18 Críticas de los usuarios

Frankenweenie quizá sea una de las obras de Tim Burton que mejor compriman todas las obsesiones del realizador, un mediometraje estrenado un año antes que su terrible primer largo, "La gran aventura de Pee-Wee", pero que a pesar de todo se mostraba tremendamente sólido ya desde su primer fotograma. Homenaje y sana parodia del mito de Frankenstein, la historia da inicio cuando un joven, Victor, ve cómo su perro Sparky es arrollado por un camión. Más tarde, en clase de ciencias, encuentra en la reanimación eléctrica una solución para traer a su mascota de nuevo a la vida... sin pensar en las consecuencias. Quizá suene raro decirlo, pero con una puesta en escena impecable, Burton consigue que el aspecto visual de la obra supere a la de la obra original de Whale al menos en lo referente a la reanimación del monstruo, usando una técnica exacta pero sustituyendo los elementos por algo que podría estar al alcance de un crío de poco más de diez años.

Rodada con una técnica bastante depurada (que no recuperaría hasta Eduardo Manostijeras, o algún segmento aislado de Beetlejuice), Burton nos lleva de un lado a otro, presentándolos unos personajes fantásticos que con apenas unas palabras quedan definidos, vecinos llevados a un extremo paródico pero al mismo tiempo reflejados con un inquietante realismo. No faltan detalles visuales como las partes del cementerio, el cuadro de la casa del joven, el propio diseño del animal, la "conversión" de la historia original a un entorno juvenil sin abandonar ningún aspecto de la cinta de Whale (no falta ni un "castillo", ni un "laboratorio", ni un molino), introduciéndose además los valores familiares para formar un global sólido y completo, tan bien diseñado como narrado, a pesar de que se nota que en algún momento el tiempo se le echa encima a Burton y decide recortar alguna que otra escena.

Lo más meritorio de Frankenweenie es cómo es capaz de mezclar una estética oscura, deudora del expresionismo alemán, generando un fantástico juego de luces y sombras, con una trama bastante macabra en el fondo pero no tanto en la forma, que funciona a modo de crítica (como lo hace la historia original de Mary Shelley) y además resulta creíble como travesura infantil sin ningún tipo de mala intención. No sé cómo será el largometraje que se realizará en unos años (francamente, como mucho necesitaría diez minutos más para perfilar algún detalle), pero desde luego este trabajo primerizo de Burton ya condensa lo mejor del realizador. Una obra superior a otras mucho más prestigiosas como "Sleepy Hollow" o "Mars Attack", que se ve rápido y con mucho interés.

Flashback: Burton fue despedido por Disney después de que la película fuera terminada, el estudio afirmó que había desperdiciado recursos de la empresa y sintió que la película era demasiado aterradora para un público joven. (Información extraída de wikipedia)

El cine de terror murió al principio de nuestra adolescencia.

Jugamos como niños recreando nuestros miedos, resucitando a monstruos con nuestra imaginación, convirtiendo a nuestros seres queridos en asombrosas y terribles criaturas… como si fueran una película… Y no importaban los efectos y las trampas, ni el fondo ni el decorado… lo importante era que habíamos creado un mundo propio.

Pero mandamos ese mundo aterrador lejos, lo apartamos de nuestro camino y nuestro hogar. Murió cuando abandonó nuestro mundo cotidiano…

…Y cada vez que intentábamos invocar ese recuerdo y aterrarnos… todo nos parecía muerto y artificial.

No funcionaba dar color a lo que estaba en blanco y negro.

Ni tampoco del todo crear un mundo propio para que fluya a través del mismo el pasado.

Posiblemente no sea posible volver a adaptar ‘Frankenstein’ de Mary Shelley como lo concibió James Whale. Se quedó impregnado en ese pasado que dimos por muerto… pero Tim Burton en 1984… encontró que la única manera de resucitar al pasado muerto…

…es con una sobredosis de electricidad.

