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22 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
8
Imprescindible para todo aspirante a cineasta (7.7)
Un ejemplo de cómo nunca hay que hacer las cosas en el cine.

El extravagante director, Terry Gillian, en todo momento tiene una imaginación desbordante (aunque dudo mucho que su estilo visual sobrecargado fuera el idóneo para retratar las fantasías de Don Quijote) y una actitud eufórica, pero no dialoga bien con el resto del equipo y es demasiado exigente para el presupuesto que tiene. No pudo soportar todo el peso de la película.
Es inevitable que el espectador no se desespere con los acontecimientos que se suceden. A la mala planificación se une la mala suerte. ¡Mira que no planificar los posibles diluvios de las Bárdenas en esa estación del año...! Es como ir a rodar a Valencia a finales del verano y no prever una posible "gota fría". Tampoco es buen lugar para rodar un desierto sobrevolado por aviones militares, ni la acústica de un simple almacén.

Que no se os olvide contratar los seguros necesarios cuando rodéis en estas situaciones y con algún actor ya mayor.
Como dice el refrán, "a perro flaco, todo se le vuelven pulgas".
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30 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
EL PRIMER UNMAKING OF DE LA HISTORIA.
En el año 2000 Terry Gillian se hizo con los servicios de los directores Keith Fulton y Louis Pepe para que rodaran el making off de la película en la que estaba trabajando en aquellos momentos, “El hombre que mató a Don Quijote”, una versión libre y postmoderna de la afamada novela de Cervantes.

La mala suerte y las incidencias se cebaron con la película de Gillian, hasta el punto de que ésta tuvo que ser suspendida a los 6 días de rodaje, por lo que, si nos atenemos a una lógica puramente comercial, la cancelación del rodaje de la película debería haber supuesto automáticamente la suspensión de su consiguiente making off, pero no sucedió así. El documental de Fulton y Pepe siguió adelante, se finalizó, y se convirtió en el testimonio de meses de trabajo y de ilusiones creativas que nunca llegaron a materializarse en una película.

Imprevisiblemente lo que inicialmente tenía que ser un making off, se trasformó en la crónica de un fracaso, diario audiovisual del derrumbe de una producción cinematográfica. Una propuesta temática atrevida, pues si bien los making off son documentales con una clara vocación promocional sobre la realización de un filme, “Lost in la Mancha” es la reivindicación de un “no filme”. Un documental sobre una película que nunca existió, y que hoy por hoy solo existe en la cabeza de Terry Gillian. Una vuelta de tuerca al género documental de los making off en la que algunos críticos han querido ver el primer “un-making off” de la historia del cine y producto pionero de, quizás, un nuevo subgénero documental.

Inicialmente, y durante buena parte de la película, “Lost in la Mancha” si que se desarrolla como un making off, no en vano era lo que pretendía ser. Recoge declaraciones del equipo técnico y de los actores, incorpora los storyboards de Gillian, muestra la lectura del guión y los ensayos, y da testimonio de los primeros días de rodaje. Pero la desgracia cae sobre la película, y una serie de acontecimientos desafortunados truncan el proyecto. Del desmantelamiento de la película y los sinsabores que esto provoca a su director, Terry Gillian, y sus colaboradores más allegados se hace eco el documental.

De una manera tragicómica, a la par que íntima, “Lost in la Mancha” relata como, una vez más, la frialdad de los números, el mecanicismo de la industria cinematográfica, y los imperativos económicos se acaban imponiendo a la emotividad creativa, que no entiende ni de números, ni de rentabilidades. Estableciéndose así un paralelismo metafórico del personaje literario a adaptar, Don Quijote, y el director de dicha adaptación cinematográfica, Terry Gillian, quien, al igual que el hidalgo cervantino, verá como sus sueños e ilusiones se desvanecen ante el envite de la cruda realidad. Los inversores, los aseguradores, y la falta de liquidez serán las aspas del particular molino que derribe a Gillian.
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19 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Fracaso victorioso
Terry Gilliam puede ser un loco genial, un iluso útopico o simplemente un tipo con demasiada imaginación, pero por encima de adjetivos es un artista. Y este documental sobre el rodaje fracasado de su proyecto "The man who killed Don Quixote" nos enseña como el proceso creativo es a veces un camino demasiado doloroso y complicado.

