arrow

Sed de dominio (1948)

Sed de dominio
88 min.
5,8
40
Votar
Plugin no soportado
Añadir a listas
Sinopsis
Nada más terminar su última obra, el famoso escritor Eric Buch la entrega a Matt Saxon, el mejor director teatral de la ciudad; pero Saxon es un hombre arrogante y soberbio, cuyo único talento consiste en dominar a las personas, hacer que se sientan inferiores y, después, destruirlas humana y profesionalmente. (FILMAFFINITY)
Género
Drama
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
The Saxon Charm
Duración
88 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
6
La perversidad de Saxon
Segundo largo de Claude Binyon ("Stella", 1950), sobre un total de 8 películas. Adapta la novela "The Saxon Charm" (1947), de Frederic Wakeman. Se rodó en los Universal Studios con un presupuesto modesto, propio de la primera Posguerra.

La acción principal tiene lugar en NYC, en 1946/47, a lo largo de unas cuatro semanas. Narra la historia de Matt Saxon (Robert Montgomery), empresario teatral, arrogante, despóstico, egocéntrico, manipulador y perverso. Eric Busch (John Payne), novelista, que acaba de escribir su primera comedia ("El espíritu cómico"), tras su regreso del frente, la pone en sus manos. Eric está felizmente casado con Janet (Susan Hayward), que le apoya incondicionalmente.

La película construye un retrato de un productor teatral de Broadway, de gran fama y escasos recursos, poseído por un afán desmedido de dominar a los que le rodean. Encarna la figura de un personaje que detenta una cuota pequeña de poder, que lo ejerce sin miramientos y sin escrúpulos. El personaje está inspirado en casos reales del mundo del teatro del momento, pero es válido para un universo más amplio, que no ha perdido actualidad. Saxon no es Macbeth, ni su trasposición en el tiempo, sino una reproducción de su espíritu a la escala del pequeño poder. El arco dramático se asienta en las relaciones que establece con Eric y con personas de su entorno, a las que somete, humilla, insulta y cuando no las necesita hace lo posible para hundirlas mediante la mentira, la traición, la difamación y la inducción al suicidio. La tensión entre sus pretensiones y la resistencia de sus víctimas alimenta el clima dramático, que se desarrolla a un ritmo rápido, intenso y acelerado, gracias al uso acertado de elipsis y sobreentendios. La estructura de la obra se compone de cuadros sucesivos, cada uno de los cuales aporta un acontecimiento imprevisto, con el que Saxon busca desconcertar a sus amigos/adversarios. El juego de destrucción se degrada hasta límites en los que es inevitable la amenaza de autodestrucción. Contiene referencias cultas, como la de "La metamórfosis" de Kafka y las de Moliere.

La música, de Walter Sharf, ofrece una partitura breve, con un "Main Title" de formas rotundas y dramáticas, a las que acompañan melodías ambientales del momento e hispanas (Méjico), con un breve apunte, muy oportuno, de "La cucaracha". Añade una canción a cargo de Alma (Audrey Totter) de gran sensualidad. La fotografía, de M. Krasner ("Eva al desnudo", 1950), en b/n, crea composiciones de magnífico dibujo y excelente composición, de gran belleza visual. El guión, bien escrito, desarrolla un relato denso con una loable economía de medios y de tiempo. Incluye escenas perturbadoras como la discusión de Saxon y el propietario del restaurante, pensada para desestabilizar a Janet, invitada de honor. La interpretación de Montgomery y la de Hayward brillan a notable altura. La dirección, a cargo de un realizador olvidado, realiza un trabajo digno de la atención de los cinéfilos.
[Leer más +]
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
También hay pelis de antes muy flojas.
Película excesivamente fría que trata de las relaciones entre un editor y un escritor y las tiranías que se sufren y muchas dificultades para publicar, además de cuestiones como que te cambian el texto o la siempre omnipresente censura (o autocensura).

Teniendo en cuenta que el tema es interesante es doblemente preocupante que en ningún momento se termine de llegar al espectador.

El gran culpable un Claude Binyon que aunque le hubiesen puesto el mejor guión del mundo se huiese encargado de destrozarlo él solito.
[Leer más +]
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más información sobre Sed de dominio
Fichas más visitadas