83 Críticas de los usuarios

Este film va de un centurión romano que ayudado por un esclavo se embarca en la difícil misión de recuperar el Aguila (estandarte) de la Novena Legión que comandada por su padre desapareció en tierras escocesas, entendiendo que fue totalmente exterminada. El protagonista quiere recuperar el Aguila para salvar el honor de su familia. Como veis muy, pero que muy, peliculero.

Parto la crítica diciendo que no sé muy bien por qué. me ha gustado la peli, será digo yo porque me ha entretenido, será quizá que las actuaciones son correctas, por los buenos paisajes, la buena dirección o vete tu a saber, pues no lo tengo nado claro.

Y no lo tengo claro ya que tiene algunas cosillas de esas que normalmente me suelo partir de risa. Tiene una extrañísima relación de los protagonistas principales, a veces me parecen aguerridos guerreros y otras veces me recuerdan a los pastores encelados de "Brokeback Mountain", no sé si por cosas mías o quizá sea debido a que el director ha querido meter aposta y hacer dudar al espectador, yo creo que no, pero de tanto ver a Tarkovsky, Aronofsky y gente semejante, al final uno termina creyendo que en todas las pelis hay que leer entre líneas, como ya digo no creo que sea el caso, pero compañeros es que a veces me imaginaba a los protagonistas paseando embelesados por las calles de Chueca y me era totalmente creíble.

Por otra parte recordé la reciente “Centurión” con romanos corriendo y los Pictos vengativos detrás de ellos persiguiéndoles sin descanso. Lo peor es que no es lo mismo que te persiga la Olga Kurylenko, que coño, es que yo me dejaría hasta atrapar y que haga lo que quiera conmigo, que te persiga un tío azulado con cresta y cara de mala leche. Pictos son pictos los dos, pero no hay color, donde esté Olga…

Hablando de pictos, el picto malote (que tiene una pinta chulo que tumba), que persigue a nuestros chicos, tengo que decir que me recordaba sospechosamente a Wes Studi en el “Ultimo Mohicano”, la misma pinta, parecidamente joputa e igualmente pesado. Además la última media hora de película huele al “Ultimo Mohicano” que apesta, dándose situaciones y paisajes un tanto parecidos.

Finalmente tronchante aparición de una panda de romanos salidos del geriátrico más cercano y final tipo Casablanca con un ligero toque gay.

Si leches, me ha gustado, pero no tengo ni idea por qué.

El guaperas de Channing Tatum protagoniza esta aventura de romanos (basada en una novela juvenil) en la que se pone en la piel de Marco Aquila, un lozano centurión destinado a la temida frontera romana del norte de Britania (donde su padre desapareció junto con la legión del águila). Marco pretende restaurar el honor perdido de la familia tras aquella deshonrosa derrota. En sus avatares le acompaña el esclavo britano Ezca (Jamie Bell) con el que tiene una singular relación de amor/odio.

"La legión del águila" ofrece un relato personal y puntual sobre el honor perdido y la amistad entre dos jóvenes de civilizaciones enfrentadas. Para los fans del peplum supone una nueva oportunidad para adentrarse de nuevo en la fascinante cultura del imperio romano... ya que el film está muy bien ambientado, cuida detalladamente los sets, el vestuario, la iluminación y el sonido, y su libreto y su puesta en escena recrean con correción, realismo, sensatez y contención las situaciones de la época, las estrategias de batalla y las tácticas de lucha del ejército romano. La realización y la edición son notables y ofrecen intensas y espectaculares escenas de batallas y luchas de romanos vs. "bárbaros" (sin excederse en ellas con grandilocuencias eludibles) con piruetas muy conseguidas y un buen uso de los planos cerrados, la cámara en mano, la cámara lenta y la música épica.

Lo cierto es que la película entretiene sobre todo gracias a su envoltura, a su bella puesta en escena, a su envolvente cinematografía, a su bonita manera de combinar colores y contrastes, y a su manera de ambientar el lugar con naturalidad y atractivo. Y la realización afortunadamente se recrea con acierto en sus preciosos paisajes (lo que más destaca del film).