Resulta casi imposible creer como la mala suerte se va adueñando del rodaje. Desde el primer día va hundiendose poco a poco. Inclemencias temporales, retraso de los actores, falta de comunicación entre Gilliam y su equipo, aviones que pasan en pleno rodaje y hasta un protagonista de 70 años con una hernia... En fin, un caos absoluto que termina con la entrada en escena de de las aseguradoras y de los señores que ponen el dinero.

Ojalá algún día veamos la película terminada, porque las pocas escenas filmadas son fántasticas. Impresionante el mini trailer con los tres "gigantes" avanzando hacia la cámara. Recomendada para fans de Terry Gilliam, que sabe que el fracaso absoluto puede ser la más resplandeciente victoria.
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11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
No sé si reir o llorar.
Estoy seguro de que la película de Don Quijote hubiera sido magistral.... pero cuando todo se pone en tu contra te ves desesperado y sin ánimo de seguir hacia delante con el proyecto. Esto es lo que le sucedió al maestro Gilliam al intentar rodar su proyecto más ambicioso. Una serie de catástrofes que hizo imposible continuar el camino. El documental está tratado para hacer sacar una sonrisa al espectador, viendo todos los problemas que se van desencadenando a medida que pasan los días... y en verdad hace gracia, pero, también es cierto que sientes una profunda pena porque no vamos a poder ver (por el momento) la gran pelícuala que Terry Gilliam tiene en su cabecita, y conociendo la cabeza de Gillian y sus ideas... Nos va a tocar esperar.
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11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
¡ NON FUYADES, COBARDES Y VILES CRIATURAS, QUE UN SOLO CABALLERO ES EL QUE OS ACOMETE !
Pobre Terry Gilliam, ese ex Monty Python kamikaze, dominado por una desbordante imaginación incontenible que no puede evitar intentar plasmar en celuloide, caiga quien caiga. Y en este caso, todo lo que pudo caer, cayó. Y de qué manera.

El proyecto soñado de su vida, una reinterpretación de "Don Quijote de la Mancha" bajo su extravagante prisma particular, se fue al garete por una serie de catastróficas desdichas que diríase fueran cosa de vudú. Lluvias torrenciales, irrupciones de cazas aéreos arruinando con su estruendo una escena tras otra, interiores que no eran estudios sino almacenes de carga, inversores tránsfugas, Quijotes herniados, Dulcineas indispuestas... tal cúmulo de desgracias concatenadas que cualquier persona cabal no haría sino tirar la toalla; pero ahí está Gilliam, erguido en la intemperie, batallando contra viento y marea, haciendo frente a las adversidades con empeño, ilusión y terquedad, como el hidalgo manchego empeñado inútilmente en derrotar a esos gigantes con aspas en lugar de brazos.

El cómo no se hizo "The man who killed Don Quixote" es un documental la mar de curioso para ver cómo se mueven los entresijos de un rodaje, las diferentes etapas en la creación de lo que se supone llegará a ser celuloide; sí, sí, celuloide, películas, esas cosas que desde la comodidad de nuestro asiento y pose de sobrados solemos despellejar con alevosía y nocturnidad en estas páginas.

Y no es más que un trabajo, un trabajo de cojones, que depende de múltiples factores: director, guión, actores, clima, financiación, beneplácito de los productores y mil y un equilibrismos hasta llegar a ese resultado final llamado film. Al amigo Terry no pudo torcérsele más la cosa, y así lo vemos: con drama, humor negro, esperanza, desilusión, alegría y frustración; la odisea de un cineasta irreductible pese a todo, empeñado testarudamente en cristalizar la obra de sus sueños, aunque éstos no hagan sino estrellarse una y otra vez contra los molinos de la puta realidad.

