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22 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
9
Barreras infranqueables.
A mediados de los años cincuenta, el movimiento divulgativo que tuvo lugar en Francia en referencia a la historia de la deportación en ese país, impulsado por el Comité d'Histoire de la Deuxième Guerre Mondiale, alcanzó dos logros significativos: la celebración anual del día de la deportación (cuarto domingo de abril) y el encargo de un documental sobre la experiencia en los campos de concentración, que sería Noche y Niebla (Nuit et brouillard, 1955 ). Este documental gozó de una gran difusión tanto a nivel nacional como internacional, siendo galardonado con el Premio Jean Vigo en 1956 y nominado a un Premio BAFTA en 1961.

El encargo del documental recayó en Alain Resnais, un joven director que ya contaba con experiencia en el tema que iba a tratar, pues había realizado Guernica (1950), sobre la aniquilación masiva de seres humanos. No obstante, debido al hecho de que carecía por completo de la experiencia que suponía haber estado en un campo de concentración, exigió como condición indispensable la colaboración de Jean Cayrol, que estuvo concentrado en Mauthausen y había publicado un poemario relacionado con aquella terrible vivencia que daría título al propio documental: Poèmes de la nuit et du brouillard, publicado en 1946. Durante el desarrollo del trabajo, se produjeron una serie de acontecimientos que reorientaron la labor de sus realizadores. En un principio, la idea central era poner de manifiesto el horror y la barbarie del holocausto trabajando a partir de material de archivo, pero en 1955 aparecieron en Francia, fruto del conflicto argelino, una serie de campos de reagrupamiento que, si bien estaban lejos de albergar el horror de los campos de concentración nazis, lograron no obstante inquietar a grupos importantes de la población. Estos hechos tan significativos lograron transformar la concepción primitiva de Noche y Niebla como homenaje a las víctimas del holocausto en una suerte de dispositivo de alarma . El significado de Noche y Niebla era por tanto doble: por un lado, situaba al espectador en su presente, manteniéndole alejado de falsas identificaciones con las víctimas. En este sentido Resnais es consciente de que el cine no puede ofrecernos una experiencia plena de sentido de aquello que representa. Muchas cosas no pueden ser representadas mediante el cinematógrafo sin que sus cimientos sean socavados, ya que el cinematógrafo es una instancia separada en lo espacial y en lo temporal de la realidad, y en casos como el holocausto, este distanciamiento se vuelve inadmisible. El otro aspecto del significado que referíamos anteriormente desplazaba al espectador de una hipotética "comodidad histórica" desde la cual emitir juicios condenatorios sobre una época pasada.
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135 de 142 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
ATALAYA PARA LA CONCIENCIA
Cuando la conciencia colectiva no conocía aún al detalle (sí por noticias e informes, pero apenas por imágenes) lo espantoso de los campos de exterminio nazis, Resnais pudo disponer de varias fuentes documentales. A partir de ese material montó, con la colaboración de Marker y Sarraute, y sin artificios estéticos, este cortometraje: una escueto y meditativo examen de la barbarie en que cae la especie humana cuando se abren en la Tierra las puertas del Infierno.
Hoy la información está más asimilada, pero en 1955 las imágenes causaron una convulsión profunda.

El afán nazi de extraer el máximo rendimiento de la fuerza de trabajo, condujo a exprimir sin restricciones a los seres humanos esclavizados, incluso cuando ya sólo pesaban 35 moribundos kilos, y reciclar después sus pieles y huesos para apurar el beneficio. Una pavorosa pesadilla, contemplar cuyo horror estremecerá y descompondrá siempre.

Según declara la voz que va leyendo los comentarios, este documental imprescindible está elaborado para prevenir la "mala memoria"; quiere plantar una atalaya desde la que avistar la posible llegada de "nuevos verdugos", y quiere asimismo de verdad creer que el horror ocurrió "sólo en una época y en un solo país".
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42 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Sin odio, pero tampoco sin olvido
Fantástico documental de Alain Renais, que muestra de una forma cruda, a veces poética, pero sobretodo con un realismo sobrecogedor la barbarie del nazismo en sus campos de concentración.
Posee imágenes pocas veces vistas, un texto y una narración adecuadas, además de la música que encaja a la perfección con el dramatismo de este maravilloso documental.
Aconsejable sobre todo para toda la gente que aún hoy en día niega el Holocausto y la pesadilla que vivió el pueblo judío.
Dr.Juventus
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34 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
LA DERROTA DE LA IMAGEN
Cuando el espectador se enfrenta a una imagen la primera pregunta que se hace, consciente o inconscientemente es: ¿qué veo en esta imagen?. Ésta es la pregunta que no paramos de repetirnos durante los 90 minutos que pueda durar un film cualquiera. Fotograma a fotograma el espectador examina, intuye, reconoce, construye, busca o infiere, y finalmente concluye la respuesta a esa pregunta capital, creyendo encontrar el significado oculto revelado. Por sencilla que parezca, la cuestión no puede ser más problemática. ¿Qué se ve en una imagen? ¿Qué revela o puede revelar?. Esa sensación de ‘encuentro del significado oculto revelado’ no es, en muchas ocasiones, más que un ejercicio de optimismo desmedido.

