15 Críticas de los usuarios

Debo ser poco exigente, pero me encantó. me sorprende esa crítica tan exagerada hacia R. Gere, parece que le ha robado una novia o algo asi, o realmente este compañero de críticas esta loco de verdad, te puede gustar o no, pero aunque no le considero el mejor actor del mundo, y repite gestos en todas las películas, le considero suficientemente solvente, y en este caso concreto creo que está soberbio.

"Mr. Jones" apenas consigue interesar al espectador. Aunque la historia podría ser interesante, el director en más de una ocasión no sabe qué hacer, qué camino tomar. Todo esto unido a una falta de originalidad. Película adecuada para echar la siesta. Ah, y el final, tan mediocre como todo lo anterior.

Aunque esté sorprendido de que no hayan censurado esa crítica con palabras malsonantes y descalificativos hacia el Budista de postal Richard Gere, lo cierto es que le reconozco la gracia, ha adornado bastante los insultos Mr. Sines Crúpulos. Coincido con Davinegan, que más abajo se pregunta si es que este Pretty Man le habrá robado una Novia Fugada o no es tan Oficialmente Caballero como para prescindir de ese rencor hacia el Gigoló Americano.
La peli no es una obra de arte pero toca un tema que me agrada y a mi juicio lo toca bien, me gustan sus "subidas", como el propio Mr. Jones las llama.
No soy un gran admirador de Richard Gere pero no me parece un mal actor y ha hecho algunos trabajos interesantes... No obstante, celebro que todo el mundo pueda volcar su parecer, en este caso sin censura a la saña con la que se escribe de Mr. Gere que por otro lado, como digo, me ha hecho reír.
Salud paz y amor para tod@s...

Un filme entretenido, divertido y relajante, un Richard Gere que padece de un trastorno afectivo bipolar, nada, un loco original con las virtudes que muchos cuerdos carecen, fanático a la música y al amor y para colmo quiere volar, pero no lo hace, aún cuando tiene la oportunidad, un estado de animo fenomenal para mi gusto y una Lena Olin como doctora que al final se convierte en el catalizador de toda esa energía, viola por el bien del amor y el suyo propio el llamado código de ética. Ah, sobre el deseo de volar cuantos cuerdos en la historia de la humanidad no han deseado volar, porque no permitirnos ese sueño.

Película que trata de presentarnos las peculiaridades de alguna que otra enfermedad mental acompañada de una bonita historia de amor. Tal y como suele ocurrir cuando se mezclan con calzador elementos que no tienen nada que ver, el resultado general no termina de convencer.

El señor Jones es un pobre diablo que a causa de un trastorno sicológico alterna grandes momentos de euforia con enormes momentos de pesadumbre. La doctora Elizabeth es una eminente psiquiatra que un dia se encuentra con un paciendo complicado: el señor Jones. Esta relación, que en principio es totalmente profesional, acabará conviertiéndose en algo más; lo que provocará importantes cambios en la vida de ambos.

La película tiene su gran virtud en lo bien elaboradas que son algunas de sus escenas y en la elección de la banda sonora. Sin embargo, si se toma el guión en su totalidad, se terminan encontrando enormes lagunas argumentales. Así mismo, el director no termina de encontrar un ritmo adecuado para la película, muchas escenas se pierden en su fantasiosidad, y el final es sencillamente decepcionante.

En cuanto a los actores principales, Richard Gere y Lena Olin; resaltar que ambos están muy bien, en especial un Richard Gere que a pesar de que su papel daba pie a ello, no sobreactúa más de lo que su personaje le pide.

