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101 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
7
Alabama Monroe
El recorrido festivalero de esta película empezó en la Berlinale donde se llevó a casa el premio del público en la sección Panorama. La ovación fue larga y emotiva y dejo su marca en el palmarés final. Hace una semana se alzó en el Festival de Tribeca con el premio a Mejor guion y Mejor actriz. Y el viaje de festivales de esta película, no acaba sino de empezar. Estamos ante una de esas películas, que gustará por regla general y a la vez encontrará a una legión de “Haters” que la desacreditarán por considerarla un melodrama al uso.

Esta película, en manos de cualquier otro, hubiera sido un Telefilm de Antena 3. Pero el resultado es un melodrama bien montado, con un buen guion que nos cuenta una historia de amor entre dos personas destinadas a amarse y a la vez luchar juntos, ante un drama para el que nunca se está preparado. La historia de amor entre Didier y Elisa se nos presenta de una manera no lineal, que va dando saltos entre los 8 años de relación. La química que se gastan ambos traspasa la pantalla, te crees su amor, lo vives, lo disfrutas y acabas siendo uno más de ese circulo de amigos tan especial.

El problema es claro, sortea de una manera envidiable el melodrama barato, pero cae en cierto discurso pro-células madre y anticlerical que hacen chirriar la historia. Independientemente de la opinión personal sobre el tema, el discurso está metido con calzador, y sin aportar nada a la trama central (Más allá de ser la mecha final) Y chirría por eso, sentar las bases para un discurso de ese calibre y no desarrollarlo, desconcierta bastante al espectador.

El punto de partida de esta historia de amor es típico: Un encuentro casual, un flechazo inmediato. Lo diferente es el resto, una muy cuidada fotografía, un guion que evita caer en el drama barato y nos presenta las situaciones “duras” sin efectismos, ni un morbo desmedido por trasmitir el dolor y una BSO para quitarse el sombrero (De Cowboy, claro) Es una pieza más, cada canción es un libro abierto a los sentimientos de nuestros protagonistas; la mayoría de las canciones cantadas por la propia pareja protagonista y escritas por Bjorn Eriksson son una auténtica delicia. Un conjunto de piezas Bluegrass que ambientan perfectamente la historia en ese ambiente polvoriento y libre que la enmarca.

En definitiva, estamos ante una historia de amor carismática y dura, que emocionará y hará reír casi a partes iguales. Con un alma propia, unos protagonistas de los que es fácil enamorarse, y que encima cuanta con una BSO de esas que duran meses en tu Mp3.
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85 de 95 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
La piel de gallina
Eso es lo que tuve durante todo el metraje de este más que estupendo film belga.

La película es genial de principio a fin y no sabría explicarte si es por su montaje sincopado a saltos, por su increíble banda sonora (el film esta cuajado de principio a fin por canciones estilo bluegrass que no te dejan indiferente, adaptándose perfectamente a lo que va ocurriendo en cada momento), por unas actuaciones estupendas o por ese agridulce final que es de los mejor que recuerdo en años...

la piel de gallina al ver ese juego de manos en la actuación que lo decide todo, la piel de gallina al oír la explicación de como las estrellas que vemos puede que ya no existan pero su luz durará para siempre y, sobre todo, la piel de gallina al ver toda una declaración de amor en un tatuaje
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59 de 74 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Monroe ya no es Marilyn
Creía que después de haber visto este año La vida de Adele, tardaría mucho en volver a deleitarme con un drama europeo basado en el verdadero amor que nos reconcome a todos y que ninguno entendemos. Pero no; me costó menos de un mes. Alabama Monroe (título original The Broken Circle Breakdown) es la responsable de todo esto.
No sé por dónde empezar a describir lo que para mi ha sido una auténtica revelación. No creía que fuese posible que una película pudiera contener todas las cosas que más me gustan en la vida, hasta que descubrí esta obra de arte belga de Felix Van Groeningen:
Protagonistas estilo América de los años veinte, country grass que por momentos me recordaba a los Mumford and Sons, una banda sonora excepcional (que ha logrado ser éxito de ventas en todo Bélgica), barbas y Budweiser entre protagonistas que deseaban vivir el sueño americano, tatuajes con forma de mariposa, candado y corazón, pasión por la vida, por el sexo, por el amor, por la familia...Apoyada en dos actores que hacen una acción interpretativa maravillosa, )Veerle Baetens y Johan Heldenbergh), esta cinta belga nominada al Oscar es capaz de lidiar de forma elegante y respetuosa con aspectos tan delicados como la grave enfermedad de una menor y el suicidio. El guión, basado en una obra de teatro, nunca cae en el exceso emocional, y eso a pesar del dramático hecho central que dinamita la película antes de finalizar su primera hora.