Aún no hemos terminado de encontrar respuesta a estas preguntas cuando, irremediablemente, aparece la necesidad de sumar otra interrogación, acaso más enigmática que las anteriores e igualmente difícil de abarcar. No podemos imaginar el gozo que experimentó el Hombre cuando encontró el lenguaje y pudo multiplicar así sus perspectivas de comunicarse, ni el extrañamiento cuando, examinando las posibilidades de éste, se dio cuenta de que aquello que servía para mostrar podía servir también para ocultar, como si la verdad y la mentira fuesen a veces hijas de una misma madre, y que de hecho es habitual e insalvable que al tiempo que se muestre… se oculte. Y es precisamente sobre esta cuestión sobre la que debemos dar luz en lo que al ámbito de las imágenes se refiere.

La siguiente interrogación sería pues: ¿qué oculta una imagen?, o también: ¿qué no puede mostrar?. Lo primero que debería hacer el espectador maduro para evitar ese tipo de optimismo del que hablábamos –que, paradójicamente, convierte al que mira en ciego- es eliminar de una vez por todas su inquebrantable fe en las imágenes. Debemos dejar de creer. Este ateísmo cinematográfico es condición indispensable para poder partir, al estilo cartesiano, puramente de la duda, y así… acaso ver más, o por lo menos mejor.

Estas cuestiones sobre lo que las imágenes revelan o esconden, o sobre lo que son capaces de revelar o esconder, nos remiten en última instancia a los límites de las propias imágenes, a sus capacidades; qué puede una imagen. Y quizá, un poco más allá, a cuestionarnos cuál es la naturaleza de ‘lo irrepresentable’

En 1911 el artista francés Marcel Duchamp pintaba "Desnudo bajando una escalera". La obra representa el esfuerzo del pintor por plasmar en un lienzo la idea movimiento. Haciéndolo, Duchamp se cuestionaba los límites mismos de la pintura, las fronteras de la creación/representación pictórica. Las cuestiones que se plantea Alain Renais en "Noche y niebla" escenifican la misma lucha.

Es pues, obviamente, la historia de una derrota –al menos en opinión de ese mismo director-, como si por mucho que ordene, estire, retuerza o amontone las imágenes… simplemente no fuese suficiente. Quizá sea ésta la naturaleza de lo irrepresentable para Resnais.

Obscinedades.
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32 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Puede que realmente sólo sea un documental más
Cualquier paso adelante para señalar hechos históricos me parece correcto mientras esa intención sea fiel a la verdad, y en casos de denuncia como el de Alain Resnais opino que es un gesto necesario. Lo que sucede es que el delicado contenido que se trata aquí casi obliga al espectador a valorar al alza el documental, sólo por la crudeza de las imágenes, porque eso lamentablemente sucedió así tal cual se narra y porque nadie quiere olvidarlo y nadie quisiera que hubiera pasado. Bien, dicho esto, aparto ese contenido y no es más que un documental como otros muchos, incluso diré más, el holocausto precisa diez veces más tiempo (tipo "Shoah") y un trato más exhaustivo.

A mí lo que me parece injusto es toda la guerra, todas las muertes en campos de prisioneros, no sólo la de los nazis, el holocausto es una mancha negra en la historia de la humanidad, pero la población rusa sufrió una ocupación terrible y no eran judíos, los japoneses en el otro lado del planeta y al mismo tiempo cometieron asesinatos en masa que nadie recuerda, todo el planeta sangraba y con el tiempo parece que sólo el pueblo judío padeció la guerra mundial. Yo digo que "Noche y niebla" es un documental correcto, personal, pero es sólo uno más, no es el más explicativo y por lo tanto no es el mejor ni mucho menos.
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49 de 76 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Ruido (Memoria e imaginación)
No sólo hierbajos y zarzales crecen en la campiña abandonada que rodea los barracones de los campos de concentración -espacio yermo y ahíto de historia-, también de ella brota el ruido.