Siguiente intento: 2011 con Ewan McGregor y Robert Duvall. Recemos.
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7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Una lección de cine....
El señor Gilliam, demuestra lo genio que es con este intento de grabación del Quijote. Un tema este tildado de "maldito" por los frikis del cine (y yo). El Quijote a la hora de ser llevada al celuloide, puede ser un asunto tan pesado como la estantería del salón donde se juntan La Biblia, el Nuevo Testamento, El Código Da Vinci, y por supuesto los dos tomos de El Quijote.

Pero la película no es tal. Es un making off "sin querer"...Una genialidad donde uno puede apreciar que rodar una película puede llegar a ser un dolor punzante en la glotis. Las risas te las echas en momentos determinados, y si te gusta el cine te puede servir para iniciar tus pasos como Script (eso sí con Terry al mando debe ser una locura). El momento cumbre viene de la mano de unos auténticos gañanazos de La Mancha(yo creo que alguno era de la Hora Chanante) y que hacen las veces de extras monstruosos...te meas....y el Sr.Gilliam no digamos.
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6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Terry Gilliam de la mancha
Lo intentó, de eso no cabe duda, luchó contra todo, contra todos, y sucumbió, los molinos eran demasiado poderosos, los molinos de la realidad acabaron con Terry como antes hicieron con Don Quijote, porque Terry es Don Quijote, viviendo en la fantasia mientras todo se derrumba, desconcertado en su fracaso, traido a la realidad por ese traidor que suele ser el dinero, vencido por los elementos. Es esa extraña sensación de que Terry Gilliam es Don Quijote lo que mas me ha gustado, por otro lado tambien resulta interesante ver como funciona (o no funciona), una producción de cine.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
The Man Who Killed Don Quixote
Ése iba a ser el título del film que tenía en la cabeza terry Gilliam cuando fue a rodarla, un título realmente bueno que era prometedor el resultado final.
Pero las cosas se torcieron. Lost In La Mancha nos cuenta eso, cómo no se debe rodar un film, la cantidad de problemas que puede haber a la hora de hacer una película, hace que a algunos se nos quiten las ganas de realizar un miserable corto.
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3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Una película encerrada en la mente de su creador
Viendo este documental, entran unas ganas tremendas de ver ‘The Man who Killed Don Quixote’. El problema, que Terry Gilliam parece incapaz de sacar adelante este proyecto. En los últimos meses se ha hablado de un nuevo intento con Robert Duvall como Don Quijote y Ewan McGregor, como ese peculiar Sancho Panza procedente del futuro. Pero parece que la financiación se ha vuelto a venir abajo.

Gilliam sigue fomentando su fama de ‘gafe’ y es que la mayoría de sus películas han tenido problemas. Haciendo un poco de memoria nos encontramos con conflictos con los productores de ‘Brazil’ que querían una película más optimista, a lo que el ex Monty Python se negó; con el fracaso comercial y económico que supuso ‘Las aventuras del barón Münchausen’ y que dañó casi definitivamente su relación con Hollywood y los grandes presupuestos; por no hablar de su última película ‘El imaginario del Doctor Parnassus’, que tras la muerte de su actor principal, Heath Ledger, se vio obligado a terminarla con otros tres actores, Jude Law, Colin Farrel y Johnny Depp. Al menos estas películas pudimos disfrutarlas, no como ‘The Man who Killed Don Quixote’ que sigue encerrada en la genial mente del director británico.

