80 Críticas de los usuarios

Las casas encantadas ya apenas tienen encanto. Se ha abusado tanto en el género de explotar el terror entre las cuatro paredes que uno ya ni se inmuta ante una puerta que chirría o un columpio que se mueve solo. Ahí están Insidious en la gran pantalla y Marchlands en la pequeña, como ejemplos recientes de producciones que ya no logran sorprender al espectador. Hasta que ha llegado American Horror Story y ha trastocado nuestros prejuicios. El miedo psicológico y sus manidos recursos dan paso con esta nueva serie a un terror mucho más evidente, con una intención más agresiva y perturbadora. Ya no es tanto la casa, sino sus oscuros habitantes, los que producen pavor. La experiencia, por fin, vuelve a resultar satisfactoria.

Es evidente que la propuesta bebe directamente de la atmósfera esquizofrénica de El resplandor. Esas visiones surrealistas, que rozan la locura, nos trasladan enseguida a los minutos finales de la cinta de Kubrick. Imágenes inquietantes que nos advierten que la serie no se moverá en torno al terror psicológico sino que se dirigirá más bien hacia el psicopático, el enfermizo, el delirante. Una perspectiva inédita en televisión que sólo podía encajar en un canal de pago adicto a romper moldes como FX.

American Horror Story todavía tiene más mérito si tenemos en cuenta que ha sido ideada por Ryan Murphy y Brad Falchuk, creadores de Glee, con lo cual se certifica que la serie parte de mentes un tanto bipolares, capaces de crear bodrios de instituto en forma de musical y a su vez esta siniestra ficción de factura brillante. También es cierto que figura en su currículum Nip/tuck, una prueba más de que si algo mueve a ambos productores es el riesgo.

American Horror Story no parte de crímenes o asesinatos en serie sino de una brutalidad mucho más abstracta. El origen del miedo está en una mansión con historial macabro, a la que se muda un matrimonio en crisis y su hija adolescente. Lo que no sospechan sus nuevos inquilinos es que la increíble oferta de alquiler venía acompañada de otros habitantes, reales y surreales, que convertirán su existencia en una pesadilla.

El primer episodio no escatima en recursos narrativos para enganchar al espectador. Están los sustos de rigor que pueblan toda producción del género, pero también apariciones fantasmagóricas revestidas de látex, escenas de sexo y masturbaciones inéditas en televisión. También situaciones dramáticas, como la gran bronca de la pareja, de la que apenas nos ahorran detalle. Un cúmulo de efectos, no necesariamente especiales, que quitan el hipo durante 50 minutos. Y un elenco de infarto, con Jessica Lange a la cabeza, que completa la hazaña. American Horror Story se presenta, de esta manera, como la serie más prometedora de la nueva temporada.

Al parecer la propia serie en sí no ha acabado, pero, puesto que se trata de temporadas autoconclusivas, y que probablemente no vea la segunda, me veo con derecho a escribir una crítica de esta primera temporada, que deja un interesante principio para acabar en un convencionalismo que a veces roza la mediocridad.
El principio de la serie es brutal. El piloto es una auténtica declaración de intenciones, con su concepción formal que engloba un montaje brutal, así como el uso de la cámara. Zooms cortados, saltos de eje y cortes en el otro eje. Toda las reglas del montaje canónico saltan por los aires para provocar un clima de inquietud perfectamente logrado. Ninguno del resto de los capítulos llega al nivel de tensión e incluso miedo que se siente con los dos primeros. Puesta en escena brillante y buenas interpretaciones, y un ambiente de delirante surrealismo que prometía muchísimo.

A esto le añadimos un divertido juego pos-moderno de homenajes, clichés que se dan la vuelta, y juego con los códigos del genero (principalmente terror). Las influencias aparecen de forma exhibicionista con Kubrick como estandarte, pero desde La Semilla del diablo hasta Shutter Island, pasando por los pseudoclásicos de terror de los 80 y noventa. Hay momentos fantásticos de escenas claramente de terror en cuanto a lo que ocurre que no dan nada de miedo, y secuencias en apariencia normales, que te tienen completamente acongojado (buenísima la secuencia en la que una escena de tensión pura acaba en un simple adulterio).