Adentrándose aún recelosa por los vestigios del holocausto, la imagen nace deslindada de la voz que narra, sabiéndose responsable del malestar que esta última expresa: sospechando de la monumentalidad del recinto –producida por la historia, relato de los vencedores-, constatando lo incompleto de la ruina, ¿cómo poder llegar a recordar lo sucedido?, ¿cómo se recuerda algo que no se ha vivido?

Por senderos de distinto orden transitan entonces ambas, voz e imagen, la primera lamentando no poder sino mostrar la superficie de la historia, la cáscara vacía de lo acontecido; la segunda volviéndose más y más opaca en su narración documental a través de testimonios gráficos (la pila de cadáveres desnudos, los rostros enjutos…). Parecen compadecerse por su incapacidad para superar el límite, para rescatar una miga de verdad.
En realidad es todo pura estrategia, aspiran secretamente a producir lo que sintió el poeta mientras observaba a la lejanía desde lo alto de la montaña:

[…] e mi sovvien l’eterno,
E le morte stagioni, e la presente
E viva, e il suon di lei […]

[...y me sobreviene lo eterno,
Y las muertas estaciones, y las presentes
Y vivas, y el sonido de ellas...]

(L’infinito, G. Leopardi)

De la conjunción afortunada de imagen y voz surge un rumor como de lejana caballería al galope, estrépito que se siente más con el cuerpo que con el oído y que configura un momento de verdad histórica, de captura de un instante perdido en el tiempo.