Este documental nos ofrece algo inusual, ver como trabaja la mente de un genio. Gilliam podrá ser criticado, sus películas podrán ser más o menos aburridas, pretenciosas o polémicas, pero lo que nadie puede negarle al británico es que es un CREADOR, así con mayúsculas. Su mente es capaz de imaginar situaciones que otros ni siquiera alcanzaríamos en sueños y lo que es mejor aún, sabe transmitirlas a través de una cámara de cine, haciéndonos partícipes de ese universo tan particular. Es uno de los pocos directores de los que merece la pena ver hasta sus malas películas, porque siempre habrá alguna imagen capaz de dejarte con la boca abierta, aunque el film en su conjunto deje bastante que desear. Para acabar, un deseo; que Terry Gilliam pueda terminar (o sería mejor decir empezar) ‘El Hombre que Mató a Don Quijote’ y nos permita compartir con él la película que guarda su ‘cabecita’. Yo iré a verla (lo digo por si algún productor duda del éxito de la película a la hora de poner la pasta).
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3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Perdidos en un sueño
Este documental nos muestra el fallido rodaje del ambicioso proyecto del director y actor Terry Gilliam por llevar a la gran pantalla la adaptación de Don Quijote de La Mancha, llamada The Man Who Kill Don Quixote.

La enfermedad de Jean Rochefort, el actor que iba a interpretar al Quijote, tras el rodaje a caballo tan solo de unas pocas secuencias, la adversa climatología en los exteriores del rodaje (una lluvia torrencial que empapó parte del equipo técnico) y el ajustado presupuesto de una producción europea (mucho más discreta que la americana), que se iba reduciendo a medida que pasaban los días de rodaje fueron alguna de las razones que mermaron el sueño de Gilliam de adaptar una historia que, en cierto modo, parece maldita. 20 años antes del intento de Gilliam, el gran Orson Wells intentó también hacer su propia adaptación, pero el director murió antes de que se grabasen todas las secuencias de un proyecto al que le dedicó intermitentemente varios años de su vida.

Un proyecto que, como todos, parecía nacer de una ilusión arrolladora e irrompible por parte de todo el equipo y que se fue quebrantando tras días de rodaje perdidos y avalanchas de problemas no enmendables.

El documental nos muestra de manera objetiva y clara la figura de los inversores y los productores que son, al fin y al cabo, los que marcan el ritmo de una producción cinematográfica de este calibre. Viéndose obligado a reducir varias veces el presupuesto inicial, el proyecto fue perdiendo fuelle y las brillantes ideas que albergaba la imaginación de Gilliam se fueron ensombreciendo poco a poco.

La sensación de impotencia y lástima y la realidad que muestra el documental, que pone de manifiesto las labores exhaustivas que suponen un rodaje integrado por un nutrido equipo, cuyo arduo y eficaz trabajo finalmente no parece servir de nada al no llevarse a cabo la película, hacen de este documental una pieza importantísima, el único fruto de meses de trabajo y único testigo de los injustos sinsabores que, como gigantes o molinos de viento, se interpusieron en el camino de Gilliam y su equipo.
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3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
El cúmulo de la mala suerte
Interesantísimo reportaje sobre una película que nunca fue y que sufrió todo tipo de desgracias durante la pre-producción y el poco rodaje que se hizo, y que obligó al equipo a tirar la toalla ante las adversidades que se acumularon.
No desvelaré aquí ni uno solo de estos impropicios dignos de una maldición vudú, pero aparte de este elemento el documental nos muestra la pasión y la genialidad de Terry Gilliam, un artesano que disfruta con su trabajo y que lucha hasta el final para sacar adelante un proyecto tan ambicioso como imposible debido al poco presupuesto del que dispone.
Recomendable para todo aquél que ame el séptimo arte y que quiera saber de la dificultad de tirar adelante una película, aunque en este caso sea un proyecto fallido...de momento.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
El sueño, la obsesión y el fracaso.
The Man Who Killed Don Quixote es conocida por uno de los fracasos mas grandes del mundo del cine. Ya de por si Don Quijote ha sido de esos proyectos malditos, Orson Welles también se obsesiono con la obra de Cervantes durante 20 años. Los dos tuvieron la misma suerte, aunque el proyecto de Gilliam parece que esta volviendo a la pre-producción con nombres tan sonados como Ewan McGregor.

