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29 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
8
UNA PELICULA PARA BEBER Y VIVIR
Si la vida es la guerra y la guerra es un drama, entonces,la vida es una comedia. Aunque sea una deducción disparatada para un filósofo, ésta, parece ser la conclusión voluntarista de la inusual lógica de Emir Kusturica. El director ¿bosnio? ¿serbio? ha firmado una ¿comedia? ¿drama? No hay forma de confirmar estas precisiones recorriendo los territorios de internet. Cierto es que nació en Sarajevo, en la actual Bosnia-Herzegovina, y la valoración de si el filme es una comedia ,drama o qué, dependerá, al final, de la mirada de cada espectador.
Parecido desconcierto o desacuerdo ha merecido para la crítica la llegada de la película a las pantallas. Algunos opinan que Kusturica se repite, que no aporta nada nuevo .Otros, a quienes me adhiero, reivindican este trabajo como una obra con fuerza y valor notables. Es verdad que hay elementos muy reconocibles que se asocian con la anterior filmografía del director, pero, ¿es eso un defecto? Cierta locura de los personajes, que albergan una entrañable comicidad; situar la acción en un escenario popular, con gente sencilla; la presencia importante de la música, son características que dibujan su firma inconfundible. La excentricidad que otorga este Fellini balcánico a sus criaturas - humanas y animales- en la película, podrá exasperar a algún espectador carente de sentido del humor, que creerá que Kusturica frivoliza al abordar así, el dramático conflicto de la antigua Yugoslavia. Pero alguien que, como él, ha nacido y vivido allí, está moralmente autorizado a tratar esos acontecimientos desde el tono anímico que quiera. Ya, hace algunos años, fue malinterpretado por unas declaraciones por las que se le adjudicó la etiqueta de proserbio, que en este contexto viene a ser sinónimo de fascista o nazi. Y no iban por ahí las cosas. Descifrando, por ejemplo, el discurso de la película de hoy, habrá que pensar que sus declaraciones irían más en el sentido de la canción de Jorge Drexler, cuya letra empieza así: “Yo no se de donde soy, mi casa está en la frontera y las fronteras se mueven como las banderas....” .Además , quienes hayan visto otras películas de Kusturica como El tiempo de los gitanos, Underground, o Gato negro, gato blanco, tendrán la seguridad de que no es un nacionalista proserbio sino alguien que ama al ser humano por encima de las banderas, y que es un optimista incurable,. como Luka, uno de los protagonistas de La vida es un milagro. De todas formas, claro que choca ver una película así, si la comparamos con otras, tan sólidas y necesarias como Las flores de Harrison, que también penetraba en esa guerra todavía caliente. Pero de todo tiene que haber en la viña cinematográfica; la diversidad siempre enriquece. Por otra parte, La vida es un milagro cuenta, sobre todo, una gran historia de amor.
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38 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Sigamos alucinando
Surrealista.... ¿? Lo que si resulta surrealista son las críticas que he podido leer sobre esta [excelente] película. Empezando por la comparación con "El milagro de P. Tinto" (ya puestos, "Mortadelo y Filemón) o con... ¡¡"Largo domingo de noviazgo"!! (animo al autor de tan excelsa crítica a deslumbrarnos con las concomitancias de ambos filmes... puede ser divertido ).

"Sobre gustos, colores". Sabia frase que ha perdido buena parte de su significado. Me puede gustar la comida de Burger King, pero ello no implica que sea "buena".

