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74 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
7
Soñadores en la fauna
Esta producción francesa adapta libremente la aclamada novela de Muriel Barbery, La elegancia del erizo. La realizadora afirmó que, al tratarse de una novela muy literaria, valga la redundancia, se tomó la adaptación como un reto. Su intención fue conservar el espíritu de la primera lectura, esa que nos coge por sorpresa, desnudos, que no da apenas tiempo a analizar todos sus entresijos.

Lo que más le llamó la atención del libro original fue el trío protagonista: la joven Paloma (Garance Le Guillermic), la entrañable portera Renée (Josiane Balasko) y el enigmático nuevo inquilino japonés, el señor Ozu (Togo Igawa). Y precisamente en ellos establece los pilares de la narración. Contrapone desde el primer momento a estos tres individuos, introvertidos pero con un gran equilibro interno, con su aburguesado y cínico entorno, formado por seres aparentemente extrovertidos y abiertos pero con un mundo interior totalmente patas arriba.

La pequeña Paloma, desencantada de este mundo en el umbral de la infancia, graba con su cámara casera (versión audiovisual del diario en la novela) a toda la gente que le rodea, sus familiares, sus vecinos, como animales deambulantes por la sabana, como un pez rojo dando vueltas y vueltas en la pecera, metáfora esta última que la directora ha tenido el detalle de representar visualmente, dándole un plus de significación, sobre todo con su reaparición hacia el final del metraje, con una cierta intención anticipatoria. Son precisamente Renée y el señor Ozu los únicos que parecen escapar a esa inquietante tónica dominante, como erizos con duras púas pero sensible y frágil abdomen.

La directora impregna de onirismo y poesía, sin prescindir del necesario aroma revelador, un universo cotidiano encerrado en un edificio que actúa como un cuarto personaje, escondite de sus personajes ante la calle que se presenta como un vivero de aventura pero a la vez peligro, con terribles consecuencias. Crea una fábula atemporal en la que convergen una trayectoria iniciática, la de la niña curiosa e inteligente en los albores de la brecha de la adolescencia, con una concepción radical de la muerte como solución a la vida que le espera, la adulta, que le causa pavor; pero bajo su mirada se nos muestra otra trayectoria, de segundas (o últimas) oportunidades, con el encuentro de dos viudos, solitarios y soñadores que se resisten a caminar solos hacia la vejez. La inesperada resolución de esta segunda trayectoria funciona a modo de homilía para la pequeña Paloma, que de esta manera reinterpreta en un sentido más prudente los conceptos de la vida y la muerte que a su temprana edad ha desarrollado.
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79 de 92 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Busquemos erizos
No os la perdáis. Encantadora peli. Me gusta mucho salir del cine, cuando una película me ha llegado e irme pensando en cada uno de sus personajes: En las frases que han dicho y en lo que han querido decir, sin decirlo. Esa misma noche antes de irme a dormir, vuelvo otra vez con ellos. Son personajes que se quedan grabados junto a un gesto, una mirada, un beso o un enfado, de los que ya nunca podrán despegarse. Personajes que pasan al salón de invitados que tenermos escondido en nuestro cozarón. Y al que más de una vez volvemos abriendo rápidamente la puerta, cuando lo que vemos fuera nos pone tristes. Dulce es la niña. La hermana pequeña que necesita el mundo. Elegante y alargada es la sombra que proyecta el inquilino japonés que tanta paz y sabiduría transmite. Y además, siempre, siempre, con una sonrisa. Y maravillosa es la figura del erizo. Ella; la portera. Dura por fuera; maravillosa por dentro. ¿A cuántos erizos habré dejado pasar en mi vida? Desde esta película, prometo fijarme más.
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61 de 72 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Todas las familias felices se parecen...
Estupenda adaptación de la novela, es una maravilla ir a ver al fin una película que no sólo respeta la fuente literaria, sino que está a la altura de la misma y conmueve tanto o más. El trío protagonista es excelente, como sus interpretaciones. La atmósfera, los personajes secundarios... todo es tal y como se recrea en el libro, como los lectores hemos imaginado. Las licencias que se permite la directora, como cambiar el diario de Paloma por sus filmaciones con una videocámara, no sólo no chirrian, sino que son totalmente acertadas, debido a la diferencia entre el lenguaje escrito y el cinematográfico. Se agradecen hasta los silencios de Renée, mucho más que si se escuchase la voz en off con sus pensamientos. Magnífico, por cierto, el trabajo de la actriz que le da vida.
Todo un hallazgo, y más sabiendo que se trata de una directora novel. Mención especial para la música.
Altamente recomendable tanto para los lectores de la novela como para los que no lo sean. Conmovedora, crítica, con toques de un humor sutil e inteligente... lo dicho: toda una agradable sorpresa.
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50 de 63 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Soledad con atenuantes
La película es la adaptación de un libro que ha sido un éxito en ventas.
¿Se debe, en un caso así, leer primero el libro y luego ver la película, o al contrario?
¿O tal vez la lectura del libro o la asistencia a la proyección de la película aconsejen no acudir a su complementario artístico para evitar la decepción, en el primer caso, o el aburrimiento, en el segundo?
He ido a ver la película sin haber leído el libro y tengo la intención de leerlo una vez vista la película. Mi opinión no está pues contaminada por la fidelidad de la adaptación.

