arrow

133 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
10
En el nombre de Dios, San Miguel y San Jorge, yo te nombro un peliculón.
Hay películas que por sí solas justifican la filmografía de un director. “Excalibur”, la obra maestra de John Boorman, hace que el resto de su obra resulte casi anecdótica.

Todo funciona, y no era nada fácil. Primero porque cuando se pretende conjugar al mismo tiempo el género de aventuras, con la acción, con el drama, con el romanticismo y con el fantástico y hacerlo en la Edad Media –la época histórica peor representada en la historia del cine- las posibilidades de errar son muchas.

Además tiene mucho más mérito, por el año de su realización, principio de los ochenta. El nuevo cine a lo “Stars Wars”, “Alien” y todo bicho viviente parecido hacía furor. Los Oscar sólo le otorgaron una nominación a la excelente fotografía de Alex Thomson, (que ya había trabajado en temas medievales en la semiolvidada “Alfredo el Grande”) que logra que casi cualquier fotograma sea una obra de arte. Poco premio para tan gran película. De todas formas a finales de la década ya era una obra de culto.

La magia e impacto constante de la belleza de sus imágenes se compaginan con un desarrollo argumental carente de errores, lineal y muy clásico y que nos deja unos diálogos de una verosimilitud y fuerza cercano al mejor teatro.

La puesta en escena y los vestuarios, sencillamente inimitables. Las armaduras del diseñador Bob Ringwood (“Batman” o “Troya”) fuera de categoría.

Y como casi todas las grandes películas, esta también tiene una gran banda sonora. La música de un jovencito Trevor Jones (32 años) es sencillamente espectacular, y aunque utiliza algunas piezas clásicas lo hace siempre con gusto e inteligencia. Luego seguiría demostrando lo grande que es con “El último Mohicano” o “En el nombre del padre” entre otras.

Es difícil encontrar un elenco de actores en mayor estado de gracia que aquí. Son muchos y todos están bien. Mucho sello inglés. Un recuerdo para ese Merlin, Robin Williamson (que ya había participado de otra estupenda película medieval como “Robin y Marian”), que nos lleva a una interpretación tragicómica que quedará en el recuerdo. Pero es absurdo citar a nadie más, ya digo, que todos, absolutamente todos, están bien.

¿Reproches? Ninguno, si cabe, que Boorman tergiversa a su antojo la obra de Malory retirando casi todos los elementos cristianos, convirtiéndolos en paganos como el Santo Grial. El neoceltismo de hoy hace el resto, con la exaltación de los druidas y de un mundo creado a medida de los intereses e identidades nacionales de nuevo cuño.

“Excalibur” es y será la mejor película sobre el mito artúrico que existe, además de aportar una madurez al cine, impropia del momento en que se hizo, y sobre todo por el tema, en el que se suele caer en lo adolescente rápidamente, como ha pasado decenas de veces posteriormente.

Aunque se vea las veces que se vea, siempre se encontrarán estímulos nuevos, que traerán el goce y disfrute al espectador.

Nota: 9,6.
[Leer más +]
211 de 253 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
La Leyenda del Rey Arturo, no la historia.
Excelente largometraje que narra no la historia sino la leyenda del Rey Arturo. Partiendo de esta base, aquellos que deseen una reconstrucción histórica correcta, con los "muros hadriáneos", con un clima semi glaciar -como corresponde a la pequeña glaciación del período en que se desarrollaron las tropelías del verdadero Arturo en Britania-, con mujeres con cabezas rapadas y luchando desnudas contra los romanos, con hombres como osos pintados de blanco y azul, mejor que espere, incluso, a una nueva versión del primer publicista del tres al cuarto al que propongan tal proyecto.

Boorman nos habla, nos cuenta la leyenda: y la leyenda, como la fábula, no entiende de rigor histórico. El término que pondera sobre todos los demás a lo largo de este metraje es "leyenda", y de ahí podríamos derivar otros muchos como "héroe", "virtud", etcétera, logrando en un cómputo global un excelente código de bondades éticas que se pueden substraer de la leyenda (de hecho las leyendas de héroes, de un Aquiles, de un Ulises, de un Arturo, vienen a dejar una pequeña moraleja, un sabor ético-didáctico)

Excepcional.
[Leer más +]
113 de 130 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
"Do nothing. Be still. Sleep in the arms of the Dragon. Dream"
Hace mucho, mucho tiempo, soñé que deambulaba por un mundo que me era extraño y al llegar al cabo de un camino de piedra roja, me encontré con un río que me impedía el paso y en este río había un puente y en el puente, un hombre cuyo rostro no podía ver, puesto que siempre soy ciega cuando sueño.

Cuando me acerqué hasta él para que me cediese el paso, me dijo que lo haría a condición que le respondiese una pregunta: "¿Qué es el Grial?". Y una imagen acudió a mi cabeza, pero se desvaneció y lo siguiente que recuerdo es que me había despertado con esa sensación frustrante que produce darse de bruces con el quicio de la duermevela. Pero ¿y la respuesta?