Embelesa por su fachada, pero "La legión del águila" es un tanto frígida en su interior. Ni su trama ni sus actuaciones molestan... pero tampoco es que emocionen o atrapen. El guión afortunadamente no tiene situaciones o diálogos estúpidos e infantiles (si obviamos alguna inexactitud histórica sobre los "bárbaros"), y se desarrolla de forma cabal con alguna que otra situación medianamente interesante... pero tan solo tiene un mínimo de interés siendo en su mayor parte un relato excesivamente frío, previsible y típico. Las actuaciones no hacen daño a la vista (Tatum y Bell encajan con naturalidad en sus roles) pero parecen tan regios y distantes que nunca se hacen queridos, les falta mucho carisma.

Y el ritmo con el que se desarrolla el metraje es enormemente pausado (sobre todo en su último tercio (el más previsible) en el que se echa en falta más intensidad y que acaba siendo de lo más alargado y aburrido).

En fin. No es sobresaliente, no es "Gladiator" (no tenemos escenas, encuadres o diálogos memorables, una banda sonora única o unos protagonistas carismáticos, aguerridos y muy queridos), pero "La legíón del águila" tiene empaque suficiente como para entretener mínimamente en la mayor parte de su tiempo.

Lo peor: ...

“La Legión del Águila” contiene una de las mejores recreaciones cinematográficas de combate de una legión romana que he visto. Vale que apenas entra en plano una centuria, pero a pesar de la escasez de medios, el siempre sobrio Kevin McDonald (“El último rey de Escocia” o “La sombra del Poder”) se preocupa de que se desplieguen, se muevan y ataquen como se afirma que se hacía hace 2000 años, nada de esas espléndidas y descerebradas melés tan fáciles de coreografiar (ale, todo el mundo a correr y dar garrotazos) y que tanto chirrían a los que ven una película con dos dedos de frente. Por eso sorprende tanto que con lo cuidados que están los combates iniciales y la recreación de la vida romana Britannia del siglo I, la película pierda fuelle tan pronto (a los veinte minutos) y se disperse por completo al cabo de una hora. La media hora final, ecléctica mezcolanza de “Los tres mosqueteros”, “Apocalipto” y “Hora Punta” (penoso give-me-the-five en la escena final) termina de convertir una competente película en un tecno-peplum de una mediocridad insalvable.

Sé que no debo lamentarle por la oportunidad perdida de hacer una la primera peli de romanos como Dios manda desde “Ben-hur” (no cuento la fantochada “Centurión” ni la decepcionante serie “Roma”), pero había mimbres para hacer un cesto bastante decente, empezando por medios económicos, disponibilida técnica, hermosos paisajes naturales, el niño bien Jaime Bell, un secundario de clase como Donald Sutherland y el cachas sensible de moda “Channing Tatum”, siempre con esa cara de dificultades cognitivas (vamos, cara de alelao)…. Mimbres que no se corresponden con este desangelado resultado final que no está a la altura de las posibilidades. Muchos directores habrían hecho una epopeya del viaje de atravesar la Britannia del siglo II o una llamada a la épica en la batalla final… pero por la razón que sea, percibimos que la travesía no tiene más dificultad que irse a una casa rural en Ávila y que la lucha final no deja de ser un partido de solteros contra casados.

Nada, toca seguir esperando que alguien se decida a poner otra vez de moda el cine de romanos. Hasta entonces, esta “Legión del Aguila” es pasable y punto... A duras penas los primeros veinte minutos y el rodaje en exteriores justifican el tiempo empleado de verla hasta el final.

