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76 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
6
Muy, pero que muy extraña.
En realidad, no sé aún si ésta es una película tan sólo interesante o si es un peliculón o un bodrio. Intentaré explicarme: hay escenas de verdad aburridas, en la que se nos muestra paso a paso cualquier acción de los personajes; pero también las hay muy brillantes, casi todas basadas en las reacciones en principio imprevisibles del viejo yakuza. Pero, a su vez, el papel de Kitano es a veces tan torrentiano que se pasa de inverosímil y otras tan natural que uno no sabe si tenerle asco o aprecio. El niño, a veces lo borda y otras se queda con la misma expresión durante minutos, y el guión a veces parece inexistente, pero uno no sabe si es que el director ha querido que fuese así, para darle mas realismo al asunto, o quizás no sea sino un fallo de montaje o de falta de ideas de continuación. En fin, que mientras la veía pensaba que era aburridísima, pero cuando acabó me dejó la sensación de que era un film muy entrañable. Aún no sé si me he explicado, pero lo peor es que sigo con la duda de cómo debería calificarla. Por si acaso, la recomiendo: porque el regusto a buena película que me dejó, hace que esta extrañísima obra merezca, cuando poco, una oportunidad de ser juzgada.
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115 de 143 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Esta no es una critica es un barco
La luz se enciende y la euforia se ha apoderado por completo de nuestros cuerpos, y nuestras almas. El verano de Kikujiro es la cinta responsable de mantener viva la llama de la creencia en el cine y en los sueños. Lágrimas, sonrisas, angustia, soledad, realidad y ficción, todo se une en esta obra maestra de Takeshi Kitano.

Kitano, también conocido como “Beat” Takeshi, presenta su penúltima obra: El verano de Kikujiro, para coronar su muy concurrida trayectoria cinematográfica (Hanna-Bi, Kids return, Sonatine) con este poema del cine contemporáneo. Filmada en 1999, “Beat” Takeshi logra escapar del divertido pero peligroso estereotipo en el que se encontraba y logra un film hilarante y perfectamente redondo para el cinéfilo emocional.

Kitano da un giro de 180 grados de su trabajo habitual -En esta ocasión no hay guerra entre la policía y los Yakuza, ni disparos y armas, o sangre por todos lados- y escribe, dirige y actúa en este original road movie, dando un gran paso, a la vez que marca una línea dentro del mundo de la comedia sarcástica.

La historia es tan sencilla, que presenta un grado de complejidad plus. Otorgándole la categoría de arma de dos filos, envolviendo al realizador en un complicado acertijo que lo hubiera podido llevar a caer en un film complaciente y cursilón, pero que guiado de un talento maravilloso nos introduce en el agridulce verano de un niño encerrado en la incertidumbre y soledad de la vida.

Masao -interpretado por un extraordinario Yusuke Sekiguchi- vive con su abuela tras la partida de su madre para trabajar y la muerte de su padre. Ha llegado el verano y es tiempo de vacaciones, por lo que Masao al no encontrar entretenimiento -pretexto para que Kitano nos muestre en un campo de fútbol una de las visiones más impactantes de la soledad infantil dentro de la cinematografía contemporánea- y hallar en un paquete la dirección de su madre, decide lanzarse en un aventura que todos tomamos alguna vez en la vida, pero que el decidió realizar a los nueve años.

Kikujiro -Takeshi Kitano, en un rol sólo para él-, un amigo de su abuela, es el encargado de acompañar al niño a través de la soledad y los sueños de ese verano. “Beat” Takeshi asume su máscara de Buster Keaton como gran actor y director, creando una química inusual entre su autoparodia del Takeshi duro de sus anteriores obras y este niño tan triste.

Aderezado con la música de Joe Hisaishi, Kitano repasa algunas de sus técnicas patentadas, regalándonos tomas surrealistas y humor irreverente para crear poderosamente esta emocional historia.

