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52 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
9
"Nunca me pareciste más grande que cuando te vi tirado bajo una pila de platos sucios en aquella cafetería"
Esta gran superproducción, que reúne a grandes astros de la pantalla de los años 50, es muy digna de admiración por muchos aspectos.
La trama gira en torno a un terrateniente, Jordan Benedict II, que posee un gran rancho de ganado en Texas. Es un hombre orgulloso, obstinado y de ideas anticuadas, que se ha criado interiorizando fuertes prejuicios: que las personas valen más cuanto más rango tengan, que los indios y los mejicanos son la peste... Está empeñado en planificar su vida y la de los que le rodean según su esquema ideal de unidad familiar en la que su esposa debe ser el ejemplo perfecto de mujer sumisa, los hijos varones están destinados a dirigir el rancho y las hijas han de casarse con buenos partidos. Pero las cosas no van a salir como él las ha planeado. La vida le irá dando grandes lecciones de humildad, mientras él no tendrá más remedio que ir aceptando los cambios y las decisiones que sus hijos irán tomando por sí mismos.
James Dean introduce el elemento del hombre envidioso, que anhela todo lo que el patrón tiene: una esposa bella e inteligente, un gran rancho, prestigio social... Cuando él hereda un trozo de tierra y se descubre petróleo en la zona, este pequeño granjero se transforma en un hombre inmensamente rico que creerá poder obtener lo que desea gracias a su poder recientemente adquirido.
Mientras vemos los avatares de dos generaciones de Benedict y comienza a existir la tercera generación, la trama nos va conduciendo por la evolución de los personajes y analiza en profundidad asuntos como el ciego orgullo por el renombre de un apellido ilustre, los prejuicios contra otras razas, el precio que hay que pagar por aceptar el progreso y el cambio, el vacío de la soledad, que no puede paliar ni siquiera un montón de dinero...
Hermosa película de gran calidad en todos los apartados: actuaciones, fotografía, banda sonora... El único apartado que encuentro más deficiente es el maquillaje: no resulta muy convincente el "envejecimiento" de algunos personajes. Aún así, la película posee una gran belleza visual.
A destacar las magnífica interpretaciones del dúo principal: Rock Hudson-Liz Taylor. Estupendos, con actuaciones llenas de matices y de química.
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57 de 65 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Ni mitos ni patrañas, parece que no siempre son falsos...
Tras ver "Gigante", no me queda más regustillo que ese, ver como James Dean realizaba un papel de inconmensurable talento y daba una excelente réplica tanto a una comedida Taylor como a un serio Rock Hudson.
Yo ya pensaba que esto de los mitos se resumía a la etiqueta que algún infame crítico de la epoca (o posterior, nunca se sabe cuando y de donde saldrán estos capullos) le endilgó a un film/actor, como han hecho y seguirán haciendo con muchos, sin embargo y tras ver la primera interpretación que tengo el placer de observar del ya mítico (valga la redundancia) James Dean, pues parece ser que este se ganó la etiqueta por algo más además de por fallecer a una temprana edad en un desgraciado accidente. Y me alegra que por una vez no encumbrasen algo por cualquier chorradilla, coño.

En cuanto al film en sí, creo que se podría resumir en una virtud excelente que le da un tremendo carácter y absorve al espectador del primer al último minuto: Atrapante, pues George Stevens encauza su historia otorgando en todo momento el ritmo adecuado y engrosando o reduciendo los minutos dedicados a cada secuencia con un pulso magnífico. Se podría decir así que, la labor de Stevens ante una historia que pudiera haber resultado todo un muermazo, es fantástica, por saber ofrecer además de eso, una ambientación de lujo y unas características en cada instante a la cinta que le vienen de auténtica fábula.

Entre todo, en "Gigante" y durante sus más de tres horas de duración, tenemos la ocasión de ver el desmembramiento por momentos de una familia o como la codicia y el poder corrompen al más sencillo, entre muchas otras cosas. Y todo, arrancando desde esa pequeña parcela que hereda Dean y en la cual deposita todo su sentir, haciendo de ella un claro ejemplo del triunfo de la voluntad sobre todo lo demás, del esfuerzo y la dedicación que siempre terminan por dar frutos y otorgar un camino hacía una mayor satisfacción. Lo malo, como ya apunté, es que todo ello conlleva a los peores caminos, como los de la soberbia y la codicia, y así cualquiera puede terminar sus días desamparado, como un lobo solitario.

