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Por quién doblan las campanas (1943)

Por quién doblan las campanas
159 min.
6,3
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Trailer For Whom the Bell Tolls (INGLÉS)
Sinopsis
El estadounidense Robert Jordan (Gary Cooper), alias "El inglés", lucha en la guerra Civil Española (1936-1939) dentro de la Brigada Lincoln. Es un experto en acciones especiales detrás de las líneas enemigas: ha volado trenes, redes eléctricas, depósitos de armas. En vísperas de una gran ofensiva, el mando republicano le encarga la destrucción de un puente, la principal arteria logística del ejército de Franco. María (Ingrid Bergman), una joven salvada del pelotón de ejecución, y Pilar, la esposa de Pablo, un hombre rudo y testarudo, participarán en la operación y mantendrán el espíritu de lucha hasta el final de la contienda. (FILMAFFINITY)
Género
Aventuras Drama Romance Drama romántico Guerra Civil Española
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
For Whom the Bell Tolls
Duración
159 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Grupos
Adaptaciones de Ernest Hemingway
Links
Premios
1943: Oscar: Mejor actriz secundaria (Katina Paxinou). 9 nominaciones
1943: Globos de Oro: Mejor actor de reparto (Tamiroff) y actriz de reparto (Paxinou)
1943: Círculo de Críticos de Nueva York: Nominada a mejor actriz (Katina Paxinou)
"Espléndido drama adaptado de la novela de Hemingway. (...) Excelentes interpretaciones, con un Cooper y una Bergman inconmensurables, recordada banda sonora y cuidada fotografía. Llena de calidad"
[Diario El País]
La Paramount pagó en aquella época 150.000 dólares por los derechos de la novela.
[FilmAffinity]
6
Esta mañana, me he levantado... y he descubierto al invasor.
El americano con sombrero. Los paisanos con boina. La chica guapa para el americano. Famosa novela romántica del premio Nobel que como puede suponerse, está llena de tópicos, y más pintando los españoles que somos tan característicos. Yo creo que en realidad es envidia que nos tienen, pero Ernest Hemingway, no, Ernest nos tenía admiración y le atraía España. Y el argumento es una misión para el americano de las Brigadas Internacionales. El héroe americano en un ambiente de romanticismo de los que gustaba a la generación perdida.

Hemingway ejerció de periodista en la retaguardia durante la IGM. Fue un gran escritor y sus novelas buscan la aventura que ofrecían aquellos escenarios de batallas entre las montañas y, desde luego, el tema de la Guerra Civil española tenía muchas posibilidades.

Y ahí se centra el argumento: una historia de amor que narrada literariamente o en mente pudo ser potencialmente emocionante debido a un escenario en peligro continuo. Las escenas entre los protagonistas son buenas, sensibles. La acción bélica, necesaria, se apoya a veces en el recurrido decorado. Queda el romance de la pareja muy por encima de los detalles bélicos, aunque no está mal el tratamiento de ambos bandos, el estilo y el ritmo.

Los nacionales no son presentados, es el enemigo declarado, se agradece que no haya maldad gratuita, bastante pena da ya una guerra fratricida estúpidamente agarrados a las dos posiciones totalitaristas internacionales. Hay un republicano que no reconoce con seguridad a uno de su mismo pueblo. Algo difícil de creer en este país (y en aquellos tiempos, menos), yo no me lo creo; le tenía que haber llamado por el mote, como se conocen entre los paisanos de un pueblo. Incluso hoy día en los pueblos casi todos son familia más o menos lejana.

Lo principal: la historia de amor, que gracias a lo guapa que está Ingrid y a la bonita fotografía, no está mal; un amor en el marco de una guerra que atrajo a muchos países, y de la que se dice fue el inicio de la Segunda Guerra Mundial.
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27 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Buena, pero no tan lejos
Entiendo que a los españoles esta película nos ponga. Es lo suyo.

Estuvo prohibida aquí porque se atrevió con lo que casi nadie por ahí fuera se atrevía pues, seamos sinceros, tampoco importaba un comino. España era un país marginal y poco interesante tras haberse borrado de la Segunda Guerra Mundial y andar sumido en el subdesarrollo. No pesaba ni económica ni políticamente y además Franco estaba aún en la época dura de su gobierno y no quería turistas, ni dólares, ni intromisiones. Pero Hemingway anduvo por aquí, pateó camino, se enamoró de esto y se puso a escribirlo. Muchos tuvieron que esperar el final de la dictadura para verla en una pantalla grande y eso ha ayudado mucho a acrecentar su fama entre la crítica española.

Del buen Ernest prefiero el anecdotario taurino de "Muerte en la tarde" porque me parece más inspirado, pero esta novela le quedó muy bien, apañadita, sugerente y además fue un superventas que a muchos guiris les ayudó en la tarea de aprender a colocar nuestro país en un mapa. Y, claro, se hizo la inevitable película... Una peli correcta que ni resulta bien solo como película de guerra, ni buena solo como película de amor, pero cuyo conjunto es digno, con buenos momentos, pero sin excesos.

De hecho, si no te dejas arrastrar por la siempre agradable imaginería del maquis acabas por pensar que has visto una buena película, muy profesional y realizada con oficio, pero en la que todo es redundante. Hasta el color parduzco y constante termina por resultar monótono... Quizá, porque me produce cierta gracia lo tonto -incluso banal- que resulta, cabría entresacar el momento en el que "el sordo" ametralla a ese capitán tarugo que sube por entre las peñas irracionalmente gritando aquello de "¡disparadme cobardes!". También el papel de la gitana. Colosal esta señora de principio a fin y en buena medida sostiene la atención sobre el argumento ella sola.

El problema es que se supone que todo lo que se cuenta es muy emocionante, pero está narrado con poca emoción, de manera muy artificiosa y con un concepto de la acción muy escenográfico. Demasiado teatral. Hasta la historia de amor entre la Bergman y el Cooper te hastía a causa de esas escenas estiradísimas, con diálogos longilíneos que parecen no terminar jamás e interminables sucesiones de primerísimos planos de la Ingrid... Que sí, que enamoraba a la cámara y era guapísima, pero domínese señor Wood. Y Gary, que casi siempre está muy bien, aquí está extraordinariamente mal. Inexpresivo en exceso y dedicado a aprovechar palmito y presencia, que de eso sí tenía y le bastaba para ocupar pantalla y cubrir expediente.

Un clásico que hay que ver, tener y revisionar (especialmente si eres español, te gusta Hemingway o ambas cosas) pero, en última instancia y esta es la peor baza en su contra, resulta demasiado larga de forma injustificada pues lo que ocurre se cuenta en cien minutitos sin problema alguno, a pesar de que en la sala de montaje perdieran la cabeza por completo.
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23 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
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