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190 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
6
Humo
Esta película no es lo que crees que es. Si ya la has visto, lo sabes. Si aún no la has visto, lo sabrás pronto.
No hay sofisticación narrativa, no hay montaje ligero, no hay diálogo ágil, no hay atmósfera absurda. El ritmo está ralentizado.
No tiene ni el peso ni el empaque de las líneas maestras del neo-noir - un género más que configurado en sus diversas variantes - pero basa toda su apuesta en una nueva vuelta de tuerca cuyo pilar es principalmente alegórico. Manierismo sobre manierismo.

La película es una enorme efigie de una sociedad en crisis, ambientada en una ciudad cualquiera de América, pero la esencia es extrapolable a cualquier parte. Es un retrato sórdido de un sistema decadente, cruel y patético, que convierte a todo el que no acepta el juego con perspectiva y frialdad en un individuo decadente, cruel y patético.
La distancia alcanzada entre la realidad y el púlpito se refleja en la disonancia entre la limpieza del discurso político – presente durante toda la película - y la suciedad de la calle. El subterfugio retórico como norma, inundando de forma explícita todo el metraje.
El tratamiento musical contribuye, con una ironía certera, a colorear el cuadro.

La historia es simple, reducida casi al terreno de la anécdota. Un armazón sobre el cual erigir la metáfora, una estructura narrativa secundaria. No importa demasiado si pillan a los dos desgraciados, ni quién lo hace. No importa si Gandolfini hace o no su trabajo, o si Pitt cierra el círculo. No importa el devenir, importa la foto fija.

No contribuye en nada a esta apreciación la promoción que se ha hecho de la película. Insinúa todo lo que arrebata. Vende precisamente aquello que pretende dinamitar.
La película puede llegar a derrumbarse porque lo que promete nunca termina de llegar. Un riesgo innecesario teniendo en cuenta que el planteamiento es suficientemente jugoso como para necesitar otros alicientes.
Un par de concesiones de Dominik sostienen la falsa promesa a la vez que le restan valor a una propuesta verdaderamente audaz. No se debe jugar a dos bandas.

Cúpulas del crimen corporativas e invisibles, mercados exprimidos y modestos, botines frugales. Representantes legales fuera de contexto. Yonquis persiguiendo el sueño americano y sicarios con problemas de alcoba y diván de primer orden - la elección de Gandolfini no es casual -.
Entre toda la manada se erige la imponente figura del hipnótico cabronazo pragmático al que le gusta matar suavemente y desde lejos. Como al sistema. Sin implicaciones, sin empatía.
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127 de 155 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Apaga la radio, Dominik.
El otro día quedé con un amigo, hacía mucho que no nos veíamos, así que salimos a tomar unas cañas. Nos las tomamos en la terraza del bar, dentro hacía mucho calor. La noche iba bien, nos estábamos poniendo al día, pero se nos colgó un tarado que no hacía más que hablar en nuestra dirección. Al final decidimos, entre mi amigo y yo, en dejarle hablar, que aquel tipo dijese eso que tenía tanto empeño en decirnos.

¿A qué no le importa una mierda esta historia? Pues es el mejor resumen que puedo hacer de la película. Déjenme que lo intente otra vez.
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116 de 169 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Jaranchealos Truancamente
Andrew Dominik es muy consciente del mensaje que quiere dejarnos. De que cuando pasen treinta años o sesenta hubo una época de nuestro tiempo marcada por la crisis que el propio director se encarga de reflejarnos todo el rato de forma casi directa. Que mientras dos pazguatos roban en una partida de póquer sin ser conscientes de que van a ser hombres muertos y el matón de Brad Pitt va ir tras ellos, la crisis estuvo ahí. Que tras la maraña de diálogos que hay, se esconde un telón de fondo bastante grande.

El film es en su esencia lo que he comentado, diálogos. Su trama pasa a ser secundaria, sin llegar a tener más importancia que las palabras que hablan. La puesta en escena de Gandolfini es impecable, pero su personaje acaba siendo desaprovechado, como si estuviera demasiado inflado de aire para al final soltar unas palabras que se las acaba llevando el viento. Una verborrea excesiva que concluye con Brad Pitt acaparando aún más los focos. Aún así, no desprecio ni un ápice el trabajo del neojerseyano, puesto que la dirección es la que no ha sabido aprovechar mejor al actor. Pitt da vida a Cogan, un asesino a sueldo que será contratado para acabar con los dos que robaron en la partida de póquer. Implacable interpretación de Pitt dando vida a un más que creíble asesino a sueldo con la frialdad necesaria para manejar el asunto que le han encomendado. Es destacable también ver la perspectiva que Cogan tiene sobre los negocios. Como, pese a ser un personaje aparentemente distante, llegamos a conocer a través de sus diálogos, escuchando algunas confesiones que pueden dejar al espectador con los pelos de punta. Brillante Brad Pitt sin duda. Y entre medio de todo “el tinglao” quiero mencionar a Ray Liotta y a Ben Mendelsohn. Ambos son destacables.

