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485 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
6
Historia de un psé
Con tantas notazas y esas credenciales aplastantes que la acompañan, me siento como una Scrooge de la vida al no poder sentir el entusiasmo y la felicidad que parece haber suscitado esta película a lo largo y ancho del mundo cinéfilo.

Acudí con mucha ilusión al cine, con cierto hype -me temo- agrandado por las magníficas críticas y el aplauso de mis amigos. Realmente mi deseo era destilar el apreciado néctar del sense of wonder, tan inusitado en el cine, ya sea el antiguo o el nuevo. Si soy honesta, tengo que confesar que me ACOJONABA salir de la película y que me preguntasen qué tal y tener que contestar: "PUES...PSÉ" y verme objeto del odio y la desaprobación de la entusiasmada platea.

Así que puse toda mi voluntad, aunque reconozco que una importuna sensación de aburrimiento insistió en colarse por las ventanas de mi recia predisposición favorable. Al poco, se sumaron sendos sentimientos de apatía e impaciencia que -presa del pánico- traté de ahogar en mi cubo de palomitas. Osé mirar el reloj, lo que me ganó un reojo indignado de una pareja de ancianos y un codazo virulento del lado de mi pareja. Me entraron ganas de ir al baño, para lo cual debía atravesar una fila completa de personas absortas en la película (y el puto cine estaba lleno).

Volví a mirar el reloj, calculando si podría aguantar la media hora que quedaba del invento. Nuevas miradas indignadas. Salí, me odiaron, me perdí cinco minutos en los cuales el perrito según me dicen había hecho alguna monería. Aliviada por la visita y por haberme ahorrado el rato Timón y Pumba, sigo ascendiendo -contra mi voluntad- hasta el temido "PUES...PSÉ".

Después de la película, entablo una animada discusión conmigo misma y trato de razonar los motivos de mi indiferencia hacia "The Artist". En general, me parece que es simplona, superficialmente bonita y está demasiado pendiente de ser un homenaje. No la siento como una película personal en ningún sentido. Asimismo, si uno ha visto algo de mudo, entenderá que esta película da una imagen muy esquemática y chorra. Hay muchas películas de los años 20 que revisadas hoy, son mil veces más rompedoras que The Artist. Ah, y esto no es un defecto: ¿pero de verdad es tan arriesgada en su propuesta? ¿No ofrece una historia visualmente golosa, apta para público de 8 a 88 años, gente guapa, vestuario bonito, banda sonora emotiva y un perrito monísimo haciendo cabriolas? Vamos, que es muda, pero que no hay nada que no hagan para compensarlo. Para lo que hay que tener huevos es para colar "La cinta blanca" en los Oscar y con 300 críticas en esta página, cuando es un espesito drama dreyeriano sin final cerrado, lento como el discurrir de un caracol y ambientado en un pueblo lleno de gente con cara de conejo.

Me preguntan ¿qué te pareció "The Artist"? Contesto: "Pues...psé". Su impecable realización (sin alma, empero) y alguna escena resuelta con imaginación bien merecen el aprobado, pero tampoco mucho más.
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445 de 600 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
El lunar de Marilyn
The Artist no es un homenaje en exclusiva al cine mudo. Tampoco es cine mudo. Es un homenaje presente al cine grande del pasado y, muy especialmente, al gran cine de Hollywood. Es una fiesta, una celebración. Un caudal de cine con sonrisa.

La banda sonora es relevante, incluso en la elección de los silencios.

La única regla formal de Michel Hazanavicius es la ausencia de color –quizás, el número final hubiera ganado en emoción e impacto con el color de ‘Cantando bajo la lluvia’.

El protagonista se apellida Valentin(o), pero recuerda a Douglas Fairbanks.

El cine inunda cada fotograma…

‘Vértigo’ (la música de Herrmann; el jardín de la mansión, tan parecido al cementerio; la búsqueda en el coche…). ‘Umberto D’ (el mismo perro, Flike, salva a su amo). ‘El crepúsculo de los dioses’ (el proyector, la decadencia). ‘Él’ (la habitación desquiciada; el horror de las risas y los gestos). Rebeca (la sobrexposición de luz en esa alcoba). ‘El nacimiento de una nación’ y su trepidante montaje en paralelo… El plano Lubitsch de las escaleras, preciso y elegante: unos suben y otros bajan, pero el cine fluye sin parar. Algún destello hay de ‘Ciudadano Kane’ y de ‘Sunrise’... El catálogo de citas sería interminable y, sin embargo, se incorporan al desarrollo de la historia con toda naturalidad. No se trata de guiños o de adornos navideños: son parte de la esencia de la cinta.

Hablan los carteles: GUARDIAN ANGEL, LONELY STAR…

El protagonista se hunde. Intuimos un desenlace similar al de ‘Ha nacido una estrella’ –más de una vez, he pensado en la sonoridad de la frase: “Soy la señora de George Valentin” como colofón sonoro a la película.

Es excelente la pesadilla con efectos de sonido o, más bien, la idea muy original de que los efectos de sonido sean, en palabras de Max Estrella, “el dolor de un mal sueño”.

La sonrisa de Jean Dujardin es el hilo conductor de la película. Esa sonrisa simboliza una manera de hacer cine. Un cine puro, felicísimo, sencillo, intemporal. Lo nuevo (ella) se alía con lo viejo (él) y, juntos, inventan a Gene Kelly.

De la aleación del mudo y el sonoro nace el musical. Y el cine nunca pierde la sonrisa.

