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59 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
7
En algún lugar bajo las baldosas
Estoy un poco dividido con la película; por una parte, es innegable la calidad Ghibli en cada fotograma: los detalles, los rincones, los encuadres, los colores son preciosos; la música, como también se ha apuntadio ya, es extraordinaria. Sin embargo, el desarrollo de la historia me ha dejado algo frío; la primera media hora es, sencillamente, maravillosa, llena de asombro y descubrimiento, presentándonos a los pequeños protagonistas y su forma de vida directamente, de un modo hermoso y revelador. Sin embargo, una vez que se establece el motor del cambio, y se entabla relación entre ella y él, la cosa me parece que deriva un poco por terrenos más imprecisos, no se decide a ser aventura ni siquiera odisea familiar y, como ya ha señalado un compañero, no se siente una verdadera sensación de peligro o amenaza en ningún momento, a lo que contribuye uno de los puntos, en mi opinión, más flojos de la película, el personaje de Haru, bastante simplón y, a veces, no enteramente comprensible ni creíble, ya que su paso de la amabilidad al "lado oscuro" resulta repentino y un tanto forzado, como obligado por la necesidad de que alguien presente una amenaza a la familia de diminutos para que la historia tenga emoción y un clímax que por eso lado no llegará.
No quiero parecer demasiado negativo: la película es una delicia para los sentidos, se ve con encanto, pasa en volandas y deja un sabor muy dulce en la boca, pero lejos queda de las alturas a las que Ghibli ha llegado en tantas ocasiones. De todas formas, es lo mejor del estudio desde El castillo ambulante, para mi gusto, y de eso hace ya 7 años.
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79 de 89 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Vuelve la magia de Ghibli
Desde que me enteré de que la próxima película del Studio Ghibli iba a ser una adaptación de los Borrowers mis expectativas sobre ella no eran muy altas. Lo primero que me vino a la mente fue aquella entretenida serie de principios de los 80 titulada Los Diminutos, de la que guardo un buen recuerdo de mi infancia. Me llevé una grata sorpresa al comprobar que el guión estaría a cargo de Hayao Miyazaki, eso lo cambiaba todo. Desde ese momento me imaginé que estarían presentes las 'pincelas artísticas' que caracterizan sus obras: corazón, fantasía, amor puro, entrega, valentía, magia, etc. Después de haberla visionado he comprobado que nada de esto ha faltado, el sello Miyazaki se ha dejado notar y de qué manera. La ausencia del compositor habitual de este director, Yoe Hisaishi, lejos de haber supuesto una ausencia irreparable, ha permitido el debut de Cécile Corbel y el resultado... de lo más halagüeño. El guión parece algo simple, pero, a mi juicio, a veces la simpleza argumentativa es mucho más atractiva que una trama demasiado compleja. El filme no pierde el ritmo en ningún momento, aunque eso sí, cuenta con algunos momentos de mayor intensidad emocional. Personalmente, la coloco entre las mejores películas de Ghibli. En fin, una película para soñar despiertos.
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45 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Maravillosa aventura minimalista
Ghibli ha vuelto. Las dudas surgieron cuando el relevo generacional se tornó en pesadilla con posibilidad de ecos infernales: Goro Miyazaki, hijo del realizador de “La Princesa Mononoke" desaprovechó una oportunidad de oro con “Cuentos de Terramar” y el futuro del estudio pendía de un hilo. Su padre decidió arreglar las cosas y nos entregó la hermosa “Ponyo en el acantilado”. Dos años más tarde nos llega su nuevo trabajo, esta vez como guionista adaptando una obra de Mary Norton, siendo el encargado de su realización el experimentado animador Hiromasa Yonebayashi. Y podemos respirar tranquilos porque “Arrietty y el mundo de los diminutos” es la mejor película del estudio desde “El viaje de Chihiro” (2001), una encantadora fábula que encuentra en sus pequeños detalles los más grandes momentos que nos ha brindado el cine de animación tradicional en muchos años.

El inicio del film recuerda de hecho al del film ganador del Oscar y lo que sigue a continuación, con ecos a maravillas como “Mi vecino Totoro” sólo confirma el buen estado de forma del estudio y el criterio, estilo y temple con el que Yonebayashi ha sacado adelante su primer largometraje. Sus primeros veinte minutos son de puro descubrimiento, de enamorarse de los detalles, de encariñarse con sus personajes: él, un humano enfermo, ella, una “diminuta”, que se cree sola en el mundo. Los polos opuestos se atraen y la magia surge en pantalla. Secuencias como la de la noche en la cocina o el hermoso encuentro a través de la hoja, con los rayos de sol dibujando la silueta de Arrietty pertenecen ya por derecho a la historia de Ghibli y aunque hay un par de momentos en los que se nos permite respirar, bajando el ritmo, es llegar su final y sentir la necesidad de levantarnos del asiento y aplaudir.