Pero no os quedéis en esta breve reflexión de esta joven soñadora, vividlo vosotros mismos, experimentadlo en vuestras propias carnes... puedo aseguraros que no da cabida a ningún tipo de arrepentimiento
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42 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Amor eterno e incondicional... hasta que la muerte nos separe
¿Qué hay más hermoso que el fruto del amor: nuestros descendientes, nuestra luz, nuestras entrañas, nuestro solaz, nuestra ilusión inconmensurable?¿Cómo encajar, cómo encarar, cómo digerir la enfermedad cuando nos parece injusta, arbitraria, deleznable y cruel?¡Ay de los incautos padres que sobreviven a sus angelicales hijos porque sus huesos pavimentan los sueños ratos y la amargura infinita! ¡Ay de la música que subraya penas y alegrías, temores y regocijos, nuestras desdichadas noches o nuestros alados días!

La primera hora es de una hermosura inconmensurable y el cierre acongoja y pesa como una losa sobre el dolorido y lloroso espectador, que tras asistir a un breve intermedio de desvarío y locura (que no deja de ser la enajenación del protagonista encarnada en metraje insoslayable), comprende que no hay felicidad en la vida que no guarde - aunque sea embrionariamente - el germen de lo disolución, del exterminio, del la aniquilación total. Yin y Yan. No hay día sin noche, ni luz sin oscuridad.

Admirable película belga que estremece hasta el tuétano, que acongoja hasta la desesperación, que duele hasta lo más hondo del alma. ¿Qué hay más allá de las estrellas? ¿Qué nos aguarda en la muerte, tras le vida indeleble, optimista y jubilosa? ¿Quizás una canción suave que nos diga adiós y acune nuestra lenta e inexorable despedida? ¿Quizás las lágrimas de los que nos precedieron y no nos quieren soltar ni por todo el oro del mundo? Emoción en estado puro...
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42 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Teodicea bluegrass
Hay en castellano una brutal expresión ("... ni que niño muerto") que viene pintiparada para este caso. En mi opinión la inclusión de niños con cáncer en una película no suele presagiar nada bueno, pues el resultado final suele ser más una infecta TV movie que una obra maestra. Alabama Monroe (título pertinente pero horrendo) se queda a mitad de camino y aunque tiene elementos interesantes no puede esconder lo que en el fondo es, un drama del quince con pretensiones. No hay nada que objetar a las esforzadas interpretaciones (en especial la de la niña), pero sí a un guión que incluye diálogos absurdos que sacan al espectador de la película, y un trasfondo filósofico sobre la lucha entre el existencialismo y la fe que, o no procede o está muy mal resuelto. Van Groeningen tiene la astucia de introducir como elemento omnipresente la música bluegrass, con números muy bien rodados y que ciertamente hacen soportable el rosario de desdichas belgas. Si a usted le gustan los dramas pseudotrascendentes y en los que Dios ahoga más que apretar, esta es su película.
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43 de 58 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
El tatuaje más significativo.
Recomendada sólo a espectadores que les guste los dramas emocionalmente intensos, y a todo aquel que sepa apreciar unas increíbles interpretaciones por parte de la pareja protagonista

Una de las historias más sinceras y honestas que se han contado en el cine. Elise y Didier son felices, lo tienen todo, hasta que un hecho terrible cambiará definitivamente sus vidas. Un drama sobre el amor, el resentimiento, la culpabilidad y el dolor contada a modo de flashback, esto último brilla y destaca de forma sobresaliente en la película.

Johan Heldenbergh y Veerle Baetens, nos prestan dos de las mejores interpretaciones que se han visto últimamente. Los dos están soberbios, la química entre ambos traspasa la pantalla, realmente transmiten al espectador esas emociones que sus personajes quieren mostrarnos; ese amor tan inmenso te lo crees, lo vives, lo disfrutas, lo sientes.. y acabas emocionalmente roto cuando todo eso desaparece dando paso al vacío más absoluto del que no se haya consuelo alguno.