También me encanta la forma de tratar los tabúes que poseía aquella sociedad observados desde el punto de vista de Stevens, que le da la vía adecuada e, incluso, se antepone a algunos de ellos mediante el protagonismo de Hudson en la historia y muchas de sus reacciones, aunque él también tuviese defectos similares. Pero la cuestión no es esa, sino que cualquiera, por carencias que posea, puede anteponerse a otras de la misma índole y demostrar que no sólo están el blanco y el negro, y todo ello queda retratado aquí formidable e impecablemente.
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62 de 76 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
25 años en Reata
Superproducción realizada por George Stevens (1904-1975) (“Raíces profundas”, 1953), según guión de Fred Guiol e Ivan Moffat, que adapta la novela “Giant" (1952), de Edna Ferber (“Cimarrón”, 1929). Se rueda con escenarios naturales de Arizona, Texas, Virginia, San Bernardino National Forest (CA) y en 10 platós de los Warner Studios (Burbank, L.A, CA), con un presupuesto estimado de 5,4 millones USD. Nominada a 10 Oscar, gana uno (director). Producida por Henry Ginsberg y George Stevens para la Warner, se proyecta por primera vez en público el 10-X-1956 (NYC, preestreno). La acción dramática principal tiene lugar en Reata, rancho de los Benedict (Texas), de 595.000 acres, a partir de los primeros años 20 y durante casi 25 años. Algunas escenas tienen lugar en el Rancho Lynnton, de Maryland, y en el poblado de Vientecito, donde residen los peones hispanos del rancho Benedict.

Los protagonistas son Jordan “Bick” Benedict (Hudson), tejano, propietario de un rancho de 240.000 ha o lo que es lo mismo de 2.400 km2. Es rudo, orgulloso y obstinado, pero sensible. Profesa ideas racistas, clasistas y machistas, aprendidas de sus mayores y del entorno rural en el que ha vivido siempre. Leslie (E. Taylor), hija de Horace Lynnton, ranchero criador de caballos de Maryland, es elegante, rebelde, independiente, irascible, bondadosa, tolerante y comprensiva. El joven Jett Rink (Dean) trabaja en el rancho Benedict. Es solitario, introvertido, neurótico, envidioso y resentido.

A partir de un guión bien escrito y construido con orden y claridad, el film desarrolla una narración fluida, vigorosa y absorbente, pese a la larga duración del metraje (201 minutos). Desarrolla una historia dramática que analiza las incidencias de la vida de un matrimonio que comparte alegrías, diferencias de criterio, conflictos, acuerdos, cariño e hijos que se hacen mayores y crean situaciones en las que marcan diferencias con los padres en el marco de un universo animado por el respeto y el afecto. Las situaciones que se estudian se presentan como sacadas directamente de la vida, habida cuenta de su carácter corriente, habitual y ordinario. El tono del relato se mantiene siempre dentro de unas coordenadas de realismo y objetividad que le confieren interés, verosimilitud y un permanente atractivo.

Uno de los temas que generan conflictos en la familia y en sus relaciones es la vigencia en ella y en su entrono de prejuicios raciales, clasistas y machistas, que el film denuncia sin estridencias, mostrando su falta de fundamento y su carácter injusto. Muestra, además, la evolución personal de los hijos y los mayores, tal como ocurre en la realidad, sobretodo en relación a aquellas personas que están dispuestas a aprender las lecciones que enseña la vida.

…/
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31 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Tan grande como su título.
Tras el considerable éxito que supuso para la industria Lo que el viento se llevó tanto en crítica y público, el cine de los grandes estudios se centraron en hacer películas de familia, o películas "río" que simplemente trataban del paso del tiempo en una familia, y en las adversidades de la vida. Durante toda su época clásica, Hollywood produjo productos de lujo como Gigante. Es de esas películas que las ves de pequeñito y te gustan por los personajes y porque, a pesar del largo metraje, no paran de suceder cosas en la pantalla. De mayor, puedes seguir admirando sus perfectas interpretaciones y la perfecta dirección de George Stevens.

El reparto es colosal. El trió protagonista forma un triángulo equilatero perfecto, donde todo resulta natural y expresivo. El guión pincela unos personajes con una psicología que va evolucionando al paso de los años, y que nos enamoran por lo encantadores que llegan a ser. Los paisejes agríos de Texas se contraponen con la belleza de la fotografía, que plasma imágenes de una belleza inexpresable por palabras y que son de aplauso obligado. La música es preciosa, así como el exquisito gusto por los decorados y por las localizaciones, como ya he dicho, en Texas.

Las escenas se llevan con gusto y realmente me extraña como ha podido conseguir una nota tan baja si las situaciones no paran de sucederse, todas interesantísimas y están perladas por diálogos buenísimos y por unas actuaciones antológicas. El Oscar para Stevens fue merecidísimo. Lleva el ritmo del film con soltura impidiendo el aburrimiento y permitiendo regodearse de las calidades técnicas y artísticas de la misma.

