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95 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
7
Las buenas maneras de Tom McCarthy
Hace 5 años el actor Tom McCarthy saltaba a la realización con "The station agent" un film que ya en su día llamó la atención en Sundance, San Sebastian, etc. Una película aquella en la que ya dejaba claro una patente de sobriedad y emoción, un término medio notable para el encuentro entre cinéfilos duros de roer y un público menos dado a la introspección en las salas. Con su segundo largometraje "The Visitor" McCarthy da un paso más, sube otro peldaño en ese estilo, arriesgando por ello, aunque tal vez no en los términos a los que estamos acostumbrados a referirnos por riesgo en el cine, ligado habitualmente a un enfoque de experimentación o vanguardias a contracorriente. Por eso en tiempos de aparente e indestructible divorcio constante entre públicos sorprende empresas como ésta, películas que trascienden por su emoción y por sus cualidades argumentales, interpretativas y de dirección por centrarnos en las más evidentes. McCarthy además, no hay que olvidarlo, es guionista de sus películas, dirige sus historias enfatizando más la relación de interés sobre sus caracteres y las formas finales de la película. Y en el terreno propio que me concierne me redescubre a dos actores de esos que te suenan pero que tal vez no hayan tenido toda la repercusión o relevancia de la que tras verles aquí deberían merecer. Richard Jenkins, un señor de 60 años al que apenas reconocemos de productos de los Farrelly o los Coen y que probablmente esté ante el papel de su vida. Y a Hiam Abbass una actriz israelí a la que hemos visto en peliculas de Gitai, en "Munich" de Spielberg o en "Los limoneros" y que otorga a su personaje de madre coraje una humanidad portentosa. "The Visitor" es una clara recomendación para distribuidoras que tengan a bien traer ejemplos de buen cine a España.
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74 de 80 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
El Sonido del Corazon
Estamos ante una película sencilla, sin adornos ni aderezos. Thomas McCarthy escribe y dirige una película sensible y transparente, que cuenta con un guión muy sincero y bien construido que aborda temas como el amor y la amistad y sirve como denuncia a un serio problema en el Sistema Jurídico en cuanto a las injustas leyes que rige a la comunidad indocumentada en norte America. El elenco es de admirar, todas las actuaciones son relevantes tanto del magnifico Richard Jenkins que tras haber sido olvidado por la academia el año pasado, este año conseguirá su primera nominación al Oscar, aborda su papel a la perfección, me recordó bastante a Tommy Lee Jones en “In The Valley of Elah”, Haaz Sleiman, Danai Jekesai Gurira y sobre todo Hiam Abbass simplemente fantásticos.


Lo aun mas impresionante de The Visitor es que cuando aborda el tema y piensas que ya todo esta dicho, te deslumbra y cautiva aun mas hasta llegar a un apogeo memorable, el final algunos lo pueden catalogar como sencillo e injusto, pero que mas injusto y sencillo que la vida misma, que es el tema principal de este delicado film. Me encantan las películas naturales y sinceras, The Visitor en una película 100% de autor, que conmueve, deslumbra y entristece. Sin lugar a dudas una película muy sensible y notable.
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52 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Al compas del djembé
Hermosa película sobre el desarraigo y la búsqueda de un lugar en el mundo. Tarek el chico sirio y su novia senegalesa, buscando un buen sitio para vivir y hacer música. Walter, el viejo profesor viudo y sin motivaciones para ejercer, sin familia cercana, que de pronto encuentra la pasión en el djembé y en esa nueva familia postiza a la que conoce por accidente y luego adopta. Una historia enternecedora de Thomas McCarty que vuelve a destacarse con una artesanía llena de humanidad, tal como lo hizo con The Station Agent.
Párrafo aparte para Richard Jenkins: no tenía idea de quién era, hasta que me emocionó en una escenita muy lograda con Jeniffer Aniston en el final de una comedia menor como "Dicen por ahí". Y tiempo después, lo veo protagonizando este film con una maestría digna del mayor reconocimiento. Un capo Richard..
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32 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
La antítesis de Walter Kowalski
Reconozco que soy un tipo bastante duro de mollera. Tal vez por ello me gusta que me pongan ejemplos cuando me explican algo. Y cuando digo ejemplos me refiero a símiles, analogías, metáforas, paralelismos... qué más da. Considero que este procedimiento constituye un recurso muy eficaz para dilucidar conceptos cuya complejidad o abstracción conllevan considerables problemas de argumentación oral o escrita.

