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23 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
7
La Larga Marcha Atrás
¿Qué le pasa a China? ¿Por qué ‘Black Coal’ parece concebida por un Henning Mankell oriental? ¿Por qué la asocio mentalmente, en su feísmo, a ‘Naturaleza muerta’ de Jia Zhangke? ¿Dónde quedó la épica roja y revolucionaria de la Larga Marcha? ¿Qué fue de aquellos ídolos con pies de barro y sangre en las axilas? Como dice un gran amigo mío, si China es el futuro, la humanidad carece de futuro.

Diao Yinan quiere ofrecernos un retrato de la China postmoderna. Y qué retrato. Todo en esta cinta es horroroso, cutre, repelente. La dirección artística –atrezo, vestuario, cortes de pelo, y muy en especial, las localizaciones–, en su apuesta innegociable por la fealdad, es impecable. El sonido –ese chirrido del columpio, en la noria; el crujir de los patines en el hielo– el sonido, digo, refuerza el desagrado y el desasosiego. La paleta de colores oscila entre el brillar hortera de las luces de neón y el tono grisáceo de la nieve sucia. Qué feo todo, y qué triste.

Asesinar, descuartizar, dispersar los restos. ¿Para qué? Como en una novela de la saga de Kurt Wallander, nos sentimos perplejos, desarmados, frente a la barbarie de apariencia gratuita. Siento que el espíritu, aséptico, de Anton Chigurh –el villano imaginado por los Coen y encarnado por Bardem– sobrevuela la ciudad manchú de provincias en que trascurre el film.

Y ese avanzar, tan fláccido, de la trama, como hacia ningún sitio, sin rumbo ni destino… Semejante en cierto modo a ‘Zodiac’, de David Fincher, un Fincher sin burbujas. La indolencia de los fotogramas, el fluir de un río enajenado, resuelto en ciénaga.

Escribe el director: “Quería realizar una película policiaca que retratara la China contemporánea. Mi objetivo no era imaginar solamente una trama y darle respuesta, sino restituir al máximo lo que constituye nuestra nueva realidad.” La nueva realidad resulta ser un páramo cortante, un yermo desolado y hueco, postrevolucionario e industrial, que va desembocando –despacio, muy despacio, igual que un hongo o un tumor– en un capitalismo fofo y desalmado.

Desalmado. La China retratada por Diao Yinan es un país sin alma ni verdor. Un país que produce escalofríos, inhóspito, inclemente, similar a esa Finlandia de tabaco, alcohol y flores chuchurrías marca de la casa Kaurismäki.

Un país sin alma es algo aterrador. El horror mismo.

La escena en que se entregan las cenizas –ese recinto, funcionarial, sin religión ni dioses– se me adhirió al estómago, igual que una lombriz, con su carga de vacío geométrico.

Y la luz. O la falta de luz. O la luz contaminada. Un blanco tan malsano como el blanco pastoso de los grandes maestros del terror: Poe, Lovecraft o el Melville de la inmensa Moby Dick.

El blanco antártico en que vive y asesina el ente de ‘La cosa’.

Frente a todo ello, un antihéroe «made in China», como adquirido en las rebajas o en la tienda «todo a un euro» de una calle lateral. Un hombre en busca de sí mismo, un perdedor… Si China es el futuro, que la ausencia de Dios nos pille confesados.
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51 de 66 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Los reyes de las nieves
Cuando acaba Black Coal la sala se queda por un momento en silencio. No es para menos. Todos los espectadores están digiriendo el fulminante final que ofrece la cinta tras una hora y media apasionante y asombrosa. Hay una ligera duda, ¿qué acabamos de ver? No es el típico thriller, se salta todas las normas del género. Tiene algo de la narrativa confusa de Fincher, y también algo de la trampa y la sorpresa de Oldboy. Claro, que también tiene un protagonista que parece el Philipp Marlowe chino. Desde luego, lo único que sabemos es que Diao Yinan ha conseguido sorprendernos con su propuesta.

Ya desde el primer minuto la película apuesta por impactar. En la primera escena viajamos en un camión de carbón en el que hay… algo. Algo que acabará por ser una mano humana, como se descubrirá posteriormente en la fábrica. El detective Zhang Zili (al que se presenta con media pincelada, pero qué media pincelada más brillante) se embarcará en la investigación de un caso que terminará sin resolver y en el que será herido. Cinco años después, abandonado ya el cuerpo y con un Zili en plena decadencia, con adicción a la bebida y hundido en la seguridad privada, el caso, que quedó sin resolver, vuelve a a cruzarse en su vida de forma casual. Los asesinatos del carbón ahora tienen que ver con las pistas de hielo. Por supuesto, intentará resolverlo por su cuenta. ¿Qué tiene que perder un hombre que ya lo perdió todo?