Estamos ante una reflexión bastante lúcida sobre algunos temas eternos: la incomunicación, la afinidad, la sensibilidad, la mediocridad, la familia, la cultura, la muerte… pero, sobre todo, acerca de la soledad y de los mecanismos que utilizamos para evitar reconocerla. Gira en torno a tres personajes atípicos, magistralmente interpretados: una niña superdotada, una intelectual camuflada y un sabio oriental vitalista y receptivo.

La rareza de los personajes es un arma de doble filo: permite composiciones inéditas pero deja un poso de inverosimilitud.

Los tres personajes están solos, pero sus soledades son diferentes: la de la niña se debe a la incomprensión del medio debido a sus características; la de la mujer, a su desconfianza de poder relacionarse con sus iguales culturales; la del hombre, a sus circunstancias espacio-temporales. El engarce entre ellos es lógico aunque, de inicio, un poco forzado. Su relación a tres bandas, interclasista, intergeneracional, interracial, intercultural e interprofesional, pone de manifiesto que por encima de todas las cosas, incluidos los vínculos de sangre, nos une la sensibilidad, la capacidad de emocionarnos con las mismas cosas. "Toda la luz del Universo, la verá un día el hombre por la ventana de una lágrima", decía León Felipe. Los afines no se buscan, se reconocen a medida que se encuentran.

Una persona con inquietudes culturales nunca está del todo sola, viene a decir la película. La soledad es, entonces, mucho más llevadera. En caso contrario se tiene una pobre vida interior y el que no tiene una vida interior intensa convive con un extraño. Si amar la soledad es preferirse, poder sobrellevarla es aceptarse, lo que no está al alcance de todos. Y cuando dos personas con inquietudes culturales similares se percatan de la existencia de ese otro con análoga sensibilidad se produce una atracción, un magnetismo, que inevitablemente lleva implícita una sinergia vital que, como otros grandes sentimientos, será perpetua mientras dure.
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35 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
El erizo y la pecera
No he leído la novela.
Parece que cualquier crítica a una película basada en un best-seller debe empezar dejando este punto claro, para evitar comentarios innecesarios.

La ópera prima de Mona Achache da una magistral lección de buen gusto por su quehacer, mimando con tacto unos personajes, unos planos, y un montaje acompasado y elevado por una gran banda sonora firmada por Gabriel Yared (El Paciente Inglés, Cold Mountain, El Talento de Mr. Ripley, City of Angels...). Un trío protagonista formado por erizos, seres encerrados en sí mismos, pero con un mundo interior muy rico y culto, rodeados de burgueses adinerados y aparentemente felices y extrovertidos, pero insatisfechos y arruinados en su interior. Reneé, una conserje cuarentona, que casi nunca sale de su casa y se dedica a devorar libros en secreto. Paloma, una niña de once años muy inteligente y desencantada con el mundo, que tiene planeada la fecha exacta de su suicidio. Y Kakuro Ozu, un adinerado japonés que se traslada al edificio donde viven ambas, con una visión de la vida que les hará congeniar y cambiar sus vidas. Peces que mutaron a erizos, para conseguir espinas con las que apartarse de los demás, y aislarse en su mundo, con tal de no ver esa pecera que les oprime y asfixia, que les recuerda que jamás serán libres, que no escaparán a su destino.