===

Von Trier y los mayas han anticipado el fin del mundo. Filmaffinity se acaba para mí… Siento en los dedos el frío de una 'magnum'. Con las últimas palabras escritas por Cervantes, me despido: “¡Adiós gracias, adiós donaires, adiós regocijados amigos; que yo me voy muriendo, y deseando veros presto contentos en la otra vida!”

¡BANG!
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315 de 366 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
El Pse… de Neathara
Empezar diciendo que uno no deja de sorprenderse de el nivelazo que tiene el personal de FilmAffinity haciendo críticas, me he leído un montón sobre esta película y es sorprendente el buen hacer de casi todos los usuarios, tanto los que bromean con la película como los que lo hacen totalmente en serio, casi todas geniales (La de Servadac que ocupa la primera posición, a mi gusto, sobrepasa con nota a cualquiera realizada por un crítico profesional). Además estoy de acuerdo con casi todas, tanto los que la encumbran como obra maestra, como las que tienen sus serias dudas.

No obstante me quedo con una, la de Neathara, ya que describe exactamente lo que yo he sentido al visionar esta película. Igual que ella me puse delante de la pantalla totalmente ilusionado, con la seguridad absoluta de que iba a ver algo grande, e igual que le ha sucedido a ella empecé a sentirme incomodo (Aunque no tenía ganas de ir al baño), alguna vez miré al reloj y sentí un desasosiego que no era otro de que pese a estar divirtiéndome, y pareciéndome una buena película, la cosa no era para tanto.

Y es que tiene, a mi forma de ver, muchos pse…

Los actores principales (No así los secundarios) pues pse…No terminé de tener claro si eran muy malos o hacían perfectamente le papel de pésimos actores de cine mudo. Supongo que es lo segundo, pero pse…
La ambientación, pues pse….Las he visto mucho mejores, no han utilizado muchos decorados, cuatro o cinco, los que salen, pues correctos sin más, así que pse…
La historia, siendo bastante original, creo haberla visto antes y con mucho más arte. Esa transición del cine mudo al hablado ya se ha explotado en el pasado (Sé que he visto muchas películas que trataban del tema, pero no tengo ganas de investigar ni exprimirme el limón, que estoy muy mayor), así que pse…
El cacareado perro, pues pse….Aunque es gracioso, solo hace cuatro perradas. Yo he tenido algún perro (Como supongo que muchos de vosotros) que si a este le quieren dar el Oscar, al mío le tenían que haber dado el premio Nobel de Física.
La música, pues pse…Empieza pareciéndote cojonuda y cuando lleva machacándote una hora agradeces bestialmente esos pequeños cortes que se producen. Luego pse…

Podría seguir diciendo pse…más tiempo, pero dejémoslo ahí. Igual que a Neathara me ha parecido bastante buena película, entretenida a veces, pero de ahí a cargarla de Oscar y premios me parece excesivo (Prefiero mil veces la “Invención de Hugo” que también tiene un toque cinéfilo), aunque mucho me temo que se va a inflar . No sé que pensarían Chaplin (“Quimera del Oro”, “Luces de Ciudad”, “Tiempos Modernos”…) y Buster Keaton (“El maquinista de la General”, “El moderno Sherlock Holmes”…), viendo que esta puede ganar la estatuilla y muchas de sus obras maestras ni la olieron.

Así que un siete, más tirando a seis que a ocho, pues a mi la película esta me parece que tiene de nota un Pse…….
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139 de 189 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Mágica
Apareció por sorpresa en Cannes y la prensa quedó maravillada. Sólo obtuvo un premio a mejor actor (competía con grandes nombres) pero desde luego, una vez vista la película, queda clara la razón: Jean Dujardin parece realmente salido de ese mundo. El carismático actor francés ya había colaborado con el director Michel Hazanavicius en las dos últimas entregas de OSS 117 y aquí da vida a George Valentín, un actor de éxito en el Hollywood mudo que ve cómo su mundo avanza más rápido que él con el paso del silente al sonoro, quedando eclipsado y olvidado en apenas unos años. La historia se sitúa entre 1927 y 1932 e involucra, además de al citado Valentin, a una joven llamada Peppy Miller que pasa de ser una simple soñadora a tener un fulminante ascenso a la fama. Así se empastan ambos personajes para dar lugar a uno de los más mágicos y hermosos cantos al cine que se han filmado, una película que hace reir, que emociona y deja al espectador con una sonrisa de oreja a oreja, que poco o nada tiene que envidiarles a clásicos intocables como "Cantando bajo la lluvia" (Singin' in the Rain, 1952) y a producciones como la olvidada Espejismos (King Vidor, 1928) o la dramática "The Wild Party" (James Ivory, 1975).