Parecía casi imposible que Takeshi Kitano lograra superar Hanna-Bi, sin embargo, dos años después vuelve a inyectarnos esa insuperable sensación de que esta no es una función más en el cine, sino que esta es una maravillosa poesía cinematográfica, alegre, feliz, triste, violenta, depresiva, asombrosa y contundente.
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102 de 124 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
"Tú que vas a tener novia, si estas saliendo con un calvo".
Takeshi Kitano, el mejor director japonés de nuestro tiempo, creo en 1998 una obra llena de ternura y comicidad, “El verano de Kikujiro”.

Llega el verano, todos tus amigos se van de la ciudad, se escapan a la playa, te quedas solo con tu abuela, los días pasan uno tras otro... De repente encuentras una fotografía de tu madre, a la que apenas recuerdas. ¿Dónde estará?. ¿Qué hará?. ¿Te recordará?. Decides ir a buscarla, pero tan solo tienes 9 años... La abuela ha podido encontrar a alguien que te ayude pero... ¿realmente lo hará?.
El señor no tiene pinta de ser muy amable y efectivamente, no lo es. Gasta tu dinero en apuestas e incluso ¡te hace apostar!. Bueno, no tenéis dinero pero el señor tiene mucha imaginación y demasiada “cara dura”, también tiene un tatuaje en la espalda muuuy grande, no sabes lo que significa pero parece que tiene vida. Quizás podais encontrar a tu madre.Vivís muchas aventuras llenas de humor y ternura, también conoceís a gente bastante... como decirlo.. graciosa.
A pesar de todo no parece que haya empezado mal el verano.. sobretodo para Kikujiro.

Cargada de emoción, de poesía e ironía, esta cinta de 121 minutos de duración, hace que te sientas uno mas del grupo, su complicidad se convierte en la tuya, sus gestos se unen con los tuyos, te dejan jugar con ellos y tu disfrutas haciéndolo.

La música del genial compositor japonés Joe Hisaishi, creador de la BSO de “El viaje de Chihiro”, te traslada a un mundo mágico, donde cada truco, cada mueca se torna de una belleza inimaginable.

Una de las mejores obras del creador de “Humor Amarillo” y director y guionista de esta obra, la cual fue galardonada con el premio del festival de Valladolid.
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56 de 63 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Humana.
Historia sencilla y entrañable. Banda sonora de 10. Cuando se acabó me quedé como con cara de gili, con una sonrisa de oreja a oreja y con una sensación muy agradable recorriéndome por dentro.
Si preferimos racanear con el calificativo de “genio”, podemos tirar mano de otros términos y afirmar que Takeshi Kitano es un artista polifacético, accesible, honesto, humilde, cachondo y tremendamente humano (que cunda su ejemplo). Más o menos como su personaje: un salvaje gracioso, brusco, sencillo, maleducado, inocente y al mismo tiempo pícaro, aparentemente apático... pero esconde una sensibilidad enorme, ajena a cursilerías, que sólo aflora sutil e inteligentemente en la discreción de las pequeñas cosas que hacen que la vida merezca la pena. Persona y personaje se confunden y ya no sé de quién hablo exactamente...
Como curiosidad, la escena del pedo en la parada de autobús. Tuve que interrumpir la película para rebobinar y volver a verla unas 15 veces (no exagero), me dio un ataque de risa larguísimo. No podía creer lo que veía, y me refiero concretamente a la reacción de Kitano... ¿Es una toma falsa no eliminada? Sin duda... ¡tiene que serlo! El tío está serio (como durante toda la película), empieza a hablar, se le escapa la risa durante dos segundos (una risa completamente espontánea), de repente disimula y se vuelve a poner serio, sigue hablando y la escena continúa como si aquí nada hubiera pasado. Después se la puse a mis compañeras de piso y no les pareció la gran cosa, pero no sé... a mí me parece tremenda.
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42 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Una mala influencia
Entretenida y agradable película protagonizada por su mismo director, en compañía del joven Yusuke Sekiguchi. Juntos se ponen en la piel de dos aventureros de almas opuestas que tras vivir toda una serie de despropósitos en clave de road-movie unen sus corazones para ofrecernos toda una serie de situaciones que cabalgan entre la ternura del chico y lo humorístico del desarrapado Kikujiro, interpretado por un buen Takeshi Kitano.