Referencias a Mozart, Edmund Husserl, León Tolstói (Anna Karenina), u Ozu (en el personaje de Kakuro y en referencia a la película "Las Hermanas Munekata") completan los detalles de esta inspirada y cautivadora obra, que dejan paso a la reflexión y a la ilusión de que algún día podamos tener un vecino japonés como Kakuro Ozu.
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25 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Agua de borrajas
Los títulos de crédito del final dicen que es una libre adaptación de la obra "La elegancia del erizo": ¡y tan libre!

Era difícil convertir el discurso de las protagonistas de la novela al lenguaje cinematográfico, pero había material como para hacer algo más que filmar la sinopsis de la novela sin profundizar en ningún personaje ni desarrollar la trama. Todo lo que han hecho ha sido poner a la niña una cámara para que filme aleatoriamente.

La persona que no ha leído la novela verá una película sosa y ñoña, con una protagonista hosca por la cual un japonés acomodado se interesa súbitamente sin que a lo largo de la película se llegue a saber cuál es la razón de tal interés. Sí que es verdad que no todo el mundo lee a Tolstoi, pero ese mero hecho no convierte a nadie en una joya por descubrir y, menos aún, como es el caso, en una joya directamente. La pareja que conforman la pareja de la portera y el japonés es sencillamente increíble.

La familia de la superdotada niña, que en la novela queda diseccionada por ésta y, en sentido más amplio, parte de la sociedad francesa actual, se queda en un esbozo absolutamente superficial que no explica apenas nada.

La persona que haya disfrutado con la novela, escrita por una profesora de filosofía, llena de reflexiones interesantes y con muy buen pulso narrativo, verá que la novela se ha quedado convertida en agua de borrajas, en un bodrio, en un caldo sin sustancia, en una versión libre de la novela que consiste en convertir el diario escrito de la niña, de cuyas reflexiones la película hace caso omiso, en un diario filmado que no tiene nada que ver.

Afortunadamente, sólo dura 95 minutos: suele suceder a veces que hay personas que no tienen nada que contar ni cómo contarlo y le dan vueltas durante dos horas o más.
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55 de 94 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Bajo las púas
“El erizo” cuenta con talento y originalidad la historia de una inteligentísima y muy creativa niña perteneciente a una familia burguesa parisina, quien establece amistad con la portera de su edificio y con un maduro y educadísimo japonés recién llegado al inmueble.