¿O por qué pensáis que Tim Burton tiene esos pelos?

Aunque aprecio y mucho el cine de Tim Burton, no soy uno de esos fanáticos que se saben de memoria sus películas y dudo bastante que llevara algún día puesta una camiseta en alusión a alguno de sus fabulosos personajes.
De hecho, no conocía la existencia de este mediometraje hasta que he leído que el propio Burton está preparando una versión animada y en largometraje para 2011.
Aunque el cartel de la película engañe, “Frankenweenie” está en blanco y negro, posee unos claroscuros considerables, sobre todo por algunos planos de lo más tenebroso, que son herencia del expresionismo. Y con ello, el mito de Frankenstein, relatado así como para niños, pero a su vez un tanto macabro.
Por eso, es excepcionalmente curiosa la mezcla de puros destellos del cine mágico de Tim Burton con los elementos más típicos de una comedia “Disney”. No faltan los jardines pulcros, ni los padres ideales, ni los vecinos impertinentes. Aunque más que una historia para toda la familia, ya que Burton fue despedido de Disney por lo terrorífico de la cinta de cara al público más joven, yo más bien definiría esta película como una buena excusa para ir abriéndose camino en la industria cinematográfica para llegar a lo más alto.

Durante largo rato, Frankenweenie da la impresión de que va tratar sobre la insular e imperdonable naturaleza de los suburbios – una fábula de cómo América no puede aceptar las cosas que escapan su entendimiento. Pero luego llega ese final y deshace todo eso. La gente puede volver en si, las opiniones pueden cambiar, se pueden llegar a aceptar las cosas – incluso hasta el sospechoso Señor Chambers y la horrenda Rose. No hay evidencia alguna que sugiera que esta no era la intención de Burton desde el principio, aunque continua siendo extraño que la película más esperanzadora e idealista de Burton fuese también su última colaboración con Disney.
Frankenweenie es un efectivo cruce entre las predilecciones estilísticas de Burton y el tradicional afecto y cariño de Disney. Es dulce, encantadora, tiene un happy ending, y muestra la gran fe en la habilidad de la gente de ver el error de sus maneras.

Para mi "Frankenweenie" es la opera prima de Tim Burton, así de sencillo (No apruebo "la gran aventura de pee-wee" como carta de presentación, fue solo una manera desafortunada de irrumpir en el cine), en ella se condensan muchos detalles de su posterior filmografía.

Me entusiasma el ambiente absolutamente gótico de la cinta,
Me enamoró ese Sparky que en un principio era un Eduard en Suburbia aunque después nos sorprenda en ese fantástico final.
Me encantan las escenas en el cementerio joder es que son tan Burtonianas (GENIALES los títulos de crédito),
Me hace gracia esa vecina de gafas a lo "123 responda otra vez" que se aterra al ver a resucitado Sparky.
Me suena esa niña rubia con esa habitación tan estupenda, Sin duda es una premonición del personaje de Winona en "Eduardo Manostijeras"
Adoro a ese Matrimonio tan comprensivo y adorable, me recuerda tanto al de "Beetlejuice"

Mediometraje muy original que se te pasa volando, con claro inicio, desarrollo y climax, le tengo mucho, pero que mucho cariño, y sin duda la mejor carta de presentación hacia el "Universo Burton"

Brillante.

