arrow

151 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
8
Y las lágrimas, y el vapor del aliento
Sería desternillante que la industria de Hollywood premiara una película que ataca algunos de los fundamentos del sistema: imperialismo, colonialismo y el hambre infinita de las multinacionales. Pero no seré yo quien dude de la capacidad camaleónica del capitalismo para deglutir cualquier producto que pueda reportarle beneficios. No obstante, mejor que se traguen esta buena historia de Paul Laverty e Icíar Bollaín aunque la acompañen de patatas y ketchup.

La directora madrileña abandona en esta ocasión la cotidianidad y las historias mínimas (aunque universales) para rodar en amplios espacios, con grúas de catedral y escritor de prestigio; sin olvidar, eso sí, sus orígenes: sigue persiguiendo la búsqueda de la dignidad y apostando por la justicia social.

Quinientos años después, Cristobal Colón (Karra Elejalde) retorna a Sudamérica formando parte de una compañía de actores que, aprovechando los bajos costes de producción y la facilidad para rodar en selvas y con indígenas, constatan que no han cambiado demasiado las cosas al menos para los antiguos pobladores: la explotación y la rapiña siguen estando presente en las intenciones de quienes desembarcan en la zona. Ahora, que ya no tienen oro, una empresa estadounidense quiere privatizarles el agua.

La guerra del agua, en la que se ven involucrados algunos de los extras del rodaje, tuvo realmente lugar en Cochabamba en el año 2000, cuando los indígenas se revelaron contra una norma (la 2029) que no sólo permitía la venta de los recursos hídricos, si no que incluso legislaba que el comprador tenía los derechos sobre el agua de la lluvia (para que veáis, una vez más, que la realidad supera a la ficción).

Buenas interpretaciones, brillando especialmente, en sus dos papeles, el amigo Karra, el hombre al que nadie espera. Bien trabado el guión del escocés para conseguir que las dos crónicas converjan, siendo sólo una a pesar de los cinco siglos que las separan.
[Leer más +]
174 de 199 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
extraordinaria
¿Por? Por ser cine social. PERO cine social propositivo. Hartos de ver cómo los autores se recrean en el drama de los más débiles, por fín una película que pone el acento en el valor de la pelea, en visibilizar a los que luchan y a los que gracias a esa lucha consiguen cosas (el mejor Laverty): es lo que pide el momento actual, dejar de recrearse en el paternalismo de la vanguardia intelectual y contar las historias de los que abren vías: gracias.

