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10 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
6
Ambición
Coproducción francomejicana, realizada por Luis Buñuel después de "Nazarín" (1958). Se basa en la novela "La fièvre monte a El Pao" (1955), de Henri Castillon. Se rueda, en B/N, en Méjico con mayores medios que obras anteriores. Producida por Gregorio Walerstein y Raymond Borderie, se estrena el 5-XII-1959 (Francia).

La acción tiene lugar en la capital de un país iberoamericano imaginario y en una isla del mismo, de 8.000 km2, situada en el Atlántico, a 2 horas de avión de la costa. La isla acoge un penal de presos comunes (unos 1.500) y políticos (unos 500), una colonia de pescadores, una iglesia y un convento de frailes. El gobierno de la isla está a cargo de un gobernador nombrado por el Ministerio del Interior del país, regido por una dictadura militar. Es uno de los dos films de tesis, de Buñuel. Los protagonistas son María Félix, en su única colaboración con Buñuel, y Gérard Philippe, que muere poco después del rodaje, a los 37 años, por causas naturales.

La película es un drama psicológico y político, con elementos de drama carcelario y romántico. La crítica de la dictadura se basa en una relación de referencias comunes: rapto y prisión de disidentes sin juicio previo, pobreza extrema de la población, sucesión de órdenes y contraórdenes caprichosas, la vulneración de los derechos humanos, el incumplimiento de los Acuerdos de Ginebra, el desprecio hacia la opinión internacional. Se añade un retrato minucioso del mundo político, dominado por las intrigas, las luchas intestinas, los engaños, las traiciones y la eliminación física de personas molestas o no gratas. Para Buñuel la dictadura es, además, un espacio propicio para la emergencia de ambiciones desaforadas y desenfrenadas, oportunismos sin escrúpulos y ventajismos de crueldad ilimitada. El temor a los complots alimenta comportamientos del poder inspirados en sentimientos de debilidad y, por ello, arbitrarios y crueles. El poder ciega la mente, corrompe el espíritu y alimenta ambiciones insaciables.

Buñuel se mueve mejor con presupuestos escasos y márgenes de libertad amplios que con presupuestos relativamente holgados y limitaciones creativas propias de las obras de encargo. El film incorpora algunas de las constantes del realizador, como su obsesión por la religión, y la presencia de animales de su repertorio simbólico, como borricos e insectos. Delatan el sello surrealista de Buñuel la descripción hiperbólica de las vejaciones sádicas de los penados, encadenados, castigados sin agua, sujetos a árboles durante horas para solaz de insectos atraídos por el sudor y la inmovilidad. La escena de dominación y humillación de Inés a manos de Gual es posiblemente la más intensa del film.

La música, de Paul Misraki, compone una banda sonora potente y versatil, que suma melodías festivas de aires caribeños y taurinos, marchas militares, pasajes dramáticos y de suspense, etc. La fotografía, de Figueroa, crea un relato visual de notable calidad técnica y estética.
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9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
La isla del diablo
Esta película, una hija no deseada de Luis Buñuel, ciertamente nos aburre, pues su trama resulta muy enredada y al fin la confunde al espectador. Como que no cuaja muy bien una buena historia llevad a la pantalla. Y solo la actuación de María Félix, y Gerard Philipe, Miguel Ángel Ferriz y Víctor Junco, salvan en parte este film que bien pudo convertirse en algo mítico.
En la época en que las dictaduras nacían y se reproducían a lo largo y ancho de América latina, como criaturas perniciosas bajo el plan Marshall y la doctrina Truman. Vemos el tinte trágico de los condenados, de los presos políticos en lugares como “La isla del Diablo” en la Guyana Francesa. Y colonias como esta representada en “Los ambiciosos”. Una historia desperdiciada en algo que quizás se hubiera dado por parte del espionaje, y la fiebre de María subiendo al Pao, hubiéra resultado otra cosa.
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6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
El drama político no le sienta bien a Don Luis
Esta producción de presupuesto más elevado del que estaba acostumbrado a disponer Don Luis supone por decirlo de forma grata la oveja negra de la obra del director aragones.

En una línea similar a "La muerte en este jardín", con la que tiene en común el tema de las dictaduras militares en países del sur de América de localización indefinida, el film, gracias a un enrevesado guión, llega a aburrir al espectador, salvándole de la quema la pareja protagonista, Gérard Philipe y María Félix.

Técnicamente a la realización no se le pueden poner pegas, Don Luis sabe bien lo que hace y mueve la cámara con soltura en entornos amplios y espacios abiertos con multitud de extras y figurantes. La ausencia del surrealismo de Buñuel nos engaña haciendo pasar al film por una producción no firmada por el.