57/01(01/03/18) Notable cortometraje dirigido por Tim Burton y producido por Walt Disney Pictures, coescrito por Tim con Leonard Ripps, una imaginativa y divertida para parodia-homenaje al clásico de James Whale “Frankenstein” (1931), no casual la familia protagonista se apellida Frankenstein (y hasta el protagonista se llama Victor), que a su vez se basa libremente en la novela homónima de Mary Shelley, 26 minutos rebosantes de humor negro y sentido gótico excelente, donde el cineasta del pelo revuelto con 25 años ya empezaba a gotear sus marcas de identidad con inundaría la pantalla en sus films posteriores, como su gusto por el expresionismo alemán, para ello lo refuerza en su fotografía en glorioso b/n, su temática de que los monstruos no son los seres con alguna tara o deformidad, suelen ser los llamados “normales”, siguiendo aquella máxima de que la belleza está en el interior, que no te dejes guiar por las apariencias preconcebidas, para ello que mejor marco que una urbanización dormitorio aparentemente bucólica, con familias idealizadas, pero que esconde la toxicidad de los cotillas, y de la turba prejuiciosa ante lo que desconoce, de hecho se puede ver como una especie de borrador de su posterior “Eduardo Manostijeras” (1990), ello influenciado por su infancia en un barrio residencial de Burbank donde (como le sucedió en la Disney) no terminó de encajar. De hecho hay una imagen del can Sparky corriendo por la calle que es similar a una Edward Scissorhands haciendo lo mismo, una torre de madera que recuerda el clímax del campanario de Batman, los renos decorativos eléctricos de Navidad anticipan “A Nightmare Before Christmas”. Traza Burton un humor ingenioso, para adultos, jugando con multitud de guiños cinéfilos (Hitchcock o “A sangre fría”). Burton fue despedido por Disney tras finalizar la película; los estudios declararon él había desperdiciado recursos monetarios de la compañía y la película era demasiado terrorífica para personas menores. Se había anunciado que el corto debutaría en los cines antes del re-estreno de Pinocho el 21 de diciembre de 1984, pero fue cancelado. El corto fue estrenado en los cines de Reino Unido en 1985 junto a la mediocre “Baby, el secreto de la leyenda perdida” de Touchstone Pictures. Después del éxito de las burtonianas “Beetlejuice”, “Pee-wee's Big Adventure” y “Batman”, el corto fue lanzado en formato de vídeo casero en 1994. 28 años después, en 2012, Burton decidió trabajar en una nueva versión stop-motion 2012, haciéndolo largometraje. Como curiosidad, la vecinita consentida obsesionada con Barbie, es interpretada por la joven Sofía Coppola, acreditada bajo su nombre artístico 'Domino', solo tenía trece años en ese momento.

Tim Burton demuestra excelente capacidad de síntesis al presentarnos caracteres delineados en sus personalidades en escasos trazos, hablando estos por sus vestimentas y por sus acciones, clichés paródicos que reflejan en sus aristas hipócritas a la sociedad media, donde con habilidad el realizador pone el espejo para que esas personas en apariencia “normales” se vean en su verdadero interior deformado por los prejuicios e intolerancia a lo que no comprenden. Desarrollando un relato con un ritmo trepidante, con situaciones intensas, y con un rush final vibrante. Y todo sazonado por un humor negro incisivo, riéndose de las supuestas comunidades idealizadas, los barrios suburbanos donde se esconden muchos fantasmas interiores.

Burton ya destaca en sus esencias de creador de ambientes góticos, componiendo escenarios de resonancias expresionistas alemanas, donde no falta ninguno de los escenarios propios de la cinta de James Whale, aunque pasados por el filtro enternecedor-juvenil como ese cementerio tétrico con esas cruces torcidas, o el minigolf con su totémico molino de viento, reseñable el “laboratorio” de Victor (nombre del primer corto de Tim Burton), compuesto por cacharros de cocina (coladores de pasta, tostadora, tabla de planchar, …), adornado el momento “creación” por la clásica lluvia que producirá la electricidad para la nueva vida (me ha faltado en el clímax de esto el mítico “It’s alive!”). Todo esto potenciado por la formidable cinematografía en glorioso b/n de Thomas E. Ackerman (“Ratas a la carrera”), jugando con las sombras, con los grises, con la luz, con la semi-oscuridad, con los picados y contrapicados, claramente influenciado por los clásicos del género. Destacable es el enternecedor diseño del perro Sparky cuando es revivido, con esos jirones cosidos por los que cuando bebe se le escapan chorros de líquido, entrañable “Criatura”.