Este temblor que sobrecoge al corazón es también “el llanto sin fin de la humanidad”, aquél al que las líneas finales nos instan a escuchar antes que “sobrevivir a estas ruinas con nuestra mirada sincera, como si el antiguo monstruo yaciera aplastado para siempre bajo los escombros.”
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26 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla.
81/11(11/04/08) Gran documental sobre el holocausto, que tiene además el gran mérito ser el primero que se hizo sobre este horror. Sin caer en la lágrima fácil, van desfilando ante nosotros las imágenes de las atrocidades que los nazis cometieron en los campos de exterminio, a través de tomas lentas, en color de estos mataderos humanos, intercalándolo con imágenes de archivo nos van introduciendo lo que allí sucedía. Incluye secuencias depositando a los muertos en fosas comunes, cadáveres colgados de las alambradas, rostros demacrados y aterrorizados, cuerpos desnudos como esqueletos a los que se les hace desfilar como humillación y trenes transportando quién sabe a quién, quién sabe a dónde. Documentan las cámaras de gas y los crematorios, así como las macabras intenciones de los nazis de encontrar utilidad a los bienes, huesos, piel, cabellos y cadáveres de sus víctimas. Resnais deja caer que los campos de la muerte al estar cerca de poblaciones contaban con la complicidad del silencio de sus habitantes. Otro de los mensajes que suelta es que nadie se quiso hacer responsable, todos se iban pasando la pelota, declaraban:" yo no soy responsble". ¿Quién entonces? se pregunta el director. Recomendable para todo el mundo, debería ser obligatoria en todos los colegios, no hay nada mejor para que no se repita, como es que no se olvide, "los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla". Fuerza y honor!!!
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20 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
El viento y la memoria.
El viento suele proceder a limpiar la atmósfera de contaminación, mal tiempo, nieblas, polvos, que llevan a lodos y tempestades, plagas y otros detritus de la naturaleza.
El viento es aliado del tiempo, que produce el olvido y hace recobrar la descuidada confianza a aquellos que, después del horror, optaron por la guardia permanente.
Este film formaba parte de aquella movilización militante, fruto de las amargas y recientes experiencias, pues no en balde, cuando se realizó, sólo habían pasado diez años de los espeluznantes hechos y del final de la II Guerra Mundial.
Tan poco tiempo, y ya verdeaban los campos, las tumbas estaban cerradas y en las vías donde circularon los siniestros convoyes de la muerte, la herrumbre y la maleza empezaban a ocultar su siniestro fin, como el film nos describe.
Se realizó la película, con la colaboración de un buen número de organizaciones de antiguos deportados y combatientes y de las instituciones que habían sido testigos de la hecatombe y su objetivo sería hacerla como ejemplo y denuncia, para evitar su repetición.
No se si eran optimistas e ignoraban que cincuenta años más tarde de su estreno, habría habido gulags, matanzas en Extremo Oriente, repetición de internamientos y eliminación de oponentes en Chile y Argentina, étnicas matanzas en Los Balcanes y en África, y extraños conflictos de intereses con la excusa de fundamentalismos religiosos de un signo u otro, con todo lo cual, Resnais tendría tema documental y testimonial para veinte o treinta “Nuit et Brouillard” más, dicho lo cual no le quita mérito al noble intento de denunciar la barbarie en todas sus dimensiones, desde un canto al sentido común y a la sensatez y buen hacer, que transmite en su film.
Allá por los sesenta y setenta, se proyectaba clandestinamente en cine clubs y en las sesiones, otrora calificadas de pornográficas, que se daban en Perpignan, Ceret y otras poblaciones francesas cercanas a la frontera. Si en aquellos años servía para empezar a vislumbrar la barbarie de los totalitarismos, hoy, vista de nuevo en su formato DVD, sigue vigente en su frescura, en su ritmo y en su intención, como una de las joyas de la cinematografía de todos los tiempos, indispensable para la pervivencia de la memoria ante los envites del tiempo y el viento que hace que todo se olvide. Yo la tengo en sitial de honor, al lado de "El gran dictador" de Chaplin.
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16 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Filmar después de Auschwitz
Creo que fue Adorno quien acuñó la frase "Escribir poesía después de Auschwitz es una atrocidad". Casi en respuesta a esta cita, Resnais filma la atrocidad en un estilo que conjuga con contrita frialdad la poesía y el documental.
Hoy en día, el estilo de Resnais puede parecer como algo superado e incluso simplificador. Debemos, no obstante, tener en cuenta que el cortometraje del director, como toda obra breve, no aspira a cubrir una barbarie histórica, sino que aspira a producir mediante medios artísticos mínimos un efecto.
"Noche y niebla" no es un documental sobre el nazismo, o al menos, no es sólo un documental sobre el nazismo. Es un cortometraje sobre la barbarie y un aviso futuro para la historia.
Quien desee conocer más sobre la realidad de los campos de concentración podrá consultar mejores fuentes, indudablemente. Sin embargo, a Resnais le cabe el indiscutible honor de haber sentado un precedente fílmico a la que su mismísima brevedad confiere mayor impacto.
Su film es la raíz de la que surge buena parte del cine de denuncia que amamos. Y sin embargo hemos olvidado a Resnais. Sin "Noche y Niebla" no hay "La lista de Schindler", no hay "El Pianista", no hay "La vida es bella", películas todas ellas muchas veces valoradas por encima de su fuente primera.
Resnais nos enseñó a mirar la atrocidad y ver en ella una metonimia de las atrocidades. Se equivoca quien quiere ver en "Noche y niebla" un film sobre el nazismo únicamente. En Adorno como en Resnais, el campo de concentración constituye un emblema de la deshumanización, una urgente señal de alerta como la pesadilla, la calculada crueldad sin conciencia.
Resnais nos enseñó con pocas palabaras de qué mala pasta está hecho el ser humano. En los campos nazis o en los de California (los había, sí, poblados de japoneses inocentes también aquí donde vivo), en la atrocidad rusa o en la de Pol Pot.
El mensaje de Resnais por tanto sigue vivo.
Su alerta, entonces como hoy, constituye un alegato necesario.
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15 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Sin aditivos
Las películas que más llegan a lo profundo de la persona del espectador no son aquellas con imágenes trágicas, desgarradoras, dramáticas hasta el extremo. Éstas golpean fuertemente pero dejan menos poso que aquellas que por su sencillez, su sinceridad exenta de cualquier atisbo de manipulación (manipulación, no visión personal inevitable al elegir unas imágenes o una forma de rodar) se mantienen en un rincón de la mente durante días, apareciendo de vez en cuando no como recuerdo fílmico sino como punzadas sobrecogedoras en nuestra mente y en nuestra sensibilidad. Así me sucede con Noche y niebla.

A Resnais le basta con media hora de imágenes actuales, y en color, de los campos de concentración nazis totalmente solitarios acompañadas de una música sencilla, alejada de las orquestaciones explosivas o los solos de cuerdas dramáticos que suelen ilustrar las tragedias colectivas y sabiamente alternadas con imágenes o fotografías de la época para encogernos asombrados, aunque ya lo supiéramos, aterrados, aunque conociéramos su horror, y mantenernos así, a ratos, cuando menos lo esperamos durante días o semanas. Nada que ver con buenas películas de ficción (tal vez sería más exacto decir películas con argumento), como El pianista, en cuanto a esa capacidad de impresión duradera, ni siquiera con documentales escalofriantes y de visión necesaria, como Shoa, ni tampoco con películas que mezclan de alguna forma documental y ficción como Alemania, año cero.