Sé de sobras, no obstante, que “The visitor” no es una peli especialmente abstrusa pero permitidme, de todas formas, que utilice este mismo método para intentar describir las sensaciones que me han suscitado tanto el trabajo de McCarthy como su protagonista principal, Walter Vale (Richard Jenkins). Y es que mientras estaba viendo “The visitor”, no pude evitar que un buen número de coincidencias y antagonismos respecto a “Gran Torino” y a Walter Kowalski (Clint Eastwood) se me pasaran por la cabeza.

Empezaré por las similitudes. “The visitor” y “Gran Torino” son dos producciones modestas y personales protagonizadas por dos hombres maduros, viudos y solitarios: Walter Vale y Walter Kowalski. Dos misántropos con una vida aparentemente estable y rutinaria que, sin comerlo ni beberlo, se verán inmersos en un conflicto -digámosle- migratorio. El desarrollo de los acontecimientos cambiará sustancialmente su particular perspectiva y ambos acabarán comprometiéndose con una causa por la que jamás hubieran apostado.

Hasta este punto los parecidos son más que razonables. La antinomia a la que aludo en el título de esta crítica hace referencia, sin embargo, al contrapuesto pálpito vital de sus personajes principales y de los dos films en general. Así pues, mientras Vale se nos muestra como un hombre educado y comedido, Kowalski es todo lo contrario: huraño, brusco, vehemente... Un tipo que se viste por los pies y que no dudará en inmolarse con tal de conseguir su objetivo. Algo parecido ocurre con el flujo narrativo de ambas pelis. “The visitor” es lánguida y conmovedora, espartana incluso; “Gran Torino”, en cambio, constata prestaciones dramáticas y reflexivas -a mi juicio- mucho más contundentes.

En resumidas cuentas: aunque las comparaciones son odiosas, lo tengo claro. “The visitor” es un buen ejercicio (atención a la última secuencia: soberbia), pero yo me quedo con “Gran Torino”. Y con Clint, por supuesto.
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35 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Tres tiempos
Walter Vale, un profesor universitario de Connecticut que viaja a Nueva York, se ve envuelto en la vida de una joven pareja inmigrante que descubre viviendo en su apartamento de Manhattan, un piso que apenas visita. Tarek, un músico sirio, y Zainab, su novia senegalesa, viven allí porque alguien les ha alquilado el apartamento, haciéndose pasar por el dueño.
The Visitor ha resultado ser toda una sorpresa para mí. Pocas veces he disfrutado tanto de una película de la que, curiosamente, no tenía ninguna información. Ni argumento, ni director, ni actores, ni premios ni nada. Una decisión espontánea, que desde los primeros fotogramas, las primeras notas de piano, me ha cautivado. No habría diferencias de haber sabido que el director es Thomas McCarthy, que ya hizo la pequeña joyita de "Vías cruzadas", que Richard Jenkins estuvo nominado al Oscar, que ha ganado el premio Independent Spirit Awards al mejor director... pero no habría tenido tanto encanto.
El verdadero mérito de The Visitor es tejer una historia profundamente humana de un argumento bastante tópico: el problema de la inmigración ilegal. Precisamente por no caer en la reivindicación política y social, Thomas McCarthy se centra en los personajes y poco a poco, deja que los vayamos conociendo, que les tomemos simpatía, que nos emocionemos con sus historias. Quizá la bandera de cine independiente le pese demasiado, pero no me importa.
Richard Jenkins compone con verdadero corazón un personaje estupendo: un profesor gris del que poco a poco vamos sabiendo cosas; su poca valía para el piano, una soledad que no siempre ha sido así, su hastío por la vida, y un buen corazón. Walter Vale encuentra en Tarek y Zainab la oportunidad para despertar, aun cuando parece fuera de lugar. Una relación en tres tiempos, como el ritmo del tambor. Me encanta el detalle de la música, de lo extravagante que resulta ver a un hombre blanco, maduro, tan típicamente americano, dejándose llevar en un mundo, una cultura, una etnia, totalmente opuesta.
“Muchas de las elecciones que llevan nuestra vida por un camino completamente diferentes son arbitrarias. Creo que ahí reside la magia de la vida, ¿no? Esto nos hace darnos cuenta de que, por mucho que pensemos que tenemos el control sobre nuestra suerte y nuestro destino, estamos equivocados". Exactamente.
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24 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
La amistad es algo genial.
El argumento de “The Visitor” se desarrolla en torno a Walter (Richard Jenkins), un destacado profesor universitario, autor de libros, académico, viudo y solitario, con una posición económica estable, quien regresa – después de haber estado viviendo un buen tiempo en Connecticut – a su departamento en Nueva York, lugar que se encuentra ocupado por una pareja de inmigrantes musulmanes; Tarek (Haaz Sleiman), árabe sirio, y Zainab (Danai Gurira), negra senegalesa; con quienes, como consecuencia de esta eventualidad, establecerá un interesante lazo emocional e iniciará una inolvidable y devastadora jornada de auto-descubrimiento impulsada por la solidaridad que emana de él, principalmente luego de que, debido a un malentendido en el metro, Tarek es arrestado por las autoridades de migración y amenazado con la deportación.