La sinopsis puede sonar muy convencional, pero el director chino se encarga de darle su propia voz. De hecho, el primer caso, que funciona a modo de prólogo, ya tiene sus propias sorpresas. Se nota que ha trabajado como guionista antes de lanzarse detrás de las cámaras, pues los giros narrativos van desde las sorpresas argumentales hasta lo completamente inesperado. Cada segundo de lo que se muestra en la pantalla está absolutamente pensado y cuidado hasta el último detalle. Muy como mandan los canones, la navaja de Chejov y esas cosas, todo lo que aparezca no será baladí; tendrá su importancia en algún momento.

Porque por muy buena que sea la historia, hay otra cosa que casi acapara la atención del espectador, y es la atmósfera. Quizá uno tarde en darse cuenta de lo que es, pero Yinan nos sumerge en un mundo absolutamente incómodo. El frío, la soledad, el silencio… la película se las apaña para que incluso una velada romántica en lo alto de una noria sea algo lóbrego, oscuro e inquietante. El trabajo de iluminación no se puede describir con palabras.

Por supuesto, también contribuye a darle ese toque tan inquietante la intepretación realizada por el dúo protagonista. Liao Fan, protagonista absoluto, digno de los momentos más oscuros de Raymond Chandler, está simplemente soberbio. Quizá porque las historias de fracaso tienen ese morbo de la épica del perdedor, nos podemos identificar con él desde el primer momento. La réplica se la da Gwei-Lun-Mei, que hace un papel menos imponente, quizá menos difícil de llevar, pero no por ello menos importante. La química, patente, entre ambos ayuda mucho.

De la mano de ambos recorreremos un camino que no resulta fácil. Hay que estar atento a todo lo que ofrece la escena. Muy al estilo oriental, este thriller no va a poner las cosas fáciles: prefiere sugerir a desvelar, el poder del silencio antes que la esclavitud de las palabras. Cada gesto y cada cosa no dicha son capaces de desencadenar un auténtico mundo en esta película.

Quizá el único pero que se le podría poner a esta cinta sería ese: que puede llegar a ser difícil para el gran público. La quietud, la lentitud y la poca externalización de la que hace gala, que son precisamente lo que lo convierten en un thriller tan poco al uso, requieren un nivel de atención que no suele casar con lo que se ve por ahí actualmente. En todo caso, estamos ante un maravilloso ejercicio de estilo que un buen cinéfilo no debe perderse.