Otro de los aspectos que me han gustado, son los largos silencios que transcurren en el film (destacable la entrada y salida al edificio donde van a realizar el robo). Son silencios fríos, los cuales me han mantenido en tensión, expectante ante cualquier suceso inesperado.

Dominik, al igual que en su anterior film, logra realizar una buena película que quizás es algo espesa en cuanto a diálogos, lo que no quiere decir que no sean nada interesantes.
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57 de 86 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
La partida de póker
Frankie (Scoot McNairy) y Russell (Ben Mendelsohn) son dos delincuentes de poca monta comandados por Johnny Amato (Vincent Curatola), que se apuntan al robo de una importante partida de poker ilegal organizada por Markie Trattman (Ray Liotta). Como es de esperar, el grupo mafioso afectado por el asalto no se queda de brazos cruzados y encarga a Jackie Cogan (Brad Pitt), un peculiar asesino a sueldo con sorprendentes principios morales, encontrar y ajusticiar a todos aquellos que estén involucrados en el robo de la partida. Para cubrirse las espaldas y ser fiel a su intención de cumplir con sus trabajos manteniendo cierta distancia, Cogan hace llamar a un especialista, Mickey (James Gandolfini), pero la actitud mundana de éste le provoca la duda de si será capaz de hacer correctamente su sangriento trabajo.

Puede que su argumento destile un aroma convencional pero lo llamativo, lo que hace que “Mátalos suavemente” sea una cinta original y cargada de peculiaridades es, además de su plausible, rico y atrevido apartado técnico (inmensa fotografía, cargada de imágenes frías y desoladoras pero muy contundentes, bellas en definitiva), la forma de contarlo y cómo la dirección convierte a los personajes en lo más importante de este film, pues es la descripción de los mismos a través de nutridos, absorbentes y sosegados diálogos la que se erige como el principal motor de la película. Las palabras priman sobre la acción en “Killing Them Softly”, pero las escenas más movidas y violentas de la cinta son tan brillantes como sus diálogos.

“Mátalos suavemente” es también una película extraña, que posiblemente no pueda caer bien sobre todos los espectadores a menos de que vayan mentalizados de ver una pequeña rareza (insisto que por la forma en la que se cuentan las cosas, no por lo que se cuenta) por la que el tiempo no corre demasiado rápido y en la que lo más importante, por encima de la trama, es el despliegue de sus magníficos personajes y sus características particularidades técnicas (sonoras y visuales), convirtiéndose en otro interesante aporte al subgénero del cine mafioso. Lamentablemente, si hay algo que le falta a la película es más carne en el asador, contundencia en su argumento y mensaje: definitivamente, que te cuente algo más y mejor que a lo que se limita aquí.

En el reparto sólo encontramos buenas interpretaciones, gustando el siempre notable Brad Pitt como el escrupuloso y particular matón, y James Gandolfini como el sicario especialista en horas bajas, siendo la aparición de este último lo mejor, a mi parecer, que podremos encontrar en la película. Son sus diálogos los más interesantes y la actitud de su personaje, la más cautivadora. Curiosamente, no es el único miembro del reparto de “Los Soprano” el que aparece en escena, viéndose también a Vincent Curatola y Max Casella haciendo de las suyas. Muy buen papel de Ben Mendelsohn como el ladrón drogadicto, y correcto Scoot McNairy. El trabajo de Ray Liotta es bueno, pero los escasos minutos de los que disfruta convierten su papel en testimonial. También gusta Richard Jenkins como el “contacto”.

Son varios los temas musicales escogidos con muy buen gusto por la realización, pero me quedo con el “The man comes around” del extraordinario Johnny Cash que ya sonó en el trailer y que aquí vuelve para reproducirse casi al completo durante la primera escena de Brad Pitt.

En numerosos momentos del metraje podremos escuchar discursos de Barack Obama, que al principio casi podrían considerarse como una ciega idolatría de la dirección sobre el presidente norteamericano pero que según avanza el argumento se pueden interpretar como la ironía de unas palabras que siempre han sonado muy bien pero que acaban estampándose con la realidad. Estos diálogos también se transforman en una reflexión sobre la verdadera identidad o significado de los Estados Unidos.
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42 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Matándonos no tan suavemente...
Arrogante y pretenciosa. Me fascina como actores de tanta talla hayan accedido a interpretar esta película tan llena de diálogos que promenten pero que no llegan a nada, escenas que igualmente comienzan bien pero que terminan siendo manidas, excesivas y aburridas. Las interpretaciones son buenas, pero los personajes son tan planos y predecibles que ni siquiera podemos disfrutar de la calidad de los actores. Presume de violencia explícita y brutal, y ni siquiera ahí se redime.
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36 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
No es un país, es un negocio
La pauta agónica de 'KILLING THEM SOFTLY' ('MÁTALOS SUAVEMENTE') viene marcada desde los créditos de inicio y se acentúa de forma progresiva mediante recursos sonoros que hacen referencia al entorno negro y ensordecedor del paripé político-económico de los EE.UU.

El inicio de la nueva película del director y guionista neozelandés Andrew Dominik (responsable de las muy dignas 'Chopper'y 'The Assassination of Jesse James By The Coward Robert Ford') es demoledor gracias a unos buenos personajes y diálogos sabiamente envueltos en una atmósfera tan fría como magnética.

