen su categoría interpretativa a prueba de balas. Admito que no soy muy fan de Katharine Hepburn, de alguna manera siempre hace el mismo papel de mujer fuerte, dicharachera y enamorada, pero es innegable que es una grande del cine. Henry Fonda sí me gusta bastante y es un gustazo verlo con su Norman sarcástico y sus divertidas réplicas, posiblemente lo mejor de la película. Jane Fonda vendría de hacer sus vídeos de ejercicios aeróbicos y de ahí que pose en biquini la mar de bien pero su personaje de Chelsea, si nos paramos a pensarlo, aporta poco, por no decir nada; la relación de la hija con el padre apenas se explica ni se desarrolla y al final se resuelve todo saltando en trampolín. Qué chuli. Hasta el adolescente Billy es un encanto de chaval, así que si pretendían mostrar un conflicto entre el chico y los abuelos no ha funcionado.

En fin, agradable pero sin exagerar.
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14 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
CUANDO EL AMOR ESTA EN SU PLENITUD
Jane Fonda "regaló" a su padre el papel de su vida. Dicen que una imagen vale más que mil palabras, y esta sensación se transmite desde el primer fotograma.
Henry Fonda borda el papel de viejo gruñón, Jane por su parte, se limita de dejarse llevar por ese sentimiento que solo un hijo puede sentir cuando tiene a un hombre en el final de su existencia.
Katharine está que se sale y un jovencísimo Doug McKeon completa ese trio generacional que busca la pelicula.
Excelente Dave Grusin.
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10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
UNA DELICIA
Película perfecta para salír del hastío y la monotonía del día a día. Un engranaje perfecto de sentimientos, paisajes, rencores latentes, reconciliaciones, amor en su plenitud y un canto a la vida como sólo Hepburn y Fonda podían regalarnos en sus últimas y colosales interpretaciones. Ella está perfecta, como siempre, y te hace tener más motivos si cabe para considerarla la mejor Actirz de todos los tiempos, pues a pesar del parkinson que padecía, como puede comprobarse en esta película, y de su avanzada edad, su fuerza, vigor y poderío sigue brillando como ya lo hiciera en su debut en "Doble Sacrificio" o en papeles posteriores como en "La mujer del año", "María Estuardo" "La gran aventura de Silvia", etc., etc.. De él poco más se puede decir aparte del enorme talento y fuerza interpretativa que demuestra en cada fotograma de la cinta.

En definitiva, una película perfecta que te deja con una maravillosa sensación de bienestar y tranquilidad, que nadie debería perderse, con una fotografía maravillosa.
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9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Norman no quiere escuchar a los colimbos...
Una de esas películas que quedan para la memoria. A simple vista puede parecer telefílmica, pero nada más lejos de la realidad. Un canto al amor, a la vejez, a la unidad familiar, a la naturaleza, a la amistad, a la vida... Memorable el primer encuentro entre Henry Fonda y Dabney Coleman, las trifulcas de Jane Fonda con su padre o las sabias palabras de Katharine Hepburn. No consiguió el Oscar, pero todo buen cinéfilo repite con esta entrañable y delicada ración de cine. Cosa que no puede decirse de "Carros de fuego". Aparte de las interpretaciones, imperdonable no citar la estupenda fotografía de Billy Williams, el guión adaptado y la fotogenia de Jane Fonda.
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7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Simplemente, Maravillosa
Tras ver la película nadie diría que se trata de la primera y última colaboración entre Katharine Hepburn y Henry Fonda. Ya que la química existente entre ellos podría ser la de un matrimonio que llevan 40 años como marido y mujer. No de marido y mujer sino de padre e hija es la relación que une a Henry y a Jane Fonda en la realidad, al igual que en la película.

Una vez a John Ford se le preguntó "¿Qué es el cine?" Pues el mítico director de westerns respondió "El cine es Henry Fonda caminando." Bien pues esa fuerza interpretativa la mantuvo a los 77 años unos pocos meses antes de morir en una representación que se podría asemejar a las de Clint Eastwood en Million Dollar Baby o Gran Torino. Por esta interpretación ganó su primer Oscar como actor un año después de haber recibido uno honorífico. Le acompaña como personaje protagonista una Kate Hepburn que ya tenía 3 Oscars (aquí ganó su 4º) adorada por muchos y odiada por otros tantos pero cuya sonrisa sigue sin dejar indiferente a nadie.