Con una increíble BSO, las canciones cantadas por ellos mismos y escritas por Bjorn Eriksson, son mostradas cómo un pequeño diario en el que la pareja protagonista muestran sus sentimientos y su necesidad de comunicarse. Una de las escenas cruciales, el grupo al completo en pleno concierto por última vez, sin diálogo alguno, resulta estremecedora. Didier y Elise en el centro del escenario; esas miradas entrecortadas, esos gestos que parecen simples pero que dicen tantísimo, ese querer y desear pero no poder, porque te sientes tan vulnerable que te impide ver más allá de tu propia tristeza.

Alabama, Monroe.. me habeis dejado huella.
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24 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Por un San Valentín sin edulcorantes
Complicado lo tiene una película para que no se la etiquete de lacrimógena cuando el cáncer infantil asoma en su sinopsis. De hecho, difícil lo tendrá el espectador para mantener el pañuelo seco e impoluto. Porque Alabama Monroe es un drama en toda regla, pero más que recreado en la tragedia de una enfermedad se orienta hacia el estallido y el declive de una hermosa historia de amor, la que surge entre una tatuadora profesional y el músico de una banda de country o, para los puristas de la música, de bluegrass.

Y es que la película, una de las grandes favoritas para el Oscar al mejor filme de habla no inglesa, no merece los descalificativos del melodrama medio. Es una lección de buena música, un desafío narrativo, incluso un profundo debate sobre la religión. Pero sobre todo es un duelo interpretativo entre dos desconocidos a los que desearemos seguir la pista. Ella es Veerle Baetens, una belleza belga que canta como los ángeles, flamante ganadora del European Film Award por su papel de Elise. Él es Johan Heldenbergh, puro carisma flamenco que se marca un memorable speech sobre el escenario.

Entre ellos se desprende una química que irradia verdad, ya sea en las relaciones sexuales como en las hirientes broncas matrimoniales. Ya sea en los ojos de enamorada de ella asistiendo a su primer recital como cuando él le grita "cabrona hija de puta" en las horas más bajas de la pareja. Una involución a la que además no asistimos de una forma lineal sino a través de un juego de flashbacks y flashforwards nada convencional.

El cáncer infantil, por tanto, es un capítulo sin duda doloroso en esta historia vital pero no el epicentro de la trama, en la que también confluyen sonrisas y esperanzas. En días como hoy, plagados de azúcar y corazones, más vale desintoxicarse con una buena dosis de realidad, por momentos capaz de encogerte el alma, por momentos con la capacidad suficiente para inmortalizar en imágenes un amor sin edulcorantes.
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18 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Caminando en círculos
Alabama Monroe va de frente. Desde la primera escena ya nos abre paso una historia que necesita saliva a raudales para poder ser digerida. Porque una cinta que se presenta con una niña de seis años enferma de cáncer en la habitación de un hospital ya vaticina su dificultad. Una declaración de intenciones que pende de un hilo. Ese que separa la sensiblería de manual de un ejercicio emotivo de impacto. Alabama Monroe con algún que otro malabarismo cae del lado de la verdad. La que duele a un espectador cuyo semblante cambia a las primeras de cambio. Un espectador partícipe en esta historia de amor porque ante todo la película es eso. Un cuadrilatero donde el corazón y la razón se baten a duelo. Ese espacio en el que salen a relucir las flaquezas de alguien que ha perdido lo más querido. La enfermedad sirve de marco pero no se convierte en el eje central sino que el director otorga las riendas de la historia a las distintas maneras de enfrentar la pérdida.

Didier es un músico apasionado del bluegrass que toca el banjo en una banda. Elise trabaja como tatuadora. Dos mundos no tan alejados que pronto encuentran una conexión y fruto de ella nacerá Maybelle. La pareja inicia una vida en común pero la felicidad se cuestiona con el diagnóstico de la enfermedad de la pequeña. Didier buscará culpables. Elise se refugiará en la fe. Dos frentes abiertos que arrasan los cimientos de su relación.