De nuevo nos vemos ante una película ambientada en ese trágico periodo de la caída del Imperio Romano, pero esta vez, Kevin Macdonald nos presenta la situación en la que se encontraba la Britania en esos últimos momentos de dominio romano del siglo II. Esta película, basada en la novela de Rosemary Sutcliff, nos abre el telón para enseñarnos el conflicto entre los romanos que defendían la frontera britana de las tribus del Norte a través de dos personajes, dos realidades distintas: un centurión romano, Marcus Aquila, y su esclavo Esca, de origen britano. Aunque el lazo de amistad que se establece entre ellos resulta en cierta manera artificial (en aquella época romana era inconcebible restarse a la dignidad de un esclavo o considerarlo incluso como persona), ambos protagonistas demuestran una idea profunda de amistad y fidelidad.
Los combates entre las tropas de Roma contra los bárbaros britanos están trabajados, convincentes, aunque de rápidos y confusos movimientos de cámara en los momentos de más acción.
Tanto el romano como el esclavo, se aventuran a cruzar el Muro de Adriano en un viaje por una exótica escenografía de Britania, presentándola salvaje y desconocida para recuperar el águila perdida de la Novena Legión (que no es más que un símbolo del Imperio), una búsqueda, y por tanto, una trama, que gira entorno al empeño del protagonista que pretende convencernos de su ansia de conocer la verdad y recuperar la honra de su padre con esos contínuos flashback a lo Gladiator.
Dos mundos enfrentados, una Roma civilizada (aunque de valores prácticamente cristianos ante el valor de la vida y la humanidad) y esa realidad bárbara, casi exótica y desconocida, presentada en un idioma antiguo, que no nos acaba de convencer.

La película arranca bien con un joven Channing Tatum, al que le encargan el mando en uno de los puestos de defensa en las fronteras del imperio romano.
Posteriormente el joven ya licenciado, se embarcará en la recuperación del emblema del águila romano que perdió su padre en combate. En esta parte de la película es donde uno ve algunas cosillas que le chirrian: la conexión entre los dos protagonistas, que parece que en cualquier momento alguno de los dos se va a declarar y se van a soltar un morreo en toda regla (quizás se hubiera diluido esta sensación del film con alguna presencia femenina despampanante que estuviera en el reparto). Luego está el tema de la caracterización de los pictos, que aunque molan, retrotaen demasiado a una estética de los indios mohaks, y hace que uno no se acabe de tomar en serio la película.
A la película le falta profundidad en el guión, e intentar que los discursos en torno al honor no suenen demasiado gratuitos.
Correcta la actuación de Donald Sutherland al que da gusto verle seguir en la brecha, aunque las películas sean de segunda o tercera categoría.
Pero bueno, sin complicarse demasiado la vida, la película entretiene y no padece de excesivos males. Así que se deja ver.

Una película épica, con el honor y el valor como hilo conductor. Aventuras, batallas, amistad y mucho más.

Una de aventuras de las que ya no se estila. Sin 3D, sin adornos, sencilla, pero impactante y auténtica. Quizá por eso llega más, porque es perfectamente creible y te llega hasta las tripas.

Si la entendemos fuera del marco temporal y cultural en el que está ambientada, podríamos pensar que el afán del protagonista es ridículo, que sus esfuerzos no merecen la pena. También su fiel compañero nos parecería un panoli, por obrar en contra de lo que sería lógico para nosotros.
Para disfrutarla en toda su intensidad hay que retroceder en el tiempo, hay que sumergirse en los valores de la época y los valores de un imperio: hay que convertirse en un soldado romano.

Magnífica interpretación, magnífico rítmo. Una narración perfecta. Un montaje sobrio y fuera de lo convencional: el manejo de los silencios, el manejo de los tiempos, los planos...
Los personajes están bien construidos y tienen profundidad. El discurso es relevante, su realidad perfectamente sostenible,
Enhorabuena al equipo de The Eagle que ha tenido la valentía de haber creado este film. Una película de otro tiempo.

¿Un 5'6? Come'on! Testudo formation!! Let's finish those barbarians

Hacía bastante tiempo que no veía un film sobre el Imperio Romano, normalmente recuerdas películas con un marcado tono épico por cada uno de sus poros donde predominan las grandilocuentes batallas, aderezadas con la majestuosidad del propio Imperio, "The Eagle" se aleja de este paradigma para ofrecer una buena ración de aventuras.

Y a pesar de su comienzo tópico este tan sólo ocupa unos minutos del metraje; el resto se basa en las aventuras de un legionario romano y su "compañero" esclavo. Uno de los grandes motivos que me impulsó a ver este filme fue el argumento, alejado de lo que estamos acostumbrados a ver en estas películas de época, donde las batallas de gran envergadura suelen cobrar el mayor protagonismo (salvo excepciones); aquí ganan terreno las escaramuzas y pequeños escarceos de los protagonistas con los pueblos de Britania.