Pero este documental es la historia de un hombre, Terry Gilliam y su sueño de hacer la mejor adaptación del clásico Don Quijote. Es una obra de visionado obligatorio para alguien que se vaya a dedicar al cine, sobretodo a la dirección, Gilliam se encuentra con problemas que podrían haberse solucionado fácilmente, pero su obsesión le llevo al fracaso.

Actores que no aparecen, problemas de presupuesto, tormentas, aviones y demás problemas aparecen en el rodaje de la película, la desesperación se va palpando, todos incluso el espectador observan los problemas del film y se dan cuenta de todo, crisis y estrés para todos, excepto para Gilliam, el siempre se mantiene idealista, como Don Quijote.

El resultado final es catastrófico y puedes ver como un sueño se rompe. Un documental que deberían poner en todas las escuelas de cine. Planificación, esa es la clave.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Más Quijote que el Quijote (Lost in Bardenas)
Dicen que cada vez que a Terry Gilliam le mentan una serie de palabras concretas (Bardenas, Navarra...) sufre espasmos, convulsiones y tiritonas. No fui testigo directo de las andanzas de la ilustre troupe de este señor por la zona, pero sí que queda alguna leyenda. Hoy un aldeano todavía se acordaba de aquel extravagante señor que vino a rodar y que con extraños ademanes se paseaba con el cráneo de un esqueleto de oveja que había encontrado a modo de gorro, encima de la cabeza.

Para gente que no conoce la zona decir que su elección del sitio no fue tan extraña. En los parajes desolados de las Bardenas se han rodado entre otras "Acción mutante" de Alex de la Iglesia y el año anterior, en la misma zona que eligió Gilliam, "El mundo nunca es suficiente", de la saga James Bond (en esta última el escenario simulaba ser Afganistán), aparte de multitud de anuncios de coches yendo por zonas semidesérticas. Hace bien poco ha estado Maribel Verdú rodando "Der tu ventana a la mía". Si algunos directores son capaces de rodar una escena de Sanfermines en Sevilla, no debería extrañar tanto que Gilliam eligiera para simular La Mancha una zona conocida ya en el mundo del cine, con unos paisajes que pueden oscilar entre los sembrados de secano, la estepa y el desierto puro y duro.

Cierto es que los militares del polígono de tiro cercano no tienen por costumbre avisar qué días toca bombardeo (¿va a ser que es que eso es alto secreto?). Viviendo a apenas 20 kms. del escenario, nunca he conseguido ver uno, pero a Gilliam le tocó la lotería. Lo de la hernia discal de su actor ya fue mala pata. Y creo que para rematarlo le tocó una buena tormenta de esas que en un momento transforman este semi-desierto arcilloso de formas endiabladas en un gigantesco pantanal surcado por torrenteras. De esas super-tormentas caerá una cada cuatro o cinco años, pero parece que el bueno de Gilliam volvió a hacer pleno.

En fin, que si alguno véis a Terry, mejor no le cantéis aquella famosa jota que dice "No te vayas de Navarra...". Y por cierto, ¿por qué será que ya no ha venido nadie de Hollywood a rodar aquí? ¿Tendrá algo que ver el jodido Gilliam? ;-)
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3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
No son Gigantes mi señor Don Quijote, son F-16's...
En el año 2000, Terry Gilliam, ex-Monty Python y director de películas como "El Rey Pescador" o "12 Monos", intentó llevar una adaptación de "Don Quijote de La Mancha" al cine, un proyecto en el que estuvo trabajando 10 años. Este documental cuenta las desventuras que sufrió este proyecto hasta que fue finalmente cancelado.