Además, entretenida, sabiendo jugar con la emoción, con ritmo, excelentemente bien dirigida, aprovechando los recursos de producción, dosificando el suspense, mezclando géneros: cine dentro del cine, documental, comedia, drama, acción...qué placer arrancar una peli con una secuencia tan potente como el macro casting y mantener el listón con cada uno de los planos siguientes sin que decaiga. Escenas veraces, con frescura cuando la tienen que tener (maravillosa la conversación de actores...), con brillo en los diálogos cuando hay que epatar, cada frase medida, llena siempre de matices, abriendo puertas nuevas a la historia. La primera película que veo con la valentía añadida (ni siquiera Altman, al menos en lo que a "meter el dedo en la llaga" se refiere) de hacer una crítica mordaz a la industria del cine y sus contradicciones, sabiendo retratar la frivolidad de algunos sin olvidar por otro lado el entusiasmo y la verdad que hay detrás de cada proyecto. Exceptuando el punto "mainstream" que tiene la parte final (hollywood va a echar babas), un paso gigante en la carrera de Icíar (siempre ha sido un "bueno"-con estrellas, vale- con todas sus anteriores) y en la del cine español: yeah!
[Leer más +]
108 de 136 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
También el After Shave
El cine dentro del cine, bien contado, siempre cautiva.
Que hacer cine es contar una historia a pesar de la misma historia, los actores, los personajes y de cualquiera que se meta por medio, es algo inherente desde el primer fotograma de la película. Se masacra en nombre del cine igual que se masacró al indio en nombre de dios. Es la hipocresía que justifica todo daño en virtud de un destino superior, una verdad mayor y un mensaje universal, que redimirá y conmoverá a todos los que vean el resultado final, incluso a aquellos a los que se ha hecho la puñeta mientras se creaba el maravilloso mensaje.
Como decían los profes tras darte una ostia: Ya me lo agradecerás cuando seas mayor.
La historia, entrelazada de finas capas de realidad ficcionada y ficción histórica, que se va tornando real a medida que los indios se sublevan en su guerra del agua, está medida, sin exageraciones, para crearte un nudo imposible en el estómago. Los ensayos de los actores que hacen de actores, su idealismo cínico, las comilonas después de rodar masacres, la épica banda sonora de Alberto Iglesias. Todo se empasta y se imbrica con delicadeza bajo el mando de una directora de actores como hay pocas. La película no deja hueco para que no entiendas de lo que va y no hay despiste posible en este intento de atemporalizar la sumisión y la sublevación.
Podría ser una obra de arte pero ahí llegan, para variar, los diez minutos finales.
[Leer más +]
78 de 97 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Gran elección
Pues eso. Gran elección por parte de la Academia para la representación patria en los Oscar. No sólo porque pueda o no optar al muñequito de marras, sino por el mensaje envenenado que se envía al eje neurálgico del imperialismo del tercer milenio.
El paralelo establecido entre la colonización brutal del siglo XVI y la situación actual de millones de personas vendidas por sus gobiernos a los intereses de voraces multinacionales en pleno siglo XXI es un tema de total actualidad y máximo interés; especialmente cuando está tratado con la objetividad, limpieza y cercanía con que Icíar Bollaín ha sabido construir su historia.
Alejada de cualquier maniqueísmo fácil y del carácter panfletario que muchas veces lastra al cine, y por extensión, a la narrativa de corte social; la cámara de Icíar Bollaín se erige en mostradora de realidades, en espejo en el cual se refleja el mundo actual tal cual es, nos guste o no.
La crítica de por sí hubiese sido implacable con la mera presentación de una realidad boliviana extensible a cientos de otras situaciones que actualmente nos pasan desapercibidas en otros tantos cientos de lugares del mundo; sin embargo, Bollaín consigue ser aún más incisiva al equipararla a las barbaries de la colonización. Es evidente que la lejanía cronológica siempre nos ofrece una visión más objetiva de la realidad de los hechos, y en este caso Bollaín utiliza hábilmente la perspectiva histórica para juzgar el presente (excelente la escena, debido a su alto valor significativo, en la que los actores, caracterizados de indígenas, vuelcan el coche policial, enlazando así dos períodos históricos distantes por medio de una problemática similar y demostrando que con el paso de los siglos todo sigue igual y que los homo sapiens hemos aprendido muy poco o nada).
Valiente propuesta, por tanto, sin desmerecer a Celda 211, que también es un peliculón como la copa de un pino (sigo reivindicando el cine patrio!!!, se hacen cosas muuuuy buenas).
Probablemente no ganemos el Oscar, o ni si quiera nos seleccionen, o a lo mejor sí, qué más da... (eso a fin de cuentas es casi lo de menos, especialmente teniendo en cuenta lo poco representativos que son estos premios de la verdadera calidad y valía del cine que se hace actualmente en todo el mundo), pero nos habremos dado este año el gustazo de haber llevado el dedo a donde hay más llagas que sangrar.
[Leer más +]
60 de 80 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Después de la lluvia
La crítica de nuestro país tiene un pequeño problema, pienso: en cuanto se encuentra con una película española medio decente la inflan a alabanzas, quizá porque nuestra filmografía es, muchas veces, un auténtico desierto en lo tocante a originalidad, producción o interpretación. Generalmente es así, aún sabiendo que hay críticos de muy distintos pelajes (poco tienen que ver Carlos Boyero con los compis de Fotogramas, por poner un ejemplo).
Pues bien, después de leer las estupendas reseñas de esta peli me esperaba mucho más. Y claro, me llevé una decepción.
Creo que estamos ante un buen film, correctamente interpretado (pero ya está, porque si bien Luis Tosar está estupendo, como siempre, o también Juan Carlos Aduviri... otros no llegan a tanto, y aquí incluyo a muchos de los secundarios indígenas a los que el amateurismo se les nota demasiado). Con una buena ambientación, estupendo vestuario, etc. Pero me pasa un poco como me ocurrió con "Biutiful", de Iñárritu: me la sabía de principio a fin. No me sorprendió nada, ni tan siquiera su tercio final, que ya me esperaba aunque no me lo llegue a creer en ningún momento.
Por finalizar, diría que el tema que trata la película es muy interesante, y que ésta nos acerca a una realidad que muchas veces pasa desapercibida entre tanta tontería de los medios de comunicación españoles. También nos recuerda el papel que como antiguos colonizadores o conquistadores jugamos en la configuración de las actuales problemáticas de Iberoamérica. Igualmente, es entretenida, pero... yo más de un 6 no le doy. Y es que "sólo" está bien, lo que, por otro lado, no está nada mal viendo los tiempos que corren en nuestras salas.
[Leer más +]
79 de 130 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
VOCES EN EL DESIERTO
Cine social tan necesario como el aire que respiramos. La conciencia tan necesaria como el fuego con que nos calentamos. La rebeldía tan necesaria como el agua que bebemos. La lucha tan necesaria como la tierra que nos robaron y que robamos. De 1500 a 2011 ¿de veras todo ha cambiado tanto?. Al menos no para algunos, para los olvidados del Caribe o Cochabamba, por poner un ejemplo. Voces que claman en el desierto tan necesarias para recordar lo que fuimos y lo que somos.
[Leer más +]
30 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Y también las lágrimas
Para estar hablando de un drama social yo diría que al conflicto del agua en Bolivia se le presta la mínima atención, utilizándolo más bien como un trámite para tocar unos temas de índole más personal que otra cosa. Nótese que se le da más importancia al rodaje de la película que a la crisis social en sí, y el resultado es que nos sentimos más identificados con los cineastas que con los bolivianos, por mucho que pretendan establecer un dualismo entre éstos y los nativos que se encontró Colón al llegar a las Américas.