Para llegar a este tipo de desenlace, la historia se pone en los ojos del pequeño Masao (Sekiguchi), un chaval de nueve años que se ve atrapado por la soledad urbana del verano, que empuja a todas las familias del barrio a marcharse de vacaciones a otros lugares. Sin amigos y completamente aburrido se decide a realizar un viaje que se torna complicado y que tiene como misión el hecho de conocer a su madre, de la que no tiene noticias. Es demasiado joven para aventurarse en los peligros que le pueden deparar los kilómetros que debe recorrer hasta llegar a donde se propone, así que una amiga de su familia pone a disposición a su marido, Kikujiro (Kitano) para acompañarle. Toda una mala influencia para el joven japonés, que recibe con ácida aceptación a su peculiar compañero, que a pesar de tener un pasado criminal y ser un desalmado, resulta ser el cuádruple de irresponsable que el chiquillo, presentándose de manera cómica en multitud de pasajes de la película en los que sin duda conseguirá arrancar como poco, alguna sonrisa.

Una cinta de aura extraña y mensaje directo, que invita a disfrutar de la vida tomándola un poco menos en serio, navegando sus palabras por un mar atípico de gente tranquila que acaba posándose sobre la orilla de lo reconfortante. Takeshi desafía con su personaje una y otra vez al peligro sabiendo que no está demasiado expuesto al mismo al ser el que mueve los hilos de su propio títere.

El trabajo de los dos actores resulta convincente, combinando el atrevimiento y la desmesura de Takeshi con la prudencia y timidez del joven que encarna a Masao.

La música, del veterano Joe Hisaishi, que cuenta con más de un centenar de bandas sonoras a sus espaldas, se caracteriza por sus lógicas inclinaciones orientales, que hacen de la unión de sus notas un agradable conjunto musical que se escucha placenteramente cada vez que hace presencia.
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23 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Tierna, pero llega a aburrir (6.5)
A veces me encanta el personaje de Kitano, pero otras no me hace ninguna gracia.

Aciertos:
El morro que le echa Kikujiro, cómo afronta la vida.
La escena en las carreras, la escena en la que pinchan la rueda de un coche, ésa en la que se hace pasar por ciego, ésa del pedófilo, etc.

Fallos:
Toda la escena de la piscina, porque Kikujiro se pasa de tonto, no me creo lo del flotador, es muy forzado. Las escenas finales al lado de la charca, junto a los motoristas y al bohemio, se hacen largas.
A medida que avanzan, las locuras de Kikujiro se hacen repetitivas. Al principio molan sus insultos y su desfachatez, pero luego te anticipas a sus gracias.
Tampoco me gusta que nos muestren a su mujer, una persona muy normal y sensata. No me creo que se haya casado con semejante cabrón, y mucho menos que le haga responsable del chaval.
Hay metáforas muy forzadas, como lo del ángel de la suerte, las alas en la cartera... En el cine la buena poesía debe pasar casi desapercibida en una primera visión, eso indicará que la historia te interesa tanto que sabes que hay algo más, pero no exactamente qué. Luego ya habrá tiempo para revisar en su busca. Por el cine de Kitano que he visto, me da la impresión de que se deja llevar por la poesía "fácil" (este calificativo es complicado) demasiado a menudo, mostrando demasiadas metáforas a cámara lenta, para que nos demos cuenta de que ahí hay poesía, como si fuéramos lentos de reflejos. No está mal usar la cámara lenta, pero no en primeros planos tan largos del niño con la mochila azul con unas alas de algodón, es demasiado evidente y puede lastrar, de hecho lo hace en este caso.
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38 de 59 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Algo mejor que un sueño
Takeshi deja a un lado la violencia y refleja el lado más tierno del sin duda mejor cineasta japonés. La manera de narrar con especial tranquilidad y de enganchar al espectador haciéndole sumergirse en un vínculo de ternura con los personajes, solo se puede catalogar como una genialidad propia de Kitano.
Una historia compaginada con una visión bastante peculiar y espontánea de la vida que conduce al espectador hacia la belleza de la misma, nos hace pensar que incluso en el momento más triste podemos llegar a encontrar el momento más memorable.
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19 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
La poesía de Kitano
Ayer vi por segunda vez "El verano de Kikujiro", de Takeshi Kitano, con subtítulos. Con tres euros, con un simple guión, con cuatro o cinco actores, Kitano hace una película sencilla, llena de poesía, simpatía y ternura, haciendo guiños a "Los sueños de Akira" (homenajeando al gran Kurosawa) y en algún momento a sus programas de "Humor amarillo". No es una obra maestra, pero sí la mejor de su filmografía para mí.