Miguel de la Asunción
Crítica realizada para Cinemaldito.com (@CineMaldito)
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29 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Mi hermosa lavandería
Dispersa, difusa y confusa. Cine negro chino con ínfulas.
Curiosa película. Extraña opción.
La cosa es la siguiente: el director ha elegido saturar su historia de bellos cuadros y relegar la trama. Ha potenciado la estética en detrimento de la ética (narrativa); el resultado es una suma asfixiante de hermosos planos, retorcidos y rebuscados, con una excusa argumental pobre y, por momentos, ridícula.
Primero se muestran las hipnóticas y turbadoras imágenes, más tarde, mucho más tarde a veces, se dan las explicaciones (peregrinas) pertinentes. Avanza en zigzag, de forma oblicua e indirecta, deteniéndose en naderías, buscando obsesivamente el hallazgo (visual) pistonudo que sorprenda y arrebate.
Todo esto provoca morosidad, frialdad inane, desinterés y desapego. Una distancia gélida que nada dice, que poco aporta, que solo incide en el evidente talento formal del autor.
Un fracaso desolado.
Muy en el fondo, detrás de la excusa macabra, se atisba una China glacialmente sórdida, triste y enferma. También asoma un retrato líricamente feroz sobre la desconexión y el desconcierto.
Historia contada a hachazos, sin fluidez ni sentido. Trata de hacer un fresco a través de una investigación criminal; juega con el tiempo y los espacios, pero le pierde la vacuidad barroca, la pose innecesaria.
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19 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Casi imposible de seguir
Esperaba esta película con interés. No ha podido ser más grande mi decepción.
Estamos ante una historia atmosférica que tiene todo su potencial en una increíble fotografía que te sumerge por completo en esa desolada, fría y desalmada sociedad dónde lo único que desentona son las omnipresentes luces de neón. La trama parece importarle un pimiento al director y deja que se diluya a medida que pasan los minutos como agua entre los dedos; a no ser que te dejes atrapar por su imagen acabarás perdido en una historia que no era lo que aparentaba. A mí no ha conseguido atraparme y me da rabia porque creo que he dejado escapar una película interesante, que no he estado a la altura.
Como penitencia me obligaré a ver toda la saga Transformers a ver si aprendo para la próxima.
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16 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
Gato por liebre.
Empieza como una película de género, pero no os dejeis engañar: es una película de autor de las de la peor especie, de esas que ni se entienden, ni emocionan. Y no me considero ni más corto ni menos sensible que la media. Debí abandonar su visionado después de la primera secuencia de acción, la de la detención, el interrogatorio y los asesinatos, la que precede a la elipsis. Absolutamente risible.
Las investigaciones posteriores fluyen espesamente sin que me quede claro como se pasa de una situación a otra. Tampoco se esclarece la causa del primer asesinato. Ya se que es una necedad por mi parte, pero si me están contando una historia espero que esta tenga planteamiento, nudo y desenlace. Es lo propio del cine de género y esta peli no lo da.
Y como cine de autor, pues se me escapan los simbolismos o las metáforas y tampoco le voy a dar más vueltas. Lo único que me ha quedado claro es que en la China actual todo es feo, triste y deslucido. Y, además, no tiene sentido. Para ese viaje no necesitaba alforjas.
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13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
La Alienación Total.
Bai ri yan huo (Black Coal, 2014) de Diao Yinan ha arrasado en el pasado festival de Berlín donde consiguió el Oso de oro (mejor película) y el premio al mejor actor (Fan Liao). El filme, de nacionalidad China, parece unirse a la corriente de filmes provenientes de dicho país y que son exportados mundialmente (con especial interés por los festivales internacionales) como demostración (por parte de las autoridades) de que la producción nacional China va en perfectas condiciones. Algo aparentemente contradictorio, porque estos filmes ponen en tela de juicio el sistema chino. De hecho esto nos puede sonar similar, porque la dictadura franquista tenía la misma actitud con el arte contemporáneo, favoreciéndolo siempre que fuera de puertas para afuera, motivo por el cual artistas críticos como Tàpies (y otros provenientes de la corriente del informalismo) fueron expuestos en Bienales artísticas (como la de Venecia de 1950).

Black Coal no es un thriller al uso, a pesar de que sigue una estructura de filme policiaco. El que se quede en la superficie y sólo contemple la trama como una película de caza al asesino no habrá entendido absolutamente nada, algo que ha sucedido a no pocos críticos españoles. Lo cierto es que el filme de Diao Yinan es dinamita pura contra el sistema ultra capitalista chino, y sobre todo, con las consecuencias desalmadas que este produce. Pero no adelantemos acontecimientos.

El filme se inicia con un Flashback que nos muestra a nuestro protagonista principal, interpretado por Fan Liao, trabajar como policía en un caso en la década de los años noventa. Nuestro protagonista se encuentra trabajando en una investigación en la que está envuelto un psicópata que tiene amenazados a toda la población. Además, se divierte despedazando a sus víctimas y repartiendo los trozos de los cadáveres por toda la ciudad. En este primer prólogo nuestro protagonista lo pierde absolutamente todo (mujer y amigos). Y por supuesto, tanto él como la policía china no consiguen encontrar al culpable de los asesinatos.

Años más tarde, la película nos muestra a nuestro protagonista trabajando como guardia de seguridad, después de haber perdido el empleo de policía. Sin embargo, por un ardid consigue colocarse de nuevo en la pista del caso y ve la oportunidad para recuperar su antigua vida.

Como decía anteriormente, realmente uno se pregunta si la trama propiamente policiaca del filme es tan importante como el telón de fondo donde transcurre esta. Y la verdad es que da la sensación de que lo que realmente importa en Black Coal transcurre en un segundo plano. En sus paisajes urbanos, desolados ante la irrupción de la nieve o ante los luminosos carteles de neón (estos dos paisajes los encontramos de manera reiterada en el filme), que anuncian el artificial mundo en el que se desenvuelve la trama.

Todo está muerto en Black Coal. No es casual que el cineasta nos muestre reiteradas secuencias en las que el personaje se adentre en transportes públicos (trenes y autobuses) y no veamos ni en una sola ocasión una simple conversación (por muy intrascendente que sea) entre todos los pasajeros. La gente de la ciudad está muerta. Ni siquiera se miran a los ojos entre ellos. Son actores que interpretan un simple papel. No me refiero a que se vean las costuras de la película y que el espectador sea consciente de que todo es un montaje no, me refiero a que la película nos presenta una ciudad llena de espectadores que simplemente aceptan lo que el destino le ha impuesto desde la infancia. Todos parecen caminar resignados cabizbajos entre la multitud.