Sin embargo la serie no es capaz de aguantar el nivel, y a partir del tercer capítulo se diluye. Aun se disfruta, pero la sensación de brillantez inicial desaparece. La serie empieza a preocuparse de hilar tramas y crear personajes, profundizar en ellos, y ahí es cuando empieza a fallar. No porque en sí crear personajes profundos y tramas complejas perfectamente bien hiladas me parezca mal, de hecho es todo lo contrario. Si no porque lo que hacía que esta serie algo distinto y audaz era ese punto subversivo tanto en lo formal como en lo argumental, ese punto surrealista en el que no entiendes muy bien que pasa, esa lluvia de personajes que aparecen y desaparecen. Y todo ello era lo que provocaba las sensaciones, el miedo, la tensión, y, por tanto la diversión. Evidentemente así lo único que iba a conseguir la serie era convertirse en un sencillo pero brillante divertimento pos-moderno. Pero es que tampoco estaba llamada a ser más. Al apostar por el convencionalismo argumental la serie se vuelve una más, los golpes de efecto pierden fuerza. Porque de hecho es que ni si quiera lo hacen muy bien. El guion es más bien normalito, y está repleto de incongruencias, unas más perdonables que otras. Quizás el interés no se diluye pero más por curiosidad que por otra cosa.

Sigue en spoiler, pero sin spoiler.

Ya sé que muchos la critican tachándola de refrito. Y no puede obviarse que las tramas van recordando argumentos de grandes y pequeñas historias de terror. Eso está claro. Lo original es mezclarlas todas dentro de unas líneas que van poco a poco, descubriendo partes oscuras de los personajes que, a mí al menos, me mantienen interesada. Para gustos hay colores. Así de simple. En la parte más técnica, hasta donde yo puedo juzgar con mis limitados conocimientos, la factura me parece intachable: decorados, ambientación, peluquería, vestuario,... Es cierto que hay un poco de "fetichismo" erótico con eso de mostrarnos contínuamente a McDerott luciendo cuerpo pero, bueno, eso pasa en cientos de pelis (más en las de terror) con mujeres y, nadie parece quejarse tanto... ¿por qué será? Por una vez que pasa al revés, pues mira, cientos de mujeres que alegramos la vista, ja,ja,... Hay mucho rollo retorcido, sexo, problemas familiares, fantasmas con cuentas pendientes, misterio y, la mezcla funciona. Además, como ya se ha dicho muchas veces: inventar algo totalmente nuevo para asustar es casi, casi imposible ( ya están inventados: zombies, vampiros, fantasmas, mediums, convivencia vivos-muertos, poltergeist,...) Si con lo que ya hay, hilvanas bien, como pasa aquí, yo lo agradezco. Fantástica y creando sensación amor-odio está la pedazo de actriz>>> Jessica Lange. Borda a una repipi sureña, incisiva, odiosa, cotilla, malévola,... pero también con su lado tierno y, sabiendo su historia: no es que la entiendas pero, a ratos, la justificas un poquito ¡¡vaya vida!! En fin. Para mí, una delicia que, espero que no se deshinche con el paso de las temporadas.

Hola. Me dispongo a escribir mi primera crítica en esta página. Para empezar soy susceptible a este tipo de productos, me encantan esas músicas sugerentes y siniestras, esos escorzos imposibles, el misterio de los personajes (estén vivos o no), etcétera.
En fin, para empezar diré que la cabecera de esta serie es lo mejor de ella. No es por desmerecer toda la serie, ya que sus 3 o 4 primeros capítulos merecen una nota más alta, al igual que escenas salteadas del resto de los capítulos.
Tiene toques de brillantez en su ritmo, en el desconocimiento que tenemos sobre sus personajes, el qué anhelan y qué les motiva. Pero, conforme la serie va desvelando estos misterios, cae estrepitosamente hasta llegar a lo risible y los tópicos se van sucediendo uno por uno. Además de haber "fallos" por llamarlos así como el hecho de ¿por qué si la doncella muere joven todos excepto los hombres la ven vieja? o ¿por qué hay algunos muertos que aparecen con las heridas que le causaron la muerte y otros no? ¿conforme les dio la gana o cómo?
Y que conste que quería que me gustase. Pero es muy complicado cuando ves como tus amigos (yo incluido) con los que ves la serie cambian su aspecto de miedo en la cara a la risa. Literalmente. Y el que consigan hacerte de reír en una serie de "terror" no creo que sea nada bueno.
Resumiendo a lo largo de la serie no consiguen retener el misterio ni la tensión de los primeros capítulos, fallan en el ritmo, en la ausencia de personajes por capítulos, en el guión y -aunque no sea culpa de la serie- el doblaje.
Mención aparte merecen los actores secundarios. Muy, muy buenos eclipsando incluso a la familia protagonista.
Una buena idea que se diluye con el paso de los capítulos. Doy gracias a que supuestamente la 2ª temporada no tiene nada que ver con esta historia.