Aunque "The Artist" se ha vendido como una película de cine mudo hecha en la actualidad, creo que Jonathan Rosenbaum tenía razón al afirmar que la película utilizaba este recurso de forma gratuita, sin una necesidad formal. Claro que personalmente puedo pasar por alto esto cuando el resultado funciona tan bien y durante unos 100 minutos el director consigue meterme dentro de la pantalla, hacer que me crea a sus personajes y me emocione con facilidad. Fundidos, transiciones, una forma de rodar que remite a las producciones de la época de la misma forma que lo lograba aquella maravillosa primera mitad de "WALL•E" (Andrew Stanton, 2008), por supuesto las labores de vestuario y la ambientación. La música, los efectos sonoros... "The Arist" es así una película con una notable fotografía en blanco y negro que prescinde del diálogo sin que se note que está ausente. El logro es mayúsculo porque la película funciona tanto para los amantes del cine mudo (que apreciarán los guiños y sabrán perdonar las licencias) como para aquellos que nunca se han acercado a estas producciones. Dado que funciona a todos los niveles no queda otra que calificar a "The Artist" como una de las mejores películas de este año y una de esas pequeñas joyas que el tiempo pondrá en su lugar. No ganó la Palma de Oro en Cannes pero recibirá aplausos en cada pase. En el festival de San Sebastián, en su pase de prensa, ha sido -con diferencia- la películas más ovacionada de todas, con aplausos entusiastas y risas continuadas durante toda la proyección. Si es que la magia del cine se contagia. No la dejéis escapar.
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105 de 130 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
'The artist' es un bluff
'The artist' es (y perdón a quien pueda molestar) una chorrada de película que nos han vendido como una maravilla. Su director ha querido hacer un homenaje al cine mudo y lo que le ha salido es una especie de parodia: personajes cliché, situaciones que no se las cree ni el tato y una historia totalmente simple y superficial. No sé qué películas mudas habrá visto este señor, pero su concepto de esta época del cine es bastante bobo.

El argumento de este fiasco se resume en que a una estrella de cine mudo, en la cúspide de su carrera, la despiden por las buenas de su productora con la llegada del cine sonoro. Su despido coincide con el ascenso de una chica al estrellato del cine sonoro. Nuestro protagonista pasa de ser una megaestrella a ser un vagabundo en menos de un año sin apenas explicaciones, como si Tom Cruise de repente fuera por la calle y nadie le hiciera ni puto caso solo porque su última peli no tuvo una buena acogida... En fin.

Yo creo que como Michel Hazanavicius (que así se llama el hacedor de este bluff) era consciente que su guión era muy cortito, quiso dotar a su obra de un toque original, y para ello no se le ocurrió otra cosa que hacer una película muda y en blanco y negro... Así se aseguraba el aplauso de un cierto sector de la crítica y de un público al que le gusta sentirse 'distinto' y postmoderno por ir a ver una peli muda y después tomar un gin tonic premium con florecitas y tónicas azules. El experimento al menos no le ha salido tan mal, si 'The artist' fuera hablada y en color sería un super truño; siendo muda y en b/n la han nominado a los Globos de Oro y seguramente harán lo propio con los Oscars. Eso sí, la interpretación del protagonista es impecable, la escena final está bastante bien y lo mejor es.... el perro.
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133 de 199 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
¡¡¡¡¡¡¡Estáis locos!!!!!!!!
¡Más de 40 premios (entre Oscar, Globos y demás) en 2011!

El mundo del cine se ha vuelto loco.

Pero, ¿ustedes han visto las verdaderas joyas del cine mudo? ¿Cómo es posible que ochenta o noventa años depués este título (simpático y poco más) barra de un escobazo cientos de películas realizadas en los primeros treinta años de inicios del cine con medios tan pobres comparados con los de la actualidad?
Porque sepan ustedes que en el TOP de FA sólo las mudas "Amanecer", "M" y tres o cuatro películas de Chaplin superan a "The Artist". Sinceramente alguien ha enloquecido.

Como decía, es una película simpática y paren ustedes de contar. No diré nada de la fotografía ni de la música, por unas u otras razones no hay mérito en ellas, porque en todo momento estoy haciendo comparación con cien años atrás. En cuanto a los actores, sí, están bien, aunque llega un momento en que los guiños de ojos, las sonrisas, los gestos faciales, los movimientos de cabeza, me resultan algo falsos. Y, sobre todo, la sonrisa del galán resulta empalagosa de tanto mostrarla en plan cautivador, tanto mientras rueda como en su vida privada.

No le voy a quitar el sentimiento que tiene la película, ni su gracia, ni su fascinación. Se la ve de un tirón, sin altibajos, con toda atención. Pero...como tantas y tantas películas en la historia del cine que son interesantes pero no obras maestras.

Sí recomiendo su visionado pero sin llenárseme la boca de epítetos exagerados.
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84 de 106 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
PLAS PLAS PLAS
Señoras, háganse con el vestido más vaporoso que encuentren. Caballeros, desempolven sus mocasines. Ha llegado el momento de viajar a los locos años 20 y dejarnos atrapar por una historia que desde el primer instante desprende aroma a obra maestra.

En los días que corren, dejar a una sala abarrotada sin habla (nunca mejor dicho) es todo un mérito. No hay nada como la innovación y el riesgo para salir por la puerta grande. El cine suele estar encantado de conocerse. Homenajes a sí mismo a lo largo de su historia no le han faltado. Sin embargo, apostar por una cinta muda y en riguroso blanco y negro no es la manera más común. Valor a Hazanavicius le sobra.

The artist gira en torno a George Valentin, la estrella más famosa del cine mudo venida a menos con la llegada del cine sonoro. La historia no es inédita. La cinta nos recuerda inmediatamente a Cantando bajo la lluvia (1950) y a El crepúsculo de los dioses (1950), aunque tampoco se esfuerza en disimularlo. Ahí radica su encanto. Estamos en la era del 3D y los efectos especiales y, a pesar de ello, un director casi desconocido opta por devolvernos la magia del cine en una de sus épocas más doradas. Una delicia de contenido con un envoltorio que la engrandece.