La visión de Noche y niebla hace innecesario ningún juicio de lo que va pasando ante tu mirada porque eso, lo que ves, es lo que hay, y sin más aditivos, llega a tu yo más profundo, no a tu intelecto.
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14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Sin piedad
Desde un pasado en blanco y negro hasta un presente a color, pero que no logra matizar ni por azomo el gris tétrico que inunda todo el metraje, Noche y Niebla se exhibe a modo de documento fidedigno sobre el régimen nazi durante la segunda guerra. Resnais no se guarda nada.

O bien desde un documental narrado, o bien desde fotomontajes incluso más impactantes, Noche... se nos presenta como un reporte de tono afectado, una poesía simple y oscura. Se explaya bastante, pero sobre hechos específicos: diríase que se detiene en determinados detalles y los "desnuda" sin ningun tipo de pudor.

Conforme avanza la cinta, la forma de demostrar el horror de los campos de concentración se vuelve más y más truculenta. Aquí la aparición de gente desnuda se da en verdaderas oleadas, y en cierta forma representa el objetivo de Alain: desnudarlo todo sin reparos, como un ojo imparcial que recorre los campos, deteniéndose en la humillación y el horror.

Concisa, breve y demoledora, Noche inicia y termina cual cross a la mandíbula. Es que no pretendía suavizar nada, más bien escupirlo con una visceralidad no apta para cualquier estómago.
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12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Una realidad monstruosa
A pesar de su escasa duración es, en mi opinión, una de las más exactas descripciones de la vida en un campo de concentración. El dolor, la muerte, el hambre, todo se refleja con la sorprendente parsimonia y tranquilidad de un narrador que en verdad padece el sufrimiento vivido por los prisioneros. La realidad, tal y como fueron los hechos, la masacre. Todo sin tapujos ni restricciones. Escalofriante y fabulosa.
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10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Que crueldad, que no se vuelva a repetir por favor.
Maravilloso documental de Resnais en el que nos muestra lo terrible que pasó en los campos de concentración mediante imágenes de archivo y otras de esos mismos campos años después de que los aliados liberasen a los supervivientes. Todas las imágenes de archivo, en blanco y negro lógicamente, que se muestran en el film son de lo que se encontraron los aliados al llegar a los campos de concentración, cientos de cadáveres malnutridos, expuestos en muchas secuencias, y supervivientes desesperados sin saber muy bien que van a ser liberados. Y las imágenes del presente ya en color, nos muestran un campo de concentración vacío, abandonado, silencioso y deshabitado, en el que lo que nos imaginamos de lo que allí ocurrió, hace que sea más desgarrador que las imágenes reales de archivo, apoyado además de una narración en off muy didáctica en la que nos hace reflexionar en el sentido de que no hay que olvidar el pasado porque la gente que allí murió, eran personas iguales que las de hoy en día, con sus sentimientos y sus emociones. Es un documental desgarrador de lo que pasó en los campos de concentración en el que la mala utilización de la música en algún momento es la única pega que tiene.
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11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Justeza.
Un tema como este no puedo sino juzgarse en el terreno del sentido que el director termina dándole a lo que armó en su película. Y me parece que el mayor logro de la película es poner a girar alrededor del horror de los campos de concentración una premisa básica: todo esto no está tan lejos de nosotros.
La música por momentos es rutinaria, se va articulando a un proceso, en el sentido en que me hace recordar el funcionamiento fabril, a esas películas didácticas que se solían hacer acerca de la industria. Lo mismo para la narración que se hace del diseño, del aprovechamiento, de la replicación en miniatura de la sociedad en la que vivimos, y de todas las contradicciones que la misma sociedad porta. Esto es sumamente importante cuando se habla de lo que fue el genocidio nazi: una verdadera industria en un sentido mucho más fuerte que en otros casos de matanza y genocidio. Sistematicidad, burocracia y aprovechamiento.
Esa premisa guía toda la estética de la película me parece, y es notable que así haya sido en ese momento de la historia, con todo tan cerca y tan fresco. Me parece que en la película hay una gran profundidad sociológica en este sentido. No recurre a una demonización del nazismo, recurre a poner esa verdad tan difícil lo más cerca que se pueda del espectador porque la realidad es que está cerca de él. De realmente preguntarle al que mira: ¿quién es responsable?