Para hablar de lo que fue la primera temporada de “American Horror Story” no es necesario destripar los doce capítulos que la componen, aunque sí es obligatorio constatar las claves que la han catapultado entre el Olimpo de muchos seriéfilos:

1) El arte del refrito: Los propios creadores de la serie, Ryan Murphy y Brad Falchuk, querían hacer algo distinto. Murphy escapar del algodón de “Glee” y Falchuk apuntalar el género de terror, aunque la inspiración, homenajes y/o conexiones abarcan desde La semilla del diablo a El resplandor bajo la mirada conductora de “Dark Shadows” en la atmósfera. Pese a sus múltiples referencias, “American Horror Story” ha generado su propio estilo desde los créditos de Kyle Cooper, la banda sonora que acompaña a cada capítulo o sus referencias a la cultura popular, oscura y negra norteamericana de diferentes épocas con asesinatos en serie en institutos de principio de los noventa, Richard Franklin Speck o la Dalia Negra.

2) Sin Competencia: “Dexter” y “The Walking Dead” van por otros derroteros y, ¿se acuerda alguien de “Fear Itself” o “Masters of Horror”?

3) Jessica Lange: Guste o no la serie tanto su papel como su actuación son dignas de admiración. Constance Langdon se mueve entre la malicia, lo sibilino y bipolar y el amor maternal como bandera y ceguera enfermedad crónica.

Guste o no, hay que reconocer a Ryan Murphy su capacidad de marketing absoluta ya que ha conseguido realizar uno de los mejores productos del género de terror y con impecable acabado que puede generar la televisión de cable actual. El creador de la serie se guardó un as secreto en la manga que fue desvelado al finalizar la primera temporada y no es otro que el de aumentar la vigencia de la serie e incluso de compensar la compra de temporadas sueltas de la misma. “American Horror Story”, con ese as desvelado, se convirtió en una serie de cambios y renovaciones constantes de cara a su desenlace definitivo. Tal vez un arma demasiado potente escondida convenientemente para afianzar el efecto de una longevidad pretendida…

“American Horror Story” ha sido una serie de recursos, clichés y licencias inverosímiles (hasta para los fantasmas) durante su primera temporada para convertirse finalmente en una antología. Ciertos espectadores nos quedamos patidifusos al ver en la batidora las siguientes referencias en un popurrí del terror: “House, una casa alucinante”, “The Amityville Horror”, “La semilla del diablo”, “El resplandor”, “Poltergeist”, “Entre fantasmas” y para colmo “Beetlejuice”. ¿Funciona? ¡Desde luego que sí! ¿A qué precio? Al de creerte que los fantasmas sea etéreos o asesinos a voluntad del guión, claro. En resumen, como la cobertura de los móviles en la gran y pequeña pantalla, que no depende del operador sino del guionista.

El resulto fue tan irregular como interesante y adictivo, tan absurdo como ligeramente genial. O bien te repite, te hace vomitar, se te indigesta o te parece lo mejor que has probado en tu vida. Como todo refrito no depende de los ingredientes sino del consumidor.

La trama es sencilla: Una familia se muda a una "mansión encantada" para comenzar una nueva vida. Ahí comienza todo. Un aviso, dejad de lado todos los clichés que os ronden por la cabeza.

Parece mentira que sus creadores, los que estuvieron detrás del imperdonable insulto a la raza humana llamado "Glee" o la más que aceptable "Nip/Tuck", hayan podido conseguir que se emita algo tan enfermizo por televisión. Y es que, si tu salud mental es buena, ésta serie no la gozarás lo más mínimo.