Nadie podía anticipar lo que Ghibli nos preparaba con “Arrietty y el mundo de los diminutos” pero por mi parte Yonebayashi se confirma como un director a seguir, Ghibli vuelve a recuperar su mejor nivel (veremos que ha hecho Goro Miyazaki con “From Kokuriko Hill”, que se estrena este verano en Japón) y el 'género' suma un nuevo exponente que hace recordar que la animación tradicional, bien utilizada, consigue resultados mejores –o equiparables- a los de técnicas más modernas. Artesanía, o simplemente arte. Ghibli vuelve a brillar como siempre. Atentos a la soberbia banda sonora de Cécile Corbel, que consigue que nos olvidemos de las geniales partituras de Joe Hisaishi, y un aviso: apenas hay humor, esto es una aventura intimista, con momentos dramáticos, que analiza la soledad y otras sensaciones humanas. O en resumen, una verdadera gozada, para alimentar cada uno de nuestros sentidos.
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37 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Sí ... PERO NO
Soy un fanático de la animación, y de los estudios Ghibli en particular. Cada vez que estrenan alguna de ellas estoy pendiente para verla.

Visualmente es una pequeña y minuciosa obra de arte.

Pero la historia es muy floja, por no decir que más que una película, parece más el inicio de una serie o una saga. Me explico, el desarrollo de la historia durante la primera media hora es, maravillosa, y abriendo un abanico de posiblidades fascinantes, presentando a los protagonistas de una manera interesante (aunque poco precisa) y su forma de vida, todo ello de un modo evocador, y abriendo varias posibles subtramas, que naufragan estrepitosamente en una historia que se desvanece poco a poco, al igual que los personajes.

A partir de que se establece una especie de relación entre los dos protagonistas, la historia no acaba de despegar, y los personajes secundarios se difuminan poco a poco, y todos los apuntes se quedan en el tintero. Personajes como Haru, se tornan inexplicablemente en los malos de turno de forma sonrojante, y la historia peca de absoluta imprecisión y de un guión que no puede ni sabe como arrancar, y donde desaparecen las sensaciones y las emociones. Los personajes se convierten en meros esbozos de una historia sin historia, que pierde toda intensidad, emoción, y sin sensación de peligro o de malignidad, algo que siempre está presente en mayor o menor medida en las películas de este estudio.

Toda la parte del personaje de "Haru", como ya ha dicho algún otro comentario en esta página, es bastante simplón y poco creible.

Parece el prólogo de una serie o una futura saga de aventuras. Visual y técnicamente es muy bonita, pero la historia carece de la intensidad de los relatos de este estudio, y apenas me ha emocionado, cosa rara.

Espero no herir la susceptibilidad de aquel al que le haya gustado la película, pero a mi me ha dejado algo frío e indiferente. Esperaba mucho más de una historia que tenía mimbres para algo mucho mejor. Al final se convierte en una nadería menor. Muy inferior a La princesa Mononoke, El viaje de Chihiro, El castillo ambulante o Ponyo en el acantilado, por citar algunas de las más recientes películas de este gran estudio japonés.
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42 de 63 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Una pieza de orfebrería japonesa de gran valor
En 2010, Ghibli firmó su decimoctavo film demostrando que en los 25 años que lleva en activo, no ha perdido ninguno de sus ingredientes para realizar películas mágicas llenas de sentimiento que han halagado al público del mundo entero.

``Karigurashi no Arrietty´´ adapta libremente la novela ``The Borrowers´´ de Mary norton, mostrando un guión centrado en la pareja protagonista (Arrietty (cuya personalidad y sensibilidad recuerdan a Nausicaa (de ``Nausicaa del valle del viento´´) y Sho), cuyas experiencias nos inculcan la enseñanza de salvar las barreras impuestas entre humanos y seres diminutos mediante la tolerancia. La animación y el estilo visual no pueden escapar de la marca del estudio nipón (la naturaleza está bellamente representada con detalle por su mano artesanal tradicional única), la compositora francesa Cécile Corbel da un toque celta a la banda sonora y por último, el estrenado director Yonebayashi dota a la película de un ritmo diferente al típico optimista de Hayao Miyazaki (que colabora como supervisor del guión).

