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13 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
6
Looking for Eastwood
"Get Low" es el debut en el largmometraje del cortometrajista Aaron Schneider, ganador de un oremio de la academia hace unos años y que para su primer film ha decidido apostar por una cinta clásica, con ambientación añeja, centrada en un personaje de evolución habitual (de cascarrabias al que todos temen a ser aceptado socialmente) cuando decide hacer una fiesta para celebrar su funeral... sin haber muerto, únicamente con la excusa de saber lo que los demás piensan de él y, de paso, aclarar un terrible secreto que le ha llevado a estar cuarenta años alejado de la civilización.

El encargado de interpretar el papel principal es Robert Duvall, uno de los mejores actores de su generación y que, como siempre, rinde a un nivel altísimo. Es él quien eleva una película que no da sorpresas a nivel argumental ni técnico, que a pesar de contener una dirección aceptable tampoco se alza como ninguna gran obra. Schneider parece no saber moldear este material que, en manos de algún otro director (se me ocurre Eastwood, que con veinte minutos más de metraje centrándose en el personaje de Rudall podría haberla convertido en un clásico del cine reciente) habría ido más allá.

Lo que queda de Get Low es la sensación de haber asistido a una obra dramática conservadora, con momentos de comedia principalmente derivados de Murray, y unas interpretaciones por lo general bastante buenas, tanto de los cla´sicos (Duvall, Spacek) como del -aún- desaprovechado Lucas Black. No es brillante, pero se deja ver y, dentro de lo que viene siendo el cine americano actual, encierra momentos bastante notables que la hacen, al menos, digna de verse. Eso sí, en versión original.
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24 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Epitafio para un ruiseñor
Aaron Schneider es uno de esos jóvenes valores de la industria cinematográfica norteamericana en imparable ascenso. Después de curtirse en el mundo de las series de televisión y ganar un Oscar al mejor cortometraje por Two Soldiers Schneider se estrena como director poniendo bajo su batuta nada más y nada menos que al excelso Robert Duvall, un lujo que muy pocos directores primerizos pueden permitirse. Podríamos resumir su bautizo como una película sencilla sobre ese momento al final de nuestras vidas en el que todos nosotros sentimos la necesidad de saldar cuentas con los errores del pasado.

Robert Duvall es el incuestionable alma máter del film. El espectador no puede sino rendirse ante la magistral interpretación de uno de los grandes actores vivos del cine moderno, un trabajo que está por encima de calificaciones. Frente a nuestros ojos circula toda una vida dedicada a la gran pantalla en la esplendida gloria de su ocaso. A pesar de las arrugas y la permanente barba, los ojos de Duvall siguen siendo igual de azules y honestos que en aquella primera aparición en Matar a un ruiseñor, una obra maestra del séptimo arte que nos remonta a la misma época y entorno que los de esta película. Su trabajo huele a Oscar. Junto a Duvall tenemos a un Bill Murray que nunca decepciona. Es un valor seguro cuando se trata de comedia. Se echan de menos más apariciones del prometedor Lucas Black y los curtidos Sissy Spacek y Bill Cobbs.

Aunque la dirección de Aaron Schneider es completamente funcional, sin ningún tipo de descubrimiento más allá de los formalismos clásicos, si que hay que alabar la cuidadísima fotografía del film y su ambientación. Habiendo trabajado como director de fotografía en producciones como El inolvidable Simon Birch o Titanic Schneider cede el testigo a su colega David Boyd, quién consigue dar a la película una extraña luminosidad otoñal de lo más nostálgica. La América rural de los años treinta aparece representada con un gusto más cinematográfico que documental pero a la vez alejado del tópico de la fotografía en sepia. Tampoco pasa desapercibida la música del polaco Jan A.P. Kaczmarek a la que se suman los indispensables sonidos del Country americano.