"El hombre que mató a Don Quijote" parecía como poco un producto bizarro, algo difícil de vender en Hollywood, pero Terry Gilliam consiguió encontrar financiación en Europa, aunque parece que no suficiente, y es que, a pesar de contar con actores de la talla de Johnny Deep y tras una serie de desafortunados contratiempos, tuvo que ser abandonado a las pocas semanas de comenzar el rodaje.

De este proyecto sólo nos queda este interesantísimo documental, en el que uno no sabe si reír o llorar, y que nos muestra lo difícil que puede llegar a ser el cine con la Ley de Murphy presente en el set... una lástima, pero al menos queda este documento para probar que lo intentaron, y para dar una lección de cine a todo aquel que aspire a dedicarse a esto.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Volaron demasiado Cerca del Sol
Si hay un plano en este revelador documental que exprese mejor la quijotesca empresa de Terry Gilliam sería este:
Gilliam empieza a describir los recientes pormenores de la producción, diciendo que estamos hablando de algo muy próximo al "caos", y sin embargo un ayudante le replica que puede ser algo "casi imposible".
¿La reacción? Terry Gilliam pasa a dar una risotada, alta y prolongada, que viene a expresar que es eso precisamente lo que le mueve.

Hay en todo este documental un elemento de sueño, de lucha por una realidad que no está a la altura, imposible de negar.
Y por supuesto, no caben más calamidades en un rodaje que ya estaba expuesto a ellas, pero incluso todas ellas tienen toda la pinta de ser una prueba más en el camino de Gilliam.
Como si algún fenómeno natural deseara probar la resistencia del director, un fenómeno natural contra el que, por supuesto, no cabe enfadarse ni reclamar.

Todo ello para establecer el paralelismo fácil entre el propio Gilliam y Don Quijote, dos figuras enfrentadas a lo imposible y a la vez derrotadas por la aplastante realidad, que no perdona.
No es solo un documento de vital importancia respecto a cualquier rodaje (esas caras de hastío, esa mala gana seguida del más bueno de los humores...) si no un testimonio de lo duro que es ser el único que ve un sueño que necesita de la colaboración para vivir. Era una lucha a lo imposible, una batalla perdida de antemano, y sin embargo Gilliam no lo deja ni a las primeras, segundas, terceras o cuartas de cambio, porque, como él mismo dice "disfruta de rodar, aunque sean tonterías".
Un ejemplo de lo que es un creador entregado a su obra, y quizás existente por culpa de ella, algo tan fascinante como peligroso, por las múltiples desilusiones.

Podrían cargarse las tintas contra esta realidad. Esta realidad inane y estéril, que cree demasiado poco en los sueños y si mucho en las facturas que pagar. Uno no puede si no fantasear con las maravillas que tendríamos si a las grandes mentes de la Humanidad se les hubiera dotado de recursos, tiempo y ánimo.
Pero sería hablar ni de la mitad de la cuestión: que, a veces, sencillamente, la mala suerte se empeña en que nuestras empresas caigan antes de tiempo.

Al final, es un hermoso (pero triste, muy triste) réquiem: uno por los sueños perdidos, por ese diálogo perdido entre lo racional y lo abstracto, que pocas veces se llega a dar.
¿La respuesta? No la tiene Gilliam, ni la tiene nadie, tan solo sigue rodando. Termina con las palabras de que Terry Gilliam a los seis meses quiso poner en marcha otra adaptación del Quijote. No necesito saber si lo consiguió, porque esas pocas palabras ya me dan bastante más esperanza que saberlo.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
LA LEY DE MURPHY HECHA RODAJE
Entretenido documental que cuenta las desventuras de Terry Gilliam por tratar de rodar un proyecto quijotesco que se acaba yendo a pique en un santiamén.

Recomendable para los fans de Gilliam y cualquiera que desee ser cineasta.

Nota:

Se rumorea por ahí que Terry sigue luchando por el proyecto.