Algún tiempo después, vi esta película. O no, me he expresado mal, no es del todo una película. Es un eco de Camelot, una reverberación lejana. Pero no el mito vulgarizado que quieren vendernos ahora. Pues Camelot no es un cadáver arqueológico ni un descubrimiento histórico ni una un montón de películas horrorosas que tratan de explicar lo que no debe ser jamás explicado, Camelot es un pellizco de sombra entre el tiempo y el espacio, una silueta difusa que atisba tras la niebla de las Edades Oscuras. Camelot no existe tal y como lo quieren que exista, en su solidez de piedra antigua, Camelot existe como lo imaginó Thomas Malory, con un pie en el mundo de los hombres y otro pie en el mundo de los Fae. Si fuera parte del pasado real del mundo, no habría Morgana LeFay ni un brazo misterioso brotando de un lago, esgrimiendo una espada. Ni habría Merlín encerrado en su prisión de magia ni Mordred con su máscara de oro ni habría cabalgata de viejos y cansados caballeros bajo una primavera que habla de juventud y gloria. No habría nada salvo algunos restos en un respetable museo inglés, unas ruinas que pudieran ser de cualquier castillo, unos nombres vetustos y polvorientos a figurar en las notas al pie de página de los libros de Historia de Inglaterra.

“Hay más cosas en el cielo y en la tierra, Horacio, de las que sueña tu filosofía”. Boorman busca senderos perdidos y los encuentra y plasma sobre lienzo el mapa para llegar hasta algo cuya grandeza sólo podemos alcanzar a intuir y cuando llegamos, no sabemos si hemos estado en otro lugar o en otro mundo o en otro sueño. Pero no importa. "Excalibur" es, desde tiempos inmemoriales, una leyenda y parte de la Historia más oculta, aquella que nos pertenece no por tangible, no por real, sino por verdadera.

Mitocidas, dejad reposar este reino en su inextinguible letargo. No más ordinarieces, no más películas vulgares. Si no sabéis de hechizos, no intentéis explicarnos la magia.

Ah, una última cosa. Ya conozco la respuesta a la pregunta del hombre del puente. El significado del Grial es...
[Leer más +]
63 de 72 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Colosal epopeya
La leyenda artúrica tratada con exquisito celo, en una maravillosa peli mil veces imitada, pero nunca igualada. Además de unas excelentes interpretaciones (incluso sale un desconocido Patrick Stewart, que ya era calvo), de un guión férreo, de una banda sonora bellísima y de un ritmo fabuloso, cuenta con una fotografía cuidadísima que predispone nuestros sentidos para lo que estamos viendo. Un principio oscuro para narrar tiempos tenebrosos; después tonos verdosos, azules y plateados para subrayar el esplendor y las esperanzas; más tarde, tonos ocres que denotan la tristeza y la degeneración que sufren los personajes y sus comportamientos; y, por último, la pantalla se tiñe de tonos rojos, remarcando la tragedia final, un crepúsculo sangriento en el que acaban toda la magia y el ensueño.
No recomiendo su visión, sino que la ruego. Luego ya me darán las gracias.
[Leer más +]
71 de 93 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Hacia las nieblas de Avalon
---Banda sonora de Wagner (Siegfried funeral march)-----

Wagner transformó el pensamiento musical a través de la idea de Gesamtkunstwerk ("obra de arte total"), la síntesis de todas las artes poéticas, visuales, musicales y escénicas queda plasmada en su monumental ópera dividida en cuatro partes El anillo del Nibelungo. Wagner construyó su propio teatro de ópera para escenificar estas obras del modo en que él las imaginaba.

-----------Excalibur---------

Una hermosísima película donde por intención o por limitación, ahí ya tendríamos que entrar a valorar la obra de Boorman, se separa el cine del teatro aunque ambas compartan el arte escénico como punto en común.

El ritmo de la narración adquiere una cadencia onírica, fantástica e irreal imposible de ser presentada en teatro.

La escena final es donde más se acentúa esta identidad puramente cinematográfica. Necesariamente iré a Spoiler.
[Leer más +]
58 de 70 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Un crítico en la corte del rey Arturo
El mito es un jinete con armadura apareciendo entre jirones de niebla. La leyenda, una espada volando por encima de la superficie de un lago. La magia, árboles floreciendo al paso de un grupo de caballeros al galope. Lo místico, un barco perdiéndose en el horizonte llevando el cuerpo de un rey.

Hoy en día, en una época donde se destila el hiperrealismo y la fantasía convertida en algo cercano, palpable y mundano, una película como "Excalibur" no encontraría su sitio y probablemente sería incomprendida (leyendo ciertas críticas de la gente, menos dudas tengo al respecto). Pocas películas recogen la misma esencia del mito y la leyenda y son capaces de transmitirla como la de John Boorman. Pocas películas concentran tantos elementos que encajen y transmitan conjuntamente tiempos lejanos y fantásticos, sin edad, sin fechas.