Con semejante guión pocos recursos más cabría esperar por parte de su director a la hora de zarandear al público. Van Groeningen no deja puntada sin hilo cuando se trata de crear conflicto. A un texto complejo le une una narración nada líneal que a base de elipsis y continuos flashback y flashforwards otorga el ritmo preciso para insuflar oxígeno a una trama que lo pide a gritos. Ahí también ayuda la exquisita banda sonora que da voz al calvario de sus protagonistas. Dos actores desconocidos para el gran público que se revelan en un torce de force de altura, Veerle Baetens y Johan Heldelbergh.

Para quienes soporten altas dosis de emotividad y nos les impida llegar a un interesante debate sobre la religión y las creencias.

Lo mejor: su riesgo a la hora de mostrar lo cruda que puede llegar a ser la vida.
Lo peor: que por su intensidad la metan en el saco del melodrama de sobremesa.
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12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Unas cosas compensan las otras. Elige el momento para verla.
Tiene su parte triste, tiene una gran interpretación, tiene su melodrama, tiene una magnífica banda sonora, tiene una historia que contar, es una película creíble.

Hay tatuajes que lo explican todo.

A mí me gustó.
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11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
el circulo del drama inesperado.
Mostrar un país como EEUU como el lugar de las oportunidades y la libertad te puede ayudar a ser nominado a los Oscar; eso es lo que pasa con esta película porque resalta la música country, el estilo vaquero de Texas y hace algunas alusiones a Estados Unidos mediante su ropa, su bandera exhibida en la ropa interior de la protagonista en debates sobre ciencia, religión y Política, y resaltando su música. Pero mi critica no se centra en ello, aunque si fue un factor al que le preste mucha atención de la película.
La fotografía es excelente, sus planos y ambientación pertinentes, en un principio llegue a pensar que era amarillista y tal vez por eso rechazara en principio verla: la historia de una niña con cáncer que hace que se destruya la historia de amor más “perfecta” me traía a películas que deteste tanto como el niño de la pijama a rayas, sin embargo está es diferente, el manejo de los tiempos pasando de un momento a otro gracias a sus secuencias perfectamente entrelazadas y el debate religioso-cientifico-arcaico del que la humanidad no sale por temores religiosos y por ende éticos-morales, hacen de esta historia una historia picante, atrapadora entre seducción, dolor, esperanza y buena música.
No me extraña que este nominada a los premios de la academia por mejor película de habla no inglesa, el problema es si esta puede estar al alcance o ser superior a la Caza de Tomas Vinteverg tambien casi perfecta y con un fuerte drama tabú.
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9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Unas bulerías no habrían aportado menos.
El poder de la música en el cine es indiscutible, siendo capaz de ensalzar escenas hasta el punto de mitificarlas, aportándole ese valor añadido que no se puede expresar en imágenes. Algunas bandas sonoras han llegado a hacer Historia, ganándose una identidad propia y relegando a la película a un segundo plano. En el caso de “Alabama Monroe”, el Bluegrass prevalecerá, mientras lo demás se desintegra por méritos propios.

La estrategia de Felix van Groeningen es bien sencilla: partiendo de un estilizado y preciosista caparazón, de corte “indie” estadounidense, el director y guionista belga se dedica a estimularnos constantemente la vista, para, así, disimular el vacío interior de su último trabajo, asumiendo el liderazgo de esta contienda el ya desgastado recurso del montaje fragmentado, capaz de cubrir de un aura de profundidad y complejidad a la historia más plana.

Sólo hace falta montar el puzle para descubrir las carencias de este torpe guión, demasiado afanado en abrir numerosos frentes que posteriormente será incapaz de cerrar, al mostrarse más preocupado por atracar emocionalmente al espectador, que por darle un poco de coherencia a sus maltratados personajes, los cuales, brillantemente fotografiados, se pasan toda la película intentando encontrar una excusa a sus actos, alcanzando el súmmum del bochorno un discurso de George Bush como ridícula justificación de la obsesión del protagonista con ese país. Una mera anécdota desafortunada, si no fuera porque se usa como detonante del conflicto más importante de la película.

Y, en medio de ese ambiente enranciado, aparece el Bluegrass, tan vistoso y bien dirigido como el resto de escenas, pero que tampoco encuentra su sitio en la historia, quedando relegado a ser un elemento estético más. Problemas derivados de querer llegar al fin, sin darle importancia al camino a recorrer.