El caso es que la transición de la grabación de la película al conflicto del agua podría haberse realizado mejor, quitando protagonismo a las escenas del rodaje, y evitando un desarrollo previsible del argumento (sustentado básicamente por una evolución simplista del personaje de Tosar). Por otra parte, algunos personajes están poco dibujados (como el de Gael García Bernal) y otros están desaprovechados por completo (como el de la chica que quiere rodar un documental).

En fin, no me molesta que se retrate una película como drama social cuando estamos hablando más bien de un drama en contexto de crisis social. Lo que no me gusta tanto es que se utilice dicho contexto para añadir carga dramática al conjunto, así como las constantes subidas de volumen y la edulcoración de escenas para que la historia resulte lacrimógena.
[Leer más +]
25 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
El colonialismo no será filmado
Se hace algo cansino, pero en estas fechas, aquellos premios que todo el mundo en el mundo del cine anhela empiezan a monopolizar los temas de conversación en este sector. No falla. Este año, como dato poco habitual, sabíamos que fuera cual fuera la película elegida por la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España para luchar por los Oscar, en ella aparecería Luís Tosar, lo cual no hace más que confirmar el excelente estado de salud por el que pasa la carrera de este actorazo. En el otro extremo, como hecho ya fastidiosamente repetitivo, sabíamos que la elección de la película que nos representará en la supuestamente más mágica noche del séptimo arte, levantaría polémica... y confusión. Un clásico. Algunos respiramos muy aliviados cuando vimos a 'Celda 211' entre las tres precandidatas, pero ni así.

Seamos honestos, hace un año, ¿quién hubiera imaginado que la que iba a convertirse en la gran triunfadora en los últimos Premio Goya no iba a llegar al otro lado del charco para optar a alguna estatuilla dorada de nuestro tío favorito? No fue así, presuntamente por problemas con la fecha de estreno y porque el último trabajo de Fernando Trueba era más representativo de nuestro país. Conózcase también como otro de los misterios que envuelven a nuestra Academia. Ni los ocho Goya conseguidos (entre los que encontramos el de Mejor Película, Mejor Dirección, y Mejor Actor) han sido suficientes para que la cinta de Daniel Monzón vaya a los Oscar. La afortunada ha sido Icíar Bollaín y su 'También la lluvia', una película que quizás haya conseguido el pasaporte a los Estados Unidos por la misma razón que la de Trueba: por la representatividad.

Este factor no se le escapa a la directora madrileña, que recordemos, se consolidó con 'Te doy mis ojos', una película que precisamente trataba sobre un tema que muy a nuestro pesar parece ser uno de los signos distintivos de nuestra sociedad: la violencia de género. Ahora, unas semanas después de que Álex de la Iglesia se riera a carcajada desfigurada, y con mayor o menor acierto de la historia reciente española, Bollaín retrocede más en el tiempo -o no- para hablarnos de otro capítulo de nuestra herencia histórica... uno que en su día enorgullecía al reino, y que ahora parece avergonzar a un estado democrático que desde no hace poco parece demasiado sentado en el cada vez más odioso lecho de lo ''políticamente correcto''.

Hablamos del colonialismo. De aquella época en la que el viejo continente se creía con legítimo derecho a poseer el mundo entero... con todas las trágicas consecuencias que esta filosofía implicó sobre todo para los pueblos ''invadidos''. Una época a la que muchos le han dado la espalda, alegando que se trata de agua pasada. Pero si algo nos ha enseñado la experiencia, es que la historia se repite.
[Leer más +]
24 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
DAR DE BEBER AL SEDIENTO
Hacía mucho, mucho tiempo que no disfrutaba tanto en una sala de cine. Gracias Icíar, por darme de beber, por escanciar ese raro licor, tan escaso, que es el cine bien hecho. (perdón por la cursilería, pero a veces es menester usarla, que para eso está)

Lo que más me gusta del cine de Icíar Bollaín es su poco interés personal en la notoriedad. Ella se agazapa tras la cámara y cede todo el protagonismo a la historia y a los actores, por ese orden. Ni ejercicios de estilo ni leches en vinagre. A las bravas. Bravo.

Aquí, la historia está muy bien escrita y expuesta. Se mantiene constantemente el ritmo y la “intriga”, que no es tal, claro, que lo de que Colón conquistó las Indias ya lo sabemos todos, pero, precisamente por eso, la película tiene el mérito de mantenerte inmenso en la acción. Y acción sí que hay, y además está rodada con maestría, ya que te mete de tal manera en la peli que llegas a sentir el conflicto en tus carnes.

Más que cine social, esto es cine histórico. Muy bien llevado el paralelismo entre la explotación indígena en los tiempos de los conquistadores y en los tiempos actuales. Por más que pasen los siglos, la humanidad avanza por sus fueros, y siempre pagan los mismos.

