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30 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
8
Las arroceras
Segundo largometraje de Giuseppe de Santis. Se basa en un argumento del realizador y de Carlo Lazzani, desarrollado como guión por éstos con la colaboración de Franco Monicelli en los diálogos. Se rueda en los arrozales de Vercelli (Piamonte) y en plató. Es nominado a un Oscar (guión original). Producido por Dino de Laurentis, se estrena el 21-IX-1949 (Italia). La acción prinicpal tiene lugar en los arrozales del bajo Po (Vercelli) durante los 40 días de recolección, en marzo/abril de 1948.

La película combina neorrealismo italiano, intriga criminal, melodrama, documental obrerista y retrato social de la Italia de Posguerra. El film obtiene un éxito notable en Europa y en EEUU. Su estreno en España, plagado de cortes, da lugar a una campaña de condenas y prohibiciones moralistas, que adelantan su retirada de cartelera. Permenece fuera de circulación hasta que en 1970 se repone en el circuito de arte y ensayo. La obra destila un tono erótico general y contiene varias escenas de una sensualidad desconocida en Hollywood e inusual en Europa. Silvana Mangano, miss Roma 1946, encarna con naturalidad y desenvoltura el papel de "sex symbol", al amparo de la belleza exhuberante de una matrona griega clásica, alejada de los cánones de belleza nórdica que prosperan a partir de los 60. Su figura traspira una sensualidad natural y presencial (sin exhibicionismo ni provocaciones). El tono se eleva en escenas singulares como la del azote de la muchacha, el baile del boogie-boogie y otras. Visto con ojos actuales el erotismo del film, sugerido y contenido, resulta ingenuo y candoroso.

Es notable el trabajo de cámara, tomado del cine americano, con uso de grúa, barridos descriptivos, "travellings" de observación, giros de seguimiento y otros recursos no habituales en Europa. El papel de la mujer se contempla desde una óptica misógina y machista, característica de la época, sin acotaciones críticas. Los trazos obreristas se hacen presentes a través de la negociación sindicalista frente a la propiedad para la admisión de las arroceras sin contrato. Ofrece una amplia gama de personajes pintorescos como el fotógrafo ambulante, la Greta Garbo, la tonta del bote, el sordomudo, los dos bribones, el hombre serio y responsable (Marco Gelli/Raf Vallone), los novios y otros.

La música se basa en una partitura que enlaza composiciones de conjunto y secuenciales, de metal, percusión y sonidos diversos, de aires propios del s XX y de carácter descriptivo: la tristeza de la despedida de Gabrielle, el desgarro del aborto, los malos augurios de la sala de despiece. La música diegética fue coordinada por Armando Trovajoli. La fotografía, en B/N, crea composiciones excelentes, contrastes amables, perspectivas de conjunto amplias y evocadoras, segundos planos de acompañamiento, planos de fondo festivos (juego de sombreros) e imágenes de denso simbolismo (sombra sobre los ojos de Walter a modo de antifaz o máscara).
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48 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
ARROZ A RITMO DE BOOGIE BOOGIE
Por increíble que parezca se estrena en Italia en 1949. Y es que hasta los italianos estaban más liberados que nosotros en materia de destapes. En esta España nuestra de fajas, fajos y refajos, todos muy púdicos y castos, la película no sólo fue masacrada por la tijera sino que además, sus restos, quedaron postergados hasta los 70 para exclusivo visionado de la progresía.

Claro que, visto lo visto y llovido lo llovido, hoy, casi sesenta años después, lo “indecente” se vuelve absolutamente inocente. Pero, eso sí, la Mangano era mucha mujer antes y ahora, y un muslo suyo valía por todas las rodillas de Claire y zarandajas similares. En materia de mundo y demonio, las francesas quizás sean más espabiladas pero en lo de carne, ganan las italianas por goleada ¿Y donde queda España se preguntarán? Bueno, no lo sabremos nunca, porque todos los celuloides están hechos trizas y que yo recuerde, tuvimos que esperar hasta las Historias de la Frivolidad y la era del destape, para empezar a “conocer” mujer.

En materia cinematográfica pura y dura, la película es un buen exponente del neorrealismo italiano, con el tema más real que pueda existir: La supervivencia. Dentro de este contexto no está de más recordar las características del neorrealismo italiano, y así leemos en Wikipedia: “ se caracteriza por tramas ambientadas entre los sectores más desfavorecidos, abundante en el uso de los rodajes exteriores, con importante presencia de actores no profesionales entre sus secundarios, y, con frecuencia, incluso entre los protagonistas. Las películas reflejan principalmente la situación económica y moral de Italia en la posguerra, y reflexionan sobre los cambios en los sentimientos y en las condiciones de vida: frustración, pobreza, desesperación...”