Independientemente de las mejorables actuaciones de los actores, del guión y del tempo de la película, SÍ 3existen personas con trastorno afectivo bipolar, y puedo asegurar que en peores situaciones. SÍ, pueden ser cultos, muy productivos, encantadores en fase maníaca, aunque esto es más probable en la hipomanía. Pasan por fases de euforia desmedidas y por fases depresivas, que pueden conducir al suicidio, sobre todo en los bipolares tipo II. Es una de las enfermedades mentales más graves en este sentido. El paciente es atiborrado de antipsicóticos atípicos que lo anulan y en las depresiones se añaden, entre otros, antidepresivos, que pueden conducirles a fases de manía o hipomanía. Hay un subgrupo, los "cicladores rápidos" que pueden pasar en horas de una fase a otra, aún con medicación. Lo más importante son las fases depresivas. Son personas muy sensibles, que sufren mucho, y NO SON LOCOS O CHIFLADOS; no hacen daño a nadie normalmente, pero son autodestructivos. La película puede estar más o menos conseguida, pero intenta retratar una ENFERMEDAD CRÓNICA, que afecta entre el 1-2% de la población, con altas tasas de suicidio, hasta un 20% de los bipolares tipo II. Los que no son "tan escandalosos, tienen estados de hipomanía que los hace muy productivos, se asocian a gran creatividad y son inteligentes y sensibles. Si alguien tiene curiosidad por esta frecuente enfermedad puede ver la película "Pollock", que protagoniza Ed Harris. No habléis de lo que desconocéis, cuestiones cinematográficas aparte, porque como sois grandes drectores, claro.

Gere resulta más que un maniacodepresivo un payaso incalificable en esta película en la que su psiquiatra se enamora incomprensiblemente de una suerte de payaso incomprensible que para nada recuerda a un enfermo de psiquiátrico. Las películas sobre enfermedades mentales, cualquiera de ellas, resultan más convincentes que esta y al menos intentan impugnar el concepto de enfermedad mental.
Lamentable, no sólo por las actuaciones, sino también por un guión tan malo y un resultado tan cochambroso.

Richard Gere no es un actor que me apasione, pero tampoco creo que sea uno de los peores actores que ha dado Hollywood. Aquí, el atractivo budista se ponía en la piel de un maníaco depresivo o, como se conoce hoy en día, bipolar, que lucha con esta condición mental en su día a día, a pesar de que sus subidas y bajadas pueden ponerle en peligro en más de una ocasión.

El director de la película es el inglés Mike Figgis, no muy dado a andarse con remilgos ni romanticismos a la hora de contar sus historias, como muy bien dejó claro en su "Leaving Las Vegas" y que, junto al guionista Eric Roth y a Gere, investigó a fondo este tipo de desorden psicológico.

Richar Gere estaba aquí guapo a rabiar y la cercanía y el sentido del humor con el que nos regala su interpretación del Sr. Jones hacen que la película se siga con interés.

Su psiquiatra no es otra que la sueca Lena Olin, actriz que, normalmente, me resulta algo fría pero que aquí me parece que está muy bien, el contrapunto perfecto para ese arrollador Jones y la relación que se establece entre ellos, los sentimientos que en ella van aflorando y su química le hacen mucho bien a la película.

Como correctos secundarios tenemos a la siempre elegante Anne Bancroft, el correcto Delroy Lindo y la encantadora Lauren Tom.
Bonita película para disfrutar durante la cuarentena.
Un saludo,
Tess
"No puedo...No puedo detener la tristeza".

Recuerdo que cuando la vi en su estreno me desconcertó que el protagonista, además un actor de la popularidad de Richard Gere, casi siempre en papeles de galán o al menos de héroe, véase su predecesor e interesante trabajo "Análisis Final" (1992), se descolgara en la piel de un tipo más o menos chiflado, el tal señor Jones. Figuraos que llegué a pensar que en realidad fingía porque de algún modo debía acercarse a la doctora Elizabeth Bowen (Lena Olin) para arrancarle un oscuro secreto o algo parecido. En fin, todo menos aceptar que se trataba de un drama entre médico y romántico.

Claro que antes hemos dicho que a Jones le falta un tornillo pero no es cierto. Hablando en serio, es curioso adivinar el trastorno que padece nuestro varonil enfermo. ¿Esquizofrenia? ¿Manía depresiva? ¿Simple locura? ¿Es superdotado o hiperactivo? Por mi parte, aposté por un trastorno bipolar profundo con alguna cosa más. Tranquilos, no soy psiquiatra así que el debate sigue abierto. Mientras tanto te queda la duda de qué clase de tratamiento debe recibir una persona así. La película, se deja ver, te intriga y no está mal rodada aunque se haga un poquitín anodina y el final sea flojete.

Sin dudar, este director creyó en este proyecto, que embarcó al principal actor con toda generosidad porque vieron una historia que con sensibilidad y al mismo tiempo con complacencia podían ofrecer al público , la historia de un personaje bastante original y peculiar.
Con un equipo técnico perfecto que nos dan un envoltorio apetecible y con unos actores todos ellos con su maestría, nos traen una película que puedes ver.