El equipo de producción cuida cada aspecto hasta el más mínimo detalle: desde la jerga de algunos personajes hasta todas y cada una de las localizaciones. Quizá esto último sea el mayor acierto de una película tan elegantemente sucia, embriagadora y perfecta que, si bien para unos significará un delirio de lo más satisfactorio, para otros solo será una molestia transitoria e incluso una excentricidad poética de efectos visuales innecesarios.

Pero por encima de cualquier afirmación sobrevuela (una vez más) Brad Pitt, un actor que sigue creciendo a un ritmo desorbitado y que gana enteros cada vez que se rodea de otros pesos pesados. Y cuidado porque en esta ocasión le acompaña la armada invencible: Richard Jenkins, Ray Liotta y James Gandolfini son palabras mayores.

Cada duelo dialéctico que Pitt mantiene con Jenkins es más redondo que el anterior, pero hay dos diálogos con el señor Gandolfini que permanecerán grabados en nuestra memoria. Si no quedaran tan lejos en el tiempo, los Oscar serían pan comido para ambos.

El tempo de acción es lento, pausado, calmado. El justo y necesario. Certero en definitiva. 'Killing them softly' propina una patada brutal e incontestable al comportamiento hipócrita de la sociedad norteamericana en general y de la mafia en particular.
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51 de 81 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Crimen y Castigo
"Mátalos Suavemente" es una excelente película que ha hecho que la espera de su estreno haya merecido la pena. En sus 104 minutos de duración podemos destacar momentos en los que se produce una gran tensión gracias a unos silencios que hacen que el espectador no pueda dejar de mirar la pantalla. Además, la película nos regala buenas dosis de violencia y diálogos realmente geniales. Muchos de esos diálogos suelen estar acompañados de un humor negro en el que destaca James Gandolfini. Pero especial atención merece la interpretación de Brad Pitt como Jackie Cogan. Este actor vuelve a demostrar que está entre los grandes del cine, junto a Pacino, De Niro...

Por otro lado, aunque sea demasiado pronto para decirlo, hay que reconocer que Andrew Dominik va por buen camino para conseguir estar entre los mejores. Hay que apostar por nuevos talentos como Paul Thomas Anderson, Daniel Monzón o el propio Dominik.

La película contiene algunas escenas cuya elegancia en sus planos serán difíciles de olvidar, como la primera ejecución de Brad Pitt. En definitiva, creo que presenciar esta obra es una de las mejores opciones para aquella gente que le guste el cine de crimen y mafia.
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34 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
Anestésica...
Como saben...yo no soy de estos que analizan el paisaje, la iluminación y todo eso. Respeto a los que opinan haciendo una teoría de cada cosa... pero yo soy "publico". Soy normal, de carne y hueso y soy una mente "media".

En fin, ya hecha mi introducción..... la película es una mierda. Lenta, aburrida y un argumento que no aporta nada nuevo. Todo para que al final se diga una frase pedorra que parece sacada del facebook?.

Si es verdad, hay una o dos escenas en camara lenta bien hechas... esta modita matrix de hace tiempo. Pero por esos 10 segundos no vale la pena el letargo.

HE VISTO COMO LA GENTE SE LEVANTABA Y SE IBA DEL CINE.... y no uno, dos o cinco... más!. Hacía tiempo que no veía algo así. No vale la pena ni esperar el DVD.
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47 de 81 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
¿Oro puro o farsa monumental?
Primero nos inmiscuyó en el periplo vital de uno de los mayores psicópatas que ha pululado por Australia, luego nos contó el relato sobre un muchacho que, en su afán por ser leyenda, mató a su propio tótem, y ahora llega para presentarnos un thriller contextualizado en plena crisis económica y enmarcado en el cambio que se produjo en Estados Unidos cuando, por primera vez en su historia, un afroamericano pasó a ser presidente. Parece que Andrew Dominik quiere seguir azuzando y, a juzgar por el soliloquio final del personaje de Brad Pitt, la cosa no va a quedar aquí. Es desde sus títulos de crédito, de hecho, cuando Dominik ya nos empieza a advertir de lo que encontraremos en Mátalos suavamente: los fotogramas en negro que coartan la continuidad tanto del yermo territorio en que nos sumerge como de su acompañamiento en forma de discurso electoral ya nos advierten que tras sus hechuras de thriller nos toparemos con un discurso convulso que refracta perfectamente con la historia que engarza el cineasta neozelandés; el de unos parias, unos perdedores sin oficio ni beneficio que no interesan a nadie y que están sumidos en un agujero del que parece que no les sacará ni la mayor de las suertes.

Es ahí donde entra precisamente el personaje de Brad Pitt como elemento disuasorio para ofrecer un claro mensaje a todos aquellos que quieran jugársela a sus “superiores” —entrecomillo para dar a entender la retórica que supone una palabra así en el contexto en que se nos sitúa, tanto de su superficie como de su fondo—, entroncando así con un contenido que invade la atmósfera mediante alocuciones que complementan un panorama, ese donde nos sitúa Dominik, tan desolador como sumergido en la más absoluta miseria. Una miseria que también se palpa en los andares de sus protagonistas —Frankie y Russell—, en sus cochambrosos harapos, en el impasible rostro grasiento… características éstas que definen a la perfección ese halo de penuria en el que la salida más tangible parece la que conduce a la perdición.