Ésta, y otras críticas, en http://blogquenuncaestuvoalli.blogspot.com.es/
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15 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
El drama de la vida
Alabama Monroe, escrita y dirigida por Felix Van Groeningen y nominada al Oscar a mejor película de habla no inglesa tiene un comienzo 'in media res' muy típico, donde chico -Didier/Monroe, interpretado por Johan Heldenbergh-, músico, impulsivo, agnóstico y algo 'hipster' conoce a chica- Elise/Alabama, a la que da vida Veerle Baetens- radicalmente opuesta.

Pero nada más lejos de la realidad, porque al poco de esta breve presentación de los protagonistas, la cinta nos golpea de forma dramática con la enfermedad de la hija de ambos, Maybelle. Un ángel terrenal que desgraciadamente padece leucemia a los siete años y actúa, sin quererlo, como agente provocador de la evolución de sus progenitores.

A partir de entonces y con la enfermedad de la niña como punta de lanza, se desarrollan toda una serie de emociones que se trasladan de la pantalla a la butaca. El cineasta belga utiliza continuos saltos de espacio-tiempo para contarnos todo este torrente de sensaciones que emocionan y desgarran el alma. Cierto es que el recurso abusivo del flashback provoca en ocasiones desconcierto, al igual que la pasividad frente algunos acontecimientos históricos - los atentados del 11-S sin ir más lejos- que no casan con la personalidad de una familia sacudida por la tragedia y que invita a reflexiones muy interesantes.

Temas como el aborto, tratado sin embalajes y con mucha astucia; el drama del cáncer infantil o el eterno debate entre la separación de la ciencia y la religión están muy presentes a lo largo de la película. Con acierto, el director los aborda desde dos perspectivas muy distintas, personificadas en Elise y Didier, unidos por el amor y la 'música country'. Más concretamente, el 'bluegrass'.

En este sentido, la banda sonora es sencillamente espectacular, jugando un papel esencial en la historia. Resuena una y otra vez en los oídos y acompaña impecablemente todas y cada una de las escenas. Secuencias donde también juega un rol importante la cultura estadounidense del último siglo, homenajeada en muchos momentos del metraje.

Salvando algunos escollos, el guión -premiado en el Festival de Tribeca- afortunadamente esquiva con inteligencia los clichés del melodrama clásico. Su apabullante sinceridad y realidad hacen de Alabama Monroe una película necesaria que explora en cuestiones que tarde o temprano se presentan al común de los mortales. Un estudio sobre las relaciones humanas, el poder de las emociones y la capacidad para levantarse o ceder ante los reveses de la vida que no deja indiferente.

Más datos sobre esta y otras películas en el blog:http://argoderse.blogspot.com.es/
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6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
¿NOMINADA A MEJOR PELÍCULA DE HABLA NO INGLESA?
Por favor, sálvame.

La bobada más boba vista en los últimos meses.
Como me casa la simplicidad, que no la sencillez. Saca mis más bajos instintos. Las buenas obras, los sentimientos generosos,adormecen mi alma necesitada de autenticidad.

No me sorprende ese 7 global obtenido.
Entre buenos de cartón piedra y el resto de macarras, se divide el actual cine que consumimos.

Lo mejor: Mañana se me habrá pasado la mala leche por haber alquilado semejante payasada.
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28 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
El peor último fotograma que he visto en una película.
Pretenciosa, estridente, diseñada para manipular nuestras emociones con precisión milimétrica. Realidad cuya magnitud se acentúa al haber escogido precisamente esa traducción del título al castellano. Muy moderna, muy indie y bonita, pero es que no me creo nada de nada, todos los detonantes de las discusiones son pura farsa y artificio. Imagino al director dando instrucciones: "Ahora tenéis que gritar, poner cara de estreñidos y llorar mucho."

