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85 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
8
La mirada cenital
La cinta contiene numerosas maravillas:

- Las tomas en picado, casi cenitales.
- El movimiento mágico de la cámara en la biblioteca, atestada de ángeles custodios.
- La presencia sobrecogedora de los espíritus celestes.
- El anciano contador de historias, Tusitala.
- La sonrisa de Bruno Ganz.

Y una de esas frases que perduran para siempre en la memoria: "Mirar desde arriba no es mirar. Hay que mirar a la altura de otros ojos."

Poco importan los pensamientos, excesivamente transcendentes y nada cotidianos, pasados por el filtro metafísico-espiritual de los ángeles escuchadores. El alma no se asoma a las palabras: es ese blanco y negro fascinante, es el tedio y la niebla.

Cada vez que pienso en suicidarme, creo sentir la mano de Damiel sobre mi hombro.
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117 de 139 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
HA BAJADO UN ÁNGEL
1) El parpadeo de un iris, un aleteo blanco, una sucesión de panorámicas y picados a vista de pájaro: los ángeles Cassiel y Damiel se llegan desde la Eternidad al gris cielo sobre un Berlín aún tajado por el Muro; un Berlín que bajo su mirada serena aparece con densos claroscuros y cosmopolitas geometrías expresionistas, neorrealistas montañas de escombros y descampados con circo ambulante.

2) Cassiel y Damiel escuchan el rumor bullicioso del mundo, flotan leves entre la muchedumbre que llena calles, autobuses, metro, torres de pisos. Mortales envueltos en el aura verbal de sus pensamientos, nubes de palabras de toda textura, un enjambre de microficciones urdido con bella escritura por Handke a partir de versificaciones de Rilke sobre la infancia (“Cuando el niño era niño quería que el arroyo fuera río, que el río fuera torrente y que este charco fuera el mar”), que regresan durante un periplo contemplador ejercido con mirada custodia y, sobre todo, oído compasivo.

(“Cuando el niño era niño no sabía que era niño, para él todo era divertido y las almas eran una”.)

En la Biblioteca se arraciman los ángeles, tutelando la lectura y la escritura humanas. El viejísimo ángel narrador mantiene vivos los mitos, hace que a través de su aliento fatigado el relato de la humanidad jamás cese.
Al descubrir en el circo a Marion, la trapecista que lucha contra la gravedad y apunta al cielo, Damiel siente nostalgia de la encarnación; del mundo humano coloreado, hecho de sensaciones, dolor y felicidad: un mundo con peso y sangre, donde refundar el amor, reeditar el del hombre y la mujer primeros.

(“Cuando el niño era niño se preguntaba: ¿Por qué yo soy yo y no tú?, ¿por qué estoy aquí y no allí?”.)

Otro ángel veterano, Peter Falk, renunció a sus alas para disfrutar pequeños placeres terrenales: fumar, beber café, frotarse las manos en invierno, dibujar a los humanos, dirigir películas sobre su negra Historia: sus holocaustos y destrucciones orgiásticas.

Contando ese rodaje (que inserta imágenes documentales de la guerra y el Berlín arrasado), Wenders encara su raíz alemana tras años inmerso en la cultura popular USA.

3) Un problema inherente a esta estética de roce y sobrevuelo: la mera suma de historias, sin pasar a multiplicar y potenciar, no alcanza a constituir el núcleo fuerte que necesita un relato, por mucho que se elimine la jerarquía figura-fondo.

4) Una escena maravillosa: sentados en un descapotable en venta, ambos ángeles repasan observaciones anotadas en sus cuadernos, los instantes humanos de fugaz iluminación, suspendido en destello el correr del tiempo, como en los haikus visuales de Ozu: la estela blanca de un avión desde un atasco, la foto perdida que aparece en un forro, el nacimiento del pelo en la nuca de la mujer que duerme a lado…

5) Wenders y Handke describen con bello artificio cómo los espíritus custodios nos rozan para rescatarnos del desánimo y la desesperación.

Ojalá, Wenders. Ojalá, Handke.

(7,5)
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74 de 79 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Inmensa película
No sé porqué me gusta tanto esta película. Es cierto que no es una película fácil, que se torna lenta en varias secuencias, que peca de pretenciosa en algunos momentos. Eso lo sé y no pienso discutirlo. Pero más allá de estos detalles, la película es un precioso canto a la vida, a la belleza oculta en los momentos cotidianos, a las multiples facetas de nuestra condición humana. "El cielo sobre Berlín" es compleja porqué la existencia es compleja, contradictoria, en ocasiones inexplicable. La película va más allá de maniqueísmos, de burdas simplificaciones y estereotipos. Es distinta, nos exige paciencia y mucha atención. Lo repito nuevamente, su visionado no es fácil, pero en ningún momento infructuoso.

