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55 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
7
Los renglones torcidos de Dios
A lo largo de la historia del cine hay películas que parecen que han surgido sobre todo con el único propósito de que su protagonista se luzca a más no poder. Hay muchas y de diferentes géneros. El caso de “La buena esposa” parece que engrosa esta lista. Y no es porque la película no proponga temas interesantes, pero sin lugar a dudas, si se hubiera elegido a una pareja de protagonistas del montón, sobre todo en el caso de su protagonista femenina, el resultado de la película hubiera quedado reducido a la mínima expresión.

Y ahora vienen los intereses del proyecto: Glenn Close, para mi gusto absolutamente radiante en su papel de Joan Castleman, y nominada al “Oscar” en media docena de ocasiones, podría encontrar, al fin, su oportunidad de llevárselo. En el recuerdo queda el robo perpetrado en la ceremonia de 1988 cuando por su impecable labor de Marquesa de Merteuil en “Las amistades peligrosas” se quedó sin premio: ni Globo de oro, ni “Oscar”, ni Bafta ni nada... visto hoy queda también en los anales de una de las mayores injusticias jamás cometidas. Y eso que fue a parar a una Jodie Foster entregada en cuerpo y alma en “Acusados”, pero por Dios, no cabía comparación alguna. Se ve que Glenn Close va marcando récords de distinta índole...

El caso es que yo pensaba que la versión cinematográfica del musical “Sunset Boulevard” la tendría para este año. Tras miles de avatares y anécdotas, incluyendo la expulsión de Faye Dunaway por parte de su creador, Andrew Lloyd Webber y haber realizado Close una actuación antológica en los escenarios, dejándose poseer por Norma Desmond y recibiendo las bendiciones de Lloyd Webber, nadie le podría rebatir su premio, pero no es así y puede que esté preparada para el año que viene. El caso es que ¿qué hará la Academia? ¿Premiarla este año y el que viene? ¿Dárselo este año? Puede que sí. Ya con Julianne Moore lo hicieron, al igual que con otros muchos ejemplos, de dárselo por trabajos que podrían parecer inferiores a otros de mayor calidad por los que no fueron premiados. Ya se sabe cómo va la ruleta de los “Oscars”.

Y mire usted por donde tocamos uno de los temas de la película en cuestión: el reconocimiento, el premiar el talento y la constancia, y cómo no, la vanidad que poseen muchos. Pero para hablar de ciertas lagunas de su guión lo haremos en el espacio del “spoiler”. Lo que a grandes rasgos propone este film es interesante: el escritor brillante y su sacrificada esposa a la sombra. Un escritor, un sobrio Jonathan Pryce, según vamos descubriendo, narcisista y cretino, que se va empequeñeciendo mientras el personaje de su mujer, más humana, va mostrando mucho más interés. Significativo ese trasvase de importancia de personajes.

Esta coproducción, de no muy alto presupuesto, aprovecha el ambiente frío y oscuro de Escocia y Suecia, donde casi se ha rodado por completo, para desarrollar este drama bien actuado, con actores de reparto interesantes, sea la hija de Glenn Close en la vida real, Annie Starke, que encarna el personaje de la mujer cuando es más joven, el hijo de Jeremy Irons, Max Irons y con el cual Close ya coincidió en “La casa torcida”, un comedido Christian Slater o Elizabeth McGovern, en una breve pero contundente aparición como Elaine Mozell.

Todo en ella está cuidado, desde su vestuario a las localizaciones elegidas. La dirección de Björn Runge es correcta, aunque hay una escena en concreto que se les escapa, siendo muy importante para el desarrollo del film y que comentaremos en su “spoiler”. Quizás lo que más me ha llamado la atención sea la banda sonora de Jocelyn Pook, versátil compositora que ha trabajado con diferentes directores, como Medem, en la que mezcla temas de otros autores, dándole un sentido en todo momento a la música utilizada.
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39 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Detrás de un hombre estúpido, ¿que hay?
Que lastima que el maniqueísmo haya echado a perder esta película.
Iba bien encaminada, pero decide ir a lo fácil y en lugar de profundizar en la compleja relación de los protagonistas, opta por tirar de lugares comunes del discurso feminista. (No me quejo del discurso feminista, me quejo de que no explica el pacto entre los protagonistas y cómo han podido mantenerlo a lo largo de los años).
Se salva, con nota, Glenn Close y el resto de actores.
Mas en zona spoiler,
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44 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Con voz propia
The Wife clausula la 65 edición del Festival de Cine de San Sebastián, poniendo un notable broche de oro al certamen. 