Clásico americano. Preciosa película que dura 200 minutos pero que parecen 15, con unas actuaciones perfectas y unas escenas inmejorables. Obra maestra. Valoración: 9.8
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30 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Giants Oilers
La envidia es la característica que rige la personalidad introvertida y neurótica del personaje Jett Rink que interpreta James Dean. El inconforme muchacho con lo que rige su vida es un ejemplo del resentimiento anidado en su alma que explota y sale como el mismo petróleo que extrae de la entrañas de la tierra.
Es esta película un desencuentro entre gigantes del cine: Dean, Hudson, Taylor.
Ciertamente es un duelo de colosos por que la vida que representa cada uno de sus respectivos personajes estallaba constantemente como las olas del mar contra las inhiestas rocas del acantilado.
La fuerza tempestuosa y contenida del carácter rebelde Rink( James Dean) estaba en contra de su acérrimo enemigo, Jordan… (Rock Hudson) que representa el orgullo que da el poder; este, un mundo duro, pétreo, de roca inexpugnable y guarda imagen ante una sociedad que rige y condena a cada uno de sus miembros.
Le bella Taylor hecha para su papel de esposa acaudalada.
Se nota que cada personaje tiene su propio universo complicado y nos recuerda una frase del “cine de Ian Fleming”: “Un mundo no basta”.

Pd:
El petróleo utilizado como punta de lanza para la lucha de estos “gigantes petroleros” en los sórdidos y austeros parajes texanos.
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29 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
AL FINAL, UN GIGANTE
La carrera de George Stevens no fue muy prolífica pero abordó con éxito todos los géneros que tocó, y, dejó para la historia del séptimo arte joyas como "La mujer del año", "Un lugar en el sol", "Raíces profundas" y "Gigante".
"Gigante" es una grandiosa película que cuenta la historia de un rico tejano (Bick Benedict) que, de visita en Maryland, conoce a la guapa y rebelde Leslie y se casa con ella. De vuelta ambos al enome rancho de Bick, su joven esposa deberá integrarse en el duro y machista mundo de los tejanos.
Es evidente que "Gigante" es una obra maestra; es evidente que la dirección de George Stevens, con un ritmo narrativo impecable, una soberbia fotografía de los espacios abiertos y unos personajes de una complejidad fascinante, es magistral; es evidente que cada secuencia clave cuenta con la música perfecta; es evidente que el trío protagonista (Hudson, Taylor y Dean) lo bordan. Nos podemos quedar con el análisis de la sociedad tejana, el fenómeno de los pozos petrolíferos, las generaciones que van desfilando por el rancho Benedict, la frustración amorosa de Jet Rink, pero...andaríamos equivocados.
La clave de esta hermosa película es el personaje de Leslie. Se integra en un mundo machista con suma naturalidad y, sobre todo, con fe y firmeza. Expondrá a la comunidad tejana sus opiniones, gusten o no, sorprendiendo y, a la vez enamorando día tras día a su resignado marido. Leslie, con su rebeldía, su encanto, su personalidad y...un gran tesón, logrará derribar muros, luchar contra molinos de viento y vencerlos, enfrentarse cara a cara con la intolerancia y el racismo y, sólo al final, y tras una de las peleas más parsimoniosas y más emocionantes jamás filmadas consigue lo que tanto buscaba: Que su marido se vuelva GIGANTE ante ella. Ha sido al final, pero lo ha conseguido.
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20 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Verdaderamente gigante
Estamos ante una obra maestra de la historia del cine, un portento de película que destaca con éxito en todas sus facetas; en la soberbia dirección de George Stevens, en la portentosa banda sonora, en la solidez y redondez del guión y de la propia historia, por todos los decorados casi perfectos y en las impresionantes interpretaciones de los actores, de todos ellos, entre los que por supuesto destaca una esplendida Liz Taylor, un imponente James Dean, y el perfecto tejano de Hudson. Todo esto hace de esta película algo realmente gigante.

Cuando una película de tres horas pasa como si solamente hubieran pasado cuarenta minutos, eso quiere decir que se está delante de algo especial, ya que eso solo le pasa a las obras maestras, y eso, esta película lo demuestra con creces.