No se puede negar que Aaron Schneider apunta buenas maneras pero da la impresión de que ha querido contenerse de tal manera en la realización de su ópera prima que su película no termina de levantar el vuelo de tan correcta. A los espectadores nos queda una insuperable sensación de cuento a medias, de potencial desaprovechado. Hay ideas, historia y personajes, pero por culpa del poco desarrollado guión de Chris Provenzano y C.Gaby Mitchell y de la dirección impersonal de Schneider Get Low se queda en una película olvidable que solo se salva del desastre gracias al carisma de Robert Duvall. Su fábula sureña no muestra en ningún momento más pretensiones que las que busca y precisamente por eso está a medio camino de ningún sitio.
Keichi
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12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Tres nombres ilustres para salvar una película pasable.
Para que una película sea buena es necesario, sobre todo, un buen guión. Si además la dirige alguien con talento el resultado puede resultar notable. Y si la interpretan un grupo de excelentes actores podemos tener una gran película. Pero si tenemos un guión discreto, que gira en torno a un supuesto misterio, que al final resulta no ser nada del otro mundo, y un director voluntarioso pero convencional hasta decir basta, difícilmente se puede conseguir una buena película. Claro, a no ser que la protagonice Robert Duvall, acompañado por Bill Murray y Sisy Spaceck. Entonces la cosa cambia, y aunque la película sigue siendo discreta, luce bastante mejor de lo que realmente es. Pues este es exactamente el caso de Get Low. Una película que ha cautivado (engañado) a muchos, por la presencia de tres actores excelentes, pese a sus evidentes limitaciones.
Félix Bush vive apartado y solo en las montañas. En el pueblo todos le temen, ya que circulan horribles leyendas sobre su pasado. Nadie sabe a ciencia cierta que oscuro secreto le llevo a apartarse del mundo. Ahora que ya es un anciano y ve su final cerca decide organizar su propio funeral en vida, para desvelar ante todo el pueblo cual es el origen de su leyenda. Para ello contará con la interesada ayuda del encargado de la funeraria local. Además también será decisivo el reencuentro con la mujer que hace que esos fantasmas del pasado vuelvan a aparecer.
Aparentemente la historia tiene los suficientes puntos de interés como para resultar apasionante. Pero no es así. Narrada de la forma más convencional y plana posible, uno llega al final con la sensación de que el secreto que encierra la historia ha perdido todo su misterio, y que en cambio ha asistido a una sucesión de lugares comunes tan previsibles como inofensivos.
El director Aaron Schneider es novato en esto de dirigir películas, aunque tiene un Oscar en su haber por un cortometraje. Su trabajo es invisible. La ha dirigido él pero lo podía haber hecho cualquier otro. La cámara siempre está donde uno espera que esté y se mueve como uno espera que se mueva. No hay estilo propio, ni personalidad. Solo corrección. Esto no es malo, pero tampoco bueno. Además tanto la fotografía como la música son las típicas que uno espera encontrarse en una película ambientada en el Sur de los Estados Unidos.
Por fortuna Get Low cuenta con tres actores que a estas alturas de sus carreras ya están por encima del bien y del mal, y su sola presencia en una película ya justifica su visión. Robert Duvall interpreta sin esfuerzo un personaje que le va como anillo al dedo, mientras que Sissy Spaceck y especialmente Bill Murray se llevan los mejores momentos de la película.
La película compitió en el Festival de San Sebastián, pero es más propia de una sobremesa televisiva. Es todo tan correcto y previsible que, aunque se ve con facilidad y hasta simpatía, da cierta pereza.
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8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Hasta el hombre más insociable y solitario tiene una historia que desea compartir
Si hay algo de lo que puede presumir el film de Aaron Schneider es de ser una película profunda donde las haya, en la cual se exploran los sentimientos más remotos de un personaje extraño y solitario que nos hace experimentar todo tipo de emociones hacia él, desde el más horripilante odio y repulsión hasta una profunda compasión y pena e incluso cariño en los momentos finales.

La película de Schneider es tranquila, pausada, no tiene prisa y se toma su tiempo en narrarnos los hechos con todo detalle. Las actuaciones son totalmente acertadas, con un Robert Duvall a un nivel sublime, que consigue darle vida de una forma más que satisfactoria a un personaje tremendamente difícil de interpretar. Quizá la historia narrada sea bastante “poca cosa”, pero la forma de transmitirla, de hacernos llegar a ella, es completamente acertada y nos llega incluso a emocionar al descubrir el desenlace.

Un perfecto representante del cine independiente que intima con el espectador hasta el punto de que nos llega realmente a interesar la vida de nuestro protagonista y la historia que quiere contarnos y permanecemos ansiosos hasta el último minuto.