Es verano y el niño se aburre. Se empeña en ir a buscar a su madre. Kitano le acompaña. Es una "road-movie" barata (sobre todo porque ambos personajes se pasan más tiempo caminando que sobre cuatro ruedas).

Sí, el cine japonés se excede a veces de lentitud, de planos fijos largos, de inmovilidad de los
personajes incluso en los gestos en otros planos, pero no restan interés alguno a lo que se nos está mostrando.

Me pasa con Beat Takeshi (el Kitano actor) lo mismo que me pasa con Clint Eastwood. Siento cierta predilección por sus formas de actuar frente a la cámara. No es que sean la releche como actores, pero hacen que sus personajes nos hagan sonreir interiormente.

Recomendable para los saturados del llamado cine de acción.
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18 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Desternillante y emotiva comedia
Nuevo cambio de registro de Kitano tras la desencantada obra de yakuzas Hana-Bi: una comedia heredera en parte del humor propio de Humor Amarillo, llena de lirismo y evocadora como pocas sobre la simple historia de un niño que busca a su madre y que es acompañado en su epopeya por un viejo yakuza egoista, bruto y desconsiderado que poco a poco se va abriendo al mundo, a la vez que el propio niño. El humor que desprende todo el metraje puede ser criticado por muchos por el hecho de basarse en golpes y caídas y en violencia vistosa o en insultos a otros personajes de la trama. Sin embargo, es ese el humor particular del autor, y no puede entenderse por completo si uno no es fan suyo. Genial y personalísima comedia, para llorar de tristeza y de risa.
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15 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Película gratificante, para olvidarse de lo prosaico del mundo.
¿Por qué me ha gustado tanto esta película? Pues posiblemente por haber conseguido algo que, sin ser imposible (a otros también les sale como si nada), es bastante poco frecuente, y es el elaborar un dramita, manteniendo un tono entristecido durante toda la película, pero cargándolo también de una comicidad entre macarra, tierna y extravagante, que no choca, y logra un relato tierno y muy conmovedor. Donde otros obtendrían un drama trillado y empalagoso sobre infante desgraciado, o un engendro grotesco intentando casar amargura e hilaridad, Kitano gana una historia entrañable, empañada siempre de un aire tristón, pero que encadena, una detrás de otra, un sinfín de escenas cómicas muy divertidas, y que hacen la película muy, muy agradable.
Es fácil, en películas de este estilo, que nuestra atención se centre en el desdichado niño, pero aquí Kitano y lo genial de su personaje guían el cotarro, con la colaboración de algún que otro asistente, todos un poco freakies, pero entrañables. Y es que a medida que avanza la película esta va pasando de road-movie tragicómica, de ágil ritmo e imaginativa narración, a tomar unos aires de cuento conmovedor lleno de personajes y situaciones divertidas y ocurrentes.
En fin; película gratificante, para olvidarse de lo prosaico del mundo, y del ruido del tráfico; para echarse a reír cada dos por tres; para volver a la infancia; con un ritmo narrativo de una vitalidad apabullante, unos personajes de fábula, y un Kitano (delante y detrás de la cámara) para quitarse el sombrero. Imaginativa y sensible.
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17 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
El regreso a la infancia y la campana de ángeles
Esta es una historia que, sin tener nada de extraordinario, se sale de lo convencional.