Esta es una película cuyo tema es la vida, la vida entonos, la vida en todos los aspectos y amplitud; el amor, los proyectos, la familia, los hijos, la amistad, las frustraciones, los éxitos, el trabajo, los cambios generacionales, las ilusiones, la competitividad, la muerte, los cambios, la discriminación, la vejez, las injusticias, la esperanza... ¡la vida! Todos los factores de la vida, este es, o son, los grandes argumentos de esta película. Se habla también del tiempo que hace que la vida y los acontecimientos pasen sin que nosotros apenas nos demos cuenta, de esa vida que va configurando como personas, que nos hace crecer, que nos hace disfrutar de cómo éramos y de cómo seremos. Interesantes reflexiones las que plantea esta película.

En definitiva, esta es una película que entraría en esa lista de las diez mejores obras
maestras que hay que ver antes de marcharse de este mundo”.
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23 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Un gustazo.
La última de James Dean (que murió nada más terminar el rodaje). Larga película, que durante 3 horas y media cuenta la historia de una rica familia de tejanos a lo largo de los años, del matrimonio formado por Liz Taylor y Rock Hudson y sus desavenencias, sus relaciones con sus hijos primero, y con sus nietos después, el racismo de la América profunda (en un tratamiento muy moderno del tema para la época), y su enfrentamiento con el rebelde James Dean por causa de la explotación de pozos de petróleo.

Un gustazo el visionado de un melodrama romántico de los de antes. De esos que ya no se hacen.
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17 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Las semillas que cambian la dirección del viento
No tenemos más que una misión en este mundo: La Unicidad. Habremos triunfado en el juego de la vida cuando volvamos a ser Uno, entre nosotros mismos, y con Dios. Humanidad significa, género humano, y sin duda se deriva de, Huma: Corazón; y de Unidad, es decir, Corazones Unidos. Esta unión se produce mediante el amor que resuma respeto, sensibilidad, afabilidad, mansedumbre, benignidad…

Todo lo que hagamos en este sentido, por pequeño que sea, hará que el viento sople y nos empuje cordialmente… hasta que un día lleguemos a EGA (El Gran Acercamiento). Entonces, habrá muerto el EGO que divide, separa, compite y maltrata.

Por esta razón, el arte está llamado a jugar el más digno de los papeles; y cuando se hacen películas como, por ejemplo, “To Kill a Mockingbird”, “It's a Wonderful Life", “The Green Mile”… o esta <<GIGANTE>>, nuestra alma se reconforta, porque la luz llega para mostrarnos que no estamos solos y que aquí, y allí, y más állá, se cuecen cenas de unión y solidaridad, y se siembran semillas de paz que, un día darán su cosecha.

Jordan Benedict, es un hombre de élite, pertenece a una generación (abuelo y padre) que se hizo dueña, por centavos, de unas tierras que, poco antes, les fueron arrebatadas con sangre a los mexicanos. Él hereda entonces la altivez y el orgullo de una raza blanca que se opone a toda “contaminación” con las que, ellos, ven como razas inferiores.

Pero, a los ríos que parecen correr en una sola dirección, de pronto se les aparece un escollo que los hace llevar sus aguas hacia un nuevo paisaje... y así, cuando busca comprar un caballo azabache semental, Benedict conoce a Leslie, una preciosa joven que, al recordarle el origen primario de los 695.000 acres que él ahora posee, dejará sentado que le gustan las aguas claras y que no está dispuesta a valer únicamente por unos ojos bonitos.

Benedict, reconoce su talante... y no tardará en llevarla para su rancho “Reata”, tras convertirla en su esposa. Así comenzará una poderosa lucha de caracteres, cuando se comienza a descubrir que la discriminación y la indiferencia son el pan de cada día contra los mexicanos, a quienes despectivamente llaman, los “espadas mojadas”(wetback), un término despectivo que alude al sudor de sus cuerpos por las difíciles labores que realizan y por la forma ilegal, de largas y cansadas travesías, como cruzan las fronteras hacia los EE.UU. con la esperanza de hallar una mejor vida.

El guion, escrito por Ivan Moffat y Fred Guiol, quienes adaptaron la novela homónima de, Edna Ferber, está colmado de grandes valores y de una comprensión por la diferencia plena de significado y de sólidos criterios de humanidad. El director, George Stevens, aporta por su parte un gran virtuosismo en la puesta en escena y en la composición de imágenes... y con, Elizabeth Taylor, Rock Hudson y James Dean, en el reparto, tendremos personajes de esos que dejan huella para la eterna memoria.