El desarrollo del filme es ágil, con un ritmo muy conseguido pues ni se hace tediosa en ningún momento, ni la acción satura toda la obra, en este sentido el equilibrio está muy logrado, con unas interpretaciones convincentes que ayudan a sumergirse en la trama, mención especial a un Donald Sutherland que se encuentra en buena forma interpretativa; unos diálogos desplegados correctos, y una ambientación muy atractiva recorriendo espléndidos parajes naturales, desde frondosos bosques hasta tierras baldías, a las que insufla mayor protagonismo si cabe una cuidada fotografía.

Parece surrealista el argumento sí, pero yo lo considero un soplo de aire fresco, además, la interacción entre miembro de la nobleza y esclavo en este sentido rompe con las leyes establecidas para convertirse en una relación de verdadera amistad (aunque la base es restaurar el honor supuestamente perdido del padre del legionario); y ese es el gran objetivo que persigue la trama, el transfondo romano es el lugar y la fecha elegida, pero es secundario (aún por su buena recreación), el filme se centra en las aventuras de ambos protagonistas, como deben afrontar las situaciones viniendo de ámbitos y culturas muy diferentes, poniendo incluso en tela de juicio sus propios principios, pero con la gran premisa de jurarse lealtad mutua.

Las pequeñas escaramuzas y persecuciones resultan muy interesantes cara al espectador, los movimientos de las luchas cuerpo a cuerpo, y el enfoque de las cámaras bien logrado, aderezado con magníficos acordes de música celta desperdigados por toda la película; quizás existan demasiados momentos donde el uso de idiomas nativos impida conocer más detalles sobre los deseos de los pueblos "bárbaros" pero por el contexto se puede tener una somera idea de lo expresado. Pueblos por otro lado recreados de manera convincente.

Me ha extrañado un poco la baja nota media que obtiene este film, pues me parece una película de aventuras muy estimable y que hará pasar a cualquier espectador que se precie un entretenimiento bastante disfrutable, con un original planteamiento y desarrollo de la cinta muy atractivo.

“Una de romanos” para mi siempre es una buena opción. Admiro su cultura, su estética, su arquitectura, sus códigos, su fortaleza… Un peplum (http://es.wikipedia.org/wiki/Peplum) sin muchas pretensiones, por lo que resulta bastante entretenido y casi gratificante en este mercado saturado de productos 3D y efectos especiales (aunque tenga alguno que no digo yo que no).

Narra la historia de un centurión romano que, tras ser licenciado con honores del ejercito por una lesión, decide buscar más allá del conocido como “Muro de Adriano”, el águila de la novena legión, comandada por su padre, y cuya perdida trajo la deshonra a su familia.

Esta película “de hombres” despertó mi lado masculino, que haberlo haylo. Es un canto al honor por encima de todo. Ensalza la camaradería masculina, la confianza total en el otro. Es un viaje hacia la empatía, un aprendizaje, un conocimiento de las diferencias entre culturas y las semejanzas entre los hombres, vengan de donde vengan.

Los paisajes son espectaculares, la música muy acertada y bien utilizada. Destacaría, en una de las escenas iniciales, la batalla entre los romanos y los bárbaros para rescatar algunos prisioneros, ¡espectacular!.

Aunque no se pueda catalogar como una gran película yo recomiendo verla.