Es extraordinario el tratamiento que hace su directora de estos tres estupendos personajes, destacando especialmente el que da título a la película: una portera aparentemente vulgar debido a sus numerosas púas -su descuidado aspecto, su fealdad o su actitud arisca-, que encierra dentro de sí a una persona extraordinariamente cultivada e intelectualmente en las antípodas de lo que las etiquetas sociales colocan a su profesión. Un erizo, efectivamente.
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20 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Tolstoi y la felicidad
Una de las más grandes novelas jamás escritas, "Ana Karenina", comienza con estas frases:
"Todas las familias dichosas se parecen, y las desgraciadas, lo son cada una a su manera."
Esas sabias frases, escritas por León Tolstoi, un gran genio de la literatura, son el móvil y el ideario central de esta comedia dramática, o drama cómico, de Mona Achache.
En el número 2 de la calle Eugène Manuel de París, en un edificio lujoso, la directora francesa ha creado un microcosmos en el que nos adentramos, por medio de una niña muy observadora y analítica para su corta edad, y de una portera retraída, los cimientos de la infelicidad vital, de las neuras e insatisfacciones que atacan al ciudadano medio, y del hallazgo de pequeños soplos de alegría que hacen que merezca la pena seguir levantándose y afrontando un nuevo día.
Paloma, de once años, ha adoptado una drástica decisión, que tiene la intención de poner en práctica más adelante. No quiere crecer para ser un pez más encerrado dentro de una pecera de cristal, como ella percibe esa esclavitud de los mayores que se atan a vidas que los hacen desgraciados. Su madre tiene tendencia a las depresiones, acude a un psicoanalista y toma fármacos; su padre es un político de prestigio, muy ocupado; su hermana mayor es una muchacha vana y egoísta. Sin elementos de empatía con su familia, Paloma se limita a observarlos y grabarlos con su cámara, haciendo mordaces comentarios sobre sus maneras de ser y de vivir. Y no se comunica con ellos.
Pero no tarda en descubrir que la señora Renée Michel, la reservada y silenciosa portera del edificio, es mucho más de lo que quiere aparentar. Similar a un elegante erizo, que por fuera está lleno de púas disuasorias, pero por dentro oculta la delicadeza de un espíritu sensible y cultivado. Y el brote de la afinidad surgirá entre ambas, mientras un nuevo vecino, el señor Kakuro Ozu, se instala en un piso vacante y entrará a formar parte del pequeño universo privado de Paloma y Renée.
Cine de autor intimista y bello con esa sencillez de los pequeños detalles, de los descubrimientos que uno puede realizar a pocos pasos de sus narices. Extraños viviendo puerta con puerta, abriendo los ojos repentinamente al hallazgo de que en el mismo portal puede estar la llave para la felicidad, la amistad y la compañía.
Personas solitarias en busca de almas afines, erizos que gritan en silencio en medio del aislamiento, peces que sueñan con encontrar el mar o, en su defecto, una pecera en la que no les importe estar encerrados porque hayan aprendido a aceptar la cotidiana belleza de lo que se ve al otro lado del cristal.
Erizos, peces y Tolstoi.
Y estas palabras de Paloma: "Lo importante no es morir, sino lo que se hace en el momento de la muerte."
Lo que te llevas contigo cuando te marchas.
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13 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Querer lo que se hace
Puede que sea la peli más mentirosa del 2009, pero la vida también es una gran mentira que demuestra que el secreto de la felicidad no está en hacer lo que se quiere sino en querer lo que se hace.
Calzarse unas zapatillas al llegar a casa.
Comer chocolate negro.
Prepararse un té caliente.
Amar.
Y leer libros como la Elegancia del erizo de M.Barbery.
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14 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Falsa, tramposa y cursi
No me creo a la niña. Una niña de 11 años haciendo reflexiones propias de un adulto, no es creíble ni tan siquiera como licencia. No puede ser nuestra guía en la mirada que la película lanza a esa sociedad francesa burguesa y paleta y a esa portera fea y hosca pero culta. Y no puede serlo porque no es una mirada auténtica, está hecha a través de una impostura; las reflexiones de Paloma son las que haríamos como espectadores viendo como una niña muy madura e inteligente reflexiona desde su condición de niña de 11 años sobre el mundo que le rodea. Pero dichas reflexiones nos vienen impuestas directamente, pensadas por una pequeña de forma increíble y discursiva. No es le mundo visto a través de los ojos de una niña lúcida, sino el mundo visto a través de los ojos de un adulto lúcido puestos en un cuerpo de niña. De ahí la falsedad y la inoperancia del artificio narrativo.
No me creo a la portera. Su aspecto esta buscado demasiado evidentemente para que nadie pueda sospechar que ella es alguien cultivado. El problema se agranda cuando, al discurrir la película, su comportamiento se asemeja más al de una portera inculta que al de alguien que lee y ve películas japonesas antiguas.
No me creo al japonés. Es un personaje dibujado sin ningún tipo de matiz. De repente aparece en escena y toda la película permanece con esa sonrisa boba. Y bobamente corteja a la portera sin que en ningún momento nos expliquemos el motivo. Nadie se cree que por ver que la portera lee a Tolstoi, así, sin más, un japonés refinado va a invitarla a cenar un día tras otro. Es inverosímil esa relación. Y tramposa.
El único momento brillante es la cena del principio. Luego la familia de Paloma termina siendo una mera caricatura.
Todo ello bañado con la cursilería imbeciloide marca “Amelie” tan desagradable.
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38 de 68 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Algunas genialidades dentro de una obra muy pedante y sosa
Sin lugar a dudas, "El erizo" es una película realizada con muy altas pretensiones que confunde lenguajes narrativos (en este caso el de la literatura y el cine) y genera una atmósfera de pedantería, muy propia, por otra parte, de la línea histórica del cine francés. La salvo de la quema por algunos diálogos muy buenos y alguna que otra escena que roza la genialidad, pero, en su conjunto, no me parece una película de un 7 de media. Una vez más, los artificios ornamentales han podido más con el peso narrativo dentro de la mayoría de los espectadores.