Si ven la película comprobarán que Arroz Amargo es neorrealismo mezclado, no agitado, con melodrama y aderezado con un buen chorro de tensión delictiva, pero en el fondo, en su esencia, no deja de ser una lucha por la supervivencia, muy bien interpretada por actores sumamente creíbles dentro de este contexto. ¿Qué les parecen Vitorio Gassman ó el mismo Raf Vallone ?.

Respecto a Silvana Mangano no les pregunto. Porque da más la imagen de poder ganarse la vida con el “boogie boogie” (tómenlo en sentido real o figurado, como deseen) más que con el arroz.

Para finalizar: Buena película, con un guión excelente (alcanzó la nominación para los Oscar), bien dirigida, real como la vida misma, impensable para los españoles de aquellos tiempos en que el norte del tobillo femenino era como la inexcrutable selva del Amazonas, con buenos actores y una Silvana Mangano también muy buena...

¿Se la van a perder?.
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38 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
SENSUAL FILM EN TORNO A LAS JORNALERAS DEL ARROZ EN LA ITALIA DE 1948
Película impactante en su descripción de la jornaleras que en Italia de mediados del siglo XX eran contratadas para plantar arroz. Sus duras condiciones de vida, sus bravura, su fortaleza para buscar el sustento de sus familias. Y entre todas ellas, la historia se centra en Silvana (Silvana Mangano) y Franchesca (Doris Dowling), la primera con ganas de dejar este oficio duro de obrera mal pagada y conocer nuevos horizontes y la segunda harta de aguantar a un mal hombre; ambas hacen un duo interpretativo digno de honores. A esto hay que añadir que el director Giuseppe de Santis, un auténtico adelantado y atrevido para los tiempos que corrían, filma a las mujeres de forma bastante provocativa, desde el punto de vista de los atributos sexuales femeninos, pero permaneciendo dentro de los límites en los cuales la censura no pudiera cortale escenas; sobre todo se muestra esplendoroso con el cuerpazo de la actriz principal, la rellenita y bella mujerona de grandes muslos, Silvana Mangano. También destaca el duo de actores masculinos, que hacen de acompañantes de las dos citadas actrices, tanto Vittorio Gassman como Raf Vallone, jóvenes maduros por aquel entonces, que ya daban muestras de su excelente realismo.

Una película bien construida, buen referente crítico-social para la posterior y famosa "Novecento" (B. Bertolucci, Italia 1976), con notoria fotografía en blanco y negro y guión muy llamativo.

Fej Delvahe
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23 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
¿Muslo o pechuga?
Evidentemente, De Santis no es De Sica, ni Visconti, ni Rossellini. Pero si De Santis alberga en su filmografía una sola peli que merezca pasar a la historia del séptimo arte con todos los honores habidos y por haber ésa es, incuestionablemente, “Riso amaro”. Una peli que tradicionalmente ha sido considerada como una de las obras cumbre del neorrealismo italiano pero cuyo insólito argumento también podría encajar a la perfección con un film de denuncia social, con un docudrama o -por qué no- con una embrionaria muestra de thriller rural.

Aún así, si por algo concreto “Riso amaro” parece definitivamente instalada en la memoria colectiva de generaciones y generaciones de cinéfilos es -sin lugar a dudas- por Silvana Mangano. Una exuberante italiana de rompe y rasga que nunca llegó a alcanzar el estatus de compatriotas suyas como Sofía Loren o Gina Lollobrigida pero que, a pesar de todo, nos dispensa en “Riso amaro” un verdadero recital -si no de erotismo- sí de sensualidad absolutamente profusa y desbordante.

Así pues, quién quiera conocer de cerca que significa eso de “sugerir en lugar de mostrar” desde una perspectiva estrictamente terrenal, que le eche un ojo a “Riso amaro”. O mejor dicho, a Silvana. A partir de ahí, que cada cual elija en función de sus gustos. Con vuestro permiso, yo me voy a pedir un muslo. Buen provecho.
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20 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Cine negro italiano de gran calidad
La etiqueta más destacable que tiene "Arroz amargo" es para la inmensa mayoría la de neorrealismo, por encima de drama, por lo que malvive en la casi absoluta omisión la descripción de esta película a través de la etiqueta de cine negro. No soy un experto, ni ganas, en esto del cine, y ante las descripciones ortodoxas de los críticos profesionales suelo escapar locamente, de manera que mi opinión respecto a esta maravillosa película italiana seguramente permanecerá arrinconada. Pues bien, para mí, por encima de todo, "Arroz amargo" es una película de cine negro como una casa, no "con tintes" de cine negro, no, lo es con mayúsculas desde su principio hasta su final.