Olvídate de convencionalismos. Olvídate de racionalismos. Olvídate de todo lo que has visto hasta el momento. Ésta serie está aquí para volver a romper los moldes del tempo narrativo, como hace a su manera "Breaking Bad". Para no dejar indiferente a nadie. Te tienes que dejar llevar, eso sí. Y como digo, no estar muy bien de la azotea.
Su atmósfera te dejará sin aliento, su estética te encandilará, sus personajes te perturbarán (y mucho), sus situaciones te enloquecerán, sus interpretaciones te asombrarán, su apartado sonoro te chirriará.
"American Horror Story" es el resultado de una cocción a fuego lento (o no) de elementos surreales, bizarros, sexuales, violentos, oníricos, freudianos, realistas, esquizofrénicos, terroríficos, absurdos y artísticos. Pero claro, la mezcla puede no estar al gusto de todos. Y si a eso le añadimos el montaje más ... (y aquí me quedo sin adjetivos, no sé si para bien o para mal) de la televisión, es posible que gran parte de sus espectadores cierren el VLC a la media hora de emisión. Pero seguro que habrá quienes acaben completa y perdidamente enamorados de ella.
Puede que sea la nueva "Twin Peaks" (no la comparo en absoluto, ojo) en lo que a nivel "revolucionario" se refiere. Puede que no. Puede que sea una serie fruto de estudio en un futuro. O puede que la crítica (al fin de cuentas, quienes hunden o evangelizan las series) la deje de lado y pase con más pena que gloria.
Sea lo que sea, no dejaría de darle una oportunidad a esta creación por el mero hecho de ver algo novedoso y de enorme calidad, que siempre se agradece.
Una serie que se antoja polémica y (espero que no) un nuevo éxito de masas.

PD: Si decidís adentraros en la mansión, cuidado con el sótano ... A mí me acojona una cosa mala.
PD2: Mención aparte al mejor opening que he visto en muchísimos años.

Vayamos al grano. La familia Harmon está muy quemada. El marido, Ben (Dylan McDermott), tuvo un affaire; su esposa Vivien (Connie Britton) un aborto; y la hija, Violet (Taissa Farmiga), está pasando por una depresión y tiene tendencias suicidas. Así que deciden irse a vivir a Los Ángeles para cambiar de aires. Han encontrado una casa a muy buen precio. Mucho más barata que las demás del barrio. ¿Por qué? Pues porque la antigua pareja que vivía en la casa murió en ella. Como es de esperar, la compran y se instalan de inmediato. No tardarán en presenciar extraños fenómenos que pondrán en peligro sus vidas.

Hoy os voy a contar como funciona "American Horror Story: Murder House". Imaginaos una sala llena de guionistas y ayudantes de guionistas con una ruleta grandiosa, como la que usan en el concurso de antena 3. Está subdividida en diferentes franjas. En cada franja, uno de los guionistas apunta el argumento del próximo capítulo de la serie y adhiere el guion que ha escrito con cinta adhesiva. Da igual lo disparatado o lo poco que tenga que ver con el capítulo anterior. No importa. Pueden dar rienda suelta a su creatividad (ejem), por diferentes que sean sus ideas. Libertad absoluta. Ni Ryan Murphy ni Brad Falchuk frecuentan estas reuniones. Antes de cada capítulo, organizan una. Es entonces cuando una mano inocente hace girar la ruleta. Cuando la ruleta se detiene y la pestaña señala el guion ganador, nadie se cuestiona nada. Ya no hay nada de qué preocuparse. Libertad absoluta.

Entonces ruedan el capítulo y pasa lo que pasa. Que no hay por dónde coger la serie. El espectador asiste a capítulos que no encajan entre sí, a una mezcolanza difícil de digerir. Los cuatro primeros capítulos consiguen mantener la intriga, en especial el prometedor capítulo piloto. Aún no conoces las motivaciones de los personajes ni cómo se tejerá toda la intriga que rodea la casa. Los fantasmas son ambiguos y aún no tienes claro qué le ocurrirá a la familia Harmon. Los títulos de crédito son impresionantes. Pero a medida que los capítulos se van sucediendo y nos vamos acercando al final, te das cuenta que no había nada planeado ni nadie en el timón. Las intrigas se diluyen entre los convencionalismos y los tópicos, faltas de ideas, y la originalidad y frescura iniciales desaparecen en un mar de culebrones y desidia. Ni que decir del batiburrillo de referencias del cine de terror del que bebe la serie, otro ejemplo claro de lo perdidos que iban durante su rodaje.