Barret Oliver (recordado por ser el protagonista de “La historia interminable”) está muy bien como el joven Victor Frankenstein, derrocha frescura y cariño por su mascota canina, creíble en su rol de inquieto aspirante a “pequeño Dios”; Shelley Duvall (la eterna Wendy Torrance de “El resplandor”) y Daniel Stern resultan entrañables como los comprensivos padres de Victor, emitiendo cariño.

En conjunto una obra muy recomendable, y sobre todo imprescindible para los fans de Tim Burton (entre los que me cuento). Fuerza y honor!!!

El tiempo ha puesto las cosas en su sitio y muy pocos son los que dudan ya sobre lo natural y propio que es el cine de Burton hoy en dia. Para algunos siempre seguirá siendo un director empeñado en reflejar en pantalla lo especial que es, y para otros será una de las mentes más originales que ha dado el mundo del cine en los últimos años.

Sin duda, la indiferencia no es algo que describa el cine de Burton, y eso es algo que se veia desde sus inicios en producciones como Frankenweenie, dejando ver desde el comienzo todos y cada uno de los valores y propuestas de un director que revolucionaría en cierto modo la industria con sus estrambóticos escenarios, estridentes personajes y peculiares historias.

En esta ocasión se revive el clásico de Frankenstein desde un punto de vista un tanto... doméstico. Todos y cada uno de los elementos de Frankenstein están condensados con un toque de parodia a la vez que homenaje, incluso el juego de luces actúa como tal en la película, toda una declaración de principios y sobre todo de influencias del señor Burton que más tarde serían explotadas una y otra vez durante su carrera cinematográfica.

Frankenweenie es entretenida pero poco más, aunque esto sea probablemente debido a que ya estamos acostumbrados al cine de Burton, imprevisible, tétrico y muchas veces esperpéntico. Para todos aquellos que disfruten con el director sin duda es una experiencia muy curiosa y recomendable.

A la espera de poder disfrutar del nuevo filme de Burton, idea original de él mismo, basado en este mediometraje, me decidí a verlo.
Es éste una mezcla extraordinaria de emociones y situaciones cómicas a la par que lúgubres que refleja a la perfección los límites a los que se puede llegar por el amor a tu mascota, en este caso, un perro.
Al más puro estilo Frankestein (que además es el apellido del protagonista), Burton nos cuenta la historia de un niño que, al perder a su perro, decide revivirlo a base de corrientes eléctricas.

Tim en su estilo como siempre, con sus decorados tan originales y especiales, sus personajes pintorescos y su estilo tan particular. Es esta el tipo de historia que sólo él puede inventar. Una historia muy emotiva de la que seguró Burton sacará buen provecho en su próximo filme.

Puede que uno de los motivos de que me haya gustado este corto es porque hace poco que vi el clásico de Frankenstein interpretado por Boris Karloff, y creo que es requisito indispensable para poder disfrutar de la obra de Burton en su totalidad.
Adaptación fiel y desde un punto de vista bastante peculiar que se lleva mi reconocimiento.

Tim Burton estaba poniendo en práctica su portentoso talento para recrear irreales, personales y tenebrosos universos de fantasía. Francamente cuando veo películas actuales suyas como "Alicia en el país de las maravillas" o el remake de "El planeta de los simios" hecho de menos este período inicial suyo que fue en una palabra: MARAVILLOSO. El problema de "Frankenweenie" es simplemente que es muy corto (obviamente al ser un mediometraje) y te deja con ganas de más. Una vuelta de tuerca de lo más original de la historia de Frankenstein, con Bastian de "La historia interminable", la hija de Francis Ford Coppola, la mujer de Jack Nicholson en "El resplandor", uno de los ladrones de "Solo en casa", en fin repleta de rostros familiares y caras muy peculiares en la magnífica década de los 80. A destacar al perro protagonista y una historia que aunque simple resulta muy emotiva, con una realización de 10 a la que Tim Burton en la mayoría de los casos nos tiene acostumbrados. Una joya bastante desconocida que supongo que tendrá más relevancia al aparecer su remake largometraje animado este año. Teniendo en cuenta el recuerdo de este magnífico clasiquillo, estoy deseando ver cómo Tim Burton lo vuelve a adaptar. Muy recomendable, pro supuesto los fans de Burton no os lo podéis perder, es una joyita.