Otra cosa que me parece algo triste es la excepcional constatación de la presencia de Silvana Mangano, de la que se destaca su belleza, yo también lo hago desde luego, y hasta sus dotes de cazar marido entre los grandes nombres del cine italiano de la época. Bien, su erotismo y su poderío físico es incuestionable, pero "Arroz amargo" tiene muchísimo más que una mujer moviendo las caderas con sensualidad inusitada, por eso digo que es algo triste, porque la aparición crucial de Vittorio Gassman me parece mucho más destacable.

Respecto al neorrealismo, no lo negaré, ahí está Wikipedia para el que quiera saber de qué iba y ciertamente la vida y el trabajo de las arroceras en el Po encaja perfectamente con el movimiento. La vida era muy dura, más que eso, la supervivencia, con unas condiciones laborales penosas, aguantando trapicheos desconsoladores y a la sombra de un machismo detestable. No niego que "Arroz amargo" sea un título crucial dentro del neorrealismo italiano, pero si la película me ha acabado ganando tanto es por la historia que tiene que ver con un collar calamitoso, por la presencia de (más de) una mujer fatal, porque hay traiciones, más de un tiro, algún cuchillo que vuela, y siempre, como debe ser en el cine negro, algún que otro fiambre. Es cierto que no hay giros de guión extraordinarios, no hay vueltas de tuerca ni embrollos, pero si "Arroz amargo" me ha parecido tan buena, insisto, y por ello la recomiendo, es porque para mí es por encima de todo cine negro de calidad.

No puedo dejar de anotar mi incredulidad al ver la fecha de la producción, 1948. Aún no me lo creo, me parece mentira...
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17 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
La amargura de las temporeras.
Vivo retrato de las duras condiciones de vida de las temporeras de los arrozales del valle del Po a finales de los 40. La espléndida Arroz amargo tiene la virtud de añadir a su innegable herencia neorrealista aspectos ajenos a dicho movimiento, mucho más propios del escapismo hollywoodiense. Así, a diferencia de El limpiabotas o El ladrón de bicicletas, la película de Giuseppe de Santis cuida su factura formal, e introduce en su trama recursos inusitados en los filmes de de Sica, por ejemplo: una intriga policial, fundamentos melodramáticos y algún toque erótico derivado de la voluptuosa belleza de sus actrices. La combinación, a mi entender rayana a la perfección, resultó muy efectiva, prueba de ello fue la enorme popularidad de la que gozó el filme.
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16 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Abriéndose camino o de como aprovechar los dones que la naturaleza nos da.
Final de la SGM, el cine norteamericano vive su época dorada en el cine negro, mientras tanto en un país de Europa que ha ganado la guerra pero que no lo parece surge el neorrealismo. A finales de la década este movimiento ya ha triunfado en el viejo continente, pero falta conquistar al espectador de más allá del Atlántico.

La fórmula no la inventarían los más puristas, sino Giuseppe de Santis, un director de corto recorrido, pero que con “Arroz amargo” creó el cine neorrealista negro, un híbrido que le sirvió para ser nominado al Oscar a mejor guión original, algo muy difícil en aquellos tiempos.

Aunque como ya han dicho mis compañeros para descubrimiento el de Silvana Magano, una de tantas chicas de concursos de belleza que se realizaban en Italia, pero que a diferencias de otras supo ser más “abierta”. Primero con Marcello Mastroianni con el que consigue introducirse en el mundo del cine, y después con el productor Dino de Laurentiis, con el que se casa. Con 19 años ya tiene la vida resuelta y ha hecho sólo una película. El listo no era de Laurentiis como dice otro amigo, la lista era ella. Y les guste o no a las feministas, el arma principal que usó para pasar de ser una humilde chica de barrio a estrella, fue el físico y la “sociabilidad”, que son dos cosas distintas, se puede tener una y no la otra, y la Mangano tenía las dos cosas muy desarrolladas desde bien jovencita.

La película está muy bien, aunque para mí gusto no llega ni a cine neorrealista de verdad ni a un puro film noir, se queda a mitad de todo, queriendo buscar la querencia del público norteamericano que otra cosa –el mejor ejemplo la banda sonora-. Algunas escenas son bastante absurdas, como aquella que las mujeres pasan de cantar a arrancarse los pelos y al momento siguiente a fundar casi un sindicato para protegerse del patrón, todo ello fomentado y coordinado por un militar. Vamos... de película.