Aunque Arrietty mida 10 cm, su historia (con el sentido de la preservación y la fragilidad) es una maravilla bien grande.
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15 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Belleza y melancolía
La película nos introduce de inmediato en su atmósfera, llena de quietud, belleza visual e intimismo, componentes que los que conozcan las películas de este estudio sabrán que son muy recurrentes en sus films.
El mundo que rodea a los diminutos está cuidadosamente detallado: los habitáculos por los que se mueven, los entornos naturales en los que se camuflan, llenos de detalle y belleza, todo ello envuelto por la magia de la animación tradicional. Pero lo que realmente llama la atención es como el sonido juega con nuestros oídos para que tengamos la sensación de que estamos inmersos en su pequeño mundo con ellos. Todos los sonidos que oye la joven Arrietty están adaptados para que nosotros los oigamos tal y como lo haríamos si midiésemos su estatura y eso se combina de maravilla con lo introspectiva que es la película pues la música no suena en largos espacios de tiempo, creando simplemente atmósfera, logrando una inmersión en la acción extraordinaria: los sonidos del interior de una casa, los sonidos del campo, todo nos traslada al colorido mundo de Arrietty.
Pero la atmósfera por si sola no es suficiente si no hay personajes de peso que nos acompañen en la historia y con los que podamos ir de la mano, y ahí es donde entra la protagonista. Sí, posiblemente sea el personaje más arquetípico que nos podamos encontrar: es joven, curiosa, ingenua pero valiente, no obstante sus sentimientos y emociones están reflejados con tanta profundidad y emotividad que realmente logra hacerte participe de su situación y de lo que está experimentando; luego tenemos al muchacho, el cual también tiene peso en la trama y guarda una especie de halo misterioso durante la primera mitad del film, pues a fin de cuentas la curiosidad de Arrietty por querer saber más de él también logra traspasarse a nuestra percepción, y la verdad, los dos protagonizan varios momentos del film de una gran belleza sentimental; la escena en la que ambos se ven por primera vez es realmente impactante y emocionante. Los secundarios tampoco andan cojos, tal vez algunos de ellos resulten muy elementales en sus roles pero están perfectamente encuadrados en ellos y cumplen su función en el relato sin estar de más, contribuyendo al desarrollo de la historia sin entorpecerla y resultando en muchos casos simpáticos.
Posiblemente no llegue al nivel de excelencia de "el viaje de Chihiro", cierto, ni es la historia más original del mundo, ni son los personajes más extraordinarios que se han visto pero tiene lo mínimo que se le puede pedir a esta clase de historias: alma, corazón y belleza. Si puedo emocionarme sólo con recordar una escena de la peli logrando que se me ponga la piel de gallina, si puedo pensar en Arrietty como una amiga a la que acabo de conocer hoy entonces el film a conseguido su cometido conmigo.
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14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Despierta al niño que llevas dentro
Con Hayao Miyazaki encargado del guión, Studio Ghibli nos trae "Karigurashi no Arrietty", adaptación de una serie de novelas infantiles de los años 50 escritas por Mary Norton (The Borrowers).

La pelícua se estrenará en los cines de España en septiembre bajo el extraordinariamente original título "Arrietty y el mundo de los diminutos". Se nota que se lo han currado eligiendo un título y se han informado muy bien de lo que significa en japonés "karigurashi" (borrowers, buscadores) y de que los diminutos no los creó Mary Norton, sino John Peterseon en los 60 (luego surgió de ahí una serie de dibujos animados). Para eso, que lo dejen como en UK, simplemente "Arrietty"... En fin, que alguien en España se lleva un sueldazo por destrozar títulos.

Pero vamos con la película, que es lo que vale la pena. Una maravilla.

Sho es un adolescente gravemente enfermo del corazón que se muda al campo, a casa de unos familiares para descansar antes de una operación. Allí descubrirá que hay una familia de pequeños seres que habitan bajo el suelo de la casa y sobreviven gracias a sus salidas nocturnas donde recolectan azúcar, papel y todo aquello que encuentran en la casa. Pero los buscadores no quieren ser decubiertos y cuando Arrietty, su hija es vista por Sho, suhasta entonces tranquila vida estará en peligro...

La historia es muy sencilla, pero no importa. La película está repleta de detalles, de color, de todo lo que se le puede pedir a una peli de animación 2D. Una joya para los sentidos que se completa con una estupenda banda sonora (comop es habitual en este cine).

Y qué se puede decir de los personajes...