Las críticas que he leído, en general (hay un par que no) no hacen más que confirmar el escaso conocimiento, la estigmatización y el desprecio que siguen despertando las enfermedades mentales aún en estos tiempos, donde se habla tanto de inclusión y donde proliferan las líneas de "prevención del suicidio" (algo que cualquier especialista idóneo sabrá que no se puede prevenir). He leído por ahí epítetos estigmatizantes y descalificatorios como "loco", "chiflado", etc. Suponiendo que provenga de gente que se presume sana... es lamentable la soberbia y la ignorancia que queda expuesta cada vez que se abre la boca sobre estos asuntos. En la vida real todavía es peor: basta conque alguien padezca un sufrimiento psíquico para que cualquier "pobre diablo" salga a relucir lo peor de sí mismo a la hora de opinar sobre lo que no conoce. Y mejor que no se le cruce alguien con esta afección o similar, porque saldrá corriendo a la primera de cambio, que para abandonar están diseñados algunos, anque fuere su propia madre.
EL sr Jones no está loco, padece un trastorno bipolar tipo I (maníaco) que por cierto en la historia está magníficamente descripto, y Gere hace un papel fenomenal. No lo parecerá para quien no conozca a fondo cómo funciona este trastorno, y el tipo de conductas que genera. Sólo que al menos él sabe que lo padece, hay mucho sanote por ahí que está peor que él, pero a nivel moral, y no lo sabe o no le importa. Y encima ocupan cargos funcionariales. La única que falla es Olin. No me la creo, como no me creo su cruce de línea al otro lado de la profesión. Eso es predecible, tal vez sin historia de amor se le podría haber sacado mucho más el jugo. Pero claro, hubiera vendido menos.

Película insulsa y mal realizada en la que Richard Gere interpreta de forma magnifica (bajo un ojo clínico) el trastorno depresivo bipolar, con us episodios oscilantes de manía y depresión.
Al margen del contenido útil para las clases de psiquiatría, un bodrio más para la lista.

Funciona bien como falso documental sobre la psicosis maníaco-depresiva, pero no es una película que te enganche de principio a fin. No logra ser entretenida, pero tampoco es una película fallida. PASABLE.

Por desgracia, tuve que padecer esta película en una clase debido a su temática. Sólo diré, que los alumnos no paraban de resoplar por lo bajo, aburridos. Algunos salieron del aula en cuanto firmaron la hoja de asistencia, a los pocos minutos.

Una historia que aburre, no tiene gancho ninguno. No dejaba de escuchar suspiros de fondo, murmullos, quejas... súplicas a la espera de que aparecieran los créditos en pantalla de una maldita vez. Cuando por fin terminó, comenzaron a escucharse comentarios por lo bajo que aseguraban "Qué mala es". Incluso la profesora disimuló algún que otro bostezo. En cuanto a las interpretaciones, ¡yo que sé! No me creía a ninguno de los dos, por cansinos.

Baste decir que durante el debate posterior sobre la película ni siquiera pudimos concentrarnos al analizarla, porque estábamos demasiado ocupados criticándola, todavía traumatizados por lo que nos habían obligado a ver. Nos parecía un guión inconsistente, ridículo, trillado, cursi hasta aburrir, in-su-fri-ble. Lo único que deseábamos era que la clase se terminase de una vez para poder borrar este bodrio de nuestra memoria. Pero, a día de hoy, todavía no lo he conseguido.

Richard Gere está loco, pero liga.
Richard Gere está loco, pero sabe lo que se hace.
Richard Gere está loco, pero es un loco encantador.
Richard Gere está loco, pero sonríe socarronamente.
Richard Gere está loco, pero es un romántico empedernido.
Richard Gere está loco, pero no parece loco, porque es un pésimo actor y no sabe hacer ni de maníaco bipolar; el papel más facilón del mundo. Sí, Richard Gere es un mal actor. Y peor persona. A parte de tener una patada en la boca majestuosa. Y en la frente. Y en el cráneo. Y en la mirada. Y en la puerta de su casa, para entrar con un cóctel en la mano, no precisamente un manhatan de esos que se bebe entre meditación y meditación. Falso de mierda. En pantalla y al natural. ASCO.