Este filme ha recibido importantes reconocimientos. Se alzó con el premio al mejor director en Cannes y fue reseñada como una de las 100 mejores películas de la historia por la revista Time, reconocimiento compartido con clásicos como Casablanca, Ciudadano Kane y Tokio Monogatari. Lo anterior no significa mucho, los galardones no siempre son justos, pero en este caso puntual, han sido completamente adecuados y merecidos. Mi nombre es Nelson, muchas gracias por haber leído mi crítica
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57 de 67 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Sucedáneo de caviar
Después de ver "Paris, Texas" fue imposible no lanzarme de cabeza a ver una de las películas más aplaudidas de Wenders, pero tras ver "El cielo sobre Berlín" tendrá que pasar mucho tiempo para que sea capaz de darle una nueva oportunidad a este director.

La sobriedad, la simplicidad, la elegancia de Wenders en "Paris, Texas" se troca en "El cielo sobre Berlín" en pretensión y pedantería. Las buenas críticas y valoraciones a esta película se deben, no puedo dejar de creerlo así, a que esta película es de esas que hacen que el espectador se crea más inteligente de lo que es. Pero a mí, cuando Wenders me ofrecía todas esas frases de filosofía barata, una detrás de otra, no me invitaba precisamente a la reflexión, sino a aferrarme con desesperación a un refresco y a una bolsa de patatas. Quizá lo podría haber arreglado con una buena historia, pero la narratividad brilla por su ausencia.

Si esta película pretende dármelo ya todo cocinado, si no me deja jugar como espectador, si es un universo hermético, pobre a la par que rimbombante... ¿qué tiene para que la aplaudan tanto? Os han engañado con la mona vestida de seda.
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59 de 90 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
En Berlín sólo los poetas utilizan el metro, ¿no lo sabíais?
Pues si, amigos, todo el mundo sabe que si pudiéramos escuchar los pensamientos de la gente en el metro todos serían terriblemente transcendentales y poéticos. Es perfectamente creíble que si escucháramos los pensamientos de todo el mundo, cada uno de éstos nos definiría a esa persona en poco segundos. Vamos, que el que no sea poseído en cada momento de introspección por el espíritu de Goethe que tire la primera piedra.
Y si, lo sé, es cine, nadie espera que la gente piense y hable como lo hacemos las personas normales, es decir, torpe, desordenadamente y con cientos de banalidades interpoladas, pero creo que aquí el amigo Wenders se pasa tres pueblos.
Hace muchos años, cuando pensaba de forma soberbia que era un intelectual redomado, me fascinó esta película. Me pareció una obra de arte maravillosa. Hace poco estuve en Berlín y miraba con admiración cada calle, puente o monumento que recordaba haber visto en el film. Estando allí, en un ataque de melancolía, convencí a mis amigos a verla (ninguno la había visto). Ahora que soy mayor y aunque lleve gafas de pasta ya superé mi fase sibarita-elitista, pasé más de una hora absolutamente horrorizado hasta que descubrí que todos mis amigos sin excepción se habían dormido.
Es posiblemente una de las películas más pretenciosas y aburridas de la historia del cine. El ritmo carece de sentido en este delirio de más de dos horas de planos, secuencias y monólogos descomunalmente largos y tediosos y, ni que decir tiene, carentes del más mínimo atisbo de justificación narrativa.
En fin, no se la recomiendo a nadie excepto, quizá, a algún sociopata con impulsos homicidas que tenga acceso al domicilio de Wenders.
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35 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
"Las alas del deseo"...
Soy de los que creen que el cine alemán es el mejor del mundo..y no me cuesta decirlo. En ninguna otra parte del globo se hacen cintas que retraten de mejor forma épocas políticamente complicadas de la historia de las naciones.

Por todos es sabido que Alemania es un país con una historia política realmente impactante, sobre todo en el siglo XX. Las guerras mundiales y el posterior levantamiento del muro de Berlín han marcado a ese lugar del mundo en lo cultural, social y político. Y creo que la visión del cine alemán sobre esos acontecimientos es por decir lo mínimo objetiva y a la vez grandiosa, emocionante, realista y visualmente arrolladora.

