Eragon (2006)

Qué se puede decir de una "adaptación" de un buen libro cuando está dirigida por un NOVATO con el único objetivo de hacer caja... sólo hay que fijarse en algunos aspectos sangrantes para que te den ganas de cortarte las venas:

- Los enanos no son enanos
- Los elfos no son elfos
- La dragona tiene alas de aguila
- Los urgalos no son bestias con cuernos, sino bárbaros con ojos rojos
- Los ra´zac son momias o_O
- Alagaesia entera es un bosque infinito sin ciudades... ¿Teirm, Dras-Leona, el desierto de Hadarac... eso qué es?

y otros aspectos que no hay que dejar pasar

- Ed Speelers... un guapito de cara que no sabe lo que significa la palabra ACTUAR (lo mismo va para la mayoria de los protagonistas)
- Un vestuario que provocaría más de una carcajada si estuvieras en la carpa de un circo...
- Un ¿director? que NO sabe dirigir, que NO sabe ni siquiera hacer encuadres dignos y que NO tiene idea de cómo se crea una pelicula (que haga un curso de CCC a ver si así aprende algo)
- ¿Argumento donde estás? ¡Ah si... te perdiste cuando los "guionistas" y el "director" tiraron el libro a la basura y ellos comenzaron a escribir memeces! U_U
- Los personajes se encuentran de casualidad y no se sabe bien para qué. Al menos tiene mérito que suelten esas estupideces por la boca sin darles la risa tonta.

“Eragon” puede ser la crónica de una muerte anunciada desde que las más de seiscientas páginas de la novela de Christopher Paolini se reducían a unos noventa míseros minutos de metraje. Ni siquiera los productores de las sagas de Harry Potter, El Señor de los anillos o incluso la reciente Las crónicas de Narnia se habían atrevido a recortar tanto a costa de meter el producto en el máximo de sesiones.

Llámenlo morro, digan que nos lo merecemos, olviden las aventuras telepáticas de un teletubbie con alas, su inenarrable jinete metrosexual sacado de los descartes de Backstreet Boys y su camisa de impecable blanco que ya quisiera el mejor anuncio de detergente. Esto no es un mundo de fantasía, es un mal y ridículo videojuego incluyendo una copia barata argumental de “Star Wars. Episode IV” en el arranque por si cuela.

Si las intenciones eran seguir la estela de la trilogía de Peter Jackson los resultados no sólo se alejan alarmantemente de la ya prescindible y olvidada “Dragonheart” sino que se acerca peligrosamente a “El imperio del fuego”, “Dragones y mazmorras” e incluso “Bloodrayne”.

Todo huele a cliché obsoleto, a rancia repetición de esquemas vistos y trillados que sigue los mandamientos principales de este tipo de producciones: la adaptación del material original no debe ser el guión sino su videojuego y ‘Mejor pedir perdón que permiso’.