El corto original en el que está basado el largometrage del año pasado. Primer corto y película de Tim Burton firmado con Walt Disney que fue despedido por Disney tras finalizar la película; los estudios declararon que él había desperdiciado recursos monetarios de la compañía y que la película era demasiado terrorífica para personas menores.

Raro que años más tarde volviera con Alicia (creo). ¿Que habrá pasado? ¿Vio la Disney que lo terrorífico también es apto para niños? ¿O Tim se vendió? ¿O las dos cosas?

En fin... que tampoco no es tan terrorífico, sí que hay mucha similitudes pequeñas con el largo, como el gato, la niña repipi o la rata gigante (que no sale, pero se menciona).

Curioso los actores, el niño de "La historia interminable" o la madre de "El resplandor".

Es una pequeña joya para los amantes del mundo de Burton.

Tras demostrar con la maravillosa “Vincent” su enorme potencial en el mundo del cine, Tim Burton continuaba trabajando como animador para la Disney sin demasiado éxito y comprobando cada vez más que su peculiar “universo” en poco o en nada encajaba con el de la compañía del ratón. Sin embargo, todavía tendría la oportunidad antes de abandonarla de rodar para ella otro delicioso y diferente cortometraje, esta vez de acción real y también homenajeando a los clásicos del terror que tanto le influyeron en su niñez.

Si en “Vincent” los homenajeados eran Vincent Price y sus películas con Roger Corman, en este caso es el ciclo clásico de Monstruos de la Universal al que nos remite la historia. Y muy concretamente al “Frankenstein” de James Whale, de cuyo doctor (Víctor Frankenstein) toma el nombre el niño protagonista de esta historia, que está interpretado por Barret Oliver (el célebre Bastian de “La historia interminable”). Víctor vive feliz con sus padres y con su perro Sparky, por el que siente verdadera adoración y al que hace partícipe de sus juegos y pequeños proyectos (como las películas en Super 8 que graba en el jardín de su casa, aquí tenemos de nuevo la infancia de Burton proyectada en su obra). Un día, Sparky fallece atropellado por un coche y el niño, tras observar en clase de ciencias cómo la electricidad es capaz de conferir movimiento al cadáver de una rana, decide (como buen Frankenstein) intentar devolverle la vida en una maravillosa secuencia que nos transporta directamente a la de la citada obra de Whale, una de las más icónicas y emblemáticas del cine de terror de todos los tiempos.

Víctor (obviamente, si no no habría historia) tiene éxito en su experimento, pero se encuentra con que el “Sparky resucitado” no cuenta precisamente con el beneplácito de sus vecinos, que desconfían y temen a esta nueva “criatura” (que en realidad es “el mismo Sparky de siempre", en palabras textuales de su joven dueño, pues en efecto el animal no muestra ningún cambio con respecto a su comportamiento anterior). Este mismo panorama de vecinos recelosos y que desconfían de todo lo extraño o diferente lo volverá a plasmar Burton unos años después en su obra maestra “Eduardo Manostijeras”, y es una vez más una plasmación de su infancia en un barrio residencial de Burbank donde (al igual que le sucedió después en la Disney) jamás terminó de encajar.

Un delicioso cortometraje (cuya idea retomaría bastantes años después el propio realizador para rodar una película de animación también muy recomendable) y que forma junto con “Vincent” una excelente carta de presentación de un director que daría mucho que hablar en años posteriores y que sorprendería a propios y extraños con su peculiar imaginario y el impacto visual de su cine.