Lo mejor: algunos diálogos.

Lo peor: lo inacabado de las relaciones entre los personajes, esa sensación de vacío que deja cuando la finalizas.
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12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
LA VIDA ES UNA PECERA
Otro gran descubrimiento, Mona Achache. Ésta es su primera y extraordinaria película.
Las protagonistas son un trio: la joven y reflexiva Paloma (Garance Le Guillermic), la entrañable portera Renée (Josiane Balasko) y el enigmático y cálido nuevo inquilino japonés, el señor Ozu (Togo Igawa) que se enamora de la portera. Y precisamente en ellos establece los pilares de la narración. Los tres personajes son introvertidos.
Las reflexiones de la adolescente Paloma son interesantísimas. El personaje de la portera es inolvidable así como el nuevo inquilino japonés.
La historia está llena de una dulce poesía.
Un sencillo y profundo film sin melodramatismos y que es capaz de hablar de profundas realidades humanas de forma muy tierna.
Tiene momentos cómicos y otros de precioso dramatismo.
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15 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Cuando todo NO es lo que parece...
...y de repente, sin más, se cruza en tu vida una persona que es capaz de ver más allá de tus ariscas, cómodas y puntiagudas púas, te das cuenta de que hay sentimientos que van más allá de los muros y fachadas que nos autoimponemos y que por mucho que se eviten, son sensaciones inevitables. Es entonces cuando se debe de tener la madurez de asumir unos sentimientos de los cuales contradictoriamente, te escondes y no quieres que broten en tí (aunque en el fondo de tu corazón, siempre los desees con el alma).
Es cuando una personita pequeña es capaz de abrir los ojos con una claridad tan aplastante hacia todo lo que ocurre a su alrededor, con una visión tan lógica, melancólica y realista, que da vergüenza ajena observar lo ciegos que están el resto de adultos que le rodean, y eso que se supone que los adultos, son ellos.
De eso mismo trata esta película, de suposiciones que en el fondo, no lo son, de esas personas que te miran a los ojos y saben ver más allá de ellos hasta llegar a su profundidad. Y por el contrario, de esas personas que te miran a los ojos cada día durante millones de veces y son incapaces de ver nada dentro de ellos, estas personas que se sienten más cómodas con una vacía conversación con plantas.

Una película totalmente recomendable, que incita a la reflexión y que no os podéis perder.
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11 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Flojita
Es una verdadera pena, porque esta podía haber sido una gran película. Los actores son fantásticos, y la intención es buena. La música es estupenda, y la dirección artística es colosal. Ahí se acaba todo. Ni la historia convence, ni la fraseología es creíble. Hay una artificiosidad en los diálogos que atufa, algo muy francés, por otro lado. A lo mejor para un público francés estos diálogos funcionan, pero para un español acostumbrado a los diálogos frescos de un Almodóvar o un Colomo o un Cuerda, "El erizo" suena a prospecto del Gelocatil.

El personaje de la Balasko es plano, no sabemos nada de ella y por tanto no podemos ni quererla ni comprenderla. La niña, simplemente, no es creíble. El japonés es encantador, pero no acaba uno de entender tampoco lo que pretende ni lo que busca ni de qué va.

