Alma solitaria (1950)

Bonita historia para los que gusten de películas del Oeste relajadas. En serio, bonitos paisajes con una estupenda fotografía que llama la atención, música muy a propósito, cinco niños que no se hacen pesados ni repelentes y una muchacha que huye de su tío.
De paso, un hombre a caballo de los que disfrutan de la vida. Muy bien definido: se fija en los pasos de las aves que van a invernar, habla con gente de todo tipo, aunque sean de un rancho enemigo, y desea llegar a California pero sin prisas.
Una desgracia le hará cambiar de planes. Diré que la película no es tiempo perdido. Cuando surge algo que trastoca nuestros sueños no tiene por qué ser un tropezón, tal vez es el destino que muestra un mejor camino. Aunque luego uno siga mirando a las aves en libertad volar hacia California. En fin, todo no puede ser en la vida.

Fregonese no suele decepcionar. Parece que "pasaba por allí" y como, quien no quiere la cosa, hacía una buena película. Pero "Alma solitaria" es más que eso, es un ejercicio magnífico de precisión, de originalidad, de talento... en definitiva, de saber contar una historia. Una historia en la que combina géneros (western, humor, cine familiar, acción) de forma admirable; una historia llena de originalidad, de reacciones inesperadas, de personajes atípicos y misteriosos; una historia que se apoya en un brillantísimo guión y en un excelso uso del color; una historia contada, silbada y conducida desde la serenidad y la EMPATÍA del entrañable personaje que nos regala McCrea. Una historia preciosa y precisa del argentino de Mendoza que, únicamente "pasaba por allí".