En el año 140 dC, el Imperio Romano se extiende hasta Britania, aunque su dominio no es completo dado que las tribus rebeldes de Caledonia (la actual Escocia) se han hecho fuertes en el norte. Marco Aquila (Channing Tatum) es un soldado romano que aspira a limpiar el nombre de su padre, Flavio Aquila, empañado por el deshonor. 20 años antes los 5.000 hombres de la Novena Legión (la que dá el título a la película), encabezados por Flavio y el famoso emblema de oro, el águila de la Novena Legión , marcharon hacia el norte, a Caledonia y fueron devorados por las inhospitas brumas del lugar. Jamás se volvió a saber de ellos y la dorada aguila se perdió. Furioso, el emperador Adriano mandó levantar un muro para sellar el territorio. El Muro de Adriano se convirtió en la frontera más septentrional del Imperio Romano, en el límite del mundo conocido.
Tras un victorioso asedio del que sale malherido, Marco es elogiado por Roma pero apartado a su vez del servicio militar por sus heridas. En una pelea mortal de gladiadores, Marco consigue salvar la vida de Esca (Jamie Bell), un joven britano que se niega a luchar en el combate, y su tío (Donald Sutherland) lo compra para que sea el esclavo de Marco. Cuando oye que el dorado emblema del aguila ha sido visto en un templo, su aspiración se convierte en obsesión y decide cruzar el Muro de Adriano para recuperar la preciada reliquia y limpiar el nombre de su padre, llevándose a Esca consigo. Marco trata a Esca con desprecio, y el esclavo odia todo lo que es romano pero jura servir al hombre que le ha salvado la vida. A Marco no le queda más remedio que fiarse del esclavo si quiere sobrevivir a su misión. En el camino se encuentran con Guern (Mark Strong), un ex legionario romano, y Marco comprende que el misterio de la desaparición de su padre seguramente tenga que ver con la identidad y lealtad de su esclavo.
En "La legión del aguila" veremos el choque de tres culturas: celta, britana y romana. Todo a través del viaje de Marco y Esca, dos hombres que cargan con culpas y con vergüenzas, con traumas por una familia deshonrada y diferencias culturales. Comparten resentimientos y hostilidad. Por supuesto hay enormes escenas de batallas, pero la verdadera historia está en los dos perosnajes, en su retrato íntimo del honor y de la libertad, lo que le da a la película una visión más humana que "La última legión" o "Centurión".
A pesar de que no llega a la altura de las rodillas de "Gladiador" se deja ver, y es loable encontrar a un director que apuesta por el aroma antiguo del filme, que no hace abuso de los efectos especiales y que apuesta por una épica naturalista.

Lo cierto es que tenía muchas ganas de verla, este tipo de películas suelen resultarme interesantes. Pues bien, ésta no ha sido una excepción, ni mucho menos una decepción.
Con una estructura clásica, con pequeños flashbacks o ensoñaciones del protagonista, el film de Kevin MacDonald es una película de acción entretenida y bien ambientada.
No encontrarás una historia impresionantemente original. La búsqueda de recuperar el honor del nombre de una familia a manos de un joven promesa que vive estigmatizado y avergonzado, obsesionado por qué le ocurrió a su padre, y que quiere demostrar quién es, así como la alianza entre dos personas de mundos distintos que se respetan y aprenden a confiar el uno en el otro. Sin embargo, no es la típica película de romanos, tiene algo que la hace especial. Es algo que tienen las películas que tratan de HONOR. Sí, podría decirse que es un film de honores perdidos y la necesidad de recuperarlo. Tatum necesita recuperar el honor de su padre y su familia. Bell, su propio honor, el de su familia asesinada, y su libertad.
No he sido capaz de detectar ningún error, al menos de esos descomunales. Armaduras, formaciones de combate romanas (que siguen vigentes en la actualidad, como la del inicio cuando Marcus Aquila decide salir a buscar a unos soldados apresados), distinción de los distintos rangos por su sombrero, el detalle de que, en plena guardia, el de mayor rango no mantiene su casco para evitar ser descubierto y abatido...
La presentación de las tribus británicas que luchan en contra del Imperio Romano, aunque en ocasiones me daba la sensación que eran más africanas de lo que pensaba serían (especialmente por su indumentaria), resultan ser bastante fieles a la realidad por lo que parece.
Algo sorprendente es la ausencia de un personaje femenino y el típico romance. No lo he echado en falta, ya que, si somos objetivos, en plena batalla no tienes tiempo para ponerte a cortejar a una mujer y encima ganar la batalla. ¡Si hasta los deportistas profesionales "reservan fuerzas" en días previos a una competición importante!
Una buena banda sonora la creada por Atli Örvarsson. No estorba, introduce y forma parte del paisaje y de la acción.
Un magnífico Sutherland, que llena la pantalla y eclipsa a todo el que está junto a él. Es un personaje secundario, pero no por ello menos importante.
Puede que la tachen de película de entretenimiento, pero en ella veo un film épico con ritmo. Una historia que funciona.