Junto a Shoa y por diferentes caminos, me parece el mejor trabajo que se ha hecho alrededor de lo que fueron los campos de concentración y exterminio nazis.
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9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
LA BUROCRACIA DEL HORROR
Estremecedor documental sobre los campos de concentración nazis que pasa de lo paradójico de su construcción y arquitectura en lugares absolutamente corrientes donde la naturaleza no se ha detenido a pesar de lo ahí ocurrido, y que va avanzando en lo que acaba siendo una selección de imágenes terribles sobre lo que allí se hizo.

Ejemplar en su desarrollo, estupendo su guion narrado con la aparente frialdad de un espectador externo, que termina estremeciendo ante contundencia de los hechos acaecidos .
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9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Ni perdón, ni olvido...
Listado de algunas masacres ocurridas en Colombia en 1997:

- VEGACHI – ANTIOQUIA (29 de febrero de 1997), 10 personas asesinadas, 3 desaparecidas.
- MUTATA – ANTIOQUIA (29 de mayo de 1997), 10 personas asesinadas.
- SEGOVIA – ANTIOQUIA (22 de abril de 1997), 14 personas asesinadas.
- SABANALARGA – ANTIOQUIA (12 de julio de 1997), 11 personas asesinadas, 250 desplazadas forzosamente-
- MASACRE DE MAPIRIPAN (14 de julio de 1997), 12 personas torturadas y asesinadas, 2 desaparecidos.
- EL RETIRO – ANTIOQUIA (14 de agosto de 1997), 10 personas asesinadas.
- MASACRE DE MIRAFLORES (17 de octubre de 1997), 12 personas asesinadas, 200 personas desplazadas forzosamente
- TOCAIMA - CUNDINAMARCA (21 de noviembre de 1997), 14 personas asesinadas
- DABEIBA – ANTIOQUIA (24 de noviembre de 1997)14 personas asesinadas, 3 desaparecidos.
- SAN CARLOS DE GUAROA – META (3 de octubre de 1997), 11 personas asesinadas, 16 personas heridas
- ITUANGO – ANTIOQUIA (25 de octubre de 1997), 13 personas asesinadas
- RIOSUCIO – CHOCO (17 de diciembre 1997), 14 personas asesinadas, secuestro (y posterior liberación) de 20 personas más

¿Por qué estos datos escalofriantes? Soy orgullosamente colombiano, amo mi patria y deseo lo mejor para mi país. El problema de violencia que existe es una úlcera que carcome los sueños y esperanzas que muchos tenemos. Solo quien ha vivido la tragedia de la violencia política y económica, así como sus consecuencias, es capaz de comprender el dolor de una familia que ha perdido todo.

El documental francés “Noche y Niebla” describe los acontecimientos ocurridos durante el holocausto judío perpetrado por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, desde la construcción de los campos de concentración y exterminio hasta los juicios de Núremberg, la verdad no se explica mucho, las crudas imágenes son suficientes para hacerse una idea de todo el dolor, el llanto, la tragedia y angustia que fueron derramados por la población judía en los suelos polacos y alemanes. Se hace un parangón entre las instalaciones abandonadas doce años después de la caída del III Reich (tiempo en que fue filmado el documental) y algunos videos y fotografías realizadas por los mismos nazis cuando los campos se encontraban en pleno uso.

Existe una corriente pseudo-histórica conocida como el “Negacionismo del Holocausto judío”, en ella algunas personas aducen que tal holocausto nunca se produjo y que todo fue una estrategia propagandística de los aliados para desprestigiar el régimen de Hitler. Me gustaría que esas personas se lo explicaran a las familias judías que perdieron todo en los campos. Tontos, las masacres y el exterminio de la población no es una cuestión de números sino de responsabilidad social. El que tenga un pequeño atisbo de gratitud por la humanidad debería ver este documental. Solo dura 30 minutos y es realmente espeluznante.

NI PERDÓN, NI OLVIDO A CRÍMENES CONTRA LA HUMANIDAD
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8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
"La guerra se adormila, con un ojo siempre abierto"
Treinta y dos minutos dura este film documental dirigido por Alain Resnais, con guion de Jean Cayrol y narrada por Michel Bouquet, treinta y dos minutos donde se muestra la deshumanización sufrida por la población judía en los campos de concentración de los nazis. Mediante filmación a color grabada en los campos abandonados, videos y fotografías de archivo, acompañadas por la narración de Bouquet, se va explicando la degeneración sufrida por miles y miles de personas en estos lugares.