Tratar a Kusturica de pedante, eso sí es surrealista. Otra crítica dice que pinta a los bosnios como angelitos... bueno animaría a ver "Grbavica", o a visitar Bosnia, para saber de primera mano las burradas que cometieron los "chetnik" serbios (empezando por la violación estratégica de mujeres musulmanas, sabiendo que serían repudiadas por sus familias, con la consiguiente ruptura generacional en Bosnia).
Hablando de la película. Kusturica NO ES cine de autor. Si el encefalograma de los espectadores (de todos, me incluyo) está intoxicado con ritmos narrativos USA (de videoclip MTV) e historias donde lo único importante es:
A) partirte la caja
B) ver palos a montones
C) que el Shyalalyan de turno te "sorprenda" con el final
D) algún susto de atracción de feria: buuuuuu!!!
E) omprobar "que bonito es el amor", sobre todo entre actor+actriz monísimos

eso NO QUIERE DECIR que todo director que haga una película fuera de este esquema sea acusable de "cine de autor" (nótese el odio que se añade a este término).

Por eso, Kusturica no lo es. No es intelectual. No lo son sus bromas, gags... que tampoco son en absoluto suerrealistas: conozcan su vida y la de sus colaboradores y vean que, como en las increibles historias de García Márquez, la base real es enorme. Tiene su propio ritmo narrativo, que resulta prácticamente impecable. Porque Kusturica descubre, como Bergson, que la risa es el canal para decir las más dolorosas verdades, y cuanto más se roza la locura, más cerca se está de mostar la realidad.
"La vida [fue] un milagro" en ese destrozo de país, convertidas sus casas en gruyère. La expresividad de la historia no busca emocionar (¿qué es eso de que, si no fuera por la música, se lograría cierto clímax?, por favor... para llorar, véanse "Philadelphia"), sino darnos a entender el caos, la mezcla irracional que era Yugoslavia. Por eso música, personajes, guión... son calculadamente caóticos, locos. Los personajes han perdido la cabeza, para poder vivir en un lugar donde "La vida es un milagro".

Similar tema, con música sensiblera y rancia, lo toma Benigni (prestigioso director, de gran trayectoria posterior...jaja), añadiendo gags años 20 (slap stick de manual) y desata elogios de público y crítica. No importa que hacer coñas con un campo de concentración esté fuera de lugar. Ahora resulta que el "raro", el "surrealista", el que está fuera de lugar, es Emir Kusturica.
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25 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
El milagro de la vida
Dirigida, coescrita y coproducida por Kusturica, codirector de la música, obtuvo el César a la mejor película de la UE. Fue nominada a la Palma de Oro (Cannes) y a la Espiga de Oro (Valladolid). Se rodó en Serbia, durante más de un año.

La acción se sitúa en Bosnia, en un lugar próximo a la fontera con Serbia, en 1992, poco antes y después del estallido de la guerra. Narra la historia del ingeniero Lukas, que llegó de Belgrado dos meses antes para la construcción de un ferrocarril que convertirá el lugar en un paraíso turístico. Le acompañan su mujer Jadranka, soprano y lectora de Ana Karenina, y el hijo de ambos, Milos. El inicio de la guerra cambiará muchas cosas. La acción se ambienta en un contexto bélico que no se ve: se oyen disparos, cañonazos, explosiones y se ven heridos, muertos, destrozos. La guerra se inserta en la cotidianeidad, forma parte de la normalidad diaria y, por ello, provoca mayor desazón. La narración adquiere un tono desmesurado: comen, beben, aman, odian, juegan al ajedrez y al fútbol, cantan y bailan exageradamente. El espectador es receptor de una cascada de palabras, golpes, colores, imágenes, detonaciones, explosiones y música, que le sumen en un caos sensorial. Se añaden elementos surrealistas, absurdos y excéntricos, que subrayan la sinrazón de la guerra, justifican la locura, invitan al suicidio e impulsan a huir de la realidad. La obra cuenta, con una rotundidad inusual, el drama de la vida que se abre camino entre el miedo, la brutalidad, el dolor y la muerte. La exaltación de la vida justifica la presencia de muchos animales (perros, gansos, gallinas, gatos, palomas, caballo blanco, la burra Melissa) y la mirada cariñosa dirigida al polluelo salido del huevo, las crías de la oca, el niño recién nacido de los Petrovitch. El rechazo de la guerra se personifica, también, en animales: los osos que "matan a todo ser viviente", los buitres carroñeros. El humor recurre a gags blancos, surrealistas, negros y marrones. Los elementos dispersos del rompecabezas tienen en las vías del tren el eje que los amalgama. No se habla de culpables, sólo de víctimas. En la segunda parte del film se desarrolla una hermosa historia de amor, que trasmite ternura, bienestar y gozo, y endurece la crueldad de la guerra.