Y es que la historia de amor, entre la bella y la bestia, entre nuestros protagonistas principales, está precisamente igual de desangelada que el resto. Para muestra, Diao Yinan rueda una secuencia magistral y llena de patetismo, en la que ambos mantienen una escena de sexo (si realmente se la puede llamar así) totalmente fría y sin pasión. Seguramente no había mejor manera de demostrar la frialdad con la que se pretende imbuir el filme.

La película está rodada magistralmente. La dirección aprovecha perfectamente los sonidos y ruidos de la gran ciudad, que se van colando en la historia y el desarrollo de la trama principal, y ayudan a reforzar el mensaje de aislamiento que transmite el filme. La poca música que emplea el cineasta (caso del Danubio Azul de Strauss) es decididamente casi una parodia que sólo tiene la intención de convertirse en un eco reverberante de la propia pérdida de conciencia de la población (que patina casi de manera aleatoria por el hielo, como auténticos autómatas deambulantes). Además Diao Yinan sabe cuando utilizar la cámara y mostrarnos planos fijos (secuencias) espectaculares, como aquel que tiene lugar en la primera parte del filme (con el asesinato múltiple de los amigos del protagonistas) o cuando utilizar la cámara de una manera más dinámica y ágil (cuando por ejemplo, persigue al asesino, como si fuera un policía más).

https://neokunst.wordpress.com/2015/02/02/black-coal-2014/
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13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Carbón negro, hielo fino, un film con una estética fea.
Black Coal es un film que destaca en un aspecto que suele pasar desapercibido por ser contrario a lo habitual ya que no es normal, pero si uno se va fijando durante todo el film hay un cuidado enorme en potenciarla, en su estética, no es luminosa y atractiva, al contrario, es fea, con todas las letras, lánguida y gris, rodeada siempre de esa atmósfera de una China común y pobre, llena de decepción, aburrimiento, ordinariez y depresiva, y aunque hay escenarios que se les puede sacar un partido positivo, al final acaban siendo todo lo contrario, y los ejemplos principales son el garito del cartel luminoso que consigue dar sensación de miseria, el parque atracciones parece el parque del terror, la casa de la rica se vuelve un lugar cutre y tétrico y la nieve, en vez de animar, consigue desanimar, incluso congelar, dejándole a uno con las ganas de no pisarla jamás. Pero para colmo y redondear la película, cuando la felicidad va a llegar a cualquiera de los protagonistas de alguna forma, esta es truncada, sesgada con la guadaña de la dama de la muerte, de varias formas, devolviendo a cada uno a un nuevo plano sentimental más oscuro.

El resto de los elementos de este thriller dramático son bastante simples, con un desarrollo bastante aburrido y lento, con actuaciones para nada atractivas ni destacables, y con una música de fondo horrorosa.

Sobrevalorada desde mi punto de vista, pero un buen ejemplo de como crear la anti-estética que tango desagrada, pero con un buen argumento podría haber sido muchísimo mejor.

P.D.: Me preguntaba una cosa, y es ¿porqué en España hay esa manía de hacer lo que se venga en gana con los títulos? Es más fácil poner "Carbón negro, hielo fino" que el título americanizado.
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13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Mucho Oso de Oro, pero no es buena
Dejando de lado lo deliberadamente fea que es estéticamente, que es una opción del director (me sorprende que alguien pueda alabar su belleza estética, porque no tiene ninguna), "Black Coal" en parte está bien, y la verdad que cuanto llega la resolución del caso, éste es muy ingenioso, aunque sea un puro MacGuffin (nunca se explica por qué ocurrió la primera muerte), pero ¡Dios mío, qué desarrollo más malo y caprichoso!

El comienzo en 1999 no está nada mal. Sigues la investigación con interés, y al final surge un tiroteo que parece que va a dejar el caso sin resolver. Entonces hay un salto de cinco años, y es cuando empieza la confusión y las incoherencias.