Pocos pero más que suficientes para montar una historia que atrapa desde el primer instante. No tiene precio la escena en la que, por primera vez, Arrietty acompaña a su padre en una salida nocturna en busca de provisiones y descubre con asombro lo grande que es todo fuera de su mundo.

Y luego está la relación entre Arrietty y Sho. Un comienzo tímido y lleno de temores. Un intercambio de mensajes. Un acercamiento progresivo. Una amistad llena de situaciones mágicas. Si mágicas, porque esta película es para aquellos que siguen creyendo en la magia. Una colaboración aparentemente imposible por la supervivencia de ambos.

Está claro que una de las características del cine de Studio Ghibli es el mensaje que incorpora cada uno de sus títulos. Y esta vez no es una excepción: la amistad y el trabajo en equipo, y una nueva oportunidad para lanzar un mensaje ecologista a todo su público. Arrietty es una película llena de emociones que pasa en un suspiro y que es todo un espectáculo visual.

Si de vez en cuando el niño que llevas dentro lucha por salir al exterior, sin duda ésta es tu película. Tal vez no sea el mejor título de Miyazaki y compañía, pero yo he quedado encantado y he disfrutado como un crío. En cuanto esté en español, me gustaría verla con mi sobrina.
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16 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
La increíble familia menguante
La aventura de vivir y erigir la fantasía como cuento y el cuento como fantasía parecen lemas básicos de Ghibli, el más reputado estudio en el ámbito de la animación por encima de cuentos que se publiquen. Hacer joyas desde los aparentes objetos más pequeños alcanza en “Arrietty y el mundo de los diminutos” la escenificación perfecta. Quiere recrear ‘Los incursores’ de Mary Norton pero parece el material original ha sido tan absorbido por las imágenes y la esencia del emblemático estudio que parece el embrión de una nueva historia.

La supervivencia como herencia genética parece la moraleja de un mundo donde los sellos se convierten en cuadros, las figuritas de ajedrez en estatuas decorativas y las casas de muñecas en palacios. A veces es mejor no buscar problemas pero el universo de los cuentos no empieza por los finales felices. “Arrietty y el mundo de los diminutos” es una película que habla sobre la extinción de las cosas y la supervivencia de las especies. Un niño enfermo de corazón que va a ser operado a vida o muerte y una ‘diminuta’ (prestadora, que no prestamista, para los amigos) que tiene que perpetuar su especie se dan cuenta que las distancias entre ambos no están en absoluto tan distantes. Esa superveniencia por las ganas de vivir y el riesgo por seguir en este mundo antes del último aliento se muestran perfectamente en la relación que viven ese humano y la pequeña prestadora. De nuevo, el amor imposible. De nuevo, el momento de crecer y madurar. Y si en “Mi vecino Totoro” planeaba sobre la inocencia del cuento una afilada guadaña aquí el mundo, por distinto que parezca, donde habitan ambos puede ser roto en cualquier momento.