Pero el resultado global es muy satisfactorio, una película muy adelantada a su tiempo, con un buen guión, bello final y la presencia y erotismo de una mujer que puso a medio mundo al borde del infarto. No podemos ser más pedigüeños.
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15 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Por un puñado de arroz
La vida de un grupo de arroceras es el punto de partida de esta emblemática película neorrealista. El duro trabajo en el río es desempeñado sólo por mujeres entre las que se encuentran las protagonistas de este drama rural: Silvana, una atractiva ingenua joven soñadora, y Francesca, otra hermosa joven que huye de los problemas y del delincuente que tiene por novio. A partir de esto, las tensiones que se viven durante los cuarenta días que dura la cosecha hacen tambalear la relación de las chicas que se encuentran con las complicaciones de la vida en el campo y también con la miseria general de la época.

Silvana embutida en sus medias rotas negras en el agua sin duda se ha convertido en una de las imágenes más recordadas del cine italiano al igual que su sensual forma de bailar (espectacular e inolvidable Silvana Mangano).

Durante la cinta se mantiene el interés por los distintas intrigas que van apareciendo. La violencia alcanza gran expresionismo en algunas secuencias, la tensión psicológica entre las dos mujeres va in crescendo, a esto se añade la intriga de un policiaco desde el comienzo y la tensión sexual desbordante que bebe directamente del mejor Buñuel (la escena en el que la protagonista es atacada con un palo es inolvidable) a la vez que se denuncia, las condiciones de trabajo en general, y las de las mujeres en especial , ya que muchas son cosechadoras sin contrato que han de ganarse el sueldo a base de mayor esfuerzo. El espectador acude como un temporero ante la sucesión de los acontecimientos.

Tanto esfuerzo, para el final, conseguir unos kilos de arroz con el que poder sobrevivir hasta el siguiente año de cosecha. Y todo al servicio de la reflexión sobre el humano, de sus sueños y ambiciones, en una época en la que llenar el estómago para muchos era lo más importante.
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13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Cuando las maggioratas dominaban la tierra
Turbadora, sensual y revolucionaria. No se me ocurren mejores adjetivos para calificar a esta película.

Realizada en el contexto de una Italia post-fascista, empobrecida y rural vemos desfilar a personajes como el de Vittorio Gassman, un ser brutal, sin escrúpulos y que constituye un retrato descarnado de la maldad y el egoismo humano erigiéndose en el protagonista absoluto de la función junto a Silvana Mangano, que representa una suerte de femme fatale rural. Egoista y provocadora destila sexualidad por todos lados y da los momentos más memorables del film.

Todo ello en un ambiente donde está presente de forma sutil cierta iconografía religiosa mariana y donde hay momentos auténticamente transgresores para la época. Sólo hay que ver la tensión sexual, con toques de lesbianismo encubierto, las proclamas revolucionarias de igualdad de las trabajadoras y los bailes de la Mangano para ver que, si hoy día impresiona, los espectadores de la época deberion quedar profundamente turbados por lo que veían.

Sin duda una obra cumbre del neorealismo italiano y del cine europeo en general. De visión obligatoria.

Lo mejor: Su voluntad de transgredir
Lo peor: Deja mal cuerpo (aunque eso no tiene que ser negativo necesariamente)
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14 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Jornaleras que sueñan
La carnalidad incuestionable de Silvana Mangano ayudó a vender en su momento esta importante obra del neorrealismo italiano; bienvenida sea, en este caso, la comercialidad del erotismo que permitió que la película fuera vista entonces por más gente de la esperada. Lo cierto es que no sobra morbo, ni falta drama en una historia en la que, como en otras de aquellos tiempos de posguerra, florecían en Italia las penas y los trabajos infernales.

Las arroceras del Valle del Po son el amargo testimonio de algo que tal vez nunca pase a ser historia, porque siempre habrá realidades que hundan sus raíces en la explotación, la pobreza, la ignorancia y el engaño más atroz, ese que juega con el sentimiento más profundo de las personas, el que hace perder a sus víctimas las ganas de vivir: el falso amor.

Soberbios la Mangano y el "sinvergüenza" de Vittorio Gassman, así como Raf Vallone en el papel de un asqueado militar sin suerte.
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12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Paella a la Silvana
Como una diva de Hollywood pero con temperamento italiano, Silvana Mangano llena la pantalla con su presencia siendo el atractivo que llevó a esta película a ser un éxito de taquilla en toda Europa cuando aún no había nacido la década de los 50. La actriz derrocha un erotismo inusitado, sin enseñar nada y sin hablar de sexo durante toda la película, tiene el encanto de las grandes de la época, de una rica gestualidad que acapara en todo su cuerpo y de una mirada embelesante. La película en sí es una extraña mezcla de neorrealismo mezclado con el género policiaco, una de las imprescindibles para los estudiosos de esta etapa del cine italiano y aunque se desarrolla de una forma atropellada y acumula un buen puñado de tópicos, no le falta interés a la trama que se ocupa desde el robo y el asesinato a la lucha sindical de las arroceras.