La música es parte fundamental de la obra. Mezcla ritmos gitanos, con influencias de Oriente y Occidente, a cargo de "The No Smoking Orchestra". La fotografía ofrece escenas magníficas como la camilla que se desliza sin final, el baño junto a una cascada que inunda la pantalla de blanco, la caminata con la chica en brazos a través de la desolación de un campo nevado. La interpretación del protagonista Slavo Stimac (Lukas) y las de Natasa Solak (Sabaha) y Vesna Trivalic (Jadranka) son convincentes. La dirección otorga al film su reconocido estilo propio.

Combina comedia, drama y romance. Apela a la razón, sentimientos, imaginación y sentido del humor. Es un potente alegato contra el belicismo y por la paz.
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20 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Ajuste de cuentas “a lo Kusturica”
El serbio (él diría yugoslavo), Emir Kusturica ha realizado una obra que no se aparta lo más mínimo de aquello a los que no tiene acostumbrados este peculiar cineasta. Con 'La vida es un milagro', retoma su universo de personajes al borde de la locura, con una afición desmedida por el caos, el griterío, la fiesta, el jolgorio, el sexo en su versión más festiva y el contagioso efecto de la vida al límite, todo ello enmarcado, como siempre, en la reciente, (y desgraciada) historia de su país, que tanto le obsesiona, y de la que se permite aquí una visión muy crítica e irónica del tratamiento informativo hecho en el resto del mundo acerca de la guerra yugoslava, presentando a sus compatriotas como "los malos", frente a los aparentemente "angelitos" bosnios.
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14 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Muy buena, Kusturica vuelve a sorprender
Infravalorada película del siempre genial director serbio Emir Kusturica. Posiblemente la técnica del director sea poco apreciada, pero lo cierto es que es de los pocos directores que consiguen que la música sea otro personaje mas, aparte que las metáforas, simbolismos y subrealismo le acerca mucho al realismo mágico de algunos escritores. La película muy buena, visión cariñosa de los personajes que formaban la antigua Yugoslavia, y con momentos realmente divertidos, y otros muy angustiosos. Los personajes increíbles, tanto como el actor como la actriz, una autentica revelación para mi. El final fantástico, y lo dicho, tiene golpes realmente divertidos. kusturica en plena forma. la película es un poema a la vida. Nota importante: ver solamente en V.O, si no pierde la mayoría de las gracias y mucho ojo a la escena del partido de fútbol. a parte de sobrecogedora es una radiografía de los Balcanes.
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13 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Un barullo irregular y excesivo.
Una de las más características películas de Kusturica, centrada en la historia de un ingeniero serbio que tiene un proyecto de construcción de vía ferroviaria para hacer de su zona un destino turístico y que imbuido de su trabajo y de su propia personalidad ingenua y optimista no repara en la inminente llegada de la guerra civil a los Balcanes.
"La vida es un milagro" dura dos horas y media, que son de todo punto y como toda la película, excesivas, en un conjunto hipérbolico, de género algo así como una comedia surrealista, abarrotada de personajes, en un barullo de situaciones ¡, impactos y sucesos que devienen en una película extraña, a ratos repelente y a ratos fascinante, hasta divertida e ingeniosa, pero definitivamente y como no podía ser de otra manera, irregular.
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8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Inesperadas sensaciones