Siempre me ha gustado el cine dentro del cine. Aquí podemos disfrutar de los entresijos de una coproducción, contados con cierta autocrítica, que siempre se agradece. Al fin y al cabo, una peli sólo es una peli.

No tenía especial interés en verla, y, salvo cierto edulcoramiento al final del metraje, me ha gustado todo. Os la recomiendo.
[Leer más +]
18 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Pedagógico drama social
Cine dentro del cine. Es la premisa seguida por Icíar Bollaín y Paul Laverty, quienes nos trasladan a la geografía boliviana con el pretexto del rodaje de un film con el fin de presentarnos una misma historia, la denuncia al colonialismo, a través de dos vertientes distintas: la conquista del nuevo mundo por parte de los españoles se yuxtapone con el imperialismo de las multinacionales de hoy en día. Aquél se hacía en nombre de Dios. Éste en nombre del capital, la productividad y el beneficio.

Y todo se nos presenta al compás de una serie de personajes que forman parte del equipo técnico y artístico de la película en marcha (la del nuevo mundo), quienes a través de sus interacciones en el rodaje (y fuera de él) con los autóctonos, acabarán por tomar posiciones y concienciarse de la calamitosa existencia inflingida por el capital sobre la población indígena de Cochabamba.

'También la lluvia' es una película bienintencionada que, como hemos dicho, se hace eco del pasado para moralizar en aquello que dice que hay que aprender, en el presente, de los errores pasados para no caer de nuevo en ellos. Trata de abrir los ojos al espectador, buscando mostrar una realidad más humana y cualitativa del conflicto indígena de Bolivia, a fin de levantar la empatía del espectador, alejándose de números y análisis de coste/beneficio. Bollaín hurga en la herida abierta de un modo pedagógico y sencillo, pues alecciona a los urbanitas occidentales gracias al efectismo que produce la presencia de los ya mencionados artistas y técnicos en aquel escenario.

El resultado final es el de una película descompasada que no acaba de cuajar. Busca abarcar demasiado, quedando su mensaje un tanto hueco en todas las dimensiones en las que se nos ha intentado mostrar. La película alza el vuelo cuando tira por la vía del conflicto del agua, sin embargo cojea con el rodaje reminiscente del genocidio cristiano de siglos pasados, así como por los supuestos dilemas morales del equipo técnico y artístico allí desplazado, volviéndose paradigmática de estas flaquezas narrativas la mutación de Tosar, que por precipitada, innecesaria y mal presentada, ni conmueve ni es creíble.

El mensaje es claro, sincero y necesario. La forma de transmitirlo, sin embargo, no ha sido la apropiada (a años luz, por ejemplo, del mejor Costa-Gavras). Irregular.
[Leer más +]
16 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Ya hemos perdido el Óscar
Vaya por Delante que “Y también la lluvia” no es ni de lejos una mala película. Se trata de una cinta bien estructurada, mejor interpretada y que tiene una gran carga de denuncia social.

¿Es eso suficiente? Pues depende.

Vista desde un punto analítico es una gran película, vista desde la crítica de alguien que se “traga” dos películas diarias esperaba algo más que algo correcto y formal.

Me recuerda a Hotel Rwanda en esa categoría de películas formalmente buenas, a las que nadie se atreve a decir que sean malas porque no lo son, pero que no consiguen traspasar la pantalla y hacer de aquello algo diferente y espectacular. Está bien, es buena, pero…

La película de Icíar Bollaín retrata el trato prácticamente racista y sin contemplaciones al que se somete a los indígenas en muchas manifestaciones actuales, en el caso de la película por la privatización del agua y lo compara, de manera nada metafórica, con la colonización de america y el trato vejatorio de los conquistadores a los por entonces pobladores de dichas tierras.

Para ello se ayuda del rodaje de una película sobre la conquista de América (bueno sobre un cura que luchó por los derechos de los indígenas) y las revueltas sociales sobre la privatización del agua y el derecho a sobrevivir de los “indios”.

El guión viene firmado por Paul Laverty que suele ser habitual de los cines de Ken Loach, así que ya sabemos por donde van los tiros. La película la dirige Icíar Boillaín una buena directora pero que a mi personalmente no me termina de enamorar salvo por su excelente manera de dirigir actores.

Es como si todas las piezas encajaran perfectamente, es la película perfecta para Bollaín, para los actores, para el guionista…
Nadie puede decir que sea una mala película.
Pero dudo mucho que sea la película favorita de absolutamente nadie.

También la lluvia es buena
También la lluvia convencerá al público
También la lluvia no me ha convencido a mi
[Leer más +]
39 de 67 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
UNA HERMOSA Y BREVE HISTORIA INDÍGENA
Iciar Bollain probablemente tenía una bella historia sobre los pueblos indígenas y la masacre cultural y étnica que se cometió durante la invasión de los españoles.
Era una hermosa historia bien narrada y con una espectacular estructura compuesta por todos esos pequeños detalles que conmueven al espectador. Pero probablemente se quedó corta y no daba para un film con una duración convencional y entonces quizá hubo de echar mano del recurso de un rodaje,presentando la historia como cine dentro de cine. Y ahí es donde según mi modesta opinión fracasa.
Pero parece que logró su propósito pues la mayoría acepto ese recurso como parte de la propia película. Felicidades.