En resumen, una obra floja en su conjunto que aporta poco a la obra del Señor Buñuel.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Paréntesis
Es una película alimenticia. Tiene elementos de interés, pero en general termina siendo bastante aburrida. En cualquier caso, tiene una factura correcta y los actores cumplen sobradamente. En especial es llamativa la participación de Gerard Philipe, el icono del teatro francés contemporáneo, en el personaje protagonista: un hombre que sufre en sus carnes las contradicciones del poder y que debe tomar decisiones que chocan de manera frontal con sus convicciones.

Este aspecto es, tal vez, el que más entronca con el resto de la filmografía de Buñuel: Nazarín, Viridiana y muchos otros son seres que se pelean con las condiciones generales de la sociedad en la que viven, las costumbres brutales, los regímenes políticos injustos, etc. El denominador común es que salen siempre escaldados, sin haber cumplido sus objetivos y causando de manera involuntaria todavía más daño a su alrededor.

En realidad estamos ante un drama pasional sin demasiada fuerza en el contexto de una reflexión bastante epidérmica sobre la violencia y las corruptelas que acompañan a las dictaduras latinoamericanas. En este caso la establecida en Ojeda, un país imaginario. De vez en cuando aparecen anacronismos, como por ejemplo esa inefable corrida de toros a la que asisten dos personajes y que se nota a la legua que no tiene nada que ver con el conjunto general.

Formalmente la película supone un paréntesis. No hay ni rastro del lenguaje propio, de los gestos ni de las obsesiones de Buñuel. Hay solo oficio, faltaría más, un guión discutible y un trabajo cinematográfico que no agranda la imagen del maestro aragonés.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Terapia de choque contra el insomnio
El propio Buñuel reconocía que no estaba realmente interesado en rodar esta película, pero incluso los directores más prestigiosos tienen que pagar la factura de la luz.

Centrándonos en lo más destacable del film: el prota se parece a David Bowie y la prota a Concha Velasco. Poco más se puede decir sobre esta aburridísima y muy vulgar historieta político/amorosa.

Hablando ahora más en serio: El insomnio afecta a un 32% de la población, y cualquier remedio es bienvenido para ponerle fin y conseguir conciliar el sueño. "La fiebre sube al Pao (Los ambiciosos)" (es que hasta el título es aburrido) es uno de los mejores remedios que la ciencia moderna a conseguido contra el insomnio. Permanecer despierto viendo esta película es un auténtico reto. Ha habido gente que ha tenido que ir a urgencias con desgarros en la boca producidos por los violentos bostezos.

Consulte con su farmacéutico, y, muy importante, no se le ocurra ver esta película para entretenerse o para acercarse a la obra de Buñuel. Automedicarse es muy malo, amigo mio, y tragarse un tostón de este calibre es aún peor.
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12 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Entre caimanes
La historia de un hombre bueno inmerso en un mundo de fieras es la propuesta de Buñuel en La fiebre sube al Pao. Todos los personajes circularán alrededor de la guapísima María Félix y de su peligrosa atracción, pero sólamente nuestro protagonista acaparará su atención.

Buñuel refleja de manera brillante la atmósfera represiva de su peculiar república bananera. Las intrigas por el poder y por la guapa viuda se suceden mientras los presos políticos y los comunes aparecen de vez en cuando como anécdotas de un film más politizado que ellos mismos. Al final nuestro héroe cometerá su equivocación: elegir entre el amor o sus principios, y claro... lo lamentará.

Bella historia rodada con pulso firme y un estilo característico que hace de él uno de los cinco mejores directores de la Historia del Cine, junto a Ford, Hitchkock, Fellini y Kurosawa, votados todos ellos como los mejores del siglo XX.
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9 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Buñuel de vacaciones.
234/18(19/12/19) Film muy menor en la brillante filmografía del cineasta aragonés Luis Buñuel Portolés, una coproducción franco-mejicana, realizada por encargo y en la que el director pone poco entusiasmo al no conectar en el metraje su punzante mala baba (solo deja ver a sus fetiches de animales como burros), adaptando la novela "La fièvre monte a El Pao" (1955), de Henri Castillon, versando sobre un protagonista que se adentra en la nebulosa política de una dictadura latinoamericana intentando mantener sus ideales, pero estos son puestos en entredicho. Una cinta que a pesar de no ser muy alargada se hace muy irregular en su ritmo, haciendo aparecer el peligroso tedio, ello en un relato que mezcla con mucho desequilibrio el melodrama pasional, el género carcelario, y la crítica política a las autocracias despóticas que vulneran sistemáticamente los Derechos Humanos. Asimismo se adentra en las luchas de poder, con conspiraciones, traiciones, asesinatos, encarcelamientos, corrupciones, en una evolución liosa, con elipsis confusas, con giros arbitrarios que parece por imperativo del guión, donde incluso parece que la edición se haya comido información fundamental para enterarnos lo que pasa. Todo en una narrativa visual bastante ligera, aderezado todo por un final insatisfactorio. Solo apreciable por la presencia de “La Doña” María Félix, la gran actriz mexicana, eje central es su personaje objeto de deseo de todos los gerifaltes. El co-protagonista es el galo Gérard Philipe, que desgraciadamente murió durante el rodaje, siendo su última película, para terminar el rodaje tuvieron que filmar con un doble, o reescribirse para completar la producción.