Treinta y dos minutos; el ascenso, las deportaciones, los campos de concentración, su función dentro del aparato estatal nazi, los experimentos, las duchas, los productos, todas y cada una de las humillaciones y vejaciones existentes en dicho lugares, todo apenas en media hora, hasta llegar a los juicios de Núremberg, donde nadie se creía culpable.

¿Cuál es el sentido de esta obra? No olvidar la historia, no dejarla de lado, despertar la memoria, aunque sea setenta años después, no importa, la humanidad no puede permitirse olvidar eso. Nuit et Brouillard es un documento que podría herir la sensibilidad de quienes sean un tanto delicados debido al fuerte impacto de sus imágenes, así que es importante tener eso pendiente si se desea verla.
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5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Retrato desapasionado del Horror
Un documental verdaderamente impactante. Las imágenes recogidas en él son de una crudeza extrema. Nada inquieta más a un ser humano, creo yo, que presenciar escenas de sociedades de insectos, más todavía cuando esa sociedad está compuesta de seres humanos. Dice Northrop Frye en uno de los ensayos recogidos en "Myth and Metaphor" que el proceso de deliberación se parece más a un parlamento que a una monarquía absoluta; añade que de una mente humana se espera que sea el ágora en la que la razón y las pasiones intercambien opiniones para llegar a una conclusión final. En la Alemania nazi, sin embargo, una razón del todo irracional aplasta con guantelete acerado cualquier brizna de simpatía y compasión por los congéneres. Cuando llegamos a las secuencias que muestran el uso que se le daba a los cadáveres de los campos de concentración, uno no puede más que preguntarse qué pasaba por la cabeza de los perpretadores. Pareciera que la civilización se hubiese vuelto del revés, que hubiese atravesado un umbral que la ha llevado a tiempos anteriores a las conquistas de la Hélade, Roma y la Cruz, cuando en Europa todavía había holocaustos y festines de carne humana. No obstante, el horror nazi no es un fenómeno aislado históricamente junto con la inquisición española y el comunismo de corte stalinista, por mucho que al nuevo régimen liberal-demócrata anglosajón le interese vender esa idea. Generalmente, en una fase ya avanzada por la que pasan todas las civilizaciones, previo a la constitución de un imperio universal, suele haber guerras como jamás se han visto antes, guerras en las que el enemigo acaba totalmente deshumanizado y se cometen las mayores atrocidades de las que se tiene constancia. Véanse, si no, las acciones emprendidas por Asiria contra otros reinos mesopotámicos, las de Roma contra Cartago o la Dacia, las de los aztecas contra sus pueblos vasallos, las de los japoneses contra otros japoneses en el período Sengoku... Estas sociedades normalmente no surgen de la nada, son producto de condicionantes históricos, de ambientes sobrecargados de beligerancia en las que a más de uno se le va a ocurrir que o bien nos convertimos en un imperio depredador ultramilitarizado o bien desaparecemos como nación.