Y que esté mejor considerada que 'El aceite de la vida'... ¡por favor! En aquella película te olvidas de que son Susan Sarandon y Nick Nolte, cada momento de discusión, de debilidad emocional parecen salir del fondo del alma, no parecen actores. Te atrapa en el minuto uno y no te suelta hasta los créditos. Esa sí que es una buena película, narración realista, sentida, intensa, sin adornos ni florituras innecesarias. En cambio, esta película por momentos hasta aburre, aunque es culpa del director, quien en su obcecado empeño por tratar de exprimir el máximo sufrimiento posible como quien escurre un trapo, recuerda la esencia sensacionalista de programas de concepción abyecta como 'Impacto total'. Dirección innovadora, pero fondo muy primario. Y eso me resulta desagradable, tantos fotogramas de felicidad para luego salto temporal a la actualidad para mostrar el cuadro más deprimente, desolado e infeliz posible. Para tratar de parecer lo más brutal posible, evidenciamos la antítesis hasta el paroxismo, el mejor y el más eficaz de los recursos narrativos, cuanta más alto raya la felicidad, más dura será la caída, el efecto rebote.

Iba para el 3. No estaba tan (tan) mal, lo prometo, y eso que me dormí. Los actores son buenos, atractivos, hay un par de escenas potables, la música bien. Pero el último fotograma redondea el desastre.
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7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Pues sí
Empalagosa, con un poco de sexo salvaje (?) para que pase. Pero muy ñoña, a pesár de los tatuajes de la chavala.
Buena música, para quien le guste el género, hasta podría ser un musical. Pero está la historia de la hijita de la pareja, que tiene cáncer, de ahí, nunca mejor dicho, lo de melodrama.
Como está de nuevo de moda lo cursi, no es extraño que tenga su público. A mí me ha parecido falsa y al protagonista es que no lo trago. La niñita ve un pájaro muerto y le pregunta a su padre qué dónde van los pájaros cuando mueren; en lugar de decirle al cielo de los pájaros, que no cuesta nada, dice que lo tiran la basura. ¿serå tonto?
Luego lo corrije y le dice que el pájaro es una estrella. Haber empezado por ahí, ceporro. La forma de reaccionar de ese greñudo es patética. Ella está mejor, por lo menos piensa un poco más. Él le dice una vez que no diga gilipolleces, cusndo él es en eso especialista.
Un guión hecho a trozos. Para adelante, para atrás, hasta aburrir. Se me abría la boca, aburrido.
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7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Sorprendente, como el buen country belga
El componente corrosivo de la vida se introduce en los sentimientos más auténticos y veraces. Nadie está blindado. En cualquier momento los amores más indestructibles pueden ser convertidos en fosfatina, y da lo mismo que te agarres a una creencia religiosa, o que te revuelques en el ateísmo más científico. Eso es lo terrorífico de este drama del realizador belga, que nos presenta a una pareja capaz de lidiar con el toro más bravo, pero son convertidos en guiñapos flamígeros por el aliento de la fiera. Y tú te preguntas: si me llegara a mi, ¿cómo reaccionaría?, ¿en qué acabaría transformado?.

A pesar de mi apocalíptica introducción, debes ver esta película porque en función de tu situación social (hijos o no...) la verás con unos u otros ojos, la tomarás a sorbitos o de un solo trago, disfrutarás o sufrirás con ella.... Eso sí, no te dejará indiferente.

Además de las reflexiones y desesperanzas que despierta, es digna de ver porque la batuta y el guión van siempre de la mano, bastante habitual en los directores de esta nacionalidad (Agnès Varda, Hnos Dardenne, Geoffrey Enthoven, Jaco Van Dormael...), y también porque dispone de una banda sonora, integrada en el discurso cinematográfico como parte sustancial, que resulta atractiva y entrañable.
Su discurrir es curiosamente balsámico, tal vez ayudado por la música; como si un volcán erupcionara a golpe de notas de tango y su final abrocha una historia bien contada.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Porque la vida nunca es tan generosa
The Broken Circle Breakdown, más conocida como Alabama Monroe ha sido una de las películas europeas más sonadas del año y con razón. La película, dirigida por Felix Van Groeningen y nominada a los Oscars como mejor película extranjera, es un duro melodrama con las típicas características del cine europeo que tiene muchas cualidades y pocos, aunque bien visibles, defectos.
Alabama Monroe va sobre el amor y la muerte. Los dos temas más importantes de cualquier tipo de expresión artística. La historia es la típica, la hemos visto muchas veces, pero bien contada no deja de ser desgarradora. Elise y Didier son una pareja que se enamora, se casa y tiene una hija, Maybelle. A los seis años la hija contrae un cáncer terminal.