El film de Aaron Schneider muy entretenido no es que digamos, no hay ni rastro de cualquier tipo de acción y la esencia del largometraje se basa sobre todo en los diálogos entre los protagonistas. Aun así, considero que se trata de una película totalmente recomendable; eso sí, teniendo en cuenta que, por esta vez, entretenimiento y buena película no van cogidos de la mano.
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6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
«¿PUEDES DECIDIR A QUIÉN AMAR?»
El plantel de actores es una gozada, Duval, Murray, Spacek, Cobbs...; pero el guión y el desarrollo del filme (acerca de un viejo solitario que guarda un terrible secreto sin desvelar y al que todo el vecindario del pueblo más cercano lo tiene clasificado de loco y violento) es bastante plomazo y a veces provoca aburrimiento. Por lo demás es una película aceptable con alguna que otra excelente reflexión.
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7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
DESVARÍO ARGUMENTAL
¿Robert Duvall y Bill Murray, juntos? Esto hay que verlo me dije de inmediato si bien la película “Get Low” poco me decía. Y la verdad es que una vez mas, y esto es bastante recurrente: una mala historia, “asesina” literalmente, toda posibilidad de lucimiento actoral. La historia es tonta de por sí, ni impacta ni emociona, mas bien contradice la aspereza y rudeza de un personaje huraño y solitario cuyo naturaleza misteriosa pudo haber sido explotada hasta el máximo dentro de una historia inteligente, que de paso, no es el caso de “Get Low”. Mi querido y admirado Murray algo intenta, pero que va, se queda corto, muy corto. Cuando una película no funciona no hay nada que hacer.
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4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Fiesta Funeraria en Vida. Sí, leyeron bien
Una cinta lenta y simple, pero que ni se hace aburrida ni tiene tanta simpleza como cabría esperar en un principio. Bush es un hombre huraño y solitario pero sobretodo cascarrabias. Bueno, cascarrabias es quedarse muy corto, de dar credibilidad a las historias que se cuentan de él, la mayoría leyendas. Resulta que quiere celebrar una fiesta en honor a su muerte, solo que se celebrará estando vivo. Pero tras ésta fiesta se oculta más de un misterio.

Cuando alguien como él vive tan solo y apartado del "mundo civilizado", siempre surgen rumores sobre el por qué esa persona vive tan apartada. Es entonces cuando surgen historias del tipo "es una bruja que...", "es un hombre que mató a..." o cosas aún más fantasiosas. Y claro, las pocas veces que se le ve la gente le mira como mínimo, raro. Eso cuando no te insultan o cosas peores, y luego si respondes, darás cierta veracidad a tus leyendas y surgirán otras nuevas. En fin, que nadie se para a pensar que una persona pueda vivir apartada del mundo debido a algo relativamente natural, como por expiar una culpa, o quizás que algo le pasó, o simplemente que quiera vivir lejos de una sociedad moralmente sucia y despreciable.

Una historia simple pero efectiva, con un guión notable y, sobretodo, con un Robert Duvall espléndido.
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1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Sic transit gloria mundi
Cine trescientos por cien independiente, de concepto teatral, mucha cháchara solemne, mucha mirada intensa , mucho plano fijo y aire general de panda de amiguetes reunidos en torno a un proyecto que ha captado su atención durante un hueco en sus agendas. Además, el guion ya viene medio hecho gracias a un personaje de la américa profunda, mitad leyenda urbana mitad fenómeno de Crónicas Marcianas, que alzancó notoriedad por llevar a cabo su propio funeral estando aún en vida, con la idea de reunir a sus conocidos y allegados una última vez. Vamos, el típico suceso de provincias para rellenar columnas de periódicos en verano, pero con enormes posibilidades a la hora de construir sobre él toda clase de tramas emocionales y entramados filosóficos que peroren sobre lo efímero de la vida, sobre aprovechar las oportunidades, sobre el carpe diem y el sic transit gloria mundi.

No quiero engañar a nadie. “El último gran día” es la típica película que me demanda varios para terminar de verla entre siesta y cabezada, el típico ritual de «zzz…. ¿dónde estoy…? ¿qué estaba viendo…? voy a rebobinar que no me he enterado de nada… zzzz…» y para las que suelo tirar de raciones extra de palomitas y chucherías que me endulcen el sopor. Aún así, quién sabe por qué, hay en ella un punto de calma y de extraño sosiego que resulta conmovedor. Quizá sea por unas interpretaciones a la altura del carisma que se espera de su reparto o quizá por algunas decisiones afortunadas de su director, la película despierta la curiosidad y compensa el esfuerzo dedicado a terminar de ver.
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6
Duvall busca redención
Hay veces que uno se pone a andar por entre los estantes de los vidoclubs esperando ver una novedad o alguna película antigua que no haya tenido una distribución amplia en España y que sea una agradable sorpresa.
Esta película responde a esas características. Yo no había oído hablar de ella en ningún sitio, tampoco me suena que se haya estrenado en salas y el reparto parecía interesante. Así que no me lo pensé y la vi y no está mal.
Se trata de una película pequeña, sin muchos artificios narrativos (algún flash back en sueños) y sin efectos especiales, y el argumento es el cien veces visto que se puede resumir así: persona solitaria y huraña de la que cuentan mil historias y que guarda un terrible secreto poco a poco se va ablandando y consigue la redención. En efecto, este tipo de argumentos son bastante corrientes, pero aquí la nota novedoda es que el protagonista quiere una fiesta funeraria antes de su propia muerte y eso da pie a que el argumento siga adelante.
Pues eso, redención, ajuste de cuentas con el pasado, sentimiento de culpa, solucionar viejas rencillas, hechos pasados que marcan la vida, historias de amor y muerte... todo eso aparece en la película con una puesta en escena a veces poco dinámica pero muuuy clásica. El trabajo de los actores es óptimo, como no puede ser de otra forma. Desde los secundrios Sissy Spacek y Lucas Black, pasando por el gran Bill Murray (es increíble la naturalidad que imprime a todos sus personajes y ese toque propio que les da) y Robert Duvall sobre el que recae el mayor peso de la película y que está tan solvente como siempre (aunque últimamente le ha dado por resoplar mucho y mascullar en voz baja "Síííííííí").
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6
A lo Macondo
Un relato con claras sugerencias del realismo mágico latinoamericano es el que se teje en esta trama protagonizada por Duvall y Murray. El dolor, el arrepentimiento, el juicio del chisme, el paso de los años, la soledad y la posibilidad del perdón se insertan en Get Low con una fuerza a veces tierna y otras veces decepcionante. Así, es un filme irregular atravesado por una idea muy noble de enfrentar los propios demonios de lo que hemos sido, lo que hemos causado con nuestras decisiones y actos.
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9
que más quieren?
No consigo entender como esta película está tan poco valorada, da la impresión de que quienes lo hacen se comportan como si alguien hambriento rechazase un bocadillo de jamón de jabugo porque no esta presentado en una vajilla de Sevres.