Un 6
[Leer más +]
13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Más Tierra que Libertad
Posiblemente la presentación sea lo mejor de la función. Los cineastas llegan para el casting y se encuentran con una cola kilométrica de personas en busca de esperanza y dos dólares. ‘No se les puede ver a todos’. Los roles se preparan y se intuyen: el duro y el débil. La economía frente a lo social. Pero hay más. Una gran metáfora sobre la inmigración en un mundo en el que no puede haber papeles para todos ni muchos pueden llegar ni siquiera a ser explotados. Por supuesto, hay rebeldía por parte de los olvidados… y un líder. Algunos de ellos y con suerte podrán ser víctimas de la explotación. Una cruz pasa por encima de ellos en un homenaje tal vez a la figura de Fellini y su santificada “La dolce vita” pero la obra no se construye y se sustenta sobre el surrealismo como crítica ácida y mordaz, tal y como haría Berlanga, sino que el guionista y pareja de la directora pretende darnos un sermón progresista en un mundo global y de historia cíclica. Hay bastante hipocresía y cierto conato de mala leche: el artísta progre tiene principios en el papel, sobre papel y de papel… pero el tono paródico-cómico se torna en docu-soci-trágico sin la correcta mirada documental y desorientada por la magnitud de mensajes y circunstancias.

Paul Laverty huele a ese viejo que nos ha contado el mismo cuento una y otra vez con diferentes personajes y escenarios. ¿Qué valor tiene contar verdades como puños si nadie se las cree por cómo las cuentas? Ninguno, al menos, para el espectador que no desconoce la verdad y ha visto esta película tantas veces que recuerda a un sermón de iglesia… El ajo te puede gustar… pero si te repite acabas por dejarlo de lado.
Existe una analogía de épocas quiere plasmarse para entender el presente y futuro. La manera de realizarlo ha sido sobre un juego metaficcional de cajas chinas, mediante la construcción de una película del descubrimiento de Colón con abuso y derecho de uso en un país low-cost, con suculentos beneficios económicos pero sin medios para explotarlos convenientemente. De la caja china del pasado se enlaza en tamaño y proporción a la del presente. El oro por el agua. La película, la realidad o esa mirada documental que se contrasta y que se olvida con el personaje de Maria (Cassandra Ciangherotti). Tal vez allí estaba la película que no nos muestra Bollaín y la que resultaría de una mirada mucho más contemporánea.

[Continúa en el Spoiler]
[Leer más +]
35 de 62 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
kharisiris contemporáneos
Adoramos a Itziar Bollain. Por fin, una cineasta española se atreve a denunciar la aberración que supuso la imposición colonial en América y la vigencia de las dinámicas de dominación económica y racial en la actualidad. La moralina es clara. Itziar nos viene a decir algo así como: "Querido blanquito cinéfilo. Aunque prefieras pagar para ver mi cine comprometido antes que cualquier otro bodrio autocomplaciente y alienante, no te despistes porque seguramente tu también reproduces conductas supremacistas. Seguramente detrás de todo tu postureo multicultural no eres más que una marioneta dócil del sistema, así que haz el favor de reflexionar sobre el lugar que ocupas y el rol que juegas dentro de los dispositivos históricos de opresión étnica. ¡Haz como mi protagonista! ¡Piensa un poco, ponte del lado de los buenos y pasa a la acción! Abandona esa razón moderna, colonial, capitalista, occidentalcéntrica y cristianocéntrica ¿Acaso eres un cuñado analfabeto? ¡Algo de ética, por favor! ¿No te das cuenta que preexiste, coexiste y prevalece un contexto social rebosante de jerarquías, injusticias y desigualdades? ¡Compromiso, camarada!

Pero Itziar no es trigo limpio. Ahí está Carlos Tena para desenmascararla. Él también es blanquito, pero es más subalterno, auténtico y proletario, que por algo publica en kaosenlared.net y en rebelión.org. En su artículo, Carlitos denuncia que "También la Lluvia" es una copia descarada de la película "Para recibir el canto de los pájaros" del (gran) director boliviano Jorge Sanjinés. Su conclusión es que la posibilidad que Itziar Bollain desconociera el film predecesor es tan improbable como que Rajoy no supiera nada de la contabilidad B del Partido Popular. Preguntada por el presunto plagio por un periodista del diario boliviano La Razón – sí, españolitos míos, diario boliviano La Razón, ¿no será este nombre una herencia de la metropoli más rancia?... Como decía, preguntada por el periodista del periódico boliviano La Razón, Itziar Bollaín respondió que le habían hablado de la película de Sanjinés, pero que su equipo de producción no había podido conseguirla. ¡Qué incompetencia! Los asesores de Itziar y ella misma no saben utilizar el youtube. ¡Menuda desfachatez! Qué menosprecio al director de cine boliviano más reconocido de la historia del país, además de un ejemplo vivo de acompañamiento de las luchas de los pueblos indígenas.