"Las alas del deseo" (nombre en Chile) está dividida en dos partes claramente diferenciadas. La primera hora de película muestra emociones, sentimientos, ilusiones, frustraciones y sueños de ciudadanos que afectados por la época y las guerras están sumidos en una depresión y una angustia terrible. Casi al borde del suicidio colectivo. Todos estos pensamientos son presenciados o mejor dicho escuchados por ángeles que son invisibles a todos excepto a niños y personas con corazones débiles. La narración mezcla escenas reales de la guerra, muerte, maldad, y lo que hacen los personajes principales (los ángeles) es divagar, analizar y contar las experiencias que recogen a diario de la sociedad berlinesa. Pero a la vez preguntarse cómo sería sentir emociones. Es en este tramo de la historia donde la película alcanza su punto más alto, transmitiendo al espectador un sentimiento de nostalgia, de crear conciencia sobre la maldad del ser humano desde tiempos inmemoriales de la evolución, para llegar a lo que hoy somos, una raza deshumanizada y despojada de todo sentimiento benigno, capacidad de relacionarse, de prestar ayuda a los que lo necesitan y dejar de lado cosas tan importantes como el amor y la solidaridad. Hasta aquí la película va notable, pero...

La segunda parte de la cinta se sumerge en la materialización de uno de los ángeles hasta convertirse en mortal después de haber presenciado varios acontecimientos en especial los pensamientos de una trapecista que está llena de amor, pero no sabe a quién dárselo. El director nos muestra el "amor" como la salvación a los males, la cura a la enfermedad de la sociedad, y es en este punto donde creo la película se hunde. Donde francamente le sobran algunas escenas, algunos diálogos se repiten demasiado recalcando el mensaje que ya está claro, lo que provoca un cierto aburrimiento en el espectador.