Con guión de Jane Anderson, basada en la novela homónima de la escritora estadounidense Meg Wolitzer, el director sueco Bjorn Runge dirige a Glenn Glose y Jonathan Pryce, para acercanos la historia de un matrimonio, que comparte con inicial entusiasmo la concesión del Nobel de Literatura a uno de los conyuges. Todo es perfecto, en las muestras de amor mutuo de esta pareja, que parece haber encontrado el secreto para congelar a Eros, en base a una vida de intensa complicidad. A partir de este momento, se desencadena un juego de miradas, de sutiles reproches, que  nos adentrarán en los entresijos de la dedicación de esta abnegada esposa, que se aparta del foco, para dar toda la  luz a su ególatra esposo.

Como las buenas obras la narración va ganando en intensidad dramática, en matices de grises y complejidad, para dar paso a una profunda reflexión sobre la simbiosis en la pareja, la creación artística, el ego, la fama y la necesidad de cada persona de expresar su propia voz.

Magnífica interpretación de personajes, espléndida Glenn Close, que dota de humanidad, complejidad, realismo y vitalismo, a una película que va mas allá de la anécdota para incidir en la reivindicación social.
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22 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Crítica de La buena esposa por Cinemagavia
Qué pruebas puede soportar el cariño y el tiempo compartido? Qué puede derrumbar las relaciones más funcionales (aunque no sean poseedoras de una exultante felicidad) Las respuestas son amplias, pero nacen en el poder de secretos que ya son imposibles de llevar cargando y Joan lo sabe bien.

Close encarna a una mujer dedicada, extraordinaria, amante absoluta al grado de subyugar todo su ser a la figura de su hombre; pero ese arrobamiento se comienza a desquebrajar cuando el sube y sube extasiado de si mismo en los pináculos de la fama; sobre todo porque esa fama es una fama tan frágil y efímera como una burbuja de jabón.

Glen Close quien ha estado seis veces tan cerca del Oscar, realiza una absolutamente impecable y definitiva encarnación de Joan, como para desear verla estar nominada como mejor actriz. Su contención y dominio de su rostro la hacen exquisita, etérea, pero con una fuerza capaz de derrumbar murallas si es necesario y lo mejor es que lo hace con la elegancia y la inteligencia completa que la envuelve. Close no simplemente es el corazón de la trama, sino que es el intelecto manejado con una gracia omnipresente. Es el fuego y el agua contenida cuyo oleaje emocional bulle bajo la aparentemente perfecta y resignada superficie.

El guión de La Buena Esposa está esplendorosamente escrito por Jane Anderson, basado en la novela “La Esposa” de Meg Wolitzer. Cada palabra es sopesada y dicha en el lugar y momento adecuado, siempre agudas, siempre bellas, poderosas, con la fuerza definitiva que le imprimen las actuaciones de Close y Pryce. Simplemente disfrutar de esa clase magistral de actuación por parte de ambos ya es en sí un deleite.

El Director Bjorn Runge guía el trabajo de esta sensacional pareja con una sólida familiaridad. Son una pareja que se conoce demasiado, que se ha vivido demasiado, que se ha compartido demasiado. Y que se ha tolerado demasiado.

Esperan una noticia ansiosos, pero eso no impide los devenires de la relación: el ansia, la felicidad y hasta el deseo desmadrugado. La noticia del triunfo sin embargo, nos queda claro, trae consigo otras cosas que nos dejan pensando y deseando ver que nos las descubran.

La trama de La Buena Esposa nos seduce, nos encadena, porque abre lecturas en varios planos; expone desde la raíz la intimidad de la pareja, los silencios, los anhelos y las cosas que por obvias se callan. Joan y Joe son dos entidades que se han amalgamado pero que en el fondo saben perfectamente que solos no podrían haber llegado hasta ese momento.

Y por medio de flash backs nos dejan penetrar al cómo fue que toda su historia comenzó, cuando Joe era profesor de la universidad y Joan solo una estudiante brillante. Y como una cosa va llevando a la otra, la base de su relación, pero también de su separación, comienzan a dibujarse en el panorama.

Cuando en su juventud Joe (Lloyd) y Joan (Actuada por la verdadera hija de Close: Annie Starke) se conocen, las chispas no solo estallan físicamente, las mentes y su capacidad literaria entran en el mismo crisol. El mismo donde se fraguará el elemento más sólido de su relación: su complicidad laboral.