Lo cierto es que había ciertas cosas que había oído acerca de esta película que no me acababan de animar nunca a visionarla, sin embargo tengo que confesar que esto había sido un error mayúsculo. Siguiendo en mi línea de votaciones altas tengo que otorgar un 10 a este film porque para mí ha sido todo un descubrimiento que, si bien no cambia en gran medida el estilo marcado por Kusturica hasta hoy, explica de un modo tan exacto como sencillo los traumas causados por la guerra y el modo en que ésta cambia las percepciones de las personas para siempre. Quizás hubiera esperado otro tipo de final, quizás sobraban los últimos planos. Sólo eso puedo achacar al film. No obstante la simplicidad y claridad a la hora de describir los efectos de la guerra, los prejuicios de la gente y el modo en que los marcos de referencia salen a la luz con un estímulo externo me han bastado para puntuar con un 10 una película tan educativa como ésta. No se puede negar la belleza de la historia que narra: los sentimientos humanos por encima de las "diferencias", las grandes similitudes entre los hombres desconocidas por éstos ya que deciden dejarse guiar por sus pequeñas diferencias. En definitiva, una película necesaria para comprender lo acontecido en los Balcanes en los años 90.
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6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
UNA GRAN PELÍCULA
Con una sencillez absoluta y una presentación de los personajes totalmente surrealista la película va tomando rumbo hacia la crudeza de la guerra y con una elegancia exquisita encandila al espectador. La ternura de sus personajes protagonistas es otro de los alicientes para disfrutar de esta obra de Kusturica.
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10 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Qué maravilla...!!
Kusturica tiene un lenguaje propio. Si lo entiendes bien, si no, es lógico que provoque rechazo. Pero a mi me parece una película sugerente, con toques de humor surrealista, de un costumbrismo lúdico/festivo, con unos diálogos estupendos, me encanta el papel de los animales en la trama, como si tuvieran su propio discurso y fueran un personaje más. La guerra es el telón de fondo que transforma la vida de los protagonistas, que sin embargo siguen amando, llorando, riendo y jugando al ajedrez. Creo que es una película inteligente, entrañable y divertida. Y en efecto, la vida ( sobretodo en tiempos de guerra ) es un milagro.
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7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Y QUÉ MILAGRO
Vaya por delante que Emir Kusturica es de los directores más amenos y creativos que considero dentro del panorama cinematográfico actual. A pesar de amenazar con dejar el cine por las acusaciones de partidismo desmedido de su cine, él se mantiene en la brecha y nos regala películas tan agradables como la presente.
Partiendo de un tema tan duro como es la guerra fraternal que se dió en Yugoslavia, nos narra una historia de amor a contracorriente, de amor sincero, de los que florecen a partir de la experiencia, aunque ésta sea muy dura y cruel.
Los papeles protagonistas están muy bien interpretados y, si hubiera que poner un pero a la película, sería el excesivo metraje.
Por lo demás, el cine que realiza el director sigue fiel a sus parámetros habituales. Mucha música, cuadros completamente salidos de madre con humanos y animales de por medio y excesos habituales tanto en la forma como en el fondo.
Recomendable para seguidores de este curioso realizador.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Gracias, Emir.
Que complejo resulta plasmar las pulsiones humanas de manera efectiva sin caer en lo deprimente o lo visceral (!Lars!). Puedes enmascararlo en clave de comedia al estilo Allen, o nutrirte de la propia comicidad de lo cotidiano (Winterbottom). Pero derramar las lágrimas y contemplar tu propio espíritu en medio de una verbena trompetera... menudo jolgorio. Una obra que transmite, que te habla sin tapujos de las miserias humanas mientras te incita a sonreir. Una fábula balcánica sincera, cruda y deliciosa.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Una gran película
En esta película, Kusturica realiza con maestría la difícil tarea de arrojar, con alegría y diversión, un amplia sonrisa al lado amable de la vida en tiempos en que todo es hostil. La dualidad felicidad-dolor en un universo repleto, a la vez, de amor y de guerra. Una película llena de colores, música y momentos absurdos, pero con igual dosis de dolor, decadencia y terror. Una mirada optimista a un mundo cada vez más necesitado de ello y, a su vez, menos propicio. Un análisis amable de una realidad desagradable pero con sus recobecos de belleza.
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4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Bosnia como es
Esta es la primera película que vi de Kusturica.