La nostalgia desprendida en cada fotograma y de la que son partícipes unos actores en estado de gracia (impagables Jean Dujardin y Bérénice Bejo) la convierten desde ya en una seria candidata a coronarse como mejor película en la próxima cita en el Kodak Theatre. Pero más allá de cualquier premio, la cinta está llamada a ser un clásico moderno. La poesía que irradian sus imágenes se une a la gran verdad que su director nos quiere contar. Esa senda por la que hemos de caminar para darnos cuenta de que es el propio individuo el equivocado y no el resto del mundo. En esa trayectoria contaminada por el orgullo más férreo es dónde la película despliega todo su poderío. Arte es lo que se respira en cada secuencia y que alcanza su esplendor en determinados momentos, como la pesadilla del protagonista.

Mención especial para Dujardin. Renunciar a memorizar un guión escrito por una serie de movimientos coreografiados es una tarea a la que pocos pueden optar. El esfuerzo requerido del lenguaje corporal es el hueso más duro de roer de todo actor y aquí las miradas, carcajadas y tropiezos del actor francés emanan más que talento.

The Artist supone una verdadera proeza al trasladar al respetable hasta las butacas que fueron testigos de la transición del cine mudo al sonoro. Tanto, que una vez alcanzados los títulos de crédito, el espectador tiene la necesidad irremediable de revisar todo aquel cine mudo que hizo más felices aquellos años.

Lo mejor: la permanente sonrisa del espectador durante toda la proyección.
Lo peor: que muchos se queden con el “se parece a ...”
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73 de 93 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Lo mismo mu da, que mu da lo mismo
A los que padezcan cinedentrodecinefobia, el argumento de The Artist les causará pereza e indiferencia. A los aférrimos al género, trillada y tal vez cansina. Para el resto, resultona, agradable, simpática, tal vez interesante. Pero desde luego no puede negarse que una vez se asume la originalidad, la trama se desploma ligeramente, como una pluma. Y mientras se despluma, salen de la cueva las latentes intenciones de la producción. Climax en la banda sonora cada 2 minutos, inclusión de sonidos en sueños, gags en los letreros, efectos especiales, desconfianza, en definitiva, de que el espectador tenga el paladar suficiente para degustar una película muda de verdad.

Cierto es que hay 4 planos magníficos, mas también lo es que el humor está esparcido sólo puntualmente y que el drama es débil. No ha dolor, no ha placer, sólo transcurre agarrada a una idea que podría engullirse a sí misma cual dibujo de Bill Plympton de llegar a crearse escuela con el invento.

Por todo ello, y aunque se han de reconocer los méritos, tan sólo se adivinan, de las latentes intenciones de la producción, dos: el homenaje, y la promoción. Y ojo que ambas son dignas, pero de tanto elogio...
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124 de 201 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Cuando se homenajea al pasado con clase
ocurren milagros como este, ya que nunca había escuchado aplaudir en una sala, y no era yo, estaba demasiado pegado a la butaca como para mover un solo músculo. La extraña amalgama que resulta de fundir el pasado del Cine con las técnicas cinematográficas más modernas en The Artist ha supuesto un logro magistral. No pude evitar recordar el comentario que siempre me dedicaba uno de mis viejos amigos: "eres más raro que una peli muda en color".

De un sentimentalismo a ratos apabullante, a algunos nos ha hecho recordar a aquel tipo de fémina de nuestros perdidos recuerdos hermosa y enamorada del prota que remueve cielo y tierra para que su amor salga del bache en el que se encuentra, un tipo de mujer pura, extinguida por desgracia desde hace décadas del mundo de un Cine que siempre se esforzó por estar acorde a los tiempos, y por ello este revival me parece tan refrescante como en aquellos lejanos días en que sólo había dos cadenas de tv y los ahora cuarentones veíamos sin quererlo un montón de cine mudo de todos los calados y tipos.

Michel Hazanavicius recoge toda la riqueza de un pasado ya lejano para condensarlo en algo más de hora y media a ratos mágica, a ratos entretenida, pero siempre pura, cruel y medida, escenificando fríamente unas emociones como sólo antes sabía representarse, y recordando al personal por enésima vez, que el medio es lo de menos, lo único que cuenta y contará siempre en el Cine...

...es una buena historia, aunque no sea original.

¿La mejor película que se ha filmado en los últimos cinco años? Igual no. Igual sí. Lo mejor es la duda.
Muy muy muy recomendable. 9.8
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78 de 115 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
No digan vintage, digan “The Artist”
El prestigio crítico gafapastil y cinematográfico, Jonathan Rosenbaum, dilapidó al filme de Michel Hazanavicius ya que su visión del final del cine mudo en Hollywood(land) le parecía totalmente falsa, tanto estilísticamente como en lo que se refería a los detalles históricos. Uno de los recursos que definitivamente le apartó de la historia y le imposibilitó tomarla en serio fue la utilización de la banda sonora de “Vértigo”, el mítico filme de Hitchcock realizado casi treinta años después. Y es que si alguien pretende tomar “The Artist” como un filme mudo desenterrado en nuestra era como fue la intención de “The Call of Cthulhu”, ese intento de crear una película fósil que no vimos pero que pudo existir y se generaba de las entrañas del pasado, quedará igual que un rígido historiador al visionar “Malditos bastardos” de Quentin Tarantino. Tal vez tengamos que malentender la historia y romper reglas para que pueda tener cabida en el presente y precisamente es de lo que nos habla “The Artist”.