¿Veremos la película ideada por el ex-Monty Python en cines algún día?
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3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
La Odisea de Terry Gilliam
Hay una leyenda no escrita que dice que la obra magna de Miguel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha, es inadaptable al cine. Ciertamente el historial de versiones es desolador, pero hemos de tener en cuenta las características de la novela, que ciertamente hacen que su adaptación sea complicada (una obra tan larga en la que la acción está tan dispersa…). Tenemos ejemplos notables de grandes directores que se han enfrascado en el proyecto. El más célebre sin duda es la versión que hizo Orson Welles. Durante largo tiempo estuvo intentando conseguir presupuesto para rodar la película y dejó el proyecto interrumpido, rodando partes sueltas entre diversas obras de su filmografía. Desgraciadamente Welles falleció antes de poder terminar la película y dejó material desperdigado, que fue recogido posteriormente por el director español Jesús Franco (un director mítico por rodar muchas películas de serie b) que con el material entre manos trató de recomponer la idea que Welles tenía en mente. El caso es que la versión de Jesús Franco es cuanto menos curiosa, pero denota que aún había mucho trabajo por hacer para terminar la película.

El mítico director soviético, Gregori Kozintsev (famoso también por sus adaptaciones de la obra de Shakespeare) también dirigió su propia versión del Quijote. Es quizá la película que artísticamente sea la más notable, aunque es cierto que traiciona la esencia original de la obra, creando una propia visión en la que los intereses políticos están muy en boga. Así Don Quijote y Sancho Panza se convierten en personajes que sirven para glorificación del ideario comunista.

Más cercano al espíritu original de la obra están las versiones que el propio estado español ha producido, pero ciertamente les falta la pizca de genialidad que requiere tal proyecto. Son películas fidedignas con la trama (siempre dentro de unos límites, pues filmar la historia entera de la novela sería un caos) como la obra de Rafael Gil, dirigida en el 1947 o la más reciente “El caballero Don Quijote” en la que el fallecido Galiardo interpretaba el papel del mítico caballero andante.

Y Terry Gilliam también ha tratado de rodar Don Quijote. Pero la historia de Terry Gilliam es quizá, un capítulo aparte, pues se trata de un clásico ejemplo de director al que parece que la suerte no acompaña en ningún momento. El mítico artista británico empezó su andadura con el grupo cómico “Monty Pithon”, donde se especializó en aportar su visión satírica y además sus trabajos con animaciones (sí, las míticas animaciones de los Pithon son suyas). Gilliam empezó ya ahí a brillar por unas características que le seguirían hasta el fin del mundo. Gilliam es quizá el Don Quijote hecho carne. Es un auténtico soñador, un iluso que vive en el cine y que crea mundos imposibles donde todo el mundo cree ver molinos. En todas sus películas la fantasía y la imaginación dominan totalmente la película. Es una personalidad vital, que intenta crear nuevas fórmulas a cada paso que da. El problema es que al igual que Don Quijote, su suerte también parece jugarle malas pasadas, y parece como si el fato tratara de dejarle fuera del cine, y sin embargo él aguanta cada envite con más fuerza que nunca.

En el Barón Münchausen hubo de enfrontarse a unos problemas de presupuesto que le dejaron a medias con el rodaje, y hubo de ingeniárselas para terminar la película con un presupuesto muy reducido al que había logrado en un principio. Seguramente esa película marcaría una cruz, y muchos productores a partir de ese momento miraron a Gilliam con Recelo, creyendo que se trata de un director especialista en arruinar producciones y trataron de domesticar la fiera.

Pero Gilliam es indomesticable. Es un león que rompe sus cadenas a cada paso. En “Brazil”, seguramente su obra maestra hasta la fecha, sucedió exactamente esto, que trataron de maquillar un diamante en potencia. Los productores que exportaron la película a los Estados Unidos consideraban que la película tenía un final demasiado arriesgado y cruel, que eran tan pesimista que podía tirar a la gente atrás, así que obligaron a que se rodase un final alternativo que concluyera con un “Happy end”. Estas dos versiones aún circulan hoy en día y es difícil no equivocarse. Ni falta que decir tiene que la versión con el final impostado carece de cualquier valor artístico y es un insulto al trabajo de la gente que trabajó en la película de “Brazil”.

