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El gato montés (1921)

El gato montés
84 min.
6,6
343
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Sinopsis
La hija del jefe de una cuadrilla de bandoleros de la montaña se enamora del jefe del comando militar encargado de arrestar a su padre... (FILMAFFINITY)
Género
Comedia Drama Romance Cine mudo Comedia romántica Siglo XVIII Ejército
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Alemania Alemania
Título original:
Die Bergkatze (The Wildcat)
Duración
84 min.
Guion
Fotografía
Compañías
Links
8
La gineta burlona
Uno de los últimos films realizados en Alemania por Ernst Lubitsch. El guión es de Lubitsch y de su colaborador Hanns Kräly. Rodado en plató y producido por Projektion-AG Union-Films (PAGU), se estrena el 14-IV-1921 (Alemania).

La acción tiene lugar en un fuerte militar situado en el confín de las montañas nevadas de Europa, en 1920/21. El teniente Alexis (Heidemann), que tiene enorme éxito entre las mujeres de todas las edades y de toda condición, es enviado al fuerte en situación de confinamiento disciplinario. Allí le esperan el comandante (Janson), su esposa (Köhler) y su hija Lilli (Meller). En el camino conoce a una muchacha llamada Rischka (Negri).

El film suma los géneros de comedia, drama y romance. El realizador construye una comedia alocada y disparatada, de ritmo trepidante, que sirve como medio para desarrollar un humor mordaz e irreverente, que no deja títere con cabeza. Fundamenta la comicidad en la inversión de estereotipos, malentendidos, confusión de identidades, enfrentamiento de ricos y pobres, falsos supuestos, exageraciones, despropósitos, lances surrealistas y ocurrencias disparatadas. Una mujer da órdenes a los mandos militares desde la ventana, la hija del jefe de los ladrones envía al padre a la cocina, un muchacho despechado llora un río de lágrimas. Aprovecha la abundante comicidad potencial del mundo militar y su habitual escasa utilización. Hace uso de sutilezas y de ocultaciones.

La visualidad se apoya en el estilo "Art Decó", de los años 1920-39. La arquitectura, el vestuario, los muebles, el diseño de interiores, los objetos decorativos y de uso común y otros, adoptan las formas sólidas, las líneas imaginativas y las composiciones simétricas de los nuevos cánones. El estilo visual del film añade a los dictados de la moda un plus de exageración socarrona y cursi. Incorpora, en medida abundante, símbolos eróticos masculinos y femeninos.

El realizador despierta y utiliza las inclinaciones voyeuristas del espectador al que permite mirar a través de ojos de cerradura, catalejos, ventanas, balcones, atalayas, etc. Le ofrece visiones de mirón a través de círculos, exágonos, medias lunas, etc. Hace uso de giros imprevistos que movilizan el interés. Son escenas destacadas el baile en el fuerte, la violación fuera de campo, los desfiles militares, el sueño de amor, la llegada de Alexis al fuerte y otras.

La fotografía, de Theodor Sparkuhl, presenta encuadres sorprendentes, planos picados, imágenes distorsionadas, ilusiones ópticas fingidas (grupo que huye en fila creando la ilusión de un gusano), planos profundos, dobles imágenes y composiciones surrealistas. La música de la edición remasterizada, de Marco Dalpane, compuesta en 2000, interpretada por el Ensemble Playground, ofrece una partitura de piano, cuerdas y percusión, rápida, expresiva y vibrante, que subraya el sentido de la acción y evoca composiciones clásicas (marcha nupcial de Mendelssohn), militares y populares.
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12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Rischka, la bella y valiente bandolera
Como obra teatral o cinematográfica, la farsa se caracteriza por llevar a términos de exagerada recreación cada una de sus acciones, apuntando a lo insólito, lo irreverente y lo grotesco, mientras que las actuaciones se visten de fuertes gesticulaciones y de movimientos a ratos malabarísticos, para lograr una cierta caricatura cuya pretensión, en primer término, es traducirse en diversión y producir un estado de jolgorio.

De otro lado, la farsa alude, tácitamente, a la hipocresía de la vida y en este sentido hace cuestionamientos a situaciones sociales (el militar que se enamora de su ‘enemiga’, pero va a casarse por conveniencia); instituciones (el militarismo) y/o a personas, por lo general representativas. Con su estilo, la farsa se pone en contraluz contra las censuras y todo lo deja contado con esa gracia y buen tino tan necesario en los debates de peso donde se logra más con maña que con furor.

El título más exacto en español para esta película, debió haber sido “La gata montés”, ya que, en alemán, katze alude indistintamente a gato y gata, y en este caso, es Rischka, la bandolera, el personaje central. A la intérprete, Pola Negri, críticos y amigos siguieron llamándola desde entonces, Bergkatze (Gata montés) y con esto se aludía a su fuerte temperamento y a sus personajes cinematográficos.

Escrita una vez más por Hanns Kräly y Ernst Lubitsch, esta película da cuenta de lo estrechamente ligado que quedó el director alemán, al escritor francés, Prósper Merimée, desde que leyó su “Carmen” y la llevó al cine, pues aquí –y como ya lo hiciera en “Sumurun”-reincide en recrear a otra suerte de “gitana” coqueta, valiente y de fuerte carácter, con lo que además hace remembranza de la vida personal de la estrella, ascendiente de gitanos, hija de un revolucionario ruso ejecutado luego por el ejército zarista y quien se inició también como bailarina.

En “EL GATO MONTÉS” –como en “Carmen”- Rischka es una chica outsider, miembro de una pandilla de asaltantes monteses que (aquí) su padre lidera y también se enamora de un militar, comprometido éste con la hija de su comandante. Pero, a diferencia de Carmen, La gata montés toma decisiones de otro talante y no aprecia tanto la libertad como la gitana española.

Lubitsch se inscribe aquí en el art-déco con unos sets que resultan bastante originales, y en escenas como la del sueño y dos o tres más, la decoración apunta bien al expresionismo, escuela que, por entonces, estaba revolucionando al arte cinematográfico. Pero, de otro lado, parece haber descubierto el "infantil" juego de las viñetas y la mayor parte de las imágenes las bordea con diferentes figuras, en su propósito de mantener ese toque de comedia caricaturesca que, hemos de decirlo, no siempre consigue llevar a buen puerto.

El resultado es un filme apenas simpático y una curiosidad fílmica de un director arriesgado e innovador que, al final, dejaría una profunda huella en el arte cinematográfico.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
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