Y tal vez el propio discurso de la cinta quede instaurado en el estudio de animación. Es momento de que los más pequeños empiecen a hacerse responsables y hacer cosas grandes. Cosas grandes como hicieron (desde el lado más humano y pequeño) maestros como Takahata y Miyazaki. De acuerdo, es Ghibli en formato azucarillo… pero de la misma manera es dulce. Y se le puede perdonar su único, pequeño y más terrible error: ¡en la casa no hay polvo ni pelusas!
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12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
UNA ÍNTIMA PELÍCULA MINIMALISTA MUY ESPECIAL PARA GRANDES SOÑADORES
ARRIETTY Y EL MUNDO DE LOS DIMINUTOS es una película mágica, en la línea de las últimas películas del STUDIO GHIBLI que comenzó su etapa de máxima perfección con LA PRINCESA MONONOKE y que alcanzó su clímax especialmente en España con EL VIAJE DE CHIHIRO, prosiguió con EL CASTILLO AMBULANTE y siguió sorprendiendo y maravillando con la reciente PONYO EN EL ACANTILADO. A pesar de no ser ésta dirigida por el maestro HAYAO MIYAZAKI, su aventajado alumno ha seguido sus pasos fielmente y nos ha mostrado una maravillosa historia de seres diminutos que viven en armonía y paz eterna "tomándonos prestado" ciertos elementos de nuestra vida cotidiana que para nosotros es insignificante pero para ellos es tan importante como un pequeño terrón de azúcar para endulzar sus tes o un delicado pañuelo de papel. Ellos se presentan como los "Incursores" diminutos con apariencia física idéntica a los humanos, tan sólo diferenciados por su tamaño pero especialmente por su gran corazón. Alejados de los "ser humanos" por su fácil acercamiento a la actitud violenta, viven una vida tranquila y sosegada de rutina en pequeñas casitas que han fabricado con objetos pequeños que nosotros poseemos. Uno de los mayores prodigios del film se basa sin duda en el detalle del dibujo con el que el director se ha dedicado a mostrar la decoración de las casas tanto de los diminutos como de los humanos. Si cada pequeño detalle de esas decoraciones de ambas casas te pueden parecer formidables, espérate a descubrir la casita de muñecas. Auténticos tesoros en forma de teteras, cuadros pintados de retratos o sofás de alta categoría están representados en dibujo animado como si de objetos reales se tratase. Es parte fundamental sin duda del film, además de una banda sonora muy acogedora y agradable al estilo céltico, en lugar de la típica que suele escucharse en los films de Miyazaki. Los personajes principales básicamente son 6, pocos pero suficientes para contar la historia, destacando evidentemente Sho y Arrietty. La calidad de la animación es mágica y perfecta, con un cuidado al detalle que ni Disney lograría alcanzar jamás, con una historia suave y sutil sin grandes escenas de acción, extremadamente minimalista y para un público selecto pero, sin duda, una obra maestra. Un canto al amor, a la lucha por la vida, al deseo de ser amado, correspondido, comprendido, no sentirse solo, a valorar lo que tenemos y a cuidar y respetar el mundo en el que vivimos y a todos los seres que nos rodean, sean pequeños o grandes, como siempre muestra el glorioso STUDIO GHIBLI. Estupendamente doblada al castellano. Ni te darás cuenta de que la película ha terminado. Y siempre demostrado el estudio que todavía puede maravillar una película de animación al estilo clásico a mano y sin el novedoso 3D. Otra nueva joya del STUDIO GHIBLI que alcanzará tu corazón de la forma más sencilla pero con el mayor arte posible. Un arte que sólo los japoneses son capaces de mostrar.
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10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
El Legado de Ghibli a salvo.
Es un día grande. Los amantes del cine de animación podemos dormir tranquilos, el legado de Miyazaki está a salvo en manos de Hiromasa Yonebayashi. Si éste joven es capaz de hacer lo que ha hecho en ésta su primera incursión como director, el público en general y el Studio Ghibli en particular debe estar dando palmas con las orejas.

"Arrietty y el mundo de los diminutos" es la adaptación del cuento infantil "The Borrowers" (1952) pero ambientado en el Tokio actual. La acción se sitúa en una gran casa de campo japonesa en la que la protagonista (Arrietty) y sus padres viven tras los cuadros, vigas y bajo las alfombras de la mansión. Con los años, han sido capaces de construir su particular mundo y tienen sus normas y costumbres a expensas de los humanos, de los que rehuyen. Resulta fascinante ver cómo estos seres se mueven por unos escenarios que quitan literalmente el sentido y cómo interactúan con el mobiliario de la casa. En éste aspecto, los primeros veinte minutos de metraje se convierten en un verdadero deleite para la vista.

Tal vez sea su parte central la que adolece de falta de acción pero se suple con la ternura que aflora en la relación que establecen Sho, un joven (humano) con problemas de salud y nuestra Arrietty. Es aquí, en el nudo de la historia cuando a uno le queda la sensación de que las aventuras de estos pequeños personajes podían haber conseguido mayor calado y estímulo frente al espectador. La cinta se mueve entre el género de aventuras y el drama puro y puede que sea en ese ir y venir entre ambos terrenos donde el novel Yonebayashi haya descompasado el ritmo de la película. Pero no le restemos méritos, al césar lo que es del césar, ha conseguido crear una obra que enamora en general por su conjunto y en particular por su detalladísima ambientación. El tramo final remonta de nuevo y nos regala un adiós que encoge el alma, sin ñoñerías.

El director japonés ha ideado una obra sin la magia contextual de "Chihiro", (magia hay en todas y cada una de sus imágenes) o la épica de "Mononoke", (la historia no lo requiere), pero con un grado de sensibilidad tal que enamora a primera vista. Es una historia simple y a la vez magníficamente contada. La alabanza a la naturaleza (marca de la casa) queda una vez más reflejada, la tremenda banda sonora acompaña de maravilla a las imágenes a pesar de que su tema central (cantado) esté muy lejos de los ideados por el genio Hisaishi para otros títulos, terminando con el guión, que cumple a la perfección ahora sí, en manos del maestro Miyazaki.