Obviamente, como sucede muchas veces, en cuanto el nombre de Joe llena la escena del Nobel; un periodista Nathaniel Bone (Slater) quien está demasiado interesado en escribir la biografía de Joe, al grado de que los sigue a Suecia esperando sacar material jugoso para su labor, no va a dudar en usar los trucos que sean necesarios para desentrañar algo que a él le huele demasiado “raro” la carrera de Joe comenzó a cambiar radicalmente desde que se unió con Joan. Nathaniel va a seguir los cabos sueltos (y los no sueltos), apostando por una historia que sabe jugosa. La entrevista de Joan y Nathaniel es toda una historia en si misma.

Close y Pryce se deslizan como en un ballet cuando están juntos en pantalla, ante el ojo de la cámara existe tal intimidad y extremos emocionales que casi se es un observador fantasma que invade su matrimonio.

Joan como en muchas familias es la figura materna que prodiga sabiduría ante lo que puede presentarse, con esa presencia que controla dulce y tranquilamente desde los egos extremos hasta los hijos inseguros, pareciera doblegada, dócil, pero sin embargo internamente posee una profunda fuerza y determinación que nadie podría pasarla por alto.

La Buena Esposa encierra en su mundo de cotidianeidad todo un arsenal de sentimientos, de secretos compartidos y del agridulce sabor de la fuerza del cariño que se ve llevado a extremos en los que el desenlace puede ser una salida, pero no es en lo absoluto la que se deseaba. El destino siempre tiene la última carta y puede dar un giro inesperado a los deseos de buscar una salida como muchas veces sucede con las parejas que en su propia y extraña forma se aman… a pesar de todo.

Escrito por Fabian Quezada Leon
https://cinemagavia.es/la-buena-esposa-pelicula-critica/
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19 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
María de la O Castleman
Agradecemos a la guionista que no haya cargado las tintas feministas.

Agradecemos a la pareja protagonista su esfuerzo y dedicación.

Suponemos que la hija de doña Glenn también le agracede el papel (la chica no lo hace mal, reconozcámoslo).

Pero, por desgracia, el resultado es una película desangelada, reiterativa y previsible.

Puedes verla, estimado filmaffinitista, pero también puedes ver cualquier otra.
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33 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
And the winner is... Glenn Close (crítica sin spoilers)
Después de seis intentonas por hacerse con el preciado eunuco de Hollywood parece que este año sí, este año va a ser definitivamente el año de Glenn Close. Eso sí, cuando, como parece previsible, anuncien su nombre como ganadora en esta futura edición de la gran noche del cine como mejor actriz del año no oirá el tradicional “And the winer is…” con el que encabezo este comentario, sustituido hace años por ese otro “And the Oscar goes to”, mucho más políticamente correcto, no vaya a ser que se nos ofenda alguien.

Con Oscars o sin Oscars, con premios o sin premios, la Close es una de las mejores actrices de nuestros tiempos (qué caray, de todos los tiempos). Merece desde hace años el artículo delante del apellido, algo reservado solo a a las más grandes (la Davis, LAS Hepburn, la Streep…)

Se dice, se comenta que Glenn no merece ganar la estatuilla por esta película, que no está a la altura de su leyenda (eso desgraciadamente suele verse siempre más a toro pasado). Es verdad que la actriz nos ha brindado excelentes interpretaciones en el pasado merecedoras de todos los elogios y agasajos como esa Alex de “Atracción fatal” o por supuestísimo esa Marquesa de Merteuil de “Las amistades peligrosas”. Y es que vale más un primer plano de esta mujer desmaquillándose y quitándose el polvo de la cara que toda la filmografía de Lindsay Lohan junta.

Se dice, se comenta que la Close lleva años intentando desesperadamente llevarse el Oscar a casa a base de conseguir papeles de lucimiento personal en peliculitas que ni fu ni fa (¿alguien dijo “Albert Nobbs?”) Lo cierto es que la mujer lleva años esperando pacientemente su hora viendo mientras como el premio se lo van dando a otras. Dicen incluso - menuda tontería- que creciendo a la sombra de otras (¿he oído por ahí Meryl Streep?)