Pero también en “El imaginario del Doctor Parnassus” el director hubo de enfrentarse a un hecho fatídico, la muerte del joven actor Heath Ledger, que murió antes de que la película se terminara. El que la haya visto observará que no tenía en mente el director terminar la película de esta forma, sino que había de haber seguido un camino muy diferente. Sin embargo Gilliam la concluyó con un recurso interesante en el que diferentes actores interpretaban el personaje de Ledger cuando este traspasaba un mundo mágico (en ese momento los actores se cambiaban por él, así tenemos a Colin Farrel y a Johny Deep).



http://neokunst.wordpress.com/2013/06/28/don-quijote-en-el-cine/
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1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Producción Americana en Europa
Este documental, que podía haberse llamado "Cómo no se hizo..." no tiene desperdicio de principio a fin. Parece increíble que, como si supiera que la película no iba a llegar a estrenarse, el encargado del making of se tomara su trabajo con tanto celo, mostrándonos años después lo difícil que es producir una película y que el barco llegue a puerto pese a contar con estrellas de la talla de Terry Gilliam o Johnny Deep.
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3 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Terry Gilliam no ha encontrado La Mancha
Lost in La Mancha es el que podríamos considerar el primer “unmaking off” del cine, un documental acerca de una película que nunca existió. Llevar a Don Quijote al cine era el sueño de Terry Gilliam, director de películas como Brazil o Doce monos y antiguo miembro de los Monty Python. Trabajó diez años en el proyecto de la película “The man who killed Don Quixote”, un ambicioso film que contaba en el reparto con Johnny Depp. Desde el principio, su película fue una odisea, Hollywood le cerró las puertas y buscó financiación en Europa por lo que su presupuesto se vio mermado drásticamente; lo que supuso recortes y cambios en el guión. A partir de ahí, la cascada de desgracias fue en aumento, la preproducción fue surrealista y a la hora de rodar la Ley de Murphy aplastó las esperanzas de Gilliam. Empezaron rodando en Navarra, en lugar de en La Mancha, justo al lado de una base militar de la OTAN, el ruido de los aviones y las lluvias hicieron imposible el rodaje. El actor que debía interpretar a Don Quijote, el francés Jean Rochefort, que había estado preparándose el papel siete meses y aprendiendo inglés otros tantos, sufrió una doble hernia discal al poco de comenzar y tras semanas de dudas finalmente tuvo que abandonar el proyecto. El sueño de Gilliam se esfumaba.

Lost in La Mancha es un documental bastante recomendable, muestra la dificultad de hacer una película y los esfuerzos de un director para llevar a la gran pantalla la película de su vida. Recientemente se ha sabido que Terry Gilliam ha retomado el proyecto, espero que de su fracaso aprendiera que si quieres rodar un film de Don Quijote debes hacerlo en La Mancha y no entre montañas navarras.
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1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Parcial, pero interesante
Revelador documental, tanto sobre la mente de Gilliam como sobre la visión que puede tenerse de Don Quijote en el extranjero. Revelador, también, en cuanto al desconocimiento que se tiene de los pormenores de la mentalidad española.
Pero no solo reveladores son sus contenidos, también sus formas, se agradece que hayan tenido el detalle de explicar tanto la base de la mítica novela como la terminología básica de todo rodaje, para que el documental pueda abrirse a todos los públicos.

Dicho todo esto, incumple una ley básica del "documental": la imparcialidad. Este reportaje gráfico da la visión del proyecto que algunos de los participantes han querido dar, sin contrastarla con las otras partes, y exculpando totalmente a Gilliam y su gente cuando parece que no toda la culpa es de los productores y sus lios financieros...

Como la apreciación que acompaña a la nota de filmaffinity indica: interesante.
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