Boorman (y su guionista Rospo Pallenberg), su director de fotografía Alex Thomson y el compositor Trevor Jones son los tres responsables que consiguieron crear perfectamente ese lugar remoto de nuestros subconscientes donde héroes legendarios habitan en sus propias leyendas. La leyenda de Arturo y la Mesa Redonda, tantas veces transmitida en celuloide (y con los más variados registros, desde la solemnidad sui géneris de Bresson, el puro espectáculo hollywoodiense de estudio de los años 50, hasta la animación o la blandenguería a lo Richard Gere) encuentra aquí el vehículo perfecto para transmitir todo su romanticismo desaforado, sus recovecos oscuros y el retrato de unos personajes a medio camino entre el ideal de caballería típico de los cantares de gesta y la autoconciencia de los seres mitológicos a medio camino entre los hombres y los dioses. Con tintes incluso junguianos en determinados momentos donde animales y elementos naturales revelan el espíritu de sus personajes.

Si a la obra de sir Thomas Malory le damos una capa de romanticismo típicamente decimonónico, implícito en las óperas de Richard Wagner, (cuyos fragmentos musicales de "El anillo del nibelungo" y "Tristán e Isolda" jalonan y vertebran secuencias enteras de la película), tenemos la versión más completa y profunda sobre el mito artúrico que jamás se ha hecho. Boorman buscaba retratar a Arturo, Merlín, Ginebra y Lancelot como seres perplejos ante su realidad, ante el conocimiento de ser mortales con sentimientos y pasiones humanas con un pie en la leyenda y últimos vestigios de unos tiempos lejanos y extraños que tocarían a su fin (la llegada del cristianismo y el único Dios). La película es, pues, un relato de tintes operísticos (interpretaciones semi-teatrales, decorados enormes, ambiente irreal y atemporal, diálogos cuidadosamente arcaicos) que fluye en intervalos de oscuridad-luz. Desde unas primeras secuencias oscuras y bárbaras con la concepción de Arturo, hasta el surgimiento de Camelot y el reinado de Arturo, pasando por su caída y su posterior renacimiento glorioso y canto de cisne final.

Al uso fabuloso y milimétrico de la música de Wagner (y el propio score de Trevor Jones) se le une un reparto completamente británico en permanente estado de gracia, donde Nigel Terry compone y crea el Arturo definitivo, doliente, humano y semidiós; y Cherie Lunghi y Nicholas Clay forman con él un triángulo de pasión desbordada. Nicol Williamson roba todas las escenas que protagoniza, su Merlín es alguien que se sabe no humano, pero que se mira a sí mismo con cierta ironía y guasa, sabiéndose poseedor de una magia y una tradición a punto de desaparecer (error en el que cae la malvada Helen Mirren, cuyas ansias por tener esa magia le hacen olvidar lo efímero de ese poder).

Con escenas para el recuerdo, como el prólogo nocturno en el bosque, la creación de la Mesa Redonda, las apariciones de la Dama del Lago y el inolvidable final, "Excalibur" no sólo es la mejor adaptación de la leyenda artúrica. Es una de las pocas películas en las que, a través de sus imágenes, sus personajes, su música y su aliento, se palpa y se saborea la Leyenda y el Mito casi en su esencia pura y libérrima, atemporal e infinita.

En el SPOILER resuelvo el misterio del título de esta crítica.
[Leer más +]
47 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
"Yo he vivido lo suficiente a través de otros, Lancelot se llevó mi honor, y Ginebra mi culpa, Mordred pagó mis pecados, mis caballeros lucharon por mi causa... ahora hermano, sabré ser rey"
Después de aficionarme irremediablemente al cine de John Boorman con propuestas tan brillantes como “La selva esmeralda” o “Deliverance”, y otros films como El general, no me quedó más remedio que dirigirme hacía uno de mis géneros predilectos, el de la épica y las historias de héroes legendarios con todos los entresijos que ello conlleva.
Y, tras verla, no puedo mostrarme menos fascinado ante la gran cinta que presentó Boorman allá por los 80 que, sin grandes dosis de efectos especiales ni fulgurantes batallas con puñados y puñados de extras, supo otorgarnos una propuesta sólida y compacta que, respaldada por una maravillosa fotografía, una banda sonora impecable, una logradísima ambientación en ocasiones y unos elementos de atrezo perfectamente añadidos, culminó en una excelente propuesta sin prácticamente nada que envidiar a los films que al principio de esta crítica he mentado.

En ella, Boorman nos muestra personajes, ante todo, humanos, y como humanos, con defectos y virtudes, y los tiñe de distintos modos para adentrarnos en sus temores y hablar sobre la traición, el engaño, el valor, la fuerza, el coraje, la codicia o la amistad.
Para todo eso, se sirve de una historia brillante que, tras unos compases iniciales algo desafortunados, donde a más de uno le puede costar agarrar el hilo de la historia, aumenta gradualmente hasta llegar a puntos verdaderamente fabulosos, donde más de uno se sentirá atrapado por el poderío de unas imágenes virtuosas y deslumbrantes y unos personajes magníficamente confabulados a la par que humanos. Sobretodo humanos (recalco).