En contraposición, la definición del universo en el que se mueve Jackie Cogan (al que da vida Brad Pitt), da de frente con coches de lujo, amigos con vicios que se satisfacen en el hall de hoteles de lujo o en su habitación del mismo hotel donde malviven e, incluso, la posibilidad de tutear a quien le ha contratado y, si es menester, fumarse un cigarrillo en sus narices ante la negativa de éste. Todo ello, se ve reforzado por diálogos que extirpan la banalidad para caer en la descripción de personajes cuya necesidad parece ser mero capricho, y que pretenden delimitar las reglas del propio terreno en el que juegan, incluso viciándolas, aunque de ello dependa el pago de una cuantiosa suma. Nada parece, pues, suficiente para satisfacet el antojo más baladí y obtener así una respuesta, más que complaciente, alentadora.

En esos diálogos, donde más parece redundar Dominik, acierta sin embargo al describir un ambiente que en ocasiones se crispa hasta niveles insospechados y nos lleva a la crudeza de un universo al que complementan esas calles desoladas y la incesante presencia del sonido radiofónico que amplifica la percepción de un discurso en el que, como ya le sucediera en la portentosa El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford, redunda en exceso y al que termina recurriendo en demasía a juzgar por el tono de un thriller en el que está integrado a la perfección, pero en ocasiones parece pisotear el propio núcleo del relato en lugar de querer ejercer de apéndice. No obstante, con Mátalos suavemente consigue un film compacto, tan equilibrado como compensado que sabe explotar las virtudes de una historia tan mínima que incluso se podría calificar de suceso y en el que Dominik no rehuye ciertos momentos de lucimiento personal que quizá quedan más impostados que en su anterior trabajo —cuya excelsa planificación hacía olvidar cualquier ardid—, pero no deslucen un conjunto en el que Brad Pitt vuelve a estar magistral —ojo a la magnífica modulación de su timbre de voz— al lado de un cineasta que parece sacar lo mejor de los intérpretes con los que trabaja (no olvidemos la brutal interpretación de Eric Bana en Chooper, o el escalofriante papel de Casey Affleck en El asesinato de Jesse James…) y logra que su cine lata con fuerza y posea momentos tan prodigiosos como el ya mentado soliloquio final, que le deja a uno pegado en la butaca sin la total seguridad de que lo que ha acabado de ver es oro en estado puro o la farsa de un realizador que sabe imprimir todo lo que quiere y como quiere en pantalla con una potencia y envite inauditos.


Crítica para www.cinemaldito.com
@CineMaldito
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21 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Págame hijo puta
Otra oportunidad más para contemplar una excelente labor de ese pedazo de actor que es Brad Pitt. Incluso sólo oírle conversar con Richard Jenkins en el coche con esas insistentes y vacías noticias radiofónicas que se escuchan de fondo es de una tensión bárbara, entre divertida y curiosa. Richard Jeckins es otro grandísimo actor que cumple un papel misterioso, pieza clave de lo que nos quieren contar.

La música de lejanas décadas se suma a este plan que salta a consecuencia de un golpe en una timba y se alterna con continuas noticias actuales de la crisis. Una sarcástica e irónica comparación entre oír hablar de la ciudadanía por los presidentes de turno y mientras asistir al mundo de la mafia, la parte oculta de la realidad. Oyes de fondo los discursitos de Obama y demás gerifaltes alabando al pueblo y proclamando que hay que recuperar el poder adquisitivo para salir de la crisis y demás pamplinas del estilo, los discursos de siempre, vacíos e hipócritas, repetidos mil veces en bocas distintas, se escuchan como un rumor, un soniquete necesario que la gente acepta sin más, sabiendo que surgen inefablemente cada equis tiempo, el tiempo de las elecciones. Es el gran acierto de la película, un ambiente social de campaña política alejado totalmente de la realidad.

El personaje de Richard Jenkins tiene contacto con esas altas esferas, es un eslabón entre los dos mundos que te dice que los los capos del crimen también controlan su parcela política para un mejor manejo mafioso; hay que hacer dinero rápida y sustancialmente; ahí están, pero esos no hablan, no les gusta figurar. Todo es hipocresía y manipulación. A mí no me engañan, América no es un pueblo, es un negocio, y el presidente Jefferson fue un cabrón que decía unas cosas muy bonitas sobre la libertad mientras se tiraba a su criada negra. No sabemos, pero igual era así.

Decir que George V. Higgins, fue ayudante del fiscal y autor de novelas negras de gran éxito, como la que da pie a esta película y también la de El confidente (1973), película igual muy recomendable.