<<GIGANTE>>, se hace merecedora de nuestra admiración y nuestro alto reconocimiento, porque sembró una semilla que, junto a tantas otras obras del arte contemporáneo, hoy hizo posible que un hombre de color alcanzara la presidencia de la nación más poderosa y, a veces, la más obtusa de todo el planeta.
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14 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Quiero ser él , ella o el fotógrafo
Hay que reconocer una peli americana al más puro estilo Hollywood. Esto es cine con panorámica de vacas, llanuras pedregosas con viento, tumbleweeds/rodamundos volando...Primeros planos de tres megastars donde dirías: "yo quiero ser él, ella o el fotógrafo ".
Planos de antología del cine en el estilo más clásico, de 1956.Esto es lo mejor.
Seguro que se ha dicho, pero lo peor es que tuvieron que pagar muchísimo a las stars de la peli porque si cobraban por horas, ya iban tres que se sepan.
El argumento pierde fuerza tras la primera hora y media y los actores al lado de Dean, Hudson y Taylor palidecen.
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16 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
El crepúsculo de los gigantes
Jordan Benedict se enamora perdidamente de Leslie, con la que se casa y a la que lleva a su rancho de Texas, lugar al que ella tardará en adaptarse.

Melodrama de ambición desmesurada, gigantesca, que nos cuenta la historia de una nación durante la primera mitad del siglo XX a través de los altibajos de un matrimonio formado por un rico terrateniente del Sur y una bella mujer de ideas modernas, abordando temas como el racismo o las desigualdades sociales. Con destellos ilustres de gran dirección –esa manera de narrar un enamoramiento sin apenas diálogos, ese reencuentro de los protagonistas durante una boda–, dada su duración excesiva resulta un film desequilibrado, que combina segmentos de mucho interés con otros más insulsos.

Recuerdo haberla visto en mi niñez, atraído porque fuera una de las tres películas en las que participara James Dean, fascinado por ese relato de aliento épico sobre el que flota una nube de amargura. Recuerdo haber pasado toda una tarde pegado al televisor. Dean actúa a su manera extraña, diferente, encarna a un pobre receloso de sus jefes, obsesionado con el dinero e incapaz de disfrutarlo cuando lo consigue. Rock Hudson no lo hace mal, aunque la estrella de la función sea la hermosísima Elizabeth Taylor. Lo que ocurre en los minutos finales, con la escena del bar y el discurso de Taylor, puede parecer un poco inverosímil y demasiado optimista a día de hoy, que nos hemos vuelto tan cínicos.

“Gigante” pertenece al último periodo del cine clásico, cuando el sistema de estudios se hallaba en franco declive, todavía buscando desesperadamente repetir los éxitos del pasado, y las imágenes aún se diseñaban para maravillar y no para consumirse como hamburguesas.
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8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Un solar gigantesco.
Haciendo honor a su inconfundible título, "Gigante" es gigantesca (quiere ser, más bien) en todo. Una gran producción, el "Lo que el viento se llevó" de los 50, pero es que debió de ser tan fuerte la fiereza del viento que la película queda casi como un solar.
A lo largo de más de tres interminables, inexplicables e insufribles horas el señor Stevens nos cuenta la aburridísima vida de dos generaciones de una familia texana dedicada al petróleo. El "star system", con un trío esplendoroso a la cabeza, pone su cara bonita y ¡hala!: a funcionar. Fue la última película del malogrado y mediocre, no sé por qué mítico, James Dean y es un film tan impersonal, frío y distante que uno no sabe si está viendo un western sin alma, plenamente insípido e inverosímil de mastodóntico que es, o un melodrama desangelado, descorazonador y aburridísimo, o un drama de personajes que son como hormiguitas en la infinidad del universo. "Gigante" es por todo ello, un film ejemplarmente mal construido, mediocre, agotador, un despropósito, casualmente interesante, en medio de tan presunto gigantismo.
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21 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Se pasa de larga
Si hubiera durado la mitad, le habría dado una nota bastante más alta. Desde el descubrimiento del petroleo hasta el final, el director ha dado unos tumbos que no se los cree ni él. Diálogos de traca, escenas y situaciones sin pies ni cabeza; En definitiva, ha cambiado un guión medianamente aceptable por un bochornoso espectáculo de mal cine que se me ha hecho más largo que la mili. Con todo, creo que a Rock Hudson, a tenor de la cara de cansado que pone cada vez que sale, se le ha hecho más larga que a mí. El aquí joven Dennis Hopper ha espabilado un poco desde "Rebelde sin causa". Elisabeth Taylor, con todo lo que se ha dicho sobre su belleza, a mí me parece más bien fea pero sí es buena actriz, y James Dean, a pesar de que me revienta que se convierta en mitos a jóvenes cadáveres, en este caso, y como ya dije otra vez, sí que hay un mínimo de razón en ello, pues me parece que es de los pocos actores que tiene (tenía) una interpretación natural y creíble. Resumiendo: film de comienzo más o menos prometedor, que el director mediante vueltas y revueltas ha metido en un lodazal del que no ha sabido salir. Película prescindible.
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19 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Grande, pero no gigante
Viendo Gigante, uno tiene la sensación de que ya no se hacen películas así.
Como muchos de los grandes clásicos de la época dorada de Hollywood, la película de George Stevens (buen realizador que sabe sacar el máximo partido a los impresionantes exteriores y las escenas de masas, aunque los planos domésticos le quedan algo sosos e impersonales) es un melodrama cuidadísimo, de sabor auténtico, en el que da gusto no encontrar cosas superfluas o, aunque parezca extraño decirlo, tacos y sexo innecesarios. En definitiva, es una película que reivindica el valor de lo sencillo desde el punto de vista argumental y de ir al grano para lograr la máxima eficacia en sus diálogos y situaciones y también la máxima identificación con sus personajes. Hay que reconocerle también a Stevens que sabe sacar lo mejor de un Rock Hudson muy alejado aquí de su clásico papel de galán de las películas con Doris Day. Y cómo olvidar a Elizabeth Taylor, que siempre ha sido una de las mejores actrices de la Historia, acercándose ya a la monumental intérprete de La gata sobre el tejado de zinc, Cleopatra o sobre todo ¿Quién teme a Virginia Woolf?
O al menos durante un rato. Porque cuando desaparece de escena el Jett de un espectacular James Dean (no sé si alguna vez ha habido un actor que con veintipico años haya tenido una presencia en cámara tan apabullante, masculina y carismática. Es simple y llanamente la definición de una estrella de la pantalla), el interés de la trama decae mucho. No resulta demasiado estimulante ver los dilemas familiares, raciales y personales de los personajes durante tantísimo metraje (¿tres horas y diez minutos? no hay quien defienda esa duración, a todas luces excesiva). Afortunadamente, el tercio final recupera el brío de su primera hora y media.
En definitiva, una película que hay que ver, maravillosa y que produce multitud de sensaciones en el espectador, pero ni mucho menos perfecta ni una obra maestra.