Es la primera hora el reflejo del cine alemán que me gusta, así que promediando le doy nota 6, ya que como ejercicio psicológico más que sociológico, "Las alas del deseo" es una película admirable.
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30 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Poesía con Colombo
Lo que Wenders hace es, esencialmente, apología de la vida. La obra está repleta de poesía visual y verbal y los versos se presentan en forma de soliloquio. Pretende ser sincera y humilde pero como toda poesía uno la admira en función de lo que le aporte.
En este caso considero que la obra en contadas ocasiones logra alcanzar esencia alguna y en cambio le gusta demasiado vagar, divagar y, por desgracia, sentenciar. La mayor parte del tiempo se pierde como un tonto con una peonza. Despierta la curiosidad pero no llena, simplemente flota con poca consistencia.
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41 de 65 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Leyendo mis pensamientos
En la década de los ochenta el director alemán Wim Wenders realizó, sin duda, las obras más destacadas de su filmografía (Relámpago sobre el agua, El estado de las cosas, París, Texas, El cielo sobre Berlín) y algunas de las más interesantes de aquellos años. Sus películas se encontraron más de una vez en el palmarés de los festivales más importantes del mundo, sin ir mas lejos, con Cielo sobre Berlín obtuvo el premio al mejor director en Cannes.
Cielo sobre Berlín es un pretencioso acercamiento a la naturaleza del ser humano y a las preguntas sin respuesta que todos en algún momento nos hemos planteado y que nunca hemos podido contestar. Esas preguntas que conforme nos hacemos adultos nos dejamos de plantear.
En la película seguimos la no-vida de dos ángeles que, invisibles al ser humano, vagan por el Berlín de las dos alemanias intentado ayudar a las almas más desfavorecidas. Ambos ángeles se muestran muy distintos. Damiel (Bruno Ganz) simboliza la falta de sensaciones y experiencia y no se encuentra satisfecho con su condición eterna, mientras que Cassiel (Otto Sander) simboliza la seriedad y la soledad y acepta su eternidad.
Los angeles escuchan atentamente los pensamientos de las personas de su alrededor interesándose especialmente por alguna de ellas. Un anciano que reflexiona como narrador, una bella trapecista solitaria y un actor americano (Peter Falk conocido por encarnar al famoso detective Colombo) que rueda una película ambientada en la Alemania nazi son los más significativos entre las decenas de personajes que escuchan durante el metraje de la obra.
Entre los actores, que rayan todos a un buen nivel, cabria destacar el trabajo de Bruno Ganz que transmite con su mirada la soledad y el anhelo de sentimientos que tiene su personaje. Este actor ya había trabajado bajo las ordenes de Wenders en “El amigo americano”.
En el apartado técnico, Wenders y su director de fotografía utilizan de manera ingeniosa el cambio del blanco y negro al color para diferenciar los puntos de vista de los angeles y los humanos respectivamente, creando un ambiente de singular tristeza.
Tal vez el ritmo pausado y el tono susurrante hará que para algunos la película se convierta en un aburrimiento total, pero si se posee un poco de sensibilidad y nos encontramos predispuestos a dejarnos sumergir en esta atípica fábula nos servirá para meditar sobre los aspectos más "terrenales" de la vida.
Un dato curioso es que la película está dedicada por Wenders a tres nombres q él considera ex ángeles, Yasujiro, François y Andrei, tres nombres que unido a sus respectivos apellidos (Ozu, Truffaut y Tarkovsky) corresponden a tres directores fallecidos que paradójicamente con su obra se han convertido en inmortales.
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24 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
¿Ángeles en Berlín?
Película cadenciosa de Win Wenders, con imágenes realmente bellas a través de las cuales se radiografía una ciudad en transición como era Berlín en los años ochenta. La idea es francamente buena, la "presencia" de los ángeles es siempre sobrecogedora, pero el "drama" del ángel interpretado por Bruno Ganz, su enamoramiento y su deseo de convertirse en humano es muy poco sólido y algo ñoño, más bien hortera. La fotografía es impecable y muy sugerente, aunque el argumento, más allá de las presencias angelicales, va perdiendo fuelle según avanza la película.
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23 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
Madre mía de mi vida
Pedazo de rollo, amigos. No puedo decir más. He visto muchas películas lentas que me han emocionado pero ésto es tremendo. Bonitas imágenes de Berlín en blanco y negro adornada con una poesía barata que huele a una pedantería de alto standing. Insufrible. Leo las buenas críticas y me quedo de piedra. Como alternativa a documentales de la 2 o el tour de Francia para romperse el espinazo por la siesta, muy buena.
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39 de 64 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Un universo y su gente en él
Berlín, en su verano y a pie de calle, no te abraza con cariño; sus anchas avenidas, sus altos edificios de construcción moderna, fachadas de cristal y acero haciendo de exoesqueleto y sobre todo por su estructura sobre plano, irregular en plazas o sitios de encuentro, te menguan como hombre o te hacen más invisible. Y es esto mismo: es tan poco amable esta ciudad, que te hace invisible para los demás, pero, luego, contradictoriamente, no te permite escapar de tí mismo.


Hay mucho verde, entre monolitos inertes de cristal y acero; poco verde para lo que es Alemania. Berlín no es Alemania, ni los berlineses alemanes. El berlinés se queda aislado de lo que es un europeo, por el alemán que fue y dejó de ser por voluntad propia. El alemán es el hombre puro, artesanal, honesto e ingenuo, sencillo (“Cuando era un niño, pensaba como un niño…”), bisoño, sin malicia ni picaresca, sin retórica, sin envidia, de fácil olvidar los agravios a menos que se le recuerde; tan lógicos y a la vez tan maleables y volubles, tan infantiles. El pueblo se encarga de crear alemanes, y cuando, a veces, la cosa no sale bien, se crea el berlinés, que no deja de ser un “maldito” peculiar. Porque sin la soberbia francesa, sin la picaresca y mala uva española e inglesa (igualitas ambas) y sin la zalamería mediterránea (Italía, sur de España, Marruecos, etc) mamadas desde chicos, el individuo berlinés es la cosa más extraña, contradictoria y por supuesto, encantadora que uno pudiera encontrar.

Esta ciudad que no es nada, (ciudad fantasma vacía que no muerta, a la que se le ha extirpado por vergüenza su historia de los pocos ladrillos rojizos que le quedan, que se ha rehecho de frío cristal apagado, sus gentes sin idiosincracia o ésta a medio deconstruir a propósito) está imbuyéndose de algo verdadero que no es ilusión por rehacerse, ni siquiera una rebeldía "maldita" (pudiéndolo parecer a simple vista,y queriendo ella misma serlo), sino que su numen estriba en su maravillosa contradicción. Es arte de por sí; no para el que busca el arte artístico y antiguo, sino para el que busca el arte renaciente en la vida, en la calle.