Señores, la verdad es que se me ha hecho corta, es una película tan sencilla, tan sosegada, tan reflexiva que a mi personalmente me cautivó. Dicen que todo es previsible, y es verdad, también lo es que tus hijos te abracen al llegar a casa, y no por eso te quejas, o eso espero.
No importa que la cámara este siempre dónde se espera, que no haya sorpresas ni giros inesperados, transmite tanto que apenas con un ápice de sensibilidad se disfruta enormemente, también puede ser que yo sea muy simple, o quizás algunos demasiado complicados,

La fotografía y ambientación son simplemente perfectas, la música la apropiada y las interpretaciones excelentes, a Duvall ya no se como calificarlo, es uno de los mejores de la historia, y Murray y Spacek son siempre una garantía, también Lucas Black está soberbio.

Si, es verdad, que el secreto era una auténtica estupidez, y quizás lo menos elaborado, pero yo esta película me la quedo
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4
Pecados y confesiones
Una fiesta funeraria en vida del futuro difunto es algo particular. De Felix Bush se dicen muchas cosas en el pueblo. 40 años de un ser ermitaño…. Un pasado sin esclarecer un drama repleto de pecados. Para cobrar esas imágenes es necesario el eterno colectivo del recuerdo, aunque éste sea el de historias terribles… de gente muerta a puñetazos… La historia debe ser contada por su narrador. Puede que a los primeros compases de “Get Low” con la imponente presencia de Robert Duvall más de uno pueda encontrar ciertas virtudes en el filme del Aaron Schneider pero a medida que avanza sólo se observan defectos.

La redención, el perdón, el amor perdido… El odio por encima de cualquier posible explicación queda patente en el guión a las primeras de cambio sin que se produzca una catarsis. No me gustan las películas que venden cierto espíritu redentor en traumas tan poco eficaces y tan vergonzosamente expuestos. Lo de vergonzoso viene porque tiene y debe ser público. La humillación es doble: normalmente es ante es espectador que emite un juicio pero Felix Bush en “Get Low” lo hace frente a un pueblo que asiste a la celebración de una muerte anunciada por un personaje que quiere que desparezca. Como toda famosa que pasa por el plató y escenario multitudinario no cuenta nada… o nada interesante, según se mire. ¿Es esto la precuela de la telebasura? Puede y no debe.
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3 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
SARTA DE CHORRADAS
He de decir que no la vi entera y por lo tanto quizá haya quien diga que debería haberla visto hasta el final para poder opinar. Pero es que me parece pretencioso que un director se permita aburrir al espectador durante largo rato, esperando de que resista el aburrimiento, a ver cuando se digna poner el huevo, el el supuesto de que haya huevo, o sea que la película arranque de una vez. Porque desde luego en el rato largo que le concedí, me aburrió soberanamente; el argumento es de lo mas tontorrón: Un tipo huraño, solitario e irascible (solo porque una persona llama a su puerta le dispara, actitud muy norteamericana), tiene como es lógico muy mala reputación. Se empeña en organizar su funeral sin esperar el trámite de su muerte. Se suceden un montón de situaciones absurdas, cansinas, sin un sentido y una justificación clara, que no sea ir colmando la paciencia del espectador que no deja de mirar el reloj. Insisto, no la vi entera, quizá es de esas que si aguantas, al final viene la reconpensa, pero como es un espectáculo, no lo veo para tener que esperar tanto.
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2 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
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