Primero, te cuesta una barbaridad saber qué pasó con el caso, y qué ha sido de los policías, sobre todo porque la película se va por las ramas, y tardas unos cuantos minutos en volver a situarte. Luego es increíble la relación entre el ex-policía y la chica de la lavandería. Saben que es sospechosa, porque cada vez que un novio va a patinar sobre hielo con ella, éste acaba muerto. El protagonista no hace más que seguirla, y es tan poco sutil, que ella le dice que deje de hacerlo. Pero entonces, de buenas a primeras, él le invita a patinar, y ella accede. Esto es un guión muy poco trabajado.

www.elrincondecarlosdelrio.com
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15 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Descorcertante y hermosa
Entré a ver esta película por casualidad y ha resultado ser una de las más sorprendentes que he visto este año. También una de las que más me ha costado digerir. De hecho, aún estoy en plena digestión, por lo que mi opinión sobre ella puede ir variando todavía. Tal vez necesite volver a verla para hacer una valoración mejor. Pero desde luego, el simple hecho de que me haya sorprendido tanto ya es muy buena señal para mí.

Se trata de una película incómoda, con unos personajes incómodos, y la ves con un permanente desasosiego, diría que incluso un poco irritado, porque no es fácil seguirla, tanto por su forma narrativa como por la premiosidad de algunas escenas. Es una película rara o especial (dependiendo de si te gusta o no).

Además, “Black coal” es una película muy oriental, a pesar de que creo que trata de homenajear el cine negro americano, su formato es el del cine extremadamente oriental. Pocos diálogos, muchos silencios, muchas cosas sugeridas y pocas mostradas explícitamente, tienes que estar muy pendiente de todos los detalles, puesto que todo lo que aparece tiene su importancia en algún momento. A menudo los silencios explican más cosas que las palabras. Visualmente espectacular, la fotografía de este film es una cosa sublime, de una belleza extraordinaria.

No es un thriller convencional, aquí no se cuenta todo. El espectador tiene que colaborar. El director nos muestra lo que nos muestra, y el espectador debe poner de su parte, atar cabos, interpretar las imágenes, las palabras, los gestos. Es una película exigente con el público, por lo que imagino que a mucha gente no le gustará. Su narración es atípica, no es fácil de entender, no es sencillo conectar con la pantalla. Algunas escenas son impactantes y sorprendentes, y pueden dejarte descolocado si no has entrado en la película.

El director de la película, Diao Yinan, se luce. Crea una atmósfera en la sala que lo condiciona todo. Diría que la atmósfera del film es una protagonista más del mismo, incluso diría que la principal protagonista. Yinan logra una constante sensación de frío, oscuridad, silencio, decadencia, soledad. Esa atmósfera invade toda la proyección. Todo es gris, inquietante, sombrío. Las personas que aparecen en la pantalla parecen no tener alma, no hay sentimientos. O mejor dicho, los sentimientos están escondidos y es el espectador quien tiene que buscarlos, porque en la pantalla no se muestran de un modo explícito. Las relaciones entre las personas son más duras que cordiales. Las parejas también se relacionan de un modo áspero. Es como si el corazón estuviera a muchos kilómetros de distancia de lo exterior.

Los actores realizan una gran interpretación de esos dos personajes tan interesantes. Fan Liao encarna al inspector Zhang, un hombre al que la vida en poco tiempo le abofetea, perdiendo casi a la vez a su mujer, a sus compañeros y su trabajo. Tras esta bajada a los infiernos, encuentra un nuevo motivo para vivir en su intento por resolver el caso y en su obsesión por esa mujer enigmática.

Por su parte, ella (Lun Mei Gwei) está perfecta dándole la réplica. Además, hay mucha química entre ambos y funcionan perfectamente en la pantalla. El policía, desastrado, solitario, huraño, perdedor, y la mujer, misteriosa, magnética, triste, melancólica…

Black coal, una película fría y hermosa, como el hielo.

https://keizzine.wordpress.com/
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9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
La película de la discordia
'Black Coal' ganó el Oso de Oro en el Festival de Berlín 2014, donde la maravillosa 'Boyhood' debió conformarse con el Oso de Plata a mejor dirección. Esta curiosa decisión por parte del jurado del prestigioso evento sin duda ha marcado su carrera, creando expectativas altísimas que la película, sencillamente, no cumple.

De hecho, en el reciente festival de San Sebastián, donde la película optaba al Premio del Público, la cinta ha sido la única de la categoría que ha obtenido una nota suspensa (un 4,3). La audiencia, compuesta de muchos amantes del cine, no es tonta y no le gusta sentirse así. El thriller 'Black coal' insta a sentirse idiota ante su trama extraña e inconexa, donde los personajes aparecen y desaparecen y las líneas argumentativas parecen desvanecerse por momentos.