La acción tiene lugar en la capital de un país iberoamericano imaginario y en una isla del mismo, de 8.000 km2, situada en el Atlántico, a 2 horas de avión de la costa. La isla acoge un penal de presos comunes (unos 1.500) y políticos (unos 500), una colonia de pescadores, una iglesia y un convento de frailes. El gobierno de la isla está a cargo de un gobernador nombrado por el Ministerio del Interior del país, regido por una dictadura militar. Es uno de los dos films de tesis, de Buñuel. Los protagonistas son María Félix, en su única colaboración con Buñuel, y Gérard Philippe, que muere poco después del rodaje, a los 37 años, por causas naturales.

La película en su dispersión juega a barias bandas, empezando por ser un drama romántico con epicentro en una femme fatale, Inés rojas, a la que todos los que circulan a su alrededor desean, y ella los manipula a su antojo, eso sí, su corazón está por el protagonista Ramón Vázquez. Esta vertiente me resulta poco sustanciosa, con una extorsión sexual muy simplista, nada te mueve a emoción alguna. Solo se puede sonsacar la escena en que Inés va a matar a Gual, y termina en una sugerencia de sadomasoquismo. Bueno y por el cañón de mujer que era María Félix, normal que los hombre se sintieran atraídos por ella. Pero todo esto me resulta metido con calzador, poco estimulante; Está el drama político, donde se puede entrever las ideas de izquierdas de Buñuel, pero en este caso es fácil estar en contra de este régimen que encarcela a gente por sus ideas (presos políticos), y que veja a estos en medio de trabajos forzados, con apenas alimentarlos, cuasi-esclavizados. Pero en su lado de intrigas por conseguir el poder me queda muy liosa, y donde no hay asidero sobre el que reflexionar. Está el protagonista que in media res lo vemos en medio del tinglado político, como alguien humanista que se preocupa por el sufrimientos de los presos, no sabemos cómo alguien con esta mentalidad ha podido llegar tan alto, complicado creerlo. Representa alguien reformista que quiere cambiar las cosas desde dentro, pero vuelvo a decir que esto me resulta chirriante, demasiado bueno, en un ambiente realista sería tildado de izquierdista peligroso, para llegar tan alto, no se sabe cómo teniendo a tantos en su contra puede escalar tanto.

María Félix, icono mexicano, es la que hace más llevadero este film sin chicha, su belleza y sensualidad cuasi-felina, recordándome a Ava Garner es estupenda en cada aparición, tanto que cuando ella no está en pantalla se nota demasiado. Lástima que su rol sea tan poco definido y matizado, de hecho no se entiende que pinta ella en los complots políticos; Gerard Philipe cumple en un rol esquemático, no se sabe bien que es lo que pretende, si el poder o reformar el país, se queda a medio camino de nada, en un buenismo impostado, al que en algún momento se quiere hacer ver que en su batalla por el poder se está convirtiendo en aquello que odia, peor esto resulta impostado; El actor belga Jean Servais encarna al único personaje con aristas del film, el más interesante en su tridimensionalidad, el retorcido en sus intenciones manipuladoras, pero esto enmarcado de modo plano. Le queda muy bien al rol su afición por los pájaros enjaulados, como gusta de dominarlos, en clara alegoría de lo que hace con las personas.