Una historia fácil de seguir el hilo y excelentemente ambientada, como se puede comprobar; mejor, imposible. En conclusión: Una gran película demoledora que una mayoría no querrá entender, con un gran acierto en los diálogos entre unos personajes espléndidamente retratados, auténticos, una película llena de matices con una violencia que se masca en el ambiente de continuo.
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17 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Película de culto
Ya en los créditos iniciales Andrew Dominik deja claro que no se trata de la típica producción hollywoodiense, más bien parece una presentación de una película de los setenta de autor muy “indi”, como si fuera un homenaje a Marguerite Duras, para adentrarnos en un clima digno de Kaurismäki, en una lluviosa ciudad que se nos asemeja a “Inquietudes”, de Alan Rudolph, y en clave introspectiva, donde la verdadera acción se centra en las historias y los diálogos de sus actores y no en los tiros que se puedan dar unos a otros, (donde la sombra de Peckinpah aparece), teniendo además como telón de fondo un omnipresente desencanto, soledad, desesperanza social con constantes mítines televisivos con Obama (como podía ser Rajoy por ejemplo o cualquier otro político en cualquier parte del mundo) con discursos archisabidos de antemano, crítica social, política y envuelta con claro distintivo de políticamente incorrecta.
Uff. Demasiado para que el “gran público” quede conforme al engullirla, aunque si bien es verdad que son demasiados elementos y que le ha faltado moldearlo todo más, pero tras su visión, es para darse con un canto en los dientes viendo el impersonal y mediocre resultado de la mayoría de las producciones al uso al que el “gran público” está acostumbrado. Preocupante ha sido la miopía de ciertos críticos al no haber sabido apreciarla y “ellos” sí tienen delito.
Brad Pitt, cada día mejor actor, demuestra que es un actor inteligente, coproduce un cine que sin él no vería jamás la luz, un cine que no le dará muchos millones, pero que le da prestigio y que un futuro se sentirá (y nos sentiremos) orgulloso de haberlo hecho y no haberse metido en producciones chiclosas y facilonas. Bravo por su estupendo “cásting” porque absolutamente nadie desentona en su notable nivel, coronado por un inmenso James Gandolfini. Si le nominan como actor secundario, que deberían por supuesto, ¿qué escena podrán poner en la noche de la gala de los Oscar si los “tacos” están prohibidos?
Tiene un buen guión comprometido y sin concesiones (y volvemos a una época rompedora pretarantínica (si se me permite el palabro para referirnos a Tarantino) en la que se rodaban thrillers amargos, como por ejemplo “El último testigo” de Pakula y que también nos puede recordar a la austeridad, aunque no la misma precisión del maestro J. Pierre Melville. Buena factura y una dirección nada lucida pero férrea y soterrada, de las que son casi inapreciables y nada agradecidas. Al menos para mí ha sido toda una sorpresa que da fuerzas y ánimos, espero, a quienes quieran seguir por esos caminos más dignos a la hora de filmar, aunque sea un thriller y otros prefieran los aburridos derroteros de siempre.
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16 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Aburrido y pretencioso thriller.
Nos encontramos ante la enésima cinta de robo a mafiosos y la orquestada venganza de éstos, de cómo contratan a un “investigador” para que solucione el asunto. De esta forma, contemplamos dos actitudes muy distintas, la de los ladrones que arrancan la historia, siendo torpes, nerviosos y sucios; los cuales completan sus planes de forma poco ortodoxa y sin que ellos mismos se lo crean. Luego está el personaje de Pitt, todo templanza, sociopatía, entereza y destreza. Cuando ambos estilos se junten parece que van a saltar chipas… Pero no es más que una cortina de humo, contemplando una retahíla de pretenciosos planos y diálogos interminables.

Nadie puede recriminar el esfuerzo de su director de remarcar cada secuencia con su estilo, adornando cada plano; pero esto es un arma de doble filo, puesto que lo sobrecarga en exceso, queriendo crear arte con cada plano y con cada diálogo, donde su intento de imitar a Quentin Tarantino con sus diálogos absorbentes se queda en un mero intento, encontrándonos ante un sin fin de diálogos sobrecargados y banales que consiguen cansar hasta al espectador más concentrado.

Nadie niega que la película posea momentos y escenas buenas, y es cierto que todos actúan de forma espléndida (incluso Ray Liotta consigue gesticular, algo que dudaba después de tanta operación de estiramiento que se ha hecho en la cara); pero, en su conjunto, carece de la fuerza suficiente como para conseguir la concentración plena del espectador; sin llegar a aportar nada nuevo o inolvidable al Cine.

Resulta irónico que las escenas de James Gandolfini (Los Soprano) con Brad Pitt sean tan poderosas como aburridas a la vez, lo primero porque nos encontramos ante dos actorazos enfrentados y dándose réplicas voraces; lo segundo, porque son los diálogos lo que fallan, no las actuaciones, contando historias el personaje de Gandolfini que llegan a aburrir y tampoco son necesarias para el hilo de la historia.

Lo más destacable del film son las actuaciones, todas muy correctas y destacables; remarcando la secuencia donde uno de los ladrones, Russell (interpretado por Ben Mendelsohn), está tan colocado que no se entera de nada de lo que está diciendo o le están preguntando.