A partir de aquí hay SPOILERS.

Pero no solo es en el género dónde hay confusión. Los hechos se suceden de forma poco coherente entre un capítulo y otro; las motivaciones de los personajes, otro tanto. Por poner un ejemplo. En cierto capítulo, hay un personaje femenino que ansía robarle el hijo a la madre y declara que ese es el único motivo por el que hace lo que hace. Que ya no quiere liarse con el marido. Hace todo lo posible para quitarle el bebé, cuchillo en mano y con cara de loca (puntualizo esto porque no es que el personaje esté mintiendo o haciendo ver algo distinto). En el siguiente, sin ninguna transición, resulta que lo del bebé se le ha olvidado y no para de intentar seducir al marido. Más adelante, deja de intentar nada. En otro capítulo, mucho más adelante, vuelve a pensar en el bebé y hace lo que hace. Y este solo es un ejemplo. Es de traca, por poner otro ejemplo, el de Larry Harvey (Denis O'Hare). Empieza queriendo influir en el marido ¿para que haga lo mismo que hizo él? ¿Para volverlo loco? Luego resulta que lo único que quería es dinero. Más tarde quiere comprar la casa y un poco más adelante, olvidándose ya del dinero y la casa, recuperar a Constance (Jessica Lange) porque resulta que está enamorado de ella. Vaya tú por dónde. La evolución de los personajes, como ya he comentado, es anárquica y para nada planificada. Sus intenciones no son para nada misteriosas, sino que obedecen a lo imprevisible del guion.

Además, la coherencia brilla por su ausencia. En ocasiones, los fantasmas pueden hacer daño a las personas. En otras, no. A partir del cuarto capítulo, se nos desvela que los fantasmas no pueden salir de la casa, a excepción del día de Halloween. Muy bien. ¿Y cómo me explicas que uno de los fantasmas quede con un personaje vivo en una heladería? Se nota demasiado que los guionistas aún no tenían claro que ese personaje fuera a ser un fantasma, jugaban con eso, pero se olvidaron luego de recortar esa escena. Una chapuza, vamos. Y así continuamente. Además, nos cuentan que es muy sencillo decirles a los fantasmas que desaparezcan. Con un cerrar de ojos y un "vete" ya está. Si es tan sencillo, ¿por qué cada vez que van a hacer algo malo a un personaje, y se me ocurren muchas escenas como esa, el que es atacado no cierra los ojos y dice "vete"? Se hubiesen evitado muchas desgracias, ¿no?

La crítica continúa en spoiler por falta de espacio.

Debemos avisar de antemano que no es una serie de horror/terror al uso, que impacta por su efectismo a las primeras de cambio. Es una historia que necesita de varios capítulos para poder llegar a asimilar todo lo que estamos viendo.

Unos personajes tremendamente complejos, con un pasado que no se desvela milimétricamente hasta casi el final. Unas historias entrelazadas que muy poco a poco nos van sumergiendo en esa malsana atmósfera que se respira en la casa maldita.

La ambientación está realmente lograda, con esa sensación de vivir en un Halloween permanente en el cual no sabemos que papel acabará desempeñando cada personaje que por allí pulula debido a las múltiples máscaras que utilizan.

El casting es ciertamente de lo más acertado, con algunos jóvenes actores que darán mucho que hablar en el futuro. Y qué decir de la exquisita Jessica Lange, recuperada aquí para la causa y bordando un papel en el que mezcla a la perfección esa doble faceta de femme fatale sureña y madre coraje. Ella es desde luego la auténtica reina de la función.

Terror, angustia y paranoia es lo que transmite el capitulo piloto desde el minuto 1. Los personajes oscuros y crípticos, los cambios súbitos de planos y la banda sonora contribuyen a que el espectador se encuentre en continua tensión, con ese miedo que nos hace querer siempre mas (por dar miedo, dan miedo hasta los créditos del principio). Una serie que pinta interesante (esperemos que con la sucesión de capítulos no baje el listón) con una sola pega: no sé si seré yo como aficionada al cine de terror, pero encuentro que el argumento se trata de un remix de distintos títulos, desde 'El terror de Amityville' (1979) y más concretamente su remake de 2005, 'La morada del miedo', hasta el film de culto 'Rosemary's Baby'.
Aun así, si la serie continúa con el nivel de este piloto, promete convertirse en toda una delicia para los amantes del cine de terror y la adrenalina.
Tengo que alabar la interpretación de Jessica Lange