En conjunto me queda una película pasable y olvidable del director de Calanda, que aun contando con un amplio presupuesto (con manejo de amplias masas de gente) lo que deja entrever, es que Buñuel se movía mejor en la frugalidad de medios, haciendo de la necesidad virtud. Fuerza y honor!!!
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
LA SEÑORA ESPALDA DE MARIA FELIX
Lo que más me ha gustado de "Los Ambiciosos" ha sido María Félix, seductora, apasionada, intrigante, arriesgada. María Félix en manos de Buñuel, un Buñuel que lo encuentro en ésta película un poco repetitivo en los argumentos que hace que la cinta se estanque en ciertos momentos y que grácias a la aparición de la Félix o del mismo Gerard Philipe salen en su ayuda consiguiendo desatascarla. El poder corrupto, una de las obsesiones del director, entreteje este filme que es imprescindible en su filmografia.
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1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Un país imaginario... una penosa realidad
Tengo en muy alto aprecio al actor, Gérard Philipe, al cual he visto en una docena de películas, muchas de ellas de la más alta calidad: “Le Diable Au Corps”, “La Chartreuse de Parme”, “Une si Jolie Petit Plage”, y otros títulos que dignifican al cine francés y a la cinematografía en general. El alto carisma de Philipe y sus amplias dotes interpretativas, hicieron de él un actor muy admirado y bastante apreciado por la crítica de cine. Por esto, el saber que cuando aceptó participar en <<LOS AMBICIOSOS>>, ya estaba enfermo de cáncer de hígado en una época (1958) en la que las posibilidades de curación de esta enfermedad eran bastante escasas, me remueve el corazón al verlo asumir un rol para el que ya no tenía suficiente capacidad de respuesta, al punto que luce débil y el rodaje debió suspenderse en varias ocasiones a causa de sus padecimientos.

Por otra parte, parece ser que el director, Luis Buñuel, tampoco se sentía bastante complacido con la historia que rodaba, hecho que, inevitablemente le restó compromiso y ganas de hacer las cosas bien. ¿La razón? La historia carecía de cierta concordancia al ser, por una parte, interpretada por actores mexicanos y franceses, y al ser escrita por franceses (Charles Dorat y Henri Castillou, autor de la novela) y españoles (Luis Alcoriza y el propio Buñuel) cuando la trama transcurre en un imaginario país latinoamericano.

Posible entonces pensar que, Buñuel, se sentía haciendo algo totalmente impersonal, pero sin embargo, por ahí anda su fantasma cuando vemos la clara crítica que hace a las dictaduras, justo en una época en la que, su tierra natal, padecía de este mismo mal. En lo personal, lo que más me atrae de la historia de, <<LOS AMBICIOSOS>>, son la claras reflexiones que hace, Buñuel, acerca del poder, demostrando los inmensos vacíos y frustraciones que éste deja, sobre todo, cuando no se ejerce con sapiencia ni complementado con valores éticos y morales, como debe ser.

No es sino ver al nuevo gobernador, Alejandro Gual -eficazmente representado por Jean Servais-, quien llega al poder tras el asesinato de su predecesor, para entender cómo su arrogancia y su improcedencia lo van llevando a su justo destino. Se aplaude en Buñuel, su posición equilibrada al contrastar al personaje, dejándonos captar sus rasgos sensibles al lado de sus penosas ruindades, hecho que nos lleva a mirarlo con cierta consideración. Lo mismo ocurre con los demás protagonistas, y al final se logra sentir que hemos estado ante verdaderos seres humanos con sus polos de luz y oscuridad.

Llama la atención el par de policías leales a cada jefe que tienen en turno ¡requiera lo que requiera! Un toque con aroma al mejor Buñuel... y muy significativa también la presencia del profesor Cárdenas (Domingo Soler), quien, quizás, dará lugar a algo del dignificante trato que se merecen los presos políticos. Se comprueba con esto que, dar lo mejor de sí a cada ser que se cruza en nuestra vida, nos traerá esperanza en los momentos más difíciles.
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4
HEMBRA DE BANDERA
El gobernador de la prisión de cierto país imaginario es asesinado durante las fiestas locales. Toma el poder, su secretario Ramón Vázquez, que intentará mejorar las condiciones de los prisioneros aunque para ello tenga que enfrentarse con numerosos escollos.
El amigo Luis hacía ya unos años que había olvidado su fértil y admirable etapa mexicana y se colocaba a las puertas de su deleznable y obsesiva etapa aburrida-sexual. Casi a caballo entre ambas dirige este tostón pseudo-político titulado "Los ambiciosos".
La película no sólo es aburrida sino que carece de la fuerza narrativa y visual inherente a la filmografía del director aragonés. Pero es que, además, Buñuel se arma el taco con un muy peculiar trasiego de dirigentes de quita y pon y un pretencioso prólogo-epílogo que no hay mortal que lo entienda. Menos mal que siempre nos quedará María Félix; hembra de bandera, fuerza y talento arrollador desde la primera escena.
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2 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
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