18 Críticas de los usuarios

Enemésima revisitación de la guerra de sexos que pretende beber de las fuentes de la comedia clásica norteamericana, con un simpático Pierce Brosnan, en un nuevo intento de evadirse de la férrea imagen de James Bond, y la siempre eficaz Julianne Moore, en una nueva demostración de su gran versatilidad como actriz.

La actuación de ambos y la simpatía y química que transmiten, son las razones que consiguen salvar este film, ya que su guión es convencional y predecible, y la dirección no pasa de ser correcta.

No es escaso el mérito, ya que no era un reto fácil, emular a las parejas clásicas de la comedia, hoy convertidas en leyenda, aunque Pierce Brosnan no sea Cary Grant, ni Julianne Moore sea Katharine Hepburn.

Unos actores carismáticos y elegantes mostrando su vis cómica. Un guión amable con situaciones simpáticas que, si no arrancan una carcajada, sí una sonrisa de complicidad. Una dirección sencilla y eficaz.
Estos son los componentes de una comedia romántica no destinada a figurar entre las grandes del género ni entre las más emblemáticas, pero que sirve como un entretenimiento muy válido.
Brosnan y Moore interpretan sus papeles muy acertadamente, haciéndonos partícipes de una historia de amor a primera vista por parte del primero y amor/odio por parte de la segunda. Además los secundarios cumplen holgadamente con sus roles, en especial Michael Sheen, Parker Posey y Frances Fisher, matrimonio en trámites de separación los primeros –atención a cómo se tiran los trastos a la cabeza, cada cual más excéntrico- y mujer madura enconada en permanecer joven la segunda.
La narración transcurre de forma clara y precisa, no perdiéndose en escenas irrelevantes para el conjunto, y haciendo de paso un alegato a favor del amor.
Pase que no es una obra maestra, pero sí se deja ver con agrado, resultando muy recomendable en especial para los seguidores del género y para los fans de Brosnan y Moore.
Por cierto, ¿hace un huevo de chivo?

Las leyes de la atracción no son precisamente las que me han acercado a esta nadería sobre abogados que descubren el amor mientras mantienen un toma y daca constante, pero sí serán las qua arrastren al público a comprobar la química de esta pareja encerrada en una película que es pura convención. A Brosnan podemos dejarle un poco de lado porque sabemos de qué pie cojea, pero sí urge preguntarse qué vio Julianne Moore en este guión para animarse a hacer la película. Quizás, barrunto, el poder explayarse más a fondo en un género (la comedia) que sólo había pisado tímidamente en Nueve meses y Evolution.

La película quiere emular los duelos incendiarios clásicos del tándem Tracy-Hepburn, pero aquí todo es tan de a pie, tan inane, que pensar en la comparación da hasta un poco de risa. Brosnan propone un vaciado de carisma a su clásico registro de seductor autoconsciente, extirpándole la vena canalla (que era, por descontado, lo mejor que tenía) y cuajando, con ello, un personaje insípido y lamentable que no hay por dónde cogerlo, lo que quiere decir que todo el peso cómico de la función debe sostenerlo Julianne Moore, que, pese a intentarlo, no logra explotar la ansiada vis cómica que haga resucitar a esta película moribunda, ya sea en sus careos con Brosnan o intentando parecer despistada y/o atolondrada (la huida de la casa del susodicho).

Negada tanto para el slapstick como para el ataque verbal, torpe en las acometidas amorosas y con un guión marcado desde el minuto uno, Hasta que la ley nos separe es un litigio amoroso de muy bajos vuelos que está pidiendo a gritos mucha más mala uva, más réplicas inteligentes (o cerebros mejor dotados para la escritura) y bastante menos azúcar, que en una de divorcios no apetece salir empachado. Por no tener, ni siquiera tiene un solo secundario gracioso. Llegados a este punto, uno incluso echa de menos la caricatura desatada de la denostada Johnny English, anterior cinta del director. En fin, muy olvidable.

Lo mejor: que ni mata ni ofende.
Lo peor: es demasiado plana e insustancial, incluso para una comedia romántica.