Lo mejor: Los actores y todo su primer acto, hasta que Jett encuentra petróleo.
Lo peor: Es eterna y el interés decae una vez James Dean desaparece de escena.
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7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Precursora de las series familiares televisivas.
Este es un film con pretensiones de grandiosidad epopéyica, pues se nos cuenta más de 25 años de vida familiar, se hace un somero repaso al Este y el Oeste americanos, al racismo y a la intransigencia, a la riqueza y a la pobreza, a la relación entre padres e hijos, entre tejanos y mejicanos, a la guerra, a la paz, al amor, al enfrentamiento entre generaciones y a la evolución, bajo el pretexto de efectuar un retrato del ciudadano americano. Lo peor en mi opinión es que los acontecimientos tienen más relevancia que las personas y en la que éstas funcionan como estereotipos. En el fondo lo que propone el film de Stevens, no es sino una transposición de la clásica novela gótica al marco del Oeste americano.

Las circunstancias argumentales que concurren en “Gigante” son harto evidentes: una muchacha que se casa con un hombre que la lleva a vivir a un lugar extraño, inhóspito y desconocido para ella; la hermana del terrateniente (estupenda Mercedes McCambridge) es un remedo de la siniestra ama de llaves, cuya función más explícita es recordar continuamente con su presencia que la recién llegada es una intrusa; el poderoso señor Benedict (colosal, Rock Hudson) recuerda a Maxim de Winter; Jeff (James Dean entró en la leyenda con este film, que no pudo ver estrenado debido a su prematura muerte en accidente de tráfico) es un personaje similar al que hemos conocido en tantas novelas de estas características (a veces ejerciendo las tareas de jardinero): su presencia sirve para recordar las turbias circunstancias en que nació la fortuna de los Benedict.