Simplemente creo que la historia se luce reflejando las costumbres y forma de vida de Bosnia y sus alrededores.
Kusturica logra llenarnos de un humor extraño que nos hace reir y llorar al mismo tiempo. A muchos les parecerá exagerado esto, pero es excelente como mimetiza ambas contradicciones sin desvirtuar la historia.
Momentos donde mueren personajes, o sufren, y sin embargo todo sigue marchando bien!.
Por un lado así es como Kusturica muestra su cultura natal, y por otro lado no nos hace llorar exagerando una escena desagradable, sino tomándolo como algo natural, algo propio de la naturaleza. Tal vez será para evitarnos las molestias y para así darnos a entender que el drama sensacionalista no siempre es necesario en un film.

En fin, la musica es otro ítem impecable. Otro toque distintivo para adentranos más en Bosnia y su cultura.
La guerra no está del todo bien contada, pero no escapa la realidad! Muchos Europeos recaen en el "cabezadurismo" de no darla mucha importancia, y eso mismo quiso impregnar Kusturica (o eso comprendo).
También es importante destacar la crítica a los medios en medio de la guerra.

Así les recomiendo completamente esta película. Muchas cosas no tienen sentido y no deberían tenerlo. No busquen explicaciones porque ya está todo explicado. Kusturica les mostrará algo muy humano, algo disparatado, pero muy humano al fin.
Así es la vida.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Y la película un placer.
Hacía tiempo que no disfrutaba tanto contemplando una película, a pesar de que veo bastantes y de que suele ser una de mis actividades preferidas. Ver esa cascada de imágenes que brotan como un torrente inagotable de frescura y talento es una autentica delicia. Kusturica nos regala, nunca mejor dicho, dos horas y media de cine de lujo, donde la emoción está a flor de piel y la ternura se puede palpar, por momentos parece un disparate tras otro, un sin sentido, pero todo casa, todo encaja, es un deleite, desde el personaje principal, el ingeniero, hasta el cartero, o el capitán, o la preciosa enfermera todos son impagables, hasta los animales, la burra enamorada y deprimida, el caballo que no sabe jugar al ajedrez, las trifulcas entre la perra y el gato, los patos, las ocas, son imágenes que mas que originales, parecen sacadas de la vida misma y son poseedoras de una fuerza y una belleza enormes
Rodeados de montañas, en unos parajes bellísimos, con un clima duro y con una guerra, como todas absurda de por medio, nos va contando las locuras y los sueños de sus habitantes con una sencillez y una imaginación que cautivan, y además le da un repaso a los políticos de tres al cuarto que al parecer allí también actúan en nombre del pueblo pero en beneficio propio, y si hay alguno que es honrado lo quitan de en medio. Te metes tanto en la película, te hace vivirla con tal intensidad, que por un momento cree uno encontrarse también en los Balcanes. Se mueve entre el drama y la comedia, entre la tragedia y la sonrisa con una facilidad , con una maestría que todo nos parece de lo más natural, nada desentona, lo vemos normal, quizás la vida es así y tal vez ese sea el milagro.
Todo está hecho con gusto, con mimo, se nota en las imágenes, cuando parecen surrealistas o cuando te hacen soñar, el guión es además estupendo, el trabajo en general de los actores muy bueno destacando al protagonista y a la bellísima actriz, para mi desconocida que interpreta a la enfermera. Y entre todo eso lo mejor que nos ofrece Kusturica es que nos habla de los sentimientos, el amor hacia los hijos, los anhelos que uno tiene respecto a ellos, la amistad hacia otras personas, el amor que se agota inevitablemente, o el que nace de nuevo, puro, limpio, imparable. En medio de tanto caos, de tanto desbarajuste el nos reserva un hueco enorme para las emociones y los sentimientos, porque esto en el fondo, seas bosnio, serbio, musulmán, español o católico es lo que nos mueve, los instintos y los sentimientos. Kusturica nos los da a raudales y envueltos en exquisito papel de regalo.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Tremendamente irregular (6.65)
En realidad la película comienza cuando le comunican a Luka que su hijo ha sido hecho prisionero; lo anterior es pura basura, acumulación de gags humorísticos para párvulos y gañanazos paletos (partido de fútbol incluido).
La aparición de Sabaha (un joven y atractivo descubrimiento llamado Natasa Solak) llena de frescura la historia.