Lo dicho, podemos ir frotándonos las manos ante lo que puede avecinarse en el Studio Ghibli. Desde luego que con "Arrietty y los diminutos", el 2D vuelve a alzarse a lo más alto del podium de la animación. A ver ahora quien es el académico que tiene huevos de nominar a "Cars 2", "Happy Feet 2" o "Kung Fu Panda 2" por delante de la japonesa. De momento me marcho a celebrarlo.
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8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Piedras preciosas
Excepcionalmente bella. Otra joya de los Studio Ghibli.

Te entra por los sentidos y afloran las emociones. La conjunción de lo visual y la banda sonora, consigue un producto muy sensible, alejado de estereotipos y sentimentalistmos exagerados.

Habla de la tolerancia, de la capacidad de entendimiento entre seres distintos, de lo que hay que conquistar y de lo que hay que ceder, y Mary Norton y Hayao Miyazaki no desaprovechan la ocasión para hablar del peligro de extinción de los "diferentes".

No obstante, más allá de los mensajes, déjate llevar por la belleza del arte (¡vaya don y vaya trabajo!) y saca el niño que hay en tí.
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7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Animación espectacular con guión sosísimo
Como diseñador gráfico, soy gran admirador del estudio Ghibli y Hayao Miyazaki. Si bien sus obras no se consideran por su coherencia de guión, siempre son impresionantes, estéticamente impactantes y hermosas de contenido. En Arriety los primeros compases son igual de maravillosos, la animación es alucinante y el detallismo con que está hecho cada plano es simplemente fascinante. A efectos visuales y de desarrollo, es una auténtica gozada, de las que ya no se ven. Ahora bien, alucino cuando leo por aquí críticas que dicen que el guión es de diez. No estoy de acuerdo. Arriety tiene un guión que podría ser resumido en dos líneas, un guión que hemos visto ciento y una mil veces en películas de lo más ramplosas, que no es otra que la de la serie de dibujos de los diminutos, Stuart Little, y otras tantas miles: "Unos diminutos viven en una casa. Llega un niño, el humano bueno, que ve a uno de los diminutos. Un humano malo ve a otro diminuto y lo captura. Entre el humano bueno y el diminuto lo liberan. Se acaba la película." Puede que la película os parezca fabulosa por su preciosismo, pero seamos coherentes, es una historia facilona y ñoña que se queda, como bien he leído por ahí en otras críticas, en una especie de introducción para una serie más larga. No tiene nada del explendor imaginativo de las demás obras de la Ghibli, no hay cientos de diferentes monstruos extraños, ni elementos imaginativos excepcionales lejos del manido tema de los gnomos. Se hace demasiado predecible, el ritmo es lentísimo, sólo hay una parte interesante donde ocurre algo que se resuelve en 10 minutos, y aunque disfrutes de la animación como yo disfruto, me engañaría a mi mismo diciendo que es una obra maestra, porque como película no vale nada, si ese mismo guión lo hubiese dibujado Disney con un 3D normalito habrían puesto a parir la película.

Me parece que la gente va con una idea preconcebida a ver la película, y les guste o no la van a poner por las nubes porque desde luego artísticamente es fabulosa, pero a nivel de guión no ofrece absolutamente nada que no pueda darte la serie de telemesa para niños de cualquier canal. Lo que de verdad me chirría es que la gente que pone esta película de obra mestra, luego otras como Avatar la tachen de patraña. Pues señores, Avatar es a Pocahontas lo que Arriety a los diminutos, Stuart Little o David el Gnomo (salvando las distancias, porque argumentalmente David el Gnomo le da mil vueltas a Arriety), ambas son películas espectaculares con un guión soso y simplón de moralina fácil para niños.
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17 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
La belleza en fotogramas
Bien sabido es que los Estudios Ghibli son la maquinaria que fabrica los productos más bellos del planeta. Basta nombrar algunos ejemplos El viaje de Chihiro, el Castillo Vagabundo, La Tumba de las luciernagas, etc.
Las firmas de estas perlas generalmente corresponden a Hayao Miyazaki (en mayor medida) y a Isao Takahata (en segundo orden).
A medida que el tiempo pasa y estos dos genios van envejeciendo, el futuro de Ghibli encuentra más incertidumbre en cuanto a su continuidad.

La apuesta de Arrietty y el Mundo de los diminutos no era menor. Para muchos, el legado mágico de este Estudio estaba en juego con este film. Es que, amagando ambos con el próximo retiro, era urgente la búsqueda de nuevos talentos para el reemplazo. Goro, el hijo de Hayao, ya había fallado con sus Cuentos de Terramar.
Hiromasa Yonebayashi fue el nombre elegido para dirigirla. Había igualmente una mano de Miyazaki quien se encargó de escribir el guión.