Todo ello acompañado por un elenco fabuloso, donde los actores que poseen una papeleta de más trascendencia cumplen a la perfección (destacando en especial a una genial Helen Mirren, así como la buena interpretación de Nigel Terry o las nada desdeñables aportaciones de los siempre cumplidores Gabriel Byrne o Liam Nesson, sin olvidar el papel de Cherie Lunghi como Guenevere).
Así, Boorman vuelve a demostrar el gran realizador que es y las grandes dotes que posee para conformar historias crudas y vivaces al mismo tiempo sin restar ni un sólo ápice de importancia a los demás parámetros que la deben conformar.
A más de uno le tocaría revisar esta cinta antes de rodar Señores de los anillos, Eragones o demás tonterías. O como decimos aquí: "Que n'aprenguin"
[Leer más +]
48 de 66 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Piel de gallina
Uno de los aspectos que más me fascinan del séptimo arte es la música. Yo diría, incluso, que todas –o casi todas- mis pelis preferidas contienen, como mínimo, alguna secuencia en la que la música ocupa un lugar predominante. Alguna secuencia en la que la banda sonora deja de ser un mero acompañamiento para convertirse en un elemento que sublima la imagen y la dota de un poderío inenarrable. Ejemplos de ello los tenemos a espuertas (“Hasta que llegó su hora”, “Lawrence de Arabia”, “Apocalypse Now”, “2001”, “Psicosis”, “Manhattan”, “Tiburón”…) pero la primera peli cuya música me emocionó, me estremeció y me hizo derramar lagrimones como puños fue, sin lugar a dudas, “Excalibur”.

No quisiera, sin embargo, dar a entender que fue únicamente la música lo que me fascinó de la peli de Boorman. Ni mucho menos. Obviamente, “Excalibur” es un peliculón por muchísimas razones. Entre ellas, por su magia, por su atmósfera, por su épica, por su dramatismo o por su propia leyenda. Pero ello no es óbice para recordar que cada vez que interviene la música todos estos valiosísimos ingredientes se magnifican. Se engrandecen. Se elevan a la enésima potencia. Y eso es lo que precisamente ocurre, por ejemplo, cuando Perceval entrega el Santo Grial a Arturo para que éste y los campos de Inglaterra -sumidos en el hechizo sombrío del mal- renazcan de nuevo (“Carmina Burana” de Carl Orff) o cuando, ultimada la batalla final, un agonizante Arturo ruega a Perceval que devuelva la espada Excalibur a la dama del lago ("Siegfried Funeral's March", de Richard Wagner).

Y aunque muchos puedan pensar que con semejante selección musical cualquier tuercebotas sería capaz de componer un peliculón como la copa de un pino, yo diría que -para conseguirlo- es del todo necesario que las imágenes estén a la altura. Y eso no es fácil. Nada fácil. Y menos en unos tiempos en los que la piel de gallina está a precio de oro.
[Leer más +]
33 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Una obra de arte
Pues eso, esta pelicula me parece una verdadera obra de arte, que cuenta con una banda sonora que le va como anillo al dedo, que junto con la exquisita fotografía, son los 2 puntos fuertes de este film. Es cautivadora, mágica, y tiene momentos que te ponen la piel de gallina. Transmite perfectamente el espirítu épico de las leyendas Artúricas y la espada Excalibur, siendo la mejor película de las que se han hecho hasta el día de hoy sobre ese tema.

Si acaso, y por poner un punto negativo (aunque seria muy relativo el hacerlo), decir que si comparamos la "calidad técnica" de las batallas y combates, número de extras, y presupuesto, con las perfeccionistas y curradísimas,, técnicamente hablando, producciones de hoy en dia (Gladiator, Troya, etc...), se le nota que en ese aspecto le ha pasado el tiempo a la película. Aunque en su época, daba la talla.

Aun a pesar de lo anterior, sin duda, merece la pena verla. Pues la excepcional y electrizante banda sonora, y su fotografía, con planos memorabilisimos que brillaran en la historia del cine por siempre, y por los que no pasa ni pasará el tiempo, suple con creces el punto negativo que he comentado anteriormente.
[Leer más +]
34 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Una luz en el bosque
Mientras sólo se viva una vez y los días sean de veinticuatro horas, los cinéfilos no tenemos más remedio que resignarnos y aceptar que todas las películas que veremos a lo largo de nuestra vida nunca serán tantas como las que nos quedarán por ver.

En virtud de las leyes físicas uno debe priorizar y elegir. En mi caso, "Excalibur" parecía destinada a formar parte de las nunca vistas, porqué las fantasías épicas medievales de espada y brujería no me llaman nada la atención (y, sinceramente, lo que les sucediera o dejara de suceder a Arturo, Lancelot, Perceval y compañía tampoco nunca me ha quitado el sueño).