Una mala y tonta comedia romántica con poco que destacar. Para empezar, una pareja protagonista poco convincente. Julianne Moore se encuentra lejos de los papeles que resaltan sus cualidades; este registro no le viene bien y no logra tener química con su pareja de reparto Pierce Brosnan. Película con grandes puntos en común con "Pijama para dos" pero sin la frescura y gracia de ésta. La competitividad entre la pareja protagonista de abogados para ver quien es el vencedor de un caso judicial es la mayor fuente que tiene el film para buscar la comicidad. Quizás con otra pareja de intérpretes esta producción podría haber resultado algo más simpática, pero el gesto fruncido de Julianne Moore en todo momento no ayuda mucho a creernos la historia de amor por la que se justifica la película. Poco recomendable.

Lo siento pero me aburrí un poco. Vista en TV lo que ayuda a facilitar la dispersión si lo que ves no te engancha. Y mira que ambos actores me gustan, pero todo es trillado y visto mil veces. Los actores salvan la función pero esto mismo ya lo hicieron Tracy y Hepburn hace 40/50 años y mil veces mejor... Hay que reconocer que con directores sublimes y guiones de Oscar pero en fin.
Lo mejor: La "Bondadosa, James Bondadosa" canalla actitud del abogado al inicio. Esa madre de la abogada.
Lo peor: El dúo que se divorcia, insoportable en los gritos, ademanes y estética.

De poca duración y poco guión se puede hablar de una típica película en su género, donde se desaprovechan unos secundarios de lujo y una pareja con encanto. La historia es muy simple dos abogados enfrentados en sucesivos juicios, los cuales coinciden en todos los lados empiezan llevándose muy mal, ya se pueden imaginar como acaban. El problema radica también en el poco humor de la cinta y el enamoramiento a los cinco minutos de metraje del personaje de Brosnan. No vale mucho y la me repito, la grandísima actriz Posey y el hoy muy conocido Sheen son bastante desaprovechados. Podría ser un telefilm perfectamente.

Empalagosa película romantica en la que prevalece todos los covencionalismos fílimicos al uso con el fin de hacer una pelicula correcta y amable sin salirse de las fórmulas más trilladas de un Hollywood que empieza a oler a podrido.

El derritechochos Pierce Brosnan y la gran Julianne Moore interpretan sin gracia ni vitalidad a dos abogados que acabarán enamorados a través de un caso de divorcio en el que representan a dos clientes algo estrafalarios.El ambiente de Irlanda y alguna borrachera que otra, servirá para que florezca el amor y nuestras abuelas saquen los pañuelos y se sequen las lágrimas de lo bonito que es todo. Predecible desde el primer minuto y con un guión tan plano como el encefalograma de Belén Esteban

No obstante, merece alabarse la fotografía, con alguna bella imagen de Irlanda, por lo demás una basura de domingo por la tarde para no pensar demasiado.

Muy descafeinada comedia romántica con muy poquito que contar y demasiado que rellenar. Sus escasos 85 minutos de duración refritean el género amoroso, con un desarrollo muy plano: pareja que no se soporta, luego se enamora, hacia el final se pelean y finalmente... os lo podeis imaginar.

Es incomprensible ver a una actriz de la categoría de Julianne Moore en este ñoño producto, no creo que sea por la falta de papeles, pues no hay año que no se acuerden de nominarla en los Oscars. Respecto a Pierce Brosnan, sobreactúa luchando porque no se le descosa la cara, deberían de haber cogido a un partenaire más jovencito y no al abuelete de turno, ya que ella todavía está potable. Hacen una pareja muy irregular con poca química, el amor que supuestamente surge entre ellos no llega en absoluto al espectador, parece que tienen que enamorarse por exigencias del guión.

Se deja ver si se es poco exigente, cumple con los requisitos de Hollywood, pero parece un producto de geriátrico para dos actores acabados, y la Moore todavía está en la cresta de la ola, perplejo me quedo.