Las intenciones de Michel Hazanavicius son completamente distintas a recrear simplemente y a tiralíneas el cine mudo, lo imposible, ya que parece respaldarse completamente en el sonoro. Ese cine que todavía monopoliza la cultura contemporánea donde queda enmarcada la propia “The Artist”, para desde ahí generar un homenaje al pasado... en esa industria que clausuró ese cine mudo por una cuestión meramente económica. Las reglas que crea son sobre filmes sonoros como “Ha nacido una estrella”, “Cantando bajo la lluvia”, “Cautivos del mal”, “Ciudanao Kane”… sobre la estética y sensibilidad silente de Murnau, Vidor, Stroheim, Niblo y un largo etcétera. Pero más allá del juego de referencias brutal la película es prudente con las normas que plantea, aparentemente inquebrantables, pero también es consciente de su posición y perspectiva para tantear las posibilidades de romperlas. Tal vez cuando se desplaza la historia la emoción queda malentendida hasta que uno se da cuenta que es pura emoción, al fin y al cabo.

La historia de amor que cuenta Hazanavicius no es más que una excusa y metáfora para un cuento sobre la vida y el cine: no podemos olvidar lo pasado porque no encaje en moldes presentes. Hay que seguirlo y mantenerlo en un sepulcro aunque ese propio pasado quiera encender una llama y pira funeraria que le haga desaparecer. Hay que amarlo en silencio y en secreto pero amarlo, en definitiva. Seguir sus pasos para no perderlo y protegerlo. Jugarse la propia vida para alcanzar ese momento en el que tenga un espacio en nuestro presente y que sea aplaudido (sonoramente) por aquellos que lo enterraron. Un momento, ¿y qué pinta aquí ese maravilloso perro que tiene que tener más años que Matusalén y que se convierte en lo mejor del recital? Nadie es perfecto, aunque a partir de ahora no digan vintage, digan “The Artist”.
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65 de 90 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
:)
¿Cuándo fue la última vez que fuiste al cine y saliste con una sonrisa? Pero cuando digo sonrisa no me refiero a que me estuviera partiendo el culo, ni siquiera a que sea graciosa. Esa sonrisa de la que hablo es la que se me quedaba cuando era pequeño y veía las películas con otros ojos... cuando no sabía quién era el actor principal, ni me importaban las nominaciones a este o aquel premio, ni nada de eso. Cuando simplemente me quedaba con la boca abierta, y me emocionaba y vivía completamente esa historia.

Pues eso es The Artist, una sonrisa. O más bien, una oportunidad de sonreír como antes. Es lo más cerca que recuerdo haber estado desde que soy adulto de revivir la experiencia de ver una película de Disney. Es eso, una ocasión de volver al pasado y recordar que en algún lugar de tí sigue habiendo un niño.

Para colmo, tuve la suerte de ir con una niña chica que también está encerrada en un cuerpo (cuerpazo) de adulto... y hemos decidido que se acabaron el break dance, la salsa o el house. A partir de mañana, somos pareja de claqué.

Si esa no es la pruba definitiva de la capacidad de The Artist para conmover...
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42 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Aznarquevicio
En fin, no tengo ni dea si esta película será recordada dentro de un tiempo como algo extraordinario. Claro que tampoco me importa. No sé qué diantres tiene que ver el paso del tiempo o la historia con los gustos de cada cual. A mí de pequeño no me gustaban las anchoas, y siguen sin gustarme.

Esto de hacer un homenaje me interesa tanto como el bricolaje: nada. Toda la película es como esas presentaciones de algo o alguien en la gala de los Oscar (ahora no sé, porque no veo una desde hace lustros): musiquita, un montón de imágentes y poses, y nada más. Un soberano tostón, como todas las galas. Claro que si los que votan se pirran por ir a ese somnífero evento encuentro muy natural que también voten a esto.

Aparte del recopilatorio musical de escenas y carantoñas poco más. El Deljardín jugando con su circense chucho en su apellido, mucho homenaje a lo mudo que extrañamente le deja a uno sordo, y poco más. Lo más salvable es la actriz por su cara de tragasables que hace tiempo que no veía cosa igual.

Esto de hacerle la pelota a los americanos a veces tiene réditos, hay que reconocerlo. Pero por lo visto hay que ser francés para que el populacho te haga un ídem.

Al menos nuestro Aznarín se parecía a Charlot, e hizo un sentido homenaje al Fausto de Murnau con sus pactos. Eso es jugársela. Su primo franchute sólo es un sobón que en mi caso tuvo un éxito inesperado: efectivamente, me sobé.
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48 de 68 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
?
Lo primero que me pregunto cuando empieza esta película, es por qué se tiene que hacer una película muda en 2011. Espero averiguarlo a lo largo de la proyección. Me fijo ese objetivo elemental y, con severidad, me obligo ya de antemano a suspenderla si no termino por hallar una respuesta satisfactoria. No vengo con prejuicios, no me molesta que exista una película muda en 2011. Tengo expectativas. Siempre he pensado que las mejores películas de toda la historia, en términos visuales, se hicieron el año antes de que se impusiera el sonido en el cine: seguramente nunca se ha llegado a explorar tanto la fuerza expresiva de la imagen como ese último año. Luego ya entraron otros elementos y ya no fue necesario sacarle tanto jugo. Me gusta la imagen pura, me gustan los cortometrajes silenciosos que se emplean a fondo con los encuadres y los movimientos de cámara, que exprimen unos ojos húmedos, o una larga sonrisa, o un plano contraplano en el que subyace un discurso. La mayoría son una mierda, pero aprecio el esfuerzo, y se tropieza uno con imágenes evocadoras y con caracter.