Así se resume el argumento de esta película, pero no nos quedemos ahí. Aunque algunos le critican, con todo el derecho, el tratar un tema sentimental y facilón para llegar al espectador, la película se asienta sobre una calidad fuera de toda duda. Por qué porque no hacer algo cuando se hace muy bien. Eso parece pensar Alabama Monroe.

La película no se centra en la enfermedad de la hija, se centra en sus padres, la pareja formada por dos actores que en esta película están sobresalientes. Didier, interpretado por Johan Heldenbergh, es un joven músico de un grupo country, amante de los Estados Unidos, ateo y romántico. Elise es una joven tatuadora de la que se enamora Didier, una chica arrolladora, creyente, vitalista y fresca que, además, demuestra una gran voz al unirse al grupo de música country de Didier. Elise, interpretada por una espectacular Veerle Baetens es, sin duda, lo mejor de la película. La protagonista del film se adueña de todas las escenas en las que participa, emocionándonos y naturalizando acciones que nos resultarían irracionales con una interpretación menor, además de protagonizar números musicales realmente notables junto al resto del grupo. La actriz, que ganó el premio a Mejor Actriz en los Premios de Cine Europeos, imponiéndose a fuertes favoritas como las protagonistas de la Vida de Adèle está francamente fantástica.

Este film no trata sobre el simple drama que vive una pareja ante la grave enfermedad de una hija, la película calcula la fuerza del amor ante la crueldad de la vida. De esta forma, vemos la historia de Elise y Didier desde que se conocen hasta que tienen a su hija enferma con siete años e incluso unos años más adelante donde se desarrolla otro punto del argumento que no revelaré. La historia de amor, preciosa a ratos, muy real a otros y también con toques de humor y música es mezclada con la tristeza, crueldad, locura, rencor y odio que traen los acontecimientos.

Mediante un montaje realmente preciso y adecuado, sin un orden lineal, la película no para de dar saltos temporales que nos llevan desde los momentos más dramáticos a los más divertidos. De esta forma, la película no nos muestra una historia dramática para que nos emocionemos contemplándola sino que nos obliga a comparar diversos momentos de la vida de esas dos personas que ríen, lloran, se enamoran y sufren ante nuestros ojos. Sin liar absolutamente nada, la película avanza manteniéndonos en todo momento atentos a esta historia sobre el amor, puesto a prueba ante la vida. No nos encontramos ante una película cursi o sensiblera, sino ante un film muy equilibrado, capaz de mezclar escenas antagónicas con gran sabiduría que despierta la mente del espectador. De esta forma, la película no insiste en un estado o en otro, no te hunde con media hora de cáncer, ni te aburre con otros tantos minutos de idilio amoroso. Observamos todos los años de esa relación, comparando y juzgando el film y las emociones que despierta en nosotros.

Normalmente, una película con un tema así de delicado cae en la sensiblería o en el excesivo minimalismo y seriedad para no caer en la ya citada primera opción. Van Groeningen toma el camino correcto, el del medio. Sin miedo a emocionar, pero sin artificios, muestra los elementos dramáticos de la historia simple y llanamente como creé que pasarían.

Además de ser un gran drama, que difícilmente no te hará un nudo en la garganta, también es una simpática historia de amor, muy bonita y veraz, interpretada por dos actores con una química realmente alucinante. El final, juntando el amor y la muerte como el resto del film y de notable fuerza emotiva cierra la historia de forma notable.

Muy buenos números musicales, una actriz que regala una interpretación arrolladora, un gran montaje y los dos temas más importantes, el amor y la muerte, puestos uno frente al otro en esta interesante película Belga. Se estrenara el 14 de febrero en España, supongo que en escasas salas, pero si no tienen miedo al drama, siempre que sea bueno, intenten ver Alabama Monroe.

Más en: cinealacarbonara.blogspot.com
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Tatuajes, banjos y pájaros
Con un gusto exquisito tenemos una película sobre una pareja joven, su relación y el nacimiento de su hija y la situación en la que se encuentran tras descubrir que su hija tiene cáncer. Todo contado de una forma muy lírica y visual donde priman las emociones por encima de los diálogos. Además juega con los flashback de una forma muy parecida a la estupenda Blue Valentine, pero por con muchísima más carga de profundidad en lo emocional.