Lo bueno del realizador Thomas McCarthy es que, aunque mucho de lo que sucede en “The Visitor” puede ser tópico, su atención a ciertos detalles consigue que varias de sus escenas se encuentren dotadas de humanidad, ternura y poder emocional, de manera que bien vale la pena verla. Además, la historia está diseñada de un modo que resulta difícil no simpatizar con al menos alguno de sus distintos matices.

Mención aparte merecen las excelentes interpretaciones de varios miembros del reparto. En primer lugar se encuentra, por supuesto, el sobrio y solvente Richard Jenkins – actor que en el año 2005 se robó cada escena en la que aparecía, como el padre de Charlize Theron, en el drama “North Country” – quien personifica con naturalidad, realismo, gusto y sensibilidad a un hombre experimentando el vacío de una vida sin alicientes que súbitamente se encuentra comprometido con una causa motivada por la amistad y el inherente sentido de la justicia. También se destaca la actriz Hiam Abbass, dando vida a la madre de Tarek… ella representa incisivamente a una mujer árabe fuerte, fascinante y determinada que con facilidad supera el estereotipo que pesa sobre su etnia para obsequiarnos el bello retrato de una mujer formidable y fácil de amar. Haaz Sleiman y Danai Gurira están bastante bien en sus respectivos roles pero jamás llegan a igualar a Jenkins ni a Abbass.

En conclusión, considero que “The Visitor” no ha sido hecha para cambiar el curso de la historia del cine y, en vez de eso, creo que cumple eficientemente con su propósito de adentrarnos a una problemática real y actual aludiendo a aspectos positivos de la naturaleza humana y encontrando su punto fuerte en las exquisitas interpretaciones de un par de actores – Jenkins y Abbass – extraordinarios e inmejorables.
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23 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Gratitud y deuda
Gozas de una posición acomodada, que no necesariamente satisfactoria, en tu trabajo. No sabes cómo, tu profesión constituye un importante eje de tu existencia. ¿Por el dinero? Sí, aunque nos gusta pensar que hay algo más (reconocimiento, prestigio, crecimiento, autonomía...)

Imagina que debes faltar un día. Habrá que tener una razón para el jefe, o para el cliente (si uno es el amo), o para el socio…

Imagina que decides faltar un mes. Ahora la inquietud cambia, ya no se trata de cómo lo justificas ante los demás, ahora pasa algo más grave ¿cómo lo haces ante ti? ¿Qué es eso tan importante que te hace dejarlo, te hace confinar tu rutina profesional a la más baja de las prioridades? Sin duda algo vital que hacía tiempo teníamos muy abandonado…

En esta película he aprendido que la música clásica tiene cuatro tiempos, mientras que los ritmos africanos sólo tres. Que para tocar el djembe (el tam tam de toda la vida), hay que arrojar fuera los pensamientos y dejarse llevar por el ritmo, sólo sentir… ¡qué cosa tan difícil hoy en día!


Pues bien, vayamos a por el primer tiempo: los tambores y la vida dulce.

Walter Vale es un profesor universitario que intenta tocar el piano mediante reglas, las que sean. Así también lleva su trabajo, inflexible frente a los problemas personales de uno de sus alumnos y de una colega con quien comparte un artículo.

Tarek es un músico sirio que toca el djembe y que lleva su vida según la hora árabe. Primando la alegría del momento sobre la planificación y rigidez de las normas.