¡Entonces veneramos a Carlos Tena! Eso sí que es un crítico. Hacen falta este tipo de personas honestas, siempre en la barricada, capaces de denunciar al cine de denuncia cuando lo consideran hipócrita, defraudador y endeudado. ¡Deudas que ni siquiera reconocen! Carlos Tena nos viene a decir: ¡Cuánta falsa consciencia esa Itziar que se apropia del guión de un autor boliviano, pero con los medios técnicos y económicos occidentales! Y nos hace reflexionar sobre si esa actitud no será también colonial, ya que lejos de tomar consciencia de los privilegios derivados de su nacionalidad, clase social y formación profesional, Itziar utiliza su posición en la estructura social para enriquecerse y colgarse unas medallas inmerecidas.

Pero el culebrón todavía tiene un capítulo más oscuro, tenebroso y deprimente. Días después de la publicación del artículo de Carlos Tena, el filósofo boliviano Andrés Laguna denuncia que nuestro héroe robó algunas citas suyas, sin reconocer su autoría. Escribe Andrés Laguna: “Curiosamente, casi todos los medios bolivianos a la hora de hablar de También la lluvia, la cinta de Iciar Bollaín que acaba de estrenarse en nuestras salas, mencionan un artículo de Carlos Tena, que se publicó el 21 de enero en su blog y el 22 en la página kaosenlared.net, así como en rebelión.org. Titulado “También la Lluvia: ¿Coincidencia o plagio?”, el texto señala con imprecisión, algunas similitudes entre También la lluvia y Para recibir el canto de los pájaros, además, baraja la posibilidad de un robo intelectual y creativo. Lo que llama poderosamente mi atención es que la difundidísima nota de Carlos Tena, en gran medida, está construida a partir de párrafos que extrajo de un artículo mío y de algunos otros que se publicaron en El País a propósito del estreno de la obra de Bollaín en España. Llama más mi atención que lo que se extrajo, no se hizo en forma de cita. Es decir, el artículo en el que Tena se yergue como el gran defensor de los directores menos conocidos, de los cines periféricos, en el gran detector de plagios y de robos creativos, es justamente un plagio. Evidentemente, mis compañeros periodistas nunca se dieron cuenta del hecho. Me pregunto si ésas no son más que ironías de la vida o simplemente es una muestra de que cada vez la gente tiene menos vergüenza y rigor. Mi nota, titulada “Sobreviviendo”, se publicó en la RAMONA el 8 de enero, en mi blog (http://tiemporecuperado.blogspot.com) el 13 y poco tiempo después en la revista on-line Cinemas Cine, mucho antes que el texto de Tena. En ella apuntaba: “Lo que llama la atención es que algunos pasajes, parte del lenguaje cinematográfico, algunos personajes y, en gran medida, el discurso de la película recuerdan peligrosamente a Para recibir el canto de los pájaros, la infravalorada cinta del maestro Jorge Sanjinés. ¿Será mera coincidencia?”.
[Leer más +]
13 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Icíar Bollaín se vuelve a superar.
Creo que son cinco los largometrajes que ha dirigido hasta le fecha Icíar Bollaín. Y de momento se puede permitir el lujo de decir que no ha dado ni un solo paso en falso. Es más, en cada uno de ellos ha ido creciendo, si no en resultados, sí en ambición y en retos superados.
Con su última película, También la lluvia, se ha enfrentado a su proyecto más difícil. No solo por la complejidad de desarrollar toda la producción de la película en Bolivia, sino porque, además, la historia que cuenta abarca muchos temas, y lo hace de forma compleja pero consiguiendo que en todo momento la historia, las historias, lleguen al espectador.
También la lluvia responde a la etiqueta de cine social y comprometido pero dejando a un lado los aburridos clichés que suelen acompañar habitualmente a este tipo de películas.
Icíar Bollaín sabe combinar en esta película dos historias que vienen a ser la misma, pero separadas por varios cientos de años. El guionista Paul Laverty, que suele colaborar con Ken Loach, utiliza hábilmente el recurso del cine dentro del cine para conectar las dos historias de forma no especialmente sutil, pero sí eficaz.
Un grupo de españoles viaja a Bolivia a rodar una película sobre la llegada de Colón a America, porque rodar allí les resulta más económico. Su presencia allí coincide con la revuelta en contra de la privatización del agua y su venta a una multinacional americana, que ocurrió en el año 2000. A las tensiones propias de un rodaje hay que añadir las provocadas por una revuelta que pone al país contra las cuerdas. Entre tanto las similitudes entre la película que se rueda y los sucesos que están ocurriendo son bastante significativas.
La galería de personajes abarca todo el abanico posible, y las diferentes ópticas desde las que se afrontan los conflictos, pasados y presentes, dan una visión amplia y compleja de los hechos. En ese sentido la lucidez del personaje que interpreta Karra Elejalde es bastante significativa.
La directora Icíar Bollaín consigue trasladar la historia a la pantalla con una fluidez notable, haciendo que pasado y presente vayan de la mano ofreciendo un mensaje común. Y aunque pueda parecer que estamos ante una película densa o pesada, nada más lejos de la realidad. Todo en También la lluvia trasmite una ligereza muy de agradecer.
Para redondear el resultado, la película cuenta con un amplio reparto que defiende con energía y, en algún caso, mucho entusiasmo a sus personajes, destacando el trabajo de Luis Tosar y Karra Elejalde.
[Leer más +]
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
También me mojo
Película en la que un grupo de personas se relacionan en un ambiente lejano e incómodo; estas personas son actores españoles que van a rodar una película sobre el en Bolivia en medio de una revuelta nacional. Trata de mostrar la doble moral de estos actores en el entorno y su relación con las clases sociales de ese país, la concienciación ante los problemas y sus consecuencias. En definitiva la relación entre conquistador y conquistado, dualizando la época actual y la del descubrimiento de América.
Personalmente me he aburrido, la trama me ha parecido algo forzada y no me acaba de convencer la evolución de algunos personajes, además se mete con calzador el estereotipo de hombre rico-malo, pobre-honrado que resta credibilidad.
Los actores a excepción de Elejaldre, no me dicen nada, me han parecido planos y monótonos, especialmente García Bernal (lo siento chicas). Ni siquiera me convence Tosar pero porque no me creo su evolución durante la peli, pasa de 0 a 100 sin una explicación clara.
Sinceramente si lo que se pretende es concienciar con la lucha de clases, injusticias sociales, etc… hubiera más interesante rodar un documental.
[Leer más +]
14 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Dedicado a mi amiga, la aprendiz de productora
Qué bien se pasa en los rodajes! Tengo una amiga que trabajó un tiempo en una productora y le encantó. No me extraña, japuta. Qué jolgorios, qué jartás de whisky, qué cenitas superinteresantes con discusiones de historia incluídas, qué viajecitos más chulos! Además qué cantidad de tíos buenísimos. Que sí, que se sufre un poquillo porque uno se implica en los problemas de la gente y tal, pero... y lo enriquecedor que es? De qué y de cuándo iba uno a preocuparse del problema del agua en un pueblito boliviano si no se hubiera confraternizado con sus habitantes a través del cine?