Lo mejor: Julianne Moore, lo único que se salva de la quema.
Lo peor: decae desde el minuto 1 hasta desembocar en el meloso final.

El film nos presenta el clásico tema de la batalla de los sexos, con sus sucias tácticas, particulares engaños y una atracción que va aumentando de momento en momento. Pierce Brosnan y Julianne Moore, ¡que excelente pareja de actores!, y que gran química irradian desde el mismo principio del film, sin lugar a dudas unas de las mejores comedias románticas filmadas recientemente al mejor estilo de las de Cary Grant y Katharine Hepburn.

El film tiene una temática parecida a la de “Intolerable Cruelty” (2003) con George Clooney y Catherine Zeta-Jones, pero solamente el parecido, o con la de Spencer Tracy y Katharine Hepburn en “Adam's Rib” (1949). La película tuvo un presupuesto de $28 millones y generó por la venta de taquillas la cantidad de $30 millones, más $25 millones por la venta de alquiler en los videoclubes, además recibió dos nominaciones a los “Irish Film and Television Awards” por mejor diseño de vestuario y mejor maquillaje.

Muy bonita comedia romántica. No tarda en ganarse al espectador debido a dos caracterizaciones que nada más coincidir en pantalla dan muchísimo juego; la química entre Pierce y Julianne es más que notoria. Se sigue con interés; ella es precavida, formal y una profesional ambiciosa y competente, en lo que él tiene un carácter más bohemio, no se atiene a reglas ni a convenciones de ningún tipo, va por libre y triunfa gracias a su aplastante carisma y a la convicción ciega que tiene en cada paso que da. No cree en su trabajo (abogado de divorcios), probablemente debido a la rebeldía que marca su carácter ya que alega que muchas veces le dan ganas de decir a sus clientes que se vayan a su casa a hablar los problemas ya que es así como se solucionan las cosas. Apasionado, se enamora de su homóloga con la que mantiene una intensa relación socio-profesional, basada en que los dos comparten un mismo trabajo, uno que da multitud de conversaciones acaloradas y en una cargada tensión sexual no resuelta. El espectáculo, seduce por tanto, en su vertiente más humorística y se termina de redondear en 'lo relevante' debido a que los dos son buenos actores dando vida a unos buenos personajes.

Hasta que la ley nos separe es una película que dura, sin créditos finales, apenas 81 minutos.
Esto quiere decir que la narración tiene que ir rápido. Pero muy rápido. Tan rápido que parece que el guión lo hayan escrito Sonic, el Correcaminos y Speedy Gonzales. Con esto lo que queremos decir es que, especialmente en su presentación, la película va tan rápida que apenas caracteriza a los personajes ni las situaciones. Y por personajes nos referimos a Audrey y Daniel solamente, porque aquí viene la cosa más curiosa de la película: va tan tan rápida que no tiene personajes secundarios. Llegado el momento, aparece la pareja a la que dan vida unos divertidos Michael Sheen y Parker Posey, y Frances Fisher también se pasea por allí sin que sepamos si realmente importa su rol en la historia, pero el 95% de las escenas son de la pareja protagonista en solitario.
Por suerte, una vez la acción se traslada a Irlanda la cosa adquiere algo más de gracia e interés, y la descomunal química entre Pierce Brosnan y Julianne Moore hace el resto. Dos grandes actores son capaces siempre de tapar los agujeros de un guión cogido por los pelos y salvar los muebles, y es exactamente lo que ocurre aquí. A pesar de que la historia de amor está mal construida (por la premura, insistimos), nos acaba interesando gracias a ellos.

Lo mejor: La química entre Moore y Brosnan y las escenas ambientadas en Irlanda.
Lo peor: Lo mal que empieza y lo poco que caracteriza personajes y situaciones.

Una película interpretada por Pierce Brosnan y Julianne Moore, como pareja del juzgado protagonista, enfrentados por la ley. Que se empiezan a conocer no sólo en el trabajo, si no fuera de él.
Surge primero una amistad, hasta debida al trabajo, que les vuelve a unir con el divorcio de un cantante y una diseñadora de moda. Que ella encuentra por la calle.
Y se casan en una ceremonia cerca del castillo de dónde vive esa pareja en Irlanda.
Eso sí, no todo es lo que parece.
Una comedia romántica, divertida, bien argumentada y elegante.