La película se apoya en tres pilares (o cuatro): la belleza mística del vecino japonés y su elegancia innata; la interpretación de la Balasko; la música; el maravilloso "artwork" de la habitación de la niña, que incluye animación, pop-ups, pintura mural, etc.

Lo demás, flojito.
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10 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Pobre niña pija incomprendida
Película típicamente francesa que hace un retrato de la vida burguesa parisina, en este caso, de la vida burguesa en general. Inicialmente relata la superficialidad y clasicismo de los ricos desde el punto de vista de una niña que se considera incomprensible y posteriormente, con la entrada en escena de Togo Igawa, desde el punto de vista de un anciano millonario. Las dos posturas son válidas aunque la única que me parece coherente y real es la de este último. En la actuación de la niña veo el gran lunar de esta película, porque o esta niña es superdotada, o es imposible que con 11 edad tenga una educación cultural tan amplia.
Me quedo claramente con la actuación del anciano japonés y de la portera de la comunidad que es en lo que me quedo básicamente para entender la intención del director porque el papel de la cría no me lo creo hasta bien entrada la película.
Están bien por otra parte, las referencias artísticas, musicales o cinéfilas de la misma así como su estética animada.
En definitiva, buena película con una historia que envuelve y sobre todo con un gran mensaje crítico, hacia la superficialidad de la burguesía y su indiferencia hacia lo que ellos consideran inferior, hacia la importancia de la vida en sí que es objeto de desprecio durante toda la película por uno de los personajes.
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8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
De cómo hacer una castaña lacrimógena
Con brevedad, para no cansar a nadie.

¿Alguien se cree que la protagonista, una niña de 11 años, tenga esa suma de conocimientos? Usa un vocabulario erudito, dibuja con maestría, estudia japonés, está todo el día con la cámara de vídeo y no la vemos un momento estudiando. ¡Ah! ¿Es una niña superinteligentísima? Bueno, será así cuando su intención es el suicidio… Es que la pobre vive en una familia bien acomodada…

“El erizo”, la portera, personaje tan poco creíble como Supermán. No sabemos de qué vive. No se gasta el dinero en peluquerías, ni en prendas de vestir de alta confección, ni en tomarse una caña, vamos. Porque no sale de casa más que para hacer la compra y sacar los cubos de basura. Pero eso sí, tiene una librería de cientos y cientos de libros, faltaría más, real como la vida misma, y naturalmente conoce la filmografía de Yasujiro Ozu, es que es muy culta ella, tanto como la niña. Y aunque sea fea, gorda, vieja, con cara de perro ladrador, va a cautivar al japonés de un flechazo certero. No sabemos qué habrá visto en ella, pero “colado” se ha quedado sin motivo alguno…porque no creo que haya sido porque la portera lea a Tolstoi. Él, otro personaje muy ilustrado, como si no hubiera conocido jamás a una mujer culta. Me cansa esa sonrisa perpetua.