Puede que esta película no esté como dicen a la altura de la actriz. El tema da de sí, pero la dirección es convencional y el desarrollo algo plano. El personaje de Christian Slater roza lo esperpéntico. Pero, por aquello de que detrás de una gran mujer hay siempre un gran hombre ahí tenemos a Johnattan Pryce, espléndido en su papel. Y por supuesto , Glenn Close, la Close, brillando por encima de todo. Desde luego, merece todos los premios del mundo. Incluso el Nobel.
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15 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Más de lo mismo
En mi modesta opinión hay en esta película una sola cosa destacable, que es, por supuesto, la magistral interpretación de Glenn Close. Digna de un Óscar, sin duda. De no ser porque no estoy nada convencido de que se trate de una mujer, diría que es una de las más notables actrices del momento, si no la mejor.
En cualquier otro aspecto la obra cojea bastante, supongo que en parte debido a que el director ha querido aprovechar el “espontáneo” tirón del cine neofeminista que padecemos desde hace algún tiempo. Hay que agradecerle, no obstante, que no cargue demasiado las tintas, pero aún así se le sigue viendo el plumero.
Lo más flojo de esta película es el argumento, tan forzado y traído por los pelos que solo el talento de Glenn Close consigue sacarlo a flote. Y lo hace comiéndose con papas a todos los demás actores, que a su lado parecen aprendices.
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21 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
NO ES ORO TODO LO QUE RELUCE
MEG WOLITZER es una escritora estadounidense que dio a luz la novela en la que se basa J.ANDERSON para dar vida al guion de THE WIFE. Muchas son las muestras que podemos entrever a lo largo del film de algunas vicisitudes que seguro pasó la creadora a la hora de escribir en el mundo de la literatura por el simple hecho de ser mujer. Una curiosidad es que MEG es también autora de un libro de crucigramas y durante la trama hay un curioso guiño porque la protagonista los hace en sus momentos de asueto como técnica de relajación.

BJORM RUNGE es el director sueco encargado del proyecto, un director cuyas películas hasta el momento habían sido suecas para en esta ocasión dar el salto al cine británico pero estando ambientada en su conocido ESTOCOLMO, aunque poco o se ve de él, ya que THE WIFE es un film de interiores con más tono teatral que cineasta.

Respecto a la sinopsis, se nos narra lo que parece una tierna relación de una anciana pareja, de la cual, él, gana el PREMIO NOBEL. Desde el comienzo y de forma sencilla se va mostrando lo que finalmente va a ser el desenlace y de cómo se ha gestado la situación. Para ello mezcla situaciones de la actualidad con otras desde 1958 cuando se conoció la pareja. A él se le describe como un simpático anciano al que le gusta ser adulado , mientras que ella es la que se encarga absolutamente de todo lo que respecta a su marido, continuamente dejando entrever lo que solo conocen ellos y puertas afuera resulta increíble, secretos e infidelidades.

La actuación de GLEN CLOSE (como la abnegada esposa) es digna de mención, siendo lo único realmente destacable. Una CLOSE a la que se le nota el paso de los años, pero excelentemente llevados, que trasmite al espectador el peso de la carga que lleva durante tantos años, a través de una expresión y especial de una mirada que por sí solas ya nos cuentan el cúmulo de secretos escondidos. A su lado, el veterano actor JONATHAN PRYCE que realiza un buen trabajo pero siempre a la sombra de su compañera de viaje. Dos agradables sorpresas son las aportaciones del irregular CHRISTIAN SLATER (a ver si de una vez por todas vuelve a ser lo que fue) y la bella ELIZABETH McGOVERN (debilidad personal desde que mostró su belleza en ERASE UNA VEZ EN AMERICA)

En definitiva estamos ante otro producto que bien parece hecho para el lucimiento de uno de sus actores, en este caso GLEN CLOSE, que si bien, ésta lo consigue, es lo único de destacar en un film que poco aporta y posiblemente rápidamente olvidable.
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13 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Glenn Close, una esposa (y actriz) excepcional.
"The Wife" es un retrato sincero de la mujer que no solamente sacrifica su propia carrera (en una sociedad que mayormente cierra las puertas a las mujeres) sino que pone todo su esfuerzo para que el esposo tenga el trono. Ella no es la mujer detrás de un gran hombre, ella es más bien una gran mujer que hace todo tras bambalinas para que el hombre sea visto como grande (sin serlo).
Potente en su narrativa, refleja la realidad de muchísimas mujeres en diferentes campos del arte y la ciencia. El filme es una voz que debe ser escuchada. Y qué mejor que la presencia de Close (una gran actriz muchas veces olvidada) para gritarnos esa realidad.
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13 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Se admiran pero por miedo venden su alma, el uno al otro...para siempre.
No hago más que leer críticas de esta película en clave feminista y aunque hay esa lectura, creo que es desacertado y simplista quedarse sólo en eso. Es cierto que la "monstrua de actriz" se come la pantalla, y que corren tiempos de empoderar a las mujeres, pero aquí el macho realmente no es ganador de nada, de su propia indignidad y miseria. Jonathan Pryce está más que a la altura de su personaje pero Glenn es mucha Glenn.
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10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
LA VERDAD EN LA MENTIRA.
La acabo de ver, en el instante que atravieso una ruptura, y tras meses recogiendo los restos del naufragio, no sé si resultó el mejor momento.
La he disfrutado, como solo pueden disfrutarse estas películas profundas, ambiguas... cuajadas de desaliento: Desde la desesperación vital, a la que invitan.