Pero la providencia se cruzó en mi camino en forma de entusiasta recomendación de mi amigo Winnipeg, así que le hice un hueco y ahora ya me puedo sentir afortunado de haberla visto. Les invito a la lectura de su crítica (por si se le ocurre cambiar de apodo, es la titulada "Hacia las nieblas de Avalon"), ya que se expande hacia una excelente disertación —que comparto plenamente— acerca de la esencia del arte cinematográfico.

Por mi ignorancia al respecto, no estoy en condiciones de valorar el film en cuanto representante fiel de las tradiciones del ciclo artúrico, pero sí puedo opinar que a lo largo de su metraje hay sobradas oportunidades para recitar como un mantra la mítica frase que se escuchaba en los años del arte y ensayo, "¡esto es cine!". Curiosa frase —Godard escribía que nadie necesita gritar "¡esto es novela!"o "¡esto es teatro!"— que, bajo su apariencia de trasnochada, se revele quizás como aún muy necesaria.

Los aspectos en este caso más destacados son, para mí, la dirección artística y la fotografía —es fascinante la forma de jugar con los elementos naturales para dotarlos de una gran carga mítica y mística, el sentido en el uso de las armaduras, ya sea relucientes con múltiples reflejos solares o ya sucias, según la etapa de armonía o de caos en que estemos, o la belleza de todas las escenas dónde interviene la Dama del Lago—, así como el inteligente uso de las elipsis, el montaje (en especial el paralelo) y la música, sobre todo la de Wagner. Pero aunque sobre el papel se puedan identificar y estudiar estos elementos por separado, si en definitiva sostenemos que se trata de cine es porqué durante la proyección se funden en una unidad orgánica.

Así, pues, parafraseando a Gabriel Celaya, una película cargada de cine. A mi entender, lo ideal sería que los términos película y cine se interrelacionaran por defecto en calidad de continente y contenido. Sin embargo, a menudo aparecen disociados, puesto que para hacer cine se necesita un cierto grado de sensibilidad artística mientras que para hacer películas basta con tener dinero. Por eso siempre habrá menos cine que películas (aunque gracias a Dios sí el suficiente para ocupar toda la vida de un espectador exigente y quedarse, como apuntaba al principio, todavía con ganas de más).
[Leer más +]
30 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
John Excaliboorman es el Grial
Con "Excalibur" no soy objetivo. Personalmente significó el descubrimiento del cine como emoción pura. Todavía hoy entiendo el cine como la imagen del Rey Arturo atravesando a caballo una constelación de pétalos blancos. Caballeros de armaduras refulgentes entre almendros en flor y los coros del Carmina Burana con su hermoso clamor de batalla. Supongo que no fui el único que, gracias a esta obra maestra de John Boorman, descubrí las cantatas profanas de Carl Orff, hoy en día muy manoseadas por la cultura pop, pero que siguen siendo una de las cimas de la épica musical.

Sigo cautivado por la puesta en escena de "Excalibur", sus frondosos bosques, las pesadas armaduras que convierten a los personajes en astronautas metálicos y la fotografía de Alex Thomson con esos reflejos verdosos. Nunca antes la solemnidad operística de Richard Wagner había tenido tanto sentido en cine como en "Excalibur". En realidad un anacronismo histórico, pues casi 400 años separan al compositor alemán de las lejanas leyendas artúricas. Bendito anacronismo.

Una película redonda con unos diálogos bellísimos capaces de convertir a la fe católica al más ateo. Nigel Terry, fallecido en 2015, siempre será el atribulado Rey Arturo y Perceval (Paul Geoffrey) con su pureza de espíritu nos convence de que Dios existe para quien aprende a mirar con los ojos del alma.

Incluso con películas de culto como "Deliverance" o "A quemarropa" ninguna película de Boorman alcanzó el fulgor de "Excalibur". Sin ser un director genial se puede afirmar que con "Excalibur" Boorman alcanzó el mismo estado de gracia que Perceval contemplando el Grial. Obra maestra.
[Leer más +]
22 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
LA MEJOR, MáS INCREíBLE, COJONUDA Y GENIAL PELI DE TODOS LOS TIEMPOS EN LA HISTORIA DEL UNIVERSO
Mis últimas diez críticas han sido dedicadas a lo que para mí eran los esperpentos cinematográficos y audiovisuales más dolorosos y trágicos que he tenido el disgusto de contemplar en todos estos años de incondicional afición al mundillo. Y debo decir, acabada tan ingrata tarea, que me sentí hecho polvo, triste, desanimado y confuso.
Es por esto que necesitaba como el aire desahogarme viendo alguna de esas pelis no de estas que dices 'eh, qué guay, vamos a verla' o 'es interesante, me ha gustado mucho', no. Yo requería una película con mayúsculas, UN PELICULóN, una obra maestra, una cinta que desde el primer fotograma hasta el ultimísimo me recordara que todavía existen cosas en la tierra por las que merece la pena seguir respirando. Por las que merece la pena, no sé... hasta LUCHAR.
En este filme, todos y cada uno de los elementos que lo componen (música, texto, historia...) están puestos para elevarnos por encima de las estrellas; para aliviar nuestras cargas espirituales; para obligarnos a no olvidar* lo que somos, o lo que podemos llegar a ser.
Al igual que el aficionado a las drogas consume sustancias alucinógenas para obtener a través de su cuerpo y de su mente sensaciones extremas, yo me pongo el DVD de EXCALIBUR para que todos mis cabellos se ericen y la piel se me ponga de gallina al escuchar 'O Fortuna' con los caballeros de la Mesa redonda cabalgando; o 'Parsifal' y 'Tristán e Isolda' amenizando esos cuadros perfectos de un país remoto, antiguo y virgen, ya destruido u olvidado.
Hay dos reacciones posibles cuando uno ve EXCALIBUR: o bien se aburre por culpa del "poético" ritmo de ciertas partes de la película, y por el aire ciertamente cutre-salchichero de ciertas escenas de acción; o bien, mira más allá y se queda hipnotizado y con las lágrimas cayéndosele de admirar tanta belleza. Si alguna vez yo he estado cerca de padecer el curioso síndrome de Stendhal, ha sido a causa de la contemplación de esta maravilla.
No es para verla con los amigos, es para disfrutarla solo. O quizá lo diga porque me avergüenza que mis amigos me vean con los ojos llorosos.
[Leer más +]
45 de 72 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Cuando un mito es bien llevado a la gran pantalla
La película de John Boorman tiene dos importantes alicientes:

1) Para todos aquellos amantes del ciclo artúrico, se trata de una de las mejores adaptaciones de la leyenda llevadas al cine (acaso la mejor, hasta la fecha).

2) Para aquellas personas que no conozcan en profundidad la leyenda, es la mejor forma de comprenderla en su conjunto, obviando aquellas películas que la recogen únicamente de forma parcial, que la recrean de manera frívola, o lo que es peor, que intentan explicarla como si se tratara de hechos reales (¿necesitamos que alguien nos explique la verosimilitud o falsedad del mito del “monstruo del Lago Ness”?).

Ninguna objeción a los aspectos más míticos o épicos: la dama del lago, el nacimiento de Arturo, la importancia de Merlín y Morgana en la leyenda, la isla de Avalon…
Todos son desarrollados con brillantez, emotividad y fidelidad al original…cosas que se suelen echar últimamente en falta en determinadas películas.

La recomiendo a todos aquellos que busquen, de alguna manera, cierta evasión de nuestro mundo actual, aunque sea por poco más de dos horas. Absténganse todos aquellos demasiado pegados a su realidad…o a su móvil.
[Leer más +]
20 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
La amistad y la ley
Quien quiera entender por qué el mundo actual se está yendo al carajo, sólo tiene que ver Excalibur. De existir películas cuyo pase en los colegios pudiera servir para garantizar el futuro de la especie, ésta debería ser una de ellas. Porque en Excalibur está todo: la fascinación por el poder, la corrupción política, el deseo de conocimiento, la peligrosa vanidad que nos ciega, el imperio de la ley, la hartera envidia o el valor infinito de la lealtad. Y lo que no está, no lo busquen porque no merece estar.

Ya se ha dicho por aquí: Excalibur es una obra política e hipnótica que se yergue majestuosa antes el espectador. Y esto es así porque siempre es posible aprender algo de ella: por ejemplo que la comunidad política es el descanso del guerrero y que un reino o un país ( Camelot) se convierte en un nombre vacío si no sabe actualizar el espíritu o los ideales que lo informaron ( la tabla redonda).
Todos los personajes cambian a lo largo de la película. Ninguno parece tener claro cual es su papel, ni siquiera la magia parece proteger a Merlín frente a las incertidumbres de la existencia. De hecho, Merlín parece a veces el más perdido de todos. Porque, a pesar de ser un mago, sigue siendo humano. Y Arturo, a pesar de ser rey, sigue siendo humano. Y qué decir de Perceval, tan humano que lo daría todo por ser caballero. Sólo hay dos cosas que hacen el esplendor de Camelot no se desmorone: El valor de amistad y el respeto por la ley, si es que acaso no son la misma cosa. Pero Camelot somos todos y cada decisión importa. Asombrosa.
[Leer más +]
19 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
sorprende la crítica de filmffinity!
No me he podido resistir a escribir unas palabras tras ver la crítica de Daniel (en nombre de Filmaffinity). Solo decir que efectivamente a mi modo de ver como la crítica afirma, y al contrario de su parecer, "Excalibur" es la mejor adaptación que conozca de la saga artúrica. Pero no solo eso, es la mejor adaptación que yo haya visto sobre obra épica alguna; ese género literario que se encuentra en los inicios de todas las lenguas escritas, y que funde historia y mito. Algo que esta película logra de forma excelente.
[Leer más +]
19 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Arturo en el espacio.
Interesante versión sobre la leyenda de Excalibur bajo la perspectiva del peculiar y notable director John Boorman que depende de quien la visione encontrará una loable película de aventuras y otros encontrarán una cinta que peca de tediosa, pues el modo en como se presenta la historia no deja de ser muy especial y peculiar.