Masao es un niño que vive en Tokyo con su abuela y que no conoce a su madre, la cual está siempre ausente. Cuando llegan las vacaciones de verano, Masao se enfrenta a la perspectiva de un aburrido período estival sin sus actividades habituales y sin sus amigos, que se marchan de veraneo. De modo que tomará una decisión: marcharse para buscar a su madre.
Por su parte, Kikujiro es un hombre extraño. Irritante, borde y despectivo con todo el mundo, que no repara en emplear cualquier medio, por poco lícito que sea, para conseguir lo que se propone. Testarudo, de trato muy difícil y proclive a meterse en algún lío, a ratos se manifiesta sin embargo como alguien sorprendentemente tierno e imaginativo, con un alma infantil y traviesa capaz de idear todo tipo de juegos y divertidas diabluras.
El irascible Kikujiro y el tímido Masao parecen poco indicados para que sus caminos se crucen. Sin embargo, ambos acaban emprendiendo un viaje en busca de la madre de Masao.
Un viaje repleto de situaciones que van desde la ridiculez, la comicidad y la cara dura más chocantes y a menudo simpáticas y divertidas, hasta la ternura y la fantasía más sinceras y emocionantes.
Haciendo de cada escena aparentemente corriente una fuente de pequeñas sorpresas, transformando lo ordinario en algo llamativo a causa de las ocurrencias de Kikujiro, poco a poco la sonrisa se apodera del espectador llegando a la risa en ciertos momentos, y también en ocasiones un nudo aprieta la garganta.
Simplemente, hay que dejarse llevar por la creatividad y sensibilidad de esta película que no pretende ser una maravilla, pero que consigue, con sencillez, dejarnos una suave huella en el alma.
Un hombre y un niño que tienen sus problemas, que no llevan vidas especialmente satisfactorias y que cargan con sus penas y sus frustraciones, descubren a través de la amistad que los días pueden ser mucho más emocionantes. Tal vez los problemas no desaparezcan, tal vez ciertos sueños se perfilen como difíciles de alcanzar, tal vez no puedan librarse de las decepciones, pero si hay algo que ayuda a animar un espíritu triste, es la aventura inesperada mientras se recorre un camino sin importar mucho si se llega al final o no. El final, a fin de cuentas, es lo de menos. Lo que cuenta es el recorrido, lo que se comparte mientras se avanza y las experiencias vividas en común.
Viendo al irritable Kikujiro junto a Masao, descubrimos que dentro del odioso ogro hay un niño agazapado que pide a gritos salir, que sólo desea el contacto con un alma afín para surgir y sentirse realizado.
En su pequeña gran aventura, se van topando con otras gentes, se meterán en pequeños líos y harán curiosas amistades. Y se darán cuenta de que el verano va transcurriendo con rapidez y que no hay lugar para el aburrimiento, pues cada momento, cada revuelta del sendero, trae algo inesperado.
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13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Simplemente Preciosa
Con esta película queda demostrado que Kitano es un director que sabe hacer buen cine de todo tipo. El verano de Kikujiro es una entrañable historia de como un niño parte en busca de su madre ayudado de un ex-jakuza (kikujiro) en vez de encontrar a su madre encontrará una gran amistad en su viejo compañero, pasando ambos un bonito verano juntos. Destacar como Kitano es capaz de fundir el drama con toques de comedia que hacen más llevadera la película.

Banda sonora 10, película 8'5.
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11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Muy bonita, pero...
"El verano de Kikujiro" llevaba mucho tiempo en mi lista de pendientes y tenía las expectativas por las nubes. He leído tantas alabanzas al respecto que esperaba poco menos que una obra maestra.