En resumen, resulta sorprendente cómo una película que incluye la palabra “mátalos” en su título y que se centra en la caza y matanza de un grupo de delincuentes puede resultar en muchos momentos aburrida y sobrecargada.

Lo peor: La diálogos recargados y pretenciosos que hunden una cinta sin nada nuevo que aportar.

Lo mejor: Unas soberbias actuaciones de un reparto muy bien seleccionado, así como unas cuantas escenas dignas de mención… Y, ante todo, el discurso final de Pitt.

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14 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Políticamente incorrecta.
Sí, así la definiría totalmente, es una película políticamente incorrecta, por eso cae tan mal. O disfrutas del descaro de cómo te lo está contando o te parece una gilipollez. Hay una brutalidad formal de la narración que lo deja todo a la vista hasta del más torpe, aquí no hay sutilezas ni dobles lecturas.
Sobrevivir a la miseria, a la soledad, teniendo que convivir con un discurso político omnipresente, usar la música para verbalizar los acontecimientos, narrar a base de conversaciones donde se toma todo su tiempo. Porque podría perfectamente ser un cortometraje o mediometraje, pero el director se toma su tiempo, todo consiste en subrayar una y otra vez el mensaje que provoca, aparentemente, impotencia y cansancio al autor. Lo de la crisis es lo de menos, quizás lo de la crisis ponga más sensible a algunas personas, pero con o sin crisis al final es lo mismo. Personajes que intentan sobrevivir, desarrollan cierta astucia o estrategias del miedo. Miedo creado por las represalias de intentar dar vuelta la situación de perdedor por la vida, te tienes que morir de miedo porque siempre que intentes rebelarte terminarás muerto.
Un cuento sobre el individualismo, las patrañas y las estrategias, contado con descaro, contado desde la mirada de alguien que está harto de ver cómo va el espectador al cine y no se entera de nada de lo que le han contado en cientos de pelis, sí, esta película es políticamente incorrecta, sobretodo, porque trata al espectador de tonto y es increíble que, así y todo, no se enteren aún del discurso de la película. Es todo como una parodia en sí misma, una especie de expresión de frustración: "eh, tú, sí, tú, que estamos jodidamente solos", ahí está el problema de todo este sistema, estamos todos solos. Y va más allá del sistema capitalista, eso está claro.
Me agrada ver tanto descaro, y por eso le pongo un ocho.
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10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Mátalos suavemente, sí: De aburrimiento
Brad Pitt es un conocidísimo actor que toca todos los palos y tiene una carrera llena de grandes títulos ("Troya", "Seven") y otros que se pueden considerar bodrios como "El asesinato de Jesse James" o esta que nos ocupa.
Se trata de una película de cine negro de corte independiente en el que Pitt encarna a un asesino a sueldo sin escrúpulos, encargado de perseguir a unos ladrones que han reventado una timba de póquer organizada por Ray Liotta.
Los 90 minutos del film se eternizan a lo bestia en tanto que todo lo que pasa se podría contar en un cortometraje. Tenemos escenas alargadas, larguísimos diálogos en los que hablan mucho y dicen poco, y unos actores muy desaprovechados.
Se podría poner como ejemplo de lo que es una película en la que no se puede parar de mirar el reloj para ver cuando va a terminar.
Lo único que hacen es charlar y charlar (y no precisamente como en una de Tarantino), y la acción se condensa en unos pocos momentos.
Además, la música no pega ni con cola.
Totalmente no recomendable.
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11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Reflexiones intrascendentes en tiempos de crisis
Con las continuas subidas de precios además de la subida del IVA te encuentras con que disfrutar de una tarde de cine te puede dejar tieso literalmente, la entrada ya ronda los 8 pavos y si eres de los que te gusta disfrutar del espectáculo con unas palomitas y un refresco la suma puede alcanzar la nada despreciable cifra de 15 eurazos, y ya si posteriormente quieres tirar la casa por la ventana e incluir en la velada una cena y sin olvidar el (en mi caso) inevitable gasto de combustible del transporte, puede suponer un lujo forzosamente muy esporádico. Por lo tanto y viendo la presente cartelera, para cualquier buen cinéfilo lo mas sensato es ver "Mátalos suavemente" del Australiano Andrew Dominik, que ya apuntó maneras con "Chopper" o la estupenda "El asesinato de Jesse James...

Ahora bien, teniendo en cuenta el sablazo de la entrada no entiendo como hay gente que no se informa lo mas mínimo a la hora de entrar a una sala, luego te encuentras al terminar la proyección comentarios del tipo "Que poca acción", "Es muy lenta", "Hablan demasiado..., nada mas lejos de la realidad, la acción aunque dosificada resulta de una realeza apabullante y en algún momento de una belleza poética, el ritmo no decae en ningún momento gracias a una trama sencilla pero efectiva , los diálogos nunca resultan tediosos ya que son en todo momento inspirados e ingeniosos y tal vez, como he leído por ahí, con cierto toque Tarantinesco pero sin irse tanto por las ramas, además de un elenco de actores sublime.