(continúa en "spoiler" sin desvelar)
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14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
La típica chorrada sobrevalorada (2.0)
Poesía bienintencionada pero muy mal llevada al cine.
Me aburro mucho viendo esta película. Y en las revisiones que he hecho, mucho más que la primera vez que la vi.
¿Qué leches pinta Peter Falk (Colombo) en esta historia? Me parece un personaje forzadísimo, traído por los pelos.

No entiendo a los que le dan tan alta puntuación y luego reconocen que se les hizo pesadita en algunos momentos. Pues, leches, entonces no será tan buena. ¿Por qué no nos aclaran a los demás qué influencias externas les llevan a decir eso? ¿Serán los críticos? ¿Serán los compañeros de facultad?
Los defensores reducen sus palabras a lo no físico, el yo consciente, lo no abstracto, lo no sensible, lo ya conocido, la metafísica... Típica jerga filosófica sólo usada para hacerse los cultos.
Yo no me considero culto. Ante todo, me gusta que una película me entretenga, independientemente de lo que luego te pueda hacer pensar (que si lo hace, mucho mejor).
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25 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Obnubilante artilugio de gran cine.
Dos ángeles vagan por el Berlín de posguerra, siendo testigos y acompañando a la gente en sus sentimientos, desilusiones, desencantos, pequeñas alegrías y soledades cotidianas. Uno de ellos (Ganz) se encuentra infeliz con su estado y decide hacerse mortalmente humano, para poder sentirse persona, acercándose al amor con una trapecista...
Sin duda, una de las más excepcionales y obnubilantes películas de los 80, en la que Wenders y el prestigioso escritor Handke construyen un arrebatador artilugio cinematográfico que combina con extrema soltura y solidez, dentro de una estructura alambicada y compleja, muy distintos niveles conceptuales y genéricos, creando una textura fílmica contrapuesta de poesía y prosa, de placentera paz serena y tristeza adormecida, hilada a través de la "voz en off" que nos comenta los pensamientos de la gente común.
Wenders reivindica en "Cielo sobre Berlín" la indefectible comunión entre lo corporal y lo espiritual para llegar a la plenitud y armonía, además de ser una alegoría fascinante y de lo más inteligente acerca de la culpa alemana por el desastre nazi (no sólo por el rodaje de la película en la que participa Falk/Colombo, sino por todo el tono, en maravilloso blanco y negro fotografiado por Henri Alekan, de vigilia anestesiada y culposa, de autoflagelación reflexiva del film).
Una obra maestra fascinante, magistralmente montada por Peter Porzygodda, en fin, cima del cine alemán de su tiempo y que reivindica al cine como el extraordinario arte que es.
Dedicada a Truffaut, Tarkovski y Ozu, películas como la hipnótica "Europa" del genio Von Trier la deben muchísimo, creo yo.
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17 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Humano simplemente Humano.
Cuando la vi entendí la copia que había hecho una película que hace unos años me gustó, Un Angel Enamorado con Nicolas Cage, pero esta se escapa de lo comercial y entra a lo poético, lo filosófico.
La película tiene un acierto en su fotografía, los colores que maneja le quedan muy bien y el guión es excelente, a muchos le pueden aburrir, eso lo entiendo, pero difícilmente la encuentren vacía de simbología y poder.
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10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Pretenciosa, pretenciosísima.. pero qué buena foto!
Un abuso de sensibilidad (o sensiblería?), un exceso en el uso de la poesía oral. Imposible concentrarse y seguir los pensamientos, las palabras que van discurriendo, divagando, los personajes.. Será culpa de la traducción? No creo.. Y tampoco entiendo qué hace Peter Falk/Columbo acá. Se pueden rescatar algunas reflexiones sobre la idiosincracia alemana, sobre el peso de la culpa subyacente en ese pueblo, la existencia de ese (o esos) muros. Pero es demasiado poco y tampoco es para tanto. Lo mejor, lejos, es la fotografía.. Es lo único que me mantuvo interesado y despierto: poesía visual, y en este caso muy bien lograda.
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18 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Bajando de la metafísica
Lo que nos rodea, mirado con ojos entrenados, es una compleja alegoría, que muchas veces no quiere ser comprendida. Y, por desgracia, muchos desdeñan por ignorancia lo que no comprenden.
¿Cómo es la vida de un humano, que sólo vive en lo no-sensible? Un ángel, que no es capaz de percibir otra cosa, más que el no poder se capaz de percibir lo que los demás sí. Sin color.
¿Cómo es la vida de un niño, que sólo vive en lo sensible (no abstracto)? Un ángel, que deja de serlo, y empieza una vida en lo ya conocido, pero completamente nuevo. Lleno de color.
Así lo narra Wenders (que por cierto, con la base filosófica que define su carrera, no se saca de la manga lo que dice, cual humano extra despotricante)
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15 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Carta a Wim Wenders
Señor Wenders:

Cuando fui a ver El cielo sobre Berlin, creí que una gran nube se cernía sobre mi calva cabeza. Y yo no quería estar tan al descubierto en medio de una lluvia que se avecinaba fuerte y densa. Su cielo, señor Wenders no me interesa. Su Berlín, eterno Berlín decadente de posguerra y de vanguardia trasnochada, tampoco. Su simbolismo, cuando deja de ser evidente, es innecesario, rebuscado y aburrido. Su poesía artificiosa es muy clara en cuanto que a mí no me engaña. Es definitivamente como un discurso demagógico. Solo atrapa, y perdóneme, a los que adolecen de una cierta falta de criterio, y se hacen eco de las críticas más ilustres sobre su filme, que dicho sea de paso, tampoco creo que le comprendan a usted. Vivimos en un mundo lleno de pedantes, señor Wenders. Lo que no imaginaba, tras ver otras de sus obras, es que a usted también le salía un cierto airecillo pretencioso de genio intelectual que sin duda le hizo a usted creer que nos podía aburrir con sus pájaras.

Siento por tanto haberme dormido. No podía haber sido de otro modo. Créame que era inevitable. Estaré encantado de aceptar sus disculpas por tan irrefrenable arrebato de narcisismo. El ombligo que usted tiene, señor Wenders, es más amplio que Berlín. Por eso comprendo que le pese tanto.

Reciba un cordial saludo,

Cesc
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20 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
SOPORIFERA
Escribo esto sin saber muy bien lo que escribo ya que no he podido llegar a la mitad de la película. Es buena, muy buena para...dormir.
todavía estoy saboreando ese regusto que deja la babilla cuando te cae por una lado recostada en el sofá..¡qué gusto por Dios! ya que va de ángeles (o eso dicen).
Blanco y Negro, diálogos pedantes y machacones desde que empieza hasta que te duermes...cuando despiertas sigue el blanco y negro y los diálogos (que son pensamientos)...por Dios que no callan...te giras un poco en el sofá y sigues...umm ¡qué gusto por Dios! ya que va de ángeles....ah que esto ya lo dije, perdón, es que tengo los ojos medio cerrados todavía.
Me he despertado y de mala gana escribo esto, mis dudas ahora son:¿ me despierto del todo y pongo una de Chuck Norris o le doy a la pausa y sigo durmiéndola?...como son ya las doce menos veinte de la noche creo que voy a meterme en la camita y mejor que dormirla en el sofá la sueño en la cama.
Buenas noches...ummmm ¡qué gusto por Dios!

P.D. todo lo que escribí es real.
www.pulgacroft.blogspot.com
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12 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Falta ritmo.
La cinta respira un ambiente reflexivo a partir de la presencia de "Ángeles" que ven o escuchan los pensamientos de la gente. Estos pensamientos están en general llenos de ondas negativas, angustias, tristeza, desconsuelo, etc. Aparentemente de transmitir la rudeza de la vida en la Alemania de la posguerra, incluso se muestran imágenes de la segunda guerra.
La película combina escenas en B/N con escenas de color. Excesiva vos en off, casi todo es en tono. Tiene un ritmo lento que no engancha al espectador. Me produjo sueño, en algunos pasajes.
El final es al más puro estilo hollywoodense.

Pasable solamente, principalmente por las buenas intenciones que tiene.
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7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Recorrido por el alma humana
Dos ángeles vagan por Berlín confortando a las personas en su aflicción. Uno de ellos, que anhela experimentar los sentimientos terrenales, se enamora de una mortal.

Uno de los films más fascinantes de Wim Wenders, a partir de la novela de Peter Handke. Se estrenó en medio de una gran expectación y pronto alcanzó el estatus de clásico del cine europeo. La fotografía contrapone el blanco y negro del mundo etéreo con los colores del mundo material, brindando un poético recorrido por el alma humana. En la década posterior, el propio realizador filmaría una prescindible secuela y la industria americana un remake aún más prescindible.



"Cuando el niño era niño."
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7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
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