¿Qué pretende The Artist? ¿A qué viene este extraño experimento? Se apagan las luces.

Un bonito y folklórico paseo por tiempos pasados, no solo un paseo histórico, sino un recorrido desvergonzado por el mundo del cine, montado en el vehículo maravilloso del plagio (¿acaso homenaje?). Al principio no parece otra cosa que una imitación desconcertante, rayana en la parodia. Se encadenan números que tienen un poco de payasil, de gag circense, cuando el payaso nos hace reír o llorar entre el número del trapecio y el del domador de leones.

Con ese poco de ingenio mímico, avanza el plagio (¿acaso homenaje?), derivando de "Cantando bajo la lluvia", a "Ha nacido una estrella", entre otras, para revelarse definitivamente como una simple fábula de animales mudos cuya esencia está directamente a la vista, bajo los focos del escenario o del rodaje. Si se tacha a "Pretty woman" de cuento, no puede irse mucho más allá con "The artist". El argumento y el tema son tan complejos como el cuento de los tres cerditos, y de hecho, a groso modo tratan asuntos cercanos: más te vale ponerte al día, afrontar con decisión los cambios que se presentan en la vida, o puede ocurrir que se te lleve el viento (o los soplidos del lobo feroz), del mismo modo que quedó barrido el viejo sur en la mítica película de David O. Selznick.

En realidad ahí me llevo una decepción: si algo diferencia esta película de los clásicos mudos, es que estos eran verdaderos dramas/comedias/tragedias... "The artist" renuncia por completo a cualquier complejidad en ese aspecto. Quizás lo más agudo de todo el asunto resida en la ironía de hacer una película muda para tratar ese tema.
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33 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
El más sentido canto de amor al cine desde Ed Wood (9.0)
Iba escéptico. No sabía muy bien qué era lo que iba a encontrar, si una simple sucesión de homenajes, un intento de imitar los estilos de los mejores directores de cine mudo, una ñoñería nostálgica, o qué sé yo. Lo que me ha quedado claro tras verla es que el pulso de Hazanavicius, como guionista, director y editor, está guiado por un corazón profundamente enamorado del cine. Pero su obsesión por hacer una película muda no se ha visto desbordada, todo lo contrario, ha creado un conglomerado fluido, ágil y coherente que compacta referencias muy variadas. Precisamente la gracia está en adivinar a qué película se parece la escena, o a cuál pertenece la música que suena o qué rasgos de qué actores están presentes en los personajes.
Dice Pablo Kurt que llevando a los niños a ver The Artist, se enamorarán del cine. Yo creo que no, creo que primero deberían enamorarse del cine y después ver The Artist. Para eso está pensada, para recordar, analizar sus recursos formales, encontrar los paralelismos con los grandes clásicos y las biografías de sus actores, así como para disfrutar de la originalidad con que se ha planteado en un momento en el que el cine ha cambiado tan radicalmente (desgraciadamente para algunos como yo) que lo novedoso es volver a los inicios.
En este sentido, sólo un apunte: fui a verla con un amigo y, tras ver una de las escenas, le repetí insistentemente que la música que la acompañaba aparecía en una película de Hitchcock (sugerí Vértigo). Él me dijo que no podía ser, que la banda sonora de The Artist era completamente original. Me calentó y llegué a hacer una apuesta: me dejaría sodomizar por un elefante si me equivocaba. Llegamos a casa y lo primero que hicimos fue buscar la información. Mi ano sigue tan estrecho como antes. No sé si esto se puede llamar amor al cine o deseo zoófilo latente, pero ilustra hasta qué punto le puede afectar a un cinéfilo esta película.
Se presta a multitud de revisiones. No creo que tarde mucho en volver a verla y en descubrir guiños que me pasaron inadvertidos.

En cualquier caso, el gran público encontrará un melodrama de altura, uno de esos amores que se tratan de disimular sin éxito, que encuentran multitud de obstáculos pero que perduran a lo largo del tiempo. Los espectadores a él pertenecientes no se sentirán fuera de lugar, a pesar de todo, pues la cinta habla a través del montaje, la mímica y el sonido (¡sí, es muda, pero sonora!).
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35 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Retroceder en el tiempo
Retroceder en el tiempo ya es una realidad. Desde este humilde espacio de opinión puedo dar fe de que el revuelo generado en torno a la aclamada y brillante “The artist” no es para nada exagerado. Su principal virtud: saber transformar una película en experiencia, transportándote atrás en el tiempo hasta el fascinante Hollywood de las décadas 20 y 30 con una cinta muda que desprende todo ese mágico aroma del cine de aquellos años. El realizador francés Michel Hazanavicius (“La classe américaine“, 1993) traspasa la barrera del esmero cinematográfico para convertir esta película en arte, recordándonos a todos los que amamos el cine la razón de nuestra rendición ante el mismo. La cinta parece arrancada de las garras de la época en la que se inspira la trama y traída ante nuestros ojos para decirnos que el tiempo nunca ha pasado. Sólo lo han hecho las hojas de los calendarios: su esencia sigue reinando la atmósfera con la misma fuerza que en los inicios del cine. Y para conseguir todo esto, una historia, interpretaciones y técnica absoluta y llanamente prodigiosas.