¿Qué sucedió entonces?
Que Arrietty volvió a cautivar a los fans del Estudio, que la película sin ser de lo mejor de Ghibli capturó la magia aparentemente perdida.
Arrietty nos devolvió la esperanza en que no se cierre la fábrica más bella.
Además nos recuerda en cierta medida a Mi Vecino Totoro con la que comparte ciertas coincidencias y tal vez un poco de Ponyo.

La película trata sobre una casa en el campo, habitada apenas por humanos. En sus cimientos, entre escombros y rocas superpuestas vive Arriety y su familia. Se trata de una raza de personas diminutas que viven ocultas del ojo humano y que sobreviven según sus palabras "De tomar cosas prestadas".
Interactúan en el mundo de los seres humanos, aunque obviamente, dado el tamaño de la raza, la desaparición de un terrón de azúcar o un pañuelo de papel es apenas perceptible para el resto de los mortales.

Sin embargo, un día llega a la casa un niño enfermo quien logra ver a Arrietty en una de sus visitas a su habitación. Se plantea entonces una duda ¿Es posible la amistad entre un Diminuto y un humano?

Sin la música de Joe Hisaishi pero con una bella banda sonora y la mano de Miyazaki, esta hermosa fábula nos vuelve a abrir el cielo.
Que Estudios Ghibli esté agonizando parece, al menos por el momento, una fábula tan bella como este film.
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6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
La grandeza de lo pequeño
Hoy fui a ver Arrietty y el mundo de los diminutos y he de decir que es una película llena de encanto, magia y ternura como los padres de "Totoro" o "el castillo ambulante" saben hacer.

Única y difícil de describir, pues debe ser vista para experimentar la grandeza de ser diminuto en un mundo tan conocido y a la par extraño algunas veces.

Da igual tu edad para disfrutarla. Animate.
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6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Una película para soñar.
Hace un par de días, llevado por mi sobrina, fui llevado a ver esta película. El nombre no me llamaba demasiado, pero poco a poco fui investigando, descubriendo un poco de que iba, y mis expectativas iban creciendo y creciendo... y fue el trailer, aderezado por la maravillosa "Arriety's Song", la que me terminó de convencer. Y fui. Y salí encantado. Unos personajes geniales, una animación preciosa combinada con música igualmente bella (volviendo a nombrar de nuevo "Arriety's Song") a cargo de Cecile Corbel, y un guión genialmente desarrollado de principio a fin hacen de esta obra una película indispensable para aquellos que quieran pasar un gran rato en este curioso mundo, tan normal para nosotros y que sin embargo, nos lleva a ser re-descubierto de mano de Arriety y los suyos.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
"Nunca te olvidaré, donde quiera que estés"
La belleza de lo simple, o la complejidad con que llega a generarse un fotograma sin mucho que decir y que te puede llegar a calar tan hondo y volverse inolvidable, es algo que muy difícilmente se ve hoy en día, y peor aun en cualquier película, y aún más complicado si consideramos hacerlo en género animado.

Para ser un poco mas expecífico, en "Arrietty y el mundo de los diminutos" podemos ver como una idea, que si lo notas a simple vista podría sonar trillada, se puede convertir mediante imágenes en algo casi imprescindible, bello y profundo.

Sin lugar a dudas, una de las mejoras obras anime de este nuevo siglo, que esta basado en la igualmente preciosa novela "Los Incursores", de la escritora Mary Norton. Con pulso firme el "discípulo" del gran Hayao Miyazaki, el joven Hiromasa Yonebayashi no defrauda en la dirección del proyecto, que estuvo de paso supervisado casi durante toda el proceso por el primero.

Obviamente se nota la influencia de Miyazaki, sin embargo y el detalle esta en que aquí no se trabajo en un 100% a su estilo, y se elaboró un guión antes definido, evitando de esta forma los habituales riesgos a los cuales esta acostumbrado el director de la aclamada "El Viaje de Chihiro".

Mención aparte la espectacular banda sonora compuesta por Cécile Corbel, que le da un toque tierno y dulce a toda la trama.