Estupefacto es como me he quedado despues de ver esta película, si últimamente flojean al producir películas históricas, como pueda ser la protagonizada por Rusell Crow , si esa de Robin, pues un oscar merece si la comparamos con este film sin sal, poco excitante y sin movimiento.
Partiendo de la base de que el argumento central es digno de partirte el pecho, en ningún momento desemboca en lo que el espectador está esperando.

La verdad sea dicha, la película empieza bien, fuera de tópicos y en la que los romanos son los buenos, y los colonizados los malos. Pero nunca llega a tomar un giro que te haga quedar satisfecho de haber perdido dos horas delante del tv.

A su favor también puedo decir como fotografian los poblados de la época, mostrando imagenes mucho más reales que la media de este tipo de películas.

En fin, lo que pudo ser y no fue, su gran deficit, es la historia y el argumento en general, que en momentos parece que te va sorprender, pero nunca se acerca a conseguirlo

Modesta peli, obra menor que dentro de su humildad narrativa y argumental se ha logrado colar aunque sea un poco dentro del corazoncito del espectador. Los méritos de Macdonald radican en cómo hacer de lo insípido algo sustancioso, puesto que si sometemos la peli a un análisis profundo no lo resiste, se queda en dos carillas de descripción como mucho.
No obstante, y sabiendo de antemano las limitaciones posibles, se puede volar alto con poco, y éste es uno de esos casos: La legión... es correcta en todo, no sobresale con nada así como no defrauda con lo poco que aporta. Resulta consistente en las escenas de acción, en una mezcla rara de realismo y ampulosidad por partes iguales. La relación entre el esclavo y el legionario termina por conformar el mayor sostén de la peli: una fusión singular de respeto y conmiseración mutuas sin ahorrarse disgustos en el camino.

Lo que le juega en contra es la inevitable comparación, las odiosas comparaciones que de una forma u otra siempre salen a la luz de la mente del espectador ducho en cuestiones épicas: insisto, logra camuflar lo que tiene de insípido pero la maldita palabra sigue estando en mi cabeza, así que no termina por camuflarlo del todo.

Una de romanos a la usanza actual, con una fotografía potente, mucha acción, testosterona por un tubo y, lo que sube algún punto para esta servidora, algún soldadito de los que una escogería para que le haga unos cuantos favores. Ya que sabemos a lo que vamos cuando elegimos una de aventuras de estas características, pues disfrutémosla en su medida y a lo grande. Entretenida lo es aceptablemente, no hay que fijarse mucho en los dislates del guión por supuesto, porque obviamente no es su punto fuerte, pero personalmente el Tatum me da para pasar un buen ratillo. El joven comandante que busca reponer el honor mancillado de su familia adentrándose con su esclavo celta en las salvajes Tierras Altas del norte de Britania, buscando el águila dorada de la desaparecida novena legión, encaja en su papel y de paso nos alegra, porque el muchacho está para mojar pan.
El género de la antigua Roma en el cine sigue sin levantar cabeza, pero divierte y suelta adrenalina. Por lo menos es algo.

Es de esas películas que quieren contar una historia épica además de dar acción para atraer a un mayor abanico de publico, pero que se pierden al no saber que camino seguir, si el de la historia o la de la acción, por tanto se quedan a medias. Y a mi parecer, le falta el tópico de "homosexual", ya que entre sus protagonistas se palpa una tensión sexual no resuelta, y que si la explotaran daría mucho de que hablar.

Muy bien realizada y entretenida dentro de su género: una película de acción con un fondo histórico sobre un guión de novela para jóvenes.
Creo que la ha perjudicado la cercanía en su aparición con ese lamentable bodrio gore de romanos llamado "Centurión". Por otra parte y sin buscar comparaciones, resulta más creible que Gladiator ya que sobre Marco Aurelio y Cómodo sabemos mucho y por tanto el guión de ésta por ingenioso que sea, resulta un camelo histórico. En cambio sobre la aventura de un desconocido centurión y su esclavo se puede imaginar lo que se quiera sin ofender a los libros de historia.