Sin embargo, si se renuncia a unir las piezas, el resultado es más que interesante. Encontramos así un ejemplo de cine negro asiático con personajes impactantes y escenas de gran carga dramática. La fotografía, de fascinante belleza, juega un papel primordial a la hora de crear la intrigante atmósfera, acompañada de un envolvente uso del sonido. Toda la cinta es así un viaje casi espiritual en el que perderse entre luces de neón y calles misteriosas de iluminación lúgubre.

Al final, la trama es lo de menos, porque cada momento por sí solo suma y sigue, sin necesidad de una clara cohesión (la cual, eso sí, se echa de menos en algunas ocasiones). Diao Yinan así lo quiere: el busca que sea el espectador quien rellene los huecos y haga el resto del trabajo; y, aunque perdiendo a la mitad del público por el camino, lo consigue.

Juan Roures # La estación del fotograma perdido
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8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
EL RONQUIDO ETERNO
A Diao Yinan en su tercera cinta le ha venido el oso (de Berlín) a ver. Ya les vale. Pero que haya relegado a "Boyhood" del máximo palmarés.... A lo mejor al presidente del jurado James Schamus le ha tocado la fibra la nacionalidad china y se ha acordado de que él tuvo mucho que ver en la carrera de Ang Lee, aunque las comparaciones con ambos directores sean odiosas.
Dicho esto, fruto del cabreo, este "Carbón negro. Hielo fino" me trae a colación las famosas imitaciones chinas de productos de marca. Esos perfumes que huelen como los originales pero que se esfuman rápidamente dejándonos solo el frasquito de diseño.
Que sea uno de los primeros thrillers chinos y que nos abra una ventana a la más cruda realidad del mix capitalocomunista en que anda la mayor potencia mundial no hace más que reafirmarme en la idea de "copia" del cine negro y de los vicios y defectos del mundo occidental más clásicos.
El asunto tiene la suficiente miga para que saquen jugo los cinéfilos entendidos, para que vomiten las masas y para que los que quedan por el medio nos aburramos soberanamente ante un ejercicio de estilo que funciona a trompicones y que vemos en Diao Yinan un quiero y no puedo. El intento merece reconocerle los aciertos que conlleva pero para un servidor no es suficiente, por mucha metáfora de fuegos de artificio final prima hermana de los de las pasadas olimpiadas, donde tapaban con enormes carteles en Pekín las chabolas y se cargaban barrios enteros de viviendas tradicionales que no quedaban bonitas con la modernidad de una gran potencia mundial.
La utilización de la luz y los colores no es Wong Kar-wai, el guión no es "El sueño eterno", por mucha nieve que aparezca no sale un "Fargo", y Liao Fan y Gwei Lun-Mei son la antimateria de Bogart y Bacall.
A veces lo feo es simplemente feo por mucho que el refrán diga lo contrario del oso (de Berlín).
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7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
"Un muerto viviente"
1999, Zhang (Fan Liao) es un agente de la policía que es enviado junto a sus compañeros a investigar un misterioso asesinato, el brazo de un hombre aparece en una planta de carbón, pronto otras extremidades aparecerán en otras plantas alrededor de la provincia, durante las investigaciones todo se va para el carajo y el crimen queda sin resolver.

2004, el asesino reaparece y ejecuta nuevamente el mismo modo de operar, Zhang está convertido en un guarda de seguridad privada, divorciado y con problemas de alcoholismo, en esta ocasión él intentará resolver lo que años atrás no pudo, es una revancha contra sí mismo y contra quien le cercenó parte de su vida, su trabajo como policía.

Bai ri yan huo se convirtió en la flamante ganadora del Oso de oro y del premio a Mejor actor para su protagonista, en la edición 64 del Festival de Cine de Berlín, thriller policiaco de factura china que tiene un inicio apabullante e inesperado, que ciñe su camino mediante giros en su argumento que le dan una vitalidad al film intensa, una trama con misterio y romance que despierta un gran interés.

El guion escrito por el propio director resulta ser una joya, un entramado donde el protagonista se va sumergiendo en aguas cada vez más turbias para dar con este asesino, el conflicto se vuelve personal, pero para ambas partes, Zhang sabe muy bien el juego de seducción que está realizando y sabe que esté le terminará dando resultado para conocer la verdad, porque en el fondo de todo, hay una gran historia de amor en el relato.