Pero es al llegar a su parte final, con lo bien que está contado lo anterior, cambia y pierde esa sensación de amargura y agonía para caer en la simplicidad ramplona y en una grosería burda. El giro que da con referencias políticas y religiosas contrastan con la finura y elegancia con la que nos son mostrados sus protagonistas.
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14 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Buena BSO. mala película
Una nueva película Indie al cesto. La vida de dos jóvenes apasionados por el mundo USA con un trasfondo depresivo y deprimente. La película se va deteriorando al ritmo de bluegrass en torno a la hija de ambos. Argumento pobre con un guión famélico, carente de brillos.

Y yo sigo preguntándome, qué es lo que ve la gente en películas como esta con una formulación bien sencilla: llanto fácil+ monólogos kantianos.
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9 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Nigthnoise
9 de mayo de 1997. 2 jóvenes enamorados acuden a Gijón a ver un concierto del grupo favorito de él, Nigthnoise, en el teatro Jovellanos. A ella no le gusta, pero con tal de estar con él iría al fin del mundo. Las 4 horas en tren se hacen cortas, aunque no tienen dinero, se tienen el uno al otro para comer besos. La primera noche fuera de casa juntos, un hostal indecente en realidad es un hotel de 5 estrellas gran resort con jacuzzi y vistas, acceso privado a la playa y champan francés del bueno, nada de moet chamdon. Se tienen, se tocan, se acarician, se quieren. Nunca he entendido esas tiendas en las que pone no tocar, es imposible que así nadie compre nada. Nuestro sentido más importante es el tacto, el que hace sentirte amado, el que te hace sentir que sientes. La gente se muere de soledad porque no tiene quien la toque, quien la abrace, quien la quiera, quien la bese. No puedo entender a esos padres que acostumbran a su bebé a no cogerle en brazos cuando llora. Mi más sincero pésame, han criado un paralitico emocional prematuro.

17 de marzo del 2012. Las mismas 2 personas acuden a una cita con el destino. Son las 5 de la mañana, el viaje de regreso a casa es tenso e insoportable. A él no le gusta pero con tal de complacerla a ella, ha hecho lo que no debía. Tienen todo el dinero que necesitan y acaban de traspasar los límites de los vicios confesables. Es su última noche juntos, en la casa que pusieron tantas ilusiones, que fueron juntos a comprarlo todo, que tanto les gustó y costó pagarla y ahora que van a perder, fueron tan felices. Hace mucho tiempo que ya no se tocan, ya no se miran, ya no se quieren. Ella siente por él asco. El, un odio infinito. La traición se ha consumado. A partir de ahora ya nada será igual. 2 paralíticos emocionales en busca de alguien que quiera abrazarles.

Alabama Monroe es el amor, el desamor, los hijos, la amistad, los sueños rotos, el sufrimiento, el miedo a perder, la muerte, el deseo, la traición, la soledad, la desesperación…en definitiva habla de eso que no es tan propio y tan nuestro: que lo esencial es invisible a los ojos. Siempre me ha llamado la atención como dos personas que se amaron puedan profesarse al cabo del tiempo tanto desprecio, tanto odio y puedan hacerse tanto y tanto daño, todo ello acompañado de una música para cada momento, música triste, música alegre, música nostálgica, música, ese halo que nos acompaña y nos define, esa brisa sin la cual no podemos respirar y tantas veces nos ha hecho felices. Podemos privarnos de muchas cosas pero no podríamos vivir sin la música que nos estabiliza, nos modula, nos refresca, alimenta nuestro espíritu, expande nuestra alma, nos hace sentir escalofríos, nos hace llorar como cuando éramos niños y nuestra madre corría a cogernos en brazos…en el fondo siempre seguiremos siendo niños.

Hay 2 canciones que me encantan: “if I needed you” por el significado de estas 4 palabras. Saber que no estás solo en este asqueroso mundo como decía el gran Trecet en su mítico programa de radio “diálogos 3”, que hay alguien que está dispuesto a hacer cualquier cosa por ti y te quiere de una manera incondicional resulta tremendamente gratificante, considero que eso es realmente triunfar en la vida, pero sobre todo “ Sandmountain” que se hunde en las más profundas raíces celtas de mis queridos bosques cántabros y en aquellas tardes cuando era más joven tomando buena cerveza escuchando música folk acompañado de mi gente y que ahora casi no se de ellos.
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