Indispensable verla si amas este extenso y hermoso género llamado Anime.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Y EL SUCESOR DE HAYAO MIYAZAKI SERÁ... HIROMASA YONEBAYASHI
Después de la preciosa historia de Ponyo, creada por el propio Miyazaki, el estudio se arriesga a dierctores nuevos como Hiromasa Yonebayashi que con esta historia nos ha llenado a todos el corazón de emoción, amor, amistad y alegría. Una historia tierna, Arrietty un ser diminuto y Sho, un niño enfermo del corazón, pronto se entablará una preciosa relación de amistad entre ellos. Increíblemente conmovedora, preciosa, con un buen guión, unos dibujos realmente alucinantes (en Ghibli siempre lo son, pero en esta película me parece que se han superado un poco más), pequeños detalles en los dibujos y la preciosa banda sonora de Cécile Corbelle hacen que esta película nos llegue a todos a lo más profundo de nuestros corazones.
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5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Dulce, muy dulce.
Esta es una elaborada al detalle y bella obra artística, que llena tus sentidos y los desborda, te hace llorar de emoción y aprender de ella. La recomiendo a todos los de la familia, niños y grandes, es sencillamente encantadora. No sé cómo lo hacen, pero los japoneses son unos genios en el arte del dibujo bien cuidado y la seducción visual, los personajes son hasta atractivos, me quedo alucinada. Los escenarios y paisajes son de lo más hermosos. ¡Una delicia! que la disfruten.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Puro Miyazaki
Un auténtico despliegue de calidad visual, dándole una especial importancia al montaje de sonido, esencial para que el espectador se vea inmerso en la película.

Miyazaki ha creado otra de sus muchas obras de arte, una historia tierna, sin un azucarado excesivo y sin convertirse en un drama lacrimógeno. Y aun así, cada imagen es capaz de dibujarte una sonrisa y de arrancarte una lágrima, pero de simple y llana felicidad. Parece imposible no salir de la sala de cine sin una sonrisa dibujada en el rostro.

Mi recomendación para el posible espectador es que se deje llevar por el arte de Miyazaki, pues con total seguridad, no lo lamentará.
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5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Pequeño Miyasaki
Viendo Arrietty y el mundo de los diminutos es imposible no invocar el cine de Miyasaki. Miyasaki, que aquí ejerce las labores de guión y producción, se cuela en cada fotograma de esta Arrietty, y la historia abre puentes, entabla relaciones, comparte símbolos con los mundos imaginarios del viejo sabio nipón. Miyasaki ocupa un papel secundario y a la vez de invitado de honor y protagonista indiscutible en una aventura más pausada de lo habitual, una de las más contemplativas de la factoría, un nuevo ejercicio de resistencia frente al 3D con sus trazos coloreados a mano. Arrietty y el mundo de los diminutos comparte con Miyasaki una sensibilidad por la naturaleza y vuelve a tener en un niño enfermo el motor de la historia, el más adulto de todos los personajes en una trama que siempre se impone como metáfora del crecer y del querer conocer un mundo analógico, bellísimo, rural, fascinante, repleto de seres extraños. La verdad, la esencia, lo verdaderamente importante según los valores que enriquecen y transmite el cine de Miyasaki.

Los personajes vuelven a imponerse a la acción (de hecho, en Arrietty suceden pocas cosas). Y de forma paradójica, los títulos de crédito terminan allí donde otras cintas convencionales empezarían a fabular: el futuro de Arrietty no importa porque a Yonebayashi, como a Miyasaki, le interesan más los procesos internos que externos, y prefiere situarse en una épica más centrada en la emoción que en la acción. Vencen los buenos sentimientos: la imagen de Arrietty y sus padres alejándose, arrastrados por la corriente del río, navegando encima de una tetera tomada como bote, es la imagen definitiva de lo conquistado y de lo incierto, incluso una metáfora de ese Japón post-Fukushima, víctima de una de las mayores catástrofes naturales de los últimos años. Detalles que convierten una historia aparentemente tan pequeña en un relato lleno de grandes y hondos discursos.

Pero Arrietty es un 'pequeño Miyasaki'. Encaja mejor con las películas que el maestro hizo en los 80 (Mi vecino Totoro) que con las más recientes El viaje de Chihiro y El castillo ambulante (en las que el mundo mágico se resolvía como un todo complejo, visualmente apabullante, un constante espectáculo para los sentidos). Arrietty prefiere narrar desde la austeridad, la pequeñez de esa casa enana construida en las entrañas de otra más grande. Algo muy propio de un autor nobel para el que prima más el respeto por el referente (Miyasaki) que la consecución de un estilo visual y narrativo propio. Aún así, Arrietty es mucho más equilibrada que Cuentos de Terramar, y continúa siendo un gozo para grandes y pequeños, una joya en tiempos digitales. Una película con algún momento sensiblero pero con mucha más alma de la que demuestran la mayoría de productos llegados de Estados Unidos.

Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities
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