En general, la música no me gustó demasiado por inadecuada. Su tono festivo jode algunos momentos que podrían haber sido sobrecogedores.

Fue la primera película de Kusturica que vi. Me habían advertido de su infantilismo, de sus excesos, de eso que algunos de ustedes llaman cine de autor; me había creado tan malas expectativas que la experiencia final fue positiva. Pero nada de obra maestra.
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10 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
¡Soportarla es un Milagro!
Leyendo, leyendo y escuchando críticas he tratado de variar las impresiones que me dejo esta pieza; pero ya no pude y tengo bien merecida la decepción al esperar tanto de la peli y de E. Kusturica. Aparentemente El director gusta de ataviar sus películas con simbolismos zoológicos o simples fetiches animales, de verás confieso; fue lo que más gracia y simpatía me hizo, además que en mi mente sirvió para casi balancear (Casi!) las irritantes contrapartes humanas.

Si bien reconozco algunos aspectos estilísticos bien manejados (principalmente la música y algunos escenarios) también diré que el tono de comedieta circense, pretenciosamente surreal, los irrelevantes diálogos, los Bufones; que no personajes y el contradictorio mensaje de la obra terminaron por malograr la experiencia y hastiar mi alma; efecto que se reforzaba con un constante cavilar-divagar: ¿cuanto extenderá el chiste del Burro en los rieles, del Lanzacohetes al revés o las forzadas caídas de la vieja loca? – No escucho a nadie riendo, Estando en medio de una guerra ¿no se les ocurre comentar algo que valga la pena? –Si me hubiera quedado en casa habría avanzado aquel curso, ¿Esa es la verdadera idiosincrasia Bosnia, Serbia o lo que fuera? – Las personas de este planeta son puro despiste; tengo que ir a ver Avatar en Imax 3D, ¿las guerras Balcánicas fueron tan ridículas? – mmmhhh…. La otra semana hay $, invitaré al peluche a cine; pero teniendo más precaución con cierto cine de autor y pues bla bla bla bla ……….

En alguna ocasión escuche de un admirador de Kusturica que éste gustaba de criticar algunos abusos del cine gringo, bueno pues si no es por la escenografía en este film casi que le diría al Director que no se arrime tanto a la candela.