Resnais acaba señalando que muchos de los genocidas siguen entre nosotros y sugiriendo que el mal, pese a la derrota del Eje, sigue ahí, en la condición humana. Razón no le falta, aunque, como digo, más que producto del mal, estos episodios de enajenación colectiva pueden ser explicados perfectamente mediante la etnología, la antropología, la psicología y la sociología. Lo vemos en nuestro día a día y en los libros de historia: gran parte de la población es profundamente ignorante, y lo que es peor, arrogante, además, no está interesada en defender la verdad o en tener un mundo más eficiente y justo, sino en vivir de la manera más digna posible. El bien y el mal, por mucha influencia que haya tenido el pensamiento judío en nosotros, no son categorías que uno maneje en el día a día; en la teoría, como universales, sí, podemos hacer de Sócrates y, mediante la mayéutica, extraer esas verdades que todo ser humano conoce; ahora bien, si descendemos del mundo ideal y planteamos problemas reales, descubriremos que, para la mayoría, lo bueno se identifica con lo ventajoso para el individuo y los suyos, y lo malo, con lo perjudicial para el individuo y los suyos.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
"¿QUIÉN DE ENTRE NOSOTROS VIGILA DESDE ESTA EXTRAÑA ATALAYA. PARA ADVERTIR LA LLEGADA DE NUEVOS VERDUGOS?" (Jean Cayrol)
A pesar de haber comenzado su carrera cinematográfica tan solo cinco años antes el director francés Alain Resnais (Vannes / 1922-2014) no era precisamente un jovencito a sus 33 años del año 55 cuando el “Comité d´Histoire de la Deuxiéme Guerre Mondale” le encargó este documental sobre el Holocausto. Contaba eso sí, Renais con un bagaje de reputados cortos documentales (5) sobre temas artísticos y sociales. Entre ellos uno sobre Guernica del mismo título estrenado en el 50. Sobre la génesis del documental que nos ocupa recomiendo el comentario publicado en Filmaffinity de 27 de Enero de 2007 “Barreras infranqueables” firmado por Dr. Marcus donde se apunta entre otras muchas cosas que Resnais en principio fue reticente a realizar un documental sobre un tema que según él requería de la aportación de alguien que hubiera vivido la terrible experiencia. Para ello al final contó con el poeta y editor francés Jean Cayrol que había publicado en el 46 un poemario sobre su experiencia como interno del campo de concentración de Mauthausen. El título de dicho poemario es al que alude el del documental probablemente inspirado el primero en la estrategia marcada por Himmler en la que amenazaba a los enemigos del régimen del III Reich a desaparecer en la noche y la niebla. Alusión por otro lado al “sigilo” , con que se pretendió llevar sobre todo de cara a su propia población la llamada “solución final”. Obviamente como se encargó de subrayar treinta años después otro director francés Claude Lanzmann en su magna obra “Shoah” con la mirada cómplice hacia otro lado de los países donde estaban ubicados muchos de esos campos, sobre todo en Polonia por no hablar del colaboracionismo francés de Vichy. Entre el asistente habitual de Resnais, Chris Market y Cayrol dieron forma a un guión de voz en off sobre el montaje del director con documentación visual de diversa procedencia incautada a los nazis.

Andaba por esas fechas la patria de Resnais intentando que su colonia de Argel no se independizara, cosa que Argelia consiguió tras ocho años de guerra y los campos de concentración que desarrolló la nación de la “Libertad, igualdad y fraternidad” no eran precisamente un dechado de todo ello. Así que Resnais aprovechó para modificar sutilmente algunas palabras de la narración de su documental y no limitarse al holocausto judío exclusivamente sino que lo ampliaba a todos los pueblos represaliados, acercando el hecho a su presente más inmediato.

Necesitó Lanzmann diez horas para aproximarse al horror en “Shoah”. Resnais utilizando un montaje ágil y una voz en off, lo sintetizó en apenas treinta minutos. Ambos dejaron un testimonio impagable de la maldad humana sistematizada a sabiendas de la imposibilidad de capturar con la cámara una mínima fracción de lo que ocurrió no solo en esa parte del mundo y desgraciadamente en mayor o menor medida sigue ocurriendo. Imprescindible.

cineziete.wordpress.com
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4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
¿Quién es el responsable?
Estuve en Auschwitz hace cinco años y puedo decir que nada de lo que vi allí me afectó tantísimo como ver este documental. Lo cual no se si habla mal de mí o muy bien de este documento histórico tan profundamente doloroso.

Durante algo más de media hora, vamos a revivir el horror, sin ningún tipo de sutileza ni rebaja de la violencia (aviso porque hay imágenes super explicitas y nada agradables de ver) de lo ocurrido en Alemania desde el 33 al 45. No lo hace de una forma continua sino que se detiene en los 3 momentos claves: Victoria de Hitler, creación de los campos y la solución final y liberación de los mismos por parte de los aliados.

El repaso a todos estos hechos se hace con una voz de fondo que nos va guiando ante el horror al que vamos a asistir y explicando hechos sobre cómo funcionaban los campos de exterminio Nazis.
Además, el narrador lanza reflexiones que, a día de hoy y con el auge de partidos con ideas similares a los nazis por toda Europa, me hacen preguntarme si no seríamos capaces, otra vez, de caer en algo así. El narrador se lo preguntaba en el 55, han pasado 56 años y yo sigo sin tener clara la respuesta.
Como podemos ver en el documental, en Alemania todo el mundo alegó después no ser responsable, siempre eran ordenes de más arriba. Pero yo me pregunto: ¿Cómo podemos hacernos estas barbaridades unos a otros? ¿De verdad es tan sencillo cómo una cadena de mando?
Supongo que son preguntas que no tendrán respuesta.

En definitiva, si sois capaces de enfrentaros a este horror de frente, mirad este documental. Me ha destrozado por dentro y aún así creo que merece la pena. Conviene no olvidar nunca qué ocurrió para intentar, al menos, no volverlo a repetir. Nunca se debe mirar hacia otro lado cuando ocurren este tipo de barbaridades.
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