Glen Close, nominada al Oscar, tal vez se lo mereciese, porque su interpretación sutil e interiorizada, responde a una realidad por la que en muchas ocasiones atravesamos, desconociendo los resortes para enfrentarnos a ella.
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8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Sucedió en Manhattan
Cuarenta años viviendo a la sombra de su hombre : imagínatelo.
Cuarenta años lavándole la ropa y quitándole las migajas de pan integral de la barba.
Cuarenta años, my dear. No uno ni diez but forty years keeping a dark secret ahí todo escondido.
y va y el día que le dan el nobel de literatura a su marido , se lía parda.

Yo no digo nada.

(pausa tensa)( spoiler is coming)

En efecto, lo has adivinado: el secreto era ese. Qué clarividencia la tuya. Ha sido leer lo de " una buena esposa, de belleza madura y natural..." y , zasca: ha empezado a zumbarte el sentido arácnido ese que tienes para detectar los telefilmes. Enhorabuena: tienes un sexto sentido para los tongos cinematográficos que ya lo quisiera yo.
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7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
La buena Glenn Close
Glenn Close es de esas actrices que sin decir nada, ni siquiera abrir la boca, consigue solo con los ojos y una mueca en los labios transmitir todas las emociones y sentir del personaje que interpreta eso lo hace con esta buena esposa.

Lo mejor de la película, sin duda, son ella y su marido, grandísima interpretación de Jonathan Pryce.

El resto de personajes resultan algo anodinos como si la historia no quisiera ahondar en ellos, tanto el hijo, como el periodista manipulador y sobre todo la fotógrafa no se exponen más que en su relación con el matrimonio.

Lo mismo ocurre con los flas back que solo esbozan lo que ocurrió tampoco sin profundizar mucho y sin más explicaciones del devenir de los personajes.

En definitiva una película que si no ves el tráiler tiene más interés, pero si lo has visto se queda en la buenas interpretación de la pareja protagonista con diálogos muy interesantes y reveladores entre ellos, que es lo más auténtico de la película sin duda.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Todo el mundo tiene un límite
Aunque no se lo crean, Glenn Close no tiene aún un Oscar. Ha estado nominada seis veces (la última por Albert Nobbs en 2011), pero jamás ha ganado.
¿Podría ser este su año? Pues muy bien podría serlo, sin duda. La nominación por La buena esposa la tiene prácticamente asegurada, aunque el nombre que ya parece estar siendo grabado en la estatuilla seguramente es el de Nicole Kidman por Destroyer. Pero Close es el atractivo principal de La buena esposa, la razón principal para animarse a verla. El infinito abanico de emociones que despliega y refleja, en muchas ocasiones sólo con su rostro (atención a su expresión corporal también, siempre contenida, siempre mínima, hasta que estalla), es un lujazo para el espectador. Sencillamente, se trata de una virtuosa de la interpretación, un Stradivarius perfectamente afinado en cada ocasión, sea quien sea el director o sus compañeros de reparto (estupendos también Jonathan Pryce y Christian Slater).
El problema es que la película no está a la altura de su colosal protagonista. No es en absoluto una mala cinta, para nada, pero es del montón. Correctamente escrita y hecha, pero nada más. Si no fuera por Close, seguramente ni le prestaríamos demasiada atención. Podría estar bien para la típica tarde lluviosa sin nada más que hacer, pero eso es todo.
Correcto ejercicio para una de las mejores actrices del mundo.

Lo mejor: Glenn Close, una actriz absolutamente monumental.
Lo peor: No es nada del otro mundo.
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5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
El Oscar tenía que haber sido para Glenn Close…
Basada en la novela, con el mismo título, escrita por Meg Wolitzer.

Si una cosa está clara es que la película sino es por Glenn Close no tiene ningún atractivo ni encanto destacado. No es precisamente una película que esté a la altura de la actriz pero con su sola presencia e interpretación hace que merezca la pena sólo por verla a ella. Razón más que suficiente, os lo prometo. Si no, pasaría como una película más “del montón” porque, en realidad, lo que es la historia no cuenta nada interesante (aunque no deja de serlo por el hecho de descubrir los entresijos que envuelven a los días previos a la entrega de un premio tan importante como es el Premio Nobel). Una trama que hubiera dado más de sí si hubieran querido pero lo han dejado en un desarrollo bastante plano y simplón.