Es posible que al crearme expectativas muy altas la decepción se haya incrementado, pero lo cierto es que no me ha parecido ni mucho menos la maravilla emotiva que muchos ven. La película me parece bastante irregular, y en ella se unen momentos muy inspirados que justificarían las buenas críticas con escenas largas e incoherentes.
No es que tenga problema alguno con la premisa, ni siquiera con el desarrollo en general: la evolución del personaje de Kitano, y su relación con Masao, me han parecido de lo mejor de la obra. Resulta curioso ver cómo un personaje tan cargante por naturaleza termina generando una cierta empatía; este tipo de evoluciones me chiflan y el ex-yakuza es una excelente prueba de ello. Ha habido un par de momentos en los que me he tenido que aguantar las lágrimas. Además, y a pesar de que no todos los chistes funcionen, da el toque humorístico a las situaciones cuando debe, y en alguna ocasión me ha hecho reír a carcajadas, como con los intentos de parar los coches.
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11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Genial película, pero gran parte de los puntos son parte de Joe Hisaishi
Una película emotiva, humana, sensible, adorable, y que te llega a lo más profundo del corazón. Una maravillosa película que se lleva los 10 puntos gracias a la genial banda sonora de Joe Hisaishi con el tema principal Summer, una melodía que no se te quita de la cabeza.
A mi me ha encantado.
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10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Magnifíca.
Siento debilidad por los dramas-comedias...lo reconozco...y me parece que esta película cumple con esas características, aunque tiene más de drama.

Es una historia sobre un niño que viaja por Japón en busca de su madre. Lo hace acompañado de un amigo de la abuela, el cual tiene un carácter bien particular. Las escenas más cómicas las protagoniza este personaje que para mi gusto es la estrella de la película. Pero independiente de los toques cómicos, la cinta se desarrolla en un ambiente dramático bien fuerte, donde los sentmientos de un niño marcan el dramatismo de la acción y es donde toca la fibra sensible del corazón.

"El verano de Kikujiro" derrocha poesía y belleza visual por sobre todo, además de una magnifíca fotografía, un sólido guión y una música impecable. Esto unido a una historia grandiosa (pero que flaquea en un par de escenas, sobre todo un poco antes de llegar al final), hacen de esta cinta una película recomendable para todo tipo de público y nos demuestra una vez más que el cine japonés está plagado de buenas propuestas.
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9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
El gran Takeshi Kitano
Una enternecedora, que refleja la realidad de muchos niños de alguna forma olvidados, y la realidad de muchos hombres que no saben encontrar su sitio en la sociedad y que todos juntos consiguen crear una pequeña sociedad, durante la acampada, en la que todos copronsiguen encontrar su sitio y de alguna forma sentirse felices y realizados. En esta película hay que destacar la gran profundidad de la personalidad de los protagonistas, perfectamenten desarrollados y con unas características muy definidas. Una de las cosas más sorprendentes es como los personajes van aprendiendo unos de otros y como van transformando su personalidad conforme va transcurriendo las escenas. Es grandiosa y se la recomiendo a todo el mundo.
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9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
No me engancha.
Lo que menos se esperaba de un cineasta como Kitano es que entre sus dramas de yakuzas embrutecedores e hinchados de hemoglobina, realizase una comedia tal cual; eso sí, a su manera.
"El verano de Kikujiro" cuenta la historia de Masao, un niño de 9 años que durante las vacaciones decide ir en busca de su desconocida madre, para lo cual se sirve de Kikujiro, un ex-yakuza, que en principio no parece la compañía más adecuada para semejante viaje...
Kitano combina la comedia basada en lo visual, más que en los diálogos, con una road-movie a través de la cual los dos personajes acaban conociéndose mejor de lo que pensaban y desvelando su alma y personalidad al otro. A mí no me acaba de enganchar ni de convencer, me siento algo alejado de este cambio de registro y la cosa no pasa de aceptable. Lo mejor, sin duda, la pegadiza y sugerente música de Joe Hisaishi.
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12 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
La obra maestra de un genio
Takeshi Kitano, conocido por muchos por las burradas de "Humor amarillo" es un inmenso artista polifacético en todos los campos del arte, de la pintura al cine, de la risa al llanto. Como director y como actor es excepcional, capaz de mostrar, con ese rostro tan, aparentemente, hierático, un sinfín de registros cómicos y trágicos, tan sólo con una mueca. Es un observador del ser humano, de sus miserias y misterios, pero también de aquello que lo eleva y distingue, en ocasiones, permitiéndonos ver que detrás de cualquier persona puede existir un noble y desinteresado corazón.