Hace ya unos cuantos años, Ridley Scott puso otra vez de moda el peplum con su pelicula "Gladiator" que catapultó a Russell Crowe a la fama. Otros directores han seguido su camino con más o menos fortuna a la hora de situar sus películas en la Antigüedad grecolatina. Este es un intento más de acercarnos a esos tiempos, en concreto a la desaparición de la IX Legión en tierras británicas.
HAn sido ya algunos los intentos de explicar este suceso tanto en la literatura como en el cine (sin ir más lejos la reciente "Centurión"). Aquí se nos presenta al hijo del comandante de dicha legión que quiere recuperar el honor de su familia. La primera parte de la cinta está bastante bien. Cuando dicho personaje llega a Britania para hacerse cargo del emplazamiento y se enfrenta a los ejércitos locales que rechazan la invasión romana y adquiere a su esclavo, pero cuando parece que se va a poner más interesante, es decir, en la segunda parte, cuando se adentran en territorio enemigo es cuando la película se hace más aburrida y más convencional. Esto es lo que, a mi parecer, lastra la película. La relación entre los dos protagonistas también podría haber dado más de sí, pasan del odio al amor sin casi darse cuenta y sin motivos aparentes.
Para finalizar, Jamie Bell es un buen actor, pero coomo combatiente britano no da mucho el perfil y Channing Tatum por mucha cara de intenso que ponga y apriete las mandíbulas, a mí no me parece un buen actor.

Adaptación de la novela de Rosemary Sutcliff escrita en 1954, y convertida en miniserie en 1977 por la BBC, con ingredientes suficientes para conseguir un “peplum” entretenido y comercial, por desgracia malogrado desde casi el inicio por una mediocre dirección del hasta ahora interesante Kevin Macdonald (“El último rey de Escocia”, “La sombra del poder”), que ahora ya deja de serlo un poco por este nefasto trabajo.

Tras la estela de “Centurión” y la imborrable huella de “Gladiator” parece que el género de romanos vuelve a tener el favor de los productores hollywoodienses, aunque aquí el resultado es más parecido a “La última legión”, ese flojísimo film de Doug Lefler.

En el aspecto formal, lo que más puede interesar a gran parte del público, y donde se debería echar el resto, las batallas, son escasas y están rodadas con planos demasiado cercanos, donde se intuye más que se ve. Da la sensación de estar rodada con prisas, con poca preocupación estética, sin planos abiertos o panorámicos que oxigenen la visión del espectador.

Desde su misma concepción, busca efectismo con escasa fortuna, dada su escasa originalidad y sus inocuos giros argumentales (algo que tampoco se le exige, ¡sólo que sea entretenida!). Su sentido del ritmo (si alguna vez lo tuvo) acaba desapareciendo tras su lioso encuentro con otras culturas, con bastante poco criterio, para sorpresa y confusión del sufrido espectador. En fin, todo previsible y bien masticadito. La deriva final intentando emular a “El señor de los anillos” (¿se supone que era una de romanos?), más las repetitivas alusiones a los valores inquebrantables (honor, lealtad, etc,..) es el colofón de una película más que fallida, que también, aburridísima.

Si no fuera por su promoción y por sus dos actores jóvenes, ahora en boga (Channing Tatum y Jamie Bell, el niño de “Billy Elliot”, que hacen lo que pueden), estaría condenado a ser un producto destinado a pasar directamente a DVD, más propio de un telefilm de sobremesa de cualquier cadena generalista, de ésas de cada 30 minutos de película, 15 de publicidad.

Lo mejor: la presencia de Mark Strong, el mejor villano contemporáneo, que interpreta aquí a un ex legionario romano.

Lo peor: tantas cosas…

Buena peli. Con más puntos a favor que en contra. Lo primero, el rigor histórico y la fidelidad de la recreación de la época están alcanzado los límites que todo historiador, recreacionista o simple aficionado a la edad antigua ni hubiera soñado hace unos diez o quince años. En este caso han reservado los veinte primeros minutos para dejar constancia de "así era un destacamento romano en el limes norte de Britania". Armas, vestimenta, fortificaciones, táctica de combate, etc. Nada que objetar.
Lo segundo es, sí, la trama. No transcurre por los cauces previsibles que nos tememos al principio, y va creando una tensión en la relación de los personajes que mantiene el interés.
El personaje principal dio la impresión de ser un pelín más original que el héroe que fabrica en serie Hollywood. Si hubieran insistido en su impetuosidad y en la parte atormentada del mismo hubiera quedado redondo.
Solo una pega más: algunos diálogos supuran "patriotismo USA" pasado por el tamiz romano.