Nos adentra en un matrimonio aparentemente perfecto. El marido es un prestigioso escritor que recibe la sorpresa de su vida: ha sido premiado con el Premio Nobel de Literatura. Su esposa, es su mayor apoyo y siempre ha estado a su sombra apoyándole en todo momento.

Pero Joan (Glenn Close) esconde un gran secreto, que conforme va avanzando la película, vamos descubriendo poco a poco cuál es. Y en ese momento, acabas sintiendo la misma rabia, impotencia y enojo que acaba sintiendo ella.

Porque, sinceramente (y personalmente), lo más interesante de la película no es precisamente el argumento principal, que le den el prestigioso premio al escritor Joe Castleman (Jonathan Pryce), sino la historia que esconde y guarda Joan Castleman (Glenn Close), desde muchos años atrás.

Glenn Close está maravillosa, espléndida, excelente, magnífica, fascinante, impecable… y así un sin fin de calificativos buenos y positivos porque sí, porque lo merece por el buen trabajo de interpretación que ha conseguido en su papel de esposa fiel, discreta y sufridora. Sus primeros planos son de lo mejor: es impresionante lo que consigue transmitir y contarnos con la expresión de su cara y de sus ojos. A veces una imagen dice más que las palabras, y en esta ocasión, es totalmente cierto. Resulta memorable por su sencillez y efectividad en cada uno de sus gestos y movimientos. Su personaje desprende humanidad, complejidad, realismo y es muy fácil empatizar con ella. Brilla por encima de todo.

Es una lástima que el Oscar no haya sido para ella, porque se lo merecía (ya por fin). Estaba totalmente convencida (y ya no solo por todos los premios previos y críticas que lo predecían) porque después de salir de ver la película lo compruebas por ti misma que tenía que haber sido así. ¡¡Qué rabia me dio!!

Tampoco voy a desprestigiar el buen trabajo de Johnattan Pryce en su papel de escritor con éxito. Está estupendo. Y al final, conforme va avanzando la película, no sabes si quererle, odiarle, aborrecerle, detestarle, maldecirle o tenerle compasión y lástima… ¿Y vosotros?

La Buena Esposa abarca en su universo de cotidianidad todo un despliegue de sentimientos, de secretos compartidos y del agridulce sabor del amor sacrificado. Pero también se alimenta de los silencios, de los deseos y los momentos de soledad.

Como dato curioso: es la primera vez que Glenn Close trabaja junto a su hija, Annie Starke, quien hace el papel de su propia madre de joven.

La Buena Esposa la recomiendo a todo el mundo. Ver a Glenn Close ya es razón suficiente para hacerlo…