Si ya nos maravilló en Hana-bi, es, con esta película, presuntamente un divertimento o un cuento de fácil lectura, donde despliega toda la maestría en el estudio y desarrollo de la piedad y la amistad entre alguien tan inmiscible como un niño introvertido y un caradura juerguista de pocas luces.

El viaje de un niño con este "señor raro"(Kikujiro) en busca de su madre, se transforma en un viaje iniciático para ambos, empezando con situaciones desagradables pero dotadas de una vis cómica (las apuestas, las chicas, el alcohol, el vicioso), propias del egoismo de Kikujiro, para ir profundizando en la relación con el niño hasta llegar a una situación sorprendente y decepcionante para el niño; ahí empieza otra película, la del auténtico verano, donde Kikujiro asume un rol de bondad y amor al prójimo que le honra como persona, porque también él, al vivir la historia del niño, reflexiona sobre si mismo, su vida y lo realmente importante en nuestra existencia.

Hay muchas escenas maravillosas que llevan a la reflexión y precisan de revisión de las mismas para ver como Kitano es capaz de dotar de profundidad a un ser, aparentemente, tan plano (ver spoiler). Los actores son fantásticos y el ritmo que aplica a la película permite sosegar al espectador, tras escenas cómicas y trágicas, al llegar al campamento improvisado, también el espectador puede descansar y divertirse con los personajes como uno más de la historia.

La película está organizada en capítulos y tiene en la magnífica BSO de Joe Hishaishi un apoyo fundamental, pues los temas musicales desarrollados para cada personaje y situación, hacen que esta triste historia te llegue al corazón y te cale profundamente, y te dá, con los temas optimistas, esperanza para seguir con tu vida, como le ocurre al niño y a Kikujiro. ¡y que bello final! Inigualable. Sales del cine con una sonrisa de felicidad.

Es una OBRA MAESTRA.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Entrañablemente ingenua
El filme está empapado de ese humor japonés bobalicón e infantil que desde la peana occidental se confunde fácilmente con cierta carga filosófica, poética etc... Y no es que no la tenga, pero sobre todo se trata de la honradez para transmitir y de la ingenuidad para caracterizar. Sin excesivas pretensiones.
Una de las virtudes de la narración consiste, sin duda, en poder asistir continuamente a escenas de desmadre y porrazo al más puro estilo ‘humor amarillo’ sin que ello signifique desprenderse de la más penosa realidad. Esa combinación es la que sostiene el producto.
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14 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
¿Es Roberto Benigni, es Chaplin, es Philippe Noiret? ¡No, es Beat Takeshi!
Takeshi Kitano (alias Beat Takeshi, Kikujiro en su rol de actor) nos muestra una historia dura y cruel sobre el abandono maternal al que fue sometido un niño desde su infancia, hasta el punto de solamente poder recordar a su madre a través de fotos.
Sin embargo, la premisa de la película no nos destina a un visionado triste y amargo en el que se recurra a la lágrima fácil. Si quieren ver un drama para llorar hasta no poder ni ver, ésta no es su película y por una sencilla razón: su carga cómica. El toque personal de Takeshi Kitano imbúe esta película en toda una amalgama que aúna: sarcasmo, irreverencia, fantasía, ironía, ingenuidad, inocencia, ternura, amabilidad, madurez y mucha mucha comicidad.
Recomiendo y defiendo este film porque reinvindico la capacidad creadora del séptimo arte oriental, y sobre todo, por la originalidad con que nos premian sus películas, al margen de los clichés y la comercialidad que está viciando, cada vez más, el cine occidental (concretamente el de EE.UU), además de que me indigna ver la poca demanda de cine asiático que existe en España, que aunque sea un cine que se diferencie culturalmente bastante al nuestro, es en eso mismo en donde reside su mayor virtud. Creo que todo aquel que tenga pasión por el cine, como un servidor, estará de acuerdo conmigo.
Por lo tanto, si desean ver una película amable, diferente, con una banda sonora espectacular de Joe Hisaishi (compositor de El Viaje de Chihiro) y tremendamente divertida, véanla que no se arrepentirán.
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7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
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