Mucho mejor pelicula que Centurión y a pesar de la guinda podrida, es un buen pastel. La recomiendo.

“La legión del águila” no es un peliculón para quitarse el sombrero ni nada que se le acerque. De acuerdo, pero resulta un filme más que correcto y entretenido. Me ha gustado su forma tradicional de rodarse, apenas se usa el ordenador, y también que es cine épico de aventuras como el de antaño. Lo cierto es que echo de menos este tipo de productos, ya que apenas se hacen ahora. El tipo de cine que te ofrece “La legión del águila” hace ya bastante tiempo que está olvidado en un cajón debido a los efectos especiales generados por ordenador, el 3D, el Croma y todos los avances tecnológicos actuales (y ojo que no digo que no me gusten cuando están bien hechos). Desde luego es una pena que ocurra esto porque este filme demuestra que no hace falta gastarse una millonada en efectos digitales de última generación para hacer una película que se disfrute y entretenga.

Este filme bebe de otras fuentes como por ejemplo “Gladiator”, “El último mohicano” o “Centurión”. Lo cierto es que en algunos momentos canta demasiado a estas películas, pero no me ha molestado. No me ha molestado y la verdad es que no sé explicarte muy bien el porqué. Quizás sea porque en el fondo este es un filme correcto en todas sus facetas (guión, interpretaciones y apartado técnico). Tal vez también sea porque me ha entretenido de lo lindo y esto es algo que veo que cada vez se está infravalorando más y más. Parece que da igual que un filme sea un tostón lento, pretencioso e inverosímil si con ello consigue ser original o sorprender al espectador con alguna vuelta de tuerca de lo más rebuscada en su desenlace.

“La legión del águila” posee una estupenda fotografía, unos paisajes preciosos, un vivo pulso narrativo y una excelente ambientación de la época (me ha encantado su vestuario y las técnicas de combate de la legión romana). Además, tiene una épica banda sonora que acompaña a la perfección en los momentos emocionantes de la narración. Todo ello ayuda a configurar un filme que bien merece la pena ver.

Para terminar con mi crítica nombro las cositas criticables que tiene: la cámara al hombro en algunas peleas (otras, sin embargo, están muy bien filmadas. Lástima que no las rodaran todas así), la previsibilidad de casi todo lo que acontece en el último tercio de metraje y, por último, la aparición de esos legionarios “retirados” en la batalla decisiva (esto es lo que menos me gustó de toda la película).

Se ha escrito mucho sobre la novena legión romana, en especial porque Roma estaba gobernada por tres poderosos y entre ellos existía un pique sobre quién haría más grande a la nación. Esta ambición sin límites llevó a enfrentarse contra vecinos sin motivo alguno y perder guerras que dejaron en la mayor de las vergüenzas al ejército romano.


De ahí arranca esta historia, se perdió hace 20 años el estandarte de oro de la novena legión y sus 5.000 hombres que la acompañaban. Por casualidades del destino, el hijo del hombre responsable de aquel supuesto desastre, aparecerá como voluntario para recuperar la imagen que representa el poder de Roma. ¿El problema? Qué está muy alejada la zona, pasando los muros de Adriano y entrando en el norte de Britannia, donde ningún romano ha llegado con la cabeza sobre los hombros. ¿Con qué ayuda contará? Pues indudablemente que no lo hará con 10.000 hombres, ni con 5.000 como su padre, ni tan siquiera con 1.000. Su única ayuda, un esclavo que acaba de salvar de morir bajo la espada de un gladiador. Esclavo, orgullo y fe...sus tres armas para devolver la figura a Roma y la honra a su familia.

La película es bastante entretenida, muy variada en cuanto a personajes, se aprende mucho del mundo de Roma y lo que lo rodeaba y la fotografía es muy buena. Las escenas de batallas están curradas, pero como de costumbre, es complicado saber quien da y quien recibe. En cuanto a las actuaciones, Channing Tatum está pasable, Jamie Bell me ha gustado mucho más y la presencia de Donald Sutherland es suficiente motivo para sentarse a ver la película.