Qué corto tan maravilloso es Frankenweenie.
En 1984, nadie conocía todavía a Tim Burton, pese a haber estrenado ya su otro corto de culto, Vincent. Al año siguiente debutaría en el largo con La gran aventura de Pee-Wee, pero este Frankenweenie es una joya, aparte de una definición del estilo clásico de Burton, con esa mezcla de gótico y ternura. Es una historia preciosa, que parodia y a la vez homenajea el clásico de Mary Shelley, y que resulta de lo más entretenida, carismática y, como decíamos, tierna. Es fabulosa la relación entre Victor y Sparky.
Maravilloso es también ver a Barret Oliver, mito de la infancia de muchos gracias a su Bastian de La Historia Interminable, y disfrutar de Shelley Duval (El resplandor) y Daniel Stern (el ladrón tonto de Solo en casa) como los padres de Victor.
Encantadora y entrañable.

Uno de los primeros trabajos del que hoy día es un director e culto.
Para mi Burton es un midas todo lo que toca lo convierte en oro y ahora veintiocho años después volverá a rehacer este proyecto en una versión animada como algunos de sus anteriores trabajos. Pero dejare de hablar de lo que será y hablaré de lo que fue.
Esta cinta tarde o temprano se convertirá en un clásico. Si no lo es ya. En ella descubrimos una historia bastante graciosa y original, con escenarios perfectamente ambientados y totalmente al estilo Burton.
Lo mejor: Los escenarios y su ambientación.
Lo peor: Su corta duración.
Mejor escena: Esta vivo.
Otras cintas del director: Batman, Eduardo Manostijeras y Sleepy Hollow.

Inquietante y densa, insinuante y divertida, emotiva, sugerente y de ritmo muy intenso, esta película de Tim Burton posee ese marchamo que la hace tan peculiar como otras de sus producciones.

No sé si el cortometraje es infantil, es para adultos o admite a todos los públicos pero lo que no ofrece ninguna duda es que nos hallamos ante un guión cargado de dinamismo que en la pantalla aparece lleno de frescura narrativa y en la butaca no deja indiferente a nadie.
Todos toman partido.

Un niño llamado Víctor Frankenstein sufre la desgracia de perder a su perro, cuando un automóvil lo atropella, pero descubre que puede ser resucitado con impulsos eléctricos. Su perro es levantado de la muerte, pero aterroriza a todo el vecindario, el cual intenta matar al perro y su amo.

Interesante cortometraje de 25 minutos de duración, en donde se parodia la novela de Frankenstein con un niño y su perro. Aquí podemos ver a Tim Burton en sus inicios como cineasta, con unas ideas y conceptos súmamente únicos en él. Esta particular parodia fue una de sus cartas de presentación cuando se inició en el cine.

La película tuvo un presupuesto de $1 millón y recibió una nominación a los “Academy of Science Fiction, Fantasy & Horror Films” por mejor vídeo de su género.

Se nota que, en sus inicios, Burton era algo más. Esta idea de unir la historia de Frankenstein y un niño que pierde a su perro me parece muy imaginativa. Quizás la película tenga mucho más mensaje, pero este la supera al retratar a la perfección el relato del monstruo en un pequeño pueblo.

Los escenarios están muy bien conseguidos, no creí que tendría tantísimo presupuesto. Lo bueno es que es muy comedido, se centra muchísimo en el guión y se olvida del resto de tonterías que dañan sus películas.

Me importa un huevo que este mediometraje haya sido realizado por Tim Burton, me importa un huevo que en él se vean las virtudes que tendrá su cine, me la pela la Disney y me la pela la "ridiculización" que pretende hacer de Frankenstein.

No es más que una simple parodia de la película de Whale, que ni divierte ni atrae estéticamente. Otro ejemplo del mal de Tim Burton, obligándo a los fanáticos a subirle la nota un punto por cada secuencia donde salga algún escenario expresionista.