Se cruzan sus vidas y, sin embargo, no hay choque, sino una deliciosa permeabilidad inesperada que permite que fluya la generosidad de ambos. El profesor descubre un sutil, pero poderoso, nuevo impulso vital en el tambor.


Segundo tiempo: la cárcel y la vida amarga.

Asistimos a una conferencia sobre el efecto de la globalización en países en desarrollo y a la detención arbitraria de Tarek, que posteriormente es enviado a inmigración por no disponer de los debidos papeles. Aparece el desconcierto, la lucha, la rabia, las lágrimas, el abogado, la impotencia, la frialdad de los carceleros…

Tercer tiempo: la madre y la vida agridulce.

Como joven alegre que es Tarek, nos encontramos con la aparición de una madre atenta, cariñosa y preocupada. El contraste entre ella y el profesor se pone de manifiesto en la manera de afrontar la detención del joven, pero nuevamente sin fisuras, en armonía, de una forma encantadoramente amable… lo único hostil en este cruce de vidas es el entorno.


Ninguna sorpresa, ninguna trampa, el natural transcurrir de los hechos previsible, pero con la fuerza emotiva de unos personajes que nos hacen sentir bien, que nos hacen sentir mal, que nos hacen sentir. Una película para degustar con sutileza, no demasiado recomendada para quienes buscan emociones fuertes, pero sí para quienes escojan emociones profundas más que intensas, de las que requieren algún bagaje en nuestra maleta existencial…
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17 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Gran película
Acabo de ver este filme y me ha dejado gratamente sorprendido. Richard Jenkins borda el papel de profesor aburguesado con «tenure» atraído por los ritmos bantúes. Película indudablemente de autor y con una gran dirección de actores, que pone de manifiesto la a veces irracional actuación del Departamento de Inmigración norteamericano (INS). Y como telón de fondo una historia de amor muy bien tratada.
De lo mejorcito de este año.
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20 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
ESTA PELÍCULA NO PARECE ESTADOUNIDENSE
Parece europea porque no tiene los defectos y vicios típicos de las películas de chorrilandia, es decir de Estados Unidos.
-1 No tiene en absoluto un final feliz forzado.
-2 No tiene un ritmo frenético, al contrario es pausado lo que te permite reflexionar y contemplar tranquilamente las imágenes.
-3 No es moralista. Ni tiene malos malísimos ni buenos buenísimos.
-4 No es artificiosa en ningún momento. Al contrario es de una preciosa sencillez.
-5 No hay malos de otras etnias, siempre sucede en chorrilandia.
-6 Nunca es sensiblera.
La hitoria contiene un gran humanismo y mucha ternura.
Muy emotiva. Una maravilla. Y el actor protagonista Richard Jenkins está increible.
Casi perfecta.
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17 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Bellísimo trabajo
La acabo de ver y tengo que decir que me ha gustado muchísimo. El como McCarthy nos cuenta la historia de un solitario amargado con su vida cuando por cuestiones de trabajo va a la ciudad y se encuentra en su apartamento a unos inmigrantes, es fabuloso. Una historia bellísima, sencilla, pero que pone sobre la mesa cuestiones muy importantes sobre inmigración, derechos y libertades.