La unión de maravillosas interpretaciones principales y secundarias, un magnífico quión adaptado (ganó un Oscar al mejor guión) y una extraordinaria mezcla temática que va desde la vejez hasta la muerte, pasando por la amistad y los recuerdos del pasado. Pero donde sigue habiendo momentos para el sentido del humor. Y es que si hablamos de En el Estanque DOrado estamos hablando de una de las mejores películas de los 80 y sin duda de una de las mejores de toda la historia.
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7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Un capricho redondo
Creo que esta película pretende darnos a entender que hay esperanzas de que los ancianos, los de mediana edad y los jovencitos logren percatarse de que no pertenecen a mundos tan distantes.
Considero que los autores han dejado de profundizar con realismo en las relaciones personales porque lo que realmente quieren es poner luz a un conflicto generacional bastante abstracto.
En la película se observa como con un poco de convivencia se reducen a polvo barreras que en un comienzo parecían infranqueables.

Se nos intenta decir que los ancianos son seres que sufren y padecen (un mensaje que se echa de menos en la actualidad) y que saben más de nosotros de lo que creemos.
Tambien observamos como acaba aflorando una personita tras esos malencarados adolescentes con su jerga "pro" que desprecian aquello en lo que acabarán convirtiéndose rápida e irremisiblemente.
Hay un hueco para la generación intermedia que, en esta obra, aparecen como triunfadores profesionales y bastante cultos aunque fracasados e insensatamente impulsivos en sus relaciones personales.

Para todos ellos se reparte redención y esperanza a poco que intentan entenderse y convivir. A mi me parece un mensaje digno que se materializó en una película de indudable elocuencia estética y emocional en la que todo empasta. Fantástica fotografía, buen ritmo dramático, y excelente música de Dave Grusin. Hasta hay algo místico en la combinación de todos sus elementos.
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7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Dorado hasta el título
Me subyuga como digo hasta el título. Paisajes, interpretaciones magistrales de la Hepburn y de los Fonda, no olvidemos las breves apariciones del dentista y el díscolo niño en principio, lógico al verse rodeado de 'momias' como él dice. El tiempo le hace desdecirse. Me sitúo, aún con cierta diferencia de edad, en el temor al paso de los años y la cercanía de la parca. No por temor a esta, sino por si va acompañada de sufrimientos.
Los diálogos contienen una filosofía impresionante, cada uno en su estilo. La Hepburn ve la vida con una realidad auténtica, Henry, ¿pesimista o realista?, eso me lo autopregunto yo. Pero después la maliciosa ironía de un profesor muy cultivado llega a ser dañina, aunque el no lo pretenda. Las relaciones con su hija no fueron buenas según se cuenta. Buen remate, con un final también maestro, faltaría más. No conozco, no soy muy cinéfilo, a Mark Rydell, pues me descubro. Pero claro, con eso mimbres, juegan blancas y ganan.
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7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Leyendas de la actuación
“On Golden Pond” fue originalmente una obra de teatro representada en Broadway y convertida posteriormente en un éxito cinematográfico.

Ethel (Katharine Hepburn) y Norman Thayer (Henry Fonda) son un matrimonio de envejecientes que pasan sus vacaciones en un paradisíaco lugar llamado "Golden Pond".

Norman es un cascarrabias que adora la pesca y que siempre está pensando en la muerte y Ethel es sencillamente maravillosa, la mujer con quien todo hombre quisiera envejecer.

Durante un verano en su casa familiar en "Golden Pond" recibirán la visita de su hija Chelsea (Jane Fonda), que viene acompañada de su nuevo novio y de Billy, el joven hijo de éste. El problema es que Chelsea y su padre nunca se han llevado bien.

El film generó por venta de taquillas la cantidad de $119,3 millones en EE.UU. solamente, más $61,2 millones por la venta de alquiler en los videoclubes, además recibió 34 nominaciones a diferentes premios y/o festivales de cine.

La película ganó los Oscar de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas por mejor actor principal: Henry Fonda, mejor actriz principal: Katharine Hepburn y mejor guión adaptado. También fue nominada en las categorías de mejor actriz de reparto: Jane Fonda, mejor fotografía, mejor director, mejor montaje, mejor banda sonora, mejor película y mejor sonido.
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6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
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