La película fue rodada con actores que con el tiempo han acabado por ser reputados actores con un reconocimiento importante a nivel internacional como Gabriel Byrne, Liam Neeson o Helen Mirren. Por desgracia, no todos los miembros del reparto gozan del carisma y del talento de los interpretes previamente nombrados, algo que se nota en todo el metraje de la cinta.

El film, además, se rodó como una obra teatral se tratase con unos diálogos muy parecidos a monólogos y con una puesta en escena que rebosa teatralidad en su conjunto. Por si fuera poco, Boorman mezcló toda la trama de aventuras, mentiras, engañós y de amor añadiendo un toque de ciencia ficción, algo que se nota en su hermosa y especial fotografía y no menos curiosa banda sonora.

El conjunto es una loable y especial película de aventuras con un toque muy personal añadido por su realizador. Por desgracia, ese toque maravillará a unos y escandalizará a otros, por lo que no estamos ante un film de aventuras convencional, sino a la visión personal de la leyenda artúrica de Boorman que no convencerá a todo el mundo. En cualquier caso, la película no deja indiferente a nadie, y su visión oscura del personaje de Merlín es muy acertada.
[Leer más +]
18 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
"Excalibur": una bizarra ópera de magos y reyes.
Muy sorprendido estoy por el reciente comentario oficial añadido a la sinopsis de "Excalibur", escrito por Daniel Andreas (Filmaffinity). Sorprendido por su grosor y negatividad, que respeto pero no comparto. Tanto que me veo obligado a romper una (modesta) lanza por una de las películas que más me han marcado e influido desde la infancia. Muchos años después me sigue gustando, fascinando y emocionando.

¿Quién ha dicho que "Excalibur" sea una película sobre la Edad Media y con rigor histórico? Está muy claro que es una aproximación (para mí, la mejor que se ha hecho nunca) a la leyenda artúrica y como tal conviene desprenderse de toda lógica y veracidad. Tal vez sólo tenga cierta precisión el comienzo, que nos introduce en lo que fue esa "época oscura" de la Alta Edad Media, cuando la presencia romana en Britania tocó a su fin y se produjeron las primeras invasiones sajonas (aunque en la película nada se diga de todo esto, ya que se trata de recrear un mito, pese a la tenue base histórica que pueda tener), fragmentándose la isla en muchos reinos. Por lo demás, las relucientes armaduras renacentistas (acaso como homenaje a Malory) las espadas y las escenas de magia y hechizos la acercan más a la fantasía. Quien prefiera una aproximación supuestamente fiel a la historia tiene la espectacular pero incorrecta "El rey Arturo" (2004).

Boorman se basó principalmente en la obra de Thomas Malory "La muerte de Arturo" (publicada en 1485 años después de su fallecimiento y ya de por sí una recopilación de leyendas muy antiguas con algún añadido) por lo que contiene la mayoría de principales personajes del mito, aunque una de sus innovaciones es despojar de significado cristiano al Grial y a casi toda la historia, tal vez para darle un mayor tono céltico-pagano-legendario, como lo fue en origen. Características que se acentúan con la estupenda banda sonora original de Trevor Jones, aunque ésta queda empequeñecida con las composiciones clásicas de Richard Wagner y Carl Orff ("El ocaso de los dioses", "Parsifal", "Sigfrido", "Tristán e Isolda", "Carmina Burana") que el director emplea en ocasiones clave, aumentando el dramatismo, la emoción y la apariencia y el aura de leyenda.

El reparto es básicamente rostros británicos habituales del teatro y está bien compensado, con Nigel Terry interpretando a un Arturo majestuoso y a la vez débil e inseguro, Helen Mirren como la pérfida y casquivana Morgana, Nicholas Clay como "el mejor de los caballeros" Lancelot, o Nicol Williamson en el papel de un simpático, peculiar y poderoso Merlín. Tienen roles más breves Patrick Stewart o unos jóvenes Gabriel Byrne, Liam Neeson y Ciarán Hinds.