Sorprende la factura técnica con la que De Santis maquilla la película, con composiciones armónicas, muy logradas, incluso con los personajes en movimiento logrando un acompasamiento idóneo para llenar el plano en todo momento. La fotografía en blanco y negro logra contrastes amables, perspectivas evocadoras y bellos planos para destacar a los personajes entre los arrozales o los graneros. Rodada principalmente en exteriores el inusual ‘plató’ que componen los arrozales cubiertas de agua chapoteados por decenas de muchachas arremangadas hasta los muslos suponen un magnífico escenario para la película.

En el fondo del todo, como buena película neorrealista, están las desigualdades sociales, las penurias económicas en una época de posguerra, las duras condiciones de vida de las obreras, aunque muchas veces el propio director se encarga de desdramatizar estas situaciones a ritmo de ‘boogie-boogie’ en una gramola con la que Silvana (también su personaje se llama así) se contonea para delicia de todos.

El principal fallo de la película radica en su ritmo, demasiado acelerado para cerrar muchas de las acciones de forma atropellada y hasta incoherente, en el final, unas escenas se pisan a otras y aquí el guión (que fue nominado al Oscar) se amontona sin dar abasto, pues el director no ha sabido dispensar de forma coordinada las subtramas que se generan en el filme.

http://palomitasconchoco.wordpress.com
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12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Las temporeras peregrinas
La carnaza sensual de una Silvana Mangano de diecinueve años ligera de ropa no me alcanza para un drama neorrealista redondo; los he visto mejores, la verdad sea dicha, porque la parte melodramática no me termina de convencer. Como aspecto muy positivo, está la combinación de denuncia social, delincuencia, crimen y romances desgraciados que agiliza una historia al uso italiano de posguerra, donde lo principal era resaltar las calamidades del pueblo. La peregrinación anual de un enjambre de temporeras del arroz de todas las edades ofrece un escenario verídico y suficientemente duro, representativo de una raza de luchadoras que echaban el pellejo para arañar unas liras aquí y allá, dirigiéndose decididas adonde hubiera trabajo, ya fuese partiéndose la espalda cosechando arroz o segando campos. Ni aún ellas en gran grupo estaban libres de amenazas, porque donde se huele carne y beneficio siempre rondan aves rapaces y cuervos carroñeros.
La estrella del tumulto mujeril es Silvana, potente bellezón inexperto de buen fondo pero endurecido por la pobreza. Es propensa a encandilarse ante promesas de prosperidad, lo cual llega a nublar su sensatez. Aunque puede ser una compañera considerada, también puede olvidar sus buenas intenciones al segundo siguiente si se ciega por el brillo del dinero. Su temperamento impulsivo y algo volátil hace el resto. Por ello Silvana lo mismo es leal a alguien un rato hasta que si le conviene se vuelve en contra después. Francesca, una cómplice de robo que se une a la caravana de cosechadoras, descubre pronto estas cualidades cambiantes de su nueva amiga. Experimentada y escaldada por las decepciones al estar ligada sentimentalmente a un ratero al que ama sin esperanza, a Francesca ya no le tientan las riquezas. Ayuda al tarambana de su novio por debilidad, por falta de voluntad, porque se somete al chantaje psicológico, por el error de dejarse pisar creyendo que así él la querrá y la respetará. Pero al convivir las veinticuatro horas con docenas de mujeres y salir de la irrespirable celda de su prisión amorosa con Walter, se le despierta un sentido de solidaridad y de conciencia social. La aparición de un interesante soldado, Marco, que pretende a la voluble Silvana, termina de abrir los ojos de Francesca.
Y mientras tanto, la cosecha corre peligro porque Walter, que se esconde de la policía en los graneros de arroz, ya está planeando un nuevo golpe.
Los bailes de la Mangano al son de su gramola portátil, sus paseos en ropa interior y muchos pares de piernas desnudas en los arrozales, caldeando un ambiente ya bastante recalentado por la rudeza del trabajo, las hormonas alteradas y la mala voluntad de algunos bajo la inclemencia del verano italiano, imponen una marca de erotismo llano que flota sobre todos los fotogramas, pero que no resta un ápice de dignidad a las obreras que se desloman por un saco de arroz.
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10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
¡ Viva el cine, viva Italia y viva Silvana !
Chicos: ésta película es de las que no se olvidan, y por muchos motivos.
El argumento atraviesa varios géneros a ritmo trepidante y siempre con interés, los actores están en estado de gracia, la fotografía atraviesa atmósferas que van del realismo al expresionismo (en los planos finales) y amigos, lo más importante; la expresión de las emociones humanas de la historia en cada una de las secuencias daría para otra película.
Seguro que Tarantino vio el Woogie que se marcan Silvana y Vitorio antes de rodar su Pulp.
Como me faltan palabras para describir a Silvana Mangano y hacer justicia a su actuación y a su físico sólo pueo deciros "No dejeís de verla!
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9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Bomba sensual
La película combina neorrealismo italiano, cine negro, melodrama, retrato social de la Italia de Posguerra referente a las obreras "golondrinas" de los arrozales del río Po (en Vercelli). Pero lo que cuenta sobre todo y cae como una bomba en la época son los muslos de Silvana Melega (Silvana Mangano, en sus 18 años) que producen una sensualidad arrolladora, todo el tiempo. Y el éxito de esta mezcolanza es el punto de partida de la carrera cinematográfica de la actriz y de Vittorio Gassman, como Walter Granata, un rufián. Linda también la actriz norteamericana Doris Dowling en el papel de Francesca, que ha robado un collar en un trabajo anterior. Ambas actrices son demasiado bellas, bien vestidas y peinadas para el tipo de trabajo que hacen por un kilo de arroz por día y nada los días de lluvia. Una escena memorable es el baile del boogie-boogie de la Mangano y Gassman. Multitudes de mujeres se arremangan las polleras para trabajar en el agua, el argumento parece ingenuo, infantil, irreal a pesar de su supuesto realismo, las escenas melodramáticas sorprenden por descolgarse, exageradas e intempestivas, pero ya sabemos porqué la película tuvo tanto éxito y no se olvida.
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8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Silvana
¡Que importa la pelicula!... las piernas de Silvana Mangano lo justifican todo, llenan la pantalla y hacen que la vida sea bella.
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18 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Una mezcla casi explosiva
Magnífica cinta donde hay una mezcla de todo: intriga, trama, drama,... todo ello mezclado con cine negro e incluso erotismo que para aquella época era mucho.