Para mi y desde ya, una película imprescindible.
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11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
La sencillez por bandera.
Después de dirigir su primera película, la encantadora Vías Cruzadas, ahora, cinco años después llega la segunda historia de Thomas McCarthy. Una película en la que el director se mantiene fiel a los mismos principios que en su primera película.
The Visitor es una sencilla historia que conlleva sentimientos bastante más complejos. Richard Jenkins interpreta a un profesor viudo, con una vida bastante gris y sin ilusiones. Cuando circunstancialmente tenga que pasar unos días en su apartamento de Nueva York su vida adquirirá un nuevo sentido. Allí se encontrará con que una pareja de inmigrantes se ha instalado en su apartamento. Lo que debía haber sido un simple e incómodo encontronazo se convierte en un nuevo aliciente para recuperar la ilusión perdida, y las ganas de volver a disfrutar de la vida.
The Visitor está dirigida por Thomas McCarthy con una sencillez que casi raya la simpleza, pero que nunca cae en ella debido a que la historia que tiene entre manos resulta cercana y profundamente reconfortante. Cuando las cosas se complican para la pareja de okupas, el protagonista reacciona de forma tan admirable como desinteresada, y es ahí donde entra en escena un cuarto personaje, la madre del chico árabe, que eleva la película muy por encima del correcto nivel que mantenía hasta entonces. Es la relación que se establece entre el profesor y esta mujer, el eje sobre el que finalmente se sustenta toda la historia. Una relación entrañable y emotiva que sirve para sacar todo lo que de bueno tiene el ser humano.
Richard Jenkins está sobrio, pero derrochando humanidad por los cuatro costados, mientras que la actriz israelí Hiam Abbass enamora a la cámara con su serena presencia. También merece destacarse la frescura de la joven pareja, especialmente él, Haaz Sleiman.
Con ingredientes tan notables es una pena que el director no tenga la ambición necesaria para que The Visitor sea una gran película, y se limite a ser una espléndida película menor. Lo que tampoco está nada mal.
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8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
TODAVIA QUEDA GENTE BUENA
A destacar el gran trabajo de todos los actores, sobretodo el de Richard Jenkins ( lo conocía y admiraba desde "A dos metros bajo tierra" ). También la madre del chico protagonista ( "Los limoneros" ). Ambos derrochan una elegancia, serenidad, educación, a pesar de lo difíciles y tristes que puedan ser sus vidas. Vemos la otra cara de la moneda del 11 S. Los inmigrantes ilegales también pueden ser víctimas, dentro de toda esa vorágine de extrema seguridad, burocracia, leyes mal hechas y cárceles encubiertas. Los protagonistas de esta película son cultos, educados, refinados, con inquietudes culturales, la música siempre está presente. Y ese hombre que al principio parecía tan inflexible, intolerante y gris se convierte en uno de los personajes más bondadosos y entrañables del cine. Sin duda, se trata de una película muy agradable de ver, sin insultos, sin crímenes. Solo gente buena que no encuentra o ha perdido su camino e intenta encontrarlo.
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8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
La inmigración como pretexto, la honestidad como enseñanza
Ante todo resaltar la contenida interpretación que Richard Jenkins efectúa de un hombre maduro, viudo, profesor y conferenciante. Abocado a una existencia monótona y anodina, su vida dará un giro emocional a partir de la fortuita relación con una joven pareja de inmigrantes ilegales de Siria y Senegal.
El protagonista se embarca en una nueva experiencia vital, desinhibiéndose paulatinamente a golpe de tambor; el ritmo narrativo se desliza suavemente a lo largo de los acontecimientos. La detención del joven provoca un giro inesperado en el desarrollo argumental y entonces las emociones comienzan a fluir, sin excesos sensibilizadores, de manera nítida, nada de fanfarrias musicales, para eso llega con los timbales y un poco de música clásica.
La aparición de la madre del joven supone un avance más en la transformación del protagonista, representa el estímulo hormonal tantos años dormido y el compromiso íntimo y altruista para con ellos se hace más férreo, consiguiendo momentos de lánguido dramatismo. La dirección carece de planos molestos, no añade más que lo justo, no hay rellenos inútiles.
Una película comprometida y sincera, sobre un hombre honesto y generoso; pequeña en pretensiones y grande en enseñanzas morales. La discriminación racial post-atentado queda patente y abierta al debate, pero también demuestra que existen personas de innegable honradez, como dice la madre siria en el aeropuerto: "eres guay". Encomiable Jenkins.
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6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Una evolución que involuciona.
Al comenzar la primera escena donde aparece una mujer entrada en años y el protagonista la recibe en la puerta, sin que sepas que relación le une, pensé: Menudo peliculón. Había una tensión que se palpaba entre ambos y que no sabías hacia donde les trasladaría.
Durante la siguiente media hora se perfila el personaje de un profesor que recibe una clase de piano, alejado de todo cuanto le rodea y desimplicado emocionalmente. A partir de ahí no hay nada más que genere interés...
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11 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
La solidaridad posible
Hemos disfrutado “The Visitors” de Thomas McCarthy, una sensible y emocionante película sobre la solidaridad humana hecha de una forma comedida e impecable argumentalmente hablando. El tema de la inmigración y la situación de zozobra de los ilegales en los países desarrollados es hoy uno de los temas fundamentales de la contemporaneidad. Los intercambios migratorios han sido tradicionalmente algo normales y hasta deseables, sólo que las consideraciones estrictamente nacionalistas, y hasta culturales y religiosas, han impuesto una serie de restricciones degradantes. La tan cacareada globalización tropieza todos los días con los procesos discriminatorios que se impone al libre intercambio y la circulación de los distintos grupos humanos. Si bien las regulaciones son válidas, éstas deben ser más flexibles y atendiendo de manera respetuosa los más elementales derechos que resguardan la dignidad humana. Por otro lado las actuaciones son convincentes y destaca abiertamente la de un desconsolado y “derrotado” Richard Jenkins. Es válido también destacar la condición “humana” y decente del “ilegal” que McCarthy desea mostrarnos; que si bien la necesidad de huir de realidades de oprobio a otras prósperas es legítima, eso no significa que todos sean unos delincuentes o terroristas.
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7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
EL PIANO Y EL DJEMBE
Walter (Richard Jenkins en un papel que fue nominado al Óscar) interpreta a un profesor universitario viudo, sin apenas personalidad, de ademán triste y que practica clases de piano inutilmente a su mediana edad con profesores que luego despide. Su existencia se basa en la monotonía de su trabajo, idas y vueltas a Nueva York, donde tiene un apartamento alquilado, para asistir a conferencias y seminarios cuando no imparte clases en Connecticut. Un día, a su llegada la gran ciudad, encuentra que su piso está ocupado por Tarek (Haaz Sleiman) y Zainab (Danai Jekesai Gurira) una jóven pareja de inmigrantes que lo reciben de modo hostil. Al comprender más tarde que los dos chicos han sido víctimas de una estafa, les invita a pasar unos días allí. La soledad del veterano decano se llenará enseguida cuando decide vender el piano cambiándolo por un djembe para pelegrinar con Tarek a Central Park y tocar una nueva música basada en el ritmo sin el pensamiento. La amistad entre los tres se consolidará hasta que un día, un incidente en el metro los precipitará hacia unos absurdos acontecimientos. Es allí cuando juega un rol importante la madre de Tarek, Mouna (Hiam Abbass).