Rodada en su mayor parte en bellos parajes de Irlanda cerca de la propia casa de Boorman, no tengo ningún problema en reconocer su kitsch puesta en escena, su ritmo no siempre rápido y algunos toques horteras típicamente ochenteros, pero eso no merma la calidad de una película de las que ya no se hacen, una auténtica ópera hecha cine repleta de poderosas imágenes acompañadas de una música tan impresionante como mítica, con un acierto apenas igualado en el cine, y es que pocas veces se ha casado tan bien la imagen con la melodía. Para la eternidad la cabalgada al son del "Carmina Burana", la espada Excalibur y la Dama del Lago, el primer encuentro entre Arturo y Lancelot o su final...(spoiler)
[Leer más +]
17 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Hipnótica.
No sabía lo que me esperaba hasta que no ví en profundidad esta obra (de lo mejor de Boorman). El ambiente atrae, los destellos verdes por doquier durante todo el transcurrir del filme te dejan absorto, y la historia que narra hace que te dejes llevar hacia lo deconocido. Algunos dirán que es un película lenta, pero la lentitud es una virtud que hay que saber explotar en su justa medida. Cada una de las escenas se ajustan a un ritmo narrativo más que preciso, y si a eso le sumamos la indudable calidad de la fotografía (me quedo con la gloriosa escena de la dama del lago en su preimera aparición, simplemente memorable) nos queda una obra muy compacta, sin apenas fisuras, épica y bastante freudiana, si es que se me permite la expresión. El Carmina Burana de Carl Orff encontró un digno escenario visual en esta obra. Lo dicho: tan maravillosa que hipnotiza.
[Leer más +]
18 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Tratado de Teoría Política, Obra Total: contra la post-modernidad
Excalibur es una película que a día de hoy carecería de todo sentido, de la misma manera que la música de Wagner sobre los Nibelungos, de la misma manera que el género épico en bloque. Echadle la culpa a la post-modernidad, porque las "grandes historias" ya no proceden... la prueba es que las últimas adaptaciones sobre el mito del Rey Arturo resultan completamente inanes: "El Primer Caballero" parece pensada y rodada por y para débiles mentales, una cosa desnaturalizada y odiosa; "El Rey Arturo" cae en el absurdo al pretender retratarlo de forma realista, porque el episodio histórico del que podría surgir la leyenda es tan oscuro y dudoso que no puede ser creíble (un tal Artus que acaudilla a los bretones frente a las invasiones sajonas y los vence en el Monte Badonicus, con un tal Ambrosius mencionado en las crónicas más antiguas -la de San Beda El Venerable- del que se ha pensado que podría ser Merlin)
Pero John Boorman no es un director que se adscriba a ideologías blandas y endebles. Toda su filmografía demuestra una consistencia intelectual a prueba de bombas. Por eso cuando se enfrenta a la Leyenda lo hace con otro ánimo distinto al de la de-construcción retórica de la historia -y de la Historia-. De ahí que "Excalibur" resulte por un lado una narración épica con todas las de la ley.
No obstante, Boorman no se conforma con contarnos las aventuras de los caballeros de la mesa redonda para solaz de los anglófilos y exaltación de la nación inglesa, sino que ofrece unas perspectivas sobre el papel del Príncipe y sus relaciones con sus súbditos que hacen de "Excalibur", también, una película política de primer orden ("una Tierra, un Rey", o "el Rey sin espada, la Tierra sin Rey"), no sólo por decirnos que el Estado y los ciudadanos son una unidad política (el régimen político de turno es formal, y por tanto contingente) sustancial, sino porque nos cuenta el paso del paganismo al cristianismo, es decir, de la sociedad "natural" a la sociedad "política", que diría Rousseau. Menudo tratado de Teoría Política...
Por si fuera poco, la belleza como obra total de la película ya la quisieran para sí las producciones actuales (aunque claro, a los "artistas" actuales eso no les interesa, por desgracia)
[Leer más +]
20 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Magia en la niebla
Atmósfera. Es el ingrediente de esta fantástica película dominada por un espíritu mágico, tenebroso, desolador y absorbente que se mezcla con la nebulosa oscuridad que gobierna las escenas, para dar cuerpo a una épica cinta llena de fuerza visual, argumental y narrativa. John Boorman (“Defensa”, 1972) mantiene el pulso firme para llevarnos a un mundo de insólita belleza invadido por el misterio y los personajes profundos, en una historia tan conocida como apasionante que aquí se asienta como una de las mejores reproducciones en el cine de las leyendas artúricas. Han pasado los años y ciertos detalles de la dirección artística no pasan inadvertidos ante nuestra óptica de cirujano, pero cualquier deficiencia producida por lo mal acostumbrados que estamos a la tramposa y efectista perfección digital de nuestro tiempo, no sólo se olvida si se hace un análisis sincero sobre el resultado general de la obra, sino que engrandece esta película por lo meritorio de lograr dibujar tal perfección dentro de unas formas tan clásicas y artesanas como las que demuestra “Excalibur”.

La historia se basa en la versión de Sir Thomas Malory “La muerte de Arturo” y nos acerca hasta esta leyenda centrándose en el origen de la misma, el rey Uther Pendragon (Gabriel Byrne), quien después de verse poseído por la lujuria y aprovecharse de la buena fe del mago Merlín (Nicol Williamson), concibe el hijo del que es separado inmediatamente y que años después será conocido como Arturo (Nigel Terry), un humilde escudero sin más ambición que la de servir en lo que su padre y hermano de adopción puedan necesitar. Pero entonces llega el famoso momento en el que “la persona que sea capaz de sacar la espada Excalibur de la piedra en la que está clavada, será el nuevo Rey”. A partir de ahí la cinta sigue analizando los extraordinarios poderes de la archiconocida espada, mientras va citando todos los mitos que siempre han rodeado este bello relato. El amor tiene un protagonismo privilegiado en la trama, dejando espacio también para los tradicionales conceptos del valor, la lealtad y el honor.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
[Leer más +]
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ver críticas con texto completo
Más información sobre
Fichas más visitadas