Las actuaciones ni si ni no. Me han gustado en la mayoría de la película, pero a veces se notaba mucho la influencia americana (esas poses de las protagonistas) o la falta de una dirección perfecta para ellas, sobre todo la parte final más interesante, donde hay mucha emoción pero muy descafeinado.

Aún así, la parte positiva pesa más que la negativa.
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5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
La chica más guapa del mundo
Como muchas películas del cine italiano de los 40 y 50, aguanta muy bien el paso del tiempo. Podríamos poner la mano en el fuego del mismo modo para la mayoría del cine actual?
Algunas notas sobre la película:

1-Ante todo y obviamente, la figura de Silvia Mangano. El magnetismo de su físico ( su pelo, cara, mirada, boca..., la sensualidad de su cuerpo y de sus movimientos...) es tal que cuando aparece encuadrada lo demás casi sedifumina.Es un placer contemplarla en la película, porque se impone a todo. Sin embargo, desde el punto de vista de la historia llega a ser casi un inconveniente. La belleza de la actriz es tan apabullante que nos distrae.

2-La capacidad de hacer de la necesidad virtud (los estudios italianos quedaron destruídos durante la II Guerra Mundial y hubo que utilizar exteriores y actores entre la gente del común) produce esta maravilla que nos acerca a la historia rural (esos eternos campesinos o proletarios urbanos que van a trabajar estacionalmente al campo), a la etnografía (los maravillosos cantos telúricos de las viejas mujeres, los desafíos cantados que acompañan al trabajo...) y a la sociología (la aculturación y la llegada de la música americana en esa sensual escena en que Silvana baila un boogy-boogy delante de sus compañeras de trabajo que la miran fascinadas).

3-Una historia de thriller policial ambientado en el campo muy interesante. Es un mundo de pillos y ladronzuelos de posguerra, una especie de picaresca cutre: se roba arroz, joyas... El duelo final en la carnicería podría ser por momentos la escena final de un western.

4-Una historia paralela de redención y de condenación muy bien contada. Personajes femeninos: Silvana sigue un camino descendente (queriendo triunfar y subir administrando sus encantos físicos en el momento oportuno) que la conduce a el desengaño y la muerte. Francesca, en cambio, circula en dirección contraria: su inserción en el mundo de las mujeres trabajadoras despertará en ella lo mejor de sí misma y el ansia de redención y dignidad.
Lo mismo sucede con Walter y el sargento. Walter es incapaz de superar su egoísmo de ladrón, y no tiene escrúpulos en usar a Francesca y a Silvana como instrumentos para sus fines. El sargento, que se muestra al principio como un personaje superficial que pretende disfrutar los favores de Silvana acaba percibiendo el verdadero valor de las personas en la figura de Francesca y la necesidad de defender lo común y los derechos de la gente.