Demencial pastiche de terror plagado de personajes desquiciados que mantienen vínculos artificiales e innecesarios (para más INRI, el ir y venir por la casa sin profundizar más en sus relaciones que en un par de líneas de diálogo aprovechables, denota una falta absoluta de verosimilitud hasta el punto de hacer increíbles incluso sus propios clichés). Intérpretes que viven unos papeles tan postizos que culminan en un final absurdo, patético.

Cada episodio que veo la serie va mejorando, por dos motivos principales: 1-En la serie pasa algo. Hay serie en las que el nudo se extiende sin saber muy bien ni por qué ni hacia donde, de momento, esta serie está hilando muy bien los personajes secundarios y todas las tramas van adelante. 2- Es un terror muy clásico, que mantiene el suspense capítulo tras capítulo con toques muy originales en lo que ven unos personajes y otros.
Espero que continúe con esta línea ascendente, al principio puntué esta serie con un seis y ya voy por un nueve...quizá a alguien le valga este ejemplo para seguir una serie "sleeper", como dien de los videojuegos que llegan sin hacer ruido, pero son tremendamente buenos.

Lo mejor de esta serie no es que haya fantasmas. Lo mejor es que refleja que el horror proviene de que estos siguen siendo igual después de muertos. Igual de buenos, o igual de malos, pero condenados a la eternidad.

Desde el principio, los actores están soberbios (con un especial énfasis en Jessica Lange, increíble y preciosa a sus años). Pero es la historia, con sus giros de guión, y sus personajes complejos, lo que te agarrara por el cuello y te impedirá dejarla.

El horror que implica esa casa, es simplemente que las personas no cambian, ni con la muerte. El psicopata es psicopata, el marido atormentado seguirá siendolo, el obsesionado seguirá con su obsesión. Nada cambia, y la obligación de la convivencia solo exacerba la fuente del horror, la convivencia, la cotidianidad, el deseo de cambio que siempre es frustrado. El horror de lo cotidiano.

Volvemos a las casas encantadas, a los poltergeist, al terror psicológico, al miedo, al puro miedo, pero tratado desde un punto de vista normal, incluso con humor, lo que desdramatiza ese pánico a lo desconocido, y al ser por capítulos, a lo ya conocido.

Elegante puesta en escena en una lujosa casa colonial en un barrio de alcurnia y que se vende a un precio irrisorio por su oscura leyenda y por los horribles asesinatos y muertes que en la misma se produjeron. Nadie cree en fantasmas, hasta que el psicópata más grande de la casa se sienta en tu sillón de psiquiatra a recibir terapia.

Tenemos multitud de fantasmas, con una historia por contar, y poco a poco, capítulo a capítulo, nos vamos introduciendo en sus patéticas vidas... y en sus muertes. A través de flashbacks los vamos conociendo, apreciando a unos y rechazando a otros... suponiendo más de lo que vemos dentro de ese terror psicológico del que rezuma la serie, temiendo lo que puede llegar a pasar, aunque no pase, pero estando siempre alerta para intentar evitar ese respingo, ese sudor frío, ese miedo irracional que tenemos los humanos por lo sobrenatural, por lo desconocido, y esta serie, sin duda, te los da, con creces.

Además, tenemos como maestra de ceremonias a una excepcional actriz como es Jessica Lange en su espléndida madurez escoltando a la pareja protagonista, Connie Britton y Dylan McDermott que no se enteran de nada hasta el último capítulo o... no quieren enterarse, lo que produce muchas veces ese tono de parodia humorística entremezclada con el suspense y el terror que le dan ese gran tono a la serie.

Y luego está Tate, Evan Peters, al que no sabes definir hasta que está más que identificado, del que te puedes esperar cualquier cosa, desde el amor más profundo hasta......., mejor véanlo Vds, y disfruten... o sufran con él.

Notable, 8.

No me ha gustado nada en absoluto American Horror Story. No ya por el hecho de que no me diera absolutamente nada de miedo, es más por el agravante de que no encuentro ni un punto positivo en todos los capítulos que he visto.