El director de "The Station Agent" lanza una feroz crítica contra la política de inmigración de los EEUU con especial atención a la que llevó a cabo la Administración Bush. Lo que empieza como una comedia dramática con alguna concesión a la sonrisita pasa al drama de denuncia.

Lo Mejor: Richard Jenkins ¡Pero que buena persona es!
Lo Peor: que se estrene tan tarde
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6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Simple como la vida misma
Reconozco que me daba un poco de pereza ver esta peli a priori tan pequeña y con tan poca repercusión en los medios (más alla de la nominación de Jenkins). Pero me he encontrado con una peli que rezuma vitalidad. Esa historia de un hombre que ya no tiene nada y reencuentra la ilusión con esa pareja de jóvenes inmigrantes ilegales, me ha llegado. Trata el tema de la deportación como pocas pelis lo hacen, sin doble moral ni tonterias de esas. Te mantiene pegado a la butaca los 100 minutos que dura sin que te aburras ni un solo momento. Es una peli muy recomendable ahora que la cosecha que viene es bastante mala, ya que estos meses suelen ser infernales en cuanto a calidad.

Lo mejor: El guión y Richard Jenkins.
Lo peor: Que me temo que pasará desapercibida para el gran público.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
La belleza de la simplicidad
Aún no me queda claro por qué esta película comenzó a formar parte de mis favoritas ni por qué desde la primera vez que la vi me ha provocado la obligación de verla consecutiva e indefinidamente. Y es que es una película deliciosamente humana, elegante, sencilla, sin moños ni aderezantes, no tiene efectos especiales ni exagera la tragedia de los personajes (cosa que ya nos tiene hasta la madre a muchos de los que vemos cine dramático). Es decir, tenemos frente a nosotros un film hipersensible, que no acaramelado; sereno, que no lento (y además oportuno, pues te permite digerir su belleza lentamente); con una trama que te sorprende una y otra vez, incluso cuando crees que ya no puede volver a hacerlo; sus personajes son adorables y los terminas queriendo, te pones en sus pellejos y sufres lo que ellos.