Del film hay que destacar su sombrío estilo, la dirección de Yinan es impresionante, la blancura de su entorno, un frío invernal cada vez más agobiante y que parece intermiable, que contrasta con lo negro y oscuro del relato, una cámara que se mueve firme entre los personajes, hay secuencias muy bien conseguidas e ingeniosas. Una estética inquietante pero hermosa.
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5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Excéntrica, oscura, nada fácil
Excéntrico thriller que consigue sorprender al espectador no pocas veces, aunque, bajo mi punto de vista, no siempre de forma convincente.
La historia está bien y su comienzo y final son brillantes. El comienzo, con una sabia e hilarante mezcla de cine puramente noir policiaco con notables escenas de humor, en un contexto siempre serio e incluso trágico, pero que por medio de "marcianadas" a cargo del director y siguiendo su propio guión, consigue escenas tan fascinantes por su impacto visual como el ocurrido en la primera incursión de los policías en una redada presuntamente sencilla en una peluquería. Nos quedamos sencillamente con la boca abierta.
Empero, poco a poco la historia se torna más oscura, y el espectador se va desprendiendo de la trama al resultar esta un tanto confusa, deslavazada, al menos en una primera impresión. Cuesta seguir el ritmo y la forma de contar la historia, muy personal del director/guionista.
Es indudable que tiene, repito, aciertos formales y una buena interpretación del protagonista, pero en líneas generales no es menos cierto que no es un film sencillo, resulta muy oscuro en todos los sentidos y al final el espectador medio se queda perplejo. Esto, por supuesto, no tiene que ser necesariamente negativo, pero sí revelador.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Arrebatador ejercicio noir
El chino Diao Yinan dirige una nueva cinta noir que nos llega desde Asia (China concretamente) y que arrebató el Oso de Oro de Berlín el pasado año a joyas tan maravillosas e inolvidables como Boyhood de Richard Linklater.

Yinan encuentra en la cinta un maravilloso ejercicio de estilo, buscando sorprender en la forma de cada plano y creando una película visualmente magistral, destacándose en su uso del plano fijo.

Un filme que en su trama es puro thriller clásico redecorado por un fuerte existencialismo, la siempre cruda crítica social al gigante asiático y por unos personajes y un tono que no busca evitar ni tan siquiera el absurdo. Su tono y ciertos momentos de gran sinsentido harán que el espectador se rasque la cabeza y desoriente algo el gran ejercicio que la película forma.

Yinan firma un trabajo tremendamente arrebatador en lo visual y complejo de interpretar a partir de unos personajes enigmáticos en los que no está marcada la línea de quiénes son buenos y malos, siendo cada uno seres humanos con diferentes necesidades y problemas. Una cinta para degustadores del noir más complejo y que sepan maravillarse del ejercicio que el director acaba creando.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Vidas remendadas.
Redención en un infierno helado. Tinieblas que amenazan con asesinos paralelos. Epicentro del desastroso porvenir.

Su tempo lento y sostenido se siente como surcos de frenado. La mas ágil del director chino. La menos complaciente en su depresión. Mantiene el tono sucio y el entorno desolado, recorriendo espirales que desmotivan.

Bailes incómodos, artificios de peligro, recodos del místico amor traicionado. Hipocresía de un futuro próspero con almas enrocadas.

Una vez mas Diao Yi'nan viste a sus personajes con vidas remendadas fuera de su percha.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Diao Yinan se viste de David Fincher y nos regala una cinta cargada de tintes negros
Diao Yinan establece una curiosa y, en muchos momentos, magnética, relectura contemporaneizante del cine de género negro, en la que la importancia dada al marco espacial en el que se desarrollan los hechos, la descripción de los incómodos personajes protagonistas y la ralentización del entramado enigmático que desarrolla la historia concluyen siendo más importante que la trama homicida que le da inicio. De alguna forma, BLACK COAL, THIN ICE viene a trasladar a la cinematografía asiática esa innovación narrativa desestabilizante que propuso David Fincher con su fundamental ZODIAC.

El film arranca trasportándonos hacia la poco conocida región del nordeste de China. En una capital de provincia que fundamenta su economía en una factoría metalúrgica aparece despedazado, en varios sitios distintos, el cuerpo de un hombre. Durante una de las pesquisas en las que se intenta atrapar a unos colaboradores del presunto asesino, el comisario a cuyo cargo está el caso pierde a dos de sus hombres, por lo que es apartado del cuerpo. Años después, por su cuenta, decidirá intentar zanjar la investigación inconclusa, haciendo un exhaustivo seguimiento a la trabajadora de una tintorería, una mujer unida a la existencia del primer cuerpo hallado y a la de dos más que han aparecido después. El acercamiento entre los dos personajes comenzará a desencadenar una serie de inesperadas consecuencias afectivas y policiales.