Es cierto que George Stevens contó con un reparto fabuloso, grandes medios económicos y más de tres horas de duración para adaptar el “best seller” de Edna Ferber, pero hay que reconocer que Stevens se las arregló para llenar de detalles tantos metros de celuloide sin dejar nunca de exprimir talentos tan dispares y en apariencia irreconciliables como los que confluyen en esta obra. “Gigante” nos enseña que la grandeza de ese cine se ha perdido para siempre, pero también que en aquellos años veinte, al menos en Maryland (Texas), no era inusual que la lucha de clases, la racial y hasta la más primitiva de todas las luchas, la que sostienen dos hombres por una mujer, se resolvieran a puñetazos. Ni siquiera la fascinante Elizabeth Taylor, sorprendentemente eclipsada por sus dos compañeros de reparto, deja de demostrar su sensibilidad y su oficio con algunas intervenciones memorables. Precursora de las series familiares televisivas, el film puede verse muchas veces, porque una visión no basta para abarcarla.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Una bella y extensa cinta sobre un melodrama en la vida rural norteamericana
Gigante de George Stevens es un drama romántico de cine épico sobre una bella joven del este que se casa con un rico tejano con el que mantiene sus diferencias, pero que a pesar de ello, pasa los años junto a él observando como uno de sus antiguos empleados encuentra petróleo y se enriquece en unas tierras que heredo de la hermana del rico tejano. Dirigida con un ritmo pausado y con el estilo habitual de melodramas de vida rural americana, es una obra que profundiza en sus personajes y su entorno, centrándose sobre todo en sus defectos para mostrar tal cual son y sacar así todo el jugo posible a uno de esos films que cualquier cinéfilo clásico amante del género debe ver al menos una vez en su vida, concluyendo una película hermosa con enormes interpretaciones y provocadora trama.
La fotografía es lumínica y vistosa al mostrar de forma evocadora cada lugar, cumpliendo con una labor hermosa y cuidada en detalles grandiosos que cautivan haciendo gran juego de claroscuros que sacan lo mejor de la historia. La música es melódica y bella en sus sonidos agradables y autóctonos que acompañan el film en una excelente tarea según el momento de la acción, encantando con ello a todos los públicos. Los planos y movimientos de cámara consuman una estupenda labor técnica mediante el uso de los panorámicos, primeros planos, reconocimiento, seguimiento, avanti, retroceso y generales que sacan lo mejor de la acción y las interpretaciones. Cabe destacar también, el montaje lineal y seguido que no se toma prisas en exponer la historia y mostrar los fallos y virtudes de sus protagonistas.
Las actuaciones son soberbias y excepcionales. Como protagonistas Elizabeth Taylor está radiante y rebelde en su sentido personaje, Rock Hudson trabaja con carácter y firmeza y James Dean está auténtico en un magnífico papel, siendo cumplidoras las interpretaciones de Carroll Baker, Jane Withers, Chill Wills, Mercedes McCambridge, Sal Mineo y Dennis Hopper entre otros. La dirección artística emplea para estos unos vestuarios y caracterizaciones distinguidos e impolutos por un lado y elegantes y evocadores a Texas por el otro, marcando en todo momento la diferencia de clases sociales, al igual que con los ostentosos decorados de interiores según el lugar que te transportan in situ.
El guion, escrito por Ivan Moffat y Fred Guiol y basado en la novela de Edna Ferber, es profundo y se toma su tiempo tanto para exponer la historia como por indagar y desmontar a los personajes y sus difíciles formas de ser, logrando un melodrama histórico tanto en sus interpretaciones como en su extensa y sustanciosa historia hermosa que es para ver tranquilo en casa, sin prisas por finalizarla, ya que es un film para deleitarse al completo y disfrutar de todos sus detalles cinematográficos. Además, tiene el aliciente de tocar temas tan delicados como el racismo y el distinto trato según la clase social. Esto se lleva a cabo con una narrativa clásica y profunda, que de un modo expresivo e insidioso deja clara la personalidad de cada protagonista.
Para finalizar, la considero una obra indeleble e insustituible en el séptimo arte que no se toma prisas en explicar la historia y dar a conocer a unos personajes con muchos defectos, concluyendo un film que aunque algo largo cumple ampliamente con su cometido y cautiva a los amantes de los melodramas envueltos en un trasfondo histórico, político y racial. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones, fotografía, música, montaje, planos, vestuarios, caracterizaciones y narrativa que vuelven a Gigante, un film atractivo en los puntos del amor, la riqueza, la lealtad, el racismo y la integridad familiar en los malos momentos.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Tres horas que pasan volando...
Nos encontramos ante una obra maestra del cine clásico en la que tratan diversos temas, tanto la familia, el progreso de la sociedad (las personas con poder económico ya no son lo que eran... lo que se diría "nuevos ricos") y el amor. La historia que se cuenta es muy buena y sobre todo realista dentro de lo que es el contexto del estado de Texas de la primera mitad del siglo XX. Dado que desde el comienzo de la película hasta el final pasan muchos años podemos ver como evolucionan los personajes, sobre todo James Dean y Rock Hudson, de una manera totalmente espectacular...