Es decir, uno tiene los medios para saber si lo que pretende ver le va a satisfacer, otra cosa es que los utilice o que se la metan doblada, cosa bastante habitual pero este no es el caso. Esos espectadores insatisfechos hubieran disfrutado mucho mas si hubieran optado por poner un ejemplo por "Total Recall" si de no usar el cerebro se trata, en cambio otros espectadores saben que con la película citada saldrán algo indignados y con cierta impresión de que les han tomado por gilipollas, eso si, esto son meras suposiciones, yo no la he visto pero a estas alturas ya sabemos por dónde van los tiros ¿no?

En conclusión, las dificultades económicas y los desproporcionados costes de las entradas no impiden que la gente no tenga ni puta idea de lo que va a pagar por ver, quizás con ese mismo desconocimiento esas mismas personas se acercan a las urnas cada cuatro años y no saben porque ni a quien votan exactamente, lo cual termina derivando en una subida de impuestos que encarece las entradas, el que quiera entender que entienda. Cada vez es mas difícil acceder a la cultura, el placer de ir al cine cada vez se esta convirtiendo mas en un lujo, estamos convirtiendo este país en un refugio de catetos y analfabetos.
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10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Abúrrelos suavemente.
Una nota media bastante aceptable, ver que participaba Brad Pitt, el argumento a simple vista... Estas razones fueron las que me hicieron pensar antes de verla que merecería la pena, que estaría bien y que había que darle una oportunidad. Me equivoqué.
Ya desde que empieza parece que quiere coger el buen camino, de hecho lo parecía. Los primeros 10 minutos más o menos son aceptables pero a partir de ahí se acaba lo bueno. Una lentitud extrema que no lleva a nada, unas situaciones en pantalla que no nos interesan y unas conversaciones también lentas que no aportan nada. ¿Se podría haber hecho peor? La verdad es que no lo se pero Andrew Dominik, el director, se ha lucido. Al igual que el guionista de esta porquería.
La historia, a priori, parecía tener jugo para ofrecernos algo digno y bueno sobre lo que aquí se trata pero se ha quedado en un simple intento y puede que ni eso. Solo destacaría los primeros compases y tampoco es que sean algo bueno porque también son lentos y pesados, pero parece que empezaba bien. Eso es todo. Del resto solo puedo hablar y opinar hasta el minuto 45 aproximadamente que fue cuando no lo soportaba más y la apagué. Era tal el aburrimiento que tenía, tanta lentitud de película que opté por la opción más correcta y a otra cosa. No me gusta nada dejarlas a la mitad pero en casos extremos como este en el que no sucede nada y todo es aburrido no te deja más remedio.
Del apartado interpretativo tampoco es que pueda opinar mucho, al menos no en su conjunto completo ya que no la acabe de ver, pero tampoco es nada del otro mundo. Veo a un Brad Pitt que no pega demasiado en este tipo de géneros. O puede que sí pegue pero haciendo las cosas bien y no como aquí sucede. Vemos la presencia de Ray Liotta que también reconoceréis rápido pero todos los demás apenas se conocen y tampoco es que pongan demasiado esfuerzo. O tal vez no sepan hacerlo mejor, no lo se.
Y lo cierto es que pocas cosas se me ocurren para añadir a una película tan mala y tan lenta. Me sorprende muchísimo ver la nota media que posee una vez que pude comprobar el material de la cinta. ¿Qué le suben la nota por ser cine independiente? ¿Por salir Brad Pitt? ¿O por la temática que tocan? Ninguno de estos factores son válidos cuando miramos el conjunto final y ese resultado es lamentable se mire por donde se mire. No tiene nada de dinamismo y eso no se puede permitir. Conversaciones lentas y aburridas sumadas a unos actores que hacen lo que pueden pero que no es suficiente. ¿La culpa? No debe ser de nadie en particular sino de un conjunto de gente que parece que no ha hecho su trabajo empezando por el ¿guionista? y que nos envió lo primero que se les ocurrió. Un desastre.
En resumen ''Mátalos suavemente'' es todo título y Brad Pitt. No tiene más. De no ser por esto no tendría ni la mitad de la nota media que posee, eso os lo aseguro. No se la recomendaría a nadie a menos que os gusten las cintas lentas. ¡Qué digo lentas! ¡Lentísimas! Un aburrimiento total.

Lo mejor: Nada.
Lo peor: Todo en general. Historia principal sin chispa, diálogos lentos y aburridos, no tiene dinamismo ninguno y es muy aburrida.

* Mala *
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10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Matándolos suavemente, desde la distancia, sin sentimientos
Si lo que vas buscando es regalarte la vista con la presencia de Brad Pitt en pantalla, te equivocas de película. Si lo que quieres es disfrutar de un elenco de lujo, vuelves a equivocarte. “Mátalos suavemente” es más que todo eso. Es una película, podría decirse, de minorías, para aquellos que verdaderamente aman el cine, que disfrutan con cada detalle, con cada melodía, con el encuadre de la imagen, con el movimiento de la cámara… con el irresistible aire ochentero que desprende. Es una película, tal y como afirmó mi mayor alma gemela, para los que “disfrutan hasta viendo a Brad Pitt fumar”.