Esta preciosa fábula, este viaje hacia atrás en el tiempo, nos habla de un exitoso actor de cine mudo llamado George Valentin (Jean Dujardin) que siempre va iluminando y alegrando los pasillos que atraviesa con su radiante sonrisa y encantador espíritu. La llegada del cine sonoro coincide casi paralelamente con la aparición de una guapa aspirante a actriz, Peppy Miller (Bérénice Bejo), que puede considerarse la antítesis de lo representado por Valentin. Él ve peligrar su carrera mientras ella vislumbra el horizonte del éxito, aunque en cualquier caso ambas son excelentes personas y asistir a este espectáculo de bondad humana casi te estruja el corazón hasta emocionarte; por ellos y por otros personajes y situaciones que envuelven la cinta con un cariño y una ternura que sitúa a la película ¡entre las mejores del género mudo!. Quién lo diría, en pleno año 2011 retrocedemos noventa años hacia atrás para ser testigos de una nueva obra que se sitúe a la altura de muchas de las mejores cintas filmadas en aquellos maravillosos años.

Es por esto que el mérito de Hazanavicius es digno del mayor de los elogios. Hay muchas películas que intentan recrear aquellos años y aquel espíritu, limitando su técnica a dibujar sus escenas dentro de una simple escala de grises y un vestuario adecuado, pero aquí no se han querido conformar con eso. No querían que la película pareciese de entonces sino que fuese de aquellas décadas.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
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36 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
LA NAVIDAD
A estas alturas ya doy por perdida mi carrera por no quedarme atrás. Me retiro, me bajo de la bici y me voy a tomar un café con leche. El ritmo del pelotón es demasiado fuerte para mí y los productos modernos de doping no me molan. 1Q84 se me ha escapado de las manos, este mundo de las, estupendamente definidas, crisálidas de aire, se me ha ido de las manos creo que para siempre. Las personas ya no somos tales más que en soledad (pero eso es algo que ya no existe ¿no?) así que ahora somos nuestras proyecciones, y en la proyección te tiene que gustar "The Artist".

Pero desde atrás, ya en el pasado evolutivo, resulta que esa película no me gusta, me parece una estupidez sin ningún cuento, o mejor dicho con mucho cuento. Lo único que he visto es una fotografía estupendamente cuidada (¡guauuuu!) y lo demás lo reduzco a un guión de melodrama de preescolar con un envoltorio de lo más seductor pero vacío por completo, acaso destacar un perrito que como sabe correr y hacerse el muerto le quieren dar un óscar.

Yo con esta ablución colectiva no comulgo. Me he sentido como si los creadores pensaran que soy bobito y me estuvieran acariciando para llevarme al huerto. ¿De verdad habéis pensado con serenidad en lo que habéis visto? ¿No pilláis ninguna broma? Los regalos, buenos o malos, son para desenvolverlos, ¿Por qué no desenvolvéis este? Quizás porque así, tal como está, encaja perfectamente y mejor no tocarlo. ¿Será porque esta condescendencia masiva de sensibilidad resulta al fin y al cabo gratis? Y de nuevo otro porqué y así hasta el infinito.

Y en cualquier caso los usuarios podremos escribir lo que queramos, pero los críticos profesionales deberían realizar un ejercicio objetivo y relajado, y no escribir sobre esto como si supieran que lo va a leer con seguridad alguien a quien quieren follarse.

Esta película tiene una valoración aquí superior a "Nosferatu", "Intolerancia" o el puto "Acorazado Potemkin". Échale cojones.

El tiempo, si es que le queda capacidad para ello, nos dirá donde queda esta película dentro de unos pocos años, o meses.
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41 de 62 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Estados Unidos de Francia
Elegante ejercicio de peloteo por parte del cine francés al cine de Hollywood para intentar lograr la ansiada estatuilla a la mejor película. ¿Por qué a quién no le gusta ver fotos de cuando era niño y qué le digan lo guapo que era? Pues algo así hace la película, tratando de poner la elegancia y personalidad que caracterizan al cine francés al servicio de un retrato del Hollywood de los años 20-30. Si bien su carácter mudo le aporta estilo y te hace imaginarte el cine de la época, la ausencia de banda sonora en algunas escenas resulta bastante incómoda al oído. En general considero que la película esta algo sobrevalorada y que se trata de una especie de Disneyland París 2 (quién quiera entenderlo que lo haga).
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36 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
No es nostalgia, es admiración
A Hollywoodland. Porque hay mucho cine detrás de The Artist. Más allá del hilo argumental que nos retrotrae a la época muda, de intertítulos, blanco y negro y música orquestral, nos encontramos ante un homenaje al cine con numerosas referencias y guiños a los años 20, 30, 40 e incluso 50. Pero la ilusión creada es prácticamente la misma.

Sea arriesgado, sea artificial, sea falso, todo está bien contado. Desde los conocidos títulos de crédito hasta los primeros pasos del sonoro, con los micrófonos torpemente ubicados y las voces desentonadas. La asombrosa caracterización de los personajes, embutidos en una fotografía que me recuerda los interiores de toda la filmografía de Bogart. La progresiva debacle del protagonista, que pasa de ser vivaz y sonriente a terminar depresivo y acabado, al contrario que nuestra pícara chica, alegre y estrella en ciernes. La música, cuando debe estar, y los silencios, cuando deben ser. Hasta el rescate del perrillo, "pues vale", pero resulta igual de entrañable.