En definitiva, todo un clásico que merece la pena ver.
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9 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
En este estado solo hay vacas y... pozos de petróleo.
¿Quién es gigante en Gigante?: en mi opinión, el estado de Texas y Elizabeth Taylor. He de confesar que lo que me atrapó verdaderamente de esta película es su premisa argumental, el paso de la Texas reaccionaria y orgullosa de los ranchos a la Texas con petróleo en las venas; es aquí donde brilla la fotografía, que capta perfectamente el paisaje y su melancolía, y sobre todo un guión más logrado en la descripción de escenarios que en las relaciones humanas. A pesar de la carga mítica de esta película, lo cierto es que es un folletín de pretendidos tintes épicos (son tres horas) que sigue el periplo vital de un rancho familiar, sus fatigas y sus victorias, y en el que Taylor está divina, Hudson competente y Dean.... ufff. Es muy malo, y me da lo mismo que muriera joven: se limita a pasarse el metraje con aspecto de encontrarse a mitad de camino entre una melopea y su correspondiente resaca, a mesarse el pelo y poner de cara de "el mundo entiende que sea un merluzo". En resumen, si quieren aprender cómo las gastaban los tejanos a principios de siglo y a odiar a James Dean, esta es su película. Por cierto, sale un Dennis Hopper inconcebiblemente joven.
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6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Toda una vida
Ambiciosa superproducción basada en la novela de Edna Ferber y que narra la vida de Jordan Benedict Jr. (Rock Hudson), un adinerado sureño, a partir de su encuentro con la terca y obstinada (pero de gran corazón) Leslie (Elizabeth Taylor). Aunque su relación no comienza con buen pie pronto se casan y ella se va a vivir junto a su recién estrenado marido a los terrenos que éste posee. Terrenos que dirige con mano firme junto a la inestimable ayuda de su arisca hermana, Luz (Mercedes McCambridge). Una vez allí Leslie se dará cuenta de la grandeza del lugar y de las miserias de la clase obrera, a la vez que hará amistad con el extravagante Jett (James Dean), un tipo que trabaja para los Benedict y por quien Luz procesa un cariño especial, aunque no sea del agrado de Jordan.

Stevens recrea con soltura tan compleja historia, la cual abarca buena parte de la vida de los protagonistas. Si bien, lo cierto es que para ello necesita más de tres horas, lo que, lógicamente, hace que el relato se resienta, por muy interesante que sea, que sin duda lo es. Aún y con todo, la historia intenta abarcar tanto que, a pesar de la duración (el mayor problema al que se enfrenta la película), nos deja con la sensación de que existen lagunas en algunos de sus pasajes por la precipitación con que se suceden los acontecimientos.

La película cuenta con un magnífico plantel de actores en el que destacan su popular trío protagonista. Rock Hudson encarna a la perfección al rudo y algo osco cabeza de familia y propietario del lugar, mientras que el aura de inconformismo (y malditismo) de James Dean casa perfectamente con su autodestructivo personaje, por su parte, Elizabeth Taylor tiene a su cargo uno de los papeles más agradables y agradecidos de la función, realizando una espléndida interpretación que fue injustamente olvidada en las nominaciones a los Oscar. Igual de injusta y flagrante fue la casi nula repercusión que tuvo la película en dichos premios, de diez nominaciones que acumuló sólo fue recompensada con un premio: mejor dirección. Algo ilógico, sobre todo teniendo en cuenta que al estupendo trabajo de dirección y de sus intérpretes habría que sumar su buen acabado técnico. Puede que Gigante no sea una película redonda, pero sí un gran trabajo y una historia emotiva y llena de valores.
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5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Honor familiar
Larguísimo film que adapta la novela de Edna Ferber, que contó con tres superestrellas de Hollywood como son Elizabeth Taylor, James Dean y Rock Hudson. El productor y director George Stevens (autor de Un lugar en el sol y la maravillosa e inolvidable Raíces profundas) es el encargado de realizar este estupendo melodrama sureño lleno de ambiciones, arrogancia, odio, cariño y orgullo, con unos personajes racistas y conservadores, que son contrastados con mentalidades más abiertas y altruistas.

Más de tres horas de metraje, que si bien es cierto se hacen bastante largas pero pasaderas, para una película que se ha convertido en todo un clásico. Gigante estuvo nominada a 10 categorías de los Oscars, entre ellas, mejor película, mejores actores principales (James Dean y Rock Hudson) o mejor director, que fue la única estatuilla que se llevó. A destacar la espléndida partitura de Dimitri Tiomkin y la luminosa fotografía de William Mellor.

En el reparto, a parte del fantástico trio de actores protagonistas, también hay que mencionar a la actriz que pronto se convertiría en un pequeño sex symbol, Carroll Baker (interpretando a la hija menor de Leslie Benedict, cuando en realidad era un año mayor que Liz Taylor) y a un joven Dennis Hopper.

Por último decir, que Gigante se trata de la tercera y última película del actor James Dean, que falleció en un trágico accidente de automóvil poco después de terminar de rodar todas sus escenas.
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