5-Alguien se habrá fijado en lo feminista que resulta en muchos aspectos esta película? Es una película de mujeres, del trabajo compartido y reivindicado, de su solidaridad, de su complicidad en los momentos de descanso, de su ternura y humanidad... Esa escena final en la que se despiden de Silvana arrojando sobre su cuerpo puñados de arroz.

Interesante, fotografía deslumbrante, retrato social profundo...Un ejemplo más de que el cine italiano de posguerra atesora un conjunto de obras maestras que todavía hoy nos emocionan.
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5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
De rompe y rasga.
Con un argumento que poco tiene que envidiar al cine negro que se rodaba en la época, a lo mejor sus aspectos documentales se merecen todos los palos que le dieron los críticos más sesudos de la época, el tramiento de las relaciones amo/capataces/currantas se ha quedado un poco simplón, Raf Vallone estaba un poco soso y ver bailar a Silvana Mangano ya no es para tanto, pero personalmente he disfrutado de cada minuto de esta película, que incluye varias secuencias que te dejan -en un par de casos muy concretos que no voy a contar, porque me jode mucho destripar las películas- con el cuore en un puño.

Machacada a conciencia por la censura de la época, la iglesia española le declaró la guerra a muerte.
Y perdió.

Clasicazo revisitable, que no decepciona.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Feliz 70 Aniversario del estreno (07/Septiembre/1949) de un clásico del neorrealismo.
166/23(30/09/19) Notable drama italiano realizado y escrito por Giuseppe De Santis en su segundo largometraje, se basa en un argumento del realizador y de Carlo Lazzani (“Bandidos de Milán”), desarrollado como guión por éstos con la colaboración de Franco Monicelli (“Marco Visconti”) en los diálogos. Es poderosa mezcla entre el neorrealismo (“se caracteriza por tramas ambientadas entre los sectores más desfavorecidos, abundante en el uso de los rodajes exteriores, con importante presencia de actores no profesionales entre sus secundarios, y, con frecuencia, incluso entre los protagonistas. Las películas reflejan principalmente la situación económica y moral de Italia en la posguerra, y reflexionan sobre los cambios en los sentimientos y en las condiciones de vida: frustración, pobreza, desesperación...”) y el thriller erótico, donde el productor del film, el mítico productor de la película Dino de Laurentis regala a su entonces reciente esposa de 18 primaveras Silvana Mangano un tórrido papel que la elevó a los niveles de Icono sexual merced al modo en que la cámara la muestra explosiva y sensual, una femme fatale que evoluciona a medida que avanza el metraje, contraparte del rol encarnado por Doris Dowling, su voluptuosidad, su modo de moverse, bailar, dejar ver sus piernas, su imagen con pantalones cortos y medias negras en los arrozales fue todo un pelotazo para la conservadora mentalidad de post WWII.

Además esta su historia donde se habla sobre todo del innato instinto de supervivencia, el de esas decenas de mujeres jornaleras (no lo hacen los hombres, se dice que es porque las mujeres tienen las manos ligeras que se requieren para la labor, las mismas que enhebran una aguja y acunan a un bebe) que trabajan 40 días en condiciones extremas en los arrozales, mujeres de carácter, valientes, decididas, luchadoras, con momentos tan sugerentes como cuando alas arroceras que no se les permite hablar durante las horas de trabajo, se comunican a través de canciones improvisadas. Refleja en esto el director su ideología marxista en la denuncia de las duras condiciones de trabajo, reflejando sus rutinas diarias, sus problemas, como duermen, como tiene sus anhelos, sus romances, como sufren por la lluvia y no poder trabajar, esto el director lo exhibe en majestuosas tomas de las mujeres laborando en los arrozales, en unas coreografías estimulantes. Esto entrelazado una subtrama de thriller en que se nos hace ver que lo que realmente llena es el trabajo honrado, la unidad de las gentes nos hace más fuerte, el trabajo en equipo nos ennoblece, esto encarnado en el carácter del personaje de Dowling. Además tiene gran protagonismo un efervescente Vittorio Gassman y el emulo de Burt Lancaster, Raf Vallone. El título italiano de la película se basa en un juego de palabra; Dado que la palabra italiana riso puede significar "arroz" o "risa", riso amaro puede interpretarse como "risa amarga" o "arroz amargo". Fue un gran éxito comercial en Europa y Estados Unidos, en lo que tendría mucho que ver el mencionado erotismo del film, además de la arrolladora belleza de la romana Mangano, hay una pelea de mujeres en el barro.