No le falta ni un solo ingrediente de las miles y miles de comedias románticas que campan por ahí, es decir, originalidad nula completamente.
Lo que más nos hacía partirnos de risa al verla mi amiga Violeta y yo, era la melodía del piano súper típico de las escenas de amor.
Trata de llevar una estructura parecida a las comedias románticas de Cary Grant que tanto gustaron en su época... ¡pero de eso hace ya 60 años, leñe!

Producto norteamericano, dirigido por Peter Howitt (responsable de “Johnny English” por ejemplo) que busca juntar a dos actores conocidos y envolverlos en una mezcla de comedia y película judicial al hablar de la relación de amor/odio que se establece entre dos abogados (Pierce Brosnan y Julianne Moore) que se dedican sobretodo a pleitos de parejas.

A pesar de la experiencia acumulada en este campo, no podrán evitar sentirse atraídos el uno al otro. Los resultados del film son bastante tibios. Por un lado no acaba de cuadrar la mezcla entre juicios y comedia no acaba de funcionar ya que apenas destila ironía ni cinismo.

Por otro lado, Brosnan y Moore podrían ser nombrados la pareja con más poca química del siglo (o incluso del milenio). Brosnan, le pone voluntad intentando huir de la imagen de James Bond que ha llevado durante los últimos años. Sin embargo Julianne Moore actúa con cierta desgana, dejándose llevar por una historia totalmente predecible, repetitiva e incluso aburrida.

Historia romántica predecible, insuslsa, mal ligada y con Julianne Moore haciendo de niña pija medio tonta.
El detalle de ella siempre comiendo gorrinadas...es...tan...tonto!!!
Dentro de lo que cabe no deja de ser entretenida, se agradece que sea corta.

Para algunas personas esta película quizás les pueda parecer un poco ñoña; para otros horrible, pero en mi opinión la peli merece ser vista sin prejuicios.
Todos aquellos que intenten encontrar una pizca de la ironía que emanaba de "La costilla de Adán", aquí no la van a encontrar. Aquí lo que encontramos es a una pareja de abogados en el que uno no pueder ver al otro. En un lado esta Audrey (Julianne Moore) mientras que su contricante masculino es Daniel (Pierce Brosnan). Sus batallas dialécticas en un divorcio y los acercamientos entre el uno y el otro, y sus contínuas disputas marcaran el devenir de la película.
Una comedia que quizás no tenga un gran guión y que a algunos pueda aburrir pero a fin de cuentas estamos ante una película de género romántico que lo que busca es entretener por encima de todo.

A mí la película no me ha disgustado. Es la típica comedia romántica, con algún que otro giro argumental con ciertos equívocos, y que en determinados momentos tiene su gracia. Por supuesto, es inofensiva, sin grandes alardes dramáticos, ni hecha para grandes interpretaciones.
Y es en los intérpretes donde falla algo el film. Primero, porque para mi gusto no acaba de haber química entre ellos. Ninguno de los dos, aunque hayan hecho más comedias, son precisamente expertos en esas lides. Quizá Pierce Brosnan esté más acertado en su papel; a ella no le acaba de encajar, aunque da la impresión de que se siente más a gusto según avanza la cinta.

Ciertamente divertida, atractiva, para pasar una tarde de sábado o de domingo. Su simplicida es la causa de su singularia y facilidad de entender conceptos como las diferentes forma del ejercicio del liderazgo, la teoria de la personalidad, las relaciones social, emociones, familia, leatad a principio y organización del trabajo así como su dirección. En ello se entremezcla el pracmatismos de la sociedad aglosajona en forma de cultura-dinero-poder. Todo amenizado con un excelente y pracmatico uso de las estructuras informales, es decir, esas cosas que se ven en la intimidad pero que nunca se vería en un juicio.