Esta película es capaz de hacer sentir a quien creería que ya no siente, y de conmover hasta al más duro de una manera tan natural, que sorprende. Por mi parte, shapó para Richard Jenkins y para Thomas McCarthy, quienes seguramente nunca serán tan apreciados en este film como bien lo merecen.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
The Marcianitor
Algunas veces te pasa: no conectas con una película. No es que sea buena o mala, es que no conseguí "creérmela". Presentía que era una película que buscaba conmover y hacer reflexionar. Pero, nada. Intelectualmente, la encontré sin lógica, y, sentimentalmente, me dejó fría. Yo creo que la "culpa" es del protagonista. Yo pensaba que la historia iba sobre cómo evolucionaba un ser humano en relación con otras personas de diferentes culturas, razas y clases sociales; de cómo "abría" su mente y su corazón ante el contacto con otros semejantes, pero desconocidos, y cómo todo ello le enriquecía y le hacía una persona mejor y solidaria. Yo creo que ese era el mensaje, pero lo que cuenta la película no es la evolución de esa persona, porque eso no lo vemos en ningún momento. Ni siquiera lo imaginamos. Click, se enciende la luz y es un profesor que se niega a revisar un examen a un alumno, ni a escuchar sus explicaciones ni a prestarle una mínima atención. Click, se apaga la luz y ese mismo profesor acepta en su casa a unos extraños, les ayuda y se mimetiza con ellos de tal manera que se pone a tocar el bombo con el ardor de nuestro Manolo, se viste como ellos, canturrea la música afro en un Retiro Park o vende pendientes étnicos en el Rastro´s... Click y ya estaba yo con un ataque de escepticismo. No. El hombre era un soso. Un triste. Tan inexpresivo que parecía autista. Yo me sentía identificada con la negrita porque no podía fiarme de ese sangre-horchata que, de la noche a la mañana, llevaba el bombo en bandolera con la misma naturalidad con que media hora antes firmaba suspensos de muerte sin pestañear.

Dicen las críticas que la actuación del protagonista es magnífica... Bueno, sobria lo es y comedida y discreta y depurada... No sé todos esos adjetivos que muchas veces justifican una inexpresividad y una frialdad pétreas. Supongo que el actor hizo lo que pudo, porque el guión no daba para más. A mi me parece que ese objetivo de explicar la situación de los inmigrantes, la angustia de los que han tenido que abandonar su país para integrarse en una sociedad donde no se les conoce y muchas veces se les desprecia, o, incluso, se les teme; la fragilidad de la incertidumbre de una vida entre la ilusión y las frustraciones; la soledad y el aislamiento en medio de las muchedumbres... Y, además, el miedo a todo eso y el miedo a perderlo, también.

Es una situación tan dramática, tan trágica a veces, que los personajes de esta película me parecieron solo eso: personajes. Una historia para pasar el rato y para entretenernos. Nada más. Nada que ver con lo que vemos en los telediarios o en nuestra vida corriente: en el Rastro de verdad o en ese Metro auténtico donde, cuando le vieron tocando el djembé con ardor guerrero, las muchachas chinas se sonreían, la familia ecuatoriana se echó una cabezadita, el chico africano bostezó, y los dos rumanos le miraron... pero nadie le creyó. Click, el timbre de la parada, nos bajamos en la realidad, hora de trabajar...
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9 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Visitantes
Miedo me da que un director proge haga una película que hable sobre la inmigración. Miedo, como la interpretación de un Richard Jenkins con nominación al Oscar en el bolsillo. “The Visitor” desprende que Thomas McCarthy sigue en buena forma después de “Vías cruzadas (The Station Agent)”.

Walter Vale vive en una mentira: su mujer fallecida, su hijo en otro continente, repite durante veinte años una lección en la misma clase donde va a una conferencia de un libro que no le pertenece. Va una casa donde es un desconocido y esta vez está ocupada por unos extranjeros ilegales engañados que la han hecho suya. Pero “The Visitor” se formaliza rápidamente y a partir de ese punto como una película de denuncia o una película de ausencias. Denuncia porque critica la situación y el trato que sufren los inmigrantes ilegales que son tratados como criminales y una burocracia tan fría como injusta. Pero también McCarthy deja huecos de drama que rellenar: la ausencia de una mujer que ocupa la madre del detenido.

El lado de la inmigración siempre condena a los más progres a hacerse cargo de los mismos como método directo para finalizar una conversación: ‘que se metan en tu casa si tanto les quieres’. Para Walter Vale (Richard Jenkins) fue dicho y hecho, con necesitada catarsis incluida.
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6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
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