Entonces cuál es el problema? Pues el problema es que no me creo nada. Para empezar no me creo que un productor decida rodar una peli en un lugar en el que la conflictividad social es el pan de cada día, poniendo en peligro a todo el equipo y al proyecto mismo. En la película esto se solventa haciendo ver que el problema casi que surge cuando ya están allí, vamos, que les pilla de sorpresa. Pero la realidad es que un conflicto tan fuerte no aparece así de la noche a la mañana en ninguna parte y que la principal obligación de un productor es evitar ese tipo de cosas. O sea, que el productor de la historia ésta es un matao como la copa un pino. Le hubiera bastado con pasarse por el sitio en cuestión unos diítas antes del rodaje para darse cuenta de que no era el lugar más apropiado. Y también se hubiera ahorrado el patético final en el que se ven envueltos, que más parece una peli de reporteros de guerra que del rodaje de una película.

Y luego está la visión maniquea del asunto. Los indios son superbuenos, superincorruptibles y superhonrados, y los colonizadores (o sea, el equipo) son una panda de aprovechados y abusadores que están encantados con pagar 2 euros por extra. Eso sí, cuando empiezan a implicarse con los indígenas se volverán buenas personas e incluso participarán activamente en la lucha por la causa. Y la película que se vaya al cuerno. De repente se dan cuenta de que allí han ido a luchar, que es lo importante, y el proyecto... pues mira, si sale, bien, y si no sale, pos oye, tampoco pasa nada. Más se perdió en Cuba. No sé, soy yo la única que ve todo esto un poquillo raro?
[Leer más +]
37 de 69 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
CRÍTICA SOCIAL QUE SENSIBILIZA LOS CORAZONES
Excelente crítica social la que nos aporta Bollaín.
Las imágenes nos muestran la sobreexplotación realizada sobre los indígenas bolivianos, ayer, hoy y casi con toda seguridad mañana. Además de exponernos dicha crítica, también la realiza sobre el mundo propio del cine, sobre como muchos directores dejan de lado las correctas caracterizaciones y el rigor histórico, todo ello para abaratar gastos, siempre con la sombra del productor detrás.

Bollaín logra su propósito realizando una comparativa con lo que ocurrió en el descubrimiento de esas tierras y con lo que sucede ahora, siempre perdiendo los mismos.
Si la intención de la directora es palpar la fibra sensible del espectador y concienciar del tratamiento hacia los indígenas, lo consigue con nota.