Pues nada, con estos tres personajes y con un poco de música ñoña se hace una película cursi, pedante. Un bodrio completo. Como la había grabado en un regrabable.., pues eso. Tomaremos nota de la directora. Tengo un cajón reservado a directores pestiños.
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21 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Efectivamente: muy francesa
Me parece genial que se busque sensibilidad, cultura y se potencien valores como la amistad, no juzgar por las apariencias y todo eso ¿a quién no? Pero, francamente, tantos tópicos sobre todo, en la familia de Paloma, quedan ridículos y desfasados. Esa idea recurrente de considerar a toda la gente de pasta como histéricos, consumidores de antidepresivos, adictos al psicoanálalisis, incapaces de comunicarse con su propia familia, intelectuales snobs, absorbidos por sus importantes obligaciones es un cliché harta y cansinamente explotado. Al igual que hacer valer al extranjero de cultura exótica como lo único decente de la escalera: amable hasta niveles increíbles, anti clasista, abierto,. ...¿un japonés y viviendo fuera de su tierra???? ¿Y qué decir de Paloma??? Vamos, por favor: pinta como Picasso, habla como Sartre, se expresa como un político demagogo y, es absolutamente irreal...a mi llegó a parecerme CARGANTE. ¿Qué tiene que ver ser muy inteligente (super dotada como poco, habla correctamente japonés con 11 añitos...) con ser una niñata insufrible, amargada y que tiene ideas suicidas "argumentadas", repito con sólo con 11 años??? Cualquier atisbo de inocencia infantil queda aplastado por una inverosímil adulta metida con calzador en un cuerpo infantil.
¿Desde cuándo una persona ha de ocultar su pasión por la lectura por miedo a que la echen del trabajo por considerarla demasiado instruida para ser portera????
Yo no me la he creído. Tampoco entiendo que se ensalcen sus "valores" dando la espalda a la realidad que vivimos: ¿de verdad alguien considera "normal" que un japonés multimillonario se enamore de una señora "fea" (sí, lo siento, es fea) sólo porque descubre que le mola leer??? ¡¡Anda ya!! Lo único que me ha conmovido es la historia de amor por sí misma, fuera del contexto idealizado e increíble donde se da. Es bello comprobar como se puede recuperar la ilusión y salir de la amargura de la soledad y volver a tener sueños de felicidad y compañía. Pero igual de bello aunque los protagonistas sean ricos o pobres, cada uno en el tipo de vida que le toca llevar, encuentra alegrías y desgracias y, para ellos, son igual de importantes porque son las suyas.
Seamos honestos: se nos presenta a esta portera como un erizo que se hace la paleta para que la "respeten" en su trabajo y no la molesten pero, en el fondo es una señora cultísima que ha leído casi todo y visto películas "de culto" que la conmueven y, luego se porta como esa paleta que tanto se empeñan en separar de su personalidad??? ¿NUNCA ha ido a comprarse ropa....? ¿Nunca ha ido a la peluquería (ni cuando estaba casada y salía??? ¿Y se comporta como una pueblerina topicorra después de presumírsele un amplio conocimiento de lo japonés..? Sigo en spoiler pero por espacio...
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15 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Un cuento de hadas realista
El comienzo del film es espantoso, con una niña repelente e insufriblemente pedante que vive en el seno de una familia burguesa, en el peor sentido del término, en un inmueble de una calle céntrica de París.
Pero todo cambia cuando aparece en escena el personaje de Kakuro Ozu, un japonés que acaba de mudarse al edificio y que va a dar un giro total a la historia. A partir de entonces se nos muestra la entrañable relación que se establece entre Kakuro y Renée (excelente Josiane Balasko), la huraña, desgarbada y discreta portera del edificio que se metamorfosea al encontrar a alguien que la entiende descubriéndose como una mujer amante de la literatura y del cine de Ozu; y la relación de ambos con la niña Paloma que al conocerlos también experimenta un cambio radical, dándose cuenta de que la vida es mucho más compleja y sorprendente de lo que ella creía.

"El erizo" es un film intimista, es una historia con todos los ingredientes de un cuento de hadas en el que los personajes son realistas, pero al mismo tiempo pasados de moda, intemporales y fuera de lo común. La debutante Mona Achache consigue retratar a sus protagonistas con tanto pudor como cariño, sin concesiones melodramáticas y con gran realismo, aunque no falta el tono onírico a través de una hermosa secuencia de animación muy bien integrada en el conjunto.
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6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
El Erizo se perdió...
¿Se han encontrado de pronto en una cavidad, del tunel de sus vidas, muy profunda, aparentemente sin salida? ¿Han sentido la desesperanza, cuestionándose el valor de vivir? ¿Han soñado en grande y de pronto se sienten más bien en una pecera, preguntándose si algún día encontrarán la esencia de la felicidad? Pues, si ustedes han pasado por estos tristes recorridos de la depresión humana, no están solos, ya que, Muriel Barbery y su libro "La Elegancia del Erizo" han llegado con un vertedero de respuestas.