Tiene un comienzo muy sugestivo metiéndonos en materia de modo inteligente, primero a través de la narración en primer plano de un locutor de radio transmitiendo desde una estación de tren, contando la historia de los arrozales del norte de Italia, para abrir luego el plano en bello travelling circular de grúa ver a decenas de mujeres de diferentes edades cual marabunta con su maleta caminar por las vías hacia coger su tren a los arrozales, para terminar el plano en dos tipos que esperan a alguien. Tras breve presentación de una pareja de ladrones de joyas (Francesca Y Walter), suben a un tren para confundirse en la muchedumbre de obreras, allí se produce otro hermoso travelling, se escucha música y la cámara comienza a girar, vemos ventanillas de los vagones con hombres observando algo que los entusiasma, el objetivo torna hacia el centro de las miradas, vemos bailar sensualmente a una voluptuosa joven (Silvana Mangano), entonces Walter con mirada lasciva se acerca a la joven bailarina, le pone su sombrero y se une a ella, sugiriendo ya el triángulo amoroso que luego derivará en cuadrangular con la aparición de un soldado.

En la vertiente neorrealista de exponer los problemas obreros tiene grandes momentos, somos testigos de las reyertas entre trabajadoras con contrato y las ilegales, como comienzan discutiendo en el campo de batalla que son los arrozales, la táctica de las ilegales es trabajar más duro y mejor que las legales, ello mientras mantienen duelos dialécticos formidables mediante canciones (no pueden hablar entre ellas), terminan peleando físicamente en el barrizal, pero en epítome de lo que de Sanctis predica hace ver que lo mejor es la unión del proletariado para presionar a los (desalmados) patrones; También vemos sus lamentables condiciones en las que trabajan, encorvadas, con los pies y manos siempre en el agua, vemos en las que duermen, como la lluvia es un contratiempo que deciden salvar con un rudimentario chubasquero (saco), incluso hay un aborto involuntario por el trabajo (Maria Grazia Francia como Gabriella). Me falla, como he leído en algún lado, que no vemos secuelas de este duro trabajo en las bellas Mangano y Dowling, se mantienen esplendorosas durante el metraje, no hay evolución física en ellas por trabajar al sol y dobladas horas, esto resta poder de realismo.

En a la subtrama de thriller con trazas de erotismo destaca la malsana relación entre Silvana y Walter, ella sufriendo evolución desde la ingenuidad al lado oscuro que la lleva el pícaro Walter, se mueve entre la lujuria y la avaricia, aprovechándose de ella en los dos aspectos, teniendo momentos entre los dos ardientes, sobre todo para su tiempo, como ese tramo masoquista que es azotada Silvana por Walter y ella lo mira en trance, refleja la vena salvaje de los dos....(sigo en spoiler)
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8
UN RISOTTO DE NEORREALISMO
Uno de los films más remarcables del cine de posguerra italiano, más conocido como Neorealismo y que retrataba la reconstrucción, partiendo del modelo social , de un país castigado por la II Guerra Mundial y que intentaba sobrevivir recurriendo a los pocos recursos en que podía subsistir. Nombre emblemáticos surgieron de ese movimiento como Vittorio De Sica (El Ladrón de Bicicletas; Umberto D), Roberto Rossellini (Roma, Ciudad Abierta; Stromboli), Luigi Comencini (Prohibido Robar) o Giuseppe de Santis y su recordado “Riso Amaro”.

De Santis insiste inevitablemente por sus insistentes tomas de cámara con las jornaleras recolectando arroz de los afluentes del Po, sudorosas bajo el Sol y, para qué negarse ni el blanco y negro (acusador y presente en la fotografía, al que le da más valor) no impedía cesar la desprendida simbología erótica en las decenas de cuerpos femeninos, liderados por la de una joven y voluptuosa actriz de diecinueve años, Silvana Mangano de diecinueve años, que ni siquiera su rival americana en la película, Doris Dowling, puede hacerle la competencia.

Al margen de la indudable estética erótica de la película (incluidos diálogos), la película en su argumento resalta por los dos choques diferenciales entre sus protagonistas femeninas en discordia por su procedencia y condición. Cuando llega la primavera y centenares de jornaleras son contratadas desde distintas partes del país para la recolecta del arroz, Francesca (Doris Dowling) , mujer de mala vida y novia de Walter (Vittorio Gassman) un ladrón de poca monta que huye de la policía tras un robo. Al hacerse ella con el botín, un valuoso colgante, decide pasar desapercibida entre las recolectoras y en el que conocerá a Silvana (Silvana Mangano) una joven que intenta subsistir en el campo, lejos del sueño que precisamente Francesca intentaba alcanzar y que ve frustrado cuando es testigo de la realidad de muchas mujeres que intentan sobrevivir trabajando horas sin descanso.

Un reparto inigualable que, además de la Dowling y la Mangano, reúne a Vittorio Gassman y Raf Vallone como rivales masculinos y polos opuestos en esta historia realista, vivaz y de imprescindible visionado que ha servido de referencia para posteriores cineastas.
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