En lo que respecta a la película en si, gran trabajo de la directora al engarzar 2 historias, sus secuencias y la resolución de ambas en el tiempo. También la lluvia, comienza describiéndonos la situación que va a acontecer y la que ocurrió con la llegada de Cristóbal Colón. Durante esta primera parte, la película transcurre con un ritmo quizá demasiado lento pero esto se soluciona a continuación con una puesta en escena mucho más dinámica.

Los actores realizan un trabajo destacable subrayando sobremanera Karra Errejalde. Aduviri con fuerza y muchas tablas para ser su primer trabajo. Tosar correcto, el puede dar más. De lo más flojito Gael Garcia Bernal que no llega al espectador en ningún momento.

A titulo personal, comentar que me hacen mucha “gracia” las críticas negativas que se encuentran en esta página. Y no me refiero a la película en si, ya que los gustos son libres y para ellos los colores, lo que no logro comprender es cuando no se está de acuerdo con lo que a la crítica social se refiere. Quizá es que existen muchas “almas acomodadas”.
[Leer más +]
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
TAMBIÉN... no es auténtica
"También la lluvia" es una película correcta hecha para ganar premios, a pesar de la temática trasgresora y anti-imperialista, muchas películas así se han alzado con la estatuilla de oro al mejor film extranjero, incluso al mejor film americano. "También la lluvia" no es cine social al 100% ya que la música, el montaje, la fotografía así como ciertas situaciones forzadas invitan a tal conclusión, en mi poco humilde opinión.(punto). "También la lluvia" es una película entretenida y con mensaje, original en muchos aspectos y fallida en otros tantos. Sobran varios diálogos y algún que otro personaje, como el de la chica del making off que no es más que una marioneta al servicio de Icíar para rizar más el rizo con el tema de "Cine dentro del cine". Las interpretaciones son correctas y Luis Tossar tiene que esforzarse en alguna ocasión para dar credibilidad a lo inverosímil de sus acciones, inclusive el propio Gael García tiene que hacer tal esfuerzo. Particularmente me gusta el personaje de Karra, el hombre... "al que nadie espera". "También la lluvia" (y me reitero) es posible que sea una película buena, entretenida y con enganche pero no es auténtica, no es cine social puro y duro... no es Ken Loach en sus mejores tiempos... ni mucho menos. Tampoco hay que dejarse engañar amigos... a pesar de las buenas intenciones.
[Leer más +]
15 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Dualidad
Icíar Bollaín es nuestra Directora más conocida y una de las que más cine social hace en nuestro país. Eso no se lo podemos negar. Así, ya desde su debut en “Hola, ¿Estás sola?” nos demostró que con pocos medios se podía sacar adelante una historia solvente, humana y cercana.

Según ha ido creciendo en importancia y en presupuestos las películas han ido perdiendo fuerza como su fallida “Mataharis” (esplendidas son “Flores de otro mundo” o “Te doy mis ojos”).

Partiendo de un guión de su pareja y guionista habitual de Ken Loach, Paul Laverty, nos muestra un hecho que aunque cercano en el tiempo un gran desconocido para nuestra sociedad, la denominada “Guerra del agua” de Bolivia ocurrida en el año 2000.

El planteamiento del que parte es que a través de un acontecimiento para la ciudad de Cochabamba (la tercera ciudad del país) como es el rodaje de una película sobre Cristóbal Colón en un país oprimido por la pobreza (con lo que supone en dinero y trabajo para los locales) se va transformando en un drama por la privatización del abastecimiento de agua municipal para que pase a manos extranjeras. Los acontecimientos se van precipitando y los miembros del rodaje tienen que tomar partido o cerrar sus ojos ante lo que está ocurriendo.

La trama va moviéndose como un columpio en una dualidad de personajes y de ambientes. Por un lado, la película en sí misma mediante escenas completas de cómo quedaría montada ésta y por otro lado las peripecias del rodaje que se van entremezclando y diluyendo por un acontecimiento mucho más importante que la película. Pero no acaba de conseguir convencer esa dualidad. Quiere que los personajes pasen de ser más idealistas (como el Director) a más pragmático y al revés con el Productor (al cual sólo le importa acabar la película y gastarse el menos dinero posible a pasar ser un implicado por decisión propia en la batalla). En momentos los personajes tienen fuerza pero en otras se diluyen como azucarillos y aunque se mantiene con interés la historia te deja la sensación de que podía haber ido más allá. De ser más claro el mensaje y no tan políticamente correcto con concesiones a ambos lados. La labor de Boallín como Directora es correcta, con oficio y agradable pero le falta ese punto de sal para que el arroz sepa sabroso y no se quede soso.

No todo es negro ni todo es blanco. La gama de grises de los intereses (tanto en el cine como en el movimiento social que muestran o en la vida misma) es muy amplia y no hay que ser tan parcial, y por ello no creo que ni sea posible que sea considerada ni siquiera para la nominación al Oscar al que aspira.
[Leer más +]
14 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ver críticas con texto completo
Más información sobre
Fichas más visitadas