Y como dice mi madre: “El tiempo perdido lo lloran los Santos”
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6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Una vez más, Kusturica hecho película
Se trata de un film que como otros de Kusturica, es un reflejo de la peculiar trayectoria biográfica y vital del director: el tantas veces definido como director "serbio", nació en realidad en Sarajevo y fue criado en una familia musulmana laica de la ciudad. Ese cosmopolitismo queda recogido en toda su filmografía y justifica que sea catalogada como "yugoslava" o incluso "bosnia", pero no específicamente serbia. El film, como otros del mismo director, no contiene tantos símbolos y escenas surrealistas como se han querido ver. En realidad, Kusturica siempre está reflejando unos personajes y situaciones bien reales y cotidianos en toda Yugoslavia o incluso en los Balcanes: el machismo, el gusto por las armas, esas indomables mujeres, los paletos, el cariño hacia los animales, personajes entrañables que continuamente hacen de intermediarios frustrados: un anciano cartero, gitanos, un médico ruso... Otra cosa es que Kusturica recurra un tanto en exceso a lo que en España se denomina el "esperpento", que no es tan específico de aquí y sí más de la cuencia mediterránea en su conjunto. En ese sentido, Kustirca (como otros directores del Este) peca de haber caído en la creación de productos culturales al gusto del público occidental: coloristas, abigarrados, folkloristas y con falsos guiños para que el intelectual de turno se jacte de entender el drama yugoslavo a partir de films como éste. Sin embargo, se agradece enormemente la actitud vitalista y hasta optimista de Kusturica, que supera los dramones desgarrados, pretenciosos y muchas veces artificiosos que se han filmado sobre la historia reciente de los Balcanes (no sólo las guerras de Yugoslavia)
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8
extrañamente maravillosa
Maravillosamente extraña, durante las por momentos interminables 2 horas y media de película se suceden escenas de un increíble realismo y de un verosímil surrealismo. Drama y comedia al mismo tiempo. Música y ruído de disparos. Kusturica.
Es una película llena de contradicciones como la propia historia que relata y como la propia vida. Como la propia vida a veces aburrida y en el instante siguiente llena de emoción.
Un estilo muy propio con gran protagonismo del simbolismo encarnado en los animales (gato-perro, burro). Un estilo muy determinado que puede hacerla pesada o excelente, según gustos, pero definitivamente: extrañamente maravillosa.
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9
Porque la vida es un milagro.
Desde el nacimiento de un polluelo hasta el amor que surge en medio de una guerra cruenta, la vida es un milagro, o eso parece querer concedernos su director con esta película que es un himno al optimismo frente a la adversidad, al amor frente a la barbarie y sobre todo a la bondad por encima de las dificultades.
En un tono jovial, casi humorístico, disparatado y surrealista, se esconden todo tipo de personajes en un retrato desprovisto de dramatismo pero no de realidad. Todos y cada uno se muestran tal cual son, unos, con sus incomprensibles contradicciones y sus expuestas bajezas; otros, con su inocente nobleza y su capacidad de perdón. Pero todos, los mas nobles y los mas villanos, los mas vivos y hasta los muertos, componen una pieza necesaria de este puzzle que retrata una historia sencilla, o no, en medio de una guerra, la de Bosnia en el 92.
Porque la vida es un milagro, esta historia se ve con la sonrisa encendida y los ojos del corazón.
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7
Welcome to Hell
Zivot je cudo (La Vida es un Milagro, 2005) es una película dirigida por el prestigioso director Emir Kusturica, sobre uno de los episodios más lamentables del S.XX que él tuvo que vivir en primera persona, como fue las Guerras de los Balcanes. Sabiendo esto, podríamos pensar que la película sería un drama de tomo y lomo, donde las lágrimas esperan al espectador a cada minuto. Pero lo cierto es que no es así, y Kusturica siguió siendo fiel a sí mismo, construyendo una comedia surrealista que de manera trágica nos cuenta los avatares de unos personajes que se ven atravesados inesperadamente por la guerra, pero nunca pierden sus ganas de vivir.

La película se ambienta en una pequeña aldea en Bosnia. Pero nuestro protagonista, Luka (interpretado por Slavko Štimac), no es bosnio, sino serbio. Ya entramos de lleno en el conflicto (uno de los principales, por no decir el fundamental) que supuso la numerosa diversidad de nacionalidades en la extinta Yugoeslavia y que el espectador necesita conocer para poder afrontar la película. Y es que el país estaba formado por numerosas repúblicas, muchas de ellas con una cultura, lengua y tradición diferente a la de los demás, lo que acentuado por una potente crisis económica, condujo a una guerra fratricida, delirante y nauseabunda. Este es uno de los ejes principales del filme, pues a lo largo de la película se fragua el amor entre dos personajes pertenecientes a etnias y culturas totalmente diferentes (Serbia y Bosnia).