Mi valoración: 7/10 ★★★★★★★

retalesdeacetato.wordpress.com
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5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Secretos conyugales
A los diez minutos de proyección, te haces una idea del desenlace. Eso no es lo peor: una pregunta lacerante fustiga tu psique: ¿Cómo es posible que alguien pueda convivir cuarenta años con ese estúpido gilipollas? Sí, vale, suspensión de la incredulidad y todo eso, pero hay momentos en que no funciona. The Wife es un melodrama apolillado, filmado como si se tratara de una obra teatral, y que basa toda su apuesta en la calidad de la interpretación. Jonathan Pryce es Joe Castleman, el afamado escritor estadounidense que, llegado a la setentena, recibe por fin el codiciado premio Nobel. Es un hombre brusco, grosero, maleducado, pagado de sí mismo, chulesco e impenitente seductor. Detrás del gran hombre, siempre a un paso de respetuosa distancia, está su mujer, Pryce da lo que se espera de él y despliega todos los trucos del oficio. Glenn Close es Joan, paciente y sufridora, que en épocas lejanas albergó ambiciones literarias. En la víspera de que su marido reciba ese galardón que le garantizará la inmortalidad, Joan se replantea su vida y el pacto, acaso contra natura, que negoció con su petulante marido. Una vez más, Close perdió el Oscar, por séptima vez. Si no lo ganó con Las Amistades peligrosas, pocas esperanzas le quedan. Su interpretación de La buena esposa es de manual, pero carente de inspiración. Por supuesto, está insuperable en su cometido, pero la hemos visto en mejores momentos. En el papel de Joan joven es su propia hija, Annie Starke, quien cumple con absoluta corrección. Para el papel del hijo de Joe y Joan eligieron a Max Irons, hijo de Jeremy, y una vez más constatamos que no le llega a su padre ni a la suela de los zapatos. La película recupera también la os ausentes Christian Slater y Elizabeth McGovern, y el conjunto respira la solemnidad y la seriedad de un Estudio 1 de los tiempos heroicos. En suma, para amantes incorregibles de los melodramas bigger than life.
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5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Dignísimo colofón al Festival Internacional de Cine de Donostia-San Sebastián 2017
Excelente film sueco, con una magnífica Glenn Close y un siempre buen actor Jonathan Pryce, todo un drama en toda regla, sordo pero en ebullición al comienzo, explosivo al final.
Una estupenda historia cuyo interés va in-crescendo, que goza de un magnífico guión de Jane Anderson, que adapta con precisión la novela de Meg Wolitzer.
Muy entretenida en todo momento, resulta modélica por cuanto está muy bien realizada por Björn Runge, al amoldar los elementos que tiene a su alcance para mostrar una dura historia de renuncias, de frustraciones cotidianas durante toda la vida, sin apenas reconocimiento y mínimo agradecimiento.
La película se sigue con verdadero interés desde el minuto uno hasta su final, gracias a los sabrosos y certeros diálogos y a unas excelsas interpretaciones, no sólo de la gran pareja protagonista, sino también de todos los demás, incluyendo un Christian Slater como biógrafo que pretende descubrir y escribir para el mundo la verdad, un secreto que él sabe on certeza pero no puede desvelar sin el consentimiento de la protagonista. Un personaje que puede que a muchos espectadores les caiga mal, pero que en mi opinión sólo pretende hacer bien su trabajo.
En fin, que me ha gustado mucho la cinta y creo que es una muy dign digno colofón, a la finalización del Festival Internacional de Cine de Donostia-San Sebastián 2017.

https://filmsencajatonta.blogspot.com.es
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6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Una esposa buena a rastra de los demonios conyugales
Joan Castleman (Glenn Close) es la esposa buena, una mujer con una belleza natural que encarna a la ‘mujer perfecta’. Joan lleva cuarenta años en una labor sacrificada y silenciosa para que se mantenga viva la llama de su matrimonio con su marido, Joe Castleman (Jonathan Pryce), un hombre claramente soberbio entre otras. Pero todos esos sacrificios y renuncias parecen llegados a su límite cuando a su esposo le conceden el Premio Nobel de Literatura, los acontecimientos se precipitan y Joan desvela asuntos muy delicados.

El sueco Björn Runge dirige con luces y sombras esta película de corte existencial. Con un estilo clasicista de nivel medio, esta coproducción sueco-británica tiene un atractivo psicoemocional. Ese abordaje de aspectos diversos del espíritu humano, comienza de manera tranquila para, en un crescendo, abrir la trama a distintas trayectorias.

Me ha gustado el Guion Jane Anderson, adaptación de la novela escrita por la estadounidense Meg Wolitzer, “The Wife”. Es una obra más teatral que narrativa. Al principio, los esposos son presentados como una pareja feliz y bien avenida. Pero unos flashbacks y un personaje, a la sazón escritor, van revelando los fundamentos de la relación matrimonial sobre la cual la ‘buena esposa’ mantiene en un hermético silencio. La verdad sólo se irá evidenciando con el transcurrir de la obra.

También es, obviamente, una película feminista, que trae a la memoria casos lamentablemente semejantes. La historia de una mujer alienada y en la sombra, capaz de darlo todo por un hombre de manera poco racional.

El reparto es de enorme calidad con una Glenn Close muy capaz y convincente en el papel de esposa con la mirada hacia sí misma, hacia un interior vencido: todo un recital interpretativo. Y un rol muy bien trabajado el de Jonathan Pryce como esposo ególatra, vividor y furibundo.

Recuerdo ahora una afirmación sexista muy humillante que dice que «detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer». En esta película podemos visionar con la impudicia del dicho, cómo ante un infumable y engreído esposo, ella queda en posición marginal, abatida por la presunta superioridad moral masculina. Joan Castleman queda fuera de ‘campo’ abatida por la arrogancia de su ‘gran’ marido, supuestamente escritor en la cumbre y galardonado con el Nobel. Pero en realidad el buen señor es, entre otras, que un vividor, mujeriego, y antisocial por demás. En el film podemos visionar a una Glenn Close replegando el cuerpo que adelgaza el gesto sin dejar de resultar tenso, para que el espectador entienda claramente una vida de profunda rendición teñida de un amor ilimitado hacia su esposo.