Ni los actores, ni la realización ni el argumento me interesó. Tan solo encontrar los homenajes (algunos dirían plagios, pero yo creo que son más lo primero que lo segundo) a tantas y tantas películas fue mi diversión, porque el lío de faldas que hay durante toda la serie y que se inicia desde el primer capítulo parece más propio de un culebrón venezolano que de una serie a tener en cuenta (con respeto a los culebrones).

Entiendo que a la gente le pueda gustar, pero también entiendo que la gente está obsesionada con las series y todas aquellas que ven la luz son catalogadas como mucho mejores de lo que realmente son. Ya sabéis, está de moda ser el más guay del mundo y ver las series a ritmo americano, saberse todos los personajes y soltar "oh my god", pero al ser humano le ha gustado siempre aparentar más de la cuenta.

Una especie de True Blood en otro contexto. Le di una oportunidad como amante del género que soy, pero me arrepentí pronto (y no soy de los que se ha visto unicamente un capítulo). Para ver homenajes prefiero ver las originales, que ya hay bastantes como para que encima me ponga a ver una serie que me hace más risa que otra cosa.

Dejemos clero que "American Horror Story" es una serie mala que va perdiendo gas a medida que pasan los capítulos. Aquí hago lo extensivo a lo que comenté para la propuesta española de "Hay alguien ahí". Una cosa es que haya una casa encantada y otra que haya una concentración de fenómenos paranormales que superan todos los límites de lo increíble. Venga muertos, venga apariciones y venga fenómenos paranormales (y la familita tan pancha) para ver si de esta forma se capta la atención del espectador, todo ello aderezado con unas cuantas gotas de sexo subido de tono, que siempre ayuda. Para combatir este mal, la receta es la misma: contención y mesura algo que no hay manera de que entiendan nuestros creadores.

Lo peor no es que estos muertos estén muy vivos, cosa que resulta un tanto ridícula, sino que los personajes y las tramas que se generan acaban diluyéndose mientras que se sacan de la manga otras tantas en nuevos capítulos lo cual aparte de generar confusión, te deja en el aire unas cuantas cuestiones. Por ejemplo, Constance Langdon (Jessica Lange) parece que tiene mucho más protagonismo del que en realidad adquiere; la casa, ¿hay alguna manera de arreglarla? ¿Cuál es la fuente del mal? ¿Por qué tiene ese poder?; O, Moira O'Hara (Frances Conroy/Alexandra Breckenridge), ¿qué le sucedió realmente? (SPOILER). Al final el embrollo es monumental, el devenir de la serie nos ofrece historias cada vez más desagradables y el desenlace es una auténtica parida.

Dicho lo cual, la presencia de Alexandra Breckenridge es razón suficiente para tragarse semejante ensalada fantasmal. Su belleza es tal que ha pasado a la categoría de Diosa en mi paraíso particular. Impresionante, guapísima, una cosa tan escandalosa que su pareja durante dos años, el artista Bryten Goss, se ve que no pudo soportar la presión de semejante bombón y se murió de un insuficiencia cardiaca. En la serie, ¡encima la criada de la casa! Cada vez que aparecía contoneándose, provocativa y sensual, pues su personaje es morboso hasta decir basta (aunque hay una buena razón para ello), me ponía como una moto, lo admito. Claro que Moira, tiene un defectillo, nadie es perfecta (SPOILER). Sin embargo, yo me traslado a esa casa y me resisto a Moira unos.... 15 segundos, haciendo un gran esfuerzo, ojo. Es más, aunque me enterase de su problemilla creo que seguiría igual, no me importaría lo más mínimo ¡Pero si es perfecta tal y como es! Bueno, al final la acabaría ayudando, si es que es posible esta ayuda.

Lo malo de "American Horror Story" es que una vez concluida me ha privado de Breckenridge. Entonces, desesperado, me pregunto: "¿Volveré a verte, Alexandra Breckenridge?"

La serie me ganó en cuanto vi los créditos iniciales. Creo que beben directamente de los de Dexter, que cautivaban e impresionaban la primera y todas las demás veces que veías el capítulo, igual que pasó posteriormente con los de True Blood, y que aquí cuando la serie deja de perder la fuerza del terror y empieza a ganar toda (y de qué manera) la de Thriller, siguen acojonando a cada capítulo, y bastante más que el capítulo en sí.