Como se ha dejado intuir en el primer párrafo, lo más importante de este arriesgado ejercicio narrativo es la intención del guión y del director por evitar el relato policial al uso y, al mismo tiempo, no caer en la parodia modernizante o en la ironía en exceso permisiva. Desde la misma presentación del personaje central y desde la escenificación de los primeros episodios relacionados con el meollo criminal central, el espectador es advertido de que BLACK COAL, THIN ICE se desmarca de la narración imperiosamente obsesionada con una complejidad criminal clásica.

A Diao Yinan le interesa, poco a poco, ir provocando que el paisaje dentro del cual pululan los (cada uno a su manera) aturdidos personajes vaya cobrando un turbio protagonismo condicionador, que termina por revelar su acuciante postulación como elemento determinador de sus acciones, su comportamiento individual, y su carácter subjetivo. Esa China provinciana, pacata, herrumbrosa, nevada, hostil, nada estilizada, diametralmente opuesta a esa imagen oficial modernísima, todopoderosa y cosmopolita que aparece en todos los medios de comunicación, acaba asumiendo el rol de un personaje más, de un peligro ajeno al que impone la imposibilidad de resolver el caso.

El realizador acierta a enmarcar los hechos en ese espacio impíamente frío. Los personajes no son capaces, por distintos motivos cada uno, de transmitir un ápice de calor. De esta forma, el solitario, astroso, tosco comisario protagonista se antoja el perfecto protagonista de este policiaco suciamente ambiental. La atracción que va a sentir por su investigada, la melancólica, triste y contenida disposición de ésta, el modo en el que uno atosiga, persigue e impele a la otra van a ir conformando un relato subyugante, evasivo, rocoso y desconcertador, al que, quizás, le sobre una cierta reiteración de apuntes narrativos ocasionados por una duración acaso un poco
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6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Versión "Original": 210 Minutos, Versión Comercial: 109 Minutos
Así parece, hemos quedados "Perdidos en la Traducción".
La primera versión (original) de este film fue de 210 minutos, por lo que la han acortado, no sé si para bien o mal, a los 109 minutos que es la versión que acabo de ver.

Ahora es como que entiendo un poco mejor lo extraño del desarrollo del film, le han cortado y mucho, seguramente para adecuarse a las exigencias comerciales de hoy día. Pero en la trama y desarrollo, yo me he perdido en cierta forma.
Descociendo las nominaciones y premios de la película, no tenía expectativas de ningún tipo.
Por lo que he quedado bastante decepcionado. Y por cierto, me pareció larguísima.
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4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Chinaworld.
Oso de oro en Berlín 2014 totalmente incomprensible.
Ejemplo de hasta qué punto en los festivales se rigen sus jurados en dar notoriedad a films en los que presumen que el premio les dará un empujón en la distribución y en el que creen distinguir la originalidad por el simple hecho de apartarse de los cánones de la narrativa convencional. Sin distinguir cuándo está realmente conseguida o es simple torpeza.
Para mi no cabe duda de que "Black Coal" es torpe. Entiendo que se busca frialdad y distanciamiento. Su primera escena impactante está conseguida y busca notablemente parecerse a un thriller original. El tiroteo en la peluquería, que provoca que el protagonista -policía- abandone el cuerpo tras la muerte de sus compañeros, es lo mejor de todo el metraje. A partir de ese momento la confusión reina en una presumible investigación no resulta, tanto como si en una pista de baile suena un vals y te pones a bailar un rock and roll (metáfora visual que quién la vea la entenderá, y motivo seguramente por al que al actor también le dieron el premio gordo en Berlín).
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3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Cine asiático noir
Hay aspectos de esta película que nadie entiende y nadie va a entender, y eso creo que lastra la interesante recreación y clímax inicial de la película. Los personajes resultan atractivos y algunas escenas tienen un tono de suspense propio de los grandes directores, pero es torpe en su resolución y evolución de los personajes. Te entretiene hasta que le pides explicaciones al director: ¿Por qué me has llevado hasta aquí?
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3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Floja
No me ha gustado, gran decepción. Me esperaba otra cosa, y me he encontrado una peli fría, sin alma, sin emoción, lenta, aburrida a más no poder. Sólo tiene un par de momentos buenos en los que piensas que va a arrancar la peli, pero no es así. Lo único bueno, la fotografía, lo demás, vacío. No recomendable.
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1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
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