Desde el comienzo, con su tono característico de comedia subyugante, Muriel Barbery nos atrapa con su cautivante relato contado en primera persona por dos protagonistas, cuyas voces van susurrando muy sutilmente pensamientos de gran relevancia. Se efectua una gran contextualización en los hechos y pensamientos descritos, atreviédome a decir que las tres cuartas partes de la historia se trata precisamente de eso, sin indagar mucho en la trama como acción, se teje de una forma en base a la comedia sofisticada y la sistemática demolición de la imágen del tiempo-espacio en donde se desarrolla el relato, ¿Por qué?...

Nos internamos en un mundo que se compone de las elites. Las elites socioeconómicas y culturales, que a primera vista son los pioneros en la construcción de la sociedad, los buenos tipos con las ideas idóneas y que se encuentran en lo alto de la jerarquía social por su sabiduría y experiencia. Pero resulta que vienen las dos mujeres protagonistas con una manipulación de la apariencia, pero que poseen un trasfondo espiritual totalmente diferente. En ellas, poco a poco todo ese mundo, cuyos muchos elementos constituyentes consideramos lo máz veraz, se va diseccionando de una forma reflexiva, ácida, satírica y exquisitamente inteligente. En ellas aprendemos que toda la charlatenería de los discursos de la sociedad contemporánea se queda en mero discurso con pirotecnía, aprendemos que en muchas ocasiones las elites no son más estatuas con enormes etiquetas, nos damos cuenta de lo absurdo, de lo inmensamente estúpido de muchos sectores de la sociedad y sus actividades. Véase sus apologías sobre la podredumbre de la juventud, la política, la burguesía, etc, en donde gozamos, con una sonrisa, mientras pasamos las páginas, por la ternura de sus protagonistas, su soledad y sus profundas reflexiones que abarcan el estado y el valor de las concepciones que tenemos como sociedad, tan poco cuestionadas que condicionan nuestro comportamiento hasta tal punto que ponemos todo la energía y fuerza que poseemos en lo superficial y gigante, y olvidamos que lo más importante se está yendo por el retrete,

Esta obra literaria es majestuosa, sin duda Muriel Barbery ha sintetizado todo el dominio que tiene en la compresión del sentido existencial del rumbo de la vida y la comprensión de esta sociedad actual, además de expresar un talento abrumador a la hora de relatar una historia y recacalcar todas sus aristas, otorgando placer y reflexión en paralelo
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6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Libro o película
Siempre que una novela de éxito es llevada a la pantalla se produce la eterna discusión ¿Cual es mejor la película o el libro?. Por lo general, en la discusión sale ganando el libro.
Cuando alguien ha amado una novela (ha hechos suyos sus personajes y la historia) y ve la adaptación cinematográfica, normalmente (quizá no siempre) se siente profundamente decepcionado. Muchas veces, para el lector, la película mata a la novela.
Y es que la novela, consustancialmente, dispone de mayor espacio, de mayor tiempo y permite degustar hasta el infinito todos los pequeños detalles y matices. Pero seríamos injustos si sólo viésemos ésta cara de la moneda. El cine no debe mimetizar las novela. Si lo hace, siempre sale perdiendo. El cine debe recoger la idea básica y los contextos relevantes de la obra literaria y utilizar sus propias herramientas, para con ellas crear algo diferente, crear cine. Los colores, los contraluces, las tomas, los cambios de plano, las expresiones de los protagonistas, los paisajes, la música, los tempos.
No debemos por lo tanto comparar la novela con el cine. Sería tanto como comparar una escultura con un pieza de Chopin o un edificio artístico con una poesía.
¿Cual es mejor el libro o la película?. No lo sé.
La elegancia del erizo es un novela extraordinaria, diferente, imaginativa, llena de ideas creativas, muy literaria. Un novela muy divertida que además te hace pensar y mucho. La historia de dos personas diferentes: la niña superdotada, asqueada y desengañada del mundo de los adultos, cínica y brillante; y la portera, un ser entrañable que se esconde de sí misma y del mundo. Vive sola en el sentido más trágico de la palabra. Sin embargo, es una mujer tremendamente culta.
La película no puede ("no puedo, no puedo"). Es puro cine francés, elegante, correctísimo, delicado, pero frío. No transmite lo suficiente.
PD. No se podía comparar y he acabado comparando. Esta es una crítica circular
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6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
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