El primer capítulo es en si una obra de terror de psicológico, un ejercicio bastante elegante de gore, que juega con decir lo más terrorífico en voz bajita, y en intentar entrecolar lo macabro con los sustos. Detalles realmente perturbadores y que se van colando sin querer en tu mente, mientras tus ojos sólo ven casas fantasmales; La madre diciendo que tuvo que parir a su hijo ya muerto, sabiendo que estaba muerto, cada una de las secuencias de Jessica Lange. La críada (¡qué criada de tan buen ver!) que recuerda irremediablemente a la señorita cadáver de El Resplandor. La serie cae en los tópicos, y el que no pueda verlo y se sorprenda a cada nueva revelación tétrica, es que ha visto poco terror. El amante de terror grita un "¡Si, nena!" cada vez que se da una pista sobre los misterios de la casa, cuál amante de los zombies al ver una cabeza de no muerto siento reventada en primer plano por una escopeta de granjero americano.

Es una serie enfocada a adolescentes y está hecha para enganchar desde el primer capítulo. Una forma simple de echar el rato.

A ningún verdadero amante del terror, pienso, va a gustarle esta serie. Es una mezcla de elementos de terror muy vistos ya, junto con personajes estereotipados. Mi pregunta es, ¿cuántas cosas pueden estar pasando a la vez en esa casa sin que nadie se de cuenta? Porque mientras la madre está viviendo hechos terroríficos, la hija también los está viviendo en la habitación de al lado. En fin, situaciones tan poco creíbles que es imposible sentir miedo.

Una serie excelente, especialmente para los amantes del cine negro y del terror. Hay veces en la que la sinopsis se vuelve algo densa, pero muy raramente. Es una de esas series que acabas el capítulo y te quedas plenamente satisfecho.

Y ahora hablando sobre la maravillosa interpretación artística... con la que absolutamente nadie quedará indiferente, especialmente e indiscutiblemente con la de la actriz Jessica Lange, que interpreta a Constance, la vecina que ayuda a retorcer un poco más la historia. Tiene un oscuro pasado y secretos que se van descubriendo poco a poco. Y no dejaremos a parte a uno de mis personajes favoritos, Moira, la fiel criada... algo entrovertida. Una mezcla de personalides muy peculiar.

Hasta el maquillaje, la iluminación y los efectos especiales son buenísimos.

En resumen, fuertemente recomendada.

He terminado de ver toda la primera temporada de AHS y puedo decir contundentemente que me encantó la serie. La historia inicia con la llegada de la familia Harmon compuesta por el psiquiatra Ben, su esposa Vivien, y su hija Violet; quienes llegan Los Ángeles a intentar reconstruir su (como lo iremos conociendo con el pasar de la temporada) estropeada familia, en una casa encantada que adquieren a bajo precio.

Como pueden ver (y supongo que muchos lo habrán señalado) la historia en general pareciera que fuera un refrito más sobre casas embrujadas, pero la serie toma una impronta propia que le permite sobresalir por encima de las demás producciones, con su pesada ambientación envolvente, su suspenso que mantiene intranquilo al espectador en la mayoría de los capítulos y la incertidumbre que raya con lo morboso de querer descubrir el misterio que dejan los directores en cada capítulo. Además de lo anterior, la serie está cubierta por excelentes personajes principales y secundarios los cuales son complejos y retorcidos, nos mantienen en suspenso por su condición (no entro en detalles para no revelar spoilers), y nunca (o bueno, salvo muy pocas excepciones) nos dejan indiferentes. Mención de honor para Jessica Lange, quien con su personaje de Constance Langdon, ejecuta varias de las mejores escenas de la serie.

American Horror Story en conclusión, es una muy buena sorpresa en el ambiente seriefilo, que aunque tiene fallos como algunas escenas que parecen alargadas innecesariamente (en uno o dos capítulos y son pocas escenas) o que no me produjo el miedo que esperaba; de ninguna manera le restan calidad a esta serie que una vez empiezas a ver, no puedes dejarla hasta terminar.

Serie que comienza aceptable, podría incluso buena, pero la cual va decayendo y dando un sentimiento de decepción en cuanto a la evolución de los personajes y a la trama. Eso sí, Dylan McDermott hace un papel genial.