Cierto es que la película carece de ritmo y deja subtramas a medio desarrollar. Pero lo más cierto de todo es que esta obra quiere recordar a todas esas esposas que lo dejaron ‘todo’ por el esposo y la familia. Sin olvidar el peso dramático que en el film tiene una excelsa Glenn Close, que ofrece un gesto sonriente y a la vez triste, y una mirada perdida; una mujer que reclama desde lo más profundo de su ser, su propia voz y protagonismo.
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4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Buena y reprimida
En sus aspectos más básicos, el guión me hizo recordar a 45 años (2015), película dirigida por Andrew Haigh, que se refiere a una pareja que próxima a festejar sus 45 años de casada, es anoticiada de un evento del pasado del marido, que afecta negativamente a su mujer. Por su parte, La buena esposa relata la crisis que sobreviene a una pareja de muchos años, como consecuencia de una distinción que otorgaron al marido (un Premio Nobel) que remueve en la mujer sentimientos reprimidos durante años por un secreto entre ambos. Hasta aquí el paralelo que puedo establecer entre ambas películas, ya que 45 años me pareció mucho mejor que La buena esposa. Esta película cuenta con dos buenos actores en los roles principales, particularmente Glen Close que destaca por su interpretación, en particular por el manejo de su mirada de la que pueden salir fuego, chispas de alegría, ondas de ternura o amargura, dotando a su personaje de una maravillosa expresión. Por lo demás considero que es una película que entretiene y prolija en sus aspectos técnicos, pero sin nada mas para destacar.
Para no develar el secreto final, en el apartado de spoiler comento una historia de la vida real, que en esencia es la misma que se cuenta en esta película, pero con matices más impactantes, demostrando la veracidad de la vieja frase "la realidad supera a la ficción".
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4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Detrás de un gran hombre...
Una pareja recibe una llamada en medio de la noche,él acaba de ganar el Nobel de Literatura. Comienzan a saltar como niños en la cama, de repente ella detiene la celebración, allí nos damos cuenta que algo no encaja, algo no está del todo bien.


Así arranca The wife (La buena esposa), un film basado en el libro homónimo de Meg Wolitzer, donde vemos a una pareja, aparentemente felíz… Se apoyan el uno al otro, son amigos, confidentes y, especialmente, cómplices. Como toda buena obra de intensidad dramática, la narrativa, casi teatral de la misma, se apoya en irnos revelando poco a poco, con guiños y primerísimos planos, las grietas de esta relación.

La dirección de Runge está cuidada, muy medida, sin embargo poco imaginativa, es una pieza diseñada a medida para que todo el peso de la misma recaiga sobre los hombros de sus intérpretes. La composición de sus planos, casi siempre iguales, dice mucho sobre nuestro personaje principal, ubica a Joan (Glenn Close) en el centro del mismo, una serie de interlocutores en un extremo quienes le pasan por encima para comunicarse con su célebre esposo Joe (Jonathan Pryce), ella es una espectadora de su propia vida.

El primer acto nos da indicios de que Joan parece ser alguien que se conformó, como muchas esposas, con poner en pausa su vida y su brillante futuro para ser el motor de la vida de su esposo, un demonio encantador pero súper talentoso al que todo se le perdona, incluso sus infidelidades. Un escritor (Cristian Slater) que parece ser el stalker designado del famoso autor, insistirá en acercarse a la pareja, gradual y constantemente, con el fin de dar certeza a sus sospechas.

El film se vuelve en momentos lento, pero cuyo placer radica en las revelaciones que nos va soltando gota a gota, a través de flashbacks, gestos, miradas. Glenn Close ha llegado a un punto fantástico en su interpretación, muy comparable a aquella de Relaciones Peligrosas (1988) o Atracción Fatal (1987), indudablemente es muy fácil visualizarla con ése Oscar en su mano, su única competencia deberia ser Olivia Colman de La Favorita (2018). De igual manera su compañero, Jonathan Pryce, se luce en el papel del escritor, forman una dupla perfecta.

Lo desdeñable para mí es que, a fin de que todo gire alrededor de la historia principal, se descuidan las subtramas que orbitan en torno a ésta, esa relación de constante tirantez de Joe (Pryce) con su hijo escritor merecía más centimetraje que nos ayudase a comprender el por qué de las cosas, el director solo se limita a presentarlo como un hecho y ya.

Si no la han visto, háganlo y conviértanse en fan de Glenn Close, esta película les dará todas la razones para ello.

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