Slavko Štimac interpreta a un ingeniero serbio quien se traslada a una pequeña aldea Bosnia con su familia (mujer e hijo) por motivos laborales (la inauguración de una vía ferroviaria, que además tiene una importancia metafórica, pues el cineasta utiliza las vías del tren para mostrar las idas y venidas de nuestros personajes, que a la vez no dejan de ser las numerosas idas y venidas de la propia vida, así como también para subrayar lo absurdo del conflicto en el tema de de las numerosas barreras que se impusieron con la desaparición de Yugoslavia, las fronteras y aduanas). Sin embargo, la guerra les estallará de pleno, y el hijo del matrimonio, Milos (interpretado por Vuk Kostic) es reclutado por el ejército serbio para entrar en combate.

Podemos diferenciar dos mitades claras en la película, que evidentemente se relacionan temporalmente con el conflicto bélico, con el antes y el después. En la primera parte de la película el cineasta se dedica a registrar la vida cotidiana de la aldea, mediante su personalísimo estilo. Básicamente, la música del filme ayuda a crear un ambiente casi distendido, que es interrumpido con la guerra, que trastocará todos los planes de la comunidad. Los bombardeos y las invasiones llevarán el horror, aunque es cierto que nuestro protagonista parece vivir ajeno en una curiosa burbuja de maquetas y tranquilidad. Ahí aparece un personaje clave, una mujer bosnia (y musulmana) que será cuidada por nuestro protagonista

Hay señas más que evidentes de los rasgos de Kusturica como cineasta a lo largo del filme. Uno de los más evidentes es la utilización del cineasta de la música. Como en muchas otras películas del cineasta, el hilo musical es un leimotiv constante, que se encarga de ambientar prácticamente cada fotograma del filme, y sirve tanto para subrayar la intención del momento concreto como para la elaboración de una atmósfera reconocible e identitaria. Lo cierto es que si tratamos de acordarnos de la película inevitablemente nos viene a la mente la música que la acompaña. Especialmente, Kusturica nos presenta una combinación de música orquestal, muy enraizada folclóricamente con el tema de la película (como es lógico; además también nos encontramos con una gran importancia de la utilización de música diegética, como diversas orquestras o incluso el recurso de la flauta que toca en ocasiones nuestro protagonistas) y que en general subraya el tono alegre y desenfadado del filme. Por supuesto, más allá de la música también hemos de mencionar el corrosivo sentido del humor del cineasta, tan prototípicamente suyo. Kusturica no tiene reparos en convertir temas profundamente dramáticos en absurdos. Incluso de la misma muerte es capaz de banalizar el cineasta, y sólo tenemos que recordar la secuencia en la que uno de los militares muere mientras tenía un frugal encuentro con el onanismo o las secuencias en las que nuestros protagonistas son directamente tiroteados (y en las que incluso el cineasta se sigue permitiendo la ironía, como tragicomedia, en esos delicados momentos).

Esperanzador en definitiva es el relato de Kusturica. El amor en la película se acaba imponiendo a la guerra y al odio mutuo. Ni falta hace decir que la película es totalmente optimista, pues sólo hay que ver como terminó realmente la guerra. Quizá, la visión de Kusturica es muy diferente a la que tenemos nosotros, el resto de europeos, pero lo cierto es que también puede leerse el filme como un mensaje esperanzador, donde el amor sabe anteponerse a las diferencias entre religiones y etnias, no sólo como mensaje de presente, sino también de futuro. No está de más recordar que las heridas que abrió dicha guerra siguen suturando. De momento sólo no queda esperar y confiar en que Kusturica tuviera razón, aunque sólo el tiempo puede decir.

https://neokunst.wordpress.com/2015/12/12/la-vida-es-un-milagro-2004/
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