Un bigotillo bien engomado, un lunar postizo pulcramente colocado. Una chaqueta y un sombrero colgados de una percha, un moño y un espejo, ¡qué escena!. La pastosa respiración del productor que mira por sus intereses, un perrillo hábilmente amaestrado, unos pasos de baile, y el engaño que sólo puede producir el cine.

La historia de amor, el nacimiento de una estrella, la decadencia de los que se quedaban atrás... Todo es predecible hasta la médula, porque hemos visto tantas películas hollywoodienses, de esas impecables que salían como churros, pero que dejaban el regusto de obra maestra. Es difícil no entusiasmarse.
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29 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Enroscando el dedo corazón a Hollywood
Pues sí, "The artist" es todo lo que mis compañeros han dicho. Es una película en blanco y negro, que discurre como película muda. Es un homenaje a un tiempo y cine clásicos. Es un canto a lo perdido y una negativa a Darwin, con sus castas. Es una película que hace valer el poder alegórico de la imagen y que subraya el amor a la fotografía. Es todo eso... y sobre todo es una película a contracorriente.
Ahora que se estila esta cultura de hecho y deshecho, de música frenética y cabezas volando. Ahora que confundimos una historia de amor con dos superstars poniendo dobles para follar. Ahora que no puedes decirle a tus amigos nombres como Dreyer, Murnau, Bergmann... porque pasas de amante del cine a gafapastas (¡qué culpa tendrán mis gafas!)
Ahora que escuchas que la peli del año pasado es una película antigua (¡tócatelos!).
Ahora llega Hazanavicius y te hace una película muda que le hace una rosca al cine seudoindependiente (indie comercial), al cine comercial y al lucero del alba.
Ahora... yo le doy un 10. Y le doy un diez, porque es puro amor al cine. Le doy un 10, porque, a pesar de sus fallos (simplicidad, música edulcorada) lo que ha hecho este señor es decirle al mundo que el cine de hoy no es mejor que el ayer y que el ayer no es mejor que el hoy. Que se puede hacer un cine que funda con inteligencia los recursos que el tiempo nos ha dejado.
Y le doy un 10 por parafrasear el onirismo de Bergmann en la escena en que un vaso trasngrede la ley del silencio. Le doy un 10 por ver a dos tipos enseñándole a la puñetera generación Glee de los cojones la gracia del claqué de los Astaire y Kelly. Le doy un 10 por usar a Magritte y decir que no es lo que es, parodiando autorreferencialmente su propio silencio.
Le doy un 10 por decir con la imagen, por decirle a todos esos espectadores que no ven en el cine mudo sino marionetas, la función del mirar. Hablar de la decadencia de un personaje solo por verlo descender la escaleras. Subrayar los defectos del protagonistas con la imagen de los tres monos ("See no evil, Speak no evil, Hear no evil") que cubriendo sus ojos, bocas, orejas, hablan del propósito de un film blanco donde no hay maldad alguna, sino una absoluta inocencia. Eso era arte, también.
Y será por eso, porque hoy la inocencia es mucho más vanguardista que un lata con caca dentro. Será por eso por lo que hoy le doy un 10 a Hazanavicius. ¡Con dos cojones!
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27 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
No lo entiendo
Ya hay suficientes críticas sobre esta película, así que tal vez no debiera añadir la mía. Pero no puedo por menos que dar una pequeña explicación a mi nota. Para que se me entienda. Porque yo no entiendo cómo esta película puede tener un 8 de nota media. Qué dispendio!!!

Vamos a ver... dónde reside el encanto de esta pelicula, su gracia, su originalidad? En su guión? Ummmm.... como que no. Es totalmente previsible, desde el inicio al final. No hay un sólo giro del guión que pueda sorprender.
En sus actores? Bueno..... Dujardin no está del todo mal, pero la chica no es nada sobresaliente a mi modesto entender. A lo largo de la película se va calmando, pero sus muecas y saltitos de los primeros minutos me desconcertaron un poco, la verdad
En la música? Pues yo diría que tampoco, es agradable, pero sin más. Además, cuando quiero escuchar buena música, me voy a un concierto, en una película, se supone de debe acompañar algo, no protagonizar nada....
En la ambientación? Pues casi que tampoco, no? Sí, ya se que los decorados son tan simples porque pretende homenajear a las películas de la época... pero me parece absurdo renunciar a lo que ahora podemos hacer, sólo por decir que homenajeamos algo...

Y así llegamos al quid de la cuestión.... y es que lo mas original de la película es que es MUDA!!!! vaya..... muda..... nunca se me hubiera ocurrido.... Aunque tal vez es porque desde que aprendimos a ponerle voz a los actores, nadie ha creído de nuevo necesario privar a sus personajes de la capacidad de hablar.

Resumiendo: lo que ha hecho grande a esta película es que, a través de una estupenda campaña de marketing y de comprar algunas voluntades, han conseguido que todo el mundo diga que es estupenda, por miedo a que tachen de inculto/insensible, si dices que no te gusta.... por miedo a que digan que lo que te pasa es que no puede apreciar una película MUDA.

Antes de que alguien lo diga mi nota.... pues no, la película no es floja por ser MUDA, es floja por ser FLOJA. Wall-E es una película muda. Y es maravillosa, porque puede transmitir emociones sin necesidad de palabras, y sin necesidad de caricaturizar ningún género ni época cinematográfica.
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26 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
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