Es todo esto y más. Un ejercicio magistral sobre cómo la gran crisis afecta hasta a los más bajos fondos, esos que poseen su propio sistema económico, que sin embargo se ve irremediablemente arrastrado a adaptarse a los cambios.

Quién sabe, pero con “Mátalos suavemente” quizás podríamos estar ante una nueva oportunidad para que Brad Pitt por fin consiga el reconocimiento que merece. Rodeado de actores a los que sólo les hace falta un par de escenas para dejar claro quiénes son, su presencia se muestra enorme en pantalla, dando vida a uno de esos personajes que, por estética, por lo que transmite con sus palabras y con sus gestos, sin duda será recordado en un nuevo estilo de cine negro.
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9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
La decepción hecha película
Llevaba un tiempo queriendo ver esta película hasta que conseguí entradas para el preestreno y como buen fan de Brad Pitt y sus buenas críticas me esperaba una gran película de cine negro con mucha acción y a la altura de Snatch, Lock y Stock o al menos Crimen Organizado de Matthew Vaughn pero es que ni eso. La película empieza interesante con algunos puntos divertidos de humor negro pero que a lo largo de la cinta el señor Gandolfini se da a la buena vida y no hace más que soltar tacos sin sentido, algunos con gracia pero la mayoría sobrantes y frases sobrantes y a Brad Pitt matando sin motivo ni razón y no precisamente Suavemente. La película es un sin sentido que aunque a ratos se hace corta, hay que reconocer que como película de acción no cumple, y como película de cine negro tampoco, a ver si se van a creer que por darle 50 leches al pobre de Ray Liotta que no muestra puntos interpretativos coherentes porque lo único que hace es recibir leches de las buenas y echar la pota, va a ser una gran interpretación en la cinta. Y sinceramente el título engaña completamente, de suavemente nada, si es suavemente se supone que son torturas o muertes lentas pero de eso nada, aquí el Brad Pitt y su escopeta hacen una delicia visual en una sola parte decente de la cinta junto a la escena del restaurante con la conversación de Gandolfini y Pitt acerca del alcohol, y me refiero al primer asesinato de Brad Pitt a uno de los actores que lo único que recibe son leches, ya lo he dejado claro. Si os creeis que por ver a Brad Pitt con escopeta en mano en el cartel os vais a divertir viendo acción, olvidaos porque la película es una sucesión de dialogos sin sentido aunque en algunos casos divertidos pero llenos de palabrotas y dialogos sexualmente explícitos. No aporta nada nuevo al género y al final de los 90 minutos de duración te quedas pensando ¿Y esta es la película?¿Ya está?¿Eso es todo?¿Tanto para nada?. En fín, lo único que se salva de la peli es lo que ya he citado, la interpretación de Brad Pitt, el momento en el restaurante, algunas frases buenas de Gandolfini y el primer asesinato de Pitt. Decepción total.
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19 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Pan con pan y cómetelo suavemente.
Dominik se lo toma con calma, y esta le da sus frutos. Chopper, El asesinato de Jesse James y Mátalos suavemente en un período de 12 años. No esta mal. No lo está porque parece que el joven director vaya logrando una estética propia y personal en sus trabajos. Pero alguien debe de haberle regalado una batidora al bueno de Andrew y este sin leer las instrucciones haya empezado a enchufar sin calzador un poquito de saber estar de Pitt, algo de cordura de Jenkins, la gracia de Toni, digo Gandolfini, la pose de Liotta, la cara bien sudada y demacrada de Mandelsohn, unos diálogos bien cebados inútilmente y todo bien mezcladito y revuelto como si de un puré se tratara.

Al servirlo al plato, emplatarlo diria Andrew, en vez de un puré nos encontramos una salsa pastosa y poco digerible a la que llamarán "Killing Them Softly". Así que no. Lo siento pero no.
Esto no puede dejar de ser una estafa sólo por el mero hecho de que Dominik escoja bien su reparto musical, su elenco de actores y su estética en la ya "violencia made in Dominik", muy brillante por cierto.

Pan con pan y cometelo suavemente.

Porque si uno tiene la sensación de que la película ya justo va empezar cuando aparece el fundido a negro y llegan los créditos, significa que ese uno se queda con cara de idiota.

Era eso lo que querías Andrew?
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11 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
palillo, mondadientes
No me gustó, me pareció pedante, demorada, insistente, esteticista con tanto rallenti sangrante, sádica y a la vez aburrida, monótona en su ecuación charla demorada/violencia explícita. Ya sabemos que Brad Pitt es buen actor, pero él no se convence todavía, a casi 50 años, y elige, sigue eligiendo, estos filmes en los que pone cara de nada, se mete un palillo entre los dientes y musita tonteras. Las escenas de Gandolfini parecen sacadas de un filme de Bergman mal hecho, con esos lentes lujosísimos y, como él mismo dice, con el culo medio roto por tanta cárcel. Como la película. Nunca aprenderán de Sidney Lumet, una pena. Fuimos varios al cine, que estaba vacío, menos mal, y salimos todos con la misma carcajada. Y con la